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Martes 15 de diciembre de 2009
FUTBOL
El Mundial de Clubes
deviaje
Las estrellas de Barcelona, bajo una campana de cristal
¿Quién es Leo Messi?
Estrictas medidas de seguridad resguardan al plantel; Messi, lesionado, no practicó; Milito, el rostro argentino // A FP
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Milito comparte su alegría con el arquero Valdés; para hablar con los medios, el defensor primero debe jugar // F. M ASSO B R I O/ E . ESP EC I AL
BU DHABI (De un enviado especial).– ¿Qué estarán haciendo en este momento? Los jugadores de Barcelona se movieron como estrellas fugaces en el primer día en esta ciudad. Costó verlos, encontrarlos, hablarles, más allá del entrenamiento a puertas abiertas que hicieron en el predio Pitch Army, sin Lionel Messi y con Gabriel Milito. Todo forma parte del hermético mundo que envuelve a la potencia azulgrana en España y también en el Mundial de Clubes. Barcelona generó un gran revuelo. Apenas entró el ómnibus en el campo de entrenamiento se buscó a Messi, pero no… El rosarino se quedó en el lujoso hotel Shangri La, donde realizó tareas kinésicas con el fisioterapeuta Juanjo Brau por el esguince en el tobillo derecho. Dicen que en el avión se lo vio de buen ánimo y que también recibió masajes durante el viaje. Eso sí: es un hecho que no será titular mañana ante Atlante, de México, pero hay una mínima posibilidad de que esté entre los suplentes. Ya se verá. Por el resto, los españoles se movieron como bajo una campana de cristal. Apenas si el capitán Carles Puyol respondió los saludos de algunos periodistas coreanos, que les gritaron a todos. Ningún otro los miró. Ni Henry ni Ibrahimovic ni Xavi ni Iniesta. Nadie. Así parece ser siempre. El jefe de prensa del equipo, José Miguel Teres, explicó que ningún jugador daría entrevistas individuales. Se le preguntó por Messi y Milito. Respondió que ninguno haría notas ni asistiría a las conferencias. Messi porque esté lesionado y es una norma del club (en conjunto con el jugador) que sólo charlen con la prensa los jugadores disponibles. Y Milito porque sólo tendrá contacto con la prensa una vez que juegue un partido tras la larga inactividad (casi 19 meses) por una lesión en la rodilla. El DT Pep Guardiola tampoco da notas individuales. Lo suyo son las conferencias de prensa al estilo Marcelo Bielsa. Puede quedarse horas si es necesario, pero nada de “mano a mano” con los periodistas. Tan a resguardo están los futbolistas que los jóvenes de las inferiores tienen prohibido dar entrevistas hasta una determinada cantidad de partidos. Es tan estricto que confirma la formación a los mismos jugadores minutos antes de los partidos. “Ni su esposa sabe a quién va a poner”, bromean los enviados españoles. Sólo Puyol y el ucranio Dmytro Chigrynsky se acercaron a donde estaban el enjambre de micrófonos. Puyol dijo conocer a Estudiantes, al que definió como “fuerte y aguerrido”, y dijo que no vienen a saldar cuentas pendientes por la decepción que se llevaron en este torneo en 2006. Quedó blindado el hotel Shangri La, que tiene 214 habitaciones y lujos de todo tipo que hacen que la habitación más barata cueste 300 euros la noche. Un huésped distinguido y exigente
El capitán Puyol y un reflejo de la expectativa que generó el Barça
Una travesía que se convertirá en un documental En una acción conjunta entre Topper, Gatorade y RCA, los videos que se verán en la página www. laepopeyadelleon. com originarán un documental, con el paso de Estudiantes por Abu Dhabi.
quedará a gusto con una playa privada de un kilómetro, cuatro piscinas exteriores y una cerrada, dos gimnasios y un spa termal. Los periodistas tienen el acceso restringido al lobby; es más, no pueden hospedarse ahí. A los futbolistas apenas si se los ve. Sí algunos curiosos pudieron acercarse anteanoche, bien tarde, cuando llegaron desde España, tras una impensada escala en Estambul por problemas burocráticos con las aerolíneas. Tampoco se advierte la presencia de los familiares, si es que los hay. Cada detalle, cada silencio, cada escondite forman parte del peculiar mundo de Barcelona.
