Kenia un país de acogida Muchas veces al hablar de África, nos viene

Muchas veces al hablar de África, nos viene a la mente la idea de un lugar caótico y salvaje. Olvidamos que en la naturaleza(salvaje) existe un orden, una ...
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Kenia un país de acogida Muchas veces al hablar de África, nos viene a la mente la idea de un lugar caótico y salvaje. Olvidamos que en la naturaleza(salvaje) existe un orden, una armonía, una cierta autorregulación sin más objetivo que el de discurrir por el ciclo de la vida. Olvidamos que lo que llamamos civilización se manifiesta a menudo como realmente caótico, totalmente destructivo y verdaderamente salvaje. Imaginen ahora grupos humanos, manadas que llamamos tribus, caminando juntos por rutas ancestrales según la época del año. Cada tribu tiene sus propios itinerarios y establecen entre ellas pequeñas relaciones de intercambio. Sus costumbres, sus conflictos y sus pasos, se rigen por la experiencia heredada que administran sus ancianos. Luego llega el colono, el invasor, para imponer su propio mundo en un universo ajeno. Kapuscinsky decía en su libro sobre África, “Ébano”, que África no existe. Tal concepto es un invento más del intruso. Su riqueza, su diversidad, su tamaño, sus matices, son tantos que no pueden concretarse en una sola palabra. Por eso hay que ir al detalle y esforzarse en conocer sus pueblos y sus particularidades. Hablamos con Maggie Koli, compañera keniata para que nos hable de su país y nos valga como punto de partida para conocer un poco mejor cómo son las cosas en el resto del continente. Kenia, la imagen de los safaris en las agencias de viajes occidentales, es según cuenta Koli un país de acogida. Acostumbrados al nomadismo y hechos a rutas milenarias, sus gentes tratan con naturalidad al viajero porque de algún modo su memoria se reconoce en ellos, tienen gran facilidad para convivir con otras tribus y gentes de otros países. Pero con la democracia esta mentalidad ha ido cambiando. Los colonizadores trajeron su orden y con éste sus límites y limitaciones. Comenzó a dividirse la tierra y se forzó la convivencia entre las tribus que siempre habían vivido separadas. Surgieron así los primeros conflictos y divisiones por el poder sobre la tierra. Se alteró la convivencia tradicional por la adaptación a un nuevo orden extraño. Por supuesto también surgieron las grandes desigualdades; la tribu de los Kikuyu, próximos a los colonos, obtuvieron privilegios, ventajas y consecuentemente poder sobre otras tribus. Los ingleses les auparon hasta el poder en un contexto donde las elecciones se entienden en general como una oportunidad para enriquecerse durante cuatro años. Un ejemplo de esto pueden ser las elecciones de 2008, cuando el triunfo del presidente Kibaki perteneciente a la étnia de los kikuyu, provocó una oleada de protestas que acabaron con varios muertos. Repasando las huellas de la carga colonial comprobamos como el concepto de justicia también cambio. El sistema judicial que trajeron los ingleses resultó muy alejado del funcionamiento legal tradicional. Para empezar nuestra cultura es oral, no escrita. Desconocemos y no estamos habituados a todo el aparato burocrático que conlleva este sistema jurídico. Aquí cada tribu tiene su propia justicia, sus códigos, sus formas. Son los ancianos, quienes conocen la historia de nuestra cultura, quienes mejor saben cómo resolver los problemas. La colonización instauró también una nueva noción de castigo: la prisión. Ninguna comunidad en Kenia, ninguna tribu africana ha construido jamás una prisión. Cuando alguien hace algo mal, es todo su clan el que se responsabiliza de su falta. La gente no es mala, hace cosas malas. Este es uno de los principios que rigen su mentalidad y su manera de ver el mundo. Este sentido de comunidad, de identificación con los otros, de pertenencia a los demás y a la propia naturaleza se expresa en el concepto

