ISAÍAS: Notas expositivas, 01 Por Gary Williams Usado con permiso
ISAÍAS: Notas expositivas, 01 APUNTES SOBRE ISAÍAS I. Profecías de Juicio (1:1-39:8) A. Profecías introductoras (1:1-6:13) El libro presenta cinco capítulos de profecías antes del llamado de Isaías en 6:1-13. Isaías probablemente anunció los mensajes de Isaías 1-5 después del llamado del capítulo 6, pero se han colocado antes del relato del llamado como una especie de introducción al libro. 1. Introducción (1:1) 1.1. El libro contiene profecías de Isaías hijo de Amoz. 1.2. El libro se llama una “visión” que Isaías "vio". Por menos una de las profecías de Isaías le fue revelada en una visión (6:1-13), pero la mayor parte del libro no da la impresión de ser resultado de semejante experiencia. Probablemente en la jerga hebrea del período, toda profecía podría llamarse “visión” (cp. Abd. 1:1; Nah. 1:1). No sabemos cómo Dios reveló a los profetas la mayor parte de sus profecías. 1.3. Las profecías tienen que ver principalmente con la nación de Judá y su ciudad capital, Jerusalén. 1.4. Isaías recibió las revelaciones de este libro durante los reinados de Uzías (790-739), Jotam (750-731 a.C.), Acaz (735-715) y Ezequías (715-686). Además, siguió escribiendo aun después de la muerte de Ezequías, pues escribió los hechos de este rey (cp. 2 Cr. 32:32) y también registró el asesinato de Senaquerib (Is. 37:38), evento que sucedió en 681 a.C. De manera que su ministerio profético se extendió por lo menos desde el año de la muerte de Uzías (739 a.C.) hasta la muerte de Senaquerib en 681 a.C., un total de no menos de 58 años. 1.4.1. Uzías. Su reinado próspero (2 R. 14:22; 2 Cr. 26:2, 5-15) estaba terminando cuando Isaías comenzó a profetizar, y un período de incertidumbre iniciaba. Fue un rey recto (2 R. 15:1; 2 Cr. 26:4-5), aunque Yahvé le hirió con lepra por su pecado de enaltecerse y quemar incienso a Yahvé en el templo (2 Cr. 26:1620). El pueblo siguió adorando en los lugares altos (2 R. 15:4). 1.4.2. Jotam. Fue recto (2 R. 15:34; 2 Cr. 27:2), pero el pueblo siguió haciendo culto en los lugares altos (2 R. 15:35; 2 Cr. 27:2). Comenzó a gobernar cuando su padre se enfermó de la lepra (2 R. 15:5; 2 Cr. 26:21). Fue un rey fuerte y próspero (2 Cr. 27:3-6). 1.4.3. Acaz. Fue idólatra (2 R. 16:3-4; 2 Cr. 28:2-4, 22-25) y baalista (2 Cr. 28:2). Hizo alianza como vasallo de Tiglat-pileser de Asiria para librarse de la invasión de Siria e Israel (2 R. 16:7-9) e introdujo elementos paganos en el templo (2 R. 16:10-18). 1.4.4. Ezequías. Fue muy recto (2 R. 18:3-6; 2 Cr. 29:2; 31:20-21) y próspero (2 R. 18:7-8; 2 Cr. 32:27-30). El pueblo quitó los ídolos (2 Cr. 30:14; 31:1) y adoró a Yahvé (2 Cr. 29:35-36; 30:1, 12-13, 21, 23), pero Isaías 1 los acusa de seguir pecando. 2. Yahvé expone su pleito contra Judá y Jerusalén por su injusticia social e idolatría (1:2-31). 2.1. Isaías llama a los cielos y la tierra, testigos del pacto entre Yahvé e Israel (cp. Dt. 4:26; 30:19; 31:28; 32:1), para que confirmen que Yahvé tiene la razón en el pleito (1:2a).
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2.2. En vez de reconocer lo mucho que Yahvé había hecho y todavía hacía por ellos, el pueblo de Judá se había rebelado contra Yahvé y lo había abandonado (1:2b-4). 2.2.1. Se han portado como hijos malagradecidos (1:2b). 2.2.2. Han sido más tontos que los bueyes y asnos, pues estos por lo menos saben quién les da de comer (1:3). 2.2.3. Han abandonado e insultado al Santo de Israel (1:4). En lugar de “provocaron a ira” tradúzcase “despreciaron” (cp. RVA). El título Santo de Israel significa no solo que el Dios de Israel es apartado del pecado, sino también, que está en un plano muy superior al de cualquier otro ser. ¡A ese Dios incomparablemente majestuoso y poderoso Israel lo ha abandonado y tratado con desprecio! 2.3. En vez de arrepentirse a consecuencia de la invasión devastadora que acaban de sufrir, Judá sigue siendo rebelde contra Yahvé (1:5-9). 2.3.1. Judá pide más castigo aun cuando está como un cuerpo todo golpeado (1:5-6). 2.3.2. La tierra de Judá ha sufrido una invasión devastadora (1:7-9). Este pasaje puede referirse a la invasión de Judá por Senaquerib, rey de Asiria, en 701 a.C. En esa ocasión Senaquerib conquistó todas las ciudades de Judá (1:7) menos Jerusalén (1:8-9; la “hija de Sión” es Jerusalén). En el Prisma de Senaquerib el rey asirio se jactó acerca de esta invasión (tal vez con exageración): "En cuanto a Ezequías el judío, no se sometió a mi yugo. Puse sitio a 46 de sus ciudades fuertes, baluartes e innumerables aldehuelas de sus inmediaciones... Saqué (de ellas) 200,150 personas, jóvenes y ancianos, varones y hembras, caballos, mulas, asnos, camellos, ganado mayor y menor sin cuento, y (los) consideré botín" (James B. Pritchard, ed., La sabiduría del Antiguo Oriente, págs. 235-36). 2.4. Yahvé llama a Jerusalén a abandonar la injusticia social (1:10-17). Para una exposición más detallada de este pasaje, ver Williams, “La justicia seguirás”: 140-43. 2.4.1. Isaías llama a los habitantes de Jerusalén a oír el mensaje de Yahvé (1:10). 2.4.1.1. Recogiendo la referencia a la destrucción de Sodoma y Gomorra en el v. 9, el profeta ahora da a entender que Jerusalén, tanto sus líderes como su pueblo, es tan mala como esas ciudades infames. 2.4.1.2. En este contexto torah probablemente no se debe traducir “ley”, sino “instrucción” (BDLA) o “enseñanza” (NVI; cp. DHH). Aquí se refiere al mensaje que se anuncia a continuación. 2.4.2. Yahvé rechaza el culto de Jerusalén debido a sus injusticias sociales (1:11-15). 2.4.2.1. Rechaza los sacrificios y ofrendas (1:11-13a), las asambleas sagradas y las fiestas (1:13b-14) y las oraciones (1:15). 2.4.2.2. La razón por qué Yahvé rechaza el culto se adelanta en 1:13b, donde se debe colocar un punto después de “asambleas” y luego traducir: “No puedo sufrir iniquidad y asamblea sagrada” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA). El v. 15b revela que la “iniquidad” de Jerusalén incluía la violencia. Yahvé no se agradaba de sangre de animales ofrecida por manos llenas de la sangre de los inocentes (cp. 1:11-12 con 1:15b), ni miraría esas manos contaminadas cuando se extendieran a él en oración (1:15). Los vss. 1617 aclararán aun más que la iniquidad era la injusticia social. El culto rendido por quienes obraban injusticia social era repugnante a Yahvé. 2.4.3. Yahvé llama a los habitantes de Jerusalén a abandonar sus injusticias y a defender los derechos de los desamparados (1:16-17). 2.4.3.1. Las exhortaciones generales a dejar lo malo y hacer el bien (1:16-17a) se definen más específicamente en 1:17.
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2.4.3.2. Los judíos deben defender los derechos de los desprotegidos (1:17). 2.4.3.2.1. En la literatura del antiguo Oriente, el huérfano y la viuda son ejemplos clásicos de grupos indefensos. 2.4.3.2.2. En lugar de “juicio”, tradúzcase “justicia” (cp. DHH, BDLA, RVA, NVI). La palabra es mishpat. El verbo shapat, traducido “haced justicia”, literalmente significa “juzgar” o “gobernar”. Habla de la justicia que los tribunales y el gobierno deben brindar. En cambio, contender por la viuda (en lugar de “amparad”, tradúzcase “contended por”, cp. DHH, BDLA, NVI) es una responsabilidad de todos los ciudadanos. No es que se deba hacer una justicia parcializada a favor de los indefensos (cp. Lv. 19:15), sino que debemos esforzarnos de manera especial por defender sus derechos precisamente porque son indefensos, sin el conocimiento o los medios para hacer valer sus derechos y, por lo tanto, sufren injusticias con mayor frecuencia. 2.4.3.3. Nótese que Yahvé no rechazó el culto de los judíos por insincero, ni por ser insuficientemente espiritual, ni por la actitud con la cual se ofrecía, sino porque iba acompañado de injusticias, particularmente contra los indefensos. 2.5. Yahvé anuncia que limpiará su pueblo mediante un juicio purificador (1:18-31). 2.5.1. Yahvé anuncia a los judíos que los va a limpiar de sus pecados (1:18). 2.5.2. Pueden recibir la limpieza mediante el arrepentimiento o mediante la destrucción de los rebeldes (1:19-20). En el primer caso, comerán el mejor producto de la tierra (1:19); en el otro caso serán comidos por la espada (1:20). El vocablo traducido “comer” en el v. 19 es el mismo que está traducido “consumir” en el v. 20. 2.5.3. Yahvé convertirá de nuevo a Jerusalén en una ciudad fiel y justa, destruyendo a sus gobernantes injustos (1:21-26). 2.5.3.1. Jerusalén ha dejado de ser fiel a su marido Yahvé al cometer injusticias y violencia contra los indefensos (1:21-23). 2.5.3.2. Yahvé pelearía contra Jerusalén para quitar sus impurezas (1:24-25). 2.5.3.3. Yahvé restauraría a Jerusalén como ciudad fiel y justa (1:26). La repetición de las expresiones “ciudad fiel” y “justicia” en 1:21 y 26 enmarca 1:21-26, indicando que es una unidad literaria. Esta técnica literaria, común en la Biblia, la llamamos hoy “inclusión”. 2.5.4. Yahvé rescatará a los convertidos de Jerusalén, pero destruirá a quienes le abandonan (1:27-31). 2.5.4.1. Aquí, a diferencia de 1:10-26, el pecado señalado no es la injusticia social, sino la idolatría debajo de las encinas y en los huertos (1:29). En lugar de “os avergonzarán las encinas” y “os afrentarán los huertos” (1:29), tradúzcase “se avergonzarán de las encinas” y “seréis afrentados a causa de los huertos” (cp. RVA). Serán avergonzados y afrentados cuando vean que sus ídolos no los pueden salvar del juicio de Yahvé. 2.5.4.2. “A una” (v. 28) y “juntamente” (v. 31) son traducciones de la misma palabra hebrea, yajdav (una forma de la palabra yájad que se ha puesto como nombre de los Grupos Yajad en el SETECA). La repetición de este vocablo constituye una inclusión que enmarca 1:27-31 como una unidad literaria. 3. Isaías vio que Judá sería humillado en extremo por su pecado, pero luego purificado, exaltado y protegido por Yahvé (2:1-4:6).
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3.1. Introducción a “la palabra que Isaías vio” (2:1; traducción literal, cp. RVA). 3.2. Como en los postreros tiempos el gobierno de Yahvé va a traer paz a las naciones, Isaías exhorta a los judíos a obedecer la Ley de Yahvé desde ya (2:2-5). Los versículos 2-4 se hallan también en Miqueas 4:1-3. No hay consenso si Miqueas cita a Isaías, o viceversa. 3.2.1. En los postreros tiempos el gobierno de Yahvé traerá paz a las naciones (2:24). 3.2.1.1. Sión llegará a ser el lugar más importante en la tierra (2:2a). 3.2.1.2. Los pueblos de la tierra voluntariamente viajarán al templo de Yahvé para aprender su ley (2:2b-3). 3.2.1.3. Yahvé acabará con la guerra resolviendo las disputas entre las naciones (2:4). 3.2.2. Ya que muchas naciones, ahora ignorantes de la Ley de Yahvé, algún día llegarán a reconocerla y disfrutar sus bondades, Judá, que ya la conoce, lógicamente debe someterse a ella desde ya (2:5). 3.3. En el día de Yahvé él humillará a Israel por no confiar en él, sino en los dioses falsos y el ser humano (2:6-3:7). 3.3.1. Yahvé ya ha abandonado su pueblo, pues este ha adoptado prácticas paganas (2:6). 3.3.2. Isaías pide a Yahvé que no perdone a su pueblo, pues este ha puesto su confianza en sus riquezas, su fuerza militar y sus ídolos (2:7-9). Deuteronomio 17:16-17 explícitamente prohibe al rey multiplicar sus caballos y riquezas. 3.3.3. En el temible día de Yahvé él abatirá todo orgullo humano y los ídolos, de manera que solo él será exaltado (2:10-22). 3.3.3.1. Los seres humanos se esconderán por temor a Yahvé (2:10). 3.3.3.2. Yahvé humillará toda soberbia humana, y sólo él será exaltado (2:11-17). Este párrafo está enmarcado por las semejanzas entre los vss. 11 y 17. 3.3.3.3. Los seres humanos reconocerán la impotencia e inutilidad de sus preciosos ídolos frente a la manifestación espantosa de Yahvé (2:18-21). 3.3.3.4. Los seres humanos también reconocerán la impotencia humana ante Dios (2:22). 3.3.4. Yahvé le quitará a Judá sus líderes hábiles y le dará líderes incompetentes (3:17). 3.3.4.1. Les quitará los líderes hábiles (3:1-3). Entre estos líderes Isaías incluye los adivinos (3:2) y los hechiceros y encantadores (3:3), oficios prohibidos por la Ley como abominaciones (cp. Dt. 18:9-12). En lugar de “artífice excelente” (3:3), tradúzcase “sabio hechicero” (BJ; cp. DHH), y en lugar de “orador” (3:3), tradúzcase “encantador” (BJ, RVA; cp. DHH). 3.3.4.2. Dará al pueblo líderes incompetentes (3:4) que no sabrán detener la violencia en la sociedad (3:5). 3.3.4.3. Tanto será el deterioro que se considerará que poseer un vestido califica a uno para ser líder del pueblo (3:6), pero nadie querrá asumir la responsabilidad tan difícil (3:7). 3.3.5. La caída de Judá será el castigo de Yahvé por su pecado (3:8-4:1).
