LAS AVENTURAS DE LEO: DEL CAMPO A LA CIUDAD

—le respondió Leo. —Pero Leo, ¿Cómo lo harás? Reni me dijo que queda a gran distancia de aquí hasta. San Juan. —le contestó Lola. —¿Sabes que tan lejos ...
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LAS AVENTURAS DE LEO:

DEL CAMPO A LA CIUDAD Por: Leidymee Medina De Jesús

En una pequeña charca en el barrio Yeguada, situada en una vaquería en Camuy, vive un patito llamado Leo junto a otros animales. La charca queda rodeada de muchas plantas de color verde y a lo lejos se ven muchos árboles. Es un lugar muy tranquilo y sin mucho ruido. En la charca hay una gran variedad de aves, desde patitos hasta flamingos. Es el hábitat de diferentes especies de aves que constantemente están por una temporada y algunas luego se van. Alrededor de la charca viven muchas vacas y algunos caballos que toman agua de ahí y comparten con las aves. Leo es un patito de color marrón, blanco y negro con un pico muy peculiar de color azul. A Leo le encanta nadar en la charca, incluso tiene un talento que lo diferencia de los demás patitos y patitas, y es su gran velocidad al nadar. Muchas veces en las tardes, Leo y sus amigos patitos y patitas hacen competencias de nado por diversión. Un día, la mejor amiga de Leo, una vaquita llamada Lola le da una noticia. Lola le cuenta a Leo que una de las aves, llamado Reni, le mencionó sobre un lugar en San Juan, que se ha vuelto muy famoso para nadar. Leo no deja a Lola terminar la noticia y comenzó a hacerle tantas preguntas: — ¡Lola! ¿Un lugar para nadar? ¿Dónde queda San Juan? ¿Cómo es ese lugar? Tengo que ir. —le respondió Leo muy emocionado. —Leo primero tienes que tranquilizarte. Son muchas preguntas a la vez. Permíteme terminar de contarte. —le contestó Lola rápidamente. Leo comienza a reírse y se disculpa con Lola por su gran emoción y curiosidad. — San Juan es un lugar que está compuesto por varias ciudades. Por lo tanto, hay muchos edificios, personas y carros. Eso fue lo que me dijo Reni, pero realmente yo no sé porque nunca he ido. —le respondió Lola. Leo se queda muy pensativo porque nunca ha salido de su charca. Comienza a preguntarse, ¿Qué es una ciudad? ¿Cómo será? ¿Dónde quedará el famoso lugar para nadar en San Juan? — ¡Oye Lola! ¿Recuerdas cómo se llama ese lugar del que te habló Reni? —le respondió Leo. —Eh, no recuerdo bien. Creo que se llama Na, nat, nat. Ah ya sé, Natatorium —le contestó Lola muy pensativa.