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de Ubuntu: yo soy porque nosotros somos. Los castigos cuando se cometen delitos que no tienen una reparación posible como los crímenes de sangre, deben ser pagados por los clanes correspondientes ofreciendo al perjudicado algo importante, algo con significado. Es la manera de pedir perdón si no los conflictos se prolongan. A menudo todo este saber, esta filosofía de vida propia es denigrada y vista despectivamente como característica de gentes incivilizadas, cuyas tribus se enfrentan como animales salvajes. Lo del enfrentamiento entre tribus para explicar los problemas africanos, es un pretexto barato que esconde la realidad. La gran mayoría de nuestros problemas son heredados del colonialismo pero las diferentes tribus que existen en Kenia tienen mucho en común, toda una cultura. Es claro que hay mucho más que nos une que nos separa. Este patrimonio es el que debemos hacer valer para enfrentarnos al futuro. Koli cree importante conocer la tradición pero también ve necesario saber manejarse en el mundo moderno. No se puede asumir la modernidad a ciegas sino desde una identidad propia, nosotros sabemos cuáles son nuestras necesidades y qué es lo que nos conviene. Cree que para que el futuro de su país sea positivo las distintas generaciones deben hacer por entenderse, se requiere un esfuerzo tanto por parte de los jóvenes como de los ancianos; unos para no olvidar de dónde vienen y los otros para no quedarse aislados en los tiempos de la globalización. En este panorama del mestizaje globalizado, surgen otras contradicciones. Existen desde hace un tiempo mujeres cualificadas que acceden al poder y a las empresas pero que sólo buscan hacer negocios, no reivindicar sus derechos en un país que sigue siendo muy patriarcal. También la propia lengua se ve afectada por la potencia de las reglas de mercado. En Tanzania se habla más inglés que swahili. En Kenia se está perdiendo un poco porque se habla mucho el inglés pero es cierto que los niños aprenden en la escuela además del swahili la lengua materna de su propia tribu. Lo que sí se ha producido es un generalizado bilingüismo de swahili e inglés. Respecto a su sociedad Koli nos habla de una población muy diversa, gente de Asia, India, musulmanes, todos se entremezclan principalmente en las ciudades. Es un país de paz y acogida para muchos refugiados de guerra, no en vano ACNUR tiene allí su sede más grande funcionando desde hace más de diez años. Así, Kenia no es un país sólo de los keniatas sino de poblaciones de muchas partes del Este y el Centro de África, llega gente de todas partes; Tanzania, Congo, Ruanda, Burundi, Etiopía, Somalia. Con estos últimos les une una especial relación. Nuestra relación es muy antigua, son tribus nómadas y algunos de sus caminos pasan por aquí, siempre hemos vivido juntos. Con respecto a los piratas somalíes que saltaron a las primeras planas de los medios occidentales hace un tiempo, Koli quiere precisar algunas cosas. El dinero de estos señores de la guerra no viene sólo del pirateo, la misma pesca les da grandes beneficios. Las costas somalíes son muy ricas para la pesca con playas vírgenes donde nunca se han hecho grandes intervenciones humanas. Ocurre además que ellos no tienen la tecnología de la pesca de arrastre con la que los barcos europeos arrasan con toda la fauna y la flora marina. Esto está ocurriendo y por eso los somalíes se han lanzado contra los grandes pesqueros que llegan a sus costas. El conflicto de la pesca también salpica a Kenia ya que las aguas que comparten en Mombasa keniatas y somalíes, son un punto pesquero muy valioso. Otro de los negocios que practican los guerreros somalíes es el del carbón. No hay electricidad en el país así que el carbón es la fuente principal de energía. El problema es que se está haciendo un gran daño ecológico con este negocio ya que supone arrasar con gran parte de la selva para obtener el carbón. El aumento de la riqueza de varias tribus somalíes con las fortunas que están consiguiendo sus señores de la

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guerra, está suponiendo otro problema con la vecina Kenia. Sucede que llegan a Nairobi y compran casas a precios que llegan a doblar la oferta que un ciudadano keniata puede hacer. Así se están haciendo con barrios enteros. Esto está perturbando la paz entre nosotros y se están generando algunos problemas de convivencia. Se dice también que algunos de ellos podrían tener conexión ideológica con Al Kaeda… Koli no sabe muy bien qué opinar al respecto, pero sí tiene claro cómo es el carácter de los somalíes, gentes a quienes considera muy nobles. Tienen mucha unión entre ellos y son gente de palabra, en quien sabes que puedes confiar. Para acabar la entrevista nuestra compañera vuelve a hablar de la colonización y de la importante tarea que es conocer bien la historia de cada uno y saber transmitirla después. El colonialismo provocó muchos y muy grandes cambios en Kenia y en toda África. Luego los libros de historia están escritos por ingleses que arreglan todos los acontecimientos a sus favor y esconden sus grandes faltas. Hoy en día tienen militares en el norte donde viven cómodamente y envían a sus hijos a estudiar a Europa. Su mentalidad no ha cambiado en todo este tiempo. La colonización afectará a mis hijos y a los hijos de mis hijos pero nuestra cultura es la de perdonar, saber pasar página y mirar al futuro. Eso sí no olvidamos, esto es muy importante, no vamos a olvidar.

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