i-Economía - Fundación Riojana para la Innovación

El libro i-Economía aboga por crear innovación social desde el territorio, creando una cultura .... en varios países, se obtiene que Apple soporta un coste de fabricación de ...... Estos condimentos refuerzan la telaraña para se- guir capturando ...
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i-Economía

Javier García Paco Prieto Pablo Priesca

i-Economía Economía de las TIC, innovación y competitividad

I-economía

Fundación Riojana para la Innovación Avda. de Zaragoza 21 26006 Logroño (La Rioja) – spain tlf: +34 941 27 01 01 www.fundacionriojanaparalainnovacion.com Derechos reservados 2012, respecto a la primera edición en español, por © Netbiblo, S. L.

Netbiblo, S. L. c/. rafael alberti, 6 bajo izq. sta. cristina 15172 oleiros (la coruña) – spain tlf: +34 981 91 55 00 • fax: +34 981 91 55 11 www.netbiblo.com [email protected] Miembro del Foro Europeo de Editores ISBN: 978-84-15562-30-6 Depósito Legal: C-1638-2012 Directora Editorial: Cristina Seco López Editora: María Martínez Imagen interior: © Photosani Imagen cubierta: © fernando kuster Producción Editorial: Gesbiblo, S. L. Este libro pertenece a la colección Pocket Innova de la editorial Netbiblo coordinada por Juan Vicente García Manjón y José Luis Marín. Podrá consultar todos los títulos de la colección en: www.netbiblo.com. Impreso en España – Printed in Spain No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. QR code es una marca registrada por Denso Wave, inc.

Prólogo

L

a innovación es la actitud y el esfuerzo que nos hace ser mejores. Sólo nos compensa ir a más si también significa ir a mejor. Para eso, hay que introducir novedades que perfeccionan nuestro trabajo, nuestro rendimiento, nuestra eficiencia, calidad y sostenibilidad. Gas Natural Fenosa aglutina la experiencia de más de 168 años de esfuerzos por acercar a la sociedad la mejor energía disponible. El tipo de energía, la tecnología que ha requerido, las exigencias del consumidor y la sociedad han variado en todo este tiempo, pero nuestra organización ha tenido que anticiparse a estos cambios, buscar las soluciones más adecuadas y adaptarlas a una realidad cada vez más compleja que ahora se ve además transformada por las TIC: las tecnologías de la información y la comunicación. En esta labor innovadora no se conoce el camino, hay que hacerlo, ir más allá, explorar, pisar donde otros no lo han hecho antes e incluso volver sobre lo andado si es preciso. Si hay un espacio abierto hoy a la exploración, ese es el de las tecnologías de la información y la comunicación, porque están transformando no solo la forma de hacer las cosas, de manejar la información, sino también la sociedad, a sus individuos y generando nuevos escenarios continuamente. Las TIC son ya una realidad económica aparejada al ritmo de crecimiento de las sociedades, aquellas que convierten el progreso tecnológico en mejora económica, aquellas que convierten la información en conocimiento. Más allá de la tecnología en sí, más allá de la información, está la capacidad del ser humano y la sociedad para crear cosas y tomar decisiones de valor a partir de todo ello. @FRInnova nos brinda la oportunidad a través de este magnífico libro de Javier García, Paco Prieto y Pablo Priesca, dedicado a la iEconomía, de situarnos en esta realidad y orientarnos como territorio hacia una cultura de innovación que incorpora las TIC como un importante motor de competitividad. El libro i-Economía aboga por crear innovación social desde el territorio, creando una cultura innovadora que agilice el flujo de información y conocimiento entre sus actores, labor que impulsa la Fundación Riojana para la innovación y de la que somos partícipes desde el Patronato. Las reflexiones que se plantean en el texto nos ayudarán a mejorar nuestro enfoque en este reto y conseguir pasar, como dicen sus autores, “de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento”. Por nuestra parte, seguiremos aportando la mejor energía. Celestina López Morte Directora de Gas Natural Rioja

Contenido

1_ Aperitivo. .........................................................

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2_ Pasado, futuro y futuro de las TIC............

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2_1 2_2 2_3

Las TIC… ¿son?........................................... 16 Las magnitudes: Breve foto de las TIC en el mundo................................ 22 Información y conocimiento, ¿binomio inmediato?................................... 36

3_ Del progreso tecnológico



al crecimiento económico. ........................... 51

3_1 3_2 3_3 3_4

¿Se puede medir lo que las TIC aportan a una economía?......................................... La productividad, a largo plazo, lo es todo.................................................... TIC y productividad, ¿binomio inmediato?................................... Impacto económico de las TIC en la economía española.............................

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4_ Tecnología, competitividad



e innovación social......................................... 79 4_1 ¿Compiten los territorios?............................ 80 4_2 La competitividad empresarial en un mercado global.................................. 86

4_3 Innovación social: Otra forma de competir................................................. 101 4_4 Política Tecnológica, un fenómeno global: El papel de Europa........................... 109

5_ Inputs para reflexionar sobre



innovación social: ¡Actuemos!. ................... 119

Bibliografía........................................................ 127

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1_Aperitivo

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¿

Se ha preguntado alguna vez cómo se construye un lápiz? Con esta pregunta el Premio Nobel en Economía, Milton Friedman, en los años ochenta explicaba las bondades del mercado. El autor mostraba que para que un simple lápiz llegue a una tienda hacía falta el trabajo de muchas personas en varias partes del mundo. También argumentaba que solo con un sistema de mercado se podía conseguir que tantas personas, de lugares y culturas diferentes, se pudieran poner de acuerdo. A través de los precios y de los incentivos de esas personas, se podían encontrar lápices en las estanterías de las tiendas a un precio muy asumible. Casi tres décadas después, las cosas han cambiado mucho, tanto que para conocer la historia del lápiz acudimos a nuestro dispositivo electrónico que puede ser un ordenador, un móvil o un iPad; nos conectamos a algo que conocemos como la Red, y dentro de ella nos introducimos en un canal de vídeos gratuitos que visitan millones de personas en todo el planeta, YouTube. Sin embargo, la pregunta de Milton Friedman es sumamente interesante y podemos seguir pensando en economía con preguntas de este estilo. Y ese es uno de los objetivos que perseguimos con este libro. Abordar preguntas sencillas pero con respuestas que, cuanto menos, no son obvias y están sujetas a estudios profundos y con metodologías complejas en muchas ocasiones. Y queremos hacerlo, y esperamos haberlo conseguido, de una forma divulgativa, entretenida y, además, rigurosa. Queremos reflexionar con usted, lector, acerca de las distintas aristas sociales, económicas e institucionales que han supuesto y que van a suponer las tecnologías de la información y la comunicación. Y queremos ofrecerle un aperitivo para empezar, que le deje con hambre para continuar. El aperitivo tiene mucho que ver con la pregunta de Milton Friedman pero, en vez de lápices, hablemos de reproductores digitales de música. Y es que tres investigadores de la Universidad de California publicaron recientemente un estudio (Jason et al. 2008), en el que analizan tanto la distribución geográfica de la fabricación de un iPod (como el lápiz de Friedman) de la empresa americana Apple, como la distribución de su valor añadido entre los distintos países Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Aperitivo

que intervienen en el proceso. Y de este ejemplo podemos aprender lecciones muy interesantes. El punto de partida es un iPod de 30 GB que en Estados Unidos tiene un precio de venta al público de unos 300 dólares. A partir de ahí se “destripa” este reproductor en sus 452 componentes, que van desde los tornillos hasta la logística de poner el producto en las estanterías de las tiendas. Muy pocos de los componentes del iPod los fabrica Apple. La empresa los adquiere a otras compañías, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, especializadas en la producción de cada componente. Un ejemplo, la pieza de mayor coste de un iPod es su disco duro, que Apple compra a Toshiba, una empresa japonesa, por 73,39 dólares. Toshiba fabrica ese disco duro en sus instalaciones de China y/o Filipinas, por un coste estimado de 52,94 dólares, lo que le permite obtener un beneficio bruto por unidad de 19,45 dólares. Si se aplica la misma metodología para los 451 componentes restantes, fabricados por múltiples empresas en varios países, se obtiene que Apple soporta un coste de fabricación de 144 dólares. El precio final al que Apple vende a los distribuidores su iPod es de unos 224 dólares. ¿Dónde se queda el dinero entre los 144 dólares de coste y los 300 dólares de precio de venta de cada iPod? En el beneficio que obtiene Apple, en los distribuidores y en los márgenes comerciales del vendedor final. Pero hablemos de beneficio, ¿quién es el que más gana con la venta de un iPod y dónde se obtiene esa ganancia geográficamente? Muchos podrían pensar que las empresas chinas o los países asiáticos porque, al fin y al cabo, es donde más componentes se fabrican —casi la totalidad, incluido el ensamblado final—. En cambio, la respuesta es que Apple y las empresas americanas son las que más beneficio obtienen por la venta de un iPod, 163 de los 190 dólares del beneficio global (mundial). Apple obtiene un beneficio bruto mínimo de 80 dólares por cada iPod que vende fuera de Estados Unidos, el 36% del precio de venta a distribuidores. Y por cada reproductor que vende en Estados Unidos, la empresa obtiene 103 dólares de beneficio, el 53% del citado precio de venta, porque en este caso también participa en los ingresos de las ventas minoristas. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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El segundo país del mundo donde más valor añadido y beneficios se generan por la venta de un iPod es Japón, pero la cantidad es de 26 dólares, es decir, menos del 10% del precio de venta al público. En último lugar, están los países emergentes (China, Taiwán, Filipinas) que capturan menos de un 1% del total del beneficio bruto. La lectura de este ejemplo es clara, Apple ha aprovechado una oportunidad global. Se ha centrado en lo que sabe hacer, y por lo que obtiene el mayor beneficio, que es concebir la idea, desde su diseño e ingeniería hasta su distribución, y ha subcontratado lo que otros pueden hacer mejor y a menor precio en el mundo. La clave del párrafo anterior es “en el mundo”, porque las nuevas tecnologías y la caída de los costes de transporte y de comunicación entre países permiten a las empresas diseccionar aun más sus procesos productivos y, o bien contratarlos a empresas especializadas, o bien fabricarlos en aquellos países donde más recursos y menores costes existan. El propio Miltron Friedman estaría asombrado de percibir el grado en el que los mercados se han integrado con el paso de los años, y cómo los incentivos a los que él se refería se han ido perfeccionando a escala planetaria. Detrás de ello están las Tecnologías de la Información y la Comunicación, las llamadas TIC, que permiten acceder de forma inmediata a información, a servicios y a la transferencia de conocimiento. Las oportunidades son muchas, como acabamos de ver y como veremos a lo largo de este libro, pero las amenazas también. Se ha sacado de la ensalada del crecimiento económico el factor distancia física, y cada vez en mayor proporción el ingrediente que mueve el mundo es el conocimiento. Lo estratégico para Apple no es fabricar, no es replicar de forma estándar procesos industriales. Lo verdaderamente importante es concebir ideas, diseñarlas, ejecutarlas, pensar en el modelo de negocio a través del cual obtener ingresos y posicionamientos globales. Vivimos en un mundo donde ya no podemos pensar en global y actuar en local, sino que tenemos que pensar y actuar en global. Esto requiere nuevas exigencias, nuevas capacidades de las personas, de las empresas y, en algo cada vez más determinante, de los territorios. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Aperitivo

¿Qué hace que unos territorios sean más atractivos que otros? ¿Qué hace que unos sean más dinámicos que otros y que sean capaces de atraer a más personas con talento a trabajar en ellos, con más ideas, con más formación y con más capacidad para influir a escala global? En definitiva, ¿qué hace que se produzca un crecimiento inteligente, social y sostenible en los territorios? Muchas de esas reflexiones nos van a conducir hacia un mismo camino, que es a la innovación social. Y es que para que exista innovación empresarial empieza a documentarse la necesidad de crear un ecosistema social sensible y permeable hacia la innovación, es decir, una sociedad con capacidad para crear innovaciones en todos los órdenes (educativo, cultural, artístico, gubernamental, sanitario, tecnológico…), una sociedad capaz de absorber innovación endógena y exógena. Las TIC, precisamente, pueden agilizar y transferir esos procesos de innovación en las sociedades, y por eso este libro abarca, precisamente, esta triple vertiente: las TIC, la economía y, en cierto grado, la innovación social. Estas y otras muchas son las cuestiones que queremos reflexionar con usted, lector, en este viaje que emprendemos juntos a partir de ahora. Y queremos hacerlo aportándole datos, pero también referencias para que pueda profundizar en los razonamientos que le presentamos. Queremos abordar preguntas y dejar otras planteadas. Y lo hacemos en un contexto económico global y nacional realmente complejo. Estamos inmersos en una de las crisis históricas más profundas de la economía española y a diario analistas de todos los colores políticos y medios de comunicación nos proponen recetas e ideas para afrontarla, que parece que se repiten y se manosean hasta un punto en el que pierden sentido. Por eso queremos aprovechar para hacer una reflexión pausada, con datos y con documentos clave para tratar de, al menos, aproximarnos a lo que ocurre en este puzle global y cómo tenemos que movernos en el mismo.

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2_Pasado, futuro y futuro de las TIC

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2_1  Las TIC… ¿son? Imagínese que hoy es un día especial y que quiere cocinar para su familia y sus amigos un gran menú. Ha hecho una larga lista de la compra que ha cuidado hasta el último detalle, no solo por los alimentos que contiene sino también por la cantidad y la calidad. Ya dispone de los ingredientes de su menú, tiene a punto el horno, las sartenes y la placa vitrocerámica. ¿Qué le falta? No habrá menú si no hay algo que una los ingredientes, en la cantidad exacta y en el tiempo de preparación adecuado. No habrá menú, sin receta. Las recetas son una buena analogía para comprender el concepto de tecnología. Porque son una especie de reglas que nos indican que a partir de unas materias primas —ingredientes— y unos equipamientos —ollas, sartenes, horno y vitrocerámica— combinados y manipulados de una determinada manera y en un tiempo estipulado, se logra obtener un producto final —el plato de cocina— que se ofrece en el mercado —a sus comensales—. Y son los consumidores —los comensales— quienes evalúan la calidad y deciden qué comprar —comer—. En definitiva, la tecnología permite convertir los recursos de los que disponemos, también llamados inputs, en productos o servicios de un mayor valor añadido, conocidos como outputs. Pero un aspecto muy relevante es que con los mismos ingredientes puedes cocinar un número indeterminado de platos. De hecho, parece que se cumple esa máxima de toda abuela que con tres o cuatro ingredientes es capaz de elaborar todo tipo de platos. Hay recetas mejores y peores, más eficientes o menos en tiempo o en despilfarro de ingredientes, o simplemente hay recetas más caras que otras. Hay muchas posibilidades para llegar al mismo sitio e, incluso, hay posibilidades que nos permiten llegar más allá: crear nuevos platos, experimentar con nuevas combinaciones de esos inputs. La habilidad que tengamos como sociedad para crear nuevas y mejores recetas es lo que determinará nuestras posibilidades de disponer de una vida culinaria más rica, más atractiva y más divertida. Y, en sentido amplio, es lo mismo que ocurre con la tecnología. El progreso lo lograremos si somos capaces de obtener nuevas y mejores formas de conectar los recursos que tenemos en nuestra Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Pasado, futuro y futuro de las TIC

economía. Las nuevas recetas, las nuevas posibilidades tecnológicas son el motor de todo proceso de crecimiento económico y de creación de renta y riqueza. Y tras este aterrizaje al mundo culinario, podemos explicar qué tienen en común la máquina de vapor, la llegada del acero, la electricidad, el teléfono, el PC, la fibra óptica o su móvil. Todos ellos comparten una característica común, han supuesto un cambio profundo en los procesos de producción y en la gestión empresarial. Son ejemplos de nuevas tecnologías que han permitido explorar posibilidades a través de las cuales generar crecimiento económico, riqueza y, con ello, transformar la sociedad. En una charla en el Masachussets Institute of Technology (MIT), el máximo responsable de Siemens AG, una de las compañías más innovadoras del mundo, Claus Weyrich, abordó de forma brillante cómo a lo largo de la historia existe un proceso que se repite. Este proceso es la existencia de una especie de ciclo de vida de las tecnologías que determinan el progreso y la riqueza de los territorios. La idea fundamental de su tesis se muestra de forma gráfica en la Figura 2.1. Cuando se descubre una nueva tecnología, como se muestra en el punto 1 de la ilustración, lo que ocurre es que se produce una discontinuidad frente a lo establecido. Existen muchas ideas que se pueden convertir en tecnologías que, de tener éxito en el mercado, lo que generan son nuevas “reglas de juego”, nuevas recetas que se pueden utilizar para crear bienes o servicios, para mejorar los que actualmente se producen, para gestionar mejor los procesos de producción actuales y, por tanto, ser más eficientes (hacer las mismas cosas a un coste menor) o, como ha sucedido con el desarrollo de Internet, encontrar nuevos canales de distribución para todo tipo de actividades, nuevas o “clásicas”. Pero no toda tecnología es aceptada de forma inmediata en los mercados. No todas las recetas permiten crear menús que gusten a la mayoría de las personas. Muchas ideas, muchas tecnologías potenciales, se quedan solo en la fase 1 de la Figura 2.1. El progreso tecnológico se produce precisamente cuando esta tecnología pasa los filtros del tiempo, se sigue desarrollando y mejorando y logra subir a los siguientes escalones del ciclo, los puntos 2 y 3. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 2.1.  Ciclo de vida de la tecnología.

