La olvidada inquietud de sí. - Foros de Consulta del Nacional para la

Goleman, Daniel (2012). “El cerebro y la inteligencia ... En Garza, J.G. (Ed.), Valores para el ejercicio profesional (pp. 125-127). Monterrey, N.L., México: Instituto ...
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Participación Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo Educación Básica Tema: 2) ¿Qué es hoy lo básico indispensable? 1. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en la educación básica para seguir aprendiendo a lo largo de la vida? 2. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en para tener la capacidad de convivir pacíficamente?

 

La olvidada inquietud de sí. Manuel R. Bravo Valladolid RESUMEN El documento que aquí se presenta aboga por empoderar al niño. Es un mensaje por humanizar lo que en la escuela se enseña. Se sostiene que el conocimiento de uno mismo (la inquietud de sí) es un saber, una habilidad y una práctica que debe aprenderse y ejercitarse de manera explícita en el currículo nacional. Se divide en dos apartados. Primero, la inquietud de sí vista como derecho, su definición, su importancia. Segundo, su abordaje actual y una propuesta concreta. Introducción “Los aprendizajes fundamentales del ser humano están basados, invariablemente, en viajes interiores” Carneiro, 2006

¿Qué pasaría si en la escuela pudiéramos preguntarnos desde pequeños quiénes somos?¿Tenemos suficientes oportunidades para emprender un clavado profundo en nuestros hábitos, carácter, debilidades, talentos? ¿Podemos en la escuela pensar qué cambiaríamos de nuestra forma de ser? ¿Cuántos niños pueden emprender en la escuela la conciencia de su identidad? ¿Se nos permite pensar allí la mejor versión de nosotros? María Montessori insistió en la importancia del conocimiento de sí mismo a lo largo de su obra, tanto en el niño, como en el adulto que se relaciona con el niño: “Debemos ayudar al niño a actuar por sí mismo, usar su propia voluntad, pensar por sí mismo; este es el arte de los que aspiran al servicio del espíritu. La alegría del maestro es acoger las manifestaciones del espíritu” (Wolf, 1999). Ser humano es explorarse a sí mismo, puesto que éste es el camino para encontrarle un sentido a la vida. La escuela no puede seguir negándole al niño la posibilidad y el derecho de explorarse para detonar sus potencialidades. Sin embargo, hoy la escuela suele enseñar a separarlo todo, incluso a uno mismo. ¿Quién eres y a dónde vas? Estas preguntas son vitales en nuestra educación; en nuestra vida. Conllevan un aprendizaje que atormenta o ilumina a las personas en su sentido de vida. Su tiempo, el que amerita esta cuestión, no es atendido con seriedad en la institución escolar, y menos en el currículo nacional.   Por alguna extraña razón hemos decidido que por convicción, por accidente, por necesidad urgente o por crisis existencial, las personas deban inquietarse por sí mismas hasta ya entrada su adultez. Siempre llegamos tarde a esta cita. Asumimos, quizá sin pensarlo, que el aprendizaje de sí será un insight o un eureka que llegará en algún momento indeterminado y lejano, gracias a los aprendizajes acumulados de geometría o de los diptongos o de la tabla de los elementos químicos; o que quizá la familia, mientras enseña algunos hábitos, logrará inquietar a sus hijos sobre sí. Ilusos somos, pues pensamos que para cuando llegue el magnífico y revelador examen de orientación vocacional (lo que eso signifique y arroje), todos nuestros jóvenes tendrán una clara intuición de quiénes son y cómo quieren perfilar su vida profesional. El tiempo es sabio y nos enseña, generación tras generación, que esto no sucede así. Que dicho aprendizaje es complejo y por tanto, toma tiempo, esfuerzo y trabajo; es un compromiso constante. Que si aprender es un placer, este aprendizaje concreto es fascinante y relevante. Fascinante por el encuentro con los otros a través de uno, y viceversa, el encuentro con uno mismo a través de los otros. Y es relevante para desatar el gusto por aprender más y con mayor profundidad. El estudio de sí mismo es la más relevante o quizá la única avenida para liberar realmente las potencialidades de cada niño. Resulta lastimoso escuchar en el imaginario social compartido, que el hecho de “ser alguien en la vida” esté en función de lo externo, de la cuenta bancaria o del número de certificados académicos. Esta apreciación, que acarrea décadas de retraso para cada persona, es lo que Fromm señaló cuando citaba como amenazante el sentido de identidad basado en el “tener” y no en el “ser” (Fromm, 2009). Lo típico es que nadie, en nuestra educación -incluida nuestra trayectoria escolar- nos enseñe que desde que nacemos ya somos alguien en la vida y tenemos derecho a ser muchos sí mismos en esos viajes interiores.