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3.3.5.1. Judá recibirá su merecido por el mal que descaradamente han dicho y hecho contra Yahvé (3:8-11). En medio de este mensaje sombrío el v. 10 inyecta una nota de esperanza para el justo. 3.3.5.2. Yahvé castigará a los gobernantes por haber oprimido a los pobres (3:1215). 3.3.5.3. Yahvé castigará a las ricas y orgullosas mujeres de Jerusalén (3:16-4:1). 3.3.5.3.1. Les quitará sus ropas, joyas, adornos y perfumes, y las humillará completamente (3:16-24). 3.3.5.3.2. Morirán sus varones en la guerra (3:25-26) a tal grado que las mujeres se humillarán en su búsqueda desesperada para casarse y tener hijos (4:1). 3.4. En el tiempo del castigo devastador de Judá Yahvé los restaurará (4:2-6). 3.4.1. Les dará abundancia agrícola (4:2). 3.4.2. Los purificará de su pecados (4:3-4). 3.4.3. Los protegerá (4:5-6). En lugar de “oscuridad” (4:5), tradúzcase “humo” (cp. BJ, RVA; ver también 6:4, donde el mismo vocablo, relacionado con la presencia de Yahvé, está traducido “humo” en todas las versiones). Yahvé se manifestará sobre el monte Sión así como hizo con Israel durante la peregrinación por el desierto (cp. Ex. 13:21-22; 40:34-38). 4. Mediante el cántico de la viña Isaías acusa a Judá de injusticias que han frustrado las expectativas justas de Yahvé (5:1-7). Para una exposición más detallada de este pasaje, ver, Williams, “Expectativas frustradas en Isaías 5:1-7”. 4.1. Introducción: Isaías entonará a nombre de su amigo un cántico a, o acerca de, su viña (5:1a). El auditorio supondría que la viña aquí representaba la esposa del amigo. En la poesía del Antiguo Oriente la viña, el huerto y el campo se usaban como símbolos de la esposa y sus amores (así frecuentemente en Cantares; cp. Cnt. 8:12; 4:12-5:1). 4.2. El amigo hizo todo lo posible para que la viña diera buenas uvas (5:1b-2a). El auditorio interpretaría que el amigo había provisto bien para su esposa, para que ella le diera hijos. 4.3. En vez de dar las buenas uvas que el amigo esperaba, la viña dio uvas malas (5:2b). El auditorio interpreta que la esposa fue infiel a su marido generoso, y dio a luz hijos ilegítimos. 4.4. Isaías invita al auditorio judío a juzgar entre él y su esposa (5:3). Ahora el auditorio entiende que al hablar de su amigo en los vss. 1-2, Isaías realmente se refería a sí mismo y sus propios problemas matrimoniales. A la luz de esta revelación tienen que reinterpretar el cántico. Se supone que el auditorio, sobre todo si son varones (cp. “varones de Judá”), responderá a la invitación de Isaías condenando con indignación a la esposa infiel. 4.5. Mediante dos preguntas retóricas Isaías recalca su provisión para su viña y su frustración por el fruto de sus esfuerzos (5:4). Las preguntas retóricas involucran a los oyentes en la condena de la viña. 4.6. Isaías anuncia el castigo que aplicará a su viña (5:5-6). Dejará de protegerla (5:5) y proveer para ella (5:6). 4.7. Isaías anuncia que Israel es la viña de Yahvé (5:7a). Ahora los oyentes descubren que Isaías no ha estado cantando acerca de sus propios problemas matrimoniales, sino acerca de la infidelidad de Israel para con Yahvé. Tienen que reinterpretar de nuevo todo el cántico a la luz de esta nueva revelación. Al escuchar la primera oración del v. 7
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probablemente los oyentes judíos pensaban que “la casa de Israel” era el reino del norte, y todavía estarían muy de acuerdo con el juicio de la viña. 4.8. Luego mediante el paralelismo Isaías aclara que el Israel a que él se refiere no es el reino del norte, sino Judá (5:7a, segunda oración). En lugar de “planta”, tradúzcase “plantío” (BJ), “vergel” (RVA) o “sembrado” (DHH). Una vez más los oyentes tienen que reinterpretar el cántico. Las expectativas frustradas que los oyentes experimentan repetidas veces en su interpretación del cántico reflejan las expectativas frustradas que Yahvé había experimentado con Judá. 4.9. En vez de las buenas uvas de justicia y rectitud, Judá ha producido las malas uvas de violencia y opresión (5:7b). El vocablo traducido “vileza” probablemente significa “derramamiento”, y se refiere al derramamiento de sangre. El “clamor” es el de los oprimidos. Esta conclusión del cántico se subraya mediante dos juegos de palabras en el hebreo: “Esperaba mishpat “justicia” y he aquí mispaj “derramamiento”; tsedaqah “rectitud”, y he aquí tse`aqah “clamor”. 5. Seis ayes contra los judíos (5:8-30). El ay es una exclamación ante el acercamiento de un mal inevitable. Los ayes aquí, además de señalar que habrá juicios inminentes, también amplían la acusación de 5:7. 5.1. ¡Ay de los que acaparan casas y terrenos (5:8), porque sus grandes casonas quedarán asoladas y vacías (5:9) y sus terrenos no producirán casi nada (5:10)! 5.2. ¡Ay de los ricos que pasan el tiempo en banquetes y copitas, y no se preocupan por el pueblo (5:11-12), porque el pueblo y los ricos sufrirán cautiverio (5:13a), muerte (5:13b14) y humillación (5:15-16)! En el v. 16 el paralelismo aclara que las palabras “Santo” y “santificado” no se refieren tanto a la pureza de Yahvé, sino a su exaltación: es “apartado” de todo otro ser en el sentido de que está en un plano muy superior a todos. 5.3. ¡Ay de los que arrastran pesadas cargas de pecados mientras se burlan de las profecías del juicio divino en contra de los malhechores (5:18-19)! 5.4. ¡Ay de los gobernantes que hacen lo contrario de lo justo (5:20)! Algunos interpretan que este versículo se refiere a aquellos que tienen sus valores invertidos. En cierto sentido tienen razón, pero su interpretación queda en un plano demasiado general. El contexto y los paralelos en otros profetas indican que Isaías se refiere específicamente a la inversión de la justicia en el gobierno y especialmente en los tribunales (cp. vss. 7, 23; Am. 5:7, 15; 6:12; Mi. 3:2-3). 5.5. ¡Ay de los que creen que sabiamente alcanzan el éxito mediante las injusticias (5:21)! Otros interpretan que este versículo se refiere a los orgullosos que no dependen de Yahvé. Esto es cierto, pero en el AT el que es sabio en su propia opinión no solo no depende de Yahvé, sino que busca el éxito por medios injustos (ver el libro de Proverbios), y esta interpretación más específica encaja bien en el contexto aquí (cp. v. 7). 5.6. ¡Ay de los gobernantes que se deleitan en las bebidas y juzgan injustamente (5:22-23; cp. Pr. 31:4-9), porque Yahvé castigará a Judá con destrucción completa (5:24), mortandad (5:25) y una invasión devastadora (5:26-30)! 6. Yahvé llama a Isaías a un ministerio profético infructuoso (6:1-13). 6.1. La fecha: en el año que murió el rey Uzías, 640/639 a.C. (6:1a). Algunos piensan que Isaías anunció las profecías de los capítulos 1-5 antes de tener la visión del capítulo 6. Sin embargo, esta visión parece ser su llamamiento al ministerio profético. Probablemente Isaías narra el llamamiento después de los primeros 5 capítulos como un clímax a los mensajes de juicio allí anunciados. En tal caso, suponemos que la visión del capítulo 6 sucedió antes de la muerte de Uzías, pues, según 1:1, Isaías recibió revelación acerca de Judá en días de Uzías. 6.2. La visión: Isaías vio a Yahvé en el templo como rey celestial, servido y alabado por serafines (6:1b-4).
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6.2.1. Vio al Yahvé en el templo como rey celestial (6:1b). 6.2.1.1. Lo vio como rey, entronizado en lo alto. 6.2.1.2. Lo llama “el Señor”, así recalcando su soberanía. Ante la muerte inminente de Uzías, anciano y enfermo (tenía lepra por lo menos, cp. 2 Cr. 26:16-20), rey justo que había disfrutado un reinado largo (52 años) y próspero (cp. 2 Cr. 26:1-15), seguramente muchos judíos estaban preocupados acerca del futuro de la nación. La visión de 6:1-4 recuerda a Isaías que aun cuando muera el rey Uzías, Yahvé sigue sentado sobre su trono, el rey de todo el universo (cp. v. 5). 6.2.1.3. El borde de su manto llenaba el templo. En lugar de “sus faldas”, probablemente se debe traducir “el borde de sus faldas” (cp. DHH, BDLA, RVA, NVI). Isaías vio al Señor desde el templo, sea que él estaba allí físicamente o solo en la visión (cp. Ez. 8:3). Lo vio entronizado “alto y alzado” (traducción literal), es decir, en el cielo (cp. Sal. 103:19; 113:5). Si bien en un sentido Yahvé moraba en el templo, esta visión recordaba a Isaías que realmente reina desde el cielo; las orlas de su manto real bastaban para llenar el templo (cp. la confesión similar de Salomón en 1 R. 8:27 y los pasajes que hablan del templo, o del arca del pacto, como el estrado de los pies de Yahvé: 1 Cr. 28:2; Sal. 99:5; 132:7; Lm. 2:1). 6.2.2. Los serafines servían y alababan a Yahvé (6:2-3). 6.2.2.1. Los serafines servían a Yahvé (6:2). 6.2.2.1.1. La expresión traducida “por encima de él había” es literalmente “por encima de (o “sobre”) él estaban de pie” (cp. BJ y la nota en BDLA). Obviamente no significa que los serafines estaban exaltados por encima de él. Tampoco significa que volaban sobre su cabeza. Más bien, es un modismo que significa “lo servían” (cp. N-C “había ante él”, y Jue. 3:19b, donde el hebreo tiene literalmente “y salieron de encima de [o “sobre”] él todos los que estaba de pie sobre él”, pero BDLA traduce correctamente “y todos los que le servían salieron” [así esencialmente también DHH y NVI]). La expresión indica que mientras el rey estaba sentado en su trono, sus servidores estaban de pie junto a él para atenderlo. 6.2.2.1.2. Los serafines no se mencionan en ninguna otra parte de la Biblia. El vocablo “serafín” significa “ardiente”. Quizás eran seres envueltos en llamas (cp. Sal. 104:4). O tal vez el nombre indica que tenían cuerpos de serpientes, pues la misma palabra hebrea se usa de cierta clase de serpientes (Nm. 21:8; Dt. 8:15), inclusive de “serpientes voladores” (Is. 14:29; 30:6). Además, los arqueólogos han descubierto en Egipto y en Palestina antiguas representaciones de serpientes (inclusive con cuatro alas en sellos hallados en Palestina) que protegían al dios, al rey y su trono. Quizá, entonces, los serafines aquí son una guardia real de Yahvé. 6.2.2.1.3. Con dos alas los serafines cubrían sus rostros por temor de mirar a Yahvé (cp. Ex. 3:6), con dos cubrían sus órganos sexuales ante Yahvé (“pies” probablemente es un eufemismo, cp. DHH y las notas en BJ y RV95; ver también Is. 7:20) y con dos volaban para ejecutar sus órdenes. 6.2.2.2. Los serafines alababan a Yahvé (6:3). 6.2.2.2.1. Los serafines proclamaban que Yahvé es tres veces santo (6:3a). La repetición expresa el grado superlativo, “santísimo” o “el más santo” (cp. la repetición triple de “ruina” en Ez. 21:27). Cuando el A.T. dice que Dios es santo, no se refiere tanto a su pureza y
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justicia (si bien se incluyen, cp. v. 5), sino a su exaltación y autoridad sobre todo el universo (cp., por ejemplo, Salmo 99). El contexto aquí indica lo mismo. Un título distintivo que Isaías aplica a Yahvé a lo largo del libro es “el Santo de Israel”, es decir, “el Dios de Israel que está en un plano superior a todo el universo, incluyendo a toda autoridad terrenal y celestial”. 6.2.2.3. Los serafines proclamaban que la gloria de Yahvé llenaba no solo el lugar santísimo en el templo, sino también toda la tierra (6:3b). La gloria de Yahvé es la manifestación visible de su santidad. 6.2.3. Las grandes piedras en que descansaban las puertas del templo se estremecieron ante la voz de los serafines (6:4a). Si tanta fuerza tenía la voz de los serafines, ¡cuánto mayor poder no tendría Yahvé (cp. el estremecimiento de la tierra ante la presencia de Yahvé en Ex. 19:18; Jue. 5:4; Sal. 18:7; 68:8; 77:16, 18; 104:32)! En lugar de “las quiciales de las puertas”, el hebreo tiene literalmente “las quiciales del umbral”. La frase se refiere a los postes sobre los cuales giraban las puertas, los cuales descansaban en una depresión en las grandes piedras horizontales del umbral. 6.2.4. El templo se llenó de humo (6:4b). El humo era una manifestación de la presencia de Yahvé (cp. Gn. 15:17; Ex. 19:18; 20:18). Los versículos anteriores sugieren que Isaías se había fijado en las faldas de Yahvé (v. 1) y en los serafines (vv. 2-3), pero todavía no se había fijado en el cuerpo y el rostro de Dios cuando el humo lo ocultó de su vista. Cuando Yahvé apareció a Ezequiel también se le ocultó al profeta la visión de su cuerpo y rostro (cp. Ez. 1:27-28). Varios textos indican que quien viera el rostro de Yahvé no sobreviviría (Ex. 19:21; 33:20; Jue. 6:22-23; 13:22). Según Juan 1:18, “a Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo...le ha dado a conocer”, y más adelante Juan declara que lo que Isaías vio en Isaías 6:1-4 era precisamente la gloria del Hijo (Jn. 12:41). 6.3. La purificación: Yahvé purificó a Isaías de sus pecados (6:5-7). 6.3.1. Isaías temía que moriría porque, siendo pecador, había visto a Yahvé (6:5). El mismo temor lo sintieron Gedeón (Jue. 6:22-23) y Manoa (Jue. 13:22) cuando vieron al ángel de Yahvé, aunque ellos no mencionaron su pecado. Esta reacción se contrasta con los sentimientos de alegría, paz, calor, fuego interno y consuelo que los evangélicos asocian con “estar en la presencia de Dios”. 6.3.1.1. “Ay de mí” es una exclamación desconcertada ante el acercamiento de un mal inevitable (cp. 1 S. 4:7-8; Is. 24:16; Jer. 4:13, 31; 6:4). El profeta que pronunciaría ayes sobre los líderes pecaminosos de la nación (cp. 5:8-22) primero pronunció uno sobre sí mismo por su propio pecado. 6.3.1.2. Isaías identifica el pecado suyo y de la nación como inmundicia de labios, aparentemente una referencia a pecados del habla. Los pecados del habla que mencionados en el capítulo anterior son el de burlarse de las profecías de juicio divino (cp. 5:19) y el de llamar bueno lo que es malo (cp. 5:20), pero parece improbable que Isaías fuera culpable de esos pecados. Probablemente él reconoció en este momento la impureza de sus labios y de los de su pueblo porque esa impureza le impedía unirse a la adoración de los serafines (cp. v. 3; 1:11-16). 6.3.2. Uno de los serafines purificó los labios inmundos de Isaías con un carbón encendido del altar (6:6-7). En la Biblia el fuego es un agente purificador (cp. Nm. 31:22-23; Mal. 3:2), y el carbón del altar de holocaustos también lo era cuando representaba los sacrificios por el pecado ofrecidos allí (cp. Lv. 4:26, 35; 16:11-13). Los carbones del altar de holocaustos se mantenían encendidos siempre (Lv. 6:12). 6.4. La comisión: Yahvé comisionó a Isaías como su profeta (6:8-13). 6.4.1. Isaías oyó a Yahvé preguntando a quién debería enviar para cumplir una misión de parte de su corte (6:8a).