Fuente: Elaboración propia a partir de “Innovation Management at Siemens AG”, charla pronunciada por Claus Weyrich, Member of the Managing Board of Siemens AG and Head of Corporate Technology.

La tecnología se consolida a medida que más personas y más empresas la utilizan, la “manipulan” y exploran a partir de ella nuevas posibilidades. Pero para llegar a ese momento tiene que haber personas y empresas que apuesten por ella, que consideren que es una vía a través de la cual se pueden crear nuevos productos, o nuevos servicios o nuevas formas de comercializar o simplemente una nueva forma de hacer las cosas. Ese salto, esa capacidad de visión y liderazgo para seguir trabajando en tecnologías e ideas que aun no están consolidadas es, quizás, lo que determina la diferencia de una empresa líder o una seguidora (de lo que hace ese líder). Porque en el momento en el que la tecnología logra estandararizarse o tener un uso masivo ya no genera ventajas competitivas, sino que se convierte en una necesidad para seguir sobreviviendo en los mercados. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Para comprender mejor el ciclo de vida de la tecnología, podemos buscar ejemplos en el nacimiento de las técnicas de producción en serie o producción masiva, de las que fue pionero Henry Ford. Durante dos décadas, estas técnicas supusieron una evidente ventaja competitiva para Ford dentro del sector de la industria automovilística. Sin embargo, una vez que todos los fabricantes comenzaron a producir en serie, estas tecnologías pasaron de ser una ventaja competitiva a convertirse en un requisito indispensable para mantenerse en el mercado. Lo mismo ha sucedido con otras innovaciones o cambios tecnológicos, como ha podido ser en su día la electricidad o como es, en la actualidad, el desarrollo de las llamadas TIC. Las TIC han emergido a finales de los setenta como una discontinuidad, como un cambio en las normas de juego, de resultados imprevisibles. A partir de ahí, su crecimiento ha sido exponencial, su capacidad para ser utilizadas en todo tipo de actividades y procedimientos es indiscutible y se han convertido en los pilares que sustentan el crecimiento de la productividad y del crecimiento económico de todos los países, desarrollados y en desarrollo. Y no solo han generado una transformación económica, sino también social, ya que permiten estar conectados en tiempo real con el resto del mundo, y cuya voz y fuerza digital es capaz, incluso, de derrocar a dictaduras establecidas. Las TIC han tomado como input la información y la necesidad de comunicarnos que tenemos como individuos, y han logrado eliminar de la receta un gran obstáculo: la distancia. Ya no es necesaria la presencia física para saber qué pasa a esta misma hora a 15.000 km de distancia. Y eso en sí mismo ha transformado nuestras oportunidades sociales, empresariales y, por tanto, económicas, como iremos desgranando a lo largo de este libro. Ya hay otro país, en el mundo, que se llama Facebook y que tiene más de 500 millones de usuarios. No es un país físico, ni tiene fronteras, pero es un punto de encuentro mundial, que abre nuevas y continuas oportunidades. ¿Y qué se entiende por información? La respuesta es “cualquier cosa que pueda ser digitalizada —codificada como un conjunto de bits—” (Varian y Shapiro, 2000), dando origen así a los bienes de información. Muchos Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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de estos bienes de información suelen caracterizarse por un aspecto de consecuencias económicas importantes, y es que son caros de producir pero relativamente baratos de reproducir. Por ejemplo, una película que cuesta producirla varios millones de euros, puede ser copiada y reproducida por solo unos céntimos de euro. Lo mismo sucede con los periódicos digitales, libros, música, nuevas vacunas y un larguísimo etcétera. Y esto, en sí mismo, abre nuevas posibilidades empresariales y una transformación en la manera de hacer las cosas, como se comentará en el siguiente epígrafe. Por otro lado, y para determinar una definición más precisa, en 1998 la OCDE ya se enfrentó al reto de acotar el término de las TIC, y las definió como una “combinación de industrias y servicios que capturan, transmiten y permiten visualizar datos e información de manera electrónica”. Y de ahí se han ido sucediendo cambios metodológicos para tratar de definir de forma estadística al sector y su actividad. Resulta imprescindible que estas definiciones sean acordadas a una escala internacional porque de ellas se diseñan las estadísticas que permiten medirlas y conocer sus interrelaciones socioeconómicas. Si de algo tienen que servir esas estadísticas es para hacer comparaciones en el tiempo y entre territorios. En la actualidad, y siguiendo estas normas estadísticas internacionales, el propio Instituto Nacional de Estadística (INE) de España define al sector TIC de acuerdo a tres grandes bloques de actividades económicas: 1. Industrias manufactureras TIC: que incluyen la fabricación de componentes electrónicos, ordenadores, equipos de telecomunicaciones, productos electrónicos de consumo. 2. Infraestructuras comerciales TIC: que son actividades vinculadas con la venta al por mayor de productos como ordenadores, programas informáticos o equipos electrónicos y de telecomunicaciones. 3. Industrias de servicios TIC, donde a la vez se delimitan cinco grandes apartados de actividad: las que tienen que ver con la edición de programas informáticos y videojuegos; los servicios de telecomunicaciones; las actividades de consultoría y programación en el ámbito de la informática; los portales web y alojamiento Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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(más conocido como hosting) y, en quinto lugar, las actividades relacionadas con la reparación de los equipamientos informáticos y de telecomunicaciones. Sin embargo, la mera definición estadística de las TIC a veces no permite captar su singularidad más importante, combinar una doble cualidad que no es tan característica en el resto de actividades económicas:  En primer lugar, son un sector en sí mismo, con empresas —entre las que se encuentran las más innovadoras del mundo—, empleos, inversiones y capacidad para generar riqueza. Es un sector medido de acuerdo a los parámetros estadísticos y áreas de actividad que acabamos de comentar.  Pero, en segundo lugar, es un sector cuya existencia se justifica por su capacidad para dotar de competitividad al resto de actividades de una economía: desde el comercio minorista al mayorista, pasando por las actividades de logística, finanzas, transporte o energía, así como la construcción, los bienes de equipo y, por supuesto, el ocio. Esta segunda cualidad es la que permite utilizar la definición de las TIC no solo como un conjunto de industrias, sino de herramientas que permiten la recogida, almacenamiento, procesamiento y transmisión de datos e información de manera electrónica. Lo que diferencia, por tanto, a las TIC es que actúan como catalizadoras de competitividad para el resto de las actividades económicas de un territorio. Y son, básicamente, estas dos características las que conducen a las instituciones supranacionales como la Comisión Europea, el Banco Mundial o la propia OCDE a colocarlas en un lugar estratégico para afrontar, por ejemplo, la actual crisis financiera internacional o para implementar políticas de promoción económica en países y territorios, tanto desarrollados como no desarrollados, ya sea en el ámbito rural como en el urbano. En síntesis, en este epígrafe lo que queremos destacar es que lo que se conoce como “la revolución de las tecnologías de información y la comunicaciones” es, en esencia, una mejora en las infraestructuras de la información, que han aumentado considerablemente Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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la capacidad de almacenar, extraer, clasificar, filtrar y distribuir la información y, como consecuencia, ha establecido nuevas reglas de juego, nuevas posibilidades, nuevas formas de organizarnos, nuevos patrones de gestión de nuestras organizaciones empresariales y sociales. Y todo ello en un contexto global.

2_2  Las magnitudes: Breve foto  de las TIC en el mundo

1

 En el momento de redactar este libro, está disponible la publicación del año 2010 con datos referidos a 2009.

Empecemos con una pregunta, ¿se pueden poner números a esta revolución tecnológica que hemos descrito? Para responderla se puede acudir a diversas fuentes estadísticas que tratan de capturar cuál es el mercado mundial de la economía digital. Unos datos estadísticos que básicamente responden a las exigencias metodológicas que hemos descrito en el epígrafe anterior. Una primera fuente de datos de obligado análisis en este ámbito es la World Information Technology Alliance (WITSA). La WITSA es un consorcio de asociaciones mundiales que representa, según su propia información, a más del 90% del mercado global de las TIC. Este consorcio tiene una publicación anual que sirve de termómetro mundial del sector y que se llama Digital Planet1. La WITSA coloca en 3,5 billones de euros el gasto mundial en TIC en el año 2009, lo que equivale al 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB) global. Asimismo, el impacto de la crisis económica y financiera también ha tenido un efecto negativo sobre el consumo e inversiones en tecnología. En el año 2009, de los 33 países analizados por la OCDE, 29 estaban en recesión, lo que implica un crecimiento del PIB negativo. Ese mismo año, el gasto en TIC mundial se contrajo en un 3%. Este freno del año 2009 trunca un proceso de crecimiento continuo de los últimos años. Y es que entre los años 2001 y 2008, el gasto en TIC en el mundo se incrementó en 1,73 billones de dólares, lo que equivale a una tasa de crecimiento medio del 9,13% cada año. En cambio, la propia WITSA estima que la parálisis de 2009 se recuperará en 2010 y mantendrá tasas de crecimiento superiores al 7% anual al menos hasta el año 2012. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 2.2.  Gasto global en TIC (billones de dólares).

Fuente: Digital Planet 2010.

La misma conclusión se obtiene de otra fuente de datos internacional de referencia en muchos ámbitos, también en materia TIC, como es la OCDE. En su última publicación constatan que para los países miembros de la organización, un total de 34 en la actualidad, el sector ha crecido en torno a un 3-4%, y las previsiones para 2011 es que lo siga haciendo de forma significativa. ¿Y dónde ha ido a parar el gasto TIC en el mundo? En el año 2009, más de 32 de cada 100 euros de gasto se ha hecho en el segmento de consumo. Cada vez son más y mejores los dispositivos accesibles para el gran público y, además, están en constante cambio y mejora de prestaciones. Y ese segmento de consumo es, sin duda, el que más volumen de negocio mueve en el ámbito de las nuevas tecnologías. Del resto de actividades, el sector estrella en uso de nuevas tecnologías es el financiero, el más interconectado e integrado globalmente de los Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Tabla 2.1.  Distribución del gasto mundial en TIC según segmento de mercado. % sobre el gasto total TIC en el mundo 2009 Consumo

2008-09

2009-13

32,20

1,6

7,7

Servicios financieros

9,73

–3,1

7,3

Administración pública

8,55

–2,1

4

Servicios

7,87

–3,4

6,9

Industria

7,80

–4

7

Telecomunicaciones

7,63

–21,8

12,5

Transporte

5,57

2,9

5,7

Sanidad

4,54

–1,3

7,2

Comercio al por menor

3,52

–3,4

6,3

Comercio al por mayor y distribución

3,04

–1,4

6,4

Hostelería y ocio

2,65

–2,8

7,4

Energía

2,34

–3,8

7,4

Construcción

2,01

–2

8,3

Recursos naturales

1,45

–2,3

7,8

Educación

1,09

–2,3

7,2

Media

–3

7,4

Fuente: Elaboración propia a partir de Digital Planet 2010.

sectores, hecho que la crisis internacional ha confirmado con gran contundencia. Como también se puede observar en los datos de la WITSA, la Administración pública es una de las fuentes de demanda de servicios tecnológicos en todos los países, aunque las previsiones de crecimiento futuro son mucho más prudentes que las del resto de actividades, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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posiblemente porque los países más desarrollados están sumidos en un problema de crecimiento económico y de abultados déficit públicos, que están frenando las posibilidades de inversión, también en nuevas tecnologías. Pero si hay algo que define a la geografía económica mundial es la disparidad que existe entre territorios en cuanto a niveles de crecimiento y desarrollo económico. Y lo mismo sucede con la tecnología. Aunque el hecho diferencial de las TIC es que han permitido acelerar cambios profundos en la geografía económica y tecnológica del mundo rompiendo patrones clásicos o históricos. Y es que la clásica separación entre norte y sur, entre occidente y no occidente, empieza a ser cada vez más difusa y ya no es suficiente para comprender lo que ocurre en el mundo. Analicemos solo unos pocos datos y nos daremos cuenta de que los cambios son profundos, y las implicaciones económicas y geopolíticas son y serán también muy profundas. Vayamos, en primer lugar, a las publicaciones que hace una agencia de Naciones Unidades para los asuntos de la información y las telecomunicaciones, que es más conocida como la International Telecomumunication Union (ITU). Esta agencia elabora una publicación anual que llaman Measuring the Information Society, a través de la cual elaboran y presentan el Índice de Desarrollo TIC (conocido por sus siglas en inglés IDI-ICT Development Index) que permite comparar los principales indicadores tecnológicos para un total de 159 países en el mundo. Antes de conocer algunos de sus datos, resulta sumamente interesante conocer, aunque sea sin profundizar en todos los detalles, cómo se elabora el IDI y, por tanto, cuáles son los parámetros que influyen en la prosperidad tecnológica de un país. El IDI se calcula a partir de once grandes variables que están agrupadas en tres grandes apartados:  La disponibilidad de infraestructuras tecnológicas del país: telefonía fija, móvil, Internet.  El uso de esa tecnología por parte de las empresas y los hogares.  Las habilidades formativas2 en nuevas tecnologías del país, y que se aproximan a través de indicadores como la tasa de alfabetización o la formación terciaria y secundaria. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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2  Las denominadas skills en inglés.

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Tabla 2.2.  Índice de Desarrollo TIC en el mundo, 2008. Media

Rango

Índice desarrollo TIC

3,58

0,79-7,85

 Infraestructuras TIC

4,07

0,89-8,82

 Uso TIC

1,70

0,01-7,09

 Habilidades TIC

6,37

1,36-9,84

Fuente: Measuring the Information Society 2010.