— ¿Natatorium? ¡Jajá! Pero que nombre más raro ese. ¿Estás segura que así se llama? — le respondió Leo riéndose. —Sí, Leo así se llama, a mí también me pareció extraño. —Pues te tengo una buena noticia, iré a San Juan a conocer ese misterioso lugar, porque tú sabes que amo nadar y me encantaría ir a explorar de que se trata. —le respondió Leo. —Pero Leo, ¿Cómo lo harás? Reni me dijo que queda a gran distancia de aquí hasta San Juan. —le contestó Lola. —¿Sabes que tan lejos queda San Juan, Lola? —le respondió Leo. —No, Reni nunca me dijo. —le respondió Lola —¡Lola yo lo descubriré! Regresaré muy pronto y te contaré como es ese famoso lugar que Reni te mencionó. Así sabré a que distancia queda San Juan de esta Charca en Camuy. — le contestó Leo muy emocionado. — Leo, ¿estás seguro que realizarás ese viaje?-le respondió Lola preocupada. —Sí, Lola sabes que me encanta las aventuras y no podré quedarme tranquilo aquí sabiendo que en otro lugar hay un gran sitio para nadar. ¿Me acompañarías? —le respondió Leo. — Me hubiese encantado ir contigo, pero le prometí a Zefra jugar todas las tardes de esta semana a las escondidas, pero me tienes que contar todo tan pronto regreses. —le contestó Lola. —Ah bueno, sí, sabes que siempre te cuento todo, Lola. Eres la mejor amiga que he tenido. —le contestó Leo muy feliz. En ese momento, Leo se despide de Lola, porque piensa irse a San Juan al otro día muy temprano. Luego, esa misma noche, Leo se quedó muy pensativo buscando alternativas de cómo podría llegar a San Juan. Entonces recordó que por la mañana, la camioneta de Doña Matilde saldría con los caballos, hacia una actividad para niños y niñas. Doña Matilde era la dueña de la vaquería en Camuy. Era una señora muy trabajadora, con sus botas rojas y muy alegre, siempre disfrutaba cuidar de sus vacas y sus caballos. Esa noche Leo se quedó dormido y tan pronto comenzaron a salir los primeros rayos del sol, se levantó rápidamente para alcanzar la camioneta de Doña Matilde. Leo corrió y luego voló hasta aterrizar en la camioneta junto a los caballos y yeguas que Doña Matilde se llevaría a la actividad. Fue ahí que Leo se encontró con su amigo Pepo, un caballo muy grande y de color negro brilloso. — ¡Buenos días Pepo! —le respondió Leo. — ¡Buenos días Leo! ¡Que sorpresa! ¿Pero, Qué tú haces aquí, en la camioneta de Doña Matilde?- le respondió Pepo muy sorprendido. —Es que necesito llegar a un famoso lugar, llamado el Natatorium que hay en una ciudad. ¿Sabes dónde es la actividad a la que se dirige Doña Matilde? —Es en San Juan, nos dirigimos hacia el Parque Central. — ¿San Juan? Ah sí, ahí precisamente tengo que ir. —De hecho Leo, creo que en el Parque Central se encuentra ese lugar que estás buscando. — ¡Genial Pepo! Podré conocer al Natatorium. —Oye Pepo ¿Pero qué es el Parque Central? ¿Por qué el Natatorium está ahí? — Le preguntó Leo muy pensativo. —Bueno, cada vez que me mencionan que vamos al Parque Central, pienso en niños y niñas corriendo, personas haciendo deportes y

ejercicios. Por eso, tal vez, ahí está el Natatorium, porque es para nadar y eso es un tipo de ejercicio. ¿No crees? — ¡Sí! Es cierto, Pepo. No sabía que el Parque Central, era un lugar para hacer ejercicios y actividades. Pero ¿por qué se encuentra en San Juan? En nuestra Charca Yeguada en Camuy no hay algo así. —Es muy buena pregunta Leo. Sabías que Puerto Rico, tiene muchos municipios y su capital es San Juan. —No lo sabía Pepo, pero ¿qué sucede si es la capital? —Usualmente las capitales son los lugares donde viven y hay más personas, carros, edificios, atracciones culturales entre otros. Por eso, es probable que construyeran ahí el gigante Parque Central. — ¡Que interesante son las capitales! —Oye Leo ¿Sabes cuánto tiempo nos tardaremos en llegar a San Juan? —No tengo idea— le contestó Leo — Ya yo he ido tantas veces en la camioneta de Doña Matilde, nos tardaremos aproximadamente 1 hora y 17 minutos. — ¿De veras Pepo? ¿Esa es la distancia desde nuestra Charca en Camuy hasta San Juan? —le respondió Leo —Sí Leo, como ya he ido varias veces, en el camino he comenzado a medir el tiempo. — ¡Qué increíble Pepo! Se lo tengo que contar a Lola cuando regrese. Estoy muy seguro que se pondrá feliz. — Le contestó Leo muy emocionado. —Oye Leo, sabías que es importante conocer y aprender las localizaciones de los lugares en los que estamos y hacia los que vamos. —Pero… ¿Por qué es importante Pepo? — Cuando comenzamos a fijarnos en nuestro alrededor y en los lugares a los que vamos por primera vez, vamos a encontrar paisajes diferentes o parecidos a los lugares que ya conocemos. Es importante encontrar características que nos llamen la atención de ese lugar y preguntarnos ¿Por qué esta ahí? o ¿Dónde se encuentra? —le respondió Pepo. — Ay Pepo, pero yo no soy bueno en eso de aprender o localizar un lugar. Yo nunca he salido de la Charca. — Leo, no puedes decir que no eres bueno, sino lo has intentado. Ahora que estás haciendo este viaje a San Juan, vas a darte cuenta de lo que te digo y vas a aprender. Sólo debes estar atento a los detalles. — Es cierto Pepo, gracias. — Te enseñaré algo muy básico que te ayudará a comprender un poco de tu alrededor. — ¿Qué cosa Pepo? —Es una manera de imaginar y pensar que no olvidarás. Te va a ayudar a lo largo de tu vida. — Pero Pepo, dime, que ya tengo curiosidad. — La charca en la que vivimos queda en un Barrio llamado Yeguada, y ¿sabes dónde queda Yeguada? En el municipio de Camuy, y ¿sabes dónde queda Camuy? En Puerto Rico que es una isla, y ¿sabes dónde queda Puerto Rico localizado en el mundo? En el Caribe junto a otras islas. —Pepo, me has contado eso y me lo he imaginado en mi mente. En la camioneta de Doña Matilde, Leo y Pepo estuvieron conversando en el camino. De momento, Leo se sorprende porque a medida que se alejaban de su charca en Camuy el paisaje iba cambiando. Estaban pasando por una carretera donde se podía observar la costa de una playa.

