LA INTEGRIDAD EN EL MINISTERIO Por Daniel Francia Ilustración: Un joven llamó desde un teléfono público a una empresa, preguntando si no necesitaban un empleado responsable, cumplidor, honesto, capaz, trabajador. Y le contestaron: “NO, ya tenemos uno”. Entonces se fue sonriendo y silbando mientras se acercaba a su carro. Un hombre que escuchó la conversación, le dijo: “Disculpe, no pude evitar escuchar su conversación y le negaron un empleo. Entonces, ¿por qué se va tan contento?” El joven le respondió: “Porque yo soy ese empleado honesto, capaz y trabajador que ellos ya tienen; sólo estaba comprobando si hacía bien mi trabajo”. Si usted le hiciera esa pregunta a su gerente o supervisor, ¿cuál sería la respuesta? Vamos a definir lo que es integridad y cómo es una persona íntegra. INTEGRIDAD: Calidad de íntegro, entereza, probidad. El estado de estar completo, no dividido. Una persona íntegra es cuando coinciden sus palabras y sus obras. 1)
La integridad es lo que somos y esto determina lo que hacemos.
2)
La integridad da origen a las reglas básicas para resolver entre lo que queremos y lo que debemos hacer.
Pasajes de integridad: Génesis 20:6, Josué 24:14, Jueces 9:16,19, 1 Reyes 9:4, Job 2:3,9, 4:6, 27:5, 31:6, Salmos 7:8, 15:2, 25:21, 26:1, 26:1 y 11, 41:12, 78:72, 84:11, 101:2. Proverbios 10:9, 11:3, 19:1,20:7, 28:6, 28:18, Tito 2:7. ÍNTEGRO: Completo, probo, honrado. Vine: libre de mancha moral. Incorrupción. Se usa: a) del cuerpo de resurrección (1 Corintios 15.42, 50, 53, 54); b) de una condición asociada con gloria, honor y vida, incluyendo un significado moral (Romanos 2:7, 2 Timoteo 1.10); c) del amor de Cristo que es sincero y sin disminución (Efesios 6.24), inalterable y aparece (Tito 2.7), incorruptibilidad. 1)
Soy quien soy no importa donde estoy o con quien estoy.
2)
No divide su lealtad, ni finge ser de otra manera (hipocresía).
3)
Se identifica porque tiene una sola manera de pensar, no tienen nada que esconder ni nada de temer; sus vidas son libros abiertos.
Pasajes de íntegro: 2 Samuel 22:26, 2 Reyes 20:3, 2 Crónicas 19:9, Job 9:21, 36:4, Salmos16:3, 18:25, 19:13, 33:1, 37:37, 64:4, 119:80, Isaías 38:3. Esto nos llama a la reflexión de que debemos ser santos en TODAS LAS ÁREAS de nuestra vida para ser íntegros. “La medida de tu integridad es la medida de tu santidad. Cuanto más santo, más íntegro”, “La integridad es el resultado de la santidad”. “Si no eres íntegro eres hipócrita”.
FORMA DE LOGRAR LA INTEGRIDAD (sólo llegarás a ser lo que estás llegando a ser ahora) La integridad es el resultado de la autodisciplina, confianza interna y una decisión de actuar con una honestidad inexorable (duro, inflexible) en todas las situaciones de la vida. (Aunque no puedas retroceder y tener un flamante principio, cualquiera puede comenzar a partir de ahora y tener un nuevo fin.) AUTODISCIPLINA (es el deseo de subordinar los intereses personales y egoístas a los intereses eternos de Dios). Es un error creer que podemos progresar en la integridad con solo buenas intenciones y sentimientos de entusiasmo en cuanto a la vida cristiana. El Señor sólo puede obrar efectivamente a través de vidas que están sometidas a su disciplina, a él mismo (1 Corintios 9:25-27). Una vida equilibrada no radica en programas, actividades, ni un torbellino de esfuerzos de autoayuda, sino en una relación adecuada y fundamental con el Señor (Lucas 10:38-42). Hay dos conceptos: el quietismo, que dice que el creyente es pasivo en su santificación y cualquier esfuerzo de nuestra parte es un obstáculo al proceso de Dios; y el pietismo; este dice que nuestro perfeccionamiento espiritual depende completamente de nosotros. Surgió en el movimiento evangélico alemán del siglo 18. Tenía cosas buenas como énfasis en la oración, estudio de la Biblia, práctica de buenas obras y autodisciplina, pero se sobreenfatizaba el esfuerzo personal. La palabra de Dios modera los excesos de estas dos tendencias. Salomón ya lo decía 1 Reyes 8:56-61. Si vamos a ser obedientes al Señor en el proceso de santificación, él tendrá que dirigirnos en esa dirección; pero, al mismo tiempo, debemos tener el corazón y la voluntad dispuestos para hacer su voluntad. Esto nos demanda: Un esfuerzo constante en las siguientes áreas: Separación del mundo (2 Corintios 6.14) Esta separación significa que debemos tener una actitud y orientación diferente a la del mundo, así como la de no comprometer nuestros principios para amoldarnos a sus costumbres (Juan 17.15-18). No es fácil (2 Timoteo 3.12). Tal vez no padecemos persecución porque no vivimos vidas piadosas Una vida de sacrificio (Hebreos 13:15-16) Este es un atributo de todos los que quieren vivir con integridad: la actitud de una vida de sacrificio. ¿Cómo hacerlo? 1) Debo alabar al Señor en todo momento (1 Tesalonicenses 5.18), no sólo cuando recibo bendiciones. 2)
Servicio práctico y buenas obras para el prójimo (1 Juan 3.18).
