2
|
economía
| Domingo 12 De enero De 2014
Nota de tapa
7,3
46,4
Son los millones de conexiones de banda ancha que hay en la Argentina, entre las fijas y las móviles.
Son los miles de empleados que tiene en todo el mundo Google, una firma que es sinónimo de Internet en la actualidad.
Conectados
Gran empleador
La economía después de Internet Viene de tapa
Cowen cree que las nuevas tecnologías en el mediano plazo terminarán con el estancamiento: el problema es que lo harán en forma muy desigual, para unos pocos, y el resto de la población se hallará en problemas. “En el mediano plazo, son los incrementos en la productividad los que hacen que la economía crezca y mejore el estándar de vida”, dijo Cowen a la nacion, en un intercambio de e-mails durante la semana. El académico apuesta a que emergerá una clase “hiperproductiva”, de 15% de la población, que será más rica que nunca: aquellos que mejor se adapten y aprovechen la robótica y las nuevas tecnologías. Luego habrá empleos menos calificados, pero los cargos intermedios tenderán a desaparecer, reemplazados por inteligencia artificial. Cowen sospecha que algo de esto ya está ocurriendo: la destrucción de puestos de trabajo que produjo la crisis de 2008 en la economía norteamericana se recuperó en parte con la creación de empleos mal remunerados. “Muchas empresas se dieron cuenta que estos cargos intermedios producían cero valor agregado, y no los están reemplazando”, cuenta Cowen, un fanático de la Argentina, de los conciertos de la pianista Marta Argerich y de los libros de Alan Pauls y Cesar Aira. El club de los tecnoescépticos al que se unió en forma reciente Kasparov, tiene como cardenal supremo al profesor de economía de la Universidad de Northwestern Robert Gordon, quien cree que “el tema central es que las computadoras y la explosión de Internet no les llegan ni a los talones, en términos de impacto económico, a los grandes inventos de fines del siglo XlX y principios del siglo XX”. La difusión de redes cloacales urbanas cambió radicalmente la vida hogareña y la salud cien años atrás, pero una Internet más potente sólo ayuda a bajar películas en forma más rápida, exagera Gordon. En palabras de Robert Solow, Nobel de Economía: “Uno puede ver computadoras por todos lados, menos en las estadísticas de productividad”. Comparación con otros hitos Kasparov opina en la misma línea. Sostiene que las innovaciones tecnológicas actuales palidecen cuando se las compara con avances anteriores como la electricidad, el agua corriente o el motor de combustión interna. En un debate reciente en la Universidad de Oxford, el ex campeón mundial de ajedrez, enemigo declarado del premier ruso Vladimir Putin, se preguntó qué valor agregado a nuestras capacidades suman verdaderamente productos como el iPhone 5 y explicó que la mayor parte de la ciencia que subyace a la informática moderna fue definida en la década de 1970. “Algunos progresos genuinos en tecnología en los últimos 30 años esconden el estancamiento relativo en sectores de energía, transporte, exploración espacial, ciencia de materiales, salud y agricultura. Podemos usar un teléfono para
El tamaño de las grandes Los círculos representan la valuación de mercado (entre paréntesis, en mill.US$)
Empleados
(52.400)
300.000
Los gigantes de la industria tradicional se caracterizan por ser grandes empleadores y por tanto importantes dinamizadores de la economía local en los países en los que se radican
(275.290)
250.000
(61.220)
200.000
150.000
(183.970)
Las grandes tecnológicas, en cambio, están por debajo de los 150.000 empleados. La importancia de la industria reside en el potencial de los servicios que introducen
(488.970)
100.000
(32.920)
(141.810)
0 0
500
1.000
1.500
2.000
Ventas
Millones de US$
Fuente: Patricio O’Gorman, co-autor de Diginomics (Pearson, 2012), Fortune, Google Finance y sitios web de las empresas / LA NACION
mandar fotos de gatitos mientras viajamos en un subte de 100 años, pero la mayor parte del ambiente que nos rodea no es muy distinto al que había en la década del 60. Nuestra habilidad para hacer cosas básicas, como protegernos de terremotos o de huracanes, viajar más rápido o extender nuestros años de vida está apenas aumentando”, dice Kasparov. El ajedrecista ruso defiende esta línea argumental junto al emprendedor de Internet Peter Thiel, fundador de PayPal. (Nota al pie: vale la pena seguirlo a Kasparov en Twitter, es ultraácido y autocrítico. Días atrás comentó que la computadora expendedora de pasajes del aeropuerto de Oslo, en Noruega, se convirtió en la segunda máquina en vencerlo luego de Deep Blue, de IBM.) “La duda es si las nuevas tecnologías permitirán un nuevo ciclo de crecimiento exponencial o si hemos llegado a una meseta”, dice el economista Miguel Braun, director de la Fundación Pensar. “Kasparov y Thiel cuestionan la menor propensión actual a tomar riesgos, invertir e innovar, y dicen que, si no generamos un ambiente más propicio a la innovación, se estancará el progreso tecnológico, condenán-
Juan Carlos de Pablo
Crisis energética sí; pero no quiosquera y jamás rotisera Los precios son “señales” para la oferta; si son confusas, habrá faltantes, dice Adam Smith
L
(381.270)
(*) Valuación de mercado a 8 de enero de 2014. Ventas para años fiscales terminando mediados / fines de 2013, últimos valores anuales en Google Finance.
