investigaciones arqueológicas en la costa de la península de la Guajira

pias de vivir y sentir la región, y con los vecinos y familiares (territorios de vida); es decir, ... comunitaria, su fuerte coeficiente religioso y su invariable referencia a una tradición o memoria ...... Facultades de Medicina. Bogotá. 1976. 135 ...
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CAPÍTULO II

Impactos sociales y culturales del desplazamiento

NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD Martha Nubia Bello ...Somos coautores de estas narraciones de identidad;hemos estado inmersos desde siempre en la historia de nuestro pasado narrado y en múltiples contextos de nuestras construcciones narrativas. Mediante las narraciones del sí mismo dotamos al mundo de sentido y a nuestra propia experiencia... somos una autobiografía que escribimos y reescribimos en forma constante al participar en las prácticas sociales que describimos en nuestras cambiantes narraciones y relatos (Goolishian, 1994, 297)

E

n este texto se pretenden plantear algunas reflexiones acerca del efecto o de las consecuencias que genera el desplazamiento en el plano de la identidad colectiva e individual. Este análisis se construye en el marco de un proceso de investigación y de acompañamiento a algunas dinámicas de organización de familias desplazadas por la violencia, hoy ubicadas en la ciudad, y de observación del quehacer de entidades gubernamentales y no gubernamentales con este grupo poblacional. Las personas en situación de desplazamiento, individuos,familias o colectivos, se ven obligadas a perder y abandonar no sólo pertenencias y propiedades (territorios geográficos), sino relaciones y afectos construidos históricamente con el entorno, expresados en las maneras propias de vivir y sentir la región, y con los vecinos y familiares (territorios de vida); es decir, el desplazamiento también destruye comunidades (identidades colectivas) en tanto desestructura mundos sociales y simbólicos y provoca la ruptura de aquello que se podría denominar en palabras de Berger, Ry Luckman.T (1996, p. 79),"lo dado por supuesto", creencias, valores, prácticas,formas y estilos de vida.

Trabajadora social. Profesora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia. Miembro del Programa Universitario de Iniciativas para la Paz

MARTHA NUBIA BELLO

La experiencia vital de grupos e individuos es abruptamente alterada; sufren transformaciones en la identidad colectiva e individual esto es en "...la representación que tienen los agentes (individuos o grupos) de su posición en el espacio social y de sus relaciones con otros agentes (individuos o grupos) que ocupan la misma posición o posiciones diferenciadas en el mismo espacio" (Giménez, 1994, p. 261). La imagen de sí mismos que las personas víctimas del desplazamiento (individual y colectivo) han construido históricamente y que les ha permitido diferenciarse o distinguirse de otros, y al mismo tiempo ser reconocidos por otros, es desestructurada y reconstruida a la luz de las nuevas realidades y posiciones sociales que están obligados a asumir. Analizar este proceso implica, de un lado, identificar las condiciones particulares y características distintivas o (prototipo) de las comunidades desplazadas y de otro, sus procesos de inserción en los espacios específicos de reubicación, pequeñas y grandes ciudades, a la luz de las nuevas exigencias de acomodación y de cambio. ¿DE

COMUNIDAD

A COMUNIDAD

TRADICIONAL

MODERNA?

La población desplazada por la violencia es, en su gran mayoría, de procedencia campesina, perteneciente, por tanto, a las llamadas (tipo) culturas tradicionales, caracterizadas por "....su vinculación a una comunidad local, su naturaleza prevalentemente consensual y comunitaria, su fuerte coeficiente religioso y su invariable referencia a una tradición o memoria colectiva" (Giménez, 1994, p. 261). A pesar de la diversidad de lugares de procedencia, el común denominador en los testimonios de los desplazados es su fuerte relación con la tierra, la evocación permanente del río, las montañas, los animales, los cuales han hecho parte de su forma de vida, no sólo por haber sido la fuente permanente y siempre dispuesta para la subsistencia, sino la base del trabajo que les ha permitido ganar el reconocimiento como personas capaces de tener independencia y de responder por sí mismas. Es el conocimiento y la capacidad para trabajar la tierra lo que les permite convertirse en un "hombre de bien"; de ello depende, en gran medida, la posibilidad de tener una familia y responder por ella. Las relaciones establecidas en el interior de sus comunidades son muy estrechas debido a los vínculos familiares que las caracte112

NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR JA IDENTIDAD

rizan (los vecinos son al mismo tiempo primos, cuñados, tíos, etc.) y a la permanencia por años que los convierte a todos en conocidos y genera lazos de confianza y solidaridad. Se puede decir que en la pequeña comunidad campesina "se sabe quién es quien". A pesar del aparente aislamiento en que viven las familias debido a las distancias, existe una muy fuerte red de relaciones construidas alrededor de la organización para la producción (arrendamiento de tierras, préstamo de mano de obra, mingas, etc.), la distribución y el consumo de productos. "Nosotros teníamos animales, una yegua, una cosecha de fríjol, ¡30 arrobas de fríjol! Yo tenía un tajo en la casa y otro tajo en otra, en donde un vecino, porque allá siempre acostumbramos a que yo voy a trabajar y tengo 12 arrobas de fríjol y uno busca la tierra buena ¡no cierto! Entonces ya donde uno ve que le puede servir, entonces uno busca donde un vecino y va y arriéndeme y sabe que uno va a sembrar..." Existen, además, mecanismos de intercambio como el trueque y el fiado, o de contratación como jornaleros, validan los acuerdos de palabra, lo que supone que cada miembro de la comunidad goza de una identidad soda!, en tanto es reconocido por los otros (quienes le atribuyen roles y características) y de una identidad personal que implica que el individuo se diferencia de los demás y "sabe qué esperan o suponen de él los o t r o s " 2 y, en consecuencicia, cómo actuar. La distribución de roles para mujeres, niños, adultos y ancianos está claramente establecida y delimitada, al igual que los comportamientos frente al trabajo, la sexualidad y la religión pues, tal y como lo afirman Berger, R y Luckman.T (1996), una de las características de las comunidades tradicionales es la limitada oferta de modelos y opciones para el comportamiento. Las identidades propias de estas culturas "...serán identidades preponderantemente colectivas, sólidamente territorializadas,bien cimentadas por una solidaridad comunitaria..." La ciudad, sitio de llegada de quienes se han desplazado individual y familiarmente se identifica por lo común con la llamada"cultura moderna", caracterizada según Giménez, por: la deslocalización.es

Tanto la identidad social como la personal ".. .forman parte, ante todo, de las expectativas y definiciones que tienen otras personas respecto del individuo cuya identidad se cuestiona" (Goffman. 1995, p. 126),

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decir, su desvinculación de todo espacio particular y determinado por efecto de la movilidad geográfica (se nace, se vive, se trabaja y se muere en lugares diferentes); su orientación profundamente individualista y ya no comunitaria y la fragmentación y pluralización, referida a la multiplicación de los referentes simbólicos y, más aún, a la falta de integración recíproca, dando como resultado un panorama cultural fragmentado y descentrado (1995, p. 262). Las identidades propias de la llamada "cultura moderna" serán "...necesariamente deslocalizadas, inestables y principalmente individualistas" (Giménez, 1994, p. 263). En consecuencia, las comunidades campesinas que ingresan a la ciudad enfrentaran conflictos, choques, destrucciones y reconstrucciones, tanto en el plano de la identidad individual como de la colectiva 3 . Al admitir que la identidad sufre procesos de destrucciónreconstrucción se reconoce su carácter dinámico e inacabado y se le considera como "...una acción sobre el mundo; esto es, una conjunción de tradición y construcción social. Estaremos por tanto ante una identidad histórica, que se encuentra en continua transformación y cuyo sentido reside en posibilidad de autorreconocimiento, el desarrollo de la autonomía y la dinámica endógena" (Guerra, 1994, p. 46). La identidad aparece, en consecuencia, como el resultado del proceso humano, en el que la interacción con el mundo genera la producción de sentido y, a la vez, orienta y direcciona la experiencia y los comportamientos humanos. Es indudable que la identidad social y personal de los desplazados sufre modificaciones pues, a pesar del significado o el tipo de relación que hayan podido establecer previamente con la ciudad y todas las dinámicas que ella encierra 4 , la salida del campo es intempestiva, " n o pedida", precedida por presiones y humillaciones. Sus derechos han sido vulnerados en la forma de extorsiones, robos y amenazas y, en este sentido, la posibilidad de "control sobre sus propias vidas" ha sido arrebatada.

5 Es necesario, sin embargo, precisar que los barrios populares a donde llegan la mayoría de los desplazados se constituyen en espacios «híbridos», pues han sido construidos por campesinos y, a pesar de estar en las ciudades, expresan características propias de la vida rural que se mantienen y conviven con las dinámicas propias de la vida urbana. 4

Para algunos desplazados la ciudad no es un espacio indeseable, ni desconocido; al contrario, para algunos de ellos la ciudad representaba una aspiración o meta por la posibilidad de progreso que simboliza.

