INTRODUCCIÓN He calificado mi método de enseñanza como ...

musicales, a fin de obtener una generalización fundada en las .... están lejos de ser corregidos, porque haría falta explicar la historia de la notación musical.
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INTRODUCCIÓN He calificado mi método de enseñanza como "científico" por las razones siguientes: 1- Fueron consultadas y actualizadas diversas fuentes de investigación acerca de los procesos mentales y cerebrales durante el aprendizaje. 2- Fueron sometidas a prueba diversas técnicas propias de la ejecución de instrumentos musicales, a fin de obtener una generalización fundada en las características de la anatomía humana. 3- En dichas pruebas se examinaron además las condiciones mecánicas de la ejecución, bajo el enfoque de ciertas leyes de la Física. 4- Se puso especial atención a los procesos de la memoria, a fin de sacar conclusiones útiles para que los alumnos aprendan a estudiar de manera eficiente. 5- Se realizaron pruebas con grupos de control para medir comparativamente ciertas prácticas y metodologías conocidas, y confrontar los resultados con algunas hipótesis que precedieron a la investigación. 6Se elaboraron directrices para un Programa de Enseñanza donde se apliquen las conclusiones alcanzadas mediante los análisis mencionados en los cinco puntos anteriores. Dichas directrices consideran todos los pasos necesarios en la formación de un músico, desde los siete años de edad (aproximadamente) hasta su formación profesional, pero no excluye la enseñanza a personas de cualquier edad que tan sólo les interese estudiar música sin aspiraciones profesionales. 7Queda abierta la formulación de hipótesis que mediante el diseño de experimentos organizados pudieran corroborar, ampliar o modificar todo lo expuesto.

CAPÍTULO 1 - Descripción del método. 1-Generalidades. El presente método fue ideado originalmente para el piano. No obstante, más tarde se vio la posibilidad de extender su aplicación a otros instrumentos, e incluso adaptarlo al estudio de la composición. Finalmente se analizó la posibilidad de organizarlo en la forma de un Programa General de Estudios Musicales que fuese la base de una estructura académica. Continúa habiendo aportes importantes que provienen de investigaciones científicas recientes relativas al funcionamiento del cerebro, su desarrollo y la relación con la música. En general se puede decir que esta metodología es el resultado del aporte de varias ciencias, que pueden contribuir con la enseñanza de la música y con las técnicas para tocar diferentes instrumentos. El método propone de esta manera un ajuste general de las ideas que un profesor de música pueda tener acerca de la educación de sus alumnos. Esto se entiende fácilmente observando que las características que lo definen se deducen directamente de los problemas que ataca: 

No todos los alumnos tienen la misma edad, ni la misma predisposición para la música, así como tampoco idéntica conformación anatómica. Por lo tanto, se deduce que conviene más una enseñanza personalizada en lugar de otra que sea un “modelo” igual para todos (las clases individuales no solucionan el problema si el modelo no atiende las diferencias recién señaladas).



Por lo general las estructuras académicas parten de considerar también un “modelo” de alumno, y el objetivo es conseguir un resultado homogéneo suponiendo una suficiente homogeneidad de los alumnos. Este enfoque ha causado ya serios conflictos pedagógicos en la enseñanza en general, pero muy particularmente en la enseñanza de la música. Los problemas más evidentes se manifiestan en lo referente a lograr una aplicación aceptable al estudio y sostener el nivel de interés y atención durante las clases. No obstante, la importancia de una estructura académica no se puede negar como garantía contra el desorden que podría significar una enseñanza sin programa alguno. La solución hallada para este problema ha sido considerar las necesidades, aptitudes e intereses de cada alumno individualmente, permitiendo que la totalidad de los ítems del programa sea abordado sin orden preestablecido, con la profundidad que hiciese falta en cada momento, regresando a temas y músicas ya estudiadas si también hiciese falta, o sea, en suma: la exigencia es solamente que al cabo de un curso completo hayan sido tratados todos los ítems del programa y con la necesaria profundidad.



Existen ciertas divergencias entre distintos modelos metodológicos (o “escuelas”) de enseñanza musical y formación de instrumentistas. Pero también existen coincidencias y, tanto unas como otras, pueden ser examinadas a efectos de determinar aciertos y errores en la práctica, a fin de deducir un lineamiento general de la enseñanza de la música según criterios científicos. Esto quiere decir que bajo ningún concepto se acepta el argumento de la tradición y, en cambio, se promueve el conocimiento de causa y efecto de cualquier componente de una metodología.

El presente método se caracteriza, entonces, por examinar múltiples aspectos de la enseñanza de la música, que pueden ir desde educar la percepción hasta aspectos tan concretos como la formación de la técnica para tocar el instrumento, el desarrollo de la memoria, las formas de estudiar una partitura, y muchos otros aspectos, sin olvidar las edades y las condiciones físicas de los alumnos, además de la predisposición que ellos tengan para la música.