Una actitud sumisa. a) A los líderes espirituales (Hebreos 13:17)
“Además de la obra de su Espíritu, Dios gobierna a través de los hombres controlados por el Espíritu que dirigen la iglesia”. Dios diseñó a su iglesia de tal modo que los hombres calificados y divinamente señalados, la presidan y con la ayuda de Dios, determinen su dirección, enseñen la palabra y ofrezcan guía y orientación al pueblo. Debemos reconocerlos y tenerlos en mucha estima (1 Tesalonicenses 5.12-13). Nuestra sumisión y obediencia a los líderes espirituales equivale a la sumisión y obediencia a Cristo. Los líderes no son infalibles y debemos estar atentos para evitar cualquier problema posterior y aun mayor, y la palabra nos da la forma de actuar en los casos en que el líder se equivoca (1 Timoteo 5:1920). Estar en desacuerdo con un líder no es falta de integridad. Las consecuencias son peores si no se enfrenta a un líder que está en pecado. b) A la autoridad gubernamental (1 Pedro 2:13-14, Romanos 13:1-7). c) A los jefes (1 Pedro 2:18). Lo más parecido hoy a la relación entre dueño y esclavo es la de jefe y empleado. Debemos someternos con todo respeto y hablar de temer a Dios y no al hombre. Súplicas por los demás. Tenemos la obligación de orar por nuestros líderes (Hebreos 13.10-21). Todo servidor tiene pecado, debilidades y limitaciones y si no oramos fielmente por ellos no serán tan efectivos como el Señor quiere que sean. Los líderes enfrentan una oposición y tentación espiritual más intensa que el creyente común. El diablo sabe que si logra que los líderes claudiquen o se desanimen, dañará la causa de Cristo y a muchos creyentes. Por eso, Pablo pedía que orasen por él (Efesios 6.19). Oremos por nuestros líderes de la red de Radiodifusión Bíblica y de la iglesia local. “Los líderes espirituales auténticos, aquellos a quienes Dios ha responsabilizado de nosotros y a quienes verdaderamente les importa el bienestar de nuestra alma, necesitan y merecen nuestras oraciones”. Nota final: No podemos negar que la senda que conduce a la santidad personal exige un esfuerzo disciplinado que muchas veces es difícil, pero en todo momento tenemos la fuerza espiritual de Dios y los recursos de su Palabra para recorrer la senda con éxito. Nuestra responsabilidad de esforzarnos por lograr la santidad personal, junto con nuestra obligación de dar la prioridad a Dios es simplemente un paso hacia el desarrollo de una vida sin claudicaciones. CONFIANZA INTERNA Debemos seguir la guía del Espíritu Santo y valernos de sus recursos para tener la disposición y el poder para resistir el mal, no importa con qué frecuencia o intensidad nos enfrentemos a él. Se desarrolla con el anhelo de conocer a Cristo íntimamente, una consagración a la Palabra de Dios como autoridad máxima y el deseo de vivir una vida piadosa.
La médula del cristianismo es nuestra relación con Cristo. Nuestra salvación comienza con él, nuestra santificación progresa con él y nuestra glorificación termina con él. Pablo lo entendió y lo dijo, en Filipenses 3:8. Tenemos que despojarnos del viejo hombre (Efesios 4.22) y vestirse del nuevo hombre (vv. 23 y 24). DECISIÓN DE ACTUAR CON HONESTIDAD EN TODAS LAS SITUACIONES Cuando su conducta es consistente con quien usted pretende ser, cuando sus obras están de acuerdo a sus palabras, usted es una persona íntegra. Veremos algunas de las muchas áreas donde debemos actuar con honestidad Área sexual (Efesios 5:3,5, 6) La dignidad del matrimonio. Honramos el matrimonio cuando: 1)
El marido cumple sus deberes como la cabeza (1 Corintios 11:3).
