INVERTIR EN NUTRICIÓN PARA LOGRAR UN FUTURO SOSTENIBLE

9 nov. 2017 - Un sistema alimentario sano y sostenible, así como una buena nutrición son el punto de partida y la base para crear un futuro sostenible, tanto en África como en otras partes del mundo. Es posible un mundo en el que no exista el hambre ni la malnutrición, y en el que cada niño pueda crecer ...
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INVERTIR EN NUTRICIÓN PARA LOGRAR UN FUTURO SOSTENIBLE Mensaje de Abiyán con motivo de la Reunión Global del Movimiento SUN, celebrada del 7 al 9 de noviembre de 2017 Destinado a la V Cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana del 2017 Un sistema alimentario sano y sostenible, así como una buena nutrición son el punto de partida y la base para crear un futuro sostenible, tanto en África como en otras partes del mundo. Es posible un mundo en el que no exista el hambre ni la malnutrición, y en el que cada niño pueda crecer aprovechando todo su potencial. Para que se haga realidad, es fundamental que la nutrición ocupe, a partir de hoy, un lugar preponderante en las políticas públicas, y que se realicen las inversiones oportunas. La malnutrición supone una amenaza para el desarrollo sostenible de África, porque impide que gran parte de sus jóvenes puedan aprovechar su pleno potencial. Cerca de la mitad del número de muertes de niños tiene que ver con la malnutrición. En efecto, al debilitar su sistema inmune, la malnutrición los hace vulnerables a las diarreas y a las neumonías, dos enfermedades que los niños con buena alimentación logran combatir. La malnutrición en los primeros 1000 días de vida (entre la concepción y los dos años de edad) puede dañar las funciones cerebrales y físicas del niño, de forma irreversible. Los niños que sufren malnutrición al comienzo de sus vidas corren un mayor riesgo de sufrir dificultades en el aprendizaje escolar que los niños que reciben una buena alimentación. Una vez adultos, se enfrentan a mayores dificultades para aprovechar oportunidades laborales bien remuneradas. Asimismo, la malnutrición fomenta el círculo vicioso de la pobreza: los hijos de las mujeres que padecen malnutrición corren un mayor riesgo de encontrarse en situaciones desfavorecidas, y en la edad adulta, es más probable que sus hijos padezcan esta misma dolencia. La buena nutrición no consiste simplemente en comer en cantidades suficientes. Para crecer y alcanzar su pleno desarrollo, los niños también necesitan alimentos nutritivos que estén adaptados a su edad, así como cuidados adecuados. Según los informes mundiales de 2016 y 2017 sobre nutrición, se observó una reducción de la tasa de malnutrición crónica en los niños menores de cinco años en al menos 10 países africanos, entre 2015 y 2017. Sin embargo, estas evoluciones positivas son lentas y pueden revertirse a causa de los conflictos y las amenazas climáticas que crean más enfrentamientos y más estrés entre las poblaciones y que a día de hoy agudizan el problema del hambre en muchos países africanos. De hecho, según el Informe Mundial sobre Nutrición de 2017, 59 millones de niños africanos padecían malnutrición crónica en 2016. Esta cifra está en aumento debido al crecimiento demográfico. Por otro lado, el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas con una mala alimentación están también en aumento, de modo que el peso de la malnutrición en África es doble. Además, la malnutrición tiene un coste elevado, sobre todo porque menoscaba la prosperidad de las familias y de los países.

Esta es la primera vez que la Reunión Global del Movimiento SUN se celebra en un país miembro de dicho movimiento, en concreto, en un país africano: Côte d’Ivoire. De los 60 países miembros del Movimiento SUN en 2017, 39 son africanos. La gran afluencia de público en esta Reunión es una prueba de que los gobiernos, la sociedad civil, los actores del sector privado, la investigación y los socios técnicos y financieros prestan cada vez más atención a la nutrición. Todos ellos reconocen que invertir en nutrición es indispensable para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Los efectos positivos de una buena nutrición son, entre otros, el progreso escolar, un mejor estado de salud de las personas, un aumento de los ingresos para las personas y las familias, así como un aumento del crecimiento económico. Puede incluso fomentar la paz y la seguridad al poner fin al círculo vicioso e intergeneracional de desigualdad y pobreza. Mejorar la nutrición constituye una inversión inteligente ya que se recuperan 16 dólares por cada dólar invertido en este campo, lo que estimula el crecimiento económico en un 10 % o más. Los jefes de Estado y de Gobierno africanos han enmarcado su visión panafricana de una «África integrada, próspera y pacífica, dirigida por sus propios ciudadanos, que represente una fuerza pujante en la arena internacional» en la Agenda 2063 de la Unión Africana. Para traducir esta visión en realidad, se espera que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana y de la Unión Europea asuman un liderazgo político firme en la lucha contra la malnutrición, en todas sus formas (en particular, durante los primeros 1000 días de vida), mediante un planteamiento multisectorial y multiactor. La movilización de presupuestos nacionales para la nutrición es fundamental para plasmar dichas ambiciones en acciones y lograr que tengan una repercusión. A esta, se suman las contribuciones crecientes de los donantes que vienen comprometiéndose cada vez más en favor de la nutrición, desde la celebración de la Cumbre de Nutrición para el Crecimiento en Londres, en 2013, hasta la de la Cumbre sobre el Capital Humano del Banco Mundial, en 2016, o la posterior Cumbre Mundial sobre Nutrición, organizada en Milán en noviembre de 2017. Se alienta al conjunto de gobiernos y donantes a que cumplan sus compromisos de adoptar medidas eficaces y adaptadas a cada contexto, que no dejen a nadie al margen. Poner fin a la malnutrición requiere de una voluntad política, de inversiones a gran escala a favor de una producción y un consumo alimenticios sostenibles, que combinen fondos nacionales e internacionales, y de la puesta en marcha coordinada de iniciativas multisectoriales. Se insta a todos los actores involucrados — los gobiernos africanos, europeos e internacionales, las Naciones Unidas, la sociedad civil, las empresas y el mundo académico— a trabajar unidos para erradicar la malnutrición en África.