Se entiende que, para poder enseñar guiándose por estos principios, los profesores no se pueden limitar a saber tan sólo música, sino que deberán incursionar en otros campos del conocimiento. Esto representa, por lo general, alguna dificultad para la mayoría de los profesores. El presente trabajo no pretende agotar ninguno de los temas involucrados, sino que expone dichos temas en su esencia, para ayudar a comprenderlos, y se citan las fuentes que pueden contribuir a ampliarlos. En síntesis, el presente método se puede definir como una manera particular de enseñar la música, donde cada elemento que se enseña tiene apoyo en el análisis objetivo de múltiples aspectos de la enseñanza musical bajo ciertas condiciones dadas, buscando obtener resultados previsibles y repetibles en idénticas condiciones. ¿Es un método de iniciación musical? No, no lo es, aunque puede serlo también. Tampoco es un sistema para preparar músicos profesionales, pero igualmente también puede serlo. Esta amplitud se debe a que los componentes del aprendizaje han sido, primeramente, aislados para estudiar sus características y, luego, integrados a un todo, es decir, la persona que es un estudiante de música. Si bien este método tiene una base compleja, la aplicación es sencilla. 2- Los primeros pasos. El primer paso es tocar el instrumento y eso ya puede iniciar la primera fase de la formación técnica. La teoría musical, es decir, la lectura de las notas, las claves, las alteraciones, los compases, la formación de escalas, intervalos y acordes, etc., se integrarán solamente a medida que sea oportuno hacerlo. La oportunidad surgirá directa y exclusivamente de las músicas que el alumno toque. Esto concuerda con el criterio pedagógico explicado más arriba para la estructura del programa de estudios según este método. 3- La lectura y la teoría. La lectura se puede integrar en la mayoría de los casos durante las primeras experiencias del alumno con el instrumento, aunque no en la modalidad habitual de enseñar que es comenzando con el solfeo. He analizado cuales son los problemas más profundos para aprender a leer y escribir música, y pude concluir en que el origen de las dificultades está en la naturaleza de la memoria visual y asociativa. El ritmo, a su vez, es una sensación y, en cuanto tal, es como debe ser encarada aunque se integre a la lectura. En cuanto a la teoría, el método prevé que, sin excepción, se aprenda cada elemento mediante el razonamiento aplicado directamente sobre las partituras. 4- La técnica. En lo que respecta a la formación de la técnica, varias experiencias realizadas determinaron que los movimientos instintivos al tocar el instrumento son muy importantes y, si bien tales movimientos deben ser mejorados, hay un detalle al que hay que prestarle mucha atención: Nunca se debe ejercitar técnicas que no sean adecuadas para el futuro, vale decir, técnicas que serían apropiadas únicamente para un principiante, pero que más adelante habrá que modificar. En la formación de la técnica se analiza en detalle como se hacen los movimientos correctos y las sensaciones que se experimentan. En el caso de alumnos de poca edad, se recomienda igualmente realizar este trabajo de observación. También se incentiva el sentido de la observación y el razonamiento, como recurso habitual para desarrollar la técnica y resolver problemas en general, cualquiera sea la etapa del aprendizaje. El razonamiento es lo que permite comprender y luego recordar lo

