Igualar el récord de Monzón es un incentivo extra

19 sept. 2008 - Hernández es un gran boxeador, porque tiene técnica y es guapo. Por ser mexicano proviene de la gran escuela boxística que tienen en.
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Viernes 19 de septiembre de 2008

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dixit

la contra Alejandro Hernández junto con Omar Narváez, el defensor del título, en Madryn

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NARVAEZ

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“Igualar el récord de Monzón es un incentivo extra” El chubutense expondrá mañana, en su tierra, por 14ª vez el título mundial; si logra el triunfo, alcanzará la marca histórica del legendario campeón de los medianos Por Osvaldo Castro Ruiz Para LA NACION

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UERTO MADRYN, Chubut.– Lo que alguna vez fue el gran living de una casa, con sus cuatro metros de largo por cuatro metros de ancho, se convirtió hoy en un gimnasio. Un enorme ventanal transpira en su interior como si hubiera sido mojado por la lluvia. En un rincón hay encendida una estufa de hogar que no quema leña, sino que es de gas. Parado frente a ella, Omar Andrés Narváez, de 32 años, se entrena en el improvisado gimnasio que Américo “Negro” Robledo ha montado en su casa del barrio Progreso, en Trelew, el sitio elegido por el Huracán para alistarse para el combate de mañana frente al mexicano Alejandro Hernández, en el Nuevo Palacio Aurinegro, de Puerto Madryn, a 67 kilómetros de aquí. Será la 14ª defensa de Narváez, el campeón mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). En la pared del gimnasio, con letras grandes, se lee Escuela de Box Trelew. La presencia del campeón no altera a otros siete boxeadores, entre ellos una mujer, que trabajan tan solitarios como Narváez. De fondo, la música cuartetera de la riojana Banda Registrada alcanza a escucharse cuando se calma el ruido de los puños que golpean contra las bolsas. Uno podría imaginar otro escenario para la preparación de un campeón mundial, pero el chubutense está cómodo ahí, y él así lo transmite. “No sé si habrá otro campeón mundial que haga lo que hago yo: me preparo y me entreno solo. Eso

me da más responsabilidad”, explica Narváez a LA NACION, durante un alto del entrenamiento. Mañana, en un festival programado para las 22, defenderá por 14ª vez la corona mosca de la OMB en un combate de 12 rounds. No será una pelea más. Si logra salir victorioso, la gloria lo espera porque habrá igualado el número de defensas exitosas del campeón mundial invicto de los medianos Carlos Monzón. “No soy de dar pronósticos. Digo siempre lo mismo: trataré de dar un buen espectáculo ganando, y si es antes del límite, mejor”, señala el boxeador local. Hace cinco días, dejó el calor del gimnasio del “Negro” Robledo y se instaló en Puerto Madryn para encarar la última etapa del trabajo. –¿Cómo es que un campeón mundial está solo, sin entrenador? –Sigo solo porque estos seis años como campeón me dan la seguridad de que puedo prepararme solo; es mi forma táctica y con un plan de entrenamiento propio. Pero no estoy solo porque me acompaña toda mi familia, especialmente mis hermanos, Néstor Daniel (26 años) –quien peleará el sábado en una de las preliminares del festival en Puerto Madryn–, Mario Oscar (30), Jorge Adrián (31) y Marcelo (38). –¿Sentís la presión de igualar el récord de Monzón? –En parte, sí, y en parte, no. Yo tomo todos mis compromisos con seriedad y éste tiene ese plus, porque llegar a las 14 defensas no fue nada fácil. Pasaron muchas cosas en mi carrera y en mi vida personal. Llegar a igualar el número de defensas de Monzón es un incentivo ex-

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victorias le dan

forma al récord de Narváez; entre los triunfos, 17 fueron por KO; empató dos veces y nunca perdió. Su rival, Alejandro Hernández, registra 20 éxitos (9 por KO), 5 caídas y un

empate.

tra y hace que uno trabaje con muchas ganas y ansiedad por alcanzar esa meta. El público por supuesto que espera ver a un Narváez levantando los brazos, ganando, y esa confianza que me tiene yo se la devuelvo en el ring. –¿Con este rival es posible terminar la pelea antes de los 12 rounds? –Ojalá. Mi pelea anterior la terminé antes del límite (a Iván Pozo lo venció por KOT en el 8° round). El mexicano va a traer una buena preparación pero vamos a tratar de ganar antes de que la pelea termine, es lo que a todo boxeador le gusta. No soy de dar pronósticos. Digo siempre lo mismo: trataré de dar un buen espectáculo, ganando y si es antes del límite, mejor. –Hay Narváez para rato… –¡Si!... En el gimnasio me siento a pleno y en el ring fui superando cada escalón que se me interpuso en mi carrera. Después de esta pelea tengo un compromiso con un retador joven de los Estados Unidos. Será dentro de los seis meses posteriores a esta defensa en Puerto Madryn. El 7 de octubre cumplo 33 años y no puedo decir que haya alcanzado económicamente todo lo que un campeón mundial pretende, porque mi categoría es muy poco rentable y, más allá de que he salido a pelear a Europa, las bolsas no fueron muy buenas. Espero el momento de pelear, de ser un boxeador taquillero e ir donde haya mejor paga, así les puedo asegurar el futuro a mis hijos y a mi familia. –¿Lo económico es una presión para seguir boxeando? –Es una presión, pero también un incentivo… Es hambre de gloria.

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EL RIVAL “Las cosas cambian cuando tengo que enfrentar a un rival conocido, como Payasito Hernández. Pero igual enfrento esta pelea con gran responsabilidad. Estaré frente a un rival de renombre. Es un joven [tiene 22 años] que viene en ascenso y que seguramente va a alcanzar su mejor preparación para tratar de arrebatarme la corona. Lo espero con una gran preparación, pero sobre todo con la experiencia que me han dado todos estos años. Hernández es un gran boxeador, porque tiene técnica y es guapo. Por ser mexicano proviene de la gran escuela boxística que tienen en ese país. Tal vez no posee una gran pegada, pero rescato su velocidad y es bueno de contragolpe. Aunque estando yo diez puntos, como lo estoy, no tengo nada que temer”, dijo Narváez.

LA LESION EN LA MANO “Estoy plenamente bien porque he alcanzado un gran nivel de entrenamiento. Me encuentro muy veloz, incluso de la mano izquierda. Mi preparación en Trelew ha sido muy buena porque los sparrings del Negro Robledo fueron excelentes. Durante el entrenamiento para la pelea anterior (ante el español Iván Pozo) sufrí una tendinitis en la mano izquierda y hubo que hacer una infiltración, pero en el combate no sentí molestias. Tampoco las sufrí ahora, así que la izquierda será un arma más si se compara con las peleas anteriores; está ocho puntos. Pero la derecha está diez”, confesó el argentino.

EL PESO “Llego bien. Ya logré alcanzar los 54 kilos y eso me pone muy feliz. Es cierto que hace mucho que peleo como mosca y me cuesta cada vez un poco más dar con el peso ideal. Tengo una dieta estricta, musculación y suplementos dietarios, pero aprendí mucho y sé cómo llegar en las mejores condiciones. Me estoy moviendo bastante desabrigado, eso quiere decir que vamos bien”, explicó el chubutense.