—¡Pepo! ¿Qué es eso? Mira, ahí también hay agua. — Eso es una playa Leo. Como Puerto Rico es una isla, vivimos rodeados de playas. — ¿Así que ahí también podría nadar? — Sí, pero en verano, cuando el mar esta calmado, ¿por qué ves como el agua choca con las rocas? —Tienes razón Pepo, ahora se ve muy peligroso. —le contestó Leo muy sorprendido. — Leo, además de playas, ¿sabías que Puerto Rico se divide en diferentes zonas? —le respondió Pepo — ¿Diferentes zonas? No entiendo Pepo. — le respondió Leo, muy confundido. —Hay zonas en Puerto Rico, que se clasifican porque tienen características iguales. Por ejemplo, todos los municipios que tienen playas, van a pertenecer a una zona costanera y los municipios que tienen muchas montañas serán partes de las zonas montañosas. — ¡Pepo! ¡Qué increíble! Eso me ha puesto a pensar mucho. Desde ahora estaré pendiente en las características que hay en los municipios, para identificar a cuál zona pertenece. De momento, la camioneta de Doña Matilde comenzó a entrar por un camino estrecho, donde había muchas casas pegadas y muchos negocios. En ocasiones, la camioneta se detenía porque algunos policías estaban deteniendo el tráfico, para que las personas pudieran cruzar. —Pepo, ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué la camioneta va más lenta? ¿Por qué hay tantas personas? — contestó Leo preocupado. — Tranquilo Leo, no te asustes. Estamos pasando por la Plaza de Camuy. Al parecer va a comenzar una actividad. ¿Escuchas esa música? — le respondió Pepo — Sí, se escucha muy alta. — ¡Jajá Leo! Es que las Plazas son lugares en el que las personas se encuentran para compartir, hablar y a veces se hacen actividades. — ¡Ah con razón! Jaja- le respondió Leo riéndose. — ¡Mira! Observa la plaza Leo y dime ¿qué puedes ver a su alrededor? — le respondió Pepo. — Hay muchos negocios de comida, herramientas y de otras cosas. También hay iglesias, escuelas… Son muchos los lugares que hay alrededor de la Plaza, Pepo. — le respondió Leo. — ¡Así es! ¿Te has preguntado por qué quedan alrededor de la Plaza?- le contestó Pepo. —No —respondió Leo. —Mira Leo, la Plaza es un lugar que queda en un centro y van muchas personas a reunirse. Por eso, hay muchos lugares a su alrededor. Porque como son lugares donde hay muchas personas, cada uno de esos negocios, escuelas o iglesias van a hacer visitado o utilizado por ellos/as. —No lo había pensado. Eso es como, ¿Si los lugares se relacionaran?—le respondió Leo — ¡Exacto! —le respondió Pepo muy emocionado. Luego de pasar la Plaza, las casas pegadas y la carretera estrecha, la camioneta de Doña Matilde comenzó a ir más rápido. Ya la carretera era más amplia y había más carriles. También se podía observar en el camino semáforos. Hasta que de momento ya no había semáforos. La camioneta de Doña Matilde había entrado en una carretera que continuaba siendo amplia y de muchos carriles, pero había más diversidad de carros.

