Daniela López Pérez LEPree

Jardín de niños “Carlos Alcalde” 09DJN0750Z, 1er Grado de Preescolar En el salón de primer año de Preescolar había niños entre tres y cuatro años, en los cuales lo único que sabían leer era su nombre, sin embargo la profesora únicamente les leyó un cuento que se llamaba “Ojos, narices y cola” que hablaba acerca que características de las partes de los animales, y les preguntaba que si ellos lo tenían y en donde lo tenían, que si eran iguales o cuales eran las diferencias, también en qué sitios podían encontrar éstos animales. La profesora no pudo terminar de leerles el cuento, ya que era hora de que llegaran los papás por ellos y les dijo que terminarían de leerlo la siguiente clase, sin embargo, no retomó la lectura el día siguiente. La maestra de grupo, únicamente estuvo dos días dando clase, y los otros dos días se ausentó, por lo que no pude observar lecturas específicamente para ellos. La profesora me comentó que tenían una biblioteca en el salón, en la que los niños podían llevarse un libro a casa, tenían un formato que llevaban a casa para poder llevarse el cuento a casa y un tiempo límite para tener el libro y conservarlo en buenas condiciones. El primer día en el que se ausentó la profesora estuvieron los alumnos de primero repartido en los demás grupos y estuve con los niños de segundo A, en ese día la profesora no leyó ningún libro. El segundo día con la maestra de segundo B, mientras algunos estaban haciendo actividades con ella los demás estaban jugando con material como rompecabezas y algunos otros con cuentos, sin embargo, los de primero no tomaban ningún libro. Casi al final del día les puso un audiocuento de la Cenicienta, al terminar les preguntaba acerca de él, como qué parte era la que más les había gustado y así poder deducir quién en realidad había entendido algo del cuento.