Según estos indicadores, ¿cuál es el país que tiene mejor nota en cuanto a desarrollo tecnológico del mundo? La respuesta es Suecia, con una nota de 7,85. Y, ¿cuál es el país menos desarrollado tecnológicamente? Un país africano, Chad, con una nota de 0,79. Sin embargo, y como se puede observar en la Tabla 2.2., las disparidades de notas son muy grandes. Si tomamos qué países tienen una nota superior a 5 puntos, podemos hacernos una idea de la gran dispersión o desigualdad tecnológica en el mundo: tan solo 42 de 159 países alcanzan una nota superior a 5 puntos. La conclusión es clara, al grado de inmersión de las TIC en el mundo aun le queda un gran recorrido, y sobre todo en los países con peores indicadores de renta per cápita, los más pobres. La trampa de la pobreza explica gran parte del problema: economías poco desarrolladas, tejido productivo muy debilitado, con una escasa formación de las personas y sin recursos para acometer inversiones productivas. Todo ello son círculos viciosos, negativos, de los cuales muchos países tienen dificultades para salir de ellos. Sin embargo, esto ya está empezando a cambiar también. Se empiezan a observar países con muchos problemas históricos de pobreza que están obteniendo cada vez de forma más contundente resultados muy positivos: en África —Nigeria, Níger, Botsuana como más destacados—, en Europa Central —Estonia, Turquía o Polonia—, por supuesto en Asia —que aunque tiene a China como Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Pasado, futuro y futuro de las TIC

Tabla 2.3.  Clasificación de los 30 países con mayor Índice de Desarrollo TIC. 1 Suecia

11 Hong Kong

21 Canadá

2 Luxemburgo

12 Finlandia

22 Estonia

3 República Democrática de Corea 13 Alemania

23 Bélgica

4 Dinamarca

14 Singapur

24 China

5 Holanda

15 Australia

25 España

6 Islandia

16 Nueva Zelanda 26 Eslovenia

7 Suiza

17 Austria

27 Israel

8 Japón

18 Francia

28 Italia

9 Noruega

19 Estados Unidos 29 Emiratos Árabes

10 Reino Unido

20 Irlanda

30 Grecia

Fuente: Measuring the Information Society 2010.

máximo exponente también se puede extender el fenómeno a otros muchos países de la zona—. En la clasificación de los diez países más desarrollados, ocho son europeos y los otros dos asiáticos. España ocupa el puesto 25, uno por debajo de China, y se encuentra en posiciones alejadas frente a países emergentes de Europa del Este, como es el caso de Estonia o de los asiáticos como Singapur o Corea. Estas posiciones relativas nos demuestran un fenómeno: que las trampas y los círculos se pueden romper, para bien o para mal, si se producen las condiciones adecuadas, a algunas de las cuales nos referiremos en el Capítulo 3. Estados Unidos, la primera potencia económica del mundo en términos de PIB, no lo es en cuanto al Índice de Desarrollo TIC, ocupando el puesto 19. Esta es quizás una de las cosas que más pueden llamar la atención, y que merecen una reflexión especial. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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3  De ambas publicaciones tenemos los datos referidos al año 2009 publicados en 2010.

i-Economía

El IDI se basa en indicadores parciales en cuanto a infraestructuras, usos y formación en nuevas tecnologías, pero no permite medir la productividad que en cada país se obtiene de las inversiones y el uso de las tecnologías. Las infraestructuras, los ordenadores, las conexiones de banda ancha son buenos parámetros para medir patrones de progreso tecnológico, pero no para determinar la capacidad competitiva de las empresas que están en ese país. Lo que hace cada país con sus recursos para que estos sean productivos y el contexto social, empresarial e institucional para el desarrollo de nuevas actividades con impacto global, es lo determinante para crear ventajas competitivas y progreso económico. Esta idea es muy fácil de comprender si tenemos en cuenta que lo importante no es disponer de un ordenador, un móvil y una carrera universitaria, sino que ese móvil, ese ordenador y esos conocimientos se combinen para crear cosas de valor, para crear riqueza, para prosperar. Y esto es lo que no se puede medir a través del Índice de Desarrollo TIC. Por esta razón es quizás más interesante acudir a fuentes estadísticas que tratan de medir precisamente estos elementos que influyen en la capacidad competitiva de los países. Hay dos grandes publicaciones que abordan este tema, y ambas provienen de la prestigiosa World Economic Forum (WEF). La WEF es una organización internacional independiente, sin ánimo de lucro, creada en 1971 y que permite aglutinar expertos internacionales que estudian y fomentan el debate para mejorar los patrones del desarrollo en el mundo. Esta organización tiene diversas publicaciones de primer nivel, entre las que están dos que interesa rescatar. Su publicación más conocida es The Global Competitiveness Index, que mide el grado de competitividad en el mundo para un total de 139 países. Y para centrarnos en materia de tecnologías de la información, la publicación de referencia es el Global Information Technology Report 3. Las conclusiones de estas publicaciones son sumamente reveladoras:  El país más competitivo del mundo es Suiza, al que le siguen Suecia, Singapur y Estados Unidos. España Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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ocupa el puesto 42 de 139 países, aunque la peor noticia es que la crisis económica ha reducido su posición en nueve escalones. España no solo se aleja en materia de competitividad de países punteros como Estados Unidos o los líderes europeos (Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Dinamarca), sino también de economías en posiciones menos desarrolladas como Polonia, Estonia, Puerto Rico, Chile y, por supuesto, China. Todos estos países tienen una puntuación superior a la de España. En materia de tecnologías de información, la publicación de la WEF va más allá de la recogida de datos de disponibilidad de recursos tecnológicos, ya que trata de medir, además, cómo es el contexto social, institucional y empresarial de cada país para que las TIC generen un impacto en su capacidad de competir en el mundo. Su indicador de referencia es un índice que trata de medir el grado de absorción de las tecnologías de la información y su impacto, y este indicador lo lideran países como Suecia, Singapur, Dinamarca, Suiza y Estados Unidos. Pero al igual que en el caso de la competitividad, España no ocupa un puesto destacado, sino que se encuentra en el puesto 34 de los 133 países analizados. Aunque en este caso, y debido fundamentalmente a las inversiones e infraestructuras que se disponen en el país —y al uso de las TIC de las empresas, los ciudadanos y las administraciones— España supera a varios de los países mencionados anteriormente. Por ejemplo, España presenta mayor grado de desarrollo en tecnologías de la información que China, Chile, Puerto Rico o Polonia. No obstante, sigue muy alejada de las economías más dinámicas de la Unión Europea y de los países asiáticos que han emergido con gran fuerza (Singapur, Hong Kong —que, aunque pertenece a China se trata por separado estadísticamente—, Corea del Norte o países como Malasia).

La lectura entre líneas de esta literatura internacional empieza a ser muy contundente: información e infraestructuras no son suficientes para asegurar progreso, ni innovación ni, por tanto, crecimiento económico y riqueza. La ensalada del crecimiento económico es compleja Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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y diversa, y reflexionaremos sobre ella en el Capítulo 3. Y también se empieza a cuestionar que información no siempre es igual a conocimiento, y que inversión en tecnología no implica necesariamente innovación. Analizaremos por qué en las próximas páginas. La radiografía de las tecnologías de la información en el mundo tiene muchas más aristas, y hay más datos que tenemos que empezar a manejar para conocer, de primera mano, cómo está cambiando la geografía económica global. Y para acotar el ámbito de análisis podemos fijarnos en algunos datos concretos que proceden de las bases estadísticas de la OCDE. Un primer dato interesante es conocer cuál es el peso que tienen las tecnologías de información y la comunicación en el valor añadido bruto (VAB) de una economía. El valor añadido de una economía es un indicador similar al PIB, mide la producción agregada de un país. La diferencia entre el VAB y el PIB son los impuestos indirectos, que en el primer caso se excluyen. Por eso en términos prácticos es prácticamente indiferente hablar de VAB que de PIB. La media de los 28 países para los que la OCDE dispone de datos en el año 2008, publicados en el 2010, nos indican que las TIC suponen el 8,25% del VAB. Pero las diferencias son muy notables entre los países de la OCDE analizados, como a simple vista se puede observar en la Tabla 2.4. Este indicador resulta muy interesante porque a través de él podemos averiguar qué países tienen una especialización productiva en las tecnologías de la información, tanto en la fabricación de productos y equipamientos electrónicos, como en servicios avanzados relacionados con ellas. Y los datos muestran que los líderes internacionales en TIC son dos países europeos: Finlandia e Irlanda. Y que España ocupa una posición de especialización en este sector por debajo de la media de la OCDE, y también es inferior a la de los países que conforman la Unión Europea de los 15. Fijándonos en la tabla podemos observar algo muy interesante, ¿qué ha pasado en los últimos 13 años? El sector TIC en España ha ganado un ligero peso entre los años 1995 y 2008. Sin embargo, hay países cuyo sector Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Pasado, futuro y futuro de las TIC

Tabla 2.4.  Peso (%) del VAB del sector TIC sobre el total de la economía. 1995

2008

1995

2008

Finlandia

8,11

13,88

República Eslovaca

4,89

7,49

Irlanda

11,72

13,04

Portugal

6,39

7,20

Corea

10,14

12,19

Bélgica

5,99

7,12

Suecia

8,32

10,37

Alemania

7,06

7,08

Hungría

6,09

9,87

Luxemburgo

4,40

6,95

Reino Unido

9,00

9,60

Australia

7,49

6,72

Estados Unidos

9,01

9,02

España

6,10

6,40

República Checa

5,50

8,99

Italia

5,24

6,28

Holanda

7,43

8,78

Grecia

4,94

6,18

Japón

7,62

8,76

Austria

7,15

5,86

OCDE

7,76

8,25

Canadá

6,64

5,80

Noruega

6,20

8,21

Islandia

4,60

5,75

Dinamarca

6,44

8,12

Polonia



5,68

Francia

7,18

7,85

México

4,38

4,99

UE-15

7,04

7,77

Suiza

2,96

3,69

Fuente: OCDE 2010.

TIC se ha enraizado y crecido de forma notable. Finlandia, Hungría, República Checa, República Eslovaca, Corea, son países cuyo sector TIC ha ido ganando un peso muy significativo, que en el caso de Finlandia supone representar casi 6 puntos porcentuales más en el VAB de su economía. La conclusión es clara, una vez más, España logra mantenerse en 13 años cuando una amplia representación de países de su entorno han evolucionado y se han posicionado de forma notable en el mercado global de las tecnologías de la información y la comunicación. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Figura 2.3. Diferencia entre el peso en el VAB de las TIC en el año 2008 frente al año 1995 (medido en puntos porcentuales.

Fuente: Elaboración propia a partir de OCDE 2010.

No solo existen diferencias importantes en el grado de especialización en TIC por parte de los países, sino también en qué están especializados. En la Figura 2.4 se puede observar que las diferencias son manifiestas entre industria (manufacturas) y servicios tecnológicos. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 2.4.  Distribución de VAB del sector TIC por sectores, 2008.

Fuente: OCDE 2010.

Todos los países tienen un alto componente de los servicios dentro de su VAB del sector TIC. En cambio, hay algunos con un marcado sesgo e importancia hacia la parte más industrial y de fabricación de equipamientos y componentes electrónicos. Esa especialización, al menos en el ámbito de la OCDE, la lideran tres países: Corea, Finlandia y Japón, aunque países de Europa Central y Alemania tienen también un papel muy destacado. En cambio, España carece de especialización en materia de fabricación. El sector TIC de España está centrado, en esencia, en la prestación de servicios. Estas diferencias en la especialización industrial, y su capacidad de competir a escala global, influyen de forma Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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muy notable en el comercio mundial de productos tecnológicos. Un mercado, como hemos visto, creciente y donde la OCDE va perdiendo cada vez mayor peso. Porque si se toman los datos de comercio internacional solo exclusivamente de productos TIC (excluyendo servicios) se observa que hace 15 años, en 1996, los países de la OCDE —los que clásicamente se conocían como países ricos o los occidentales— copaban el 70% de todo el comercio mundial de estos productos. En cambio, en la actualidad, tan solo representan el 53% del mercado de productos tecnológicos. ¿Dónde han ido a parar los procesos de fabricación de esos productos tecnológicos? La respuesta es que, en su mayor parte, a Asia. Existía una creencia, cada vez menos extendida, de que países como China eran las fábricas del mundo. Pero una fábrica de productos baratos, de escaso valor añadido y que, por tanto, no había de qué preocuparse. Ahora la creencia empieza a ser más bien la contraria, creyendo que China copará todo el mercado mundial y que el gran gigante asiático lo cubrirá todo. Posiblemente ninguna de las dos creencias sea cierta, pero lo que sí es cierto es que Asia, con China como máximo exponente, es un gran foco de atracción de actividad económica mundial y que esa actividad comienza a emanar, y cada vez con mayor protagonismo, de productos y servicios de alto contenido tecnológico y de valor añadido. Por lo tanto, no solo se localizan allí empresas que quieren abaratar sus procesos de fabricación estandarizados, sino también aquellas que quieren obtener bienes y servicios que empiezan a ser sofisticados. Hay un dato que permite comprender bien el progreso industrial vinculado a las TIC en China. En el año 1997, China era un país que importaba más productos y servicios tecnológicos de los que exportaba. Tan solo 12 de cada 100 euros de sus exportaciones se referían a algún producto vinculado a las tecnologías de la información. En cambio, dos décadas después, China es un país netamente exportador de productos tecnológicos. En el año 2008, China no solo había logrado exportar 6,4 veces más que en el año 1997, sino que además, ha sabido escalar en su cartera de productos exportados Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 2.5.  Evolución del comercio mundial de productos TIC.

Fuente: OCDE 2010.

hacia bienes de alta tecnología y valor añadido. Y es que el 28% de los productos industriales exportados por China en el año 2008, estaban considerados como de alta tecnología. Y los servicios tecnológicos suponen ya el 5% de las exportaciones de servicios del país asiático, cuando hace dos décadas no existían. Si se analizan estos mismos datos para otros países del entorno de China, incluso para la India, como veremos con algún ejemplo, se observará una idea presente de forma transversal a lo largo de este documento, y es Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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que los patrones de la localización empresarial, para capturar talento, recursos tecnológicos, inversiones en investigación y desarrollo o simplemente inversiones productivas, es cada vez más difuso, más competitivo, más complicado. España ha experimentado una década de alto crecimiento económico, de progreso en su calidad de vida y bienestar. Pero el resto de países del mundo también. Y han hecho cosas diferentes, en distintos ámbitos industriales y tecnológicos, que inciden en su capacidad de competir y de seguir creando riqueza. Como hemos visto, no todos los países tienen la misma dotación de recursos tecnológicos, ni son igual de competitivos, ni tienen los mismos patrones de especialización. Se impone la necesidad de estar conectado globalmente, y de tener estrategias de posicionamiento claras en este mapa tan cambiante y dinámico.