—Pepo, pero que camino más asombroso y raro. ¿Cómo se llama esto? —le contestó Leo muy pensativo. —Estamos en una autopista. —le respondió Pepo. —¿Una autopista? ¿Qué es eso? —le contestó Leo —Es una carretera con varios carriles para cada dirección. Mira Leo, esos carriles son separados por unas líneas entre cortadas. También puedes observar que las personas no caminan ni cruzan en estas carreteras. Usualmente son caminos rectos o curvas muy amplias. Eso permite que los carros vayan a una mayor velocidad. —le respondió Pepo. —¡Wow! Nunca había estado antes en una autopista. Las líneas entre cortadas que dividen los carriles, me parecen muy interesantes; porque todos los carros siguen esa misma dirección. —le respondió Leo. —¡Oye Leo! Me imagino que desde un avión, los carros deben parecer puntitos moviéndose en una misma dirección. —¡Jajá! Como unas hormiguitas. — le respondió Leo riéndose. Pepo y Leo continuaron hablando sobre los carros que había en la autopista. De repente, Leo comenzó a observar pequeñas estructuras pintadas de colores llamativos. También tenía diferentes carteles y letreros. —¿Qué es eso Pepo? —le respondió Leo señalándole el lugar a Pepo. —Oí una vez a Doña Matilde, decir que es un centro comercial ubicado en el municipio de Barceloneta. El centro comercial es un lugar que tiene muchas tiendas y lugares para comer. —¿Un centro comercial? ¿Ubicado cerca de una autopista? ¡Qué extraño! —le respondió Leo. —Sí Leo, tal vez sea más rápido para las personas llegar en sus carros hacia el centro comercial por la autopista. ¿Quién sabe? —le respondió Pepo. Luego de continuar viendo en cada esquina letreros de color verde con letras blancas y flechas, Pepo le explicó a Leo acerca de algo llamado peaje, que habían en las autopistas ya que en ocasiones la camioneta de Doña Matilde se tenía que detener. Pepo le explicó a Leo, que en los peajes las personas se detienen con sus carros para pagar una cantidad de dinero. Este dinero se utiliza para mantener limpias y en un buen estado las carreteras. De momento, las pequeñas montañas y el verdor que se había observado durante el camino, comenzó a cambiar. Lo que se veía eran más carriles, y edificios a los lados. Había más carros y más ruido. —Aquí hay algo diferente Pepo. ¿Qué está pasando? —le respondió Leo. — Estamos entrando a un municipio llamado Bayamón. Desde aquí hasta que lleguemos a San Juan vas a notar muchos cambios. —le respondió Pepo. Leo continuaba muy asombrado al observar como el paisaje estaba cambiando. Veía puentes en la autopista y muchos edificios. También lugares en construcción con letreros de futuros edificios, en terrenos donde se habían cortado árboles. Hasta que luego de un rato Pepo le cuenta a Leo que ya están por llegar al Parque Central. Esa noticia animó a Leo, porque por fin pronto llegaría al famoso lugar llamado el Natatorium. —¡Mira Leo! ¡Ya estamos en San Juan! Esa es la entrada del Parque Central. —le respondió Pepo. —¡Qué emoción Pepo! —le respondió Leo.