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NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

La cotidianidad se modifica súbitamente y a las condiciones de vida hasta entonces asumidas como estables, se contrapone ahora la incertidumbre, una de las principales características de la vida de los desplazados. Esta situación niega la posibilidad, por lo menos inmediata, de reconstrucción de proyectos de vida, con la definición de roles, comportamientos y relaciones que le son inherentes. En el proceso de inserción de campesinos a la ciudad, es factible identificar diversas relaciones y posibilidades, según las características grupales e individuales de quienes llegan y el tipo de comunidades o barrios a los que ingresan. La mayor o menor afectación o las posibilidades de reconstrucción de la identidad dependerán entre otras, ue ias siguientes situaciones: • Las modalidades de ingreso a la ciudad: individual, familiar o colectiva. • El tipo de ciudad a la que ingresan: pequeñas o grandes ciudades. • El tipo de barrios en los que se ubican: barrios consolidados o en procesos de conformación. • El grado de cohesión (identidad colectiva) de la comunidad de que proceden: comunidades con fuerte o débil cohesión. • Las características biográficas de las personas en situación de desplazamiento. Se requiere, en consecuencia, precisar a qué tipo de comunidades ingresan los desplazados, teniendo en cuenta la heterogeneidad de barrios que se expresan en la urbe y las múltiples relaciones que se pueden presentar, veamos: Los ÉXODOS MASIVOS HACIA LAS CABECERAS MUNICIPALES Y PEQUEÑAS CIUDADES

En este caso, a pesar de perder el vínculo con su t e r r i t o r i o y de soportar las presiones y el t e r r o r que motivaron el desplazamiento, las personas se mantienen como "comunidad", inclusive fortalecen su identidad colectiva, en tanto se despliegan solidaridades p o r la "tragedia c o m ú n que enfrentan individual, familiar y grupalmente". Asumen, como el grupo, una pérdida colectiva. Los éxodos masivos afectan a campesinos de veredas y pequeños caseríos, los cuales se desplazan hacia cabeceras municipales y pequeños municipios con características fundamentalmente 15

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rurales; no se presenta la confrontación campo-ciudad que hemos mencionado. Las fuertes alteraciones en la vida cotidiana por las condiciones de hacinamiento, la precariedad en la alimentación y vestido, etc., se asumen como situaciones transitorias porque se mantiene la idea del retorno o la reubicación. Su capacidad de negociación para acceder a los servicios a los que tienen derecho pasa por ei reconocimiento de su condición de desplazados5 , los motivos, los actores y los hechos. De este modo, el tiempo de convivencia obligada permite la socialización de vivencias, la elaboración colectiva de duelos y,fundamentalmente, la reconstrucción de proyectos individuales y colectivos6, el principal de ellos es el retomo, que fortalecen la acción colectiva y la existencia del "nos". La intervención de organizaciones de apoyo en estas comunidades ha favorecido, en algunos casos efectivos, procesos de recuperación histórica, de reconocimiento y fortalecimiento del colectivo.Tal y como lo ¡lustra Pérez, "en la situación de desplazamiento (más específicamente en los actuales campamentos) está haciendo tránsito unanueva identidad, se ha iniciado un proceso de recuperación de la memoria -del saber de dónde se viene, por qué hubo que venirse, quién se esy, por lo tanto, la reformulación, la recreación de un nuevo proyecto vital colectivo" (1998, p. 7). "Cuando se permite la memoria histórica, cuando se resiste al olvido, es posible recuperar parte de la cohesión social o recrear un nuevo proyecto solidario" (Pérez, 1998, p. 9). En consecuencia, este tipo de comunidades pueden resultar revigorizadas o fortalecidas pues, a pesar del dolor y las pérdidas (muchas de ellas irrecuperables), los procesos de organización posteriores al desplazamiento les garantiza no sólo su permanencia como colectivo, sino su proyección. La posibilidad de conservación de las identidades colectivas, en este caso, se asocia también al ingreso de éstas comunidades a lugares en los que, a pesar de las grandes diferencias respecto a las veredas o corregimientos de procedencia, prevalecen relaciones de Reconocerse como desplazados es admitir su condición de víctimas, identificar hechos y agresores y, por lo tanto, exigir y reclamar derechos. Esta posibilidad es de suma importancia por cuanto se construye un relato coherente, una versión común que permite ubicar responsabilidades y culpas por fuera de actitudes y comportamientos particulares, 6 Al margen de estas posibilidades que surgen de la convivencia es necesario reconocer también la presencia de conflictos, roces y disgustos que nacen de la pérdida del espacio privado, los cuales, sin embargo, no alcanzan a socavar ios proyectos colectivos.

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NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

tipo rural y características no del t o d o ajenas a las comunidades desplazadas, lo cual disminuye el choque. DESPLAZAMIENTOS INDIVIDUALES Y FAMILIARES HACIA BARRIOS POPULARES DE CIUDADES INTERMEDIAS Y GRANDES CIUDADES

Ésta ha sido la modalidad más usual de desplazamiento, es evidente en ella un proceso de destrucción de las comunidades y de sus identidades colectivas por efecto de la fragmentación y la desintegración de sus miembros. El desplazamiento significa un costo social y cultural porque, al obligar a los miembros de una comunidad a emprender rumbos distintos de manera individual y fragmentada,se rompen las relaciones destruyéndose no sólo sistemas de producción agrícola, sino también de producción social y cultural. "Los desplazados solos o en familia ingresan silenciosamente a la ciudad, pasan así de zonas rurales a hacinamientos urbanos, de relaciones de vecinos conocidos por años a relaciones con habitantes extraños y anónimos. Provenientes de comunidades generalmente caracterizadas por relaciones tradicionales, se enfrentan a los determinantes de una ciudad moderna en donde el mapa de lo sacralizado se ha modificado" (Bello, 1998, p. 6). La ciudad plantea exigencias hasta ahora desconocidas, los oficios aprendidos y desempeñados poco o nada sirven en este nuevo contexto. El espacio y el tiempo se modifican radicalmente pues como dice una mujer desplazada,"en el campo nunca había tenido vecinos tan cerquita, ni el tiempo corría tan rápido". En el nuevo lugar los hábitos, las costumbres y, hasta las creencias, entran en conflicto. Pero los desplazados no sólo sufren el ¡mpacto de una ciudad con expresiones y relaciones ajenas y desconocidas; a la inseguridad y el temor que genera lo extraño se agregan las consecuencias que surgen del estigma que los acompaña 7 . Los desplazados que ingresan a la ciudad son calificados de exguerrilleros o paramilitares, de delincuentes o avivatos. La población establecida, o bien tiende a suponer que, efectivamente, el desplazado "es de uno u o t r o bando y algo hizo o debía para que lo sacaran de su tierra" o, simplemente, tiende a calificarlo como "un

Es sabido que la estigmatización de ser calificados como auxiliadores, guerrilleros, informantes, etc., justificó la amenaza o en otros casos la tortura, la desaparición y el asesinato por parte de los actores armados.

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problema" por cuanto viene a competir con ellos por los ya escasos bienes y servicios urbanos o a sumar conflictos a los barrios. Este tipo de señalamientos genera en los desplazados sentimientos de rabia, frustración e inseguridad, pues para muchos de ellos significa cambiar su imagen de prestigio y reconocimiento (sus roles y atributos histórica y socialmente construidos), por otra nueva derivada de su actual condición de desconocidos y extraños. La identidad social de las personas en situación de desplazamiento es especialmente afectada dado que ignoran las procedencias e historias desús ahora vecinos y, en consecuencia, no tienen claro qué esperan los otros, qué se debe decir y a quién; simultáneamente, los demás se preguntan ¿quién es él, de dónde viene, cuál es su pasado, qué "calidad de persona es"? Entonces,a sus pérdidas económicas y afectivas, se suma la pérdida del relato construido acerca de sí mismo pues "...dejan tras de sí una identificación personal, muchas veces junto con una acabada biografía que incluye supuestos referidos a 'como terminará sus díasZ" (Goffman, 1995, p. 96). El desplazado, convertido ahora en un desconocido, pierde el reconocimiento social que había construido durante años. En su comunidad actual deben elaborar una nueva biografía, que les permita desvincularse de su pasado, que les evite señalamientos y problemas de seguridad, una biografía "...que incluye una versión de la clase de persona que fue en o t r o tiempo y del medio del cual proviene" (Goffman, 1995, p. 96), el nuevo relato que se construye proyecta una imagen de sí mismo que pretende responder a la identidad "virtual" (lo que los demás esperan de él). El desconocimiento de los otros (vecinos, funcionarios de instituciones a las que debe acudir) o la poca información que sobre ellos se posea, obliga a elaborar no sólo una nueva, sino múltiples biografías: una para el ejército, otra para el vecino, otra para la O N G , dependiendo de lo que el individuo supone que cada entidad espera de él. En algunos casos se será desplazado de la guerrilla, en otros de los paramilitares; en otros casos se aburrieron del campo y decidieron probar suerte en la ciudad, habrá una historia para el cura, el funcionario, el vecino, el agente externo. Las distintas versiones no sólo generan contradicciones entre las actuales, sino discontinuidades con la anterior (la de quienes lo conocieron y quienes lo acaban de conocer); esto, sumado a la pérdida de sus "señales distintivas" (documentos, títulos de propiedad), genera temor e inseguridad. 118

NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

La identidad individual, determinada además por la imagen social.es también afectada pues el hecho de ser ignorados o señalados, "Uno por aquí no es nadie, ni siquiera lo voltean a mirar, o si acaso lo miran rayado...", deteriora su autoestima. La independencia y autonomía garantizada por el trabajo desempeñado en el campo se pierde en la ciudad; se pasa ahora a depender de la caridad pública, de la solidaridad del antiguo vecino o de lo que se puede arrancar a las instituciones. El estar en calidad de "arrimados" en casa de vecinos o familiares, o hacinados en inquilinatos; el no poder comprar los alimentos que antes tenían a mano, ni acceder a los consumos que exige la ciudad,genera inestabilidad y pérdida de las condiciones de continuidad y mismidad propias de !a identidad (Grinberg, 1980). La dificultad para estabilizarse económicamente los lleva a asumir una posición mendicante ante las entidades, lo cual los expone a ser calificados como oportunistas y perezosos que están sacando provecho de su situación, "... es que no se ayudan..."; los servicios que reciben les son brindados en calidad de ayuda, no de derecho, como si dependieran de la buena voluntad del funcionario ("la doctora me dijo que me ¡ba a ayudar"), lo cual acentúa su sensación de dependencia. La pérdida de los referentes sociales y materiales, el deterioro de su identidad social y la desestabilización económica y emocional, provocan estados de depresión y ansiedad que comprometen la identidad personal de los desplazados.