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6.4.1.1. Cuando sus labios habían sido purificados, Isaías se dio cuenta que Yahvé, tapado de su vista por el humo, estaba preguntando a quién debería enviar. 6.4.1.2. En este contexto el plural “nosotros” no es una referencia a la Trinidad, sino un plural de majestad, o una referencia a la corte del Rey, incluyendo a los serafines y los ángeles (cp. 1 R. 22:19-20). 6.4.2. Isaías se ofreció para llevar a cabo la comisión (6:8b). 6.4.3. Yahvé envió a Isaías a profetizar a Judá y así a endurecerlo (6:9-10). De antemano hace ver a Isaías que su mensaje no será bien acogido. 6.4.3.1. La palabra “este” en la frase “este pueblo” (6:9) es despectiva. 6.4.3.2. El hecho de que al corazón le corresponde entender (6:10) muestra que el corazón aquí, como comúnmente en el A.T., es lo que nosotros llamamos “mente”. Los vv. 9-10 no significan que el pueblo no entenderá el contenido de las profecías de Isaías, sino que no entenderá que anuncian la verdad. 6.4.3.3. Ahora se ve que la purificación de los labios inmundos de Isaías (v. 7) lo capacitaba para ser vocero de Yahvé. 6.4.3.4. El Nuevo Testamento varias veces interpreta esta comisión de Isaías como una profecía del rechazo de Jesús por parte del pueblo judío (cp. Mt. 13:13-15; Mr. 4:11-12; Lc. 8:10; Jn. 12:39-40; Hch. 28:25-29). Se trata de una interpretación tipológica, que reconoce en la experiencia de Isaías un anticipo de la experiencia de Cristo y los apóstoles. 6.4.4. En respuesta al “¿hasta cuándo?” de Isaías, Yahvé le indicó que el endurecimiento de Judá seguiría hasta que fuera destruido y deportado (6:1113a). Esta profecía se cumplió parcialmente en 701 a.C., cuando Senaquerib invadió a Judá (cp. 1:6-8; 36:1), y en un nivel mayor en 605-582 a.C., el tiempo de las invasiones babilónicas. Se volvió a cumplir en 70. d.C. y 132 d.C. con las invasiones romanas. A la luz del libro de Apocalipsis creemos que se cumplirá por lo menos una vez más, y de forma más plena, en la Gran Tribulación. 6.4.5. Yahvé concluyó la comisión sombría indicando que no destruiría por completo a Judá, sino que dejaría un remanente santo, como la cepa que queda cuando un árbol es talado (6:13b). En lugar de “tronco”, tradúzcase “cepa” o “tocón” (BJ). La cepa, por seca que parezca, es capaz de retoñar de nuevo (cp. 11:1; Job 14:7-9). B. Profecías de restauración después del castigo (7:1-12:6) 1. Profecías a Acaz y a Judá de liberación de la invasión sirio-efraimita seguida por juicio devastador (7:1-25) 1.1. Resumen de la invasión: durante el reinado de Acaz Israel y Siria formaron una alianza e invadieron a Judá pero no lograron su objetivo de tomar la ciudad de Jerusalén (7:1). Esta invasión sucedió en el año 734 a.C. o un poco antes. 1.2. Profecías de Isaías a Acaz durante los preparativos para resistir la invasión (7:2-25). 1.2.1. Acaz y su pueblo se llenaron de temor cuando supieron que Siria e Israel se habían aliado para invadir a Judá (7:2). 1.2.1.1. El v. 2 llama a Acaz “la casa de David” (cp. v. 13 también), así señalándole como representante máximo de la familia real y evocando la promesa de Yahvé de hacerle “casa” (es decir, dinastía), a David y de afirmarla eternamente (cp. 2 S. 7:11, 16).
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1.2.1.2. Efraín era la tribu más importante del reino del norte, pero aquí, como varias veces en el A.T., “Efraín” se usa como nombre de todo ese reino. 1.2.2. Yahvé envió a Isaías a buscar a Acaz y entregarle una profecía (7:3-9). 1.2.2.1. Lo envió a buscar a Acaz (7:3). 1.2.2.1.1. Posiblemente Acaz estaba inspeccionando el acueducto en preparación para el sitio de la ciudad por los sirios e israelitas. 1.2.2.1.2. Yahvé ordenó a Isaías llevar a su hijo consigo. “Sear-jasub” significa “un remanente volverá”. Así, el hijo era una profecía andante de juicio venidero (de Judá quedaría sólo “un remanente”) y de restauración posterior (“volverá”). Cp. 6:11-13. 1.2.2.2. Le ordenó que profetizara a Acaz que la invasión no lograría sus metas (7:4-9a). 1.2.2.2.1. Acaz no debe temer a los dos reyes invasores, quienes estaban al punto de apagarse (7:4). 1.2.2.2.1.1. En efecto, Rezín y Peka murieron unos dos años más tarde, en 732 a.C. 1.2.2.2.1.2. Como cosa rara, los vv. 4, 5 y 9 llaman al rey de Israel “el hijo de Remalías” sin usar su nombre. Así recalcan que ante Yahvé Peka era un rey ilegítimo, pues no era del linaje davídico. De hecho, era un usurpador, quien había conseguido el trono mediante un golpe de estado y el asesinato del rey anterior (cp. 2 R. 15:25). 1.2.2.2.2. La meta de Rezin y Peka era reemplazar a Acaz con un títere como rey de Judá (7:5-6). Tabeel, nombre arameo, podría ser el nombre de un lugar, pero a la luz del uso de la frase “hijo de Remalías” (cp. vv. 1, 4, 5, 9), donde Remalías era el padre de Peka, probablemente Tabeel era el nombre del padre del títere. De nuevo, el texto omite el nombre del pretendiente, llamándole solamente “hijo de Tabeel”, para así indicar que sería un rey ilegítimo ante Yahvé, por no ser del linaje davídico. 1.2.2.2.3. Siria e Israel no lograrían su meta (7:7). 1.2.2.2.4. La razón por la cual no lograrían su meta era que sus “cabezas” no eran tan fuertes como Yahvé (7:8-9a). 1.2.2.2.4.1. Para entender el enigma expuesto en 7:8-9a ayuda completar el paralelo en relación con Judá. La manera natural de hacerlo sería: “la cabeza de Judá es Jerusalén, y la cabeza de Jerusalén es Acaz”. Sin embargo, eso no explica por qué Siria e Israel no lograrían su meta. Más bien, se debía completar el paralelo de otra forma: “la cabeza de Judá es Jerusalén, y la cabeza de Jerusalén es Yahvé”. El plan de Siria e Israel no prosperaría porque su poder no se comparaba con el de Yahvé, quien había escogido a Jerusalén y había prometido que la dinastía davídica reinaría para siempre. 1.2.2.2.4.2. Insertada en la profecía está la predicción de que Israel dejaría de existir como pueblo dentro de 65 años (7:8b). De hecho, dentro de unos 12 años Israel dejaría de existir como estado y sería muy debilitado como pueblo, pues en 722/721 a.C. los asirios destruyeron Samaria y deportaron los habitantes del reino del norte (cp. 2 R. 17:6) y luego trajeron a otros pueblos a vivir en el territorio de Israel (cp.
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2 R. 17:24). Unos 65 años después de la profecía, en 669 a.C., Asurbanipal comenzó a reinar sobre Asiria. Continuó la política de su padre Esar-hadón, trasladando más extranjeros al antiguo Israel (cp. Esd. 4:2, 9-10). Probablemente también deportaron a más israelitas de allí. Posiblemente transportaron grandes número de gente así alrededor de 669 a.C., al final del reinado de Esarhadón y al inicio del reinado de Asurbanipal. Como resultado, "Efraín dejó de ser pueblo"; en su lugar surgieron "los samaritanos", descendientes de los israelitas y de los pueblos importados. 1.2.2.3. Isaías llamó a Acaz, la familia davídica y Judá a confiar en Yahvé para ser liberados de la inminente invasión (7:9b). La exhortación se recalca mediante un juego de palabras en torno a la raíz ´aman “ser firme”: ’im lo’ ta’aminu, ki lo’ te’amenu. Se podría traducir: “Si no creáis con firmeza, no seréis afirmados” (cp. BJ, DHH). 1.2.3. Yahvé dio a Acaz, la familia davídica y Judá la profecía de Emanuel (7:10-16). 1.2.3.1. Para estimular la fe de Acaz en él, Yahvé le ofreció cualquier señal que él escogiera, por difícil que fuera (7:10-11). 1.2.3.2. Acaz “piadosamente” rechazó pedir una señal, pues eso sería “tentar” (es decir, poner a prueba) a Yahvé (7:12; cp. Dt. 6:16). Aparentemente Acaz temía que Yahvé tenía poder suficiente para efectuar la señal, pero no tanto poder como los dioses de los sirios invasores (cp. 2 R. 16:10-16). Su plan para salvarse de la invasión sirio-efraimita era aliarse con Asiria, sometiéndose como vasallo y pagando mucha plata y oro (cp. 2 R. 16:78). 1.2.3.3. Isaías replicó que al rechazar el ofrecimiento de la señal Acaz, así como otros miembros de la casa de David, cansaban (así dice el hebreo literalmente) a Yahvé, así como ya habían cansado a sus súbditos (7:13). Aludía a la gracia y la fidelidad de Yahvé, quien había preservado la dinastía davídica ya por casi tres siglos a pesar de sus muchos pecados. Nótese el cambió de “tu Dios” (v. 11) a “mi Dios” (v. 13). 1.2.3.4. Yahvé promete la señal de Emanuel: que en poco tiempo la tierra de las dos naciones invasoras quedaría abandonada (7:14-16). La profecía se cumpliría dentro del tiempo que se requeriría para que una virgen se casara, concibiera y diera a luz y su hijo creciera hasta poder escoger entre lo bueno y lo malo. 1.2.3.4.1. Hay mucho debate sobre a qué virgen se refería Isaías: a la virgen María (cp. Mt. 1:23), una virgen del harén del rey (tal vez la futura madre de Ezequías, hijo de Acaz), la esposa (o una futura segunda esposa) de Isaías (cp. 8:3-4), una virgen judía allí parada a quien Isaías señaló cuando dio la profecía o las vírgenes judías de la edad para casarse en general (tomando “la virgen” en sentido genérico, como, por ejemplo, “el labrador” en Stg. 5:7). Me parece que esta última opción tiene mejor sentido en este contexto. Para que una virgen concibiera y diera a luz un hijo, primero tendría que casarse. De manera que el versículo 14 se refiere a un período de entre 9 meses y un año. El vocablo hebreo ‘almah no significa exactamente “virgen”, sino “joven no casada”. (Algunos dicen que el vocablo también puede referirse a una joven recién casada, pero significa “joven no casada” en Gn. 24:43; Ex. 2:8; Cnt. 1:3; 6:8, y probablemente tiene ese mismo significado en Pr. 30:19; Sal. 68:26. Fuera de estos pasajes aparece en la Biblia solo en 1 Cr. 15:20 y el título del Salmo 46 en la expresión musical vertida en RV60 por “sobre Alamot”, que tal vez signifique que el cántico debe ser entonado con voz de soprano). DHH aquí traduce “la joven”, pero sería mejor “la
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doncella” (BJ) o “la señorita”. En Judá se suponía que la joven no casada era virgen, y el v. 14 da por sentado que la ‘almah es virgen, pues el propósito de la profecía es referirse a un período de un mínimo de 9 meses. Los LXX así interpretaron el versículo, pues vertieron el término hebreo en parthénos “virgen”, traducción citada en Mateo 1:23. En este texto Mateo aplica la profecía a María porque ella concibió y dio a luz mientras todavía era virgen (ver Mt. 1:18-25). De manera que la profecía tiene dos interpretaciones legítimas, una para los tiempos de Isaías, y otra aún más impresionante con respecto al Mesías, aunque esta última no se reconoció hasta la concepción y nacimiento de Jesús. 1.2.3.4.2. La madre llamaría a su hijo Emanuel “Dios (está) con nosotros” (7:14; los judíos no entenderían el nombre como “Dios con nosotros”, sino “Dios está con nosotros”, así como la misma expresión hebrea está traducida al final de 8:10). La profecía no se refiere a ningún hijo en particular, sino que quiere decir que dentro de un año habría madres que pondrían a sus hijos el nombre “Dios está con nosotros” porque para ese tiempo Yahvé habría dado a Judá alivio de la amenaza sirio-efraimita. Cuando la Biblia dice que Dios está con alguien, significa que él obra con poder a su favor. En Mateo 1:23 el ángel aplicó esta profecía a Jesús porque por medio de él Dios nos salvaría de nuestros pecados (Mt. 1:21; cp. 2 Co. 5:19), pero también, como Mateo va mostrando a lo largo de su Evangelio, porque Jesús es Dios (Mt. 28:18-19) y él está con nosotros, obrando a nuestro favor, hasta el fin del mundo (Mt. 28:20). De manera que este aspecto de la profecía también tiene dos interpretaciones legítimas, una para los tiempos de Isaías, y otra con respecto al Mesías. Isaías 7:14 resulta siendo una profecía doblemente mesiánica: por la oración “la virgen concebirá y dará a luz un hijo”, y por el nombre “Emanuel”. 1.2.3.4.3. Antes que el niño llegara a la edad del uso de la razón para poder distinguir entre lo malo y lo bueno, Yahvé daría a Judá liberación completa de la amenaza de Siria e Israel (7:15-16). 1.2.3.4.3.1. Cuando el niño llegara a esa edad, comería yogurt y miel (7:15). 1.2.3.4.3.1.1. En lugar de “hasta que sepa”, tradúzcase “cuando sepa” (NVI). Esta traducción, hallada también en varias versiones en inglés, encaja mejor en el contexto y es defendida por George Buchanan Gray en su comentario sobre Isaías en la serie International Critical Commentary. Gray señala que si bien la preposición puede significar “hasta que”, con cierta frecuencia significa “al tiempo cuando” (cp. Gn. 3:8; 8:11; 2 S. 11:1; Sal. 30:6; y esp. Gn. 24:63; Sal. 46:6). 1.2.3.4.3.1.2. “Comerá yogurt y miel” es una figura de prosperidad (cp. Job 20:17, que usa la misma palabra hebrea que aquí traducimos “yogurt”, y las referencias a Canaán como una tierra que fluye leche y miel, por ejemplo, Jos. 5:6). En lugar de “mantequilla”, tradúzcase “leche cuajada” (DHH, RVA; cp. BJ) o “yogurt”. 1.2.3.4.3.1.3. El significado de 7:15 se explica en 7:16.
