Introducción a la lectura y escritura académica
Presentación del espacio y propósitos Unidad I – La comunicación
Leer y comprender
¿Por qué en el contexto académico es importante desarrollar prácticas de lectura y escritura?
Comprender y producir textos en el ámbito académico
Incorporarse comunidad discursiva disciplinar y académica (Johns, 1997; Swales, 1990)
Uno de los objetivos del espacio Desarrollo de estrategias metadiscursivas y metacognitivas relacionadas con la lectoescritura en contextos académicos
Leer (Del lat. legĕre). 1. tr. Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados. 2. tr. Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Leer la hora, una partitura, un plano. 3. tr. Entender o interpretar un texto de determinado modo. 4. tr. En las oposiciones y otros ejercicios literarios, decir en público el discurso llamado lección. 5. tr. Descubrir por indicios los sentimientos o pensamientos de alguien, o algo oculto que ha hecho o le ha sucedido. Puede leerse la tristeza en su rostro. Me has leído el pensamiento. Leo en tus ojos que mientes. 6. tr. Adivinar algo oculto mediante prácticas esotéricas. Leer el futuro en las cartas, en las líneas de la mano, en una bola de cristal. 7. tr. Descifrar un código de signos supersticiosos para adivinar algo oculto. Leer las líneas de la mano, las cartas, el tarot. 8. tr. p. us. Dicho de un profesor: Enseñar o explicar a sus oyentes alguna materia sobre un texto. Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda edición, 2002. http:// www.rae.es. Fecha de consulta: 10 de febrero de 2009.
Salí a caminar porque me sentía solo y el tedio me abrumaba. Afuera el sol resplandecía. Las nubes también pero más oscuros. Llegué al parque y me llené los bronquios de aire pura. Los ojos de los árboles se movían a impulso de una brisa fresca y delicado que hacía tintinear además los esqueletos de algunos insectos muertas contra fragmentos de botellas rotos. Me acerqué al lago y vi que una tortuga trataba de avanzar por el barro pugnando por llegar hasta el agua. No la dejé. Su caparazón era duro y su semblante inteligente y serena. Me la llevé para casa, a fin de paliar mi soledad. Cuando llegamos la puse en la bañera y me fui a buscar en la biblioteca un libro de cuentas para leerle. Ella escuchó atento, interrumpiéndome de vez en cuando para pedirme que repitiera alguna frase que le hubiese parecido especialmente hermoso. Luego me dio a entender que tenía hombre y ya me fui nuevamente al lago a buscar alga que le resultara apetecible. Recogí pasto y una planta de ojos verdes oscuras. También junté algún hormiga, por si acaso. De nuevo en casa, fui a llevar las cosas al baño, pero el tortuga no estaba allí. Lo busqué por todas partes, en el ropero, la refrigeradora, entre los sábanos, alfombras, vajillo, estantes, pero no hubo casa, no lo encontré. Entonces me vinieron deseos de ir al baño y los hice, pero cuando tirábamos la cadena comprobaste que el inodoro estaba tapada. Se les ocurrió entonces que the tortuga podía haberse metida allí. ¿Cómo rescatarlos? Salí de casa y caminé hasta encontrar una alcantarilla. Levantéi la tapa y me metisteis ahí. No habían luces. Caminéi. Los pies se me mojarán. Una rata morderói. Yo seguéi. "¡Tortuguéi, tortuguéi!", gritéi. Nodie contestoy. Avancex. Olor del agua no ser como la del lago. "¡Tortugúy, vini morf papit!", insistiti. Ningún resultoti. Expedición fútil. Salí del cantarillo y en casa me limpí y me preparó cafés. Lo tomés a sorbo corta, mirondo televicián. En sópito ¿qué vemos in pantalla? Tortugot. "¿Cómo foi a parar alá?", le preguntete. Y ella dijome ofri con dichosa contestaçao: "No por Allah: Budapest. Corolarius mediambienst cardinal e input fosforest". A la que je la contesté "bon, but mut canalis et adeus, Manuelita". "¡Nai, nai!", dictio tort, "eu program mostaza interesting". "Demostric", pidulare. Tons turtug bailó, candó, concertare, crobacía y magiares, asta que yo poli me zzz.
