boxeo | 9
| Viernes 25 de abril de 2014
La historia de Gabriel Sarmiento, el técnico detrás de Maravilla Martínez Conoció al quilmeño en 2002, en España, y resultó clave en su carrera ● Fue a prisión por encubrir a uno de sus hermanos, lo liberaron por error y lo volvieron a encarcelar ● No podrá estar en el rincón contra Cotto en el Madison Andrés Vázquez PArA LA NACiON
E
s increíble cómo algunas personas pueden enhebrar parte de su vida en lugares muy lejanos de sus orígenes. Gabriel Sarmiento encontró su lugar en el mundo. Y ese sitio no queda en su ciudad natal de Las Varillas, en Córdoba. España es el sitio donde forjó su destino. Fue allí donde se animó a incursionar en la enseñanza del boxeo, sin más pasado en el tema que ser el hijo de Orlando, un ex boxeador sin grandes pergaminos. Fue allí donde, en 2002, le presentaron a Sergio Martínez, un chaval que, decían, era un púgil sin futuro; él lo convirtió en campeón mundial. Fue allí, también, donde ese sueño de ser el técnico de un boxeador estrella fue aplastado por un hecho absurdo que lo confinó a un largo tiempo en prisión… Su destino parece ser una gráfica caprichosa, de cumbres y descensos, de risas y lamentos. Hoy, aquellas noches largas y amaneceres sin sol van quedando atrás. El Gabi, como lo apodan sus amigos, está saldando el brete con la Justicia y las diferencias con Martínez forman parte del pasado. Hoy, entrenador y pupilo se reconciliaron y preparan juntos el trascendental combate del próximo 7 de junio, ante Miguel Cotto, en el Madison Square Garden de Nueva York. “El tiempo puso todo en su lugar”, dice Sarmiento ni bien arranca el diálogo con La NacioN. La historia del reencuentro tiene una fecha clave: el 27 de abril de 2013. Ese día, Maravilla Martínez volvió a combatir en la Argentina tras once años, con una complicada victoria ante el inglés Martin Murray, en la cancha de Vélez. Gabriel siguió el combate por TV a 10.000 km, en Alcalá de Henares. Aquella decepcionante presentación encendió la autocrítica en el staff y obligó a algunos cambios. El más resonante fue la reincorporación de Gabriel como jefe técnico del team Maravilla Box. “Sufrí toda la pelea y me convencí de que debía volver a su lado. Sergio necesita recuperar su boxeo estético, y yo soy el indicado para reconquistarle el hambre al campeón”, comenta este cordobés de 46 años. Y agrega, confiado, que Maravilla llegará al combate con Cotto recuperado de sus viejas lesiones: “Por la preparación que está realizando Sergio, Cotto no tiene ni una mínima posibilidad de ganar. Al 80 por ciento, Maravilla lo noquea”. Gabriel Sarmiento es la pieza clave en la carrera de Maravilla Martí-
Gabi Sarmiento acompañó a Maravilla durante buena parte de la carrera del quilmeño nez y es bueno conocer su historia. A los 24 años, cansado de los aprietes empresariales, abandonó su cargo como delegado gremial en la fábrica de tractores Zanello y viajó a España en busca de nuevas experiencias, en 1992. De ese viaje ya pasaron más de 20 años. No conocía a nadie, pero salió a pelearla. Hizo un curso de escolta de políticos –tal como se conoce a los guardaespaldas allá– y comenzó a practicar boxeo. Y encontró su lugar como hombre de seguridad. Fue en España donde recibió a Maravilla; le dio su propio departamento para que viviera, le consiguió trabajo y le prometió a su madre que Sergio cumpliría su sueño: “Quédese tranquila, señora, que el día que Sergio vuelva a la Argentina lo hará como campeón del mundo”, recuerda Sarmiento. Todo iba sobre rieles, pero en 2003 un hecho le cambió la vida: su hermano Orlando golpeó a un joven en la puerta de una disco y lo dejó cuadripléjico. Como era indocumentado, Gabriel se hizo cargo y fue
condenado a ocho años de prisión por lesiones graves. Por un error de formas, en 2005 lo liberaron y se fue con Maravilla a los Estados Unidos. “Me fugué porque sentía que, si cumplía mi condena, Sergio no iba a triunfar”, aduce. Allí utilizaba el nombre de Juan León Díaz, hasta que fue nombrado “entrenador del año”, y su verdadero nombre repercutió por todo el mundo. En 2011, pocos días antes de que Martínez peleara con Serhiy Dzinziruk, lo volvieron a encarcelar. “En Los Ángeles la pasé feo, estuve nueve meses sin ver el sol. Cuando me extraditaron a España, lo que más sufrí fue la distancia con Sergio”, recuerda Gabriel, que cumple su condena en el Centro de inserción Social de Alcalá de Henares y goza de un régimen de salidas diarias, gracias al cual puede viajar a Vallecas todas las mañanas para entrenar a Maravilla y a Kiko Martínez, campeón mundial gallo FiB. Sarmiento, que en total ya cumplió seis años de su condena, ya no
piensa más en hacer un plan detrás de los barrotes: “No hay nada más cómodo y eficaz que trabajar cara a cara con el boxeador. Mi obsesión por ver triunfar a Sergio es tal que hasta le armé la estrategia y la preparación de las peleas de Darren Barker y Matthew Macklin. Mi mujer llegó a pasarme escondido un USB para bajarle la planificación. Por suerte las cosas cambiaron…”, comenta Gabriel, quien no podrá viajar a Estados Unidos por su situación judicial y le cederá el mandato del rincón a su hermano Pablo. En el medio de la contingencia, Gabriel Sarmiento siempre fue el socio ideal de Sergio Martínez. Y no por compartir vanidades, sino por ser el faro que lo guió en la obtención de los cetros mundiales mediano junior, en 2009, y mediano, en 2010. Un faro de carne y hueso, con cédula de identidad, con la inmensa luz de una conducta rigurosa que busca recuperar al campeón. “Volví para que Maravilla se retire a lo grande”, afirma el mister Sarmiento.ß
Ya prepara el viaje hacia MiaMi b^b^b Sergio Martínez viajará mañana rumbo a Miami para completar el último tramo de su preparación. Por razones judiciales, será Pablo Sarmiento quien se encargará de realizar las sesiones de sparrings y lo asistirá en el combate ante Cotto. “Elegimos Miami por una cuestión de comodidad para mis desplazamientos y los de mi doctora, Raquel Bordón, que me asistirá por mis problemas en la rodilla, y tendría que viajar a Madrid muy seguido. Y el otro motivo fundamental es la igualdad horaria con Nueva York”, adujo Maravilla.