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1.2.3.4.3.2. Pronto las tierras de las dos naciones invasoras serían abandonadas (7:16). Esta profecía se cumplió en Siria dentro de dos o tres años, pues en 732 Asiria destruyó Damasco, mató a Rezín y deportó a los sirios (cp. 2 R. 16:9). También tuvo un cumplimiento en Israel ese mismo año o el año anterior, pues en 733 ó 732 (hay debate sobre la fecha exacta) Asiria conquistó la parte norte de Israel y llevó cautivos de allí (cp. 2 R. 15:29). La profecía tuvo un cumplimiento mayor en 722, cuando Asiria destruyó Samaria y llevó más cautivos de Israel (cp. 2 R. 17:6). 1.2.4. Isaías profetizó que después de la liberación de Siria y Efraín Yahvé traería una invasión asiria devastadora contra Judá (7:17-25). 1.2.4.1. La profecía comienza en 7:17 ambiguamente. Casi todo el versículo podría introducir una promesa de bendición después de la liberación de la amenaza sirio-efraimita, pero la última frase nos desengaña: en lugar de bendición grande, Yahvé traerá al rey de Asiria. El mismo TiglathPileser con quien Acaz haría alianza (cp. 2 R. 16:7-8), la cual en efecto protegería a Judá de la amenaza sirio-efraimita (cp. 2 R. 16:9), posteriormente invadiría a Judá (cp. 2 Cr. 28:19-21). Posteriormente Asiria invadió y sometió a Judá varias veces hasta que al fin el imperio asirio desapareció en 609 a.C. 1.2.4.2. En cuatro párrafos que comienzan con “en aquel día” Isaías retrata la invasión asiria y sus efectos devastadores (7:18-25). 1.2.4.2.1. “En aquel día”, Yahvé traería invasores de Egipto tan numerosos y molestos como las moscas, y de Asiria tan numerosos y agresivamente ponzoñosos como las abejas (7:18-19; cp. Dt. 1:44; Sal. 118:12). Judá quedaría prensado entre las dos potencias, Egipto desde el sur y Asiria desde el norte. 1.2.4.2.2. “En aquel día”, Asiria despojaría a Judá por completo (7:20). 1.2.4.2.3. “En aquel día” (así el hebreo, cp. BJ, BDLA, RVA, NVI), los judíos irónicamente comerían yogurt y miel (7:21-22). 1.2.4.2.3.1. Estos versículos parecen profetizar una bendición (ver nota sobre v. 15). Sin embargo, en este contexto esa interpretación es casi imposible (cp. vv. 20, 23-25). Más bien, el contexto indica que los judíos no tendrían otra cosa que comer sino yogurt y miel, porque no habría cultivos (cp. vv. 23-25). La abundancia de yogurt se debería a que la vaca no tendría becerros y las dos ovejas no tendrían corderos a quienes dar su leche. Habría miel por la multiplicación de las abejas y la reducción de la población humana. 1.2.4.2.3.2. En 7:21, todas las versiones en castellano que he consultado traducen “criará”, pero el verbo significa más bien “preservar con vida”, y así se traduce en las varias versiones en inglés de las últimas dos décadas que he consultado. 1.2.4.2.4. “En aquel día” (así el hebreo, cp. BJ, BDLA, RVA, NVI), los terrenos cultivados serían abandonados a los espinos y cardos (7:23-25). Se reverterían en lugares de caza (7:24) y de pastos (7:25). En 7:25, en lugar de “no llegarán allá por el temor de los espinos y de los cardos” (así todas las versiones que he consultado), tradúzcase “no llegará allá el temor de los espinos y cardos”. El temor de los espinos y cardos es lo que inspira en
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ellos temor, es decir, el azadón que los destruye. Los vv. 23-25 hacen eco del juicio pronunciado en 5:5-6. 2. Profecía de Maher-salal-has-baz (8:1-4) 2.1. Obedeciendo la orden de Yahvé, Isaías escribió clara y públicamente una frase enigmática: maher (“se acelera”) salal (“botín“) has (“se apresura”) baz (“saqueo“) (8:12). Hay duda sobre algunos aspectos de la construcción gramatical, pero el significado es más o menos este (cp. RVA). En lugar de “tocante a Maher-salal-has-baz” (8:1), tradúzcase “de Maher-salal-has-baz” (BJ) o “a Maher-salal-has-baz” (N-C). Isaías no escribió una explicación de la frase, sino solo la frase, dejando a la gente, y a Isaías mismo, que especularan sobre sus implicaciones. 2.2. Isaías y “la profetisa” tuvieron un hijo a quien Yahvé ordenó que lo llamaran Mahersalal-has-baz (8:3). Aparentemente la esposa de Isaías era profetisa, aunque algunos opinan que se le llama así solo por ser esposa de profeta y algunos sugieren que “la profetisa” era una virgen con quien Isaías se casó (como su segunda esposa, pues ya tenía un hijo, cp. 7:3) para demostrar el cumplimiento de la promesa de 7:14-16. 2.3. Yahvé explicó el significado de la frase enigmática: que en menos de dos años Damasco y Samaria serían despojados por Asiria (8:4). En cuanto al cumplimiento de esta profecía, ver la nota sobre 7:16. 3. Profecía de la invasión arrasadora de Asiria y la protección de Yahvé (8:5-15) 3.1. Introducción (8:5) 3.2. Como Israel apoyó al usurpador Peka y la alianza con Siria para atacar a Judá y su rey davídico(8:6), Yahvé traería sobre Israel a Asiria (8:7). 3.2.1. Siloé (8:6) era una fuente afuera del muro oriental de Jerusalén, cuyas aguas alimentaban un estanque en el sur de la ciudad. Eran las únicas aguas vivas en Jerusalén y, naturalmente, corrían mansamente. A la luz del contraste con Rezin y el hijo de Remalías (sobre esta manera extraña de referirse a Peka, ver la nota sobre 7:4), las aguas de Siloé aquí han de representar al rey davídico Acaz y su poco poderío militar. El pueblo de Israel desechaba a la dinastía davídica desde los tiempos de Roboam y Jeroboam y ahora la desechaba aún más al apoyar la invasión de Judá por Peka y Rezin. 3.2.2. En lugar de “aguas de ríos” (8:7), tradúzcase “aguas del Río” (BJ, RVA), una alusión a las aguas del gran Éufrates (cp. DHH, BDLA, NVI). En lugar de “sobre todos sus ríos”, tradúzcase “sobre todos sus cauces” (BJ, BDLA, RVA; cp. NVI). Como Israel se atrevió a invadir al débil Judá y atacar las mansas aguas de Siloé, ahora sería inundado por las impetuosas aguas del Éufrates, es decir, por el poderosísimo ejército de Asiria. 3.3. La “inundación” llegaría a todo Judá al punto de ahogar a la nación (8:8). La vocativo “oh Emanuel” subraya la realidad terrible de que mientras avanzara la invasión asiria no se vería esa presencia poderosa de Yahvé a favor de su pueblo que se había manifestado en los tiempos de la invasión siro-efraimita y se había reconocido en el nombre Emmanuel puesto a hijos nacidos en aquel tiempo (cp. 7:14-16). 3.4. Sin embargo, Yahvé al fin frustraría la invasión asiria en Judá (8:9-10). 3.4.1. Esta profecía del quebrantamiento del ejército invasor tuvo un cumplimiento en la invasión de Senaquerib durante el reinado de Ezequías en 701 a.C., en la cual aquel tomó todas las ciudades fortificadas de Judá (cp. 36:1), pero cuando había sitiado a Jerusalén, Yahvé destruyó su ejército (cp. 37:36). 3.4.2. La expresión hebrea al final del v. 10 traducida “Dios está con nosotros” es la misma que se ha traducido “Emanuel” en el v. 8 y en 7:14.
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3.5. En lugar de temer a los enemigos y sus alianzas (8:11-12), los habitantes de Judá debían temer a Yahvé (8:13), para que él fuera refugio para su pueblo (8:14a) en lugar de piedra de tropiezo y trampa (8:14-15). 4. En un período en que Yahvé no le daba más revelación, Isaías enseñó lo ya revelado, incluyendo la Ley, a sus discípulos (8:16), esperaba en Yahvé (8:17), seguía siendo una profecía andante juntamente con sus hijos (8:18; eran señales por sus nombres: Isaías “Salvación de Yahvé”, Sear-jasub “Un remanente volverá”, y Maher-salal-has-baz “Se acelera botín, se apresura saqueo“) y enseñaba que no se debía consultar a los adivinos sobre el futuro, sino conformarse con la revelación ya dada por Yahvé (8:19-20). 5. En un tiempo de oscuridad y angustia, el gobierno de un rey davídico traería justicia y prosperidad eternas (8:21-9:7). 5.1. Vendría un tiempo de suma angustia y tinieblas para Israel (8:21-22). 5.2. El gobierno de un rey davídico cambiaría la angustia y tinieblas por luz, justicia y prosperidad eternas (9:1-7). 5.2.1. Dios glorificaría las tierras humilladas de Israel humilladas en sus tribus norteñas, en su franja costera y en Transjordania (9:1). Este versículo se debe traducir más o menos como en RVA: “Sin embargo, no tendrá oscuridad la que estaba en angustia. En tiempos anteriores él humilló la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí; pero en tiempos posteriores traerá gloria a Galilea de los gentiles, camino del mar y el otro lado del Jordán”. La frase “[el] camino del mar” se refiere a la franja costera del Mar Mediterráneo. Las regiones mencionadas fueron las primeras de Israel en ser conquistadas y despobladas por Asiria, en 733 ó 732 a.C. (cp. 2 R. 15:29). Mateo 4:12-17 reconoce un cumplimiento de la profecía de Isaías 9:1b-2 en la predicación de Jesús desde Capernaum, junto al mar Galilea. Quizás tendrá otro cumplimiento en la Segunda Venida. 5.2.2. En lugar de tinieblas y angustia, Yahvé daría al pueblo de Israel luz y alegría (9:2-3). 5.2.3. Este cambio se debería a tres causas (9:4-7) 5.2.3.1. Yahvé repentina y decisivamente libraría a Israel de las naciones que le han oprimido (9:4). 5.2.3.2. Yahvé destruiría y repelería a los ejércitos invasores (9:5). El “manto revolcado en sangre” sería el manto del soldado que revolcaría en su propia sangre al morir en batalla (cp. 2 S. 20:12). 5.2.3.3. Yahvé daría a Israel un rey davídico que gobernaría con sabiduría, poder militar, amor por su pueblo, prosperidad y justicia para siempre (9:6-7). 5.2.3.3.1. Yahvé daría al pueblo un rey ideal (9:6a). El uso de la voz pasiva en el verbo “es dado” es una manera de indicar que quien haría suceder estas cosas es Dios (cp. la última oración del v. 7). Las expresiones “un niño nos es nacido, hijo nos es dado” tal vez no se refieran al nacimiento literal del rey, sino su ungimiento como rey (cp. Sal. 2:6-7). 5.2.3.3.2. El rey sería un gobernante con capacidades sobrenaturales para gobernar (9:6b). Cada uno de los cuatro nombres del rey aquí enumerados—probablemente nombres que, conforme a la costumbre conocida en Egipto, se le daría cuando fuera instalado como rey—consiste en dos sustantivos. Los primeros tres nombres incluyen un sustantivo que se refiere a una función gubernamental y otro que indica que el rey cumpliría esa función con capacidad sobrenatural. Los contemporáneos de Isaías habían de entender estos nombres como hipérboles que
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recalcaban las bondades del rey, pero ahora creemos que se cumplirán literalmente en Cristo en su segunda venida. 5.2.3.3.2.1. Sería un asesor con sabiduría milagrosa. Se debe quitar la coma después de “Admirable” y traducir “Admirable Consejero” (BDLA, RVA, RV95, NVI) o, literalmente, “Maravilla de Consejero” (BJ). El vocablo traducido “admirable” o “maravilla” aquí y a lo largo del A.T. se refiere a lo sobrenatural, lo que supera por completo la comprensión y la capacidad humanas (cp. Jue. 13:18-19; Sal. 139:14). El vocablo “consejero” se usa en el sentido de “asesor” del gobierno. Los reyes tenían consejeros (cp. 2 S. 15:12; 16:21-17:15; 1 R. 12:6-15), pero el “consejero” por excelencia debía ser el rey mismo (cp. el paralelismo entre “rey” y “consejero” en Mi. 4:9 y ver el uso de la palabra “consejo” en Is. 11:2 y Sal. 20:4). Este rey prometido sabría gobernar con una sabiduría sobrenatural. 5.2.3.3.2.2. Sería un guerrero invencible. En lugar de “Dios fuerte”, tradúzcase “Dios Guerrero”. Ninguna de las versiones que he consultado tiene esta traducción, pero Alonso Schökel y Sicre Díaz, en Profetas: Comentario, traducen “Guerrero divino”. Los Testigos de Jehová, tratando de evitar la conclusión de que la frase afirma la deidad del Mesías, argumentan que el texto no dice “Dios todopoderoso”, sino solo “Dios fuerte”. Este argumento obviamente carece de valor, pero además se puede notar que la misma frase hebrea se usa de Yahvé en 10:21, y el vocablo aquí traducido “fuerte” (que debería traducirse “guerrero”) se usa de Yahvé dos veces en Sal. 24:8 (donde RV60 lo traduce la primera vez por “valiente” y la segunda vez por “poderoso”, pero se debería traducir ambas veces por “guerrero”). 5.2.3.3.2.3. Se le llamaría “Padre de Eternidad”, es decir, sería un padre para su pueblo para siempre. El sustantivo que se refiere a lo sobrenatural no es “padre”, sino “eterno”. “Padre”, en cambio, se refiere a la función gubernamental (cp. 22:21, donde Yahvé dijo que Eliaquim, funcionario del gobierno de Judá, sería “padre al morador de Jerusalén”; ver también Jue. 5:7). 5.2.3.3.2.4. Sería un gobernante que traería bienestar a su pueblo. El vocablo traducido “príncipe” no se usa de hijos de reyes, sino que significa “gobernante, jefe, líder”. El vocablo traducido “paz” aquí y casi siempre en el A.T. es shalom; incluye no solo la paz, sino el bienestar completo, incluyendo la prosperidad. 5.2.3.3.3. El gobierno del rey davídico, caracterizado por prosperidad y justicia, duraría para siempre (9:7). 5.2.3.3.3.1. Los contemporáneos de Isaías probablemente entendían que el gobierno próspero y justo del rey davídico continuaría así después de su muerte, cuando sus descendientes reinaran en su lugar. Ahora entendemos que Cristo, el rey davídico por excelencia, literalmente reinará por siempre en justicia y prosperidad. 5.2.3.3.3.2. La profecía de 9:6-7, aunque famosa hoy, no se cita en el N.T. Sin embargo, el ángel Gabriel claramente aludió a ella en su anuncio a María (Lc. 1:31-33).