• Salí a caminar porque me sentía solo y el tedio me abrumaba. Afuera el sol resplandecía (…)
• Luego me dio a entender que tenía hombre y ya me fui nuevamente al lago a buscar alga que le resultara apetecible (…)
• Y ella dijome ofri con dichosa contestaçao: "No por Allah: Budapest. Corolarius mediambienst cardinal e input fosforest". A la que je la contesté "bon, but mut canalis et adeus, Manuelita".
Imágenes de Leo Maslíah
Tapa del libro de cuentos La tortuga (1990), libro del cual se extrajo el relato leído.
Revista ADN, Diario La Nación. 18 de agosto de 2007
"Un texto no tiene sentido por sí mismo, sino gracias a la interacción que se establece entre el conocimiento representado en el texto y el conocimiento de mundo almacenado en la memoria de los interlocutores“ de Beaugrande, R. –Dressler W., 1997,Introducción a la lingüística textual, Barcelona, Ariel, p. 42.
• Reconocer información explícita e implícita Ana tenía sed. Abrió la heladera
INFERIR Extraer información previa para integrarla al texto. Generar hipótesis o predicciones
Saberes de los hablantes Guían su comprensión y producción textual. Según Heinemann y Vieweger (1991), estos saberes serían de distinto carácter: • un saber enciclopédico referido al conocimiento del mundo, • un saber lingüístico relacionado con la gramática y el léxico, • un saber interaccional relacionado con intencionalidad, las máximas y las normas comunicativas. • un saber sobre esquemas textuales relacionado con la organización de la información.
• Comprensión asignación de un sentido integral y coherente a un hecho. • Procesamiento comprensivo: se utilizan recursos de percepción, atención, memoria y pensamiento. • Lectura
Modelo interactivo
• Conocimientos y habilidades previas integrados en el proceso significación
Habilidades lectoras • Además de recursos mentales automáticos, existen otros que requieren control por parte del lector
Estrategias de lectura: conjunto de actividades de regulación deliberada del proceso comprensivo que varían según los objetivos de la tarea y la complejidad del texto
Importancia de las actividades de prelectura para la activación de contenidos previos, inferencias e hipótesis iniciales 1. 2. 3. 4.
Clarificar el propósito de la lectura Observar la información paratextual Reconstruir el contexto de producción y finalidad Identificar el género textual
ACTIVACIÓN DE ESTRATEGIAS DE LECTURA
1.-Propósitos de lectura Leer para obtener una información precisa Leer para seguir unas instrucciones Leer para obtener una información de carácter general Leer para revisar un escrito propio Leer por placer Leer para comunicar un texto a un auditorio Solé, I. “Estrategias de lectura”. Materiales para la innovación educativa. Gras. ICE de la Universidad de Barcelona, 1992.
2.-Paratextos “Etimológicamente, ʺparatextoʺ sería lo que rodea o acompaña al texto (para=junto a, aliado de), aunque no sea evidente cuál es la frontera que separa texto de entorno. El texto puede ser pensado como objeto de la lectura, a la que preexiste, o como producto de ella: se lee un texto ya escrito o se construye el texto al leer. Pero ya se considere que el texto existe para ser leído o porque es leído, la lectura es su razón de ser, y el paratexto contribuye a concretarla. Dispositivo pragmático, que, por una parte, predispone ‐o condiciona‐ para la lectura y, por otra, acompaña en el trayecto, cooperando con el lector en su trabajo de construcción ‐o reconstrucción‐ del sentido. Lindando con el texto por los márgenes o fundiéndose con él para darle forma, recurriendo al lenguaje de la imagen o privilegiando el código lingüístico, el paratexto pone su naturaleza polimorfa a disposición del texto y de su recepción.” Alvarado, M. (1994) Paratexto. Buenos Aires: Eudeba, pp. 17‐24.