Serio, pero no Solemne
os cortes de energía eléctrica que asolaron principalmente al área metropolitana durante el pasado diciembre, fueron explicados por el aumento de la demanda de energía que genera la suba de la temperatura, más la ausencia de
(298.520)
50.000
suficientes inversiones en distribución. Por su recurrencia, lo primero no debió haber sorprendido a las autoridades; en cuanto a lo segundo; ¿por qué no se hicieron las inversiones necesarias? Al respecto entrevisté al escocés
donos a un menor desarrollo. En la Argentina estamos lejos de esta discusión de frontera, aunque hay temas como innovación en agroindustria y alimentos en los que podríamos ser líderes mundiales”, resume el economista. Para Sebastián Galiani, profesor de la Universidad de Maryland, no hay que fijar tanto la atención en Internet, sino más bien en la fuerte caída que se viene dando en el costo de la utilización de la inteligencia artificial. “Ello está induciendo un proceso de robotización del sistema productivo, por ahora lento, pero que podría aumentar la productividad laboral fuertemente. En definitiva, creo que el cambio tecnológico continuara su crecimiento, y la productividad de los factores no crecerá a una tasa menor a la que lo hizo el siglo pasado”, sostiene. Santiago Bilinkis, economista, emprendedor y embajador de Singularity University, cree que la teoría que defienden Kasparov-ThielGordon es “ridícula”. “Internet no es una tecnología en sí misma. Es un medio. Potencia mucho los alcances de otras tecnologías exponenciales como la robótica, la impresión 3D o la inteligencia artificial. Creo que es absurdo plantear que el ritmo de innovación
Adam Smith (1723-1790), profesor de filosofía moral en Glasgow, tutor, encargado de aduanas (como su padre) y autor de La teoría de los sentimientos morales (1759) e Investigación acerca de la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones (1776). Como Carlos Federico Díaz Alejandro, Francis Ysidro Edgeworth, David Hume, Michael Louis Mussa, Arthur Cecil Pigou, Raúl Arturo Ríos y Piero Sraffa, murió soltero. –“No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, la que nos procura el alimento, sino la persecución de sus propios intereses”, afirmó usted en La riqueza de las naciones. –Expliqué, además, que los empresarios se quejan de los efectos perniciosos que causan los altos salarios, pero nunca protestan por los efectos perniciosos que causan las altas ganancias. Y que rara vez una reunión de productores de un mismo producto, aunque sea social o por diversión, no termina en una
bajó. Es pensar que el avance innovador se reduce a los electrónicos de consumo que se muestran en la CES [feria que tuvo lugar en los últimos días en Las Vegas]. El verdadero cambio tecnológico ocurre en los laboratorios, no lo hace Apple o Microsoft”, dice Bilinkis. Andrés López, director del departamento de Economía de la UBA y experto en temas de ciencia y tecnología, coincide en que las visiones que están planteando un bajo valor agregado de Internet y de las nuevas tecnologías al crecimiento “son miopes”. Semanas atrás, este tipo de debates se planteó en el contexto de InnovatiBA, “el mayor evento que haya tenido Singularity University fuera de su sede central, que es la NASA”, contó Rob Nail, actual CEO y fundador asociado de la institución basada en la idea de un crecimiento exponencial de los avances en la ciencia, algo que nunca se dio antes en la historia de la humanidad. Casi como contestándole a Kasparov, Nail augura que la educación, la salud y el transporte son tres de los ámbitos en los que veremos más transformaciones en los próximos diez años. Nail y sus colegas afirman que el cerebro humano no está acostumbrado a digerir nociones
de crecimiento exponencial, y que se trata de una dinámica muchas veces contra intuitiva. Durante la primera parte de la curva de crecimiento, de hecho, estas nuevas tecnologías trepan por debajo que las de un modelo de crecimiento aritmético, y todos hablan de fracaso. Pero en una serie de pasos, la exponencialidad explota y todos aluden a un “cisne negro”, sorpresivo. “Es lo que está sucediendo, por ejemplo, con la impresión 3D”, dice Nail. “En muchas de estas tecnologías emergentes estamos en etapas iniciales, con chances de que se transformen en disrruptivas. Si esto ocurre, vamos a ver impactos económicos y sociales tremendos, con ganadores y perdedores, como describe Cowen”, dice Andrés López. Ultima nota al pie: al cierre de esta nota sobre el aporte de Internet al crecimiento, se cortó la conexión de la PC porque la falta de electricidad afectó a la central del proveedor. Paradojas de la Argentina 2014, y punto para Kasparov. ¿Podrá el ritmo de innovación despejar el tablero y ganar finalmente la partida de la aceleración del crecimiento o será jaqueado como creen los más pesimistas? El match KasparovThiel-Singularity-Cowen tiene final abierto.ß
