II. Inicios de la Historia de la Salvación: Un Dios que irrumpe en una ...

a las puertas del desierto de Arabia. → Extrema aridez, pero cerca de la llamada “medialuna fértil”, que se extendía hacia el Noroeste. • Abraham era ya un ...
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II. Inicios de la Historia de la Salvación: Un Dios que irrumpe en una historia sin esperanza, llama al pueblo de Israel hacia un horizonte nuevo, y lo adopta para Sí en el Sinaí

El mito del “Eterno Retorno” • Presente en una multitud de religiones, mitos y filosofías (hinduísmo, religión egipcia, mito griego Sísifo, Heráclito, etc.)  Se desdeña la historia como marcha hacia un futuro abierto.  Lo decisivo: al comienzo del tiempo, en la creación

del mundo.

• Ciclos de la naturaleza: día y noche, fases de la luna, solsticios, estaciones, ritmos climáticos, cosechas: → Es una regeneración periódica de la vida: al invierno le sigue la primavera; a la época de siembras, la cosecha; la luna llena vuelve a menguar hasta desaparecer… • Se procura superar la monotonía de sus días huyendo hacia atrás, en una nostalgia por el pasado perdido.  Friedrich Nietzsche

(†1900): “Vendré otra vez (…) no a una vida nueva o mejor o semejante: vendré eternamente de nuevo a esta misma e idéntica vida…” (de “Así habló Zaratustra” ).

 Jorge Luis Borges (†1986) “…cada acto (y cada pensamiento)

es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio visible, o el fiel presagio de otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo. No hay cosa que no esté como perdida entre infatigables espejos” (de “El inmortal”).

La serpiente Uróboros, que muerde su propia cola, es una figura presente en mitos egipcios, griegos y nórdicos. Simboliza la inexorable y fútil repetición sin fin de los ciclos vitales.

Como una ardilla encerrada en su jaula giratoria, el hombre en estas culturas sufre el perpetuo hastío de una vida cerrada a toda esperanza.

Representación de la “Pacha Mama” o “Madre Tierra”, abrazando los ciclos de la naturaleza

• La Revelación nos libra de esta jaula circular, hacia un futuro abierto a un consumación última.

Dios Uno y Trino

• La historia es escenario de la acción redentora de Dios.

Creación Revelación y Redención Comienzo de la Revelación 13.700 M aC 200.000 aC

1900 aC

Encarnación del Hijo

1200 aC S.IX-II aC 6 aC

historia presente

Pentecostés

María

30 dC

Pascua

Pecado Original

Aparición del Hombre

Inicio del Universo

Jesús

Abraham Moisés Profetas

Envío del Espíritu Santo

Venida de Cristo en Gloria

Iglesia Antigua Alianza

Nueva Alianza

Parusía

Abraham y el comienzo de la Historia de la Salvación • A fines del siglo XX aC en Ur, Caldea, a las puertas del desierto de Arabia. → Extrema aridez, pero cerca de la llamada “medialuna fértil”, que se extendía hacia el Noroeste. • Abraham era ya un anciano y su esposa Sara era estéril.

≠ Una descendencia numerosa y una tierra fértil:

→ Únicos dones esperables ante la falta de fe en una vida ultraterrena. • Situación de Abraham: sin esperanza ni expectativa de novedad alguna.

Revelación de Dios a Abraham • Dios se manifestó a Abraham y lo instó a abandonar a su pueblo y tierra para dirigirse a través de la medialuna fértil hacia el territorio de Canaán (Gen 12,1s). → Invitación a abrirse a una vida nueva, en un éxodo hacia un futuro inesperado. • A cambio, el Señor haría de él “el padre de una gran nación” (“Abraham”) y le daría una tierra fértil en donde su linaje pudiera prosperar. → Irrumpe la idea de una esperanza unida a la historia.

La peregrinación de Abraham

• En adelante, el pueblo hebreo comenzaría a valorar la historia como un lugar de salvación. → La redención se encuentra marchando hacia adelante, no retornando al tiempo inicial.  

Un ángel advirtió a Lot y a su esposa de no mirar hacia atrás, so pena de quedar convertidos en estatuas de sal (Gn 19, 17.26). Jesús previno acerca de poner la mano en el arado con él y mirar hacia atrás (Lc 9, 62).