 

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Participación Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo Educación Básica Tema: 2) ¿Qué es hoy lo básico indispensable? 1. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en la educación básica para seguir aprendiendo a lo largo de la vida? 2. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en para tener la capacidad de convivir pacíficamente?

  Si coincidiéramos en que el aprendizaje nos transforma, es decir, si el aprendizaje es una experiencia que construye identidad ¿debemos aprender sobre nuestra identidad misma? ¿Es tarea de la educación y, de la educación escolarizada, abonar para darle sentido a la vida de cada niño? Por supuesto que sí. Ése es su principio y también su fin último. Aprender nos irrumpe, nos revoluciona, nos emociona, nos transforma, pero el trabajo consciente de qué fue lo que nos cambió, cómo nos revolucionó, de dónde partimos y a dónde llegamos, en quiénes nos transformó ese viaje de aprender, es algo fundamental, puesto que responde a los cuestionamientos centrales de nuestra identidad. 1) La inquietud de sí. “Todos llevamos dentro un desconocido. Quise penetrar en mí mismo y desenterrar ese desconocido”. Octavio Paz Vivir la vida buscando sentido, le da sentido a la vida misma. Sócrates, y luego Platón1 refierendo la enseñanza del anterior, señalaron con insistencia que “una vida no examinada no merece la pena de ser vivida”. Aunque la historia puede sorprendernos ingratamente, por la enorme resistencia que tenemos a examinarla. Foucault reformuló el gnothi seauton (“conócete a ti mismo”) de Sócrates, revitalizándolo del epigmeleia heautou (“inquietud de sí mismo”). Esta noción, la inquietud de sí, tiene ciertas características, que por el espacio disponible, definiré de forma enunciativa (Foucault, 2009): a)

Es una actitud general. Una forma de considerar las cosas, de situarse en el mundo, de realizar acciones, de tener relaciones con el prójimo. Es una actitud no sólo con respecto a sí mismo, en sentido individualista y aislante, sino también con respecto a los otros, con respecto al mundo. b) Implica trasladar la mirada desde el exterior, los otros, el mundo, hacia uno mismo. Es prestar atención a lo que se piensa: es ejercicio y meditación. c) Involucra acciones que uno ejerce sobre sí mismo, por las cuales se hace cargo de sí mismo, se modifica, se purifica, se transforma y transfigura. d) Es un trabajo de sí sobre sí mismo, una transformación progresiva en la que uno es responsable, una labor de ascesis. Un camino espiritual, de práctica, de búsqueda y de conversión constante. i)

El derecho a la inquietud de sí.

¿Tienen derecho los seres humanos, desde pequeños, a explorarse? ¿Tienen derecho a revisar su mente, su cuerpo, sus emociones, preferencias, placeres, intereses, carácter? Si la educación escolar se encamina a formar al ser humano, ¿no debiera entonces la escuela considerar el tiempo y las correspondientes ocasiones para formarse a sí mismo? El derecho a aprender, hoy explícito en el artículo tercero constitucional, nos plantea algunas cuestiones que interesan aquí. Si asumimos que el aprendizaje es la posibilidad de construcción de identidad, entonces negar el aprendizaje de sí ¿no sería una forma de inmiscuirse negativamente, por omisión y bloqueo, en la identidad de cada niño? ¿Acaso el no abordarlo en la escuela es equivalente a amedrentar la posibilidad de ser uno mismo? Pienso que el no abordarlo con claridad, sí es inmiscuirse, interferir, interrumpir; es tanto como asumir la decisión anónima que afirma: “tú no eres relevante”. El marco legal nos recuerda la importancia de lo que hasta aquí hemos dicho. La Convención sobre los Derechos del Niño establece en su artículo 29: “Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a: a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades; b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas; c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;

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Apología, 38a. Véase en: http://bit.ly/1ijxaDy

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Participación Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo Educación Básica Tema: 2) ¿Qué es hoy lo básico indispensable? 1. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en la educación básica para seguir aprendiendo a lo largo de la vida? 2. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en para tener la capacidad de convivir pacíficamente?