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5.2.3.4. El gobierno aquí prometido no sería resultado de las bondades de los israelitas, sino obra de Yahvé debido a su celo por su pueblo (9:7b; cp. 37:35). Sería obra no de mérito humano, sino de gracia divina. 6. Profecías de la ira insaciable de Yahvé contra el reino del norte (9:8-10:4). Esta profecía se divide en cuatro secciones, cada una de las cuales concluye con el estribillo: “Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida” (9:12b, 17b, 21b; 10:4b). 6.1. Debido a la soberbia de Israel, Yahvé enviaría a los arameos y filisteos para destruirlo (9:8-12). 6.1.1. En vez de arrepentirse frente a otros castigos que Yahvé les había enviado, los israelitas se jactaban de que iban a reconstruir algo mejor que lo que fue destruido (9:9-10). 6.1.2. El vocablo traducido “sirios” (9:12) es literalmente “arameos”. Generalmente en este período la palabra se refiere a los sirios, pero aquí designa a “los enemigos de Rezín”, el rey de los sirios (9:11). De manera que aquí ha de referirse a otros arameos al oriente de Siria. Algunas versiones, como BJ y RVA, enmiendan el texto hebreo del v. 11 para que lea “su enemigo, Rezín”, así indicando que Rezín era el enemigo que invadiría a Israel, pero la enmienda no tiene buena base, y en el período contemplado en los capítulos 7 y 8, por lo menos, Rezín no era enemigo de Israel, sino su aliado. 6.2. Yahvé cortará a todos de Israel, porque todos son malos (9:13-17). 6.2.1. Castigados por Dios, no se arrepintieron (9:13). 6.2.2. Yahvé cortará de Israel a todos (9:14-17a). 6.2.2.1. Para subrayar que todos serán cortados, estos versículos emplean una serie de merismos (mención de dos polos opuestos para indicar una totalidad): cabeza y cola (9:14a), rama de palmera (tal vez sea el significado del vocablo traducido “rama”, cp. BJ, DHH, RVA) y caña (9:14b), gobernadores y gobernados (9:16), jóvenes y por otro lado huérfanos y viudas (9:17a). 6.2.2.2. El v. 15 interpreta la cabeza y la cola mencionadas en el v. 14 como los líderes del pueblo y los falsos profetas, respectivamente. 6.2.3. La razón por la cual todos serán cortados es que todos son malos (9:17b). 6.3. La maldad de Israel lo consumirá como un incendio (9:18-21). 6.3.1. Debido a la maldad de Israel, Yahvé lo destruirá como un incendio (9:18-19). 6.3.2. Israel será destruido no solo por las invasiones desde afuera (cp. vv. 11-12), sino también por sus agresiones internas (9:19b-21a). 6.3.3. A la luz del v. 20, probablemente se debe sobreentender el verbo “comer” al principio del v. 21: “Manasés (comerá) a Efraín, y Efraín a Manasés” (cp. BJ, DHH, RVA, RV95). Manasés y Efraín eran las dos tribus más importantes del reino del norte, y eran tribus hermanas (cp. v. 19b), descendientes de los dos hijos de José. 6.4. Los que hacen leyes injustas perderán sus bienes, su libertad y su vida en el juicio venidero (10:1-4). 6.4.1. Isaías levanta un “ay” satírico sobre los que hacen leyes injustas para despojar a los indefensos (10:1-2). No todo lo legal es moral. Con cierta frecuencia los legisladores tienden a legislar a favor de sus propios intereses, o de los de su clase social, en vez de legislar a favor de los indefensos.
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6.4.2. En el día del castigo los legisladores que se han enriquecido legal pero inmoralmente no tendrán quien les socorre (10:3), sino que perderán sus riquezas (10:3b), serán llevados presos y morirán (10:4a). En el v. 3 el vocablo “gloria” se usa en el sentido de “riquezas”, una de sus acepciones comunes en el AT. 7. Yahvé destruirá a Asiria, y levantará para Israel un rey davídico que gobernará con éxito y justicia (10:5-12:6). 7.1. Yahvé destruirá a Asiria (10:5-34). 7.1.1. Yahvé pronuncia un ay sobre Asiria, a quien él utilizará para castigar al desobediente Judá (10:5-6). La primera palabra del v. 5 es la misma que se encuentra al principio del v. 1; en lugar de “Oh”, tradúzcase “Ay” (cp. BJ, RVA, RV95). 7.1.2. Asiria no reconocerá que es instrumento en la mano de Yahvé (10:7a), sino que buscará destruir las naciones (10:7b), confiando en su poderío (10:8-11). Así como ha conquistado las principales ciudades arameas y a Samaria (10:9), así también cree que conquistará a Jerusalén, sobre todo porque Jerusalén no tiene tantos dioses para protegerla como las ciudades ya conquistadas (10:1011). 7.1.3. Después de utilizar a Asiria para castigar a Judá (10:12a), Yahvé castigará a Asiria por su soberbia (10:12b-15), destruyendo a sus varones fuertes como un incendio forestal destruye los árboles del bosque (10:16-19). 7.1.3.1. Esta profecía tuvo un cumplimiento cuando Senaquerib sitió a Jerusalén y el ángel de Yahvé mató a 185,000 de sus soldados (cp. 37:36-37). 7.1.3.2. La última oración de 10:18 es difícil en el hebreo; quizás se debe traducir “y vendrá a ser como cuando desfallece un enfermo” (RVA; cp. BJ, DHH). 7.1.4. El remanente sobreviviente de Israel volverá a confiar en Yahvé (10:20-23). 7.1.4.1. El remanente sobreviviente no volverá a confiar en alianzas con Asiria, sino en Yahvé (10:20-21). 7.1.4.1.1. Reconocerán que Yahvé es el Santo de Israel, es decir, el Dios sin par (10:20), y el Dios Guerrero (10:21; sobre la frase traducida “Dios fuerte”, ver la nota sobre 9:6). 7.1.4.1.2. La expresión traducida “el remanente volverá” (10:21, 22) es “Sear jasub” (más exactamente she’ar yashub), el nombre del hijo de Isaías (cp. 7:3). 7.1.4.2. Sólo un remanente sobrevivirá, pues Yahvé está por ejecutar la destrucción en medio de Judá que él ha decretado (10:22-23). 7.1.5. Después de usar a Asiria para castigar a Judá, Yahvé destruirá a aquella nación y librará a Judá de su yugo (10:24-27). 7.1.5.1. La destrucción de Asiria será tan repentina como la de los madianitas por Gedeón en la peña de Oreb (10:26; cp. Jue. 7:22-25). 7.1.5.2. La última oración de 10:27 está oscura en el hebreo, especialmente la relación entre el verbo y la frase traducida “a causa de tu unción” (lit. “a causa del aceite”), pero en lugar de “se pudrirá”, tradúzcase “será destruido” (BJ, RVA, cp. DHH y la nota en RV95). 7.1.6. Asiria invadirá a Judá, acercándose a Jerusalén desde el norte (10:28-32a), pero cuando llegue a amenazar a Jerusalén (10:32b), Yahvé destruirá sus soldados (10:33-34).
