La Reserva Nacional de Saja se creó en el año 1984

suroeste por el macizo de los Picos de Europa, con altitudes que oscilan ... Desde la sierra de Isar surge una nueva cadena montañosa en dirección norte-sur ...
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Excursión al Valle del Saja La Reserva Nacional de Saja se creó en el año 1984. Con una extensión de 180.000 hectáreas, este parque ocupa un tercio del total de la región cántabra. Su riqueza natural es enorme y cuenta con numerosas especies vegetales como los bosques de hayas y robles, abedules, acebos, tejos y fresnos, los montes de pastizales con manchas arbustivas extensas, helechos, avellanos endrinos… Estas tierras están surcadas de vaguadas, quebradas, cortaduras, hondonadas, cuetos, oteros, colinas, collados, simas y torcas; y se encuentran bañadas por infinidad de ríos, arroyos y torrentes, así como regadas por las lluvias y humedecidas por las nieblas que descienden desde la altura al llano. El sol se filtra entre la espesa capa de vegetación y produce unos efectos luminosos de gran belleza, creando unos matices de gran colorido. Entre las especies animales que han encontrado un lugar ideal en este paraíso natural destacan los urogallos, corzos, jabalíes, venados, algunos rebecos y lobos. Del mismo modo, jinetas, martas, garduñas, comadrejas, tejones, gatos monteses, nutrias, búhos, lechuzas y cárabos, viven en el parque si que nadie altere su tranquilidad. La reserva nacional de Saja se sitúa en la vertiente norte de la cordillera Cantábrica, limitada al suroeste por el macizo de los Picos de Europa, con altitudes que oscilan entre los 2000 y los 2500 metros de altitud. Las sierras Albas, Peña Labra, e Hijar forman por el este la frontera con Palencia; y las sierras Isar y Peña Sagra bordean el parque por el noroeste. Desde la sierra de Isar surge una nueva cadena montañosa en dirección norte-sur que separa las aguas del Saja y el Nansa, ríos que junto al Deva y el Besaya riegan la reserva.

Bárcena Mayor Bárcena Mayor se encuentra al pie del río Argoza, primer afluente importante del Saja. Esta aldea es el caserío mejor conservado del municipio (así como uno de los mejores de Cantabria ) y el ejemplo más singular y casi milagroso de lo que fueron nuestros pueblos serranos en otro tiempo .Es uno de los pueblos más viejos de Cantabria. Esta localidad, resistiendo durante siglos el transcurso del tiempo, ha conservado sus construcciones más puras con sus típicas casas montañesas de galerías de madera y portalones. El tipo de vivienda es la conocida casa montañesa de piedra, mampuesto y madera. Barcena Mayor fue declarada conjunto Histórico-Artístico en 1979.

Pueblo de ganaderos y pastores, tuvo también una industria casera en la fabricación de aperos de madera ( carros, bieldos, arados, etc... ) que exportaban a Castilla. Se sabe que en el siglo XII ya contaba con un hospital para atender a las gentes que hacían la ruta hacia Castilla para repoblarla. Sus calles estrechas y empedradas se bordean de casucas humildes, pero llenas de un sabor rural muy viejo y hermoso.

POBLADO CÁNTABRO DE CABEZÓN DE LA SAL

Allí, en la cumbre conocida como El Picu la Torre, tras la protección de grandes murallas de piedra y otras obras defensivas, veremos las casas, los animales, los enseres y a los propios habitantes del poblado. Asentadas sobre aterrazamientos en la ladera, las viviendas, de planta circular y cuadrangular, se han construido a tamaño real según los datos de diversas investigaciones arqueológicas. Sus gruesas y pendientes techumbres de brezos y escobas, con el aspecto de las casas de un cuento, nos ponen ante el tipo de hogares en que vivieron los cántabros y otros muchos antiguos europeos. Un recorrido por el interior de estas casas, sentándonos junto al fuego de sus cocinas, rodeados por el telar, las cerámicas de cocina y almacén, los aperos de labranza, el armamento etc. nos transportará a diferentes momentos, desde fines de la Edad del Bronce (hacia el s.VIII a. C.), pasando por algunas fases de la posterior Edad del Hierro hasta la aparición de los cántabros plenamente históricos que lucharían contra las legiones romanas en tiempos del emperador Augusto. V Texto de Ángel Ocejo Herrero