  d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena; e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.” ¿Se puede inculcar el respeto al otro, la identidad cultural, vivir en libertad o respetar el entorno, sin tener una plena consciencia de qué hago yo en este mundo? ¿Se puede alcanzar las finalidades de la educación sin abordar explícitamente el asunto de quién soy? Naturalmente que no. Necesitamos del otro para ser, de tal suerte que nos encontramos con nosotros al distinguirnos del otro, y también al buscarnos en el otro. Sin embargo, este artículo de la Convención sobre los Derechos del Niño es una aspiración olvidada, casi letra muerta, desplazada por un atiborrado plan de estudios que prioriza lo cognitivo sobre lo emocional, y lo externo sobre lo interno. ii) ¿Por qué es importante la inquietud de sí en las escuelas? Es empoderar al niño. Se piensa con recurrencia que el niño es incapaz de pensarse; “está muy chico para eso”, se alega. Pero los niños tienen presente. Si educamos, como afirma Maturana, para que vivan el futuro con nuestro presente, les negamos el suyo. Los orillamos a un presente lejano, y los obligamos a buscar fuera de ellos una identidad que les dé sentido: “por fuerza tendrá que vivir en ausencia de él o ella, siempre movidos por las opiniones y deseos de otros. Una persona como esa no tiene lugar en su propia vida y tampoco le interesa” (Maturana, 2002, citado por Hoyuelos, s/a). Por el aprendizaje mismo. Desarrollar el sentido de identidad nos posibilita el autocontrol. Y no sólo eso, la sensación de comprometerse con una actividad (estado de flow) es un pico de autorregulación. El punto de aprovechamiento máximo de las emociones favorece una máxima eficiencia cognitiva, lo cual posibilita el aprovechamiento máximo de cualquier talento aún no favorecido, explicitado o ejercitado que podamos tener (una notable actividad prefrontal izquierda). Por el contrario, estar abrumado recurrentemente puede dañar el hipocampo, que es fundamental en el aprendizaje; nuestra capacidad de aprender es altamente vulnerable al estrés (Goleman, 2013). La autoestima y la automotivación están altamente influidas por el conocimiento de uno mismo. Un alumno experimenta situaciones de dificultad cuando aprende y vive experiencias en las que se percibe distinto del otro. Requiere, por tanto, habilidades para tomar consciencia de su propia realidad, de sus posibilidades, de su situación única e inédita; sólo así puede establecer metas y planes realizables, siendo él mismo quien se entusiasme y disponga a lograrlo, sin la necesidad de siempre contar con un agente externo que lo impulse (Villa y Poblete, 2008). Es atender lo esencial. Nos convertimos en lo que podríamos ser por nuestras oportunidades, nuestras disposiciones, nuestras capacidades y nuestros aprendizajes, incluso aprendizajes que brotan del error. Jung compartió que, de entre todos sus pacientes mayores de treinta y cinco años, no había ninguno cuyo problema al nivel más profundo no fuera un problema espiritual (Wolf, 1999). El carácter, el bienestar individual (felicidad), la paz interna, el sentido de plenitud, la trasgresión al otro, nuestra relación con la alteridad (como aprecio o eliminación) son aspectos centrales de estar vivo. Dos problemas muy concretos de la escuela actual como son el contacto con las drogas y el fenómeno del bullying, podrían encontrar mejores respuestas si se trabajara decididamente en el conocimiento de uno mismo. Es engancharse con la escuela. La escuela parece ser difícil, pero no por el nivel de dificultad intrínseco; es difícil porque es aburrida. En la exclusión escolar influyen una multiplicidad de factores, pero no es poca cosa el factor tedioso de la escuela, puesto que los intereses de los alumnos chocan con el de los adultos, día tras día. ¿En qué momento decidiremos que la historia, los gustos y disgustos, las experiencias, las hipótesis, la vida del niño, y luego joven, deben ocupar un lugar central en el salón de clases? ¿Por qué serían más importantes nuestras preguntas que las suyas? Si me empecino en que respondan mis preguntas y no que se respondan sus interrogantes, estoy destinado al fracaso como educador. Es formar ciudadanos para el mundo. La inquietud de sí favorece un pensamiento propio. Una persona capaz de defender sus argumentos, en lugar de seguir a las masas, es un ser valioso para la democracia. Una persona capaz de pensarse, de situarse en el mundo, es una persona capaz de relacionarse con el otro e incluso, de mirarse a través del otro, de hacerse cargo del otro, una conciencia de sí. Nussbaum sostiene que “para evitar las atrocidades, debemos contrarrestar esas tendencias produciendo una cultura de disenso individual… si uno se siente responsable de sus propias ideas, es probable que también se responsabilice por sus propios actos” (Nussbaum, 2010).