• Los profetas leían el sentido divino de la historia: → Realizaban un juicio sobre la condición de infidelidad del pueblo… y proyectaban un mensaje de un futuro de intervención salvífica definitiva de Dios.

La Alianza en el Monte Sinaí: Dios adopta al Pueblo de Israel

Sociedades contemporáneas: • Suele regir sólo la justicia conmutativa: → intercambio proporcionado entre individuos. → Se relega la idea de una justicia distributiva • Individualismo, utilitarismo, exclusión de los “in-útiles”. “El individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que debilita el desarrollo y la estabilidad de los vínculos entre las personas, y que desnaturaliza los vínculos familiares” (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, n. 67) La adopción: • Su razón de ser contradice la esencia misma de esta lógica anti-evangélica. • Cuando una pareja adopta un niño, renuncia a la transacción equitativa. • Gratuidad gesto: los padres le otorgan a la creatura unos derechos de filiación de los que carecía y que no estaba en situación legal de reclamar. → Ahora deviene cabalmente hijo.

La Adopción divina Dios asume la figura de la Adopción como modo de relación paternal-filial hacia el pueblo de Israel: “Tú me llamarás ‘Mi padre’, y nunca dejarás de ir detrás de mí” (Jer 3, 19). • Es una elección paradojal: “El Señor se prendó de ustedes y los eligió, no porque sean el más numeroso de todos los pueblos. Al contrario, tú eres el más insignificante de todos” (Dt 7, 7). • En las antiguos mitos: dioses engendraban físicamente a semi-dioses humanos o héroes. ≠ Yahvé adopta a los israelitas por misericordia, no por “derecho de sucesión”. → El hombre fue creado por la Palabra divina, no engendrado desde su sustancia. • Mandamientos centrales de la Ley (↓ Mt 22, 37-40):  “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas” (Dt 6, 5).  “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev 19, 18). • El hombre debe cumplir estos Mandamientos con fidelidad de corazón: “…Quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos”. (Os 6, 6). • Los judíos profundizarán gradualmente su conciencia de la paternidad divina: 

Abarca en especial a los más débiles: viudas, pobres, huérfanos, extranjeros (Sal 68, 6).



Su infinita compasión exhibe rasgos maternales.  “Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas…” (Os 11, 4).  “¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!” (Is 49, 15).  “Como un hombre es consolado por su madre, así yo los consolaré a ustedes…” (Is 66, 13).

Dos modos de entender la Revelación Divina en el Monte Sinaí

Un Dios que manifiesta su Poder sobrenatural

Un Dios que habla al modo humano y adopta al Pueblo

Dios, con su inconcebible exceso de amor, nos adopta, nos interpela y nos conmueve, purificando nuestros corazones, a menudo impiadosos, sobre los que se edifica la cultura actual… “Dios, por pura gracia, nos atrae para unirnos a sí. Él envía su Espíritu a nuestros corazones para hacernos sus hijos, para transformarnos y para volvernos capaces de responder con nuestra vida a ese amor” (Papa Francisco, Evangelii Gaudium, n. 112).

Somos adoptados por el Padre en Jesucristo • San Pablo declara repetidamente que, en Cristo, la adopción divina del Pueblo de Israel se extiende a toda la humanidad:  El Padre envío a su Hijo para

“redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos” (Gal 4, 5).

 Jesús, en efecto, rescató a los que estaban esclavizados

por su incapacidad de cumplir la Ley por sus solas fuerzas: “… ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios” (Gal 4, 7; Cf. Ef 1, 5.11).

 El

mismo Espíritu Santo, obrando en nuestros corazones, exclama “¡Abbá!” (= “papá”) dirigiéndose al Padre (Gal 4, 6).

• En el Sermón de la Montaña del Evangelio de Mateo, Jesús considera “hijos de Dios” a “los que trabajan por la paz” (Mt 5, 9). • El Prólogo del Evangelio de Juan afirma que “…a los que creen en su Nombre, [Dios] les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios” (Jn 1, 12)…  Y,

antes, de ascender junto al Padre, reafirma esta adopción, al pedirle a María Magdalena: “Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’” (Jn 20, 17).