2_3  Información y conocimiento, ¿binomio inmediato? Llegados a este punto, y después de un aterrizaje forzoso con ciertos datos muy concretos de lo que suponen las TIC en el mundo, se puede preguntar ¿por qué tanta atención a unas actividades que suponen el 6,5% del PIB del mundo? ¿Por qué se habla de una revolución? Efectivamente, los datos de la actividad del sector podrían ser tratados como otros más, y no darle tanta importancia por su crecimiento, aunque haya sido muy rápido. Quizás las respuestas hay que buscarlas en la otra cualidad de la que hablábamos al principio de este capítulo, y es que este sector, estas tecnologías de la información y la comunicación, en realidad son unos instrumentos que de forma trasversal, y nos atrevemos a decir masiva, inciden en la capacidad de innovar, de crear y de crecer del resto de sectores de una economía. Las TIC son mucho más que Internet y son mucho más que las empresas puntocom e internautas. Y es que las empresas de cualquier sector pueden, y lo están haciendo cada vez más, aprovecharse de las nuevas tecnologías, y Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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no hay sector —logística, alimentación, energía, comercio o cualquier industria— donde esto no sea así. El E-business Watch 4 es una página muy interesante para visitar, es un observatorio público europeo que mide el impacto de las TIC en todo tipo de negocios, se sintetizan múltiples ejemplos de aplicaciones de las nuevas tecnologías en 27 ramas de actividad, desde la agricultura a las telecomunicaciones. Pongamos dos ejemplos, el primero está vinculado a las distintas utilidades de lo que sé de las tecnologías de Identificación por Radiofrecuencia (más conocidas como RFID) que van a permitir, entre otras muchas cosas, poder ir a comprar a un supermercado y no tener que sacar la compra del carro para pagar, puesto que al pasar el carrito por un lector de radiofrecuencia la persona que está en la caja sabrá qué has comprado y su importe. El segundo ejemplo consiste en hacer que los automóviles incorporen tecnologías que les doten de mayor inteligencia y los hagan más seguros, como avisar al 112 en caso de siniestro informando de la ubicación, el modelo o la velocidad del impacto, datos que nos pueden salvar la vida; también se podrían elegir las rutas con menor atasco o tener acceso a Internet para que los acompañantes trabajen o se entretengan. Dos ejemplos de tecnologías que influyen en nuestra calidad de vida, pero también en las empresas del comercio de la esquina de nuestro barrio o en las multinacionales del mundo del automóvil. Por lo tanto, no es suficiente con medir cuánto suponen las empresas que fabrican o prestan servicios en el ámbito de las TIC, sino cómo estas están inmersas en todo proceso productivo y cómo ello puede permitir alcanzar nuevos retos empresariales. La otra gran pata de las TIC tiene que ver con la gestión de la información. Las empresas generan muchos datos. Es aquí donde Informática y Empresa, como disciplinas, dejan de ser independientes y pasan a ser una misma cosa. Es necesario detenerse en este punto un momento. En varios de sus trabajos, el prestigioso economista de Berkeley y ahora economista jefe del gigante tecnológico Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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4  www.ebusinesswatch.org.

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i-Economía

Google, Hal Varian, hace referencia a la importancia de aprovechar todas las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, a veces muy poco conocidas y exploradas por las empresas. Para ejemplificar estas ideas, Varian afirma que si en la década de los noventa la profesión “estrella” era la ingeniería informática y todas las habilidades profesionales relacionadas con la misma, en las próximas décadas la profesión realmente estratégica será la estadística y la matemática. Ambas disciplinas permitirán aplicar nuevas y mejores formas de filtrar y usar la información para convertirla en un verdadero instrumento útil para las empresas (toma de decisiones, conocimiento de los clientes, control de procesos, marketing, etc.). Lo verdaderamente estratégico será, por tanto, la capacidad para procesar la información, entenderla, experimentar con ella, tomar decisiones y obtener el máximo partido de todas sus posibilidades. Y esto ha sido posible, y es ahí donde está la verdadera revolución, porque el sector ha sido una de las fuentes de innovación de difusión masiva del mundo, no solo por sus propias innovaciones sino también por todas las implicaciones globales que han conllevado. Y es que en cuestión de pocos años hemos pasado de estar en un desierto de la información a la omnipresencia, a lo que se denomina como la Economía de la Información. ¿Y cómo se ha forjado esa economía de la información? Para responder a esta pregunta hemos acudido a un gurú de referencia que se encuentra en la cuna mundial de las tecnologías de la información, en Silicon Valley, Ray Kurzweil. Está publicado en una página de Internet, TED, un vídeo donde Kurzweil sintetiza de forma brillante cómo la revolución tecnológica nos ha transformado, y lo hace a través de unos pocos pero contundentes datos. En las investigaciones de Kurzweil se llega a una conclusión muy importante y es que lo verdaderamente importante no es el crecimiento del número de ordenadores, móviles o dispositivos electrónicos en el mundo, sino cómo ha evolucionado su capacidad para almacenar información y su velocidad. Y además, resulta muy importante comprender la relación entre Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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el coste y las prestaciones de los ordenadores y otros dispositivos tecnológicos, como puede ser un teléfono móvil. Algunos titulares de sus investigaciones:  La capacidad de almacenamiento de la información se ha incrementado mil millones de veces por cada dólar en los últimos veinte años.  Si en el año 1968 se compraba un transistor por un dolar, en la actualidad por ese dólar se podrían comprar 500 millones de transistores, y mejores, porque son más rápidos y pequeños.  La capacidad de almacenaje de la información, medida en bits, se está duplicando cada 1,1 años. La memoria RAM de los ordenadores se duplica cada 1,5 años y la velocidad de los módem cada 1,9 años.  Uno de los dispositivos tecnológicos relacionados con las TIC que ha experimentado cambios más destacables y que representa de manera muy gráfica la evolución de los aparatos electrónicos en los últimos años es el teléfono móvil. Desde 1990 hasta la actualidad el número de personas que disponen de teléfono móvil en el mundo se ha multiplicado por 412, pasando de los 11 a los 4.539 millones. Un buen ejemplo que de forma rápida permite comprender esta revolución de la información es algo que ha documentado el fundador y presidente de la prestigiosa The Information Technology and Innovation Foundation, Robert Atkinson (2009): ofrecer una cuenta de correo de 5 GB, de esas que son habituales y gratuitas hoy en la actualidad, supondría un coste por usuario, en 1978, en torno a los 100 millones de dólares. ¿Algo ha cambiado, verdad? Estas mejoras en las comunicaciones han posibilitado que hoy en día las personas interactúen, con imagen y voz, incluso a coste casi cero. En abril de 2010, Skype hacía público que ya disponía de 560 millones de usuarios registrados en todo el mundo, tras experimentar una rápida expansión global desde su creación en 2003. Skype permite la comunicación por voz de manera gratuita entre ordenadores, y la realización de llamadas de ordenador a teléfono fijo a costes muy Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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reducidos. Lo mismo permiten otros programas de gran expansión actual en todo el mundo, como es el caso del VoipBuster. Los nuevos desarrollos y fronteras tecnológicas a las que se están dirigiendo las TIC serían impensables hace dos décadas. No solo porque en los ordenadores se hacen operaciones que antes se hacían manualmente, en menos tiempo, sino porque se converge hacia una especie de inteligencia artificial, donde las máquinas aprenden y ejecutan acciones, y esto además a costes cada vez más reducidos, y donde se esperan grandes avances científicos y tecnológicos en el futuro inmediato. Este proceso de abaratamiento masivo de almacenaje y dispositivos electrónicos es lo que ha permitido que se hayan distribuido las TIC de forma masiva por el mundo, sin olvidarnos de las cuantiosas inversiones en telecomunicaciones. Como se puede observar en la Figura 2.6, hoy las subscripciones a móviles equivalen al 67% de la población mundial. Y casi el 26% de la población global tiene acceso a Internet. En el año 2000 había 745 millones de móviles en el mundo, hoy 6 veces más; 413 millones de personas con acceso a Internet, hoy 1.754 millones; 21,9 millones de personas con acceso a banda ancha, y en la actualidad 22 veces más; y en cambio tan solo hay un 22% más de líneas fijas de telefonía que a principios de la década. Si aplicamos el bisturí estadístico para conocer qué ha pasado en determinados países, los datos aun son más sorprendentes. En el año 2000, por cada 23 residentes en Estados Unidos con subscripción a Internet había uno en la India. La brecha, como se puede comprobar, era realmente significativa. Hoy en día, esa brecha se ha divido por 5, es decir, que hay 4 residentes en Estados Unidos con acceso a Internet por cada persona residente en la India. Si hacemos los mismos cálculos para China los resultados son también muy reveladores. Y es que se ha pasado de tener una ratio donde por cada 6 residentes de Estados Unidos conectados a Internet había uno en China en el año 2000, a una situación actual donde hay más personas con acceso a Internet en China que en Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 2.6.  Las TIC en el mundo. Algunos parámetros.

Fuente: Measuring the Information Society 2010.

Estados Unidos. Hoy China, con casi 300 millones de subscripciones a Internet, es el mayor país del mundo en este ámbito, como también lo es en número de subscripciones a móviles o en banda ancha. Si hubiésemos usado como indicador el número de móviles nos daríamos cuenta de lo vertiginoso que está siendo la inserción en tecnologías de la información y la comunicación en estos dos países, que suponen 2.486 millones de personas, el 36,7% de la población mundial. Y es que el número de subscripciones de móvil en la India entre los años 2000 y 2008 se ha multiplicado por un factor de 96. Si había 3,5 millones de móviles en el año 2000 en la India, 8 años después hay 347 millones. Y China tiene en la actualidad más Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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5  http://voxy. com/blog/2011/02/ are-we-wired-formobile-learning/ ?view=infographic.

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de 641 millones de subscripciones de móvil, más del doble de los que existen en todo Estados Unidos. Hemos tomado datos de tecnología a partir del año 2000, pero China lleva en proceso de crecimiento económico y de transformación profunda desde los años ochenta, que se puede sintetizar en una cifra: 500 millones de chinos han salido de la extrema pobreza entre 1980 y 2000, (Sala i Martín, 2006). Y la cifra de prosperidad sigue aumentando desde entonces, porque su ritmo de crecimiento económico y de posicionamiento en la economía global es cada vez más destacado. Por lo tanto, las TIC son herramientas que a través de un input, la información, han logrado generar un fenómeno global y han permitido, junto con otros muchos factores, colocar en la geografía económica nuevos actores, nuevos países y nuevos desafíos. Tal es la inserción de la tecnología en nuestras vidas, que ya tenemos un nombre para nuestra generación, somos lo que Marc Prensky (2001) ha denominado como “nativos digitales”, que proviene de un artículo que ya es un clásico: “Digital Natives, Digital Immigrants”. Y en él apuntaba un hecho realmente revelador, y es que los jóvenes destinan cada vez más tiempo al uso de ordenadores, juegos digitales, móviles y su comunicación no solamente es a través de dispositivos tecnológicos que no existían en otras épocas, sino que además tienen un lenguaje propio, y la tecnología está cambiando los mecanismos del funcionamiento de sus cerebros. Ese lenguaje, esa naturalidad digital en la vida de un niño o una niña es lo que, según Marc Prensky, tiene que obligar a cambiar la forma en la que el sistema educativo se enfrenta para enseñarles nuevos conocimientos. Y, en este sentido, uno de los portales de Internet especializados precisamente en aprendizaje a través de Internet, voxy.com, dibujaba la siguiente infografía que permite comprender muy bien cómo de enraizadas están las TIC en nuestras vidas 5. Existe una probabilidad muy elevada de que usted, que está leyendo este libro, tenga correo electrónico, una página en Facebook, se comunique con sus amigos en tiempo real a través de Twitter, chatee, o tenga Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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acceso desde su dispositivo —da igual que sea un móvil o un PC o los nuevos tablets— a todo un universo de posibilidades de información sobre lo que le interesa. Y en distintos formatos: vídeos, blogs, periódicos digitales, portales especializados en negocios, ocio, sociedad, tecnología, ciencia, todo en tiempo real. Cada vez con más y más contenidos y de mayor calidad. Puede asistir a una clase grabada de un profesor de primera línea internacional de Stamford, o puede ver su serie favorita, comprar música, gestionar su próximo viaje, sus finanzas personales o pagar sus impuestos. Y sus posibilidades se van incrementando por minutos. Pero tanta información, tantos canales, tantas posibilidades también abren nuevos problemas y desafíos, que no resultan fáciles de resolver. De hecho, está emergiendo un nuevo problema en nuestras sociedades que está motivado, precisamente, por la explosión de la información. Y que ya le han puesto un nombre, la “infoxicación”. Tal es el volumen de información a la que tenemos acceso, la que recibimos y percibimos, que no somos capaces de verificarla, de procesarla, de pensar en sus consecuencias, de aprender de ella, en definitiva, de poder utilizarla y obtener un valor de la misma. Y esto es una de las razones por las cuales más información no es igual a más conocimiento. Para que exista conocimiento tenemos que procesar, asimilar, utilizar y dotar de valor a la información. Si nos quedamos solo con el input, con la información, estamos utilizando una parte mínima de las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Y esta reflexión tiene importantes consecuencias porque podemos poner ordenadores, programas informáticos, darles un dispositivo de última generación a todos los comerciales de una empresa, medir todos y cada uno de los pasos que hacemos y, sin embargo, a pesar de todo eso no es seguro que esa empresa tenga más conocimiento. Es cierto que es completamente factible medir casi todo lo que pasa en una empresa, desde lo más básico hasta la relación última con el cliente, y se puede hacer cada vez con un presupuesto más bajo y con más prestaciones. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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SOURCES

WIKIPEDIA.ORG, MARCPRENSKY.COM, PEWINTERNET.ORG, MASHABLE.COM, BLOG.NIELSEN.COM, NYTIMES.COM, BRIGHTHUB.COM, NEW.HJNEWS.COM, CHSS.MONTCLAIR.EDU, MOBILEARN.ORG, ND.EDU.

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En cambio, lo relevante no son ni los equipamientos ni la información, que también, sino el qué hacemos con ella. En cómo la convertimos en algo valioso, en un activo más, que es intangible pero que nos puede dar ventajas competitivas claras en el mercado. Este punto ya no es una tarea fácil, ni se arregla tan solo con el dinero de la cuenta corriente. La información hay que convertirla en un ingrediente, inteligente, que nos permita tomar decisiones. Así, por ejemplo, una de las tareas más estratégicas de un gigante como Google la lleva a cabo un equipo de matemáticos y economistas liderado por el economista citado anteriormente, Hal Varian (2009). Tal y como comentaba en una entrevista reciente en The Wall Street Journal, su trabajo consiste en analizar los datos de los usuarios de Google —millones a la hora— para saber cuándo hacen clic, en qué, por qué y cuánto tiempo. Esto permite a Google averiguar las preferencias de los usuarios, que son millones, de su buscador y ofrecerles más y mejores servicios. No solo persiguen mejorar los servicios principales —que el usuario encuentre la información deseada en el menor tiempo posible— sino que también les ofrece nuevas áreas de negocio, como el de la publicidad casi a la carta a los internautas, y que es la principal fuente de ingresos de la compañía. El lector puede hacer un “experimento”. Si no dispone de cuenta de correo electrónico, Google le ofrece de forma gratuita Gmail. Cuando cree la cuenta, envíe su primer correo a un amigo suyo donde, por ejemplo, le ponga su interés por viajar a las Maldivas. En cuestión de segundos, en su navegador de Internet le aparecerán ofertas de viajes a Maldivas, hoteles, guías turísticas y todo tipo de opciones publicitarias de servicios vinculados a esta acción. Esto es una muestra más de lo poderoso que puede resultar que a través de sofisticados algoritmos de computación se puedan averiguar tus preferencias o pautas de consumo y, para ello, te puedan ofrecer productos o servicios que saben que necesitas o que deseas en ese momento. Como se puede anticipar, esto ha revolucionado el mundo publicitario hasta el punto de que la explosión Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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del marketing en la red se ha convertido en un fenómeno estratégico millonario. En Internet hay forma de averiguar a quién le interesa un producto o no, un contenido u otro, si una idea es brillante y llega a mucha gente, o no. En definitiva, tenemos nuevos instrumentos para diseccionar al máximo segmentos de mercado y hacer una publicidad más selectiva. Todo ello es algo completamente nuevo. Aunque parezca que nos queda un poco lejos, en realidad, este ejemplo puede ser completamente válido, si lo aplicamos a nuestra escala personal o profesional. Cualquier empresa, desde el comercio de nuestro barrio a una gran compañía de distribución de alimentos, tiene el reto no solo de incorporar tecnologías a sus negocios para extractar y medir cierta información, que eso ya sería un primer gran paso, sino que también tiene el desafío de sacarle un partido estratégico y de valor a la misma. Ese es el gran objetivo, el conocimiento, y no la información en sí misma, ni los dispositivos en sí mismos. Por lo tanto, no podemos caer en el error de pensar que nuestro software de gestión nos va diferenciar en el mercado frente a nuestros competidores, porque lo más probable es que ellos también tengan el mismo software y los mismos dispositivos, y se hayan gastado la misma cantidad de recursos (o más) en TIC. La clave es saber qué hacemos con ellos, el cómo lo utilizamos, porque eso será lo que de forma decisiva marcará la diferencia. Y a este respecto está surgiendo un debate internacional muy interesante en los medios más especializados, que puede seguir en la prestigiosa revista MIT Sloan Management Review 6. El debate pivota sobre la disyuntiva de si adoptar decisiones a partir de datos perfectos, y por lo tanto, después de realizar investigaciones más profundas y pruebas para su verificación, o en cambio adoptar decisiones rápidamente, una vez que se dispongan datos de forma rápida e instantánea. Resulta cada vez más costoso verificar todos los datos, por la gran cantidad de información a la que se tiene acceso, y adoptar una decisión con un grado de fiabilidad del 100%. Para abordar esta complejidad, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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6  Concretamente en su número de febrero de 2011.