 

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Es acelerar el progreso económico. El talento, la pasión y la identidad están ligadas. La encuestadora Gallup, a través de su Índice de Enganchamiento Laboral en Estados Unidos (con una muestra de 50 estados) identifica que 71% de los trabajadores americanos no están enganchados o incluso están decididamente no comprometidos con su situación laboral, síntoma de la desconexión emocional respecto a sus trabajos, haciéndolos menos propicios a ser productivos. Esto deja a menos de una tercera parte de la población en una situación de encantamiento-entusiasmo sobre su propio trabajo. En las empresas más productivas hay diez empleados completamente vinculados, por cada uno desvinculado. En las empresas de productividad media la proporción es solamente de dos a uno2. Nutrir el talento y descubrir la pasión se logra sólo conociéndose a uno mismo. 2) La escuela fracasa en la inquietud de sí. Cuán lejos estamos de posibilitar la libertad para explorar, para encontrarse con uno mismo y para inquietarse de sí. Es posible que se haya asumido que aprender lo que “otros” deciden como importante, plasmado en un currículo nacional prescriptivo, es la fórmula para alcanzar la posibilidad de ser uno mismo. En ocasiones se logra, pero no gracias a lo que en la escuela se enseña, sino a pesar de que la escuela corrompió o interfirió en las identidades. Insistimos en homogenizar. Fomentamos niños iguales y no personas únicas que, como brillantes artesanos de su vida, vayan esculpiendo su personalidad única y se desarrollen plenamente. La escuela fracasa en la diversidad. No facilita al niño el engranaje de su talento y su pasión. Sin las idóneas oportunidades, es difícil que uno sepa cuáles son las aptitudes propias y hasta dónde puede uno llegar con ellas (Robinson, 2009). La dimensión de la existencia, dice Perrenoud, está ausente en el currículo escolar. Entender el manejo de las relaciones, las emociones, los miedos, los deseos, las expectativas, las decepciones del otro y de uno mismo son aspectos inexistentes en el currículo escolar (Perrenoud, 2012). Esto puede comprobarse si asomamos lo que sucede en el Acuerdo 592. I. Acuerdo 592 El documento que concentra el plan de estudios articulado de toda al escolaridad básica en México tiene apenas unos cuantos pincelazos, claramente insuficientes, sobre la construcción de identidad. El primer grado de Formación Cívica y Ética lo aborda en el bloque cinco, el tercer grado en el bloque dos, el cuarto grado en el bloque uno y el quinto grado en el bloque uno. Asimismo, los textos tienen claroscuros; por ejemplo, en primer grado se señala con desatino: “eres grande porque formas parte de una gran nación”. Como si la grandeza de la identidad dependiera de la nación a la que se pertenece, y no justamente al revés: la nación es grande por las personas que la conforman. Otro tanto sucede con Educación Artística, aunque aquí las menciones son todavía más esporádicas, pues aparecen en pocas lecciones, no en bloques (Ej: Lección 19, primer grado: “Cuando sea grande, yo quiero ser…”) (SEP, 2012; SEB, 2012, 2012a, 2012b, 2012c, 2012d, 2012e, 2012f) Cierre: La propuesta ¿Cuántos muchachos quieren dedicar su vida al narcotráfico en México? ¿Cuál es la proporción de jóvenes que se suicidan diariamente? Hablamos de maltrato infantil, suplicando el tratamiento de los adultos, pero ¿qué hay del niño? ¿No tienen todos, acaso, derecho a un momento de silencio y soledad, un espacio en la escuela para desconectarse de la tecnología (televisión, radio, iPads) o esquivar la labor doméstica o del campo para escuchar su voz interior? Preguntaba Pablo Latapí: “¿No entregamos, como oro por cuentas de vidrios, esta libertad y este riesgo de ser hombres a cambio de tener muchas marcas de jabón?” (Latapí, 2000). En ciertos momentos históricos parece que la escuela quiere dirigirse hacia este rumbo de la “inquietud de sí”, pero temo mucho que perdamos la brújula en una búsqueda incesante por maximizar el crecimiento económico. Desde 1996 el Informe Delors sostuvo la importancia de “Aprender a Ser”, sustentado en que el desarrollo del ser humano “es un proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo” (UNESCO, 2008:102). Diecisiete años después, el Reporte de la UNESCO sobre las Métricas de Aprendizaje pretende recuperar, en su dominio “Social y Emocional”, aspectos relacionados con la personalidad del niño y sus habilidades sociales, lo que denominan como “life skills” (Brookings y UNESCO, 2013). Según las noticias del Director de Política Educativa de la OCDE, el