Para Solari, ex Real Madrid
Algunas amistades y mucha admiración ABU DHABI (De un enviado especial).– El argentino Santiago Solari, ex Real Madrid y ahora en Atlante, de México, ya palpita el choque de mañana contra Barcelona. “Será el partido más importante de la historia del club. Somos el equipo con el menor presupuesto de México, y estar aquí y jugar contra uno de los mejores del mundo es un gran orgullo. Es un torneo fantástico y lo único que les digo a mis compañeros es que lo disfruten. Vamos a hacer lo mejor posible, aunque es muy difícil”, aseguró. Solari tuvo más palabras para su futuro rival. “Pese a que estoy identificado con Real Madrid, me gustan todos los jugadores de Barcelona. Me gusta la tradición que guarda por una manera de jugar, más allá de los tiempos. Messi, Xavi, Iniesta, Puyol… le dan mucha identidad y mucho carácter. Ahí tengo dos amigos: Ibrahimovic y Maxwell, con los que jugué en el Inter.”
ABU DHABI.– Salvo algunas excepciones, los taxistas son generadores de conversaciones por naturaleza. Aquí y en cualquier parte del mundo. En inglés o en español, siempre hay algo de qué hablar con ellos. O de qué enterarse… Son como una especie de psicólogos urbanos al alcance de la mano. Si hasta ya se hicieron varios programas de TV en el mundo con esa temática. Los taxis van y vienen a una alta velocidad en Abu Dhabi. Hay dos clases: unos grises y amarillos, con autos últimos modelos y choferes pulcros, y otros blancos, no tan nuevos y con conductores más arriesgados y gruñones, que, por ejemplo, se fastidian hasta los gritos cuando se les pide una factura. “¡No, ticket; no, ticket!”, se empecinan, por más que después los hagan de puño y letra. A favor del manejo rápido habrá que decir que por aquí no hay calles estrechas ni laberínticas, por lo menos en los puntos cruciales de la ciudad. Casi todas son avenidas con tres o cuatro carriles y la circulación se hace muy fluida, incluso pese a las serpenteantes rotondas que matizan las rectas. Las bocinas no se usan. Tanto que en cuatro días no se oyó ninguna. Ayuda mucho que las cuadras son mucho más largas que en la Argentina y que las manzanas son como una especie de bloques. La conversación con Jesús, un simpático chofer filipino, empieza mientras acelera su Mitsubishi. Habla en inglés porque dice que no recuerda demasiado el español. La charla se vuelve entrecortada hasta que él pregunta la nacionalidad de los enviados. “Oh, argentinos… Maradona, el mejor del mundo”, dice y sonríe, mientras mira por el espejo retrovisor. Una respuesta previsible: “Ahora el mejor del mundo es Messi”, agrega el cronista. No entiende la situación y baja el volumen de la radio, que había quedado fija en la FM 106.0, que pasaba temas melódicos y pop todos en inglés. Jesús se sorprende y sorprende: “Messi, ¿who’s Messi?” (¿Quién es Messi?). Y no se rinde. “Ahora no veo mucho fútbol. Vi el fútbol de antes.” Hasta que el destino, el centro de prensa de la FIFA en el estadio Mohammed Bin Zayed, corta la charla. Sí, Jesús es uno de los pocos: para él, Messi y Maradona por ahora no tienen comparación. Ni esta enterado de la existencia de Leo. Y lo confirma con un brazo fuera de la ventana y un saludo enérgico: “¡Maradona, Maradona!”. FRANCISCO SCHIAVO