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i-Economía

los especialistas indican que la única manera de tomar decisiones, avanzar y ser dinámico es crear, y mejorar con su uso, modelos. Los modelos son instrumentos que permitan simplificar la realidad y capturar la esencia de los problemas y no todas sus aristas, y no todos los datos. La clave no es tener todos los datos para tomar decisiones, sino filtrar y usar aquellos que nuestros modelos precisan para comprender la realidad y saber qué caminos adoptar. Los modelos se pueden, y se deben, perfeccionar. No son perfectos, dejarán mucha información sin procesar. Pero te ayudarán a tomar decisiones con agilidad y con sentido. Esto abre, una vez más, la necesidad de aplicar la inteligencia, la formación, las habilidades para saber qué es importante, qué no lo es, qué falta y cómo asignar probabilidades a lo que no tenemos. Pero aunque esto parezca muy sofisticado, es lo que hacemos todos los días. Cuando decidimos emprender un viaje lo primero que hacemos, ya casi de forma habitual, es poner nuestro GPS o acudir a una página de Internet que nos indica rápidamente cómo llegar a un lugar. Cuando tienes el GPS en funcionamiento, te va dando una serie de indicaciones que puedes visualizar en la pantalla. ¿A que en esa pantalla no están los edificios, las sucursales de bancos, los árboles de las aceras o los pasos de peatones? Toda esa información, aunque es muy interesante y te puede ayudar a no equivocarte en el próximo cruce, en realidad no es estrictamente necesaria para trazar el camino. Un mapa tiene el valor que tiene, precisamente por lo que no está en él, por toda la información que no necesitamos para cumplir con nuestro objetivo, que es llegar a un destino. En definitiva, la reflexión que sintetiza este epígrafe es que las cifras de móviles, el número de internautas o de usuarios de Facebook, suelen ser los titulares mediáticos más destacados a la hora de hablar de la revolución de las TIC. Lo inmediato, lo real, la información y los equipamientos se suelen poner siempre en primer lugar y hablamos de cuánto supone todo este sector industrial y Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Pasado, futuro y futuro de las TIC

de servicios en el PIB de una economía. Pero a veces, esto que es en sí mismo importante, no es lo más relevante. Lo fundamental, y que tendemos a olvidar, es cómo la información se convierte en conocimiento. Y eso no es obvio, ni inmediato, porque requiere de formación, de ideas, de estrategia, de visión de futuro, de habilidades personales. La información ha dejado de ser poder, y más después de Wikileaks (Castells, 2010). El poder está en el conocimiento, en las habilidades de las personas para crear cosas y tomar decisiones de valor a partir de la información. El poder diferenciador de la tecnología se va erosionando en nuestra sociedad y la diferencia está en cómo la utilizamos, en nuestras habilidades para obtener de ella la máxima productividad.

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i-Economía

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3_Del progreso tecnológico al crecimiento económico

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i-Economía

3_1  ¿Se puede medir lo que las TIC aportan a una economía? Sigamos subidos, por el momento, en el avión de la macroeconomía, para después aterrizar en la micro, es decir, en la empresa, en las administraciones públicas, en definitiva, en las decisiones de los actores. La parte macro nos interesa porque nos permite obtener pistas globales y agregadas es nuestro GPS para abstraernos y poder tener en nuestra retina comparaciones, datos, instrumentos, a partir de los cuales empezar a investigar y aplicar nuestro bisturí lógico en las decisiones del día a día. En este sentido, una pregunta interesante desde una perspectiva macro, y que luego se puede ampliar para analizar sus causas, es conocer ¿cuál es el impacto de las TIC en una economía? Es decir, ¿podemos medir la aportación al crecimiento económico de un territorio de estas tecnologías, más allá de lo que suponen como sector? En caso afirmativo, ¿cómo? Estas preguntas son ambiciosas, requieren de metodologías sofisticadas, muchas de ellas en discusión, todavía hoy, en el mundo académico. No obstante, sí podemos presentar aproximaciones, aplicar métodos con buena aceptación internacional, y con ello dar un paso más en la dirección que hemos tomado en el capítulo anterior. Una aproximación metodológica muy interesante es lo que se conoce como la “contabilidad del crecimiento”. Se trata de un análisis estadístico complejo pero que, en realidad, esconde una idea, muy trabajada en economía e intuitiva de comprender. Piense en el siguiente ejemplo, pongamos que ha comprado una pequeña parcela cerca de la costa, para descansar y ver el mar los fines de semana. Y que se dispone a cerrarla con una valla. Para ello pide dos presupuestos a dos empresas de la construcción completamente distintas. Casualmente ambas le dan el mismo precio, pero con una diferencia fundamental, el tiempo que les lleva colocar la valla. A una le lleva un mes de trabajo y a la otra una semana. La primera no tiene ningún tipo de maquinaria sofisticada para hacer la zanja que requiere la instalación del cierre, y serían quince personas con picos y palas durante un mes los que lo harían. En cambio, la segunda empresa, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Del progreso tecnológico al crecimiento económico

recuerde que con el mismo presupuesto, le dice que lo haría en una semana porque sus dos trabajadores disponen de una máquina excavadora para hacer la zanja, una hormigonera y diversas herramientas con las que pueden hacer lo mismo que los quince de la primera empresa, pero en tres semanas menos. No entremos ahora a valorar a qué empresa contrataría para que le instale el cierre de la parcela. Pensemos en cómo medir el crecimiento económico de su decisión dependiendo de si eliges una u otra empresa. Si elige a la primera empresa, el crecimiento económico se debe sobre todo a la aportación del trabajo, a horas de personas haciendo una zanja durante un mes. En cambio, si elige a la segunda empresa, el crecimiento económico se debe fundamentalmente a horas de maquinaria —lo que los economistas llaman capital— y, en menor medida, a horas de trabajo. La diferencia entre ambas empresas es la productividad. Cada hora de trabajo de una persona en la segunda empresa puede aportar hasta tres veces más que una hora en la primera empresa, porque en un mes la segunda empresa puede hacer hasta tres encargos más similares al suyo que la primera empresa. La razón es clara, unas personas tienen acceso a una maquinaria que las hace más productivas y otras no. A través de la contabilidad del crecimiento se trata, precisamente, de medir qué parte del crecimiento económico de un territorio se debe a la aportación de horas de trabajo, qué parte a maquinaria y qué parte a la productividad de combinar ambos factores (horas y maquinaria), a lo que técnicamente se le conoce por el nombre de Productividad Total de los Factores (PTF). Aumentar la productividad no es algo inmediato, ni fácil. En nuestro ejemplo no se arreglan los problemas de productividad de la primera empresa simplemente poniendo a disposición de las personas que tienen que hacer el trabajo una máquina excavadora. Esas personas tienen que saber qué hacer con esa máquina, tienen que estar formadas, en definitiva, tienen que tener habilidades suficientes para obtener una mayor productividad usando la excavadora. Por esta razón puede suceder que dos empresas con la misma maquinaria obtengan productividades muy distintas, y esto hace que nos interese conocer de forma separada la PTF de una economía. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Tabla 3.1.  Contabilidad del crecimiento (% medio anual) en países de la OCDE, 1985-2008.

Trabajo

Capital TIC

Capital no-TIC

PTF

Crecimiento PIB

Suecia

0,17

0,56

0,35

1,24

2,32

Reino Unido

0,45

0,55

0,40

1,27

2,67

Australia

1,27

0,55

0,55

0,94

3,31

Estados Unidos

0,94

0,54

0,32

1,09

2,89

Nueva Zelanda

0,87

0,51

0,46

0,66

2,50

Bélgica

0,22

0,46

0,28

1,30

2,26

Holanda

0,85

0,45

0,39

1,07

2,77

Canadá

1,19

0,44

0,66

0,37

2,65

Dinamarca

0,29

0,42

0,35

0,64

1,70

Japón

–0,34

0,40

0,45

1,60

2,10

Suiza

0,22

0,40

0,37

0,54

1,53

Finlandia

–0,22

0,36

0,29

2,04

2,45

Portugal

0,32

0,36

0,48

1,26

2,42

Italia

0,35

0,35

0,71

0,22

1,63

–0,16

0,29

0,31

1,07

1,50

España

0,67

0,25

0,54

0,30

1,76

Francia

0,03

0,24

0,31

1,16

1,75

Austria

0,60

0,21

0,18

1,22

2,20

Irlanda

1,68

0,21

0,62

3,33

5,84

Media

0,49

0,40

0,42

1,12

2,44

 

Alemania

Fuente: OCDE 2010.

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Del progreso tecnológico al crecimiento económico

Esta forma de medir el crecimiento económico está muy consolidada. Incluso la propia OCDE realiza estimaciones para incorporarla a sus bases de datos, que podemos consultar para extractar algunas ideas interesantes sobre las que reflexionar. Además, la OCDE separa del capital (o de las inversiones o maquinaria, tomemos el concepto que nos haga sentirnos más cómodos) el que se corresponde con las TIC (hardware, software y telecomunicaciones). Para un periodo comprendido entre los años 1985 y 2008, la OCDE estimó cuáles son los componentes del crecimiento económico para determinados países que pertenecen a esta organización, entre los que está España, y que se corresponden con los siguientes datos. La forma de interpretar la Tabla 3.1 es muy similar a la del ejemplo del cierre de la parcela. Se trata de averiguar cuántos puntos del crecimiento medio anual entre los años 1985 y 2008 se corresponden a las inversiones en TIC; cuántos a inversiones que no son TIC (todo tipo de maquinaria no vinculada a tecnologías de la información y comunicación); cuántos simplemente a la incorporación de personas/horas de trabajo y, por último, qué se debe a la productividad de todos los factores juntos, la PTF. Los 19 países de la OCDE analizados han crecido en un 2,44%, cada año de media, entre 1985 y el año 2008. El 17% de ese crecimiento se ha debido, en exclusiva, a sus inversiones en TIC, cantidad muy similar a la contribución de las inversiones que no son TIC. Donde se contabiliza la mayor aportación al crecimiento económico es en la productividad de los factores, que aportan más del 46% del crecimiento anual. El trabajo, como factor productivo, es responsable del 20% del crecimiento económico. Pero los datos son contundentes a la hora de establecer comparaciones entre países. Fíjese en España. De los 19 países es el cuarto donde menor aportación han tenido las TIC. En cambio, las inversiones no tecnológicas aportaron un 22% más al crecimiento económico que la media de dichos países. Donde está la verdadera diferencia, de la cual tenemos que partir para comprender bien el problema estructural que tiene la economía española, es en la aportación al crecimiento económico del trabajo y de la productividad en España, respecto Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Figura 3.1. Aportación de la productividad total de los factores al crecimiento económico (%) en los países de la OCDE (1985-2008).

Fuente: Elaboración propia a partir de OCDE 2010.

a los países de la OCDE. De media, la PTF de un país en la OCDE aporta 3,74 veces más, en términos de crecimiento económico, que la de España. En cambio, las horas de trabajo aportan un 27% más al crecimiento económico en España que en la media de los países de la OCDE analizados. Siendo concisos, el titular sería que España es, en la OCDE, la empresa de los quince trabajadores armados de pico y pala de nuestro ejemplo. En los 23 años analizados, a través de la contabilidad del crecimiento, España no solo ha crecido un 38% menos cada año que un país de la OCDE, sino que además lo ha hecho, en términos comparativos, con más horas, menos productivas y con menor tecnología que los demás países. Hay países como Finlandia donde cada año el 83% de su crecimiento económico se debe a la mejora de su productividad. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

Del progreso tecnológico al crecimiento económico

Pero no solo Finlandia, también Japón (76%), Alemania (71%), Irlanda (57%) o Bélgica (58%). España es el segundo país, después de Italia, donde la productividad aporta menos al crecimiento económico (un 17% anual). Y esto tiene consecuencias muy relevantes, y en nuestro ejemplo son evidentes: una productividad mayor de los trabajadores de una de las empresas le permite hacer en un mes tres veces más actividad, y por lo tanto puede crecer hasta tres veces más.