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Véase en: http://bit.ly/1ijxaDy

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Participación Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo Educación Básica Tema: 2) ¿Qué es hoy lo básico indispensable? 1. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en la educación básica para seguir aprendiendo a lo largo de la vida? 2. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en para tener la capacidad de convivir pacíficamente?

  Sistema Educativo Chino ha emprendido -en su reforma educativa actual- la decisión de ayudar a los estudiantes a descubrir quiénes son, a dónde quieren ir en la vida y cómo lo quieren hacer (Schleicher, 2012). Si toda pregunta es una invitación a mirar en una dirección determinada, ¿qué sucedería si nos preguntáramos desde pequeños con mayor perseverancia sobre quiénes somos? ¿Qué mayor sentido podría tener la escuela, si su prioridad fuese la construcción de identidad de la persona misma, de cada persona? No podemos seguir construyendo proyectos variados, quedándonos sin el proyecto más relevante: el de ser humanos. Esa es la mejor manera de apreciar la diversidad y de reforzar la calidad. Sostengo que el Sistema Educativo Nacional debe dedicarse con mayor convicción, tino, insistencia y de forma explícita al ejercicio de la inquietud de sí en el plan de estudios. Debe existir un dominio dedicado sólo al descubrimiento y construcción de uno mismo; no como un tema o bloque de otros dominios, sino como un dominio explícito y transversal, de primero de primaria a tercero de bachillerato: ¿Quién soy? Un aprendizaje que además sea practicable en el resto de los dominios. En las observaciones que recolecto en aquellas escuelas en las que suelen aprender de manera notable los niños, así como en mis épocas de maestro de regularización con niños de preescolar y en mis recientes grupos focales con niños de primaria y secundaria, he notado que los logros arrojan factores en común. La mejora ocurre cuando se respeta al niño, se le permite elegir sus intereses para aprender algo, se le escucha con interés, las relaciones tienden a ser más afectivas y horizontales, se le incentiva la curiosidad (posibilitando sus propias hipótesis), se trabaja desde la libertad y se le acompaña en el viaje. Es bellísimo observar su entusiasmo cuando comparten algo que aprendieron desde su propia elección. Algunos prefieren los números, mientras que a otros les parece fascinante la educación artística, por mencionar dos ejemplos, pero existió la posibilidad de elegir. Cuando les pido que imaginen su clase favorita, una constante que he recuperado es el gusto que tienen por las historias y los cuentos, mientras los dictados suelen ser la actividad escolar más aburrida. Debo decir que contar historias es una estrategia que puede ayudar al niño a encontrarse a sí mismo a través de las vidas de otros. Las estrategias de apoyo son innumerables. La prueba de autoconcepto académico, las mediciones en las habilidades de carácter, las dinámicas de clase, los proyectos y tareas mismas orientadas hacia el interés del alumno son elementos que podrían iluminar la vereda en esta propuesta. Es el maestro quien puede irradiar la pasión a sus alumnos por aprender lo que a ellos más les guste, y de aspirar a ser la mejor versión de sí mismos; pero esto imbrica el estudio de sí mismo del maestro, como aconsejaba Montessori: “Quien desee ser guía siguiendo nuestro sistema debe examinarse a sí mismo” (Montessori, 1966:187, citada por Wolf, 1999). Es explicitar: Si crees en mí, si puedo pensarme y sentirme querido e importante, puedo lograr cosas insospechadas. Esa verdad puede ser atestiguada con incontables evidencias, de parte de educadores verdaderos. Es una cuestión de convencimiento, que debe transitar a política de Estado. Desde una perspectiva liberal-igualitaria: “que cada persona pueda programar y desarrollar su propio plan de vida es una tarea que requiere de un Estado dispuesto y capaz de imponer límites a todas las entidades —desde las mafias hasta las iglesias— que podrían impedirlo” (Salazar, s/a). La escuela debe ser una institución propicia para ello. Será importante lentificar las ansias de los adultos, respetar la adecuada pauta que da el estilo y ritmo de aprendizaje de cada uno. Es muy negativa y contraproducente la voracidad con que se pretende que los niños aprendan lo que los adultos quieren. Es pasmoso lo poco que aprenden nuestros niños, y resulta fundamental luchar por hacer valer su derecho a aprender. Por ello, debemos desmenuzar lo prioritario y separar lo importante de lo irrelevante. Reconocer que el aprendizaje es el hijo de la emoción. La palabra vive, la matemática suma y el funcionamiento orgánico del cuerpo se aprende cuando hay un ser activo que les da sentido, que da vida a lo que oye y asimila. Se combina así el esfuerzo y la satisfacción: el apetito por aprender. El ser humano aprende más y mejor si está activo, si es partícipe, si comparte, si está enganchado; cuando las relaciones son cálidas y frecuentes y los aprendizajes resultan significativos para el aprendiz. Pero eso sólo pasa cuando los intereses, los aprendizajes esperados y las dinámicas en las relaciones están orientadas al aprendiz: al niño. La escuela no solamente se trata de planas y de sumas, sino de aprender a vivir. La escuela debe ser su espacio, cobijado y animado por adultos idóneos, quienes respeten y propicien en ellos la actividad más relevante: la búsqueda de sentido para su vida. La propuesta es: ¡que la escuela los inquiete de sí!