2)
La esposa se somete al marido (1 Pedro 3:1,6).
3)
Nos regimos por el amor y el respeto mutuo (1 Pedro 3:7). Concentrarse más en lo que pueden dar que en lo que pueden obtener.
Área económica (estar satisfecho con lo que tenemos) (Hebreos 13:5). Avaricia: el anhelo de adquirir cosas y es una actitud (Eclesiastés 5:10). Ejemplo de Rockefeller: “un millón de dólares”. El amor al dinero se demuestra en que nunca compran nada u otros tienen emoción en comprar de todo y añadir más a lo que tiene. Debemos poner nuestra confianza en Dios y no en el dinero (1 Timoteo 6:17). Cómo disfrutar de la actitud del contentamiento: a) Darnos cuenta de la bondad de Dios y creer que él nos cuida; b) Captar la verdad de que Dios es omnisciente y conoce nuestras necesidades (Lucas 12:30); c) Pensemos en lo que merecemos; a veces tenemos una idea muy inflada y vanidosa de lo que deseamos o necesitamos; d) Reconocer su soberanía su plan no es el mismo para todos sus hijos (Ana lo reconoció 1 Samuel 2.7). En 1 Corintios 12:4-11, el Señor proporciona lo que necesitamos, ni más ni menos; e) Recordar que los bienes de este mundo no son auténticas riquezas; f) El verdadero contentamiento resulta de nuestra comunión con Dios. Área doctrinal. Una de las tácticas del diablo es la de apartar a los creyentes de la sana doctrina. Una mala doctrina o una débil comprensión de la sana doctrina nos hacen vulnerables a todo tipo de malas prácticas, incluso a un modelo frágil o inexistente de integridad. Cada escritor de la Biblia dio consejos en cuanto a este tema tan importante.
Área de vida cristiana El amor generoso, con abnegación, devoción deliberada, preocupación por el bienestar ajeno, son características de la vida cristiana. En Mateo 22:36-40, el Señor ya lo enseñó, y luego Juan, en 1 Juan 3:14. Debemos aborrecer el mal (Proverbios 8.13). No podemos adaptarnos a ninguna forma ni ningún grado del mal. Es una lucha constante (Romanos 7.14). En la actualidad ya no nos horrorizamos por el mal, y cada día aceptamos una dosis mayor y creemos que por ser cristianos la exposición al mal no nos causará efecto duradero. Salmos 1.1-2 nos dice que no podemos coquetear con el pecado sin ser afectados. Debemos retener lo bueno (1 Tesalonicenses 5:21-22), examinarlo todo y evaluar las cosas cuidadosamente. Tenemos que tener una opinión formada de la palabra de Dios para saber qué rechazar y qué aceptar (Romanos 12:9). RESULTADOS DE LA INTEGRIDAD Produce confianza en otros (Un líder debe tener seguidores y para tenerlos debe contar con la confianza de éstos, y de allí la suprema calidad de un líder es su integridad). Produce influencia en otros (Historia del padre judío de Karl Marx [fundador del comunismo]). Forja patrones elevados de conducta (Encontrar una persona que acepte, cumpla, dé seguimiento hasta el último detalle y termine una tarea de manera efectiva y concienzuda, no tiene precio). Produce una reputación sólida (Imagen es lo que la gente piensa de nosotros; integridad es lo que realmente somos. Ej: la muralla china y cómo fueron sobornados para poder entrar: en 500 años, en tres oportunidades, entraron por la puerta, sobornando a los porteros. Los chinos estaban tan confiados en la muralla que olvidaron enseñar integridad a sus hijos). La integridad amalgama el decir, el pensar y el actuar para formar una persona completa, de manera que no le es permitido a ninguno de estos aspectos estar fuera de sintonía REFLEXIÓN FINAL Lo importante es tratar de cuidar la perspectiva de mantenerse fiel en el hoy, proyectándose para el mañana. ¿Estás dispuesto a comenzar a partir de ahora y tener un nuevo fin? Ora a Dios y él te dará una nueva oportunidad. Tomado de la revista “Momento de Decisión”, www.mdedecision.com.ar Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.