Museo del Calabozo del Real Valle de Cabezón de la Sal. S XVIII Tiene sus orígenes en el siglo XV cuando el linaje de Leonor de la Vega, propietaria de las Salinas, construyó esta edificación para consolidar el control del territorio. Además de esta función, desde la Alta Edad Moderna hasta los siglos XIX-XX fue sede del Ayuntamiento, de la Audiencia y de la Cárcel del Real Valle de Cabezón de la Sal. Podréis contemplar el cuarto del alguacil y el calabozo propiamente dicho, con su bóveda de cañón rebajado y muros de tres metros de grosor. Dispone además de objetos de la época: varios grilletes, la puerta del calabozo de clavos, el farol restaurado de la Comarca Foramontana, la mesa del escribano, la alacena de clavos... "El Calabozo" se encuentra situado en la planta baja del Edificio "La Torre", en la Plaza Augusto G. Linares

Ruente: La Fuentona Destaca su extraño puente de escasa altura y nueve ojos que cruza "La Fuentona", surgencia natural de carácter intermitente que sale de una cueva. A escasos metros del puente podemos contemplar el nacimiento del río de entre unas rocas.

MUSEO REGIONAL DE LA NATURALEZA

La exposición se estructura en los cuatro ambientesque definen el paisaje de Cantabria: La franja costera, los ríos, el bosque y la alta montaña. En cada ambiente se reproducen los aspectos más significativos de su flora y fauna, a través de maquetas de relieves, montajes de los hábitats, especies botánicas... La exposición comienza por la rica diversidad de la franja costera, donde en apenas 250 Km. encontramos acantilados (utilizados por las aves marinas como posaderos y zonas de cría ), islotes costeros, playas, dunas ( como las de Liencres, Oyambre y Somo - Loredo ), o los ricos estuarios donde se albergan y alimentan numerosas aves migratorias No en vano encontramos tres parques naturales a lo largo de la costa cántabra, como son el Parque Natural de las Dunas de Liencres, el Parque Natural de Oyambre y la Reserva Natural de las marismas de Santoña y Noja. El siguiente ambiente es el de los ríos, que en nuestra región son cortos, rápidos y caudalosos a causa de la cercanía de la Cordillera Cantábrica con respecto al mar. En su descenso forman numerosos valles, estrechos y profundos, de verdes laderas. Delimitan algunas de las comarcas de Cantabria y son famosos por su riqueza en salmones y truchas, creando condiciones idóneas para la proliferación de múltiples especies de insectos acuáticos. Los principales ríos de Cantabria son: Deva, Nansa, Saja, Besaya, Pas, Miera, Asón y Agüera. El bosque autóctono de nuestra región es el caducifolio, constituido sobre todo por robles y hayas. Junto al roble se desarrollan otras especies arbóreas como el castaño, el olmo, el tilo, el arce y el fresno, que varían en su distribución en función de la altitud.

En terrenos calizos encontramos formaciones boscosas espontáneas, más abundantes en otras épocas, formadas por encinas, madroños, laurel, aladierno, aligustre, agracio o labiérnago...

Entre los habitantes de nuestros bosques, se encuentra el oso pardo, en peligro de extinción. Abundante en otras épocas en las montañas de la península Ibérica, hoy sólo lo encontramos en reducidas áreas de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos.

El urogallo cantábrico es otra de las especies que corren peligro de desaparición. Además de ellos, ciervos y zorros son algunos de los animales más representativos de nuestros bosques. El último de los ambientes que aparecen representados en el museo es la Alta Montaña. Se denomina alta montaña al ecosistema que ocupa altitudes superiores a los 1.700 metros. En lugar de árboles, encontramos pastizales, matorrales de retamas, tojos y brezos. Las montañas cantábricas, con sus enormes masas rocosas, constituyen espacios de gran valor ecológico, en los que habitan grandes vertebrados como el águila real, buitre común, rebeco, ciervo y lobo, cúspides de las cadenas alimenticias de este ambiente natural. El museo posee un espacio al aire libre donde contemplar unas 80 especies vegetales y la representación de las principales aves rapaces nocturnas.