 

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Participación Foro de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo Educación Básica Tema: 2) ¿Qué es hoy lo básico indispensable? 1. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en la educación básica para seguir aprendiendo a lo largo de la vida? 2. ¿Qué conocimientos, habilidades y valores es necesario adquirir y desarrollar en para tener la capacidad de convivir pacíficamente?

 

Referencias SEB (2012). Formación Cívica y Ética. Primer Grado. México: SEP. SEB (2012a). Formación Cívica y Ética. Segundo Grado. México: SEP. SEB (2012b). Formación Cívica y Ética. Tercer Grado. México: SEP. SEB (2012c). Formación Cívica y Ética. Cuarto Grado. México: SEP. SEB (2012d). Formación Cívica y Ética. Quinto Grado. México: SEP. SEB (2012e). Educación Artística. Primer Grado. México: SEP. SEB (2012f). Educación Artística. Quinto Grado. México: SEP. SEP (2011). Acuerdo Número 592. Por el que se establece la articulación de la Educación Básica. México: SEP. Foucault, Michel. “La hermenéutica del sujeto”, México, FCE, 539p. Fromm, Erich. “¿Tener o ser?”, México, FCE, 199p. Goleman, Daniel (2012). “El cerebro y la inteligencia emocional: nuevos descubrimientos”, España, Grupo Zeta, 110 p. Hoyuelos, Alfredo. “Los tiempos de la Infancia”, disponible en: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=38061723 Latapí, Pablo (2000). “Tuvimos éxito”. En Garza, J.G. (Ed.), Valores para el ejercicio profesional (pp. 125-127). Monterrey, N.L., México: Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Perrenoud, Philippe (2012). Cuando la escuela pretende preparar para la vida. ¿Desarrollar competencias o enseñar otros saberes?, México, Colofón, 233p. Robinson, Ken (2009). “The Element. How finding your passion changes everything”, Nueva York, Penguin, 274p. Salazar, Pedro (2014). “Confesiones http://www.nexos.com.mx/?p=19304

de

un

liberal

igualitario”,

Nexos,

disponible

en:

Schleicher, Andreas (2012). “What We Can Learn From Educational Reform in China”. Disponible en: http://www.huffingtonpost.com/andreas-schleicher/educational-reform-in-china_b_2327908.html Villa, Aurelio y Poblete, Manuel. (2008) “Aprendizaje basado en competencias. Una propuesta para la evaluación de las competencias genéricas”, Bilbao, Mensajero, 338p. Wolf, Aline (1999). “Cómo cultivar el espíritu del niño en un ambiente laico”, Estados Unidos de Norteamérica, Parent Child Press, 157 p. Sobre el autor: Manuel Ricardo Bravo Valladolid Investigador de Mexicanos Primero. Correo: [email protected] Teléfono: 12534000/120 Twitter: @manubravo26

 

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