L A S ALTERACIONES DE LA C O N LOS OTROS PRÓXIMOS

IDENTIDAD 8

Además de los efectos que provoca el ingresar a un medio extraño, es necesario considerar los que se desprenden de la alteración en las relaciones familiares pues la nueva situación, no sólo modifica la posición del individuo en el medio social, sino que también afecta substancialmente su estatus en el interior de la familia. Las familias de los desplazados sufren transformaciones, originadas en las pérdidas y las recomposiciones. En todo caso, ya sean familias completas o incompletas, los miembros deben asumir nuevos roles, según las condiciones que brinde la ciudad, lo cual genera difiB

Término tomado de Berger. P y Luckman, T. f I 995),

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cultades que aluden a los procesos de socialización e identidad.Veamos: hombres y mujeres deben laborar en actividades nuevas, la ciudad suele ofrecer más posibilidades de trabajo para las mujeres que para los hombres, los cuales se ven obligados a quedarse en casa y realizar las labores "propias de las mujeres". Aunque en algunos casos el hombre siga siendo el proveedor y jefe del hogar, la vida del barrio ofrece a las mujeres posibilidades hasta entonces desconocidas; el contacto permanente con vecinos de otros lugares, el obligado desplazamiento por las nuevas necesidades que demanda la gestión doméstica en la urbe y, de alguna manera, la posibilidad de abrirse, de manera abrupta, a lo público y a las nuevas formas de sociabilidad propias de la ciudad, generan en ellas un sentimiento nuevo de reconocimiento que resulta, aún en medio de lo difícil de la situación familiar, atractivo. Las relaciones de poder existentes, aceptadas o no, se trastocan por el estatus que adquiere en el hogar quien ocupa el papel de proveedor, o quien expresa mayor fortaleza. Los tradicionales esquemas de autoridad se alteran recomponiendo órdenes de jerarquía y, en muchos casos, redistribuyendo los roles. Los nuevos contextos que condicionan y enmarcan la acción de sus miembros redefinen los lazos y renegocian no sólo las identidades, sino las posibilidades identificatorias que propone la ciudad. La familia, única red y espacio de apoyo con la que cuentan los desplazados, sufre serios traumatismos provocados por la imposición y adopción de nuevas formas y pautas de crianza que llevan a alterar los procesos de socialización; la renegociación, en momentos de crisis, de roles y estatus y, obviamente, por las limitaciones y trabas en el orden económico y social con que tropiezan para cumplir con sus funciones tradicionales. Los roles, posiciones y, por la tanto, la imagen de cada uno de los miembros en el interior de la familia pueden cambiar; algunos sienten que pierden autoridad y reconocimiento; las actividades y comportamientos considerados propios del ser hombre o ser mujer, del ser joven, niño o niña cambian, se amplían o reducen, afectando negativa o positivamente, según el caso. Las múltiples posibilidades de relaciones y comportamientos observados en la ciudad.es decir,"la presencia de mundos discrepantes y definiciones contrastantes de la realidad" (Berger, P. y Luckman.T, 120

NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

1996, p. 262), ponen en entredicho y confrontan lo que antes era incuestionable, como quién ejerce la autoridad, cómo se castiga, en qué se trabaja, cómo se relacionan hombres y mujeres, etc. C o m o consecuencia de este proceso de conocimiento, confrontación y negociación tanto con otras familias, migrantes y urbanas, como con los propios familiares, se va dando lugar a la desestructuración-reconstrucción de la identidad. Proceso que, a pesar de lo abrupto, no puede ser calificado a priori como positivo o negativo, ello dependerá, además, de la dimensión de la tragedia que vivieron (desaparición de miembros de la familia, destrucción de patrimonios, amenazas, miedo, etc.), de las características de la red social y familiar que la soportó y del tipo de comunidades al que ahora ingresan (cerradas o abiertas), de las posibilidades y oportunidades que se encuentren en el nuevo medio y de las transacciones que en él se realicen (lo que se toma y lo que se deja). Todo ello configurará otras maneras de hablar, vestir, relacionarse y de moverse en el tiempo y en el espacio, no del t o d o nuevas por cuanto en ellas se expresará lo que por años constituyó a individuos y comunidades. Si bien para algunos desplazados (y en este caso es necesario considerar las diferencias propias de la edad y el género), el desplazamiento significa una oportunidad para acceder a actividades propias de su edad, para renegociar roles, para ganar reconocimiento, etc., debemos admitir que dado que la identidad se define en un proceso complejo de articulación " . . . y relación de la memoria (reconstrucción del pasado) con la práctica social (apropiación del presente) con la utopia (apropiación del futuro) y con la representación que el sujeto tiene de ese proceso gracias a su conciencia..." (Guerra, 1994 p.48), en el caso de los desplazados se presenta una "ruptura dolorosa con su pasado", una difícil apropiación del presente, el cual no ha sido ni pedido, ni deseado, y una gran incertidumbre y desaliento hacia el futuro, que destruyen los proyectos y utopías que pudieron haber existido. El período inmediatamente posterior al desplazamiento se torna especialmente difícil; sólo con el transcurso del tiempo y si el desplazado cuenta con una red familiar y comunitaria de apoyo, y según su experiencia vital (características biográficas), podrá apropiarse del nuevo entorno lo que significa incidir en él,construir nuevos proyec121

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tos y, por lo tanto, elaborar una nueva narración (biografía) en la que pueda evocar y articular su pasado y apropiar el presente. HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE NARRATIVAS COHERENTES Y ALTERNATIVAS

Frente a la situación descrita.y teniendo en cuenta el papel que desempeñamos diversos profesionales en el campo de lo social y emocional, considero pertinente destacar que nuestras intervenciones están hechas fundamentalmente de palabras; apelando al valor que a ellas les otorgamos,formulo algunas recomendaciones que desde la perspectiva de una intervención grupal o colectiva pueden favorecer la reconstrucción de proyectos de vida, previo reconocimiento de las características particulares y distintivas de las personas en situación de desplazamiento. NARRATIVAS COHERENTES: LA POSIBILIDAD DE LA REIVINDICACIÓN POLÍTICA Y LA RECUPERACIÓN DE LA DIGNIDAD

Escuchando los testimonios de algunas personas desplazadas es común encontrar en sus versiones las siguientes características: I.Un discurso descontextualizado,fragmentado y naturalizado: "esta vez nos tocó a nosotros","estuvimos de malas","son cosas de mi Dios y sólo las entiende él". 2. La culpa instalada en sí mismos o en los "otros próximos" debido a que no identifican un agresor con intenciones e intereses definidos y, a la vez, la apropiación del discurso construido por estos últimos: "por sapos","por auxiliadores", llevan a que la responsabilidad o culpa se ubique en comportamientos o actitudes propias, que de no haberse presentado hubiesen evitado su actual situación: "por hablar demasiado", "por haberles guardado", "por haber salido esa noche". Estas narrativas se construyen en unas condiciones situacionales particulares que las explican; en ocasiones se desconocen las características y dimensiones del conflicto político en el cual se está inmerso o se conoce sólo fragmentadamente. Muchos campesinos creen que las acciones de grupos armados responden a venganzas, a "corazones de mala fe" e ignoran su conexión con los objetivos e intereses económicos y políticos que están en su base. A lo anterior se suma la histórica ausencia del Estado en sus zonas de procedencia v la inexistente noción de suieto de derecho, 122

NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

lo cual ha dado lugar a que sean las propias comunidades las que garanticen sus condiciones de existencia, y entre ellas, la responsabilidad de su seguridad. Los derechos constitucionales no son conocidos, ni reconocidos, de tal forma que la responsabilidad que le atañe al Estado no es reivindicada y cuando es vulnerada se asume como producto del "descuido", del " n o haber tomado las precauciones del caso"; de este modo asumen por cuenta propia las consecuencias de los hechos. La inexistencia de la noción de ciudadano coloca a ios desplazados en una relación de subordinación y desconfianza frente a las entidades; así, los bienes y servicios que deben recibir por "derecho", son recibidos como "dádivas" lo que agudiza su situación de dependencia e indignidad. En este orden de ideas, la posibilidad de elaborar narrativas coherentes puede darse teniendo en cuenta las siguientes pistas: 1. Propiciar dinámicas para actualizar y recontextualizar las experiencias: Los desplazados requieren espacios individuales y colectivos para hablar y reconstruir sus experiencias, dotar de causalidad a los hechos y d e esta manera,"desnaturalizar lo social". Necesitan un lugar para ser escuchados, " n o indagados"; espacios que permitan que la palabra fluya, que se identifiquen experiencias particulares y comunes 9 , que se pongan en escena las diversas versiones que se han elaborado acerca de sí mismos y de los otros. Es esta una posibilidad para construir'Versiones coherentes" que les posibiliten superar el miedo a "ser descubiertos en contradicciones" y ganar seguridad. "Para poder dar cuenta de nosotros mismos al tiempo de dar cuenta de todo cambio, los seres humanos necesitamos continuidad en el tiempo y espacio, necesitamos retener el orden, proveer de causalidad a los eventos, organizar narrativas coherentes" (Sluzki, 1994 p. 360). 2. Reconocer su condición de víctimas. El reconocimiento de esta condición supone la identificación de agresores, con intencionalidades e intereses; implica la calificación de su situación de agredidos y vulnerados, condición necesaria para desinstalar la culpa de sí mismos y sus otros próximos, para desprenderse de las causalidades construidas por los agre9 En contextos históricos específicos, los cuales hacen parte de dinámicas sociales, políticas y económicas que deben ser conocidas y analizadas.

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sores y en consecuencia exigir reparación/Así la desconfianza, la vergüenza, la culpa, la autodeprecación dejan lugar al restablecimiento de la autoestima y a través de la indignación a la recuperación de la dignidad" (Sluzki, 1994 p. 369). Construir una narrativa coherente implica, por lo tanto, abonar el camino para la reivindicación política. Abrir la posibilidad para indignarse y por esta vía recuperar la dignidad. Es la opción para reconocerse como sujeto de derecho y, por tanto, para asumirse en calidad de ciudadanos. En sus explicaciones de los hechos su situación dependerá ya no sólo de su responsabilidad, sino de la asunción por parte del Estado de sus obligaciones constitucionales; por lo tanto, sobrevivir, levantarse y reiniciar tampoco dependerá exclusivamente de sí mismos. NARRATIVAS ALTERNATIVAS: LA RECUPERACIÓN DE LA CAPACIDAD DE AGENCIA10

La elaboración de una narrativa de la víctima debe ser acompañada de una narrativa de la"agencia", lo cual supone que el sujeto despliega su capacidad de control y de reconstrucción y de esta manera no cae en la'Victimización". Una narrativa alternativa será posible si se deconstruyen los discursos que idealizan el pasado y satanizan el presente -"allá t o d o era bueno","antes vivíamos felices","la ciudad es como el infierno", "vivir acá es lo peor que nos pudo pasar"- y si se construye una nueva biografía en principio creíble para sí mismo. Algunas pistas para el recorrido: 1. Revisión y recuperación crítica del pasado lo cual supone, además de precisar las pérdidas, identificar conflictos, carencias, etc. Este es un ejercicio especialmente significativo para mujeres, niñas y niños, quienes han estado sometidos a diversas formas de violencia y a quienes se les ha negado la posibilidad de la palabra y del juego. Reconocer la existencia de un pasado con dificultades y sometimientos permite valorar las oportunidades que, paradójicamente, se abren con el desplazamiento. 2. Reconocimiento y apropiación del entorno lo cual significa la

Término tomado de Cobb, Sara. (I 997)

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NARRATIVAS ALTERNATIVAS: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD

posibilidad de identificar y ubicar la red de servicios, las rutas, los paisanos, los espacios organizativos, las dinámicas de encuentro, etc. La familiarización y apropiación del entorno requiere de mecanismos que favorezcan el encuentro entre vecinos con pasados y necesidades comunes, la adopción de compromisos y responsabilidades en las dinámicas barriales. Se requiere la construcción de un discurso del "nos", para superar la sensación de extrañeza y aislamiento. Ahora, además de ser desplazado se es habitante del barrio y, en este sentido, partícipe de sus dinámicas. 3. La reconstrucción de proyectos individuales y colectivos, la aparición de planes ligados no sólo a la subsistencia, sino al reconocimiento personal y social. La construcción de este discurso requiere de oportunidades y acciones concretas que comprometan a los desplazados en empresas colectivas. La construcción de una narrativa alternativa sugiere que las personas"... puedan recuperar su capacidad, sentirla y puedan iniciar acciones competentes por sí mismas"; si bien la elaboración de una narrativa coherente permite identificar la responsabilidad de "los otros" (agresores y entidades), es necesario construir también narrativa que posibilite el establecimiento de las propias responsabilidades y compromisos y la capacidad de control sobre nuestras vidas, lo cual requiere liberar "...a la víctima de los efectos destructivos de la sematización mistificante... y restaurar el sentido de la agencia" (Sluzki, 1994, p. 31 I). Reconstruir la identidad desde la perspectiva aquí asumida implica espacios, empresas y proyectos colectivos, además de los individuales, pues el reconocimiento personal, la autoimagen, no se construye en un proceso autorreflexivo sino en el ejercicio colectivo donde los otros cumplen la función de reconocer, atribuir y reafirmar. A la fragmentación e individualismo propios de la ciudad " m o derna" es necesario proponer espacios para el encuentro (los nuevos y los viejos, los migrantes de ayer y los de hoy), la socialización y el reconocimiento de las diferencias regionales y la construcción de redes de apoyo. Es decir, es necesaria una apuesta a la solidaridad sin la cual es imposible levantarse de los duros impactos de la violencia.

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REFERENCIAS

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EFECTOS POLÍTICOS Y CULTURALES DEL DESPLAZAMIENTO POR CAUSA DE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES INTERNAS DE LA FAMILIA Zilia Daisy Ruiz C.

E

sta ponencia tiene como objetivo fundamental socializar los resultados de la investigación cualitativa denominada"Efectos políticos y culturales que genera el desplazamiento por causa de la violencia sobre las relaciones al interior de la familia". La metodología utilizada fue la historia de vida realizada con tres familias desplazadas de Apartado y Mutatá, ubicadas actualmente en un barrio al suroriente de Santafé de Bogotá. Les invitamos a emprender con nosotros un camino de acercamiento a una problemática nacional que tiene connotaciones muy particulares y que afecta, según los últimos informes, a más de I'500.000 personas, integrantes todas ellas de un número aproximado de 300.000 familias, cifras que pueden ser superiores, dada la dinámica de anonimato que suele presentarse. C o m o sabemos, el desplazamiento forzoso es un fenómeno estructural que involucra al individuo y a la familia en forma integral, es decir, que sus efectos se pueden medir desde diferentes ámbitos de relación: social, económica, espiritual, cultural y política.

Aunque es un avance que en el Plan de Desarrollo del actual gobierno ya no se vea en el desplazamiento forzado un fenómeno que genera en la vida del ser humano únicamente efectos de orden económico, no se puede desconocer que la propuesta de trabajar en t o r n o a la rehabilitación psicológica del individuo es aún una postura que de fondo maneja el concepto de adaptabilidad y ajuste del individuo al contexto, es decir, se sustenta sobre la base de la rehabilitación del desplazado para que pueda nuevamente formar parte de la sociedad. La familia desplazada necesita aprender a hablar, a celebrar, a relacionarse consigo misma y con sus vecinos desde los nuevos lincamientos que le impone el contexto en el que ahora se encuenTrabajadora social, especialista en educación y orientación familiar en la Fundación Universitaria Monserrate y consultora externa de ia Fundación para la Educación y Desarrollo - FEDES.

ZIMA DAISV RUIZ G.

tra y que le hace saber, en bastantes ocasiones, de los cambios que debe operar a través de prohibiciones, burlas y rechazos. Además, el trabajo que se viene adelantando se realiza con grupos poblacionales: niños, jóvenes y mujeres, es decir, con individuos o grupos, pero no con familias como tales. A nuestro parecer lo que el desplazado necesita como ser humano ubicado forzadamente en un nuevo, y por lo general, desconocido contexto, es construir nuevamente la red de relaciones sociales que sustenta su proyecto de vida personal y familiar. Es por esta razón fundamental que surge el interés de adelantar un estudio que permita un acercamiento a la realidad familiar del desplazado, enfatizando las dimensiones política y cultural expresadas en sus relaciones internas. Respecto a la política se puede decir, como afirma Raymond Aron,que es el "estudio de las relaciones de autoridad entre los diferentes individuos y grupos, de la jerarquía de poderes que se establece en el interior de todas las comunidades numerosas y complejas". La dimensión política del ser humano no sólo se desarrolla en los meso y macro sistemas, sino que también lo hace en las relaciones que establece en el interior de la familia. Cada experiencia familiar manifiesta una serie de características particulares en t o r n o a la vivencia de lo político -relaciones de autoridad y jerarquía de poderes-, anteriores y, por supuesto, posteriores, al desplazamiento. Para abordar el tema de la jerarquía de poderes y las relaciones de autoridad, antes y después del hecho violento que obligó el desplazamiento de las familias, es importante analizar las transformaciones que se presentaron a la luz de los ecomapas familiares que se elaboraron para cada una de las familias con las cuales se trabajó. En términos generales encontramos que respecto a la jerarquía de poderes, antes del desplazamiento quienes asumían la toma de decisiones eran el papá o la mamá. De hecho, cada familia se desarrollaba en espacios físicos independientes, es decir, no compartían habitación; igualmente, el sostenimiento de la familia era una responsabilidad asumida por cada una de las jefaturas de hogar y para cada familia en particular y, finalmente, las decisiones que se tomaban afectaban a los integrantes del núcleo familiar específicamente.