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7.1.6.1. Ajat (10:28), más conocida como Hai, estaba en la frontera norte de Judá, unos 13 km al norte de Jerusalén, y Nob (10:32) estaba unos 2 km al norte de Jerusalén. Las otras ciudades mencionadas en 10:28-31 estaban ubicadas entre aquellas dos, salvo Lais (10:30), más conocida como Dan (cp. Jue. 18:29), que estaba en el extremo norte de Israel, lejos de Judá. 7.1.6.2. Yahvé talará a los soldados de Asiria (10:33-34). Esta profecía se cumplió cuando el ángel de Yahvé mató a 185,000 soldados asirios (cp. 37:36-37), pero ha de tener otro cumplimiento en la Segunda Venida de Cristo (cp. Ap. 19:17-19), y todavía otro después del Milenio (cp. Ap. 20:7-9). 7.2. Yahvé levantará para Israel un rey davídico que gobernará con éxito y justicia (11:112:6). 7.2.1. Retoñará un rey davídico que gobernará con sabiduría, poder y justicia (11:1-5). 7.2.1.1. El rey saldrá de la cepa de Isaí (11:1). Esto implica que será descendiente de David, pero también que no solo Asiria será talado, sino también la dinastía davídica. En lugar de “tronco”, tradúzcase “cepa” (ninguna de las versiones que he consultado tiene esta traducción, pero cp. Biblia para todos: “un tronco viejo”). 7.2.1.2. El Espíritu de Yahvé capacitará al rey para gobernar bien, haciéndole sabio, fuerte y obediente a Yahvé (11:2-3a). La frase “espíritu de consejo y de poder” evoca 9:6, pues “consejo” (11:2) es de la misma raíz hebrea que “consejero” (9:6), y “poder” (11:2) es de la misma raíz que “fuerte” (9:6, aunque la palabra debe ser traducida “guerrero”, ver la nota allí). 7.2.1.3. El rey juzgará según la verdad (11:3b) y con justicia (11:4-5), defendiendo los derechos de los indefensos (11:4a), y castigando hasta con pena capital a los malvados (11:5). 7.2.2. Habrá paz en la tierra (11:6-9). 7.2.2.1. Habrá paz en el mundo natural (11:6-8). Esta paz en la naturaleza ha de ser literal, pero también reflejo de la paz que habrá entre la humanidad. 7.2.2.2. Los seres humanos no cometerán fechorías en Jerusalén (11:9a), porque la obediencia a Yahvé se extenderá por todo el mundo (11:9b). En el AT, el conocimiento de Yahvé es no solo conocimiento acerca de él, sino obediencia. 7.2.3. Las naciones buscarán al rey davídico (11:10), probablemente para aprender de él cómo gobernar (cp. 2:2-4), y también para pagarle tributo (por eso su habitación será “gloria”, traducción literal de la última palabra de 11:10). 7.2.4. Yahvé recogerá a los dispersos de Israel y Judá que estarán esparcidos por todo el mundo (11:11-12) y los traerá de regreso a la tierra prometida (11:1516). 7.2.5. Judá e Israel vivirán en armonía (11:13). 7.2.6. Judá e Israel extenderán su dominio sobre las naciones vecinas (11:14), así como había hecho David otrora. 7.2.7. El pueblo de Israel alabará a Yahvé (12:1-6). 7.2.7.1. Lo alabarán por su liberación (12:1-3). 7.2.7.2. Darán a conocer sus obras entre las naciones (12:4-6). C. Profecías contra las naciones (13:1-23:18)
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8. Profecía contra Babilonia (13:1-14:27) 8.1. Encabezado (13:1). 8.1.1. La profecía tiene que ver con Babilonia. El vocablo massa’, traducido “profecía”, se utiliza en Isaías 13-23 diez veces para introducir profecías contra las naciones (cp. 13:1; 14:28; 15:1; 17:1; 19:1; 21:1, 11, 13; 22:1; 23:1). Su significado exacto es debatido. Literalmente significa “cosa levantada o alzada”. Posiblemente signifique que la profecía es una “carga”, pues consiste en anuncios de juicio, o porque está impuesta al profeta y él está obligado a entregarla. Otra interpretación es que el vocablo hace referencia a que el profeta alza la voz para comunicar la profecía (cp. Jue. 9:7). 8.1.2. Isaías “vio” la profecía (ver la nota sobre 1:1). 8.2. Yahvé convoca a su ejército de varias naciones, aun de tierra lejana, para destruir la tierra (13:2-5). A la luz del v. 1, se supone que la tierra a ser destruida es la de Babilonia, pero, por otro lado, la expresión “toda la tierra” sugiere una destrucción universal. 8.3. Pronto vendrá el día de Yahvé, cuando él destruirá la tierra y sus pecadores (13:6-13). Esta sección está llena de lenguaje que, aplicado al juicio de Babilonia, solo puede entenderse hiperbólicamente, pues parece referirse a un juicio universal, como los juicios profetizados en Apocalipsis. 8.3.1. El destructivo día de Yahvé vendrá pronto (13:6). En el Antiguo Testamento el día de Yahvé es un tiempo cuando él se manifestará para castigar repentinamente a sus enemigos. La frase se emplea del castigo divino del reino del norte (Am. 5:18, 20), de Judá (Jl. 1:15; Lm. 1:12; 2:1, 21-22; Ez. 7:19; 13:5; Sof. 2:2-3), de Egipto (Jer. 46:10; Ez. 30:3), de Edom (Is. 34:8-9) y de Gog y Magog (Ez. 39:8). Aquí se utiliza del castigo de Babilonia, pero el lenguaje de los vv. 9-13 también sugiere un juicio universal. 8.3.2. Todos se llenará de terror (13:7-8). 8.3.3. Yahvé destruirá la tierra y sus pecadores (13:9). 8.3.4. La luz de las lumbreras celestiales se apagará (13:10). Este motivo se halla con frecuencia en las profecías (cp. 34:4; Ez. 32:7; Jl. 2:10, 3:31; 3:15; Zac. 14:6-7: Mt. 24:29). En la mayoría de estos pasajes se entendía como una figura hiperbólica del derrocamiento de los luminares políticos. Sin embargo, bien puede ser que en un día de Yahvé todavía futuro se cumpla literalmente. 8.3.5. Yahvé castigará al mundo por su pecado, especialmente por su soberbia (13:11). El vocablo “mundo” se interpretaría como otra hipérbole, pero se puede entender literalmente del día de Yahvé futuro. 8.3.6. Yahvé matará a tantos, que los seres humanos serán más escasos que el oro (13:12). 8.3.7. En su ira Yahvé sacudirá los cielos y la tierra (13:13). Este motivo también se halla con frecuencia en las profecías (cp. 24:18; J, 2:10; 3:16; Hag. 2:6-7, 2122). Se entendía hiperbólicamente como una manera de decir que Yahvé sacudiría el poder de los gobiernos de las naciones (cp. Hag. 2:21-22), pero, de nuevo, puede ser que se cumpla literalmente en el futuro día de Yahvé. 8.4. Los babilonios sufrirán terrible violencia (13:14-18). 8.4.1. Los extranjeros que viven en Babilonia huirán a su tierra (13:14). 8.4.2. Los babilonios sufrirán horrible violencia (13:15-18). El v. 17 menciona específicamente a los medos como perpetradores de la violencia. Por cierto, los medos, en alianza con los persas, conquistaron Babilonia en 539 a.C., pero en
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esa ocasión parece que no cometieron tanta violencia como la que se profetiza aquí. 8.5. Babilonia será destruida y jamás volverá a ser poblada (13:19-22). Esta profecía tuvo un cumplimiento parcial en 689 a.C. cuando Senaquerib, rey de Asiria, destruyó Babilonia. Sin embargo, pocos años después, Esarhadón, hijo de Senaquerib, la reconstruyó. Cuando fue conquistada en 539 a.C., no fue destruida, y seguía siendo una ciudad importante. Alejandro Magno la destruyó en 330 a.C. Después seguía siendo habitada, pero perdía su importancia, y siglos más tarde quedó totalmente despoblada, así como lo es hoy. 8.6. Yahvé restaurará a Israel a su tierra donde señorearán sobre los que los oprimieron (14:1-2). Después del cautiverio del reino del norte en 722 a.C., cuando los profetas usan los nombres “Jacob” e “Israel”, normalmente se refieren a Judá. Eso ha de ser el caso aquí, si bien los nombres también pueden abarcar a las doce tribus. El “porque” al inicio del v. 1, implica que la restauración de Israel será relacionada con la caída de Babilonia. 8.7. Israel recitará un poema satírico para burlarse del rey de Babilonia (14:3-20). 8.7.1. Israel recitará este poema cuando sea librado de la opresión de Babilonia (14:34a). Si bien en algunos contextos el vocablo mashal significa “proverbio”, aquí debe ser traducido “poema satírico” (cp. BJ, DHH, BDLA, NVI), o algo por el estilo. 8.7.2. El poema se burlará del rey de Babilonia, imperialista opresor, porque Yahvé lo habrá quebrantado (14:4b-6). 8.7.3. El poema dirá que toda la tierra se regocija por la paz que disfruta libre de la opresión babilónica (14:7-8). 8.7.4. El poema se burlará del poderoso y soberbio rey de Babilonia porque habrá sido consignado a lo más bajo del mundo de los muertos (14:9-17). 8.7.4.1. El poema representará a los habitantes del mundo de los muertos como maravillados que el poderoso rey de Babilonia haya descendido a ellos (14:9-10). En lugar de “se espantó” (14:9), tradúzcase “se agitó” (cp. DHH). 8.7.4.2. El poema se burlará del rey que, creyéndose igual al dios más alto, ha sido derribado hasta lo más profundo del mundo de los muertos (14:1115). La frase traducida “descendió al Seol” (14:11) se repite con leves diferencias en 14:15, donde está mejor traducida “derribado eres hasta el Seol”. Esta repetición constituye una inclusión que enmarca este párrafo. 8.7.4.2.1. El poema se dirige al rey soberbio, acostumbrado a una vida de deleites, advirtiéndole que ahora yacerá envuelto en gusanos (14:11). 8.7.4.2.2. El poema representa al rey habiendo aspirado a sentarse en lo más alto entre los dioses, pero ahora derribado hasta lo más bajo del Seol (14:12-15). Según Tertuliano (160-230 d.C.) y Gregorio el Grande (540-604), y muchos teólogos después de ellos, este pasaje habla de Satanás, pero Isaías no tenía en mente a Satanás, a quien él nunca menciona en todo su libro. Más bien, Isaías aquí hablaba de un rey humano (cp. “aquel varón” en v. 16). Por otro lado, la caída del rey de Babilonia en este poema es un tipo de la caída de todo opresor soberbio, incluyendo a Satanás. Sin embargo, aun como tipo de la caída de Satanás se le debe interpretar solamente como un anticipo de su caída futura (cp. Lc. 10:18; Jn. 12:31; Ap. 12:9-12; 20:1-3, 10), y no como un relato de su caída antes de la creación del mundo. De esta caída la Biblia no dice casi nada, si es que dice algo; Ezequiel 28:11-19 tampoco es un relato de ella.
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8.7.4.2.2.1. Según el poema escarnecedor, el rey, creyéndose un dios astral, fue derribado a la tierra (14:12). Ambos Helel “Lucero” y Shajar “Aurora” (traducido “mañana” en RV60, RV95, RVA y NVI, pero “Aurora” en BJ y BDLA) eran dioses cananeos cuyos nombres aparecen en los textos mitológicos de Ugarit. Helel era “la estrella de la mañana”, llamada por los griegos Venus. Es en base al nombre Helel que se ha aplicado a Satanás el nombre Lucifer “portador de luz”. 8.7.4.2.2.2. Según el poema escarnecedor, el rey pensaba colocar su trono en lo más alto de la asamblea de los dioses (14:13). 8.7.4.2.2.2.1. El rey pensaba colocar su trono en el cielo (14:13a). En lugar de “junto a las estrellas”, tradúzcase “por encima de las estrellas” (BJ, BDLA, NVI; cp. DHH). 8.7.4.2.2.2.2. El rey pensaba colocar su trono en lo más alto del monte Tsapón, donde los dioses realizaban sus asambleas (14:13b). En lugar de “en el monte de testimonio”, tradúzcase “en el monte de la asamblea” (cp. BDLA, RVA, BJ, DHH, la nota en NVI). En lugar de “a los lados del norte”, tradúzcase “en lo más alto de Tsapón”. Ninguna de las versiones en castellano que he consultado tiene esta traducción. BJ, DHH, BDLA, RVA, RV95 y NVI tienen “en los extremos del norte”, o algo similar, lo cual es por lo menos mejor que la traducción de RV60. Si bien el vocablo tsapón normalmente significa “norte” en hebreo, también era el nombre del monte donde, según la mitología semítico occidental, los dioses celebraban sus asambleas. El vocablo que he traducido “lo más alto” en efecto significa “extremos, lugares más remotos”, pero los extremos de una montaña son sus partes más altas. La traducción “en los extremos del norte” también alude al monte de los dioses, pues ese monte estaba en el norte (de allí su nombre Tsapón “Norte”), pero el contraste con entre los vv. 13 y 15, donde se usa el vocablo “extremos” para referirse a lo más bajo del Seol, aclara que aquí se refiere a lo más alto del monte de los dioses. Así la New Internacional Version traduce: “on the utmost heights of the sacred mountain” (“en lo más alto del monte sagrado” 8.7.4.2.2.3. Según el poema escarnecedor, el rey pensaba llegar tan alto como el dios altísimo (14:14). En la mitología cananea, “altísimo” era un título de ’El, el dios supremo. 8.7.4.2.2.4. El poema se burlará del rey por haber llegado no a los extremos del monte Tsapón (cp. v. 13), sino a los extremos del abismo, el mundo de los muertos (14:15). En lugar de “a los lados del abismo”, tradúzcase “a los extremos del abismo” (cp. BDLA), o, menos literalmente pero más claro, “a lo más bajo del abismo” (cp. BJ, DHH, RVA, RV95, NVI). 8.7.4.2.2.5. Es posible que 14:12-15 se basa en un mito acerca de un dios menor que pretendió tomar liderazgo en la asamblea
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de los dioses, pero fracasó. De hecho, en la literatura ugarítica se ha descubierto un mito similar. Según este mito, Baal había muerto a manos del dios Mot “Muerte”, y se buscaba otro dios para reinar en su lugar. La diosa Asera propuso al dios Athtar: “Acto seguido ‘Athtaru, el Terrible,/ subió a las cumbres de Tsapanu,/ se sentó en el trono de Ba‘lu, el Victorioso./ Sus pies no llegaban al escabel,/ su cabeza no alcanzaba a su remate./ Y respondió ‘Athtaru, el Terrible:/ ‘No puedo reinar en las cumbres de Tsapanu’. Descendió ‘Athtaru, el Terrible,/ descendió del trono de Ba‘lu, el Victorioso/ y reinó en la tierra (que) de (un) dios es toda ella” (Del Olmo Lete, págs. 225-26). 8.7.4.3. El poema representará a los habitantes del mundo de los muertos como maravillados que el poderoso rey de Babilonia haya sido derribado hasta lo más profundo del Seol (14:16-17). 8.7.4.3.1. Las semejanzas en los vv. 9-10 y 16-17 forman una inclusión que enmarca toda la sección sobre el descenso del rey de Babilonia a Seol. 8.7.4.3.2. En “Salmo a la caída del FRG: Parodia para un Mesías” (Siglo Veintiuno, 8 de agosto de 1995), Estuardo Zapeta muestra que entiende Isaías 14:12-16, si bien su aplicación no deja de ser controversial: “Recordad guatemaltecos todos lo que nos dice el profeta Isaías: ¡Cómo caíste del cielo, o déspota del FRG, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a Guatemala. Tú que decías en tu corazón: Quebrantaré la ley y subiré al poder; en lo alto del Guacamolón, junto a las estrellas de Ajau, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes del poder subiré, y seré semejante a Jehová. Mas tú, déspota del FRG, derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo de la desesperación desciendes. Hoy todos los que te observábamos decimos: ¿Son estos los que querían gobernar Guatemala, los que querían trastornar a esta tierra? ¿Son estos los que con Tierra Arrasada querían dejar nuevamente a Guatemala asolada y hecha un desierto? ¿Son estos los que a sus presos nunca abrieron la cárcel?” 8.7.5. El poema se burlará del rey de Babilonia porque habrá sido deshonrado en su muerte, no recibiendo sepultura por haber matado a su pueblo (14:18-20a). La frase “vástago abominable” (14:19), o “vástago abominado” quizás se refiere a un aborto despreciado. 8.7.6. El poema se burlará del rey de Babilonia porque su descendencia no será recordada (14:20b). 8.8. Yahvé destruirá a la descendencia del rey de Babilonia y de toda la ciudad (14:21-23). 8.9. Yahvé ejecutará lo que él ha decidido: quebrantar a Asiria en los montes de Israel y así librar a Israel de su yugo (14:24-27). 8.9.1. En lugar de “el asirio” (14:25), tradúzcase “Asiria” (cp. BJ, DHH). La profecía recibió un cumplimiento en 701 a.C., cuando el ángel de Yahvé mató a 185,000 soldados asirios cuando estos sitiaban a Jerusalén. 8.9.2. Es difícil explicar por qué Isaías concluye la profecía sobre Babilonia con un anuncio de la destrucción de Asiria. Hay varias posibilidades. 8.9.2.1. Algunos opinan que estos versículos son una profecía aparte, pero en tal caso se esperaría que comenzara con el vocablo massa´ (ver la nota sobre 13:1).
