La otra Isla Margarita está en el río Carabelas

diversas especies de pajonales, bos- ques de ceibo, totorales donde viven el ciervo ... cer todas las actividades de la gran- ja, embarcarse en velero y disfrutar.
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Turismo

Domingo 3 de julio de 2011

LA NACION/Página 11

AQUI NOMAS Delta de Escobar

Por Silvina Beccar Varela

La otra Isla Margarita está en el río Carabelas Recreo turístico en la Segunda Sección de Islas del Delta, propone descanso, buena comida y una visita a la granja Pequeña Holanda, en Escobar A sólo 50 km de Buenos Aires, el delta del Paraná asoma como un escenario lejano e inexplicable. Cuanto más se adentre allí el viajero, más extraño y fascinante resultará este universo de plantas, isleños y vida sobre el agua. En el recreo Isla Margarita, en el delta de Escobar (partido de San Fernando), asoman las flores gigantes a través de las ventanas de las habitaciones que su dueña, María Teresa Brindza, cuida amorosamente. A este lugar, en la Segunda Sección de Islas del Delta, se llega desde la estación fluvial de Tigre o bien desde el puerto de Escobar en el Paraná de las Palmas, a 60 km de Buenos Aires, sobre la ruta 25. Desde el primero, en lancha colectiva, se tarda una hora y media. En cambio desde Escobar son sólo 10 minutos. En el límite con Entre Ríos y con la República Oriental del Uruguay, el delta de San Fernando es un extenso humedal costero, bañado por los ríos Paraná Guazú y Paraná de las Palmas. Adquiere una forma triangular, conformando un delta en crecimiento sobre el estuario del Río de la Plata y una unidad natural de características ecológicas únicas. Entre los ambientes vírgenes que perduran en el área se encuentran diversas especies de pajonales, bosques de ceibo, totorales donde viven el ciervo de los pantanos, la pava de monte, el lobito de río, el gato montés y el carpincho. El predio de 9 hectáreas posee un mágico sendero para avistamiento de pájaros y flores, como las azaleas gigantes. Asado en la granja Un paquete interesante combina la estada en Isla Margarita con la granja Pequeña Holanda de Escobar, también sobre la ruta 25, camino al Paraná de las Palmas. Entonces sí vale la pena manejar hasta Escobar. En un fin de semana es posible hacer todas las actividades de la granja, embarcarse en velero y disfrutar de un día en el Delta. Se llega a la granja Pequeña Holanda el sábado a partir de las 11, y se pasa el día disfrutando de un buen asado entre animales de granja. En el predio de 43 hectáreas puede verse el dique o polder de 2 metros que impide que las mareas inunden la tierra, logrando un suelo fértil. Las hectáreas destinadas al turismo son 10, el resto es una reserva natural. Esta idea fue tomada de un proyecto de inmigrantes holandeses que en 1962 iban a venir a instalarse a la zona para construir polders que no pudo realizarse. Al mediodía llega el asado, muy abundante, mientras los chicos hacen pan, suben a la palestra, andan en bici o bote, pescan o aprenden de las actividades rurales. Ofrecen entretenimiento para todas las edades, como avistamiento de flora y fauna, vuelos en globo, cabalgatas que ori-

lancolía que atrajo a tantos escritores. Leopoldo Lugones se quitó la vida en el recreo El Tropezón; Marcos Sastre tuvo su casa, y Haroldo Conti, autor desaparecido durante la última dictadura militar, usó este entorno moroso como escenario de su novela Sudeste.

Al navegar los ríos marrones, el canto de los pájaros es ensordecedor, como si la distancia con Buenos Aires fuera mayor que 30 minutos, mientras árboles como el ciprés pelado, el roble de los pantanos, las flores o la caña de ámbar despliegan su colorido.

DATOS UTILES

En Pequeña Holanda, juegos, animales y clases de equitación criolla FOTOS GABRIEL DIAZ /AFV

llan el río Luján y paseos o clases de kayak (opcionales). A las 17, los viajeros se trasladan a la guardería de Puerto Escondido, donde dejan el auto y se embarcan en velero hasta la isla. Allí permanecen, para regresar en velero a las 17 del día siguiente. Ríos marrones Lo ideal es recorrer el Delta con tiempo para sumirse en el microclima subtropical de los arroyos con vegetación en galería e intuir la me-

L Isla Margarita: desde cuatro días o

L Fines de semana largos de agosto:

más, con pensión completa, desayuno, almuerzo, merienda y cena sin bebidas, $ 200 por persona, por día. Menores de 3 a 11 años abonan la mitad; 4728-2495, [email protected], www.islamargaritabue.com.ar. Se requiere reserva previa. L Paquete con Pequeña Holanda: por persona, sin bebidas alcohólicas, $ 520. Se llega en lancha desde Tigre (100 minutos de navegación, línea Delta con salidas diarias a las 7.30, por $ 36 ida y vuelta) o Escobar (10 minutos, líneas Flugger, salidas 9.30, 11.30 y 23.30, por $ 24 ida y vuelta). El lugar cuenta con amarras para las embarcaciones privadas: buen calado en el río Carabelas, a 1000 m del Paraná de las Palmas.

estada en suite con pensión completa (dos almuerzos, una merienda, una cena y un desayuno, con una botella de vino), $ 650 por persona en base doble. L Pequeña Holanda: polder para pasar un día de campo con actividades y restaurante. Ruta 25 y río Luján; (15) 41843231 o 4773-5091. Día de campo: $ 94, mayores; 64, menores entre 3 y 9 años. Incluye almuerzo sin bebidas, uso de las canchas de fútbol y voley, clase de equitación criolla para niños, visita guiada a la granja, amasado de pan casero, ordeño y paseo en carro). www.pequenaholanda.com.ar También se puede comer en el restaurante y sacar los tickets en la caja para las diversas actividades: alquiler de caballos, bicicletas, etcétera

María Teresa recibe a los viajeros que quieran sosiego y naturaleza, además de licores, pastas y especialidades europeas. Como el cordial licor de cítricos que convida a los recién llegados –“no me gusta ver echarse a perder lo que la naturaleza nos regala”, aclara–, ideal para combinar con las tortas caseras como la de manzana, pecan pie, cheesecake crocante, de pera y amapolas, o de chocolate y avellanas. Isla Margarita posee tres habitaciones en suite independientes del restaurante, que cuentan con calefacción, edredones de pluma y televisión con DTV. En el comedor y salón de estar hay DVD y una colección de películas, así como una biblioteca. El restaurante sirve goulash, sorrentinos, capeletti, ñoquis, crêpes de pollo y verdura, bagna cauda con verduras de estación y bife de costilla en pieza entera al horno con papines a las hierbas, entre otras especialidades. Toda esta zona fue declarada por la Unesco Reserva de Biosfera; la isla se encuentra en la llamada Zona de Transición. A través de un proyecto de energía sustentable en zonas rurales con fines productivos, presentado por la Universidad de Luján a la OEA y con fondos de esa organización, Isla Margarita cuenta desde 2008 con energía solar que provee a la hostería y alimenta su sistema de purificación de agua. Finalmente, en la costa hay cien metros de playa sobre el río Carabelas, con canoas disponibles para el huésped. Apenas a 50 km de Buenos Aires, un universo de mareas, agua, tiempos interminables y sabor a río parece increíble. Pero allí está, con todo su misterio, su fantasía y su belleza.