04 de Septiembre de 2018 – Nº 27 Año 2
1 Timoteo 5:8
LA CONFIANZA EN EL FUTURO
Salmos 16:5-11
Introducción: Vivimos en un mundo lleno de problemas, enfermedades, injusticias, crisis económicas y crisis de valores, y de necesidades en general, por mencionar sólo algunos de los males que agobian a los hombres. Esto nos lleva a altos niveles de estrés y preocupaciones, como podemos verlas reflejadas en la expresión del rostro de la gente. Enojo, angustias, tristeza, todo se nota en el rostro. El cristiano vive las mismas circunstancias, sólo que las enfrenta con el gozo del Señor, o, por lo menos, así debería ser. Para que esto sea una realidad y no sólo palabras bonitas, hablaremos hoy del TEMA: Razones para mantener la esperanza aún en medio de dificultades. El PROPÓSITO es motivarnos a expresar en nuestro diario vivir confianza en el futuro a pesar de los problemas que estemos viviendo. ¿Cómo? Haciendo del Señor la fuerza de nuestra vida. Leamos la Palabra en Salmos 16:5-11. Este texto nos presenta tres razones muy válidas para mantener el ánimo en alto. Tenemos esperanza porque... 1. EL SEÑOR ES QUIEN SUSTENTA NUESTRA SUERTE (v. 5) La gente, en el mundo, busca toda clase de horóscopos o augurios para predecir su suerte; vive con temores de encontrarse con cosas que les traigan mala suerte y hasta se involucra con brujerías para aumentar su buena suerte. El creyente, sin embargo, sabe que su “suerte” o más bien, su porvenir, no será influenciada por tales cosas, sino depende de Dios, y de Dios sólo. El que cree confía en que le irá bien porque Dios tiene pensamientos de bien y no de mal para nosotros (Jer 29:11). 2. EL SEÑOR ES QUIEN SUSTENTA NUESTRA FUERZA (v. 8) Nuestra estabilidad depende de Dios; sólo si Él está a nuestro lado podremos mantenernos firmes sin ser vulnerables ante las circunstancias difíciles. Esta expresión reconoce la dependencia de la criatura de su Creador, pero también la magnitud del apoyo y protección para todo aquel que sabe cómo poner a Dios delante de sí. El que cree no desespera en vista de su propia debilidad delante de las dificultades, porque sabe que el Todopoderoso está delante de él si él mismo permanece fiel (Jer 1:8). 3. EL SEÑOR ES QUIEN SUSTENTA NUESTRA ALMA (v. 10) Esta es la razón de mayor peso para tener esperanza: saber que no importa cuán profundo sea el valle de lágrimas que hay que cruzar, no todo termina aquí con la muerte, sino que tiene la esperanza eterna, que el Señor tomará su alma y la llevará a vivir por la eternidad en Su presencia. En medio de lo más difícil, de lo más doloroso o d lo más triste, el que cree siempre sabe que su destino final no será el sepulcro ¡sino la eterna vida con Dios! Conclusión: Aunque vivamos en un mundo lleno de tensiones, el creyente, en medio de las dificultades, puede reflejar en su rostro y sus palabras la confianza en el Señor y los que le rodean notarán la diferencia. Esperanza, porque su suerte no depende de augurios sino de Dios; esperanza, porque Él le hace fuerte e invencible ante las circunstancias y esperanza, porque al final, su destino será vivir para siempre con Él. ¡Llene su corazón de optimismo y dibuje una sonrisa en sus labios, lo mejor está por venir! “No estén tristes, porque la alegría en el Señor es su fortaleza.”