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Junto al río, cualquier día es muy bueno

27 may. 2007 - En 2005, Claudia Fráncica y Juan ... City, tres opciones para disfrutar de las islas, no sólo los fines de semana ... de Islas del Delta; 4728-0390,.
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Turismo

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Domingo 27 de mayo de 2007

AQUI NOMAS DELTA

Alma de valija Por Horacio de Dios

Por Silvina Beccar Varela

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Salta, circuito religioso Santuarios, visitas a la catedral, procesiones y encuentros místicos en un tour con fe El Niño Jesús envuelto en una cobija de barracán está con María y José en una escena hecha en cerámica. Llama la atención lo pequeño de las figuras (no más de cuatro centímetros), que transmiten fervor de retablo en Navidad y la manta que recordaba las prendas de Mary Tapia. Es un tejido del Noroeste, de raíces precolombinas, hecho con lana de oveja hilada a mano, sin ningún agregado sintético, que combina en su trama hilos de ovejas blancas y negras con dibujos geométricos. Es una obra que podría exponerse en arteBA 07. La vi en el Mercado Artesanal de la ciudad de Salta, donde venden sus trabajos directamente al público con certificado de autenticidad y a un precio razonable porque lo reciben sin intermediarios ni regateos. Es otra de la atracciones turísticas de la provincia y funciona desde 1968 en una casona del siglo XVIII, de paredes de adobe a la cal en avenida San Martín 2555. En cada habitación se exhiben artículos de calidad de plata, onix, asta y hueso, maderas, cosas dulces, muchos tejidos y cerámicas. Una vitrina seductora es la de réplicas, de cerámica en miniatura, de las iglesias blancas que enriquecen el patrimonio colonial en Cachi, Molinos y un vasto itinerario. Pensé en coleccionarlas como hacen algunos con las casitas holandesas de porcelana.

La Cuesta del Obispo La religiosidad es una constante en la que se integra el pasado indígena tan naturalmente como en la Fiesta de la Pachamama, el 1º de agosto. Cerca del Nevado de Cachi, donde la creencia asegura que tiene su morada, comienza el descenso de la Cuesta del Obispo, 21 kilómetros de un camino en caracol de la ruta provincial 33, muy bien mantenida. A 3345 m, junto al cartel con la altura para la foto, hay un pequeño santuario

con choclos de maíz, pimientos, sumados a imágenes católicas. Los sobrevuela una pareja de cóndores en este paraje que integra el Parque Nacional Los Cardones, candelabros de espinas de hasta 6 m de alto, que conviven con las llamas que tienen prioridad de cruce porque hay reservados pasos de fauna. El origen del nombre tiene varias interpretaciones, pero siempre las protagoniza un obispo. Otro recorrido obligado, para propios y extraños en este menú de turismo religioso, es la catedral, con las imágenes veneradas del Señor y la Virgen del Milagro. Todos los 15 de septiembre son llevados en procesión por más de 300 mil personas. A pesar de que hay muchos hoteles, ya resulta difícil conseguir reservas para esa fecha. Muy cerca, en este corredor histórico junto a la plaza 9 de Julio, está la iglesia y el convento de San Fracisco, construidos en el mismo lugar que el fundador de Salta, don Hernando de Lerma le asignó en el Acta de Fundación, el 16 de abril de 1582. Y los sábados, en los cerros al oeste de la ciudad llegan peregrinos de todas partes para seguir el rosario con la señora Livia, que dice haber oído a la Virgen María y esperar que ella los toque con su mano. Como en otros casos parecidos –Lourdes, París con la Medalla Milagrosa, San Nicolás, etcétera–, una persona común transmite la aparición. Los fieles llegan en autos y muchos ómnibus, incluso desde Buenos Aires, a 20 horas de viaje. Luego caminan unos 45 minutos por un sendero de montaña hasta la ermita y tienen la asistencia continua de jóvenes con pañuelos celestes. Hay agua para la sed, no se cobra un centavo ni se vende nada. La limpieza es absoluta. Los que no pueden subir por sus propios medios son llevados en vehículos hasta arriba. La organización es formidable y tienen una completísima página en Internet: www.inmaculadamadre-salta.org con historia, imágenes y recomendaciones muy útiles.