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EFECTOS POLÍTICOS V CULTURALES DEL DESPLAZAMIENTO...

Después del desplazamiento, la jerarquía de poderes en el interior de la familia varió por dos hechos muy concretos. En primer lugar, al llegar a Bogotá sin ningún tipo de posibilidad económica para ubicarse en un espacio independiente, las familias, se vieron precisadas a compartir no sólo la cocina, el baño y el tendedero de ropas, sino también el cuarto de habitación. Es frecuente escuchar en sus relatos cómo deben acomodar en la noche colchonetas y frazadas en el piso para que, en un cuarto no mayor de 15 m2, puedan dormir 13 o más personas integrantes de dos o tres familias que, en la mayoría de las ocasiones, no se conocen o apenas se habían visto un par de veces en sus pueblos de origen. Estas nuevas condiciones de vivienda produjeron en el interior de las familias una dinámica diferente en relación con el poder; la mujer asumió un rol protagónico para la familia pues es ella quien, a través de sus relaciones de amistad y solidaridad, logra acceder a los bienes que su familia necesita y los cuales no puede adquirir de otra forma: utensilios como estufa, loza, colchonetas, cobijas y ropa, entre otras cosas. En algunos casos, se ha llegado a la dependencia total en cuanto a la vivienda y alimentación. Es el caso de una mujer que a costa de esfuerzos y trabajo sacó su familia adelante, logró proporcionarle una vivienda digna y una educación básica, pero que ahora se siente en una situación de dependencia total respecto de su yerno a quien, como ella misma expresa, sólo "veía muy de vez en cuando en las visitas". Las decisiones respecto a dónde vivir, cómo distribuir los espacios del nuevo lugar de vivienda o qué comprar para comer, son tomadas por quien ostenta el poder en la nueva organización familiar. Casos como éste, muy generalizados entre las familias desplazadas, permiten deducir que la jerarquía de poder en el interior de la familia se ve afectada, máxime cuando se relaciona con el desempeño del rol de abastecedor de la familia. El analfabetismo juega un papel importante en esta nueva experiencia familiar. Cuando las familias vivían en su sitio de origen, Apartado o Mutatá, saber leer o escribir no era tan importante; de hecho se desempeñaban como líderes comunitarios tanto en el área urbana como en la zona rural, con reconocimiento y respeto por parte de la comunidad. 129

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Ahora, no saber leer o escribir es definitivamente un factor de subordinación hacia los otros. De un estado de autonomía se ha pasado a otro de total heteronomía, a causa de la dependencia que desarrollan las personas para la movilización en una ciudad tan grande como Bogotá. En segundo lugar, la posibilidad de que la mujer acceda al medio laboral de forma más rápida, hace que se presente si no una inversión de ia jerarquía de poder, sí por lo menos una serie de modificaciones que genera una relación casi equidistante y a la misma altura entre el padre, su compañera o esposa y sus hijas, dado que son éstas quienes ahora desempeñan funciones de proveedoras. La mayor accesibilidad de la mujer a empleos como vendedoras, empleadas en cafeterías o restaurantes y en el servicio doméstico domiciliario es uno de los factores que más inciden en la nueva vivencia de poder en la familia. Las relaciones de autoridad, también se vieron afectadas por las condiciones anteriormente expresadas; sin embargo, cabe anotar que el compartir la habitación con otras familias hizo que tanto adultos como adolescentes empezaran a generar una dinámica relacional un tanto diferente. Es así como frente a situaciones que involucraban la decisión de un tercero no perteneciente al núcleo familiar se manifestaban sentimientos de vergüenza o pudor: depender de la decisión de otro, quien ostenta el poder, para definir dónde vivir, como distribuir los espacios y como administrar el gast o diario, son ejemplos de algunas de las nuevas tensiones sociales que la familia desplazada debe asumir. Aunque en algunos casos se reconoce la abierta relación de autoridad con nuevos integrantes de la familia, que generalmente asumen un rol protagónico por cuanto son los abastecedores económicos, se intenta mantener la posición de autoridad que se ostentaba antes del desplazamiento. Para ello se delimita el ejercicio de la autoridad de acuerdo con ciertos espacios establecidos tácitamente: el cuidado de los hijos (propios y de las otras familias con las que se convive), la preparación de los alimentos, el aseo de la vivienda, etc. También se pueden observar cambios en el nivel de participación de la familia en su nuevo contexto. De las tres familias entrevistadas, dos ejercían roles de liderazgo en las comunidades donde vivían: integrante activo de lajunta de Acción Comunal, de un grupo de mujeres co-propietarias de un galpón de pollos, líderes barriales 130

EFECTOS POLÍTICOS Y CULTURALES DEL DESPLAZAMIENTO...

y campesinos. Es decir, que su nivel de participación era muy superior a la simple recepción pasiva de la información, su acción estaba íntimamente ligada a la planeación, toma de decisiones, ejecución, evaluación y veeduría de los proyectos que le afectaban como grupo poblacional y como comunidad. Ahora, en el lugar donde se han ubicado, no participan en ninguna organización de carácter político, por cuanto asocian, en forma directa, su condición de desplazados a la labor que alguno de ios integrantes de ia familia realizaba anteriormente. De hecho la familia se interesa en formar parte de alguna asociación si ésta tiene como propósito fundamental favorecer la obtención de nuevos o ma v ores ingresos económicos. Pero, como en varias oportunidades ha sucedido, los procesos que se han intentado acompañar y que no tienen como objetivo fundamental la generación de ingresos se ven frustrados. En gran medida, las familias desplazadas no desean involucrarse políticamente por cuanto esto lleva una amenaza implícita: si se interesan y participan en la planeación, ejecución y veeduría de los proyectos comunitarios que se adelantan en el barrio donde están viviendo se ubican en la mira de quienes no están de acuerdo con ellos o con las propuestas que se están impulsando y, por tanto, pueden ser nuevamente desplazados. La otra dimensión de análisis hacía referencia a la cultura; es necesario reconocer que la cultura es un concepto tan universal y ambiguo que no se puede reducir a un sólo significado. Se puede afirmar que es el conjunto de actividades materiales y espirituales que distinguen una sociedad determinada de otra, por tanto " t o d o elemento cultural es el resultado de una dinámica social específica y responde a necesidades colectivas" 2 . De igual forma, Bruce Cohén define cultura como la "suma total de los rasgos de comportamientos y de las creencias características aprendidas de los miembros de una sociedad particular". Cuando se hace alusión a lo aprendido se establece la diferencia entre cultura y comportamiento, este último entendido como el resultado de una herencia biológica. En un sentido amplio, la cultura se refiere a las costumbres, usos y forma de vida de una sociedad.

Stevenhagen, Rodolfo. "La cultura y la creación intelectual". Citado por: Garzón de García, Myriam. Perspectivas Universitarias. No. 5 Año 3. Mayo de 1998. p. 73,

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En los marcadores de contexto se observan las expectativas de relación que, en los diferentes niveles, presentan las personas, como individuos y como integrantes de un sistema familiar más amplio. Igualmente, el ¡mpacto cultural que se produce se manifiesta en los nuevos imaginarios que empiezan a formar parte de la cotidianidad: expresiones verbales citadinas características de los habitantes de los barrios más marginados, conceptos mentales de tiempo y espacio; ritmo o velocidad en que se realizan las acciones o se toman decisiones, etc. Es necesario motivar la reflexión en t o r n o a la formulación de nuevas estrategias de intervención que apunten a procesos integrales en los que, además de apoyar la generación de proyectos económicos, se trabaje intensamente en la reconstrucción de las redes sociales en las que la familia como sistema se sustenta y se proyecta. Al hablar de redes sociales se está haciendo referencia a la realidad en términos de relaciones, de pautas que conectan; por tanto, podemos afirmar, como Elina Dabas, que la noción de Red Social "implica un proceso de construcción permanente tanto individual como colectivo. Es un sistema abierto, multicéntrico, que a través de un intercambio dinámico entre los integrantes de un colectivo y con integrantes de otros colectivos, posibilita la potencialización de los recursos que poseen y la creación de alternativas novedosas para la resolución de problemas o la satisfacción de necesidades'^3. La propuesta de trabajar en t o r n o a redes requiere que la intervención apunte a promover procesos en t o r n o a tres elementos interrelacionados entre sí: TOMA DE CONCIENCIA Es decir, favorecer que la familia reconozca su existencia y su nueva realidad pero, sobre todo, que tenga la posibilidad de releer todos los sucesos que han alterado su dinámica; esto con dos propósitos fundamentales, por un lado, dar inicio a un trabajo psicosocial que, como afirma Bertha Lucía Castaño (1998), debe tener en cuenta dos aspectos clave: lo subjetivo y lo relacional - l o psico y lo social- de los integrantes de la familia. La segunda finalidad, que se puede considerar como un efect o de la primera, es la de favorecer en la familia desplazada la posibiFüns