VERBALES
ICONICOS
FINALIDAD dD
PARATEXTOS A CARGO DEL EDITOR A cargo del soporte material del libro: diagramación, tipografía, elección del papel. Cara del libro: tapa, contratapa, solapas Transformar el texto en mercancía. ILUSTRACIÓN: cumple distintas funciones: Esclarecer mostrando; embellecer el texto, atraer al público. DISEÑO: ordenamiento de formas y combinación de formas y figuras para provocar impacto visual.
PARATEXTOS A CARGO DEL AUTOR El paratexto de autor es básicamente verbal. Dispositivo que acompaña al con la intención de asegurar su legibilidad, ampliarlo, ubicarlo, justificarlo, legitimarlo.
GRAFICA: El objetivo del grafico es utilizar lógicamente ese poder de la visión de captar en un mismo instante las relaciones entre variables. No sustituye la palabra, sino que ambas corresponden a la voluntad de verdad. Son diagramas; redes y mapas; cuadros. TAPA: muestra autor, obra, editorial y colección si TITULO: es el elemento más externo del paratexto de autor. pertenece a una. Es una bisagra entre autoral y editorial. Pueden ser: literales, A cargo del editor están las TAPAS, CONTRATAPAS, metafóricos, alusivos y genéricos. PRIMERAS Y ULTIMAS PAGINAS. La tapa y contratapa SUBTITULO: aclara el tema, contenido. busca captar la atención. DEDICATORIA COLOFON: marca de impresión. EPIGRAFE: se ubica en la página siguiente a la dedicatoria y antes del prólogo. PROLOGO: discurso que el autor u otra persona produce a propósito del texto. Su función puede ser argumentativa o informativa. Si se pone al final del texto, se llama EPILOGO. INDICE: Refleja la estructura lógica del texto. Tiene una función organizadora. NOTAS: El autor suele enviar a la nota lo que considera accesorio. BIBLIOGRAFIA: Habría que distinguirla de Son los enclaves del intertexto en el paratexto. Está destinada a los pares. Es un complemento no indispensable del texto. GLOSARIO: Listado ordenado de términos técnicos o que por alguna razón pueden presentar dificultad al lector, acompañados de una definición. Está al final del libro.
PARATEXTO EDITORIAL Elementos icónicos: • Ilustraciones • Diseño
PARATEXTO EDITORIAL Elementos verbales: • Tapa • Contratapa • Primera y última página • Colofón
PARATEXTO AUTORAL Elementos icónicos: • Gráfica
"Enciclopedia Elemental" (Sección Femenina)
PARATEXTO AUTORAL Elementos verbales • Títulos • Subtítulos
PARATEXTO AUTORAL Elementos verbales: • Dedicatoria • Epígrafe • Prólogo
PARATEXTO AUTORAL Elementos verbales: • Índice • Notas • Bibliografía
PARATEXTO AUTORAL Elementos verbales: • Glosario • Apéndice
3.-Contexto de producción y finalidad ESPACIO Y TIEMPO CONCRETO (contexto físico) • Lugar de producción • Momento de producción • Productor o locutor • Destinatario MARCO DE LA ACTIVIDAD SOCIAL O FORMA DE INTERACCIÓN • Lugar social • Posición social del emisor • Posición social del receptor • Finalidad o las finalidades de la acción Riestra, Dora (2009) Prácticas de lectura y escritura. - 1a ed. - Buenos Aires : Libros del Zorzal/Universidad Nacional de Río Negro, pp 25-28.