aprendido. Pero, esto ya se sabe, el razonamiento siempre necesitará ser precedido de observaciones atentas. Todavía, se recomienda a los alumnos ejercitar la capacidad de imaginar movimientos (visualización interior) en el proceso del aprendizaje de los mismos antes de la práctica real. El simple acto de imaginar varias veces seguidas un movimiento difícil de hacer correctamente, ayuda a superar la dificultad (el cerebro tiene necesidad de “experimentar” primero, por ensayo y error, hasta llegar a tener una idea clara de lo que hay que hacer, antes de dar la orden de acción a los músculos). 5- El objetivo. Todo lo referente al estudio de la técnica y la teoría, constituye una parte esencial de la enseñanza y es el objetivo final a ser alcanzado por cualquier método. En nuestro caso, ese objetivo es alcanzado – como ya está dicho – aprendiendo en riguroso paralelismo con las músicas que los alumnos estudian al cabo de la duración de los cursos del programa, evitando sistemáticamente enseñar algo anticipadamente al momento oportuno. La base para proceder de este modo es observar que no hay casi ninguna dificultad en aprender cuando se pone inmediatamente en práctica aquello que se aprende. En caso contrario, es decir, si se enseñase prematuramente cualquier cosa sin que se le vea cuál será la aplicación práctica que tendrá, la tendencia del alumno será más bien a memorizar elementos sin mayor comprensión de lo que se trata, y muy rápidamente será olvidado. De nada valdrá que el profesor insista en que ese conocimiento será útil más adelante. Por eso es que las partituras son el centro motivador para adquirir las nociones de técnica, de teoría, e incluso de cultura musical. La música se convierte, entonces, en la guía para cualquier otro material didáctico afín. La historia de la música, por ejemplo, resulta mucho más fácil de enseñar – y es más fácil interesar en ella a los alumnos – procediendo de tal manera. Actualmente hay una tendencia de algunos profesores e institutos a comprender la importancia de generar todo el aprendizaje tomando las partituras como centro. No obstante, ese solo hecho no es suficiente para asegurar una formación integral de los alumnos, pues – especialmente si se trata de formar futuros profesionales – falta toda la base metodológica, es decir, la que le podrá dar al músico la capacidad de saber exactamente por qué conviene, o no, tocar de determinada manera. Y ese objetivo en la capacitación conviene que se inicie ya desde la infancia, que es la edad en que se forman los hábitos con mayor facilidad. Es posible ejemplificar esto último de varias maneras, pero quizá el aprendizaje de la lectura sea el mejor ejemplo. Con frecuencia se trata de simplificar este paso todo cuanto sea posible, pasando por alto detalles que terminan en confusiones peores que las que se quiere evitar. Sólo para poner un caso, el uso – y abuso – de la clave de Sol para aprender a leer las notas, ha convertido esta clave en casi el prototipo de la enseñanza para niños aunque estudien, por ejemplo, piano. Luego, la clave de Fa parecerá más “difícil” y será únicamente por efecto de la ventaja de la otra clave en el tiempo. Afortunadamente esta práctica se viene abandonando hace algún tiempo, pero persisten otros problemas que están lejos de ser corregidos, porque haría falta explicar la historia de la notación musical. Y esto, aunque pudiese tal vez parecer algo que correspondería más bien a un curso superior, es necesario que lo aprenda un principiante, así se tratase de un niño. La causa está en que la música utiliza símbolos de notación que provienen de la Edad Media, y no siempre concuerdan con otros conocimientos que los alumnos adquieren por fuera de la música. Sólo para poner un ejemplo – muy ilustrativo, por cierto, acerca de este particular –, sabemos que la duración de los sonidos se escribe mediante figuras que expresan valores binarios (mitades, cuartos, octavos, etc., o bien, el doble, el cuádruplo, etc.) y, como no todos los ritmos son binarios, eso se convierte en la fuente de confusiones importantes especialmente en los niños, pues la forma de escribir la duración de las notas y los compases no concuerda con lo que ellos aprenden en el colegio. Piénsese un

momento en esto: ¿cómo le explicaremos a un niño que, por ejemplo, puede ser posible que 3 mitades de una unidad de tiempo pueden sumar 3 tercios de la misma unidad de tiempo? Pues bien, esto es el compás de 3/4, donde la negra vale ½ de la blanca, con los que se necesitarán 3 mitades para sumar tres tercios (es decir, 3 negras). Y este no es el único caso donde cualquier niño inteligente podría hacer objeciones serias, porque le cuesta entender, y pondrá al profesor en aprietos. En realidad la escritura de la música está plagada de problemas semejantes, pero la cuestión es tratar de que los alumnos la aprendan, y la entiendan sabiendo los defectos que tiene. En ese sentido es que puede ser útil que hasta a un niño se le enseñe un poco de historia – la suficiente – al respecto. Saber por qué la escritura es como es, aunque sea mediante explicaciones sencillas, ayuda a superar varios problemas futuros cuando se están formando los primeros hábitos de lectura. 6- El aspecto académico. Ampliando un poco lo dicho antes acerca de este tema, diré ahora que un curso académico orientado por estos enfoques necesitará medir, y registrar, el nivel de profundización de cada tópico dado en clase. Según se entiende fácilmente, se trata de una enseñanza muy personalizada en la que no es posible la homogeneidad de nivel de conocimientos entre todos los alumnos a cargo de un mismo cuerpo docente, en un momento dado. Sin embargo, esto mismo no tiene por qué significar un desorden fuera de todo control. En efecto, hay razones para organizar un Programa de tal manera que un conjunto de alumnos, partiendo de conocimiento cero, adquiera conocimientos en forma personalizada, sin perjuicio de que al término de un tiempo establecido en años, todos los alumnos hayan alcanzado un idéntico nivel de conocimientos debidamente profundizados. Naturalmente que para eso es necesario estructurar un Programa cuyas características pedagógicas, y de planeamiento, respondan a las características del método (ver el último capítulo). 8- Aprender a estudiar. El método considera también la importancia de enseñar al alumno a estudiar. Se ha observado que la mayor parte de los estudiantes – de cualquier edad – no saben estudiar, aunque sea cierto que dediquen muchas horas a la práctica cotidiana del instrumento. Enseñar a estudiar es parte de esta metodología, pero ello incluye ciertas bases que el profesor debe conocer y que veremos más adelante, en otros capítulos. 8- La interpretación musical. En lo relativo a la interpretación, se aconseja un clima de intercambio de opiniones entre el profesor y sus alumnos. Esta puede ser la manera mejor de desarrollar la capacidad de comprender el significado profundo de las obras que los alumnos estudian. Desde luego, en los niños no podemos entender esto en un sentido literal, pero sí en términos del significado de ciertos juegos de contenido musical y emotivo. En cualquier caso, y en el nivel que fuere, el intercambio puede ser individual, pero también puede ser en grupos organizados para ese propósito, porque se producen naturalmente discusiones fructíferas entre los propios alumnos. Se entiende que esto no significa la omisión de una formación cultural adecuada, es decir, no significa un entretenimiento en discusiones de tiempo perdido, sino al contrario: es quizá la mejor manera de introducir al alumno en la historia de la música, los datos biográficos de los compositores, los estilos, la oportunidad de escuchar versiones de grandes intérpretes, etc., siendo todo ello motivado por el diálogo como forma principal de conducir las clases. Es importante hacer notar que en alumnos de corta edad también es aplicable todo lo dicho, aunque por lo general se ha visto la necesidad de apelar bastante a la fantasía natural del niño. Existen diversos métodos conocidos dentro de dicha especialidad, acerca