3_2  La productividad, a largo plazo, lo es todo ¿Y por qué la productividad es tan importante? La respuesta la escribió hace años el premio Nobel de Economía, Paul Krugman: “la productividad, a largo plazo, lo es todo”. ¿Y por qué lo es todo? Una forma de medir el progreso económico es saber cómo aumentamos la renta per cápita de un territorio. En términos macroeconómicos, la renta per cápita se mide como el valor añadido que se genera en una economía, lo que podemos aproximar también con el PIB, por persona. Y existe una ecuación (en realidad es una identidad, porque proviene de hacer unas operaciones matemáticas muy sencillas a través del cociente entre renta agregada y número de personas) muy usada en los libros de economía y que resulta muy útil para comprender este fenómeno: ∆ renta per cápita = ∆ tasa de empleo + + ∆ productividad

Esta ecuación nos dice que para que se produzca un aumento (∆) en nuestra renta se tienen que producir tres fenómenos, muy fáciles de comprender: uno, que dediquemos más horas; dos, si no queremos trabajar más, tendremos que hacerlo mejor, es decir, ser más productivos y, tres, una combinación de ambas cosas, trabajar más y ser más productivos. Pues en términos macroeconómicos, es lo mismo, un país solo puede crecer si emplea a más personas, o si la productividad de Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

las personas que trabajan es mayor o, ambas cosas, que se cree más empleo, que sea más productivo. Solo así podemos tener más renta, no hay muchas más fórmulas y más sencillas de comprender. Por eso, trabajemos un poco en esa ecuación para conocer la profundidad de las palabras de Krugman. Imaginemos que no somos capaces de ser más productivos, es decir, que en la ecuación el ∆ productividad es igual a cero. La única forma de aumentar nuestra renta es dedicando más horas. Por lo tanto, podemos crecer y tener más renta tan solo aumentando el empleo, aunque no sea más productivo. Sin embargo esto tiene un límite, los días tienen 24 horas, y no vamos a poder responder con garantías en parámetros de calidad, de costes, de rapidez, en definitiva, de muchas cosas que valoran los consumidores. Y, además, esto empeora en un contexto de competencia donde otros pueden ofrecer lo mismo, más barato, de más calidad y en menor tiempo. Y aunque esta competencia no existiese y aunque no hubiese desempleo, a largo plazo, llegará un punto donde no podamos crecer más, porque no hay más personas que quieran trabajar. A largo plazo, por lo tanto, la única forma de crecer es a través de los aumentos en la productividad. Es decir, que cada persona y cada máquina hagan más cosas y de más valor con la misma cantidad de recursos, con las mismas horas. Y podemos dar la vuelta a la productividad y hablar de eficiencia, es decir, podemos hacer lo mismo, con menos recursos y, por tanto, a un menor coste. Con esa sencilla ecuación llegamos a la regla de oro del crecimiento: de las personas, de las empresas y de los países. Esta regla nos dice que si trabajamos siendo cada vez más eficientes y más productivos podemos crecer con más garantías y de forma más sostenible. Al cóctel productividad y eficiencia es a lo que se le suele denominar competitividad. La propia OCDE presenta en sus estadísticas habituales los datos relativos a la ecuación anterior. Mide cómo ha crecido el PIB per cápita en los distintos países y a qué se ha debido ese crecimiento, si a un mayor PIB por hora trabajada o a una tasa de ocupación laboral mayor. Y una vez más, los datos son contundentes. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Del progreso tecnológico al crecimiento económico

Tabla 3.2.  Componentes del crecimiento del PIB per cápita (%) en países de la OCDE y UE. Crecimiento PIB per cápita

   

Crecimiento PIB por hora trabajada

Crecimiento ocupación laboral

1995-00

2001-06

1995-00

2001-06

1995-00

2001-06

Suecia

3,2

2,7

2,5

3,4

0,7

–0,7

Irlanda

8,5

3,1

5,6

2,8

2,8

0,3

Estados Unidos

2,9

1,7

2,2

2,2

0,7

–0,4

Japón

0,8

1,6

2,1

2,2

–1,3

–0,5

Francia

2,4

1,0

2,1

1,5

0,2

–0,5

Alemania

1,9

0,9

2,0

1,4

–0,1

–0,5

Dinamarca

2,4

1,6

1,1

1,3

1,3

0,3

Canadá

3,2

1,7

2,3

1,0

0,8

0,7

España

3,6

1,7

0,2

0,9

3,4

0,8

Holanda

3,4

1,1

1,7

0,9

1,7

0,1

Portugal

3,7

0,1

3,6

0,7

0,1

–0,6

Italia

1,9

0,1

0,9

0,0

1,0

0,0

OCDE

2,6

1,7

2,2

1,8

0,4

–0,1

UE-15

2,6

1,2

1,8

1,3

0,8

–0,1

Fuente: OCDE.

Entre los años 1995 y 2000, el PIB per cápita en los países que pertenecen a la OCDE creció a una media anual del 2,6% y eso ha sido posible en más de un 84% por el aumento de la productividad por hora trabajada —PIB por hora—. Aportación similar a la de los países de la UE-15, un 70%. Pero esto no ha sido el caso de España, donde la productividad tan solo explicó el 6,8% del crecimiento del PIB per cápita. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Y para los años 2001 y 2006, mientras en la OCDE y la UE-15 mantuvieron los niveles de aportación de la productividad, en España aumentaron hasta representar el 54%. No obstante, y en comparación con los países de su “mismo club”, la conclusión es que España tiene un modelo de crecimiento más asentado en las horas de trabajo que en la productividad de las mismas. Aunque la productividad no ha tenido siempre buena prensa. Imagínese la de empleos que se han perdido de telefonistas, de hecho ya no quedan en las empresas. Personas que estaban en cabinas conectando manualmente los nodos de comunicación. Ahora ya son fruto de la historia y de series como Mad Men. Pero la realidad es que son muchas personas las que han perdido su empleo por una mejora tecnológica en las comunicaciones. O ya en la actualidad, podemos pensar qué está pasando con la actividad de correos, porque ya casi no nos enviamos cartas, el medio de comunicación masivo ha pasado a ser el correo electrónico. ¿Qué pasa con los empleos en el sector de correos? Y lo mismo podríamos decir, de las agencias de viaje, los periódicos en papel o la construcción de cualquier edificio (que cada vez requiere menor intensidad de horas de trabajo). ¿Qué pasa con todos esos recursos que ya no usamos? Pues que se pueden liberar y emplear en otras cosas. El ahorro de los costes que generaban estas cabinas telefónicas en las empresas, lo podían dedicar a lo que mejor sabían hacer, a lo que era su esencia y, por tanto, a mejorar los bienes y servicios que compraba su clientela. La tecnología ha cambiado y cambiará la forma en la que hacemos las cosas, y ha liberado y liberará en el proceso muchas horas de trabajo. Horas de trabajo que podemos dedicar a otras cosas, a crear otros bienes y servicios, que tienen valor para los consumidores, que generan actividad económica, renta y empleo. Por lo tanto, al ser más productivos y eficientes podemos hacer más cosas y más baratas en menos tiempo —y con menor agresividad hacia el medio ambiente—, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Del progreso tecnológico al crecimiento económico

podemos generar más renta como nos decía la ecuación anterior, que después gastamos en la economía y que, a la vez, genera más actividad y empleo (Hunt, Manyika y Remes, 2011). Cierto es que esto abre nuevos problemas, porque las habilidades que las personas tienen, si no se renuevan, caducan. Y los nuevos empleos puede que requieran otro tipo de habilidades, y no todas las personas se pueden reciclar rápidamente. Pero este, aunque muy serio, es otro problema distinto, y no desmiente el razonamiento de que detrás del crecimiento económico a largo plazo está la productividad.

“El proceso de crecimiento económico no es un proceso de crecimiento armónico de magnitudes físicas sino que se trata de proceso de sustitución permanente de productos y técnica (…) en este proceso nos encontramos con un recurso infinito e ilimitado: el conocimiento.” Nadal, J., 1994

La historia de la prosperidad tecnológica y del crecimiento económico ha sido posible gracias a la productividad y la eficiencia, y ambas cosas se consiguen con el conocimiento.

3_3  TIC y productividad,  ¿binomio inmediato? Y en este punto tenemos que volver a conectarnos con las TIC, porque como hemos visto en el capítulo anterior, la revolución de las tecnologías de la información no genera de forma inmediata una mayor acumulación de conocimiento. Pero sí que lo puede facilitar, procesar y transferir de forma sencilla, rápida y a bajo coste. Por lo tanto, la intuición ya nos conduce a la idea de que las TIC van a influir en el crecimiento de la productividad y eficiencia en los territorios. Y la razón es porque lo verdaderamente relevante de esta revolución, y que va más allá de su propia concepción de sector, es que ha cambiado las reglas de juego para contestar a las preguntas Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Figura 3.2.  Impacto de las TIC en el ámbito empresarial.

Fuente: Elaboración propia a partir de Transforming the World With Information Technology. Robert Atkinson. ITIF.

básicas de una economía, y eso muy pocas tecnologías lo han logrado. Estas preguntas son muy sencillas, pero determinantes: qué, cómo y dónde se produce, cómo se organiza y gestiona la producción (gestión empresarial), qué infraestructuras son necesarias para desarrollar la tecnología existente y qué leyes y regulaciones se precisan para implementarla de manera óptima. Las TIC transformaron de forma exponencial la manera en que nos organizamos como sociedad y, lo seguirán haciendo, también de forma exponencial. Esa es la tesis de Kurzweil (2011), que ya presentamos anteriormente, y que en una reciente entrevista en la revista McKinsey Quarterly explicaba algo que hace 25 años sería impensable —cuando él era estudiante del Massachusetts Institute of Technology (MIT)— y que tacharía de loco a cualquiera que lo dijera en aquella época: el móvil que tenemos cualquiera de nosotros hoy es un millón de veces más barato y mil veces más poderoso, en términos tecnológicos, que cualquier aparato electrónico de la época. Y ese poder tecnológico Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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es el que va a seguir creciendo de forma exponencial y llegará un año, que él coloca en el 2029, donde se pueda simular el comportamiento del cerebro humano. Por lo tanto, las raíces del árbol de las tecnologías de la información y la comunicación son profundas y llegan a todas las ramas por lo que deberían de ser proveedoras de “savia” a la economía. Es decir, motores de la productividad y del crecimiento económico. Y para contrastar esta idea tenemos que abandonar la metodología de la contabilidad del crecimiento. La razón es sencilla, con esa contabilidad podemos aproximar qué aporta el empleo, el capital y la productividad al crecimiento económico, pero no podemos averiguar cómo los factores afectan entre sí. Para comprender esta idea piense en el siguiente ejemplo, ¿es lo mismo darle un ordenador a una persona con estudios de ingeniería informática que a una sin estudios de ningún tipo? La respuesta es que no, si ambos tienen que desarrollar un trabajo que dependa del uso del ordenador. Lo que dota de productividad a las máquinas son las personas y su formación, o habilidades en sentido amplio, para utilizarlas. Y a partir de ahí surgen muchas interacciones difíciles de medir, pero necesarias para enterarnos de qué está pasando. ¿O no creen que la formación y las habilidades adquiridas influyan en la productividad de los ordenadores, de los programas informáticos o de las máquinas excavadoras? Por ese motivo se tienen que utilizar otro tipo de modelos que combinan la estadística con la teoría económica, más conocidos como econométricos, y que permiten estimar mejor esas interacciones y entrar a conocer con nuevas herramientas la “caja negra” de la productividad. Consiste en medir bien determinadas variables que se consideran estratégicas, desde un punto de vista teórico, y observar cómo se comportan estadísticamente en el tiempo y en comparación en los distintos territorios. Existe un proyecto en la Unión Europea, el EU KLEMS Project, para diseñar bases de datos donde se combine el conocimiento académico y las fuentes estadísticas oficiales para medir “el crecimiento económico, la productividad, la creación de empleo, la formación de capital y el cambio tecnológico a nivel industrial para toda la Unión Europea”. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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i-Economía

Tabla 3.3.  Contribución del crecimiento del capital TIC al crecimiento de la productividad laboral en el mercado de servicios % crecimiento medio anual, 1995-2004. Contribución de las TIC

Crecimiento de la productividad

Estados Unidos

1,4

3,3

Reino Unido

1,2

2,5

Países Bajos

0,8

2,4

Finlandia

0,6

1,8

Francia

0,5

1,4

Bélgica

0,9

1,1

Dinamarca

1,4

1,0

Alemania

0,8

0,8

Austria

0,8

0,6

España

0,5

0,3

Italia

0,2

0,2

Fuente: OCDE, based on The EULLEMS productivity report, March 2007.

7  Los modelos econométricos tienen un problema y es que requieren muchos datos y de muy buena calidad. Y disponer para los distintos países, de distintas industrias, los mismos datos, en los mismos años, con la misma calidad, es una tarea muy complicada y, por eso, las estimaciones tienden a realizarse en periodos muy concretos donde todo esto se produce.

Y algunos de los resultados de este proyecto nos permiten precisamente conocer cuál es la aportación de las TIC a la productividad de una economía, una vez analizadas todas sus interacciones. No tenemos resultados para todos los países, pero sí para once, entre los que está España, y que se muestran en la Tabla 3.3 7. Para los once países analizados, las inversiones en TIC explican, de media, casi el 60% del crecimiento de la productividad total de los factores, en la década comprendida entre 1995 y 2004. Resulta muy importante señalar la existencia de una relación prácticamente lineal entre aquellas economías que más invierten en TIC y aquellas en las cuales la productividad crece a un ritmo superior. Así, por ejemplo, en las dos últimas décadas, la productividad media anual en Estados Unidos y Reino Unido creció a una tasa superior al 3% y, por orden de crecimiento, le siguen los Países Bajos, Finlandia y Francia. Y en todos ellos las TIC han tenido un papel determinante. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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En el caso de la Unión Europea, la carta de presentación del sector TIC es directamente la siguiente 8: representan el 5% del PIB y el 20% del crecimiento global de la productividad. Mientras, la industria TIC supone el 1% del PIB, representa el 25% del gasto en Investigación y Desarrollo (I+D), y su interacción aporta al menos un 50% del incremento de la productividad total de los factores. No obstante, estos datos aun están lejos de los correspondientes a otras economías como la de Estados Unidos y Reino Unido, donde la contribución de las TIC al crecimiento de la productividad adquiere unos niveles muy relevantes. Fíjese una vez más en la tabla y en los datos de España. La productividad en la década analizada, 1995 y 2004, ha crecido en global un 0,2% y, en cambio, las TIC han aportado un 0,5% ¿Cómo puede ser que las TIC hayan aportado a la productividad más de lo que esta ha crecido? La respuesta es tremenda, porque hubo factores (o actividades) que han aportado un crecimiento negativo a la productividad. Y la respuesta empieza a documentarse en el mundo académico. El boom inmobiliario en España ha supuesto un aumento continuo de la construcción al PIB, pero también un lastre en el crecimiento de la productividad 9. El profesor José García Montalvo, de la Universidad Pompeu Fabra, ha sido uno de los mayores investigadores del sector desde mucho antes de que se iniciase la actual crisis económica y tiene documentado este problema (Montalvo, 2009). Y, en esta misma línea, existen cada vez más trabajos académicos que vinculan la conexión entre TIC y productividad del empleo. Por ejemplo, sobre las propias metodologías del proyecto EU KLEMS, se observa una relación estrecha entre la penetración de banda ancha en una industria y su productividad, tal como se muestra en la Figura 3.3. Y en la Figura 3.4, se trae a colación un trabajo de investigación donde se relacionan los indicadores de productividad de cada país y su penetración global de la banda ancha. Por otro lado, el impacto de las TIC en el crecimiento de la productividad queda patente en otros estudios, como por el ejemplo en el último publicado por Vu Minh Khuong (2011). Este profesor de la National University of Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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8  Difusión http:// ec.europa.eu/enterprise/sectors/ict/ competitiveness/ictbrief/index_en.htm. 9  La web personal del profesor Montalvo, donde existe mucha documentación al respecto es www.econ.upf. edu/~montalvo.

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Figura 3.3. Relación entre productividad laboral y porcentaje de empleados conectados con banda ancha.

Fuente: EU Network Project: Indicators of ICT Impact using Linked Surveys, February 2008.

Singapur analizó el impacto de las TIC en diferentes países en dos periodos muy concretos: 1990-1995 y 1995-2000. Las conclusiones son interesantes porque demuestran que aquellas economías del mundo que más han invertido en TIC durante el primer periodo, lo continúan haciendo en el segundo, fruto de la detección de notables mejoras en la productividad global de la economía. El mismo estudio aporta información de gran interés respecto a la participación de las TIC en el crecimiento del capital de distintos países, diferenciando por regiones geográficas. Se observa que, en todos los casos, la participación de las TIC en el crecimiento del capital se ha incrementado en el periodo 1995-2000 respecto a los cinco años anteriores. En el caso de los países que forman el G-7, esta participación alcanzaba ya en el año 2000 el 45%. Es decir, que en los países más avanzados, en el catálogo de inversiones que han llevado a cabo (su capital) las TIC tienen un papel muy destacado. Existen países que claramente han apostado por la capitalización de su economía a través de las TIC, como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Finlandia, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 3.4. Relación entre productividad y penetración de la banda ancha.

Fuente: The Information Technology and Innovation Foundation www.itif.org/files/2009-atlantic-century.pdf.