conspiración contra los consumidores. – Durísima descripción del comportamiento empresario. – Pero como bien aclaró William Jack Baumol, no lo digo por animosidad personal hacia ellos, sino para destacar el hecho de que constituye un serio error confiar el bienestar de una sociedad a las buenas intenciones de cualquier persona. A propósito: la humanidad pagó y sigue pagando altos precios por creer que esto sólo rige en economías capitalistas, porque de lo que estoy hablando es de la naturaleza humana. No descarto el altruismo, pero los sistemas económicos no se pueden basar en comportamientos “angelicales” de los seres humanos. –Donde se tira abajo una casa y se levanta un edificio de departamentos, aumenta la demanda de muchos bienes. ¿Cómo es que no se prevé el correspondiente abastecimiento? –Excelente ejemplo, para ilustrar
el principio que enuncié. Imaginemos que en una casa vivía una familia, y en el edificio construido en el mismo terreno habitan 100 familias. Al ocuparse el edificio cabe esperar que aumente la demanda de diarios, ravioles, taxis, energía eléctrica y agua. Ahora yo le pregunto a usted: ¿conoce algún caso donde la inauguración de un edificio haya producido una “crisis quiosquera”, o una “crisis rotisera”? –No. –Porque en estos casos la oferta se ajusta de manera prácticamente instantánea. El vendedor de diarios encarga más periódicos, el rotisero más harina y los taxistas se acercan a buscar pasajeros. Pero no lo hacen por benevolencia, sino porque viven de eso. –¿Y en los casos de energía eléctrica y agua? –Antes de insultar a los oferentes –y en el caso de la energía eléctrica, amenazar con estatizar la prestación del servicio– habría que preguntar qué ocurrió con las tarifas
Teléfonos, lavarropas, aire fresco y contenedores Los estudiosos del impacto que tienen las tecnologías disruptivas sobre el crecimiento y la vida cotidiana afirman que los efectos deben medirse en el largo plazo. “Todavía es demasiado pronto para decretar si Internet aporta o no un valor agregado sustancial; las consecuencias positivas de otras nuevas tecnologías del pasado tardaron décadas en consolidarse”, afirma Andrés López, jefe del departamento de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Entre los más críticos con el valor real de la red de redes está el coreano Ha-Joon Chang, un provocativo profesor que da clases en la Universidad de Cambridge, que sostiene que el impacto de Internet es menor al de la instalación del telégrafo transatlántico en 1866. Antes de esta innovación, las noticias tardaban entre dos y tres semanas en cruzar el océano. El telégrafo hizo que el tiempo para la transmisión de un mensaje se redujera a ocho minutos para 300 palabras: un ahorro en tiempo aproximado de 3000 veces. En comparación, el ahorro logrado por el correo electrónico con respecto al fax es mucho menor, plantea Chang. El profesor coreano va más lejos: cree que el lavarropas también le saca varias cabezas –en impacto sobre la economía– a Internet: permitió en su momento la liberación de millones de horas para las mujeres (que eran quienes mayormente se dedicaban a lavar la ropa) y produjo una verdadera revolución en el mercado laboral y también en las relaciones de pareja. Aire fresco y cambio de flujo En su momento, la difusión del aire acondicionado invirtió los flujos migratorios en los Estados Unidos: hasta ese entonces la gente se mudaba de la calurosa costa oeste hacia el Este, y ahí partir de ahí el movimiento neto pasó a ser en sentido contrario. En un tuit con los mejores libros que leyó en 2013, el fundador de Microsoft Bill Gates rescata a La caja (The Box), de Marc Levinson. El autor destaca a la invención del contenedor para el transporte transatlántico en la década del 50 –idea de un emprendedor, el ingeniero norteamericano Keith Tantlinger– como el verdadero hito transformador que dio inicio al proceso de globalización. Hasta ese entonces, el producto bruto interno global (PBI) crecía por encima de la tasa de aumento del comercio internacional. Con la masificación del contenedor –que tuvo su consolidación final con el transporte de pertrechos para la guerra de Vietnam– la tendencia terminó por invertirse.ß
que cobran por distribuir energía. Porque de lo contrario deberíamos pensar que van a invertir en distribución de energía, o en potabilización de agua, por benevolencia. Y no está demás recordar que lo que cobran las distribuidoras está fijado por el Estado Nacional. Ignorar este punto en la asignación de responsabilidades recuerda el caso de quien mató a sus padres y cuando el juez le iba a fijar el castigo, pidió clemencia por ser... huérfano. –¿Y entonces? –Los precios tienen que señalar escaseces, para que a alguien le convenga fabricar y distribuir el bien demandado. Congele lo que cobra el quiosquero por vender diarios, o el margen que puede cargar el rotisero, y junto a las crisis energética y de agua verá cómo se generan crisis quiosqueras y rotiseras. Aclaración para funcionarios: estoy ayudando a pensar, no haciendo una sugerencia de política económica. –Don Adam, muchas gracias.ß