de los cuales solamente cabe una advertencia a criterio del profesor: vigilar que los juegos musicales infantiles no induzcan a errores de concepto en el aprendizaje elemental ni en los primeros pasos de la formación de hábitos auditivos. 9- Aplicación del método. La aplicación del método requiere una cierta preparación preliminar de los profesores, pues aquí nada se hace “por tradición”. El espíritu del método se puede definir diciendo que se trata de una forma de enseñanza que no considera suficiente que los alumnos aprendan solamente a leer música, controlar el ritmo y superar los problemas técnicos, sino que, en cambio, aprendan “cual” es el modo más eficiente y también por qué es así. Esto sobreentiende apelar a la capacidad de raciocinio del alumno y a su curiosidad natural como ser humano – incluso para adquirir diferentes conocimientos relacionados con la música. Así es como la didáctica de la música se concibe como una disciplina más interactiva de lo habitual. El profesor deja de ser la parte activa y el alumno no es la parte pasiva. Al contrario, este método puede estimular al alumno a interiorizarse mucho en los conocimientos que adquiere, en lugar de ser tan sólo receptivo por obediencia y respeto al profesor. Aquí no se trata de imponer nada bajo autoridad sino, al contrario, aprender por efecto de la inteligencia, la razón y la sensibilidad. Es claro que la medida en que las clases se puedan desarrollar bajo dicho punto de vista dependerá de dos factores: la edad del alumno y los motivos que le llevan a estudiar música. Respecto a lo primero, se debe tener en cuenta que la capacidad de raciocinio se adquiere a partir de los siete años de edad aproximadamente. Por lo tanto, antes de tal edad este método no tiene aplicación. No obstante, a partir de ese límite en adelante, será conveniente que el profesor encare la enseñanza de la música como una parte del desarrollo mental del niño. En efecto, investigaciones recientes vienen mostrando que la actividad musical es una de las que hacen intervenir más cantidad de neuronas y abre nuevas vías de conexión entre casi todas las diferentes zonas del cerebro. Y respecto a lo segundo que decíamos, acerca de los motivos que llevan a una persona a estudiar música, éstos pueden ser muy variados – así como también las edades –, y la enseñanza según este método observará principalmente los niveles de profundización que será conveniente (o suficiente) alcanzar en las clases. Aunque, claro está, habrá que cuidar siempre de no confundir “poco profundizado” con “incompleto” – diferencia ésta que nunca conviene perder de vista –, pues la experiencia dice (y no sólo en la música) que la base incompleta o errónea de un conocimiento dificultará luego seguir adelante en el aprendizaje, y nunca se sabe hasta dónde un principiante, o un simple aficionado, querrá seguir ampliando conocimientos. Durante los capítulos siguientes veremos en detalle la siguiente temática que describe los fundamentos técnicos de este método:          

Los mecanismos del aprendizaje. El razonamiento y la memoria como bases del aprendizaje. Papel de la atención en el proceso de memorización. Los diversos tipos de memoria y sus relaciones interactivas. Por qué la memoria a veces puede quedar en blanco. Anatomía aplicada a la técnica del instrumento. Relación entre la fuerza y la velocidad de los movimientos. Por qué el ejercicio muscular aumenta la habilidad de los movimientos. Valor de la repetición consciente durante la práctica cotidiana. La capacidad de abstracción.