La división geoclimática del planeta

La división geoclimática del planeta Inicio del viaje de norte a sur, desde Escandinavia hasta Sudáfrica. Para entender el mundo en el que vivimos, le propongo amigo lector, que me acompañe en un viaje en automóvil desde Escandinavia hasta el Sur de África y juntos, vayamos anotando las observaciones que cualquier persona medianamente culta podría realizar, en la mayoría de los casos sin necesidad de descender del coche. Muy pocos europeos han emprendido un recorrido de estas características, puesto que la mayoría de nosotros hemos hecho un viaje vacacional organizado a un destino determinado, con las correspondientes excursiones turísticas organizadas o por cuenta propia, en zonas seguras y controladas, por lo que un itinerario de esta envergadura sin duda nos podría aportar una perspectiva personal que tal vez podría modificar nuestra escala de valores. Este viaje que le propongo no está enfocado como una exploración científica, puesto que este libro no tiene pretensiones académicas, sino más bien divulgativas, por lo que a lo largo de este viaje nos limitaremos a anotar las reflexiones que cualquier observador sin conocimientos especiales, pero con una sana curiosidad, puede obtener del entorno y el medio ambiente y en mi papel de acompañante en este desplazamiento, aportaré algunos datos históricos, reseñas y particularidades para ilustrar su imaginación exploradora, porque Usted querido lector, será el viajero y como tal sacará sus propias conclusiones. Naturalmente, a lo largo del viaje, allí donde sea necesario y cuando las circunstancias así lo aconsejen, nos apearemos del coche y echaremos un vistazo un poco más de cerca a los individuos, las regiones y las sociedades por las que transcurre nuestro viaje y los personajes que habitan e integran cada una de esas sociedades. Probablemente, ello nos dará una idea de la capital importancia que tiene la geoclimatología, es decir, la climatología íntimamente ligada a la ubicación geográfica del país o zona visitada y del efecto que ésta tiene, no solamente en el medio ambiente ecológico y el aspecto físico de las personas, sino también en sus costumbres, en el carácter y personalidad de sus habitantes, en los estilos arquitectónicos y en todo caso, en el diseño y el funcionamiento de la sociedad. Además, nos mostrará también el efecto que la climatología puede ejercer en la relación personal entre los habitantes de una zona determinada, en la idiosincrasia de éstos y en la visión de sí mismos y del mundo que puedan tener los nacionales de cada país. Utilizaremos pues la expresión “ubicación geoclimática” para situar a un país o una zona determinada del planeta, con todo lo que ello puede significar en los ámbitos social, económico y político. Además de los aspectos externos evidentes como la fisonomía, existen también otros matices de la personalidad y el comportamiento fácilmente observables, tales como la confianza colectiva en el semejante, la autoestima y el respeto a uno mismo y al prójimo, detalles éstos que observaremos van disminuyendo según se viaja del norte al sur del hemisferio, e incluso del norte al sur del continente europeo. El sentido de la colectividad, entendida como pensamiento colectivo y llegado el caso solidaridad colectiva, alcanza su más alto nivel ciudadano en el norte de Europa. Ese es un hecho constatable en estos momentos, aunque no siempre ha sido así a lo largo de la historia. Esa natural iniciativa ciudadana de ayudar al prójimo, de tratar de facilitar la vida a sus congéneres en las tareas cotidianas de la vida está firmemente arraigada en el norte de Europa, tal vez por el alto nivel educativo alcanzado a lo largo del siglo XX por la Europa septentrional,

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