Espectáculos
Página 4/Sección 4/LA NACION
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Jueves 24 de julio de 2008
CINE
Film rudimentario que no encuentra su luz Una producción modesta, como una película casera Mala
★
La luz del bosque (Argentina/2008, color; hablada en español). Dirección: Jorge José Pstyga y Ofelia Escasany. Con Cecilia Carrizo, Fernando Lúpiz, Jorge Dorio, Esteban González, Kevin Melnizky, Micaela Brusco, Celeste Harvey. Guión: Jorge José Pstyga y María Canda Escribano. Fotografía: Fabio Bastias. Música: Gonzalo Córdoba. Edición: Jerry Zottola. Presentada por 153 Producciones. 75 minutos. Apta para todo público.
PACHAMAMA CINE
El universo de una heroína carismática y popular
Las desventuras escolares de Valentina El film, dirigido por Eduardo Gondell, retrata las inseguridades de los primeros amores preadolescentes Buena
★★★
Valentina-la película (Argentina/2008). Dirección: Eduardo Gondell. Voces: Florencia Otero, Sebastián Francini, Natalí Pérez, Lucila Gómez y Gastón D’Angelo. Guión: Daniel García Molt, Esteban Szejer y Eduardo Gondell. Música: Diego Monk. Edición: Laura Palottini. Dirección de animación: Marcelo del Castillo. Sonido: Jorge Stavropulos. Presentada por Pachamama Cine. Duración: 75 minutos. Apta para todo público.
Así como Barbie o las Bratz tuvieron sus películas, ahora le toca el turno de incursionar en el cine a otro personaje –en este caso de industria nacional– surgido del merchandising. Valentina, bien lo saben las chicas de entre 7 y 12 años, se hizo famosa por sus diarios íntimos y luego por
una cada vez más amplia y exitosa línea de productos para el consumo de ese target. Por suerte, este aceptable largometraje de Eduardo Gondell no se reduce a un mero catálogo de venta de artículos (sólo hay un par de ridículos “chivos” de la provincia de Chubut) y, así, el universo de Valentina está incorporado de manera funcional a una sencilla trama que oscila entre las inseguridades de los primeros amores preadolescentes y el cine de terror basado en viejas leyendas urbanas (la presencia de la abuela es la única referencia adulta que aparece en todo el film).
en la comparación, su animación 2D (cuya precariedad se nota cuando los paneos adquieren cierta velocidad) pierde ante el poderoso despliegue de sus competidoras hollywoodenses tridimensionales (Kung Fu Panda o WALL-E), pero debe rescatarse en este emprendimiento de Illusion Studios la calidad del dibujo, el uso de una amplia y vistosa paleta de colores, los pegadizos temas musicales de Diego Monk, las voces de los chicos que lucen casi siempre naturales y creíbles, el sonido de Jorge Stavropulos y la edición de Laura Palottini.
Producto cuidado
Con algún “préstamo” temático tomado de la saga de High School Musical y estético de la factoría Nickelodeon, Valentina-la película se reduce a las desventuras escolares,
Valentina-la película es un producto menor, pero al mismo tiempo bastante cuidado dentro de sus evidentes limitaciones. Es cierto que,
Un ensayo digno
la camaradería entre la protagonista y sus dos leales amigas, sus primeros escarceos amorosos con dos chicos opuestos entre sí, la amenaza de un muchacho aparentemente malo (llamado El Dark) y la presencia de un personaje al que todos le otorgan un sentido terrorífico (un monigote por ser quemado en una pira durante una fiesta). Que el espectador no pretenda demasiada profundidad psicológica ni grandes sorpresas visuales, pero los 75 minutos de la película, al menos, resultan un ensayo digno y por momentos hasta sensible en su exposición de las contradicciones y los miedos de estos prepúberes liderados por esa heroína carismática y popular que es Valentina.
Diego Batlle
Debe suponerse que La luz del bosque quiere ser un cuento fantástico para chicos de hoy, y que por eso aquí los clásicos hechizos se alternan con los mensajes en defensa de la ecología y las viejas brujas que amenazan con comerse a los protagonistas mientras revuelven un puchero incierto en su gigantesca olla vienen mezclados con recomendaciones sobre la prevención de incendios. Del mundo contemporáneo vienen los jueguitos electrónicos que tienen fascinado al nene de la casa; de la tradición, el caballero heroico que vuelve de un algún improbable medievo de leyenda. Y el bosque del caso –un bosque encantado, claro, pero generosamente decorado con florcitas de colores– está ahí nomás, a un paso de la parrilla donde el papá dora las hamburguesas.
Suposiciones al margen, lo que ofrece esta más que modesta producción, tan rudimentaria como una película casera, es una suma de desatinos. El guión –de algún modo hay que llamarlo– imagina que mientras papá aprovecha unos días en el campo para adelantar sus trabajos como ilustrador de historietas y mamá no hace otra cosa que exponer su muestrario de sonrisas, los dos hijos de la familia tipo van a buscar frutas al bosque, guiados por un vecinito folklórico que es del pago y por eso sabe de mitos y leyendas. Ahí asoma la famosa luz del título (un truco que parece de los tiempos de Méliès), con lo que se enteran de que un bebito le ha sido arrebatado a otra mamá (igualita a la propia), que está en manos de una malvada hechicera y que hay que internarse en sus peligrosos territorios para intentar rescatarla. Lo que sigue es igualmente primitivo, y está narrado con un lenguaje ídem, a los saltos y con el agregado de trucos y animaciones tan pobres como todo lo demás. Los pocos actores profesionales que participan de la desdichada aventura hacen muy poco por levantar el nivel del elenco, encabezado por un trío infantil abandonado a sus propias, escasísimas fuerzas.
Fernando López
El rey de Hollywood
ARCHIVO/REUTERS
Según la revista Forbes, Will Smith es el actor mejor pago de Hollywood. El protagonista de Hancock cobró, este año, un estimado de 80 millones de dólares. El segundo puesto lo ocupa Johnny Depp, quien embolsó unos 72 millones de dólares por año.