La camioneta de Doña Matilde, entró al Parque Central y luego se detuvo para estacionarse. En el estacionamiento se veía un puente muy grande, y en el suelo se podía observar un área de mangles. — Ya hemos llegado Leo. Espero que puedas encontrar el Natatorium y puedas nadar. —¡Gracias por todo Pepo! Te veo luego. Leo se bajó de la camioneta de Doña Matilde y comenzó a caminar por debajo del puente que había visto. Luego comenzó a dar pequeños vuelos, hasta que vio el Parque de niños y de las niñas también. Rápidamente vio muchos niños y niñas jugando. Por lo tanto, se imaginó que ahí sería la actividad que iría Doña Matilde con Pepo y los demás caballos. Leo continúo caminando sin rumbo. Por un momento, comenzó a sentirse un poco asustado, porque no sabía dónde quedaba el Natatorium en un parque tan grande. El sol se encontraba en su punto, era un día muy caluroso. Lo único que Leo tenía en la mente eran las ganas de poder darse un chapuzón y nadar. En un punto del camino Leo siente que se marea y accidentalmente se tropieza con una paloma. —¡EIII! ¡Tienes que tener más cuidado! —le respondió molesta la paloma. — ¡Lo siento! No te vi. No me sentía muy bien. —le respondió Leo. —¿Quién eres? Nunca te había visto por aquí. Eres muy extraño y grande. —Me llamo Leo y vengo desde Camuy. ¿Por qué piensas que soy extraño? —le respondió Leo. —Son tus patas y tu pico. Mi nombre es Norma.—le contestó la paloma observándolo fijamente. Leo no entiende, hasta que comienza a ver las patas de Norma y las de él. Se da cuenta que sus patas son diferentes. —Ya entiendo, es que mis patas son especializadas para nadar, soy un ave acuática. Tambien soy muy rápido nadando. Por eso estoy aquí, porque estoy buscando un lugar llamado el Natatorium. —le respondió Leo. —¿Así que tu nadas? ¡Qué interesante! Yo sé donde está ese lugar que estás buscando. —le respondió Norma. —¿De verás Norma? —le respondió Leo muy entusiasmado. —Sí, soy una paloma que ha vivido por mucho tiempo en San Juan. Algunos me llaman la gran conocedora de la ciudad. —le contestó Norma. —¡Qué bien! ¿Me podrías ayudar a encontrar el Natatorium? —le respondió Leo. — ¡Claro Leo! Pero me tienes que contar: ¿Cómo es ese lugar llamado Camuy? —le respondió Norma. — Camuy es un municipio de Puerto Rico. Yo vivo ahí pero en una charca, en un área con mucha vegetación y de color verde. Es muy tranquilo y no hay tanto ruido como acá en San Juan. —le respondió Leo. —¿Tranquilo y sin mucho ruido? Eso suena aburrido. —le respondió Norma. —No es aburrido. Deberías ir algún día. Yo vivo junto a otros animales. Aves, vacas y caballos. La mayor parte del tiempo estamos jugando. —le respondió Leo. — Ahora sí, me ha dado curiosidad de ir. — le respondió Norma. — Oye Norma, ésta es la primera vez que estoy en San Juan. ¿Qué es lo más que te gusta de vivir en la ciudad? —le respondió Leo. — ¡Son muchas cosas Leo! Siempre hay algo que hacer y lugares por visitar. Debo admitir, que me gusta escuchar mucho ruido. Ya me he acostumbrado a vivir rodeada de las personas, aunque siempre me asustan, pero muchas veces comparten conmigo su comida. —le respondió Norma. — Para mí ha sido tan diferente ir desde mi charca hasta San Juan. —le respondió Leo.