Alpenhaus, con estilo alemán

Ahumados y pacú, famosos de Gato Blanco

El Atelier Chez Lissie es un clásico de la zona

Junto al río, cualquier día es muy bueno Tan cerca y tan lejos de la City, tres opciones para disfrutar de las islas, no sólo los fines de semana Hipótesis de trabajo: un amigo, pariente o cliente extranjero llega a visitarnos un martes de sol de otoño. Ya conoce la ciudad, no es posible sorprenderlo con el no sé qué de las callecitas de la Reina del Plata. Además, la idea es relajarnos con él para pasar un día distinto, lograr un contacto más íntimo. La opción del increíble delta bonaerense surge como alternativa distinta de naturaleza frente a la urbanidad que todo lo alcanza, a menos de una hora de la ciudad. Pero la realidad es contundente. Al llamar por teléfono para reservar resulta que si no es fin de semana, los lugares están mayormente cerrados. Y las lanchas colectivas no llegan. Por eso decidimos recorrer un martes la zona para ver qué pasaba, y éstas son tres opciones que no fallaron a la hora de pasear, cualquier día del año. La primera es el restaurante-hostería-spa Alpenhaus, un refugio de prolijidad alemana sobre las aguas del arroyo Rama Negra. Para llegar hay que tomar una lancha colectiva para arribar al muelle propio –dos por día– o desembarcar a 400 metros, con embarcaciones cada media hora. En su restaurante hay tablas de ahumados para dos que comen cuatro, con excelente fiambre y especia-

lidades alemanas con recetas de la Oma (abuela), bien auténticas, como el gulasch de ternera con spätzle o el pan de carne alemán; imperdible es el enorme y tierno pejerrey a la romana con puré mixto y, de postre, tortas como la Sacher. Como novedades del sitio cabe destacar el día de spa. Una de las cabañas reacondicionadas del lugar perteneció al escritor Carlos Warnes (César Bruto era uno de sus seudónimos más conocidos). Funciona, además, como casa-museo, con fotos de su vida, libros y algunas de sus pertenencias. También él fue víctima del mal del sauce, aquel que te atrapa en el delta del Paraná por siempre jamás. El predio es de 8000 metros cuadrados, para caminatas, juegos y vida al aire libre. Guillermo Krieg atiende personalmente a todos los que llegan hasta aquí con su hospitalidad germana. Internet inalámbrica en el predio fue la solución que ideó para aquellos que no pueden estar del todo desconectados.

Gato negro, gato blanco La segunda opción que está abierta todo el año, de 12 a 17, es el restaurante Gato Blanco. Aquí llegan las lanchas de lunes a viernes, a las 11.30 y a las 12.45, para almorzar frente

DATOS UTILES DATOS UTILES: ● Alpenhaus: arroyo Rama

Negra, Primera Sección de Islas, Tigre; 4728-0422, www.alpenhaus.com.ar. Comer cuesta $ 50 por persona, sin bebidas. El día de spa, que incluye almuerzo sin bebidas, un masaje, el uso de sauna seco y gimnasio, 160. Un masaje a elección o spa facial, 45. Cabañas full-service: 690, para dos personas, el fin de semana. ● Restaurante Gato Blanco: río Capitán Nº 80, Primera Sección de Islas del Delta; 4728-0390, www.gato-blanco.com. Un almuerzo cuesta entre $ 50 y 70 por persona, sin bebidas. Ofrece programas todo incluido, desde su oficina en la estación fluvial. ● Atelier Chez Lissie: río Capitán, Primera Sección; (011) 1555632558, www.restauranteatelier. com.ar. El costo de un cubierto promedio es de $ 50 por persona, sin bebidas. Tardes clásicas en el Delta (actividad especial los fines de semana): salidas los últimos sábados desde la estación fluvial, a las 15.

al río Capitán. Rabas de entrada y ojo de bife con papas Patagonia es el clásico que conforma tanto a japoneses como argentinos. Otros platos que hicieron famoso al restaurante abierto hace 20 años son el lenguado al citron Vert –una salsa a base de vino espumante y limón–, la merluza negra, las carnes a la parrilla. Recientemente incorporaron la tabla de ahumados del Sur y el pacú (pescado de río). El canal lindero al restaurante ofrece amarras para 30 lanchas; deberían cuidar su higiene para que los turistas no vean desperdicios de la cocina flotando sobre el río. Cruzando el Capitán hay lugar para estacionar las embarcaciones más grandes. Por último, Atelier Chez Lissie funciona hace casi 50 años en una bellísima casa típica de pino tea isleña. En 2005, Claudia Fráncica y Juan Agustín Scelzi tomaron las riendas y le imprimieron nuevos bríos. Pero siguen, igualmente, los ravioles caseros que Lissie amasaba con tanto mimo y el imperdible pollo a la provenzal, cuya fama traspasó las fronteras en las guías para extranjeros. Al lugar no llegan tantas lanchas: en la semana, sólo hasta las 10, o lancha-taxi. Pero los dueños se ofrecen para buscar a los comensales si son más de diez.