4.-Géneros discursivos (textuales) Tipos relativamente estables de enunciados asociados a una esfera de la actividad humana. (Bajtin 1979) Componentes de los géneros discursivos, que determinan las características de los enunciados: • el tema objeto del discurso • la estructura u organización interna del enunciado • el estilo, que es el modo en que se construyen los enunciados
OPINION
Surfear, leer o navegar La velocidad con la que se abordan las páginas de Internet se aleja en tiempo y modo de la lectura intensa del pasado. BEATRIZ SARLO*
Congreso Brasileño de Lectura Universidad de Campinas, Sao Paulo Sesión de apertura: 12 de noviembre de 1981, 10 horas •
La importancia del acto de leer
[email protected] •
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Quienes leen muy velozmente habrán encontrado en Internet la pista de deslizamiento ideal. Un historiador estadounidense estudió, desde la Antigüedad hasta los tiempos modernos dos tipos diferentes de lectura. La primera fue la lectura intensa en profundidad, que Robert Darnton (ése es el nombre del historiador) atribuía a una etapa del pasado donde no había miles de libros permanentemente a disposición de los lectores. Por el contrario, antes de la invención de la imprenta e incluso dos siglos después, los libros eran escasos y caros, salvo para los monjes o los nobles que se inclinaban por la cultura. Los campesinos o la gente de pueblo, incluso aquellos pocos que habían aprendido a leer, desafiaban grandes dificultades para acceder a unas decenas de libros. Esos contados volúmenes, entre ellos La Biblia, se leían repetidamente, intensamente, hasta llegar a conocerlos casi de memoria. Cuando la difusión de máquinas de impresión más ligeras y papel más barato lo hizo posible, nació, junto con un nuevo público, una nueva forma de leer. De la lectura intensa, que agujereaba la página con los ojos, se pasó, durante el siglo XVIII europeo, a la lectura extensiva, que salta de un libro a otro, recorre ávidamente la superficie de la página impresa y la abandona tan rápido como ha llegado a ella. La novela, desde fines del siglo XVIII en adelante, fue el género propio de estos lectores cada vez más veloces y cada vez más sedientos de novedades. Los monasterios y las cortes feudales fueron los espacios de la lectura intensa; las casas burguesas y, crecientemente, las populares, los de la lectura extensiva. Se amplió el público democráticamente y los ojos de ese público, en vez de taladrar la página hasta extraerle el último de sus sentidos, la recorrían saltando de un sentido a otro, de un personaje y un episodio a otro, de una noticia a otra (ya que los diarios son también producto de esa lectura rápida). Lo que se hace habitualmente con las páginas de Internet está tan alejado en el tiempo como en el estilo de aquella lectura intensa del pasado, pero también es diferente de la lectura extensiva de los siglos modernos. Hablamos de navegación, pero la palabra navegación que se usa en castellano no es tan apropiada como la palabra inglesa surf, que se usa para la acción de deslizarse sobre las olas y que también significa espuma. Si algo caracteriza el surf es el deslizamiento a una velocidad que es la que mandan las olas y la inmaterial ligereza de la espuma.
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como si fueran gente, tal era la intimidad entre nosotros; a su sombra jugaba y en sus ramas más dóciles a mi altura me experimentaba en riesgos menores que me preparaban para riesgos y aventuras mayores. La vieja casa, sus cuartos, su corredor, su sótano, su terraza -el lugar de las flores de mi madre-, la amplia quinta donde se hallaba, todo eso fue mi primer mundo. En él gateé, balbuceé, me erguí, caminé, hablé. En verdad, aquel mundo especial se me daba como el mundo de mi actividad perceptiva, y por eso mismo como el mundo de mis primeras lecturas. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto – en cuya percepción me probaba, y cuanto más lo hacía, más aumentaba la capacidad de percibir– encarnaban una serie de cosas, de objetos, de señales, cuya comprensión yo iba aprendiendo en mi trato con ellos, en mis relaciones mis hermanos mayores y con mis padres. