PERLAS EN LA RED
GRITOS Y SUSURROS De qué habla la gente de la cultura cuando casi nadie la escucha
La reinvención del libro POR CARLOS GUYOT De la Redacción de La Nacion
ill Fisher, especialista en innovación de la IMD (una de las principales escuelas de negocios del mundo), contó la siguiente anécdota en una reciente charla en la Universidad de San Andrés: “Prestamos un iPad con todo el contenido de lecturas incorporado a cada uno de los 500 participantes de un programa. Evitamos imprimir miles de páginas, lo usaron durante la semana de estudio y al final casi la mitad de ellos decidió comprarlo”. La experiencia –una de las primeras de su tipo– posiblemente se convierta en moneda corriente en los próximos años. Al menos eso es a lo que apuesta Inkling, una empresa que promete haber reinventado el libro de texto: aliada con grandes editoriales educativas como McGraw-Hill, Inkling publica libros de texto en versión “recargada” como aplicaciones de iPad. “Queremos enriquecer la experiencia de aprendizaje incluyendo videos, gráficos 3D y hasta herramientas de autoevaluación”, explica Matt MacInnis, fundador de Inkling. Sin embargo, posiblemente el aporte más interesante de libros de texto electrónicos como los de Inkling no esté en su contenido, sino en que los estudiantes pueden hacer con ellos una “lectura socializada”, ya que permiten agregar comentarios o preguntas al margen que otros lectores pueden ver y responder. Esta experiencia de las redes sociales llevadas al contexto educativo está en etapa experimental, pero ya hay grandes universidades, como la de Alabama, que firmaron acuerdos con Inkling para hacer pruebas piloto entre sus alumnos. Mientras tanto, la búsqueda de herramientas que permitan leer y compartir anotaciones e ideas al margen de los textos también gana terreno fuera del ámbito educativo. Openmargin es otra aplicación para iPad que entra esta semana en su etapa experimental, es decir que aún no está disponible para el público en general. “Queremos promover el diálogo activo y en esta prueba lo haremos con algunos usuarios invitados a leer y comentar el libro Content, de Cory Doctorow”, explican en su página. ¿El objetivo? Achicar la distancia que existe entre la lectura de un libro y la conversación que se genera a partir de ella.
B
Fernández Díaz, Bonasso y Sasturain
El padre Pepe, Premat y Menapace
GENTILEZA PLANETA
ALEGRÍA. Juan Sasturain y Jorge Fernández Díaz presentaron el último libro de Miguel Bonasso, La venganza de los patriotas, que a pocas semanas de su lanzamiento ya figura entre los más vendidos. El autor definió su novela como un “thriller de la Independencia”, con José de San Martín y Simón Bolívar como protagonistas. Ante unas ciento cincuenta personas reunidas en el segundo piso de la librería El Ateneo Grand Splendid, Fernández Díaz dijo que Bonasso y Sasturain eran sus héroes de la juventud: el primero por el libro Recuerdos de la muerte y el otro por Manual de perdedores. Comentó también que si es cierta aquella frase que asegura que algunos libros dialogan con otros, el suyo, La logia de Cádiz, sería una especie de prólogo del nuevo título de Bonasso. Sasturain, por su parte, destacó el erotismo de la novela y habló sobre una escena sexual donde participa San Martín, que, según dijo, no tiene justificación literaria sino poética: “El general sufría mucho y, por suerte, Bonasso hizo justicia y le dio una alegría”.
la dijo que entre las villas y los barrios “hay muros que a veces son de material y otras de prejuicios y desconocimiento” y que el libro de Premat “ayuda a derribar esos muros”. Un escritor presente, asombrado por la cantidad de gente que quería sacarse fotos con el padre Pepe y le pedía autógrafos, le dijo: “Hermano, sos Mick Jagger”. Menapace, que no paró de contar chistes, habló sobre su amistad con el padre Mugica. Contó que Mugica usaba una camioneta destartalada y que cuando lo paraba la policía, no le pedía los papeles del vehículo, sino el certificado de la antitetánica. Se rió la hermana del sacerdote, que estaba sentada en la primera fila. ***
Qué están leyendo
*** MUROS. Presentar un libro ante cuatrocientas personas es bastante inusual y más si se hace un sábado de un fin de semana largo y con dos grados de temperatura. Pero sucedió. Fue en la presentación de Curas villeros. De Mugica al padre Pepe (Sudamericana), de la periodista Silvina Premat. La simpatía del monje Mamerto Menapace, autor de más de doscientos cuentos cortos; la calidez de las fotos de Julián Bongiovanni proyectadas con música de Mozart; las anécdotas de Premat y la profundidad del cura José María Di Paola, conocido como el padre Pepe, líder del grupo de sacerdotes que viven en las villas porteñas, vencieron al mal tiempo. Di Pao-
Ricardo Piglia
DIEGO SPIVACOW
Enrique Campos Éramos unos niños, de Patti Smith “Lo disfruté muchísimo por su tierno nivel de honestidad y por el valor testimonial de su registro cercano y apasionado de la época más fascinante del siglo XX. Me conmovió mucho la relación entre ella y Mapplethorpe, al punto de creer que el amor que los unía es la razón máxima por la que ambos siguen hoy tan vigentes.”
GENTILEZA VITO RIVELLI
TRECE AÑOS. Ricardo Piglia habló sobre su novela, Blanco nocturno, en una entrevista pública realizada por Patricio Zunini en una librería de Palermo. Allí, Piglia explicó que, si bien el texto comienza como un policial, luego ese registro se va perdiendo. Piglia reveló que, cuando escribe, casi no lee a otros autores y que, si bien tardó trece años en terminar esa novela, fueron diferentes las razones por las que le llevó veinte años escribir Plata quemada. “Me doy cuenta de que ya no puedo darle más vueltas de sentido a lo escrito y, en ese momento, decido que el texto está terminado”, señaló. Entre el público se vio a Alan Pauls, Juan Martini y Natu Poblet. Martini, que dictaba su taller de escritura en la librería en el mismo horario de la presentación, sometió a votación de sus alumnos la participación en la charla. Todos siguieron muy atentos las palabras de Piglia. *** HOMENAJE. La Fundación Proa fue el escenario de un homenaje a la Federación de Obreros en Construcciones Navales, que tuvo su sede en el actual edificio del museo. En el marco de los festejos por el Día de La Boca, se descubrió una placa en la puerta de la fundación. Orlando Torrado, que integró la Federación cuando funcionaba en ese barrio, recordó el paso por el edificio de Diego Abad de Santillán, Benito Quinquela Martín, Alberto Petrone, Alfredo Palacios y Juan de Dios Filiberto, y más tarde de César Milstein y Osvaldo Bayer. Torrado aseguró que, tras la Revolución Libertadora de 1955, la nueva patronal portuaria suspendió el convenio de trabajo de los navales con una sentencia que parecía dirigida a las vanguardias artísticas: “Ustedes están treinta o cuarenta años adelantados”. © LA NACION
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Sábado 28 de agosto de 2010 | adn | 3