—Eso tal vez es en lo que te acostumbras Leo. —le respondió Norma. —Pero, ¿Qué más hay en San Juan? —les respondió Leo. — ¿Sabías que hay un tren? —le respondió Norma. —¿Un tren? ¿En serio Norma? —le respondió Leo. — Sí Leo, se llama el Tren Urbano y recorre algunas áreas de tres municipios. Los dos municipios que recorre el tren y tienen mayor cantidad de personas en Puerto Rico, son Bayamón y San Juan. Son dos municipios diferentes pero tienen eso en común. — le respondió Norma. —¡Qué interesante Norma! La realidad es que no me estoy sintiendo muy bien, necesito ya darme un chapuzón. —le respondió Leo. —No te preocupes Leo, cerca hay unos chorritos para que te refresques en lo llegamos al Natatorium. —le respondió Norma. Leo estuvo unos minutos divirtiéndose y refrescándose en los chorritos de agua que Norma le mostró. Leo estaba muy feliz, porque nunca había visto esos chorritos de agua y lo divertido que podían ser. Luego que terminó de refrescarse siguió a Norma, quien le iba a mostrar el famoso lugar al que tanto deseaba ir. De momento, se pararon frente de un lugar muy grande y con un techo de color azul. Tenía unas letras blancas muy grandes, que leían Natatorium. — Ahí lo tienes Leo, ese es el Natatorium. —le respondió Norma. Leo se mantuvo en silencio por unos segundos. —¡No lo puedo creer! Por fin podré nadar en ese lugar. ¡Muchas gracias, Norma! —le respondió Leo muy emocionado. —¡De nada Leo! Mucha suerte, yo estaré por acá alimentándome un rato. —le respondió Norma. Leo decide entrar al Natatorium y se sorprende por todo lo que ve. Es un lugar muy grande. Al encontrar la piscina enorme, con agua muy cristalina y brillosa los ojos de Leo comenzaron a brillar al ver la tranquilidad que el agua transmitía. Leo se acercó a la piscina y le sorprendió que no hubiera otras aves nadando ahí ni animales. En la piscina había diferentes grupos de personas nadando. Sin embargo, Leo no le dio mucha importancia y se zambulló en la piscina. Las personas que estaban en el agua se sorprendieron al ver a Leo meterse en la piscina. Algunos se comenzaron a reír, otros comenzaron a quejarse para que se saliera. Leo comenzó a asustarse al ver la reacción de las personas y decidió mostrar su gran talento. Le dio tres vueltas a la piscina con una velocidad increíble. Las personas al ver su gran rapidez, se sorprendieron y comenzaron a aplaudirle. Leo se sintió algo confundido pero se alegró porque las personas se veían felices al verlo. A Leo le encantó la piscina y estuvo varias horas nadando, pero luego decidió que era tiempo de regresar a su charca. Leo salió del Natatorium y se encontró con Norma. —¡LEOO! ¿Qué tal te fue? — le respondió Norma. — Me ha encantado Norma. La piscina es muy grande y hermosa, pero al principio me sentí raro. —le respondió Leo. — ¿Raro? ¿Por qué Leo? —le respondió Norma muy pensativa. — A esa piscina sólo van personas, pensé que iba a ver otras aves o animales. — le respondió Norma. —¡Ay Leo! Olvidé decirte que en ese lugar no se permite que los animales naden. De milagro pudiste entrar, pero ¿Te divertiste? —le respondió Norma. — Sí, me divertí mucho y me trataron bien. —le respondió Leo.

—Eso es lo importante Leo. ¡Me alegro mucho! —le respondió Norma muy emocionada. —Pero creo que ya es tiempo de regresar a mi charca. Ha sido un día muy largo y extraño a mis amigos. — le respondió Leo. —Entiendo—le respondió Norma un poco triste. —Norma pero no te pongas triste. Estoy muy feliz por haberte conocido. Eres mi nueva amiga, la gran conocedora de la ciudad. —le respondió Leo con una sonrisa. —¡Jaja! Eres muy gracioso Leo. También me alegra haberte conocido y se que cuento con tu amistad. Cuando regreses a San Juan espero que nos podamos volver a ver. —le respondió Norma. —¡Claro! Espero que también algún día me puedas visitar a Camuy—le respondió Leo. Leo se despide de su nueva amiga Norma. Luego se dirige hacia el Parque de niños y de niñas también, porque se acordó del camino. Ahí ve que la actividad de niños y niñas se había terminado. Por suerte pudo ver la camioneta de Doña Matilde con Pepo y los demás caballos. La camioneta estaba apunto de irse hasta que Leo logró volar y aterrizó al lado de Pepo. —¡Leo que suerte que llegaste! ¿Cómo te fue? —le respondió Pepo. —¡Súper bien Pepo! Tengo tanto que contarte a ti y a Lola tan pronto la vea. Ha sido un día tan largo y he aprendido mucho. Me siento muy feliz. —le respondió Leo emocionado. —¡Cuéntame! —le respondió Pepo. — Te contaré durante el viaje de regreso a nuestra charca en Camuy. Leo y Pepo estuvieron todo el camino de regreso a Camuy hablando acerca de sus experiencias en San Juan. Compartieron todo lo que aprendieron: la importancia de viajar a otros lugares, observar sus características y cómo se relacionan. Estaban muy emocionados y felices. Ya querían llegar a la charca y contarles a todos sus amigos y amigas.

FIN