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban en el canto de los pájaros: el del sanbaçu, el del olka-pro-caminho-quemvem, del bem-te-vi, el del sabiá; en la danza de las copas de los árboles sopladas por fuertes vientos que anunciaban tempestades, truenos, relámpagos; las aguas de la lluvia jugando a la geografía, inventando lagos, islas, ríos, arroyos. Los “textos”, las “palabras”, las “letras” de aquel contexto se encarnaban también en el silbo del viento, en las nubes del cielo, en sus colores, en sus movimientos; en el color del follaje, en la forma de las hojas, en el aroma de las hojas –de las rosas, de los jazmines–, en la densidad de los árboles, en la cáscara de las frutas. En la tonalidad diferente de colores de una misma fruta en distintos momentos: el verde del mango-espada hinchado, el amarillo verduzco del mismo mango madurando, las pintas negras del mango ya más que maduro. La relación entre esos colores, el desarrollo del fruto, su resistencia a nuestra manipulación y su sabor. Fue en esa época, posiblemente, que yo, haciendo y viendo hacer, aprendí la significación del acto de palpar. Pero, es importante decirlo, la “lectura” de mi mundo, que siempre fundamental para mí, no hizo de mí sino un niño anticipado en hombre, un racionalista de pantalón corto. La curiosidad del niño no se iba a distorsionar por el simple hecho de ser ejercida, en lo cual fui más ayudado que estorbado por mis padres. Y fue con ellos, precisamente, en cierto momento de esa rica experiencia de comprensión de mi mundo inmediato, sin que esa comprensión significara animadversión por lo que tenía encantadoramente misterioso, que comencé a ser introducido en la lectura de la palabra. El desciframiento de la palabra fluía naturalmente de la “lectura” del mundo particular. No era algo que se estuviera dando supuesto a él. Fui alfabetizado en el suelo de la quinta de mi casa, a la sombra de los mangos, con palabras de mi mundo y no del mundo mayor de mis padres. El suelo mi pizarrón y las ramitas fueron mis tizas. Concluyendo estas reflexiones en torno a la importancia del acto de leer, que implica siempre percepción crítica, interpretación y “reescritura” de lo leído, quisiera decir que, después de vacilar un poco, resolví adoptar el procedimiento que he utilizado en el tratamiento del tema, en consonancia con mi forma de ser y con lo que puedo hacer. Finalmente, quiero felicitar a quienes idearon y organizaron este congreso. Nunca, posiblemente, hemos necesitado tanto de encuentros como éste, como ahora. Paulo Freire ara ha sido la vez, a lo largo de tantos años de práctica pedagógica, y por lo tanto política, en
Algo de eso nos sucede a los navegantes de Internet, dominados por la tentación de pasar de un enlace a otro, de abandonar una pantalla, como si fuera un momento de la ola, para deslizarnos hacia la pantalla que se construirá enseguida, y de allí a la siguiente, como si la ley de la lectura fuera una ley de pasaje que prohibiera persistir en un mismo lugar. Una variación incesante de la apariencia de la pantalla acompaña, como necesidad y estilo, las formas de la navegación. Se tiene la impresión, sostenida por los efectos técnicos, de que lo mejor siempre está por delante, como si la sucesión de pantallas construyeran un suspenso que no va a resolverse nunca. La navegación es veloz intrínsecamente, así como es inconcebible un surf lento, ya que el surfista caería de su tabla y se interrumpiría su contacto de superficie con la ola. Umberto Eco aconsejaba a quienes estaban preparando una monografía que fotocopiaran sólo aquello que estuvieran seguros de poder leer al día siguiente. Cualquier investigador sabe que fotocopiar sin ton ni son sirve para muy poco, incluso hay quien piensa (yo, por ejemplo) que es mejor copiar a mano la cita que se va a usar. Sin embargo, cuando se navega en Internet se guarda en la computadora cualquier página por la que se ha pasado buscando algo. Después, la experiencia muestra que la mitad de esas páginas no sirvieron para nada, pero en el momento en que se llegaba a ellas nada nos detenía, porque la velocidad del surf nos lleva a la pantalla siguiente con la fuerza inmaterial de los deseos digitales.
*ESCRITORA Y ENSAYISTA
Publicado en el diario Clarín 23/04/2006. Disponible en: http://edant.clarin.com/diario/2006/04/23/sociedad/s01182264.htm
Adaptado de Freire, Paulo “La importancia del acto de leer”. En: Freire, P. (1991) La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI Editores.