Dinamarca o Países Bajos. Estos países no solo han sido capaces de atraer capitales extranjeros para que sean invertidos en ellos sino que una parte importante de ese capital, más del 20%, se dedicó a inversiones en materia TIC. Es decir, que estos países capitalizados en nuevas tecnologías fueron capaces de atraer a empresas de otros países para que invirtieran en ellos, reforzando ese proceso de capitalización. En España, este proceso fue muy inferior al de los países que acabamos de citar. En general, España ha capturado en las dos últimas décadas un 60% menos de inversiones foráneas para invertir en TIC que la media de los países de la OCDE.

3_4  Impacto económico de las TIC  en la economía española Profundicemos un poco más en la metodología de estos estudios, y así podremos interpretar mejor los resultados. Sigamos con nuestro ejemplo de las vallas. Supongamos Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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que queremos hacer un estudio pormenorizado del “sector de colocación de vallas” en España. Y que somos capaces de tener una muestra importante de todas las vallas que se han colocado en las 52 provincias del país, en las últimas dos décadas. Supongamos que disponemos de datos acerca de cuántos metros se han colocado, cuánto se ha pagado por ello (es decir, valor de la producción), cuántas personas se han empleado por cada metro colocado, las horas usadas de maquinaria, cuál es la formación y experiencia de esas personas y cuál es la calidad de esas máquinas. En definitiva, vamos a pensar que tenemos una gran base de datos de operaciones de colocación de vallas extendidas por todo el país a lo largo de los años. Podemos trabajar, a partir de estos datos, usando herramientas estadísticas y con el soporte teórico que nos da la teoría económica. El objetivo es estimar y analizar cuestiones que son muy interesantes. Lo más probable es que no en todos los sitios se haya pagado lo mismo por cada metro de valla, ni se haya utilizado la misma cantidad de trabajadores, ni de máquinas, ni personas con la misma experiencia y formación. Habrá grandes diferencias entre las distintas operaciones, entre provincias y con el paso del tiempo. Esas diferencias son las que nos interesa medir. Nos interesa conocer cómo cambia el valor de producción de vallas cuando se introducen más máquinas, por metro colocado, y qué ocurre cuando se mejora la formación de las personas que las instalan, o las dos cosas a la vez. Nos interesa conocer lo que aporta cada uno de los ingredientes de la receta de colocación de vallas y cómo interaccionan entre sí esos ingredientes, dando lugar a distintos valores de la producción de vallas. Si podemos aislar cada interacción y cada ingrediente, nuestro análisis será mucho más rico y nuestro conocimiento de lo que ocurre en el sector, mucho más profundo. Pues algo similar es lo que hacen los estudios académicos internacionales cuando hacen estudios agregados de una economía, los que presentamos anteriormente y que hemos realizado recientemente (Fundación CTIC, 2010). Los paralelismos son muchos: donde decíamos Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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valor de producción de vallas podemos poner el PIB, donde ponemos personas tomamos el dato del empleo, donde pone formación y experiencia lo sustituimos por la formación media de las personas que trabajan en un territorio —lo que técnicamente se conoce como capital humano—, y donde hablábamos de máquinas colocamos los activos que tienen los distintos territorios. En el caso del estudio de la Fundación CTIC se han tomado datos de las 52 provincias españolas entre los años 1986 y 2006. La mayoría de ellos están disponibles en el Instituto Nacional de Estadística. Otros no de forma directa, pero sí que se obtienen de la misma fuente una vez se opera con ellos. Es el caso de los activos de un territorio, que se miden a través de lo que se conoce como el stock de capital. ¿Y qué es el stock de capital? Una forma sencilla de interpretarlo es la siguiente: piense en todas las inversiones que se realizan en un territorio en un año. Esas inversiones se acumulan a las ya realizadas años atrás. Pero parte de las inversiones se deterioran con el uso, se deprecian. El stock de capital precisamente se calcula como la suma de esas nuevas inversiones menos la parte que se deprecian las que ya están operativas de otros años. Con ello podemos saber cuánto se invirtió en una economía y qué se puede utilizar para generar producción. Las bases de datos que se utilizan en España para todo tipo de trabajos académicos de esta índole son las elaboradas, a partir de los datos de inversiones anuales del INE desde 1964, por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA, fruto de un ambicioso programa de investigación conjunto. Lo realmente interesante de los datos de inversiones y stock de capital es que podemos conocer el detalle de grandes categorías por separado. En concreto hay seis tipos de agregados de inversiones:  Viviendas.  Infraestructuras públicas (carreteras, ferrocarril, aeropuertos, puertos…).  Otras construcciones.  Equipo de transporte. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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 Maquinaria y material de equipo.  TIC, que se mide a través de la suma de las inversiones en hardware, software y telecomunicaciones. Con todos los ingredientes macroeconómicos: PIB, empleo, capital humano (formación), distintas tipologías de capital; para las 52 provincias españolas en veinte años, ya estamos en condiciones de trabajar con los modelos econométricos para tratar de obtener ese conocimiento más profundo de nuestra economía. Nos puede interesar analizar qué le pasa al PIB de una provincia cuando se invierte un euro más en TIC, o en otros activos; qué ocurre cuando los ciudadanos tienen una mayor formación o cuando aumenta el número de personas ocupadas; o una mezcla de interacciones que puedan ser interesantes. Uno de los muchos indicadores que sintetizan este proceso de análisis es lo que se conoce como elasticidad. Este concepto trata de sintetizar un dato muy interesante, ¿qué le pasa al PIB de una economía cuando uno de sus factores —ingredientes— productivos aumenta en un 1%? Por ejemplo, ¿qué nos dicen los datos estadísticos cuando en una provincia se han incrementado un 1% las inversiones en TIC, qué le pasa a su PIB en el tiempo? Es muy importante tener presente que la elasticidad de un ingrediente no puede medirse de una forma independiente a lo que ocurre con el resto de ingredientes. Como comentábamos, de nada sirve poner máquinas excavadoras si no se sabe utilizarlas, o simplemente no hay personal para que trabaje con ellas. Por lo tanto, la elasticidad va a sintetizar toda esa información de forma conjunta, va a tener en cuenta todos esos detalles para ofrecernos un resultado. Los resultados que se han obtenido en el estudio de la Fundación CTIC respecto al valor de las elasticidades en la economía española se presentan en la Figura 3.5, donde vemos tres valores para cada parámetro. El valor central es la elasticidad evaluada en la media. Los intervalos superior e inferior representan el carácter probabilístico de la estimación, es decir, el hecho de que las elasticidades no pueden ser medidas con certeza Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 3.5. Elasticidades de producción medias de la economía española durante 1986-2006.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE e IVIE.

absoluta, porque su estimación está sujeta a una cierta variabilidad o margen de error. Así, una mayor amplitud del intervalo representa mayores diferencias entre los valores observados entre territorios y en el tiempo. Los intervalos han sido elegidos de forma que entre ambas cotas se encuentre, con un 95% de probabilidad, el valor más probable de la elasticidad. El trabajo estadístico con todos estos datos nos aporta una primera aproximación del impacto de las inversiones en TIC en la economía española. En concreto, la elasticidad del capital TIC es la que toma un valor más alto de todos los componentes de inversión. En concreto, los datos muestran que si se aumenta en un 100% lo que se invierte en España en TIC, es decir, si duplicamos las inversiones actuales, el PIB podría crecer, cada año, un 10%. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 3.6. Distribución (%) del stock de capital en España, 2009.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Fundación BBVA 10.

10  “El stock y los servicios del capital en España y su distribución territorial”. Fundación BBVA .

Viendo los datos a simple vista, cualquiera de nosotros puede pensar que este dato de las TIC no es para tanto, porque si duplicamos lo que se invierte en infraestructuras públicas de España (duplicamos las carreteras, los aeropuertos, los puertos, los hospitales y un largo etcétera) el PIB se incrementaría en un 6% cada año. Algo menos que las TIC, pero no mucho menos, ¿verdad? Verdad, pero la productividad, en términos de PIB, de cada euro invertido en TIC no tiene nada que ver con la de otra tipología de activos, ¿por qué? Veamos algunos datos. Como se puede observar en la Figura 3.6, casi 41 de cada 100 euros de las inversiones de España se han dirigido a la construcción de infraestructuras públicas. Y menos del 4% a las inversiones en TIC. Hoy, los activos Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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de los que dispone España en infraestructuras públicas son casi 12 veces más que la suma de todas las inversiones en telecomunicaciones, software y todo tipo de hardware. Estas infraestructuras públicas equivalen, en euros, al 145% del PIB de España en el año 2009, mientras que las inversiones TIC equivalen al 12,6%. Con estos datos rápidamente podemos entender que duplicar las infraestructuras públicas sería algo, cuanto menos, impensable para lograr ese incremento del 6% en el PIB anual. Mientras que duplicar el stock de capital TIC podría ser algo más factible porque supondría destinar, entre empresas, ciudadanía y Administración pública unos 133.000 millones de euros. ¿Eso es mucho o poco? Pongamos una cifra para que se haga una idea. Solo el presupuesto público del Estado español para el año 2011 es de unos 363.000 millones de euros, un 50% más de lo que se necesita para duplicar el stock de capital TIC. ¿Cómo puede ser que una inversión que supone el 4% del total de inversiones, si se duplica, puede generar un impacto equivalente al 10% del PIB? La respuesta hay que buscarla en la productividad que cada euro adicional en TIC genera en la economía. Y ese es el siguiente dato que nos interesa medir. Las estimaciones realizadas para España nos aportan un dato realmente interesante: cada euro invertido en TIC aporta 2,6 euros de PIB en España; o al menos es lo que han aportado a lo largo de las últimas dos décadas, de media, para las 52 provincias españolas. ¿Y obteniendo estas productividades, España no se ha capitalizado en TIC? La respuesta es que sí. A pesar de suponer en la actualidad menos del 4% del total de los activos de la economía española, desde el año 1990 las inversiones, en proporción, han sido las que más han crecido, como se puede observar en la Figura 3.7. Para interpretar los datos piense el lector que le ponemos un valor de 100 a todos los activos en el año 1990. A partir de ese año observamos cómo han crecido cada año respecto a ese 100. Y el resultado es que el capital TIC se ha multiplicado casi por cinco en los últimos veinte años Dos notas adicionales que hay que tener en cuenta para leer estos datos. Una, que el stock de capital TIC haya Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 3.7. Evolución del stock de capital en España entre 1990 y 2009.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Fundación BBVA11.

11  “El stock y los servicios del capital en España y su distribución territorial”.

crecido más que los demás no significa que en euros sea el más importante, como hemos comprobado. Y dos, los datos han sido analizados en términos reales, con el objetivo de controlar el efecto de la evolución de los precios. Para ello, el IVIE fija los precios en un año, en este caso el 2000, y observa la evolución de las cantidades a partir de ese año. Esto explica, por ejemplo, cómo el crecimiento en viviendas ha sido importante pero no determinante en términos reales. La burbuja inmobiliaria haría (tal y como se documenta con los datos nominales) que este fuera el principal activo en el que se ha invertido en España desde el año 1990. Ha habido un aumento de precios que fue lo que aumentó de forma desproporcionada el valor de estos activos, pero no así el número de casas construidas (aunque también han crecido en más del 73% en 20 años). Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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La clave es trabajar con un valor del capital que no esté sujeto a cambios de precios, para obtener conclusiones mucho más precisas en términos de aportación al PIB y productividad. De la misma manera, un ordenador de 600 euros no tiene la mismas prestaciones hace tres años que hoy. Un euro en TIC compraba menos cosas hace dos décadas que hoy. Y por eso es muy importante tratar de controlar que esos precios no nos desvirtúen los análisis. Otro de los resultados importantes encontrados en este estudio es que las TIC muestran una alta complementariedad con otros factores productivos, sobre todo con el capital humano. Cuando las personas más cualificadas tienen acceso a mejores tecnologías, su productividad aumenta más que proporcionalmente. Resulta de interés detenerse brevemente en este punto. Estimar de forma precisa el valor del capital humano en un territorio es una tarea compleja. Requiere tener en cuenta el conjunto de la formación de las personas, especialmente desde la aparición de los ciclos superiores de formación profesional, así como su experiencia laboral acumulada y la información contenida en los salarios. La Fundación Bancaja publica, en colaboración con el IVIE, las primeras series de estimaciones del valor económico del capital humano. Las conclusiones nos dicen que el proceso de acumulación de capital humano en España ha sido ininterrumpido, lo cual es una clara señal del esfuerzo educativo realizado por el sector público. La combinación de un mayor capital humano con el aumento del número total de ocupados, previo a la actual crisis económica, explica la escalada de inversiones en TIC comentada anteriormente. Una medida utilizada en la citada base de datos de Bancaja, sobre el valor del capital humano, es aquella que compara la producción de una persona cualificada formada respecto a una que no lo está (se considera que una persona no está formada si tiene menos de veinte años y no tiene estudios o solo los tiene a nivel de primaria). Y los datos nos muestran que una persona formada en España aporta, en términos de PIB, casi tres Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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veces más que una sin formar. Esto, en sí mismo, ya debería de hacernos reflexionar sobre el papel que la educación, la formación y la acumulación de experiencia y habilidades tienen para el desarrollo económico y social de un territorio. Podemos hacer otro experimento estadístico para reforzar esta idea del valor del capital humano. ¿Cuál es la relación entre PIB per cápita y valor del capital humano, tomando los datos de todas las provincias españolas? Si bien esta representación no pretende ser un análisis completo de causalidad entre capital humano y PIB, la magnitud de la relación es digna de análisis. La respuesta es clara: un aumento en un 1% en la dotación de capital humano per cápita tiene como consecuencia un incremento del 2,3% en el PIB per cápita. Los modelos econométricos nos dan más pistas, todavía. Y es que estiman una fuerte relación entre valor de capital humano y productividad de las TIC. La idea que esconde esta estimación es que en aquellas provincias donde se hace un uso más intensivo del capital humano, la tasa de utilización de activos TIC y su aportación al PIB es todavía mayor. Esta idea se puede contrastar si medimos la relación entre inversiones TIC en una provincia y el nivel de renta per cápita de sus habitantes. En aquellas provincias donde la inversión en estas tecnologías ha crecido un 1%, la renta de los ciudadanos lo hizo en un 0,32%, cada año. Toda esta ensalada de resultados y de datos, extractados del estudio impulsado por la Fundación CTIC, son hilos a partir de los cuales reflexionar y analizar las derivadas pertinentes en las distintas facetas: política económica, decisiones empresariales de inversión y concienciación de la sociedad. Y es que no solo podemos pensar en términos de PIB, sino en algo tan estratégico como el bienestar y la calidad de vida. Como han puesto de relieve numerosos estudios (Galor y Moav, 2004; Acemoglu, 2002), la transición hacia una economía basada en el conocimiento está detrás de la práctica totalidad del aumento en la desigualdad dentro de los Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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territorios. Mientras los ciudadanos mejor formados ocupan puestos de trabajo con un uso intensivo del capital TIC, y con ello obtienen mejores productividades, salarios y renta, en el resto de la fuerza laboral está produciéndose a una tasa mucho menor. A este fenómeno se le ha bautizado con diversos nombres, el más usado es el de “brecha digital”. Por todo ello, ingredientes de la ensalada del crecimiento económico como territorio, innovación social, cohesión territorial o competitividad empresarial, no pueden pasar desapercibidos.