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8.9.2.2. Otros piensan que originalmente toda la profecía de 13:1-14:27 tenía que ver con Asiria, y que posteriormente se escribió “Babilonia” en lugar de “Asiria” o “Nínive”. Esta teoría es atractiva, pues Asiria era el imperio que amenazaba a Judá en tiempos de Isaías, los medos participaron en la destrucción de Nínive, capital de Asiria (cp. 13:17-18), y Nínive no volvió a ser habitada después de su destrucción en 612 a.C. (cp. 13:19-22). Por otro lado, no hay ningún manuscrito o versión antigua de Isaías que tenga “Asiria” o “Nínive” en lugar de “Babilonia”, y si en realidad alguien cambió el texto, ¿por qué no lo hizo en 14:21 también? 8.9.2.3. Algunos opinan que 13:1-14:23 profetiza la destrucción de Babilonia por Asiria en 689 a.C., y que 14:24-27 agrega que, habiendo usado a Asiria para castigar a Babilonia, luego Yahvé destruirá a Asiria. Sin embargo, no hay evidencia que los medos hayan participado en la destrucción de Babilonia en 689 a.C. (contra 13:17-18), ni que Asiria fuera destruido sobre los montes de Israel después de 689 (contra 14:25), y Babilonia fue reconstruida pocos años después de ser destruida en 689 (contra 13:1922). Además, Babilonia en 689 no era como la Babilonia retratada en 14:4-23, todo un poder imperial grande. 8.9.2.4. Posiblemente Isaías utilice “Asiria” como un nombre simbólico por Babilonia, pues Babilonia fue heredero de Asiria en Mesopotamia. Así Esdras 6:22 llama “rey de Asiria” al rey de Persia, imperio que fue heredero de Babilonia. También a favor de esta teoría se puede notar que Isaías 1:10 llama a Jerusalén “Sodoma” y “Gomorra”. Esta teoría no explica por qué ciertos detalles de la profecía no se cumplieron cuando los medos y persas conquistaron Babilonia, pero quizás esa conquista fue solo un cumplimiento parcial, y los demás detalles se cumplirán en el tiempo de la Gran Tribulación (cp. Ap. 17-18). 8.9.2.5. Todavía otra posibilidad es que en Isaías 13-14 “Babilonia” es un nombre en clave por Asiria y Nínive, y que la clave no se explica sino hasta el final de la profecía, en 14:25. Por cierto, Isaías ha usado una técnica similar en el Cántico de la Viña (5:1-7), donde la verdadera identidad de la viña y su dueño se esconden hasta el último versículo. Esta teoría, la cual es invento mío, tiene todas las ventajas de la teoría 2 arriba, sin sus desventajas. Un problema con la teoría es explicar por qué Isaías quisiera esconder la identidad de Asiria hasta el final, y otro sería explicar cómo “Babilonia” puede ser nombre en clave por Asiria y Nínive. 8.9.2.6. Por último, es posible que esta profecía de la destrucción de Asiria sea una garantía del cumplimiento de la profecía de la destrucción de Babilonia. Lo que Yahvé hará con Asiria, lo hará también con toda nación que se exalta en contra de él y oprime a su pueblo (cp. 14:26). 9. Profecía contra Filistea (14:28-32) 9.1. La profecía (massa’, ver nota sobre 13:1) se dio en el año de la muerte de Acaz, rey de Judá, o sea, en 715 a.C. (14:28). De manera similar, la profecía del capítulo 6 se fecha en el año de la muerte del rey Uzías (cp. 6:1). 9.2. Filistea no debe alegrarse por el debilitamiento de su adversario, porque posteriormente el adversario sería más fuerte aún en contra de Filistea (14:29). Posiblemente la vara quebrada era Acaz, y el áspid y serpiente voladora sería Ezequías, hijo de Acaz. Según 2 Reyes 18:8 Ezequías devastó a Filistea. Otra posibilidad es que la vara quebrada era Asiria en algún momento débil (cp. la referencia al quebrantamiento de Asiria en v. 25), y que el áspid y serpiente voladora sería el poder renovado de Asiria. En 711 a.C. Asiria invadió a Filistea y la convirtió en una provincia del imperio asirio. Lo más seguro es que el áspid y serpiente voladora no son Satanás, ni tienen nada que ver con la imagen de una serpiente sepultada debajo de la ciudad de Guatemala (en contra de la enseñanza de ciertos grupos hoy día en Guatemala).
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9.3. Yahvé protegerá a Judá, pero destruirá a Filistea (14:30). 9.4. Filistea será devastada por una invasión desde el norte, pero Yahvé protegerá a Jerusalén (14:31-32). La invasión desde el norte sería la de Asiria (ver la nota sobre v. 29). Tal vez los mensajeros (v. 32) invitaban a Judá a unirse a una alianza en contra de Asiria, y la respuesta que Judá debería dar era que no confiaba en alianzas, sino en Yahvé. 10. Profecía contra Moab (15:1-16:14) 10.1. Introducción (15:1a; cp. nota sobre la palabra massa´ en 13:1) 10.2. Todo Moab llorará por la destrucción de la nación (15:1-4). 10.3. Isaías llora con toda Moab, porque tendrán que huir de su territorio hacia Edom, en el sur, y aun entonces les esperarán sufrimientos peores (15:5-9). La huida hacia el sur ha de ser resultado de una invasión desde el norte. 10.3.1. Isaías se conmueve por el sufrimiento de Moab (15:5a). 10.3.2. Los habitantes de Moab huirán llorando hacia Edom, en el sur (15:5-9a). Zoar (15:5) era la ciudad más norteña de Edom. Los demás sitios mencionados en 15:5-9 no han sido identificados, pero probablemente estaban en el sur de Moab. 10.3.3. En Dimón Yahvé enviará sufrimientos peor aún a los refugiados de Moab (15:9). En lugar de “leones”, tradúzcase en el singular “un león” (BJ, DHH), probablemente una referencia al rey invasor. 10.4. Isaías exhorta a los moabitas a someterse al rey de Judá y pedirle asilo (16:1-5). 10.4.1. Les exhorta a someterse al rey de Judá (16:1). 10.4.1.1. Les exhorta a enviar corderos (si bien el hebreo tiene el singular, así como RV60, probablemente aquí ese singular se debe entender como un colectivo, o un singular genérico, cp. la traducción “corderos” en BJ, DHH, RVA) como tributo al rey de Judá (16:1a; cp. 2 R. 3:4). 10.4.1.2. Les exhorta a enviar los corderos desde Sela (16:1b). Sela era una ciudad de Edom. Aparentemente, entonces, como continuación de la profecía de 15:5-9, Isaías aquí ve a los moabitas como refugiados en Edom. 10.4.1.3. Les exhorta a enviar los corderos a Jerusalén (16:1b). En vez de buscar refugio en Edom, deben someterse al rey de Judá para que él los proteja. 10.4.2. Las moabitas refugiadas deben pedir asilo al rey de Judá (16:2-4a). En lugar de “mis desterrados, oh Moab” (la lectura del Texto Masorético en 16:4), léase con los LXX “los desterrados de Moab” (cp. BJ, DHH, RVA). 10.4.3. El invasor perecerá, pero el trono davídico será establecido por Yahvé con gobierno justo (16:4b-5). 10.5. Isaías lamentará juntamente con los moabitas por la destrucción de sus cosechas y de sus viñas (16:6-12). 10.5.1. La invasión será castigo por su soberbia (16:6). El vocablo traducido “mentiras” se refiere a las jactancias infundadas (cp. BJ, DHH, RVA). 10.5.2. Llorarán los moabitas (16:7-8). 10.5.3. Llorará también Isaías (16:9-11). La última frase del v. 9 es literalmente “caerá el grito”, y la última frase del v. 10 es “haré cesar el grito”. Probablemente ambas frases se refieren a la cesación de los gritos de júbilo en las cosechas.
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10.5.4. Las oraciones de los moabitas a sus dioses serán inútiles (16:12). 10.6. Habiendo recibido estas profecías sobre Moab en alguna época, Isaías posteriormente recibe la revelación que Yahvé cumplirá las profecías de destrucción dentro de tres años (16:13-14). No sabemos cuándo Isaías recibió esta revelación, pero Asiria invadió a Moab por lo menos dos veces durante el ministerio profético de Isaías: en 732 bajo el rey Tiglat-Pileser, y en 701 bajo Senaquerib. 11. Profecía contra Damasco (17:1-14) 11.1. Fórmula introductora (17:1; cp. nota sobre 13:1) 11.2. Damasco y las otras ciudades sirias serán destruidas (17:1-3). 11.2.1. Damasco será destruida (17:1). 11.2.2. Las otras ciudades sirias también serán destruidas (17:2). En lugar de “Las ciudades de Aroer están desamparadas” (la lectura del TM), posiblemente se debe leer con el Targum “sus ciudades están desamparadas” (cp. BJ), o con los LXX “(Damasco) quedará desamparada para siempre” (cp. DHH). Conocemos solo dos Aroer: una en Moab y la otra en el territorio de la tribu de Gad. 11.2.3. Juntamente con Siria Israel sufrirá destrucción (17:3). 11.2.3.1. En lugar de “el socorro de Efraín”, tradúzcase “la ciudad fortificada de Efraín” (cp. RVA, BJ, DHH, RV95). 11.2.3.2. El resto de la “profecía sobre Damasco” no tendrá que ver con Damasco o los demás sirios, sino con Israel (cp. vv. 4-14). 11.3. Cuando Damasco sea destruida, Israel será reducido (17:4-6). 11.3.1. Será como un gordo vuelto en flaco (17:4). La frase traducida “en aquel tiempo” es literalmente “en aquel día”. Este párrafo y los dos siguientes comienzan con la frase “en aquel día” (cp. vv. 7, 9). 11.3.2. Será como un campo de grano después de la cosecha (17:5). 11.3.3. Quedará muy poco, así como la poca fruta que queda después de la cosecha de las olivas (17:6). 11.4. En el tiempo de su angustia Israel buscará socorro de Yahvé, no de sus ídolos (17:78). 11.5. Las ciudades fortificadas de Israel serán destruidas a causa de su idolatría (17:9-11). 11.5.1. Las ciudades fortificadas de Israel serán destruidas como lo fueron las ciudades de Canaán ante la conquista israelita en tiempos de Josué (17:9). 11.5.2. La destrucción será castigo por la idolatría (17:10-11). La siembra de 17:10b-11 es una referencia a la idolatría, específicamente a los jardines plantados en honor a los dioses paganos (cp. 1:29). 11.6. El invasor vendrá como una inundación, pero Yahvé lo ahuyentará como el tamo ante el viento (17:12-14). 11.6.1. El ejército del invasor incluirá elementos de muchas naciones (17:12-13). 11.6.2. La profecía del v. 14 tuvo un cumplimiento cuando el ángel de Yahvé destruyó a 185,000 soldados asirios (cp. 37:36-37). 12. Profecía contra Etiopía (18:1-7)
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12.1. Isaías pronuncia un ay sobre Etiopía (18:1). Excepcionalmente, esta profecía no comienza con el vocablo massa´. La nación de Etiopía en aquel tiempo abarcaba lo que hoy es el sur de Egipto, Sudán y el norte de Etiopía. 12.2. El profeta ordena enviar mensajeros a Etiopía para responder a los mensajeros de ellos (18:2). Aparentemente Etiopía había pedido a Judá entrar en una alianza contra Asiria, y Judá era tentado a poner su confianza en Etiopía en vez de en Yahvé (cp. 20:5). 12.3. El mensaje que los mensajeros deben entregar a los etíopes es que ellos, así como las otras naciones que querían librarse de Asiria, deben esperar hasta que Yahvé los convoque a los montes de Israel (18:3). Por un tiempo Yahvé iba a esperar quieto (18:4), pero cuando Asiria llegara a la cima de su poder Yahvé lo cortaría (18:5), y daría de comer los cadáveres de los asirios a las aves de rapiña y a las bestias en los montes de Israel (18:6). 12.4. Cuando Yahvé destruya a Asiria, Etiopía enviará ofrendas al templo de Yahvé en Jerusalén (18:7). 13. Profecía contra Egipto (19:1-20:6). Aparentemente el trasfondo para esta profecía era la tentación para Judá de aliarse con Egipto, en vez de arrepentirse y confiar en Yahvé, para defenderse de la amenaza asiria. 13.1. Fórmula introductora (cp. nota sobre 13:1). 13.2. Yahvé hará sufrir a Egipto (19:1-15). 13.2.1. Yahvé atacará a Egipto (19:1) 13.2.2. Yahvé provocará conflictos internos en Egipto (19:2). 13.2.3. Ni los sabios de Egipto ni sus adivinos podrán salvarlo (19:3). 13.2.4. Yahvé someterá a Egipto a un rey duro (19:4). Esta profecía tuvo un cumplimiento en 671 a.C., cuando el rey asirio Esarhadón conquistó Egipto. 13.2.5. El río Nilo se secaría, y juntamente con él, la economía de Egipto (19:5-10). La economía de Egipto dependía en gran medida del río Nilo. 13.2.6. Yahvé estropearía la afamada sabiduría de Egipto, pues esta no lograría impedir a Yahvé llevar a cabo sus planes contra Egipto (19:11-15). 13.3. Yahvé invertirá por completo la situación de Egipto (19:16-25). Cada párrafo de esta sección comienza con la expresión “en aquel día” (vv. 16, 18, 19, 23, 25; RV60 traduce “en aquel día” en v. 16, pero “en aquel tiempo” en los otros versículos mencionados). 13.3.1. En aquel día Egipto tendrá temor de Yahvé y de su pueblo, Judá (19:16-17). Esto era lo contrario de la situación cuando Isaías escribió la profecía. Egipto no reconocía el poder de Yahvé, y Judá temía a Egipto. 13.3.2. En aquel día cinco ciudades de Egipto hablarán hebreo y considerarán a Yahvé el Dios más temible (19:18). Una de ellas será la ciudad de Heres (según el TM; no sé por qué RV60 deletrea este nombre con “z”), o, Jeres (según un manuscrito de Qumrán, la Vulgata, el Targum y el Códice Sinaítico de los LXX). El nombre Heres significa “destrucción” y Jeres significa “Sol”. Me inclino a la idea que Jeres fue la lección original. Heliópolis “Ciudad de Sol” era una ciudad importante en el sur de la delta de Egipto; aun en esa ciudad dedicada a la adoración al sol llegarán a reconocer que Yahvé es el Dios más temible. 13.3.3. En aquel día los egipcios oprimidos clamarán a Yahvé y se convertirán a él, y él les enviará libertador (19:19-22). Los egipcios vivirán lo que los israelitas experimentaron en el período de los jueces. En aquel tiempo los egipcios sacrificarán a Yahvé en Egipto (19:19, 21). Aparentemente no se les requerirá presentar todos sus sacrificios en el templo de Jerusalén (cp. Mal. 1:11).