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Rerfr- sociales, familias y escuela. Editorial Paidós: Buenos Aires, 1998. p. 42. Redes

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lidad de pensarse con prospectiva, empezar a dar los primeros pasos para construir su proyecto de vida familiar y consecuentemente el proyecto de vida personal de cada integrante de la familia. COCESTIÓN Este concepto introduce la necesidad de hacer con los otros, de compartir derechos y responsabilidades. A partir de ella se descubre la capacidad de autogestión, desde los niveles macropolíticos (ante el Estado, por ejemplo) hasta en los micropolíticos (relaciones de poder en el interior de la dinámica familiar). La cogestión da la oportunidad de autoría, es decir, la posibilidad de crear y recrear la toma de decisiones y asumir responsablemente lo que se elige. CONSTRUCCIÓN DE NODOS La física define nodo como un punto de intersección de dos ondas, en tal sentido se opone a la noción de centro único. Cuando proponemos trabajar en t o r n o a la reconstrucción de las redes sociales sobre las cuales se sustenta la familia, estamos planteando la necesidad de promover la articulación de la familia como sistema a los meso y macrosistemas y viceversa. Por tanto, se requiere construir puntos de encuentro entre la familia y los espacios político, social, económico y cultural de su nuevo contexto, sin que ello conlleve a la adaptación pasiva -ajuste- de la familia a su nueva realidad. En tal sentido, consideramos que se debe adelantar un trabajo integral en el que se propenda por definir estos nodos -puntos de encuentro entre los vínculos y las conversaciones- de manera que posibiliten la creación de un escenario de interrelación para la acción transformadora de la nueva realidad de la familia desplazada. Si se logran establecer estas articulaciones, si se crea tal escenario de encuentro propositivo de la familia con su nuevo contexto, tal vez las acciones que se adelanten en torno a la ayuda humanitaria y que se ofrezcan en las comunidades receptoras a los desplazados ubicados en sus barrios,adquieran una dimensión dialógica entre los actores, en la que la familia desplazada ya no asuma un rol pasivo, receptor de la bondad de quienes donan mercados, vestuario, textos y dinero sin promover ningún tipo de proceso. De esta manera, se sitúa ya no como objeto sino como sujeto. 133

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Además, trabajar en torno a la reconstrucción de las redes sociales sobre las cuales se sustenta la familia, exige también fortalecer sus redes internas y externas. Las redes internas hacen referencia a la dinámica relacional de la familia desplazada. Es necesario acompañar los procesos socioafectivos, organizativos y comunicacionales que se van transformando a través del tiempo, casi que de manera imperceptible para sus integrantes, a partir de su llegada al nuevo lugar de residencia. En este acompañamiento, es importante comprender el proceso doloroso de desarraigo que sufre la familia. N o es sólo la pérdida de la propiedad es, además, la imposibilidad que se les presenta de continuar viviendo su cultura, limitación que se hace evidente en los cambios que deben operar en forma rápida e inconsciente -la mayoría de las veces- en su alimentación, su vestuario, su vivencia del folclor, pero muy especialmente en su comunicación verbal: las palabras que usan para nombrar los alimentos, las cosas, las actitudes, los sentimientos, entre otros. Fortalecer las redes internas (pareja, padres-hijos, hermanos) es el primer paso para ampliar las fronteras del sistema familiar. Sin embargo, este trabajo no es excluyente; al contrario, requiere adelantar una labor simultánea en relación con el fortalecimiento de las redes externas de la familia desplazada. Las redes externas hacen alusión a la comunidad en la que está ubicada la familia. La propuesta, entonces, es adelantar trabajos integrales.es decir,familias desplazadas-comunidades de asentamiento. Dado que los lugares de mayor recepción de población desplazada en ciudades como Bogotá son los conocidos como barrios marginados o subnormales, es pertinente pensar en promover y acompañar procesos de identificación o construcción de puntos nodales en la dinámica del sistema comunitario y social, para cogestionar así t o d o el proceso de red social en el que familias desplazadas y familias residentes creen y potencialicen los escenarios de encuentro y relación desde una perspectiva de equidad. Esto permitirá que los proyectos que de uno u o t r o lado se diseñen no tengan como objetivo lograr impactos sectarios, corto o - e n el más optimista de los casos- mediano placistas. Para concluir, consideramos que estos elementos deben tener como lineamientos transversales los siguientes; 134

EFECTOS POLÍTICOS Y CULTURALES DEL DESPLAZAMIENTO...

1. Empoderar a cada integrante de la familia como actor social con sentido de participación activa al interior de su familia y fuera de ella. 2. Validar el accionar de la familia, es decir,favorecer el reencuentro del valor de la vida cotidiana personal y colectiva en el interior del sistema familiar. En un sentido último, es promover la toma de conciencia del lugar protagónico de cada actor social. 3. Ampliar los escenarios. La propuesta consiste en promover el encuentro con los nuevos espacios de convivencia y las nuevas dinámicas de relación. Ante todo se trata de un trabajo de reconstrucción de sus imaginarios sociales, políticos y culturales en los que la familia desplazada amplíe su mirada en t o r n o a la relación que establece con su nuevo entorno y al interior de sí misma. Quizás entonces, los programas económicos dejen de ser de subsistencia para convertirse en componentes importantes de los proyectos de la vida personal y familiar de las familias desplazadas. Así pues, como al inicio de esta intervención, los invitamos nuevamente a comprometernos con una realidad que a todos nos afecta, pero esta vez con una visión más integral no sólo del fenómeno como tal,sino ante todo de las miles de personas y, por tanto, de familias que viven, y han vivido, bajo el t e r r o r de la violencia y que las cifras nos presentan como los desplazados. REFERENCIAS AGUDELO, Amparo y A R A N G O , Claudia MarcelaZ'La familia, conceptualización, estructura y funciones". En: Revista Universidad del Quindío.Vol. 6. No. I. Enero-diciembre. 1997. CASTAÑO, Bertha Lucía.Violenda política y trabajo psicosocial. Aportes al debate. Corporación Avre: Santafé de Bogotá. 1998. CONFERENCIA EPISCOPAL DE C O L O M B I A . Sección de Movilidad Humana. Derechos Humanos. Desplazados por violenda en Colombia. Santafé de Bogotá. 1995. DABAS, Elina. Redes sociales, familias y escuela. Editorial Paidós, Buenos Aires. 1998. DEPARTAMENTO N A C I O N A L DE P L A N E A C I Ó N . Plan Nacional de Desarrollo Cambio para construir la paz. 1998-2002. GUTIÉRREZ de Pineda,Virginia. Estructura, fundón y cambio de la familia en Colombia.Wol. II. Asociación Colombiana de Facultades de Medicina. Bogotá. 1976. 135

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NIÑEZ, SER SOCIAL Y DESPLAZAMIENTO FORZADO

Luis Fernando Maldonado Guerrero Es dentro de la cultura donde nos construimos como personas. Ser persona es pertenecer a una cultura2.

C

on el nacimiento surgen múltiples posibilidades a la persona; la más importante es que según se desarrolle su proceso de socialización e integración social.se logrará su conformación como persona. Vale decir, ei sentido humano es una construcción que se pueden dar las personas, según sus procesos sociales. Como lo sostiene Agnes Heller 3 ,"Es un hecho conocido que toda persona nace con innumerables dotes. El número de éstas que se convierte en (talentos) depende tanto de la (lotería social) como de la (genética). Somos arrojados a un determinado mundo de forma accidental,y llegamos a ser lo que somos adaptándonos a los a priori (social) y (genético) de nuestra existencia". Con la primera, tenemos una estructura genética que nos va a acompañar toda la vida; con la segunda, llegamos a un hogar específico, en el cual se desarrollan y desatan los procesos de conocimiento, creación de conciencia y sistemas de vida. A partir de estos dos condicionamientos se construye todo lo demás. Una de las principales construcciones sociales de la humanidad es la Declaración Universal de los Derechos Humanos, considerada la primera norma ética, que tiene como finalidad propiciar la integración humanista global para toda la humanidad. Como bien lo reconoce BernardoToro 4 ,debieron pasar miles de años para que las personas se dieran el primer estatuto ético para vivir con profundo sentido humano. Esta construcción se incorpora al sentido de construcción que expresa Heller, lo que arroja una nueva fórmula: si bien nacemos con una doble determinación, los procesos de construcción humana tienen, como ruta de

Profesor de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Colombia. Director Nacional de Promoción y Divulgación de Derechos Humanos de la Defensoría dei Pueblo. 2 Torres, Claudia; Hernández, Carlos. Imaginados e invisibles, reflexiones sobre educación y maltrato infantil. Colciencias. Santafé de Bogotá, I 997. 3 4

Heller, Agnes. Aelós allá de la justicia. Editorial Crítica, Barcelona, I 990. p. 244. Toro, Bernardo. Conferencia: educación para ia paz. ESAP Santafé de Bogotá. Octubre I 6 de I 999.