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4_1  ¿Compiten los territorios? La globalización, la integración de los mercados, está haciendo que los capitales de todo el mundo fluyan hacia las economías emergentes. Nuestras empresas, nuestros empleos, las inversiones se concentrarán en esos países, porque tienen costes laborales muy bajos para poder competir. Nos quedaremos sin industria, sin empleos y serán ellos los que no solo nos alcancen en progreso, sino que, además, lideren el proceso. ¿Suena convincente, verdad? ¿No ha oído argumentos similares todos los días en los distintos medios de comunicación? ¿Qué me dice cuando una fábrica cierra en su ciudad porque para sortear las pérdidas acaba de abrir en China y despedir a todas las personas que trabajaban en ella? Seguro que este argumento, que nos hemos inventado, lo ha escuchado más de una vez en sus diferentes vertientes. Pues bien, los datos nos dicen que es falso. Tomemos la bolsa mundial de capitales que fluyen por el mundo, los que van de un país a otro para acometer inversiones, crear empleo y dinamizar los territorios, y hágase la siguiente pregunta: ¿en qué países se invierte ese capital? Acudamos a la base de datos del Banco Mundial, en ella desde los años setenta tienen registrado qué ha pasado con estos capitales en el mundo. Y la respuesta a la anterior pregunta es que más de la mitad del capital que fluye por el planeta se invierte en tan solo diez países. ¿Pobres? Solo unos pocos, muy pocos. De hecho, la gran mayoría de todos los capitales que se invierten en el mundo se reparten entre los países ricos, donde reside menos del 20% de la población pero se concentra casi el 72% del PIB mundial. En un conjunto de países ricos donde viven unos 1.100 millones de personas, se concentran 7 de cada 10 euros del flujo internacional de capitales. Compare esa cifra con los cuarenta países más pobres del planeta, donde residen 900 millones de personas, que solo son capaces de capturar un 1% de esos flujos. O la gran China, con sus más de 1.330 millones de habitantes, la causante de muchos de los miedos que comentábamos antes, que en su mejor año desde que existen registros, que fue en Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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2008, ha sido capaz de atraer el 7,9% de todos los capitales del mundo. O la India, el segundo país emergente que entraría, junto con China, en el top 10 de atracción de capitales, poblada con más de 1.155 millones personas y donde se invierte el 3% de esos recursos mundiales. En muchas ocasiones los datos son tozudos y tendemos a olvidarlos rápidamente. Es mejor una buena frase que un número que lo pueda corroborar. Es más creíble y apasionada una buena historia sobre el declive de los países ricos a favor de los pobres, que un análisis profundo de la situación de la economía global. Más en esta época de crisis, donde son precisamente las economías emergentes las que están tirando del carro mundial del crecimiento económico. ¿Y cuál es nuestra postura al respecto? Que la economía no es un juego de suma cero. Que el hecho de que un país crezca, no impide que otros lo hagan. Que mejoren las posibilidades de 2.500 millones de personas en el mundo, es una gran oportunidad y progreso para todos, no una amenaza. Y es una oportunidad que sería deseable que se extendiera por todo el planeta. En cambio, hay un fenómeno cada vez más importante. Y es que si buceamos dentro de esos países, tanto ricos como emergentes, la distribución no es igual entre las distintas ciudades o regiones. De hecho si algo está ganando protagonismo en el panorama económico actual es la desigual distribución de la inversión no solo entre países sino también dentro de los mismos. Y es que parece que hay territorios que tienen una especie de telaraña con la que “atrapan” los capitales del planeta para crear riqueza en su interior. Esa telaraña atrapa más cosas que el dinero, de hecho en ella acaban la tecnología, los servicios avanzados, las ideas, la inmigración y todo el talento que conlleva. Estos condimentos refuerzan la telaraña para seguir capturando más factores productivos de calidad, más inversión y generar más riqueza. La telaraña no la vemos, es intangible, y descubrir de qué material está hecha es una tarea difícil pero muy importante. Y sobre este punto queremos detenernos. ¿Qué hace que unos territorios tengan telarañas más resistentes, más atractivas que otros? Esa es una gran pregunta Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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que está detrás de los diseños de política económica de cualquier país del mundo. Una primera intuición es que los países con una telaraña más fuerte son aquellos que tienen mejores infraestructuras: carreteras, aeropuertos, hospitales, centros educativos o de investigación, por poner algunos ejemplos. Estas infraestructuras son aspectos tangibles, se pueden construir. Esto es lo que nos despista, muchas veces pensamos que invirtiendo —porque tenemos los recursos para hacerlo— ya seremos productivos y mantendremos nuestro liderazgo. Pero no es así. Antes de continuar, reflexionemos un momento con algunas preguntas y datos. ¿Se imagina que su última radiografía la haya estudiado y diagnosticado un médico que vive en otro continente? ¿Cree posible que su declaración de la renta se pueda hacer a miles de kilómetros de distancia y en otro país? ¿Sabe que sus datos financieros pueden ser analizados desde cualquier punto del planeta, y allí decidir si le conceden o no un préstamo? Todo esto parece increíble, ¿verdad? En cambio, es algo que los ciudadanos americanos y británicos, por ejemplo, experimentan todos los días. Si usted viviera en Estados Unidos y tuviera un problema con su compañía de móvil, por ejemplo, lo habitual es que la operadora que le atienda la llamada y le resuelva el problema resida en una ciudad de la India. En España, ya es habitual que los problemas con su compañía telefónica o aseguradoras los resuelva por teléfono y hable con personas de otro país (incluso continente). ¿Y cómo esto nos puede afectar? Si usted trabaja en el departamento financiero de una gran multinacional que se traslada a la India, sustituyendo trabajo de profesionales con licenciatura en España, seguro que entendería rápido el impacto que esto tiene. Y es que los sistemas de gestión informática y de telecomunicaciones de las grandes multinacionales (y no tan grandes) están haciendo lo mismo: contratar servicios a empresas de países emergentes. En el mundo de las TIC, cada vez más son los procesos de programación, por muy sofisticados que sean, los que se deslocalizan por el mundo, para reducir costes, obtener más calidad, llegar a nuevos mercados. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Piense en cualquier multinacional que le venga a la cabeza: Sony, Motorola, Microsoft, HP, General Electric, IBM, American Express, Samsung, Accenture, Toshiba… y podríamos seguir hasta crear el ranking de las empresas más rentables del mundo. Todas ellas tienen centros de trabajo en la India y/o China. Disponen en esos países de departamentos de investigación, de atención a sus clientes para todo el planeta, de gestión financiera y de riesgos, marketing, contabilidad, almacenamiento de la información digital y un largo etcétera. Pensamos en la India como un país con grandes problemas de pobreza y desigualdad, pero también tiene otras realidades: más de dos millones de jóvenes con estudios de ingeniería superior trabajan en la actualidad programando software. Unas 350.000 personas atienden los problemas de clientes de habla inglesa de empresas de todo el mundo. Casi ocho millones de personas cualificadas en finanzas, medicina, otras ingenierías o marketing, completan el sector de las tecnologías de la información de la India, absolutamente global, que exporta al mundo 51.000 millones de euros en servicios TIC, donde el 80% lo son para Estados Unidos y Reino Unido. ¿Cómo ha sido posible que un país donde aun la gran mayoría de sus carreteras está sin asfaltar, pueda realizar la gestión financiera de múltiples multinacionales o diagnosticar radiografías de cardiólogos de Chicago? ¿Pero lo tangible, lo industrial y lo barato no era lo estratégico? El idioma común explica muchas cosas, pero no todas. Más bien habría que hablar de cómo el gobierno indio priorizó sus inversiones en infraestructuras de comunicación al más alto nivel; cómo han logrado construir una red de 47 parques tecnológicos con proyección internacional; cómo se ha logrado que más de 4 millones de personas tengan estudios técnicos, formados en sus más de 1.800 centros politécnicos distribuidos por el extenso país; o habría que analizar cómo se han incentivado con deducciones fiscales, en algunos casos del 100%, a la inversión extranjera que se ubica en esos parques tecnológicos, y que contrata a esas personas tan formadas. India en su escasez, apostó por priorizar sus inversiones en tecnología y conocimiento, y aparcó los baches de las Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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 www.ibef.org.

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 www.nasscom.in.

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carreteras. Con ello ha conseguido que el 5,5% de su renta dependa de ese sector. ¿Parece poco para un país con 1.100 millones de personas y con mucha pobreza? Puede ser, pero en plena crisis, con una necesidad apremiante de las empresas para reducir sus costes y mejorar sus resultados, este sector crece a un ritmo del 30% anual, y cada día llegan cuatro nuevas empresas a los parques tecnológicos indios. Visitar las páginas web oficiales de ciertos países emergentes nos ayudaría a comprender estas realidades. Por ejemplo, le recomendamos visitar la del Ministerio de Industria y Comercio de la India12 . Y respecto a la India hay una asociación con más de 1.200 miembros que en materia TIC es de primer orden global y que debería de conocer 13. Y si nos vamos a China los datos son similares. La gran consultora internacional Zinnov, experta en la medición outsourcing, ha publicado un informe reciente donde ha hecho la estimación de que en China hay hasta 920 multinacionales foráneas que tienen hasta 1.100 centros de actividades de I+D, y que emplearon a más de 130.000 personas en el año 2009. Las actividades en I+D en TIC copan más del 50% de lo que llaman el “pool del talento” del país. Zinnov recoge también estimaciones del gobierno donde sitúan en el 2020 cuando China destine hasta un 2,5% en actividades de I+D. Por lo tanto, los patrones del crecimiento global están cambiando: lo que aporta el valor al producto es su diseño y concepción del modelo de negocio global, y no tanto su fabricación. Esto implica que el valor de nuestra televisión plana, de nuestro reproductor de música o del ordenador desde el que escribo, está en concebir mejores prestaciones y saber detectar bien las necesidades de los consumidores. Todo lo que se pueda automatizar, lo que se pueda realizar de una manera repetitiva, se puede contratar en cualquier lugar del mundo, donde aseguren calidad y seguridad combinadas con un menor precio. Y las empresas que no lo hagan, pero sí sus competidoras, tendrán más costes y reducirán sus ventas. Este cambio de paradigma es lo que tiene despistados a la Administración, a los ciudadanos de a pie y a las Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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empresas. Pero las investigaciones en el campo de la economía vienen documentando cada vez con mayor contundencia que, a pesar de ser necesarios, los factores “físicos”, y que considerábamos estratégicos hace décadas, no aseguran que los países capten más inversiones, ideas o talento y, por tanto, sean más productivos. Todo apunta a que lo que marca la diferencia entre las telarañas lo explican factores cualitativos. En efecto, Dani Rodrick, de la Universidad de Harvard, Antonio Ciccone, de la Pompeu Fabra de Barcelona o el propio Andrés Rodríguez-Pose, de la London School of Economics, son ejemplos de investigadores que han publicado estudios en las mejores revistas internacionales demostrando que las diferencias entre el crecimiento de las regiones y/o países se deben precisamente a factores cualitativos. Estos autores ponen el énfasis en aspectos tales como la calidad de las instituciones, el clima empresarial, el marco jurídico, el funcionamiento de los mercados, el sistema fiscal o los derechos de propiedad. Por todo ello, una de las ideas que queremos resaltar en este punto es que no podemos caer en el error de pensar que las subvenciones para captar multinacionales son la vía más efectiva para retenerlas; y mucho menos si sus actividades se pueden hacer en cualquier otro lugar del planeta. La “chequera” no arregla normalmente los problemas de competitividad de un territorio si no hay algo más. Y las toneladas ya no son el indicador clave para determinar la capacidad del tejido productivo de un territorio. La clave está en crear espacios que dispongan de recursos, también conocidos como endógenos, que sean difíciles de imitar en otro lugar, como por ejemplo: un tejido empresarial cohesionado que piense en global, en inglés, y no solo en local; incentivar fiscalmente a la productividad y la reinversión en el propio país; incentivar la formación de máxima calidad, diseñada siempre con participación empresarial, o potenciar a nuestros centros tecnológicos y de investigación, porque los hay, para que capturen talento global y tengan los recursos necesarios para colaborar estrechamente con las empresas. Y todo ello para aprovechar las oportunidades globales y canalizarlas localmente. Cuando una multinacional Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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abandona una parte de su actividad en España para contratarla en otro país, nos resentimos precisamente porque el ahorro de costes lo aprovecha su sede, fuera del país. Cuando una empresa española contrata servicios globales más baratos reduce costes, mejora su rentabilidad, y podrá aumentar sus posibilidades de inversión y creación de empleo en España. Un mismo fenómeno tiene consecuencias muy distintas y esto debería hacernos reflexionar acerca del diseño de las ayudas públicas. Y es que en economía pocas cosas suceden por casualidad. Comprender, dialogar y tener una visión empresarial a la hora de articular medidas de política económica es un gran mecanismo para adoptar mejores decisiones y crear climas donde las empresas disfruten de las mejores condiciones para nacer y crecer. Y todo ello asumiendo una idea paralela que impregna (e impregnó) las fuerzas del crecimiento económico: la integración de los mercados ha acelerado de forma intensiva las posibilidades de competencia entre industrias. En la actualidad existen muchos mecanismos para conocer y crear un diálogo continuo y riguroso con las empresas, que tenemos la obligación de aprovechar. Y, sobre todo, ya no se puede innovar, crecer, crear cambios de calado sin los usuarios, sin los ciudadanos. La innovación social es una forma cada vez más estratégica de competir. Porque solo con instituciones fuertes, conectadas con las empresas, que estén dispuestas a cambiar y a mejorar de manera continua se pueden tejer telarañas intangibles que capten inversiones, ideas y talento para España y asegurar el progreso.

4_2  La competitividad empresarial  en un mercado global Piense que usted es una persona sedentaria. En los últimos diez años no se ha preocupado por su dieta, ni por hacer deporte, ni siquiera caminar o dar paseos largos. Usted se sentía bien, no le dolía nada. Pero un día acude a su médico y le dice que tiene el colesterol y los triglicéridos por las nubes. Que se acabó el tipo de vida que usted venía llevando a cabo. Hay que renovarse para Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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tener hábitos más saludables. Enseguida se le vendrán a la cabeza palabras como dieta y deporte. En ese escenario, usted lo que no puede hacer es ir a la tienda de la esquina y comprar unas zapatillas de deporte, un chándal e irse al parque de su barrio para ponerse a correr. Si se pone a correr, sin más, le pueden pasar dos cosas: una, que acabe asfixiado y con unas cuantas contracturas a los dos minutos de empezar; o dos, que acabe con un infarto en urgencias del hospital más cercano. ¿Qué queremos decir con este ejemplo? Que si no estamos entrenados, no podemos hacer deporte al máximo nivel. Tenemos que empezar poco a poco. Primero pasos cortos, y luego ir alargándolos en cuanto a tiempo e intensidad y siempre controlando muy bien lo que su cuerpo puede tolerar. Sin entrenamiento no hay progreso, ni salud. Tampoco sin constancia, y sin cuidarnos de una forma más integral. Pues si esto ocurre así en el mundo de las personas y del deporte, lo mismo podemos decir del mundo de la innovación, de las nuevas tecnologías y de la capacidad de consolidar una empresa. O estamos entrenados o no lo lograremos. Por eso le recomendamos que cuestione las recetas mágicas. Una de esas recetas, que podemos leer en los libros y en los miles de artículos en los distintos medios, es la que nos dice que la solución a la crisis, y a todos nuestros problemas, es la innovación, son las TIC y la internacionalización. ¿Las cuestionamos porque sean falsas? En absoluto, de hecho es lo que ha vertebrado la gran mayoría de los argumentos de este libro y es en lo que creemos. Las cuestionamos porque para aplicarlas con eficacia se precisa empresas entrenadas. Y es ahí donde chocamos con la realidad española. La analítica de la economía española constata que tiene el colesterol por las nubes. Los síntomas son claros: ha caído la actividad económica de las empresas; tenemos dificultades para exportar; muchas más dificultades para innovar de forma generalizada; el mercado laboral está diseñado de tal forma que los jóvenes menores de