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13.3.4. ¡En aquel día Egipto, Israel y Asiria vivirán en paz, adorarán a Yahvé y recibirán sus bendiciones como pueblos de él (19:23-25)! Probablemente estas tres naciones aquí representan todas las naciones. Semejante profecía definitivamente no se ha cumplido, pero esperamos su cumplimiento en el Milenio. 13.4. Isaías profetiza que Asiria conquistará a Egipto y Etiopía y llevará a sus habitantes cautivos (20:1-6). 13.4.1. Esta profecía se dio en el año 711 a.C., cuando el general asirio mostró el poder de su ejército, conquistando la ciudad filistea de Asdod (20:1). “Tartán” era vocablo asirio que significaba “general en jefe del ejército”. 13.4.2. Durante los tres años previos Isaías había andada sin su vestido exterior de cilicio y descalzo (20:2). El texto da la impresión que durante esos tres años Yahvé no interpretó esa acción simbólica, dejando al pueblo, y probablemente al mismo profeta quien tenía que sufrir esa humillación, a especular sobre su significado. El cilicio no era vestuario normal, sino señal de profunda tristeza, sea por alguna calamidad sufrida o por arrepentimiento. El cilicio de Isaías fue un símbolo profético, tal vez de las dos cosas: del sufrimiento profundo que Yahvé enviaría a Judá, y de la necesidad del arrepentimiento de los pecados de Judá contra Yahvé. 13.4.3. En el año de la toma de Asdod, Yahvé interpretó la acción simbólica: Asiria llevaría cautivos a los habitantes de Egipto y Etiopía, desnudos y descalzos (20:3-4), y tanto Judá como Filistea verían que su confianza en esas naciones había sido equivocada (20:5-6a) y que humanamente hablando no había esperanza de defenderse de Asiria (20:6b). “Esta costa” se refiere a Filistea, en el litoral del Mar Mediterráneo. Este mensaje profético fue gráficamente subrayado por la conquista de Asdod. 13.5. Profecía contra el desierto del mar (21:1-10). 13.5.1. Fórmula introductora (21:1a; cp. 13:1). El desierto del mar es la región donde se encontraba Babilonia, cerca del Golfo Pérsico (cp. v. 9). Los anales de Tiglat Piléser III, rey de Asiria, llaman a Merodac Baladán, rey de Babilonia, “rey de la región del mar”. El trasfondo de esta profecía ha de ser una época en que Judá pensaba aliarse con Babilonia contra Asiria, tal vez durante el reinado de Merodac-Baladán (cp. 39:1-2). 13.5.2. Para Isaías esta visión es terrible (21:1-2a). 13.5.3. En la visión el traidor sigue traicionando y el destructor sigue destruyendo (21:2a). Ha de ser una referencia a Asiria. 13.5.4. En su visión Isaías llama a Elam y a Media a ayudar a Babilonia (21:2b). Elam era un país al noreste de Babilonia, y Media estaba al norte de Elam. 13.5.5. La visión llena al profeta con angustia aguda (21:3-4). Isaías no ha explicado todavía por qué siente angustia, pero estos versículos nos anticipan que esta profecía contendrá malas noticias. 13.5.6. En medio de un banquete en Babilonia se da la voz de alarma para que los jefes militares se preparen para la batalla contra Asiria (21:5; para una situación similar, cp. Daniel 5). Como los escudos, hechos de madera o metal, eran cubiertos de cuero, era necesario aceitarlos para que no se rajaran. 13.5.7. Yahvé ordenó a Isaías poner atalaya que reportara lo que viera (21:6). 13.5.8. El atalaya miraba atenta y continuamente (21:7-8). Probablemente el atalaya era Isaías mismo.
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13.5.9. Al fin el atalaya vio venir a un hombre que anunció que Babilonia había caído, juntamente con todos sus dioses (21:9). 13.5.10. Isaías ha cumplido con su deber desagradable de informar a Judá, trillado y aventado por Asiria, de lo que Yahvé le ha mostrado (21:10). Aparentemente la visión no se refiere a la caída de Babilonia en 539 a.C. a las manos de los medos y los persas, pues esa caída fue buenas noticias para Judá. Más bien este pasaje ha de profetizar la caída de Babilonia en una época en que Judá estaba tentado a confiar en ella como aliada para librarse de la opresión de Asiria. En 710 a.C. el rey asirio Sargón logró expulsar a Merodac Baladán de Babilonia, y en 702 Senaquerib derrotó a Merodac Baladán y destruyó su territorio cerca del Golfo Pérsico. Babilonia se rebeló contra Senaquerib en 691 a.C., y el rey asirio destruyó la ciudad en 689. 14. Profecía contra Edom (21:11-12). 14.1. Fórmula introductora (21:11a; cp. 13:1). La referencia a Seir indica que Duma ha de ser Edom (cp. Jos. 24:4). Duma tal vez sea una transliteración de Uduma, el nombre de Edom en acádico. 14.2. Los edomitas llaman a Isaías, el guarda, para preguntarle qué falta para que la noche (el período de sufrimiento) termine (21:11). 14.3. El guarda responde que viene la mañana (buena noticia), pero también otra noche (21:12a). 14.4. El guarda invita a los edomitas a volver a preguntar más tarde, pues por ahora él no puede ver más allá de la segunda noche (21:12b). 15. Profecía contra Arabia (21:13-17). 15.1. Fórmula introductora (21:13; cp. 13:1). 15.2. Dentro de un año los árabes huirán ante una invasión que dejará muertos a muchos de sus guerreros (21:13-17). Dedán (21:13), Tema (21:14) y Cedar (21:16-17) eran sitios en Arabia. Quizás la profecía se cumplió con una invasión asiria. En el año 715 el rey asirio Sargón escribió que él había derrotado a varias tribus árabes y que los había deportado a Samaria. 16. Profecía contra el valle de la visión (22:1-25) 16.1. Fórmula introductora (22:1a; cp. 13:1) 16.2. La profecía se dirigía a una ciudad que se regocijaba cuando debía llorar (22:1b-4). Esa ciudad era Jerusalén (v. 4b). Probablemente el contexto histórico fue la retirada milagrosa de Senaquerib y su ejército de Jerusalén en 701 a.C. (cp. 37:36-37). 16.2.1. Isaías critica a la ciudad por su regocijo al ver retirarse a los asirios (22:1-2a). 16.2.2. Isaías trae a colación que los líderes militares de la ciudad habían huido, pero que fueron apresados (22:2b-3). En el v. 3, en lugar de “tus príncipes” tradúzcase “tus jefes militares” (cp. RVA “oficiales), y en lugar de “los que en ti se hallaron” (la lectura del TM), probablemente se debe leer con los LXX, “tus fuertes” (cp. BJ, DHH: “tus valientes”). En el famoso Prisma de Senaquerib, el rey asirio se jacta de que algunos de los soldados de Ezequías desertaron. 16.2.3. Debido a esa deserción Isaías, en vez de participar en el regocijo judío, llora la destrucción de Jerusalén (22:4). 16.3. Isaías trae a la memoria el sitio de la ciudad (22:5-14). 16.3.1. Fueron días de angustia (22:5-8a).
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16.3.1.1. Fueron días de angustia en el valle de la visión (22:5). El valle de la visión ha de ser uno de los valles al oeste, sur o este de Jerusalén, pero no se sabe cuál de ellos. 16.3.1.2. El ejército de Senaquerib buscaba derribar el muro de Jerusalén, y lanzaba gritos de batalla contra ella (22:5b). 16.3.1.3. El ejército de Senaquerib incluía a soldados de otras naciones (22:6). 16.3.1.4. Los valles al oeste, sur y este de Jerusalén estaba llenos de carros y caballos (22:7). 16.3.1.5. Judá quedaba indefensa ante el embate asirio (22:8a). 16.3.2. En vez de arrepentirse para ser librados del sitio, los habitantes de Jerusalén solo fortalecieron sus defensas y disfrutaron una fiesta final (22:8b-14). 16.3.2.1. Fortalecieron las defensas de la ciudad (22:8b-11a; cp. 2 Cr. 32:2-5). 16.3.2.1.1. La casa del bosque (22:8) había sido construida por Salomón (cp. 1 R. 7:2; 10:17, 21). 16.3.2.1.2. El estanque de abajo (22:9) fue construido por Ezequías para recoger el agua que venía del manantial de Gihón por el túnel de Siloé, que él también había construido (cp. 2 R. 20:20; 2 Cr. 32:30). 16.3.2.2. No buscaron a Yahvé (22:11b). 2 Crónicas 32:7-8 da otra perspectiva. Probablemente algunos buscaron a Yahvé, pero otros no. 16.3.2.3. En vez de arrepentirse en llanto y cilicio, celebraron fiestas ante la posibilidad de una muerte próxima (22:12-13). 16.3.2.4. Yahvé no perdonará esta falta de arrepentimiento (22:14). Se cumplirá la expectativa de los habitantes de Jerusalén: su muerte (cp. “hasta que muráis” en v. 14 con “mañana moriremos” en v. 15). 16.4. Yahvé quitará a Sebna del puesto de mayordomo y poner en su lugar a Eliaquim, pero vendrá el día cuando aun los gobernantes firmes y honrados serán quebrantados (22:15-25). 16.4.1. Yahvé quitará a Sebna del puesto de mayordomo debido a su pecado (22:1519). 16.4.1.1. El mayordomo (22:15) era un alto funcionario, tal vez segundo solo al rey (cp. vv. 21-22). La expresión traducida aquí “mayordomo” literalmente significa “el que está sobre la casa”; es la misma expresión que el faraón emplea cuando nombra a José como segundo al rey mismo (cp. Gn. 41:40-44). 16.4.1.2. Un pecado de Sebna fue haberse labrado una sepultura en alto, como un medio de perpetuar su nombre (22:16). Seguramente Sebna había hecho otras cosas que desagradaron a Yahvé también. 16.4.1.3. Yahvé quitaría a Sebna de su puesto y lo enviaría a otro país donde moriría lejos de la sepultura labrada (22:17-19). A pesar de la traducción del v. 17, no es seguro que Yahvé aquí hable de un cautiverio (ver la nota sobre este versículo en RV95 y la traducción en otras versiones). 16.4.2. Yahvé pondrá a Eliaquim en lugar de Sebna (22:20-24). 16.4.2.1. Eliaquim, aparentemente en contraste con Sebna, gobernaría como siervo de Yahvé y padre del pueblo (22:20-21).
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16.4.2.2. Eliaquim tendría mucha autoridad (22:22). 16.4.2.3. Eliaquim estará firme en su puesto (22:23a). 16.4.2.4. Eliaquim traerá mucha honra a su familia (22:23b-24). 16.4.3. Llegará el día cuando aun los gobernantes firmes y honrados como Eliaquim serán quebrantados (22:25). 17. Profecía contra Tiro (23:1-18) 17.1. Fórmula introductora (23:1a; cp. 13:1) 17.2. Con ironía Isaías llama a las naciones del mundo mediterráneo que se beneficiaban del comercio con Tiro a que lamenten la destrucción de Tiro (23:1-5). Tiro y los demás fenicios dominaban el comercio marítimo. 17.2.1. Llama a las naves de Tarsis a lamentar (23:1). 17.2.1.1. Tarsis probablemente era un sitio en España, o tal vez en Cerdeña. Estas naves reciben la noticia de la destrucción de Tiro cuando regresan de Chipre, la tierra de Quitim. 17.2.1.2. Las referencias a la lamentación de Tarsis sirven para marcar las divisiones principales de esta profecía (cp. vv. 1, 6, 10, 14) y a la vez recalcan su idea principal. 17.2.2. Llama a los fenicios, pueblo a que pertenecía Tiro, a lamentar (23:2-4). 17.2.2.1. “Sidón” en los vv. 2 y 4 probablemente no se refiere solo a la ciudad de Sidón, sino a toda la región de Fenicia (en el AT “sidonios” frecuentemente significa “fenicios” en general). 17.2.2.2. Tiro quedará como una ciudad que nunca tuvo hijos (23:4b). 17.2.3. Cuando la noticia llegue a Egipto esa nación tendrá los dolores que no tuvo Fenicia (23:5). El verbo traducido “estuve de parto” en v. 4 y “tendrán dolor” en el v. 5 es el mismo; significa “tener dolores de parto”. 17.3. Yahvé era quien había decretado la destrucción de Tiro (23:6-9). 17.3.1. Isaías irónicamente llama a los moradores de toda la costa del Mar Mediterráneo hasta Tarsis en el extremo occidente a que lamenten la destrucción de Tiro (23:6). 17.3.2. ¿Quién pudo decretar la destrucción de una ciudad tan alegre, antigua, próspera en el comercio y políticamente poderosa (23:7-8)? 17.3.3. Yahvé es quien la ha decretado, y lo ha hecho para abatir la soberbia de Tiro y de los seres humanos en general (23:9). 17.4. La destrucción de los cananeos y de Babilonia eran pruebas que Yahvé podría destruir a Tiro también (23:10-14). 17.4.1. El significado del v. 10 no es claro (ver las varias versiones), pero de alguna manera señala a Tarsis las consecuencias malas para ella de la destrucción de Tiro. 17.4.2. Así como Yahvé destruyó a los cananeos (23:11) y a Babilonia (23:13; este versículo ha de referirse a alguna destrucción de Babilonia por los asirios), así también destruiría a Tiro (23:12).
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17.4.3. Isaías llama a Tarsis a lamentar por la destrucción de Tiro (23:14). Este versículo forma una inclusión con el v. 10, enmarcando los vv. 10-14, y también con el v. 1, enmarcando toda la profecía hasta aquí. 17.5. Yahvé pondrá a Tiro en olvido por 70 años, pero después la ciudad volverá a su comercio inmoral (23:15-18). 17.5.1. Yahvé pondrá a Tiro en olvido por 70 años (23:15a). Esta profecía tuvo un cumplimiento parcial entre los años 700 y 630 a.C., cuando los asirios limitaron mucho el comercio de Tiro. 17.5.2. Posteriormente Tiro volverá a su comercio inmoral (23:15b-17). Isaías califica a Tiro de ramera porque deja a un lado los principios éticos en búsqueda de la ganancia económica. Hace todo tipo de comercio con cualquier nación, incluso el tráfico de esclavos (cp. Am. 1:9). 17.5.3. Sin embargo, tarde o temprano las riquezas de Tiro serán entregadas a los siervos de Yahvé (23:18). ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.