Luis FERNANDO MALDONADO GUERRERO

viaje, los derechos humanos. No es que no exista la posibilidad de construir por fuera de ellos, es que esas construcciones tienen como meta otras formas de vida distintas al sentido ético, humano. No existe, entonces, un origen per se del ser persona que se desprenda de su nacimiento, lo cual, además de fortalecer y potenciar la vida de los derechos humanos, crea caminos de construcción alrededor de los cuales, niños y niñas, adolescentes y jóvenes, adultos y adultas, ancianos y ancianas, tejen la mayor cantidad de acciones cotidianas, expresan su ser social y reproducen los valores culturales de una comunidad, una sociedad y sus formas de organización y convivencia. En esta ponencia asumo los derechos humanos como la ruta que da fundamento a la construcción de lo social, partiendo del desarrollo y crecimiento de la niñez, para luego incursionar en las consecuencias que tiene el desplazamiento forzado en la formación del ser social. Para hacerlo, tomo como referente la elaboración que sobre el desarrollo, el crecimiento y la formación del conocimiento formularon María Cristina Torrado, María Francisca Concha, Olga Lucía Carbonell y Raúl Marín para el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en 1995, quienes trabajaron en un equipo de investigación con el apoyo de Unicef 5 . DESARROLLO Y CRECIMIENTO La formulación elaborada por el equipo de investigación parte del principio de que el "desarrollo ...hace énfasis ...en un modelo explicativo integrador délos procesos psicológicos. Se considera que en los contextos naturales de interacción, los comportamientos expresan un funcionamiento psicológico organizado en el cual se integran los componentes motores, cognoscitivo-representativos, afectivos y sociales"6.Vale decir, "que el proceso de desarrollo, se manifiesta en la forma como el niño se aproxima e interactúa con la realidad en cada una de las etapas del desarrollo, así como en la génesis misma de los procesos en el cual se hace evidente una interdependencia mutua entre ellos. Lo anterior no significa que todos los procesos psicológicos se desarrollen de manera simultánea; por el contrario, se observa asincronía y ritmos diferentes de desarrollo en los diversos procesos y en los distintos niños" 7 . ICBF. "Escala de valoración cualitativa del desarrollo infantil (Desde el nacimiento hasta ios seis años)' Manual. Unicef, Santafé de Bogotá, 1995. 7

ibidem., p. I 7. Ibidem. p. I 7.

NIÑEZ, SER SOCIAL Y DESPLAZAMIENTO FORZADO

N o dudo en considerar que el núcleo duro de la formulación descansa en la profunda integralidad e interdependencia de los procesos socioculturales dentro de los cuales se desarrollan los niños. Me atrevo a decir que es en este proceso donde se construye el sentido humano, en cuanto sentido ético de convivencia pacífica, de las personas.También, es en este proceso donde se construyen los lazos de integración social que permiten el reconocimiento de un tejido social diferente a o t r o , dadas las más disímiles formas de integración e interdependencia. DESARROLLO, CRECIMIENTO Y DERECHOS HUMANOS Delimitadas las posibilidades de la socialización, en la integración de los procesos socioculturales, la articulación del desarrollo con los derechos humanos resulta bastante imperiosa. El universo de identificación en el cual la niñez se desarrolla y crece se expresa en la interacción de los procesos de relaciones con los demás, consigo mismo y con el mundo que lo rodea 8 . En los procesos de relación con los demás la niñez realiza acciones de comunicación, verbal y no verbal, de interacción, donde se producen construcciones ESTRUCTURA GENERAL DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES

Relaciones

Procesos Comunicación

Relación con los demás

Interacción(yo - tú)

Dimensiones Verbal No verbal Dependencia / independencia Cooperación entre iguales Normatividad adulta / Autonomía

Identidad Relación consigo mismo

Autoestima Manejo corporal Interés por los objetos

Relación

Relaciones causales

con el mundo

Representación de realidad social

1

Identidad personal -socialIdentidad de género Valoración de sí mismo Vivencia y representación Esquema corporal Construcción Noción de objeto. Conceptos Construcción noción de causalidad Construcción del conocimiento social

Ibidem., p, 25.

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Luis FERNANDO MALDONADO GUERRERO

de independencia y cooperación, y acciones de construcción de normas que redundan en la delimitación de su autonomía. En los procesos de relación consigo mismo, niños y niñas realizan acciones de identidad, tanto personal como de género, acciones que les permiten formar y reconocer su autoestima y acciones de manejo corporal, en un proceso de autorreconocimiento físico. Finalmente, en los procesos de relación con el mundo que la rodea, la niñez aprehende el conocimiento de los objetos, establece las relaciones de causalidad y asume las representaciones sociales. Dichos procesos, junto con las acciones que en ellos se realizan, se convierten en el cultivo donde crece la formación del ser persona, aunque en diferente dimensión, dependiendo del proceso mismo de desarrollo. En un esfuerzo por hacerlo comprensible, el Equipo de Investigación definió cuatro etapas, determinadas por los crecimientos cronológicos: primera edad (0-12 meses); infancia temprana (I año I mes a 3 años); edad preescolar (3 años I mes a 4 años 6 meses); transición (4 años 7 meses a 6 años 6 meses). Así, en desarrollo de las acciones de comunicación verbal mientras en la primera edad se balbucea, al final de la transición se utilizan frases completas, respetando las reglas gramaticales y con buena pronunciación. Es en esos procesos donde se construyen las comprensiones de los derechos humanos como formas de interacción humana ética, como una ética diaria, de cada momento que se porta y transporta con cada niño o niña.También es ahí donde se distorsionan los sentidos humanitarios dando paso a la incorporación de la violencia como forma de interacción cotidiana, a la manipulación del otro, al chantaje amoroso, a la utilización de los valores del otro, al desconocimiento de su capacidad de actuar o de participar, a la sumisión y a la obediencia sin límites. En el proceso de crecimiento y desarrollo la niñez va construyendo su ser persona en la interacción con los adultos y con sus pares, tanto en las diferentes etapas como en las distintas acciones; en la formación en derechos humanos, la niñez interactúa con los adultos y con sus pares y es allí donde aprende el sentido de la dignidad humana."Muchos de nosotros advertimos que hemos nacido con varias dotes que podían haberse desarrollado en 'talentos', pero no lo han hecho, bien por mala suerte en la 'lotería social' o n n r m i p hpmnn e s Para_gjercefla dominación y la violencia

COMENTARIOS

Flor Alba Romero

"DESPLAZADOS POR LA VIOLENCIA: RUTAS PARA RECONSTRUIR LA IDENTIDAD" Martha Nubla Bello

L

a autora aborda el tema del desplazamiento desde los efectos que tiene el fenómeno en la identidad colectiva e individual. Además de las pérdidas materiales, el desplazamiento destruye identidades colectivas: creencias, valores, prácticas, formas y estilos de vida. El choque campo-ciudad cambia no sólo su cotidianidad sino sus relaciones sociales, roles en la familia, comportamiento frente al trabajo, la sexualidad, la religión.

Mientras la vida campesina tiene su forma particular de asumir el trabajo, la familia, las relaciones de compadrazgo: hay comunidad local, vida comunitaria con lazos de confianza solidaria, redes de apoyo, memoria colectiva y tradición religiosa; en la ciudad ia orientación es individualista, la comunidad es diversa, plural y fragmentada. Al entender que la identidad es una construcción social permanente, en la cual hay la posibilidad del auto-reconocimiento, el desarrollo de la autonomía y que es un proceso humano de interacción con el mundo que genera producción de sentido, en el que se orientan y direccionan los comportamientos y las experiencias humanos, el desplazamiento se convierte en un evento traumático que pone en crisis la identidad individual y social de los desplazados. La reconstrucción de la identidad no se da de igual forma en los desplazados. Depende de varios aspectos: modalidad de ingreso a la

Antropóloga. Profesora del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, IEPRI, Universidad Nacional de Colombia. (Docente en el área de Derechos Humanos),

FLOR ALBA ROMERO

ciudad, tipo de ciudad, tipo de barrio, grado de cohesión de la comunidad y características propias de los desplazados. En los éxodos masivos a cabeceras municipales y pequeñas ciudades los grupos logran mantenerse como comunidad, con su identidad y solidaridades y asumen colectivamente la pérdida. Aunque se altera la cotidianidad, se mantiene la idea del retorno o la reubicación. La negociación de sus reivindicaciones, la reconstrucción de sus proyectos de vida y la recuperación de la memoria, es exitosa en la medida en que hay organización. Los desplazamientos individuales y familiares hacia barrios populares de ciudades intermedias y grandes ciudades, modalidad más común, ocasionan un alto costo social y cultural: las comunidades se desintegran, las relaciones sociales se rompen, la producción agrícola se acaba. En la ciudad los desplazados pierden el reconocimiento social que tenían antes y pasan a ser extraños,anónimos, con el agravante de tener que soportar señalamientos y estigmas que los hace sentir rabia, frustración e inseguridad. Su identidad individual y colectiva entra en crisis: no sabe la historia y procedencia de sus vecinos, al igual que ellos no saben la de él; el desplazado pierde su identidad y construye relatos distintos, de acuerdo con quien lo escucha; muchas veces, también pierden sus documentos de identidad y títulos de propiedad. Esta nueva situación deteriora su autoestima. De proveedor pasa a recibir ayudas de caridad, de propietario pasa a inquilino o "arrimado". Su condición no le permite acceder al consumo citadino, tiene mucha dificultad para estabilizarse económicamente. Los estados de depresión y ansiedad comprometen seriamente la identidad de los desplazados. Con los otros próximos se altera también su identidad: se modifica la posición y el estatus en el interior de la familia y en el medio social. Los roles en el hogar cambian, se trastocan las relaciones de poder, autoridad y jerarquía. Se imponen nuevas pautas afectando los procesos de socialización. La desestructuración-reconstrucción de la identidad depende de la dimensión de la tragedia vivida, la destrucción del patrimonio, las características de la red social y familiar y de las posibilidades en el nuevo medio. 164

En los desplazados se encuentra una ruptura dolorosa con el pasado, una difícil apropiación del presente y un desaliento hacia el futuro. Para lograr elaborar el duelo y asumir la reconstrucción de su identidad y de sus vidas, los desplazados deben disponer de un discurso que contextualice la situación, que explique las causas, características y dimensiones del conflicto armado interno, con el que no se culpabilice, se reconozca como ciudadano sujeto de derechos y con capacidades de gestionar ante el Estado. La recuperación crítica del pasado, el reconocimiento y apropiación del entorno, la reconstrucción de los proyectos individuales y colectivos son metas que los desplazados pueden alcanzar, con el apoyo de entidades nacionales e internacionales, gubernamentales y no gubernamentales y, por supuesto, con el acompañamiento que desde las diferentes disciplinas de la academia se pueden alcanzar. Las reflexiones de la profesora Bello, tienen la virtud de abordar el tema de los desplazados de una manera distinta a las que ya se han trabajado: el problema de la identidad individual y colectiva.Y en esa lectura juiciosa, nos muestra cómo el fenómeno del desplazamiento afecta de manera diferente a las familias y grupos. Esto permite inferir que no se pueden dar generalizaciones y lo más importante: para un programa de atención habrá que tener en cuenta las especificidades. Además, la reconstrucción de los proyectos de vida, el poder asumir y digerir los duelos y tener un futuro esperanzador, depende en gran medida del acompañamiento que se les pueda dar a los desplazados.Y esto va en contravía de las políticas estatales que contemplan el estatus de desplazado para tres meses, como si en ese tiempo fuera posible superar todas las dificultades y tener de nuevo una vida normal. Tal análisis desde la óptica de la identidad nos convoca a plantear una atención integral a los desplazados, en donde no sea solamente la ayuda económica, la reubicación, que son muy importantes, sino también la atención psicosocial, que como lo plantea la profesora Bello, posibilitará la reconstrucción de la identidad con un buen estado de salud mental. En esa medida, se logrará una verdadera reconstrucción del tejido social y una superación psicosocial del desplazamiento.

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"EFECTOS POLÍTICOS Y CULTURALES DEL DESPLAZAMIENTO POR CAUSA DE LA VIOLENCIA EN LAS RELACIONES INTERNAS DE LA FAMILIA" Zilia Daisy Ruiz

La autora señala que esta ponencia es el resultado del acompañamiento que PEDES adelanta con las familias desplazadas de Apartado y Mutatá que viven en el sur oriente de Bogotá, a partir de historias de vida. El desplazamiento afecta al individuo y la familia, en lo social, lo económico, lo político y lo intelectual. Los efectos psicosociales del desplazamiento son múltiples y están por evaluarse; no conviene manejar el concepto de adaptabilidad simplemente;así, para reconstruir la red de relaciones sociales, el proyecto de vida personal y familiar de las familias desplazadas, es necesaria una atención individual, pero también familiar. El trabajo con las familias se desarrolla en las dimensiones política y cultural. A nivel político se aborda el estudio de relaciones de autoridad en la familia (antes y después del desplazamiento) entre los individuos, grupos y comunidades. A nivel familiar, el desplazamiento cambia las condiciones de vida y las relaciones de poder, amistad, etc. La mujer accede más fácilmente al trabajo. Los desplazados no desean participar en procesos políticos sino en dinámicas de generación de ingresos. En el ámbito cultural, hay cambios en la expresión verbal, en el ritmo de vida y en la forma de asumir el tiempo y el espacio. Conviene trabajar con las familias en co-gestión en proyectos económicos y en la reconstrucción de redes sociales, promoviendo procesos de toma de conciencia, en donde los desplazados son autores con todas sus potencialidades. En síntesis, el trabajo con las familias desplazadas debe partir del reconocimiento del cambio traumático de sus vidas y de las posibilidades de las redes internas y externas, con miras a construir lo comunitario y lo social, con una visión integral en donde la vida sea algo más que subsistencia y las familias desplazadas tengan un real empoderamiento. De nuevo la reflexión nos lleva a tener en cuenta a las familias desplazadas como una unidad de trabajo en donde el acompaña-

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miento psicosocial debe posibilitar que estos colombianos entiendan ei por qué de su situación y, lo más importante, se conviertan en actores y constructores de su presente y futuro, en una actitud muy participativa, como sujetos de derechos que son, posibilitando la reconstrucción de las redes sociales que garanticen una vida en comunicación, creación y solidaridad. "NIÑEZ,

SER SOCIAL Y DESPLAZAMIENTO F O R Z A D O "

Luis Fernando Maldonado

El profesor Maldonado hace un planteamiento que bien puede aplicarse a cualquier grupo humano: el proceso de desarrollo y la construcción ue sentido humano y ue convivencia ue ios n¡nos/as se dan según las relaciones interpersonales. Y aquí hace una p r o puesta de asumir los Derechos Humanos no como categoría jurídica sino como propuesta ética de convivencia. Si bien es una posibilidad válida, no se puede desconocer que los Derechos Humanos, para llegar a ser norma jurídica, tuvieron que pasar por luchas históricas que significaron sacrificios en vidas, para finalmente lograr un reconocimiento legal, en donde es el Estado el obligado a garantizar los procesos socioculturales. En éstos la comunicación verbal, y no verbal, la interacción y la construcción de normas, inciden directamente en la niñez y tendrían que estar alimentados por el reconocimiento a la dignidad humana que contempla: la persona como un fin, el t r a t o humano, la construcción de lo social, la participación y el derecho a la honra. Si bien, estas premisas son muy importantes, el análisis queda incompleto pues no contextualiza el problema: ¿Vivimos en un país en el que se respeta el derecho fundamental, es decir, el derecho a la vida? ¿Hay condiciones económicas para que las necesidades básicas sean satisfechas? ¿Los gobernantes cumplen eficientemente su mandato constitucional? ¿Se vive en democracia? Y aquí cabe recordar que las relaciones interpersonales no se dan ajenas a los apuros económicos y a los problemas sociales que hay que soportar a diario. Colombia es un país fuertemente estratificado en donde la distribución del ingreso es de las más inequitativas del mundo. Por más voluntad y educación para la convivencia pacífica, esta situación genera desigualdad y resentimiento. 167

Lo anterior no niega que culturalmente se hace urgente desarrollar procesos educativos en donde haya ese reconocimiento y respeto a la dignidad humana. Y si la dignidad humana se construye, la tarea será no sólo de todos los colombianos sino también desde el Estado que tiene el monopolio del poder y de la fuerza. Es claro que, con un verdadero Estado de derecho, la persona podrá fácilmente desarrollar sus facultades materiales, psíquicas y espirituales en comunidad, construyendo el ideal del bien, los valores, el consenso, el ideal de verdad como expresión de democracia. Y aquí le cabe al Estado implementar realmente una política de derechos humanos que fortalezca la democracia, reflejada en una real vigencia de los derechos políticos, económicos, culturales. Esto no significa que se deba aplazar la educación en derechos humanos que.de hecho, se está desarrollando en el país desde hace más o menos una década. Lo peligroso aquí es reducir el grave problema de los derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario, al campo de las relaciones interpersonales, desconociendo aspectos políticos, económicos, sociales y culturales en donde no es igual la responsabilidad del Estado a la de cualquier ciudadano. En cuanto al desplazamiento forzado como negación de los imaginarios sociales pacíficos, el autor señala certeramente cómo la violencia y el uso desmedido de la fuerza niega las posibilidades para estos niños y niñas, un desarrollo armónico e integral. Las redes de sociabilidad, vecindad,amistad y parentesco se afectan con el desplazamiento forzado que genera una situación de riesgo, de emergencia. Seguramente que la solución negociada del conflicto armado interno, será la posibilidad de que cese la guerra, el atropello y la barbarie. Ahora bien, en el campo personal y familiar se hace necesario, desde ya, cambiar las relaciones de poder y maltrato, para propiciar un ambiente democrático y de respeto al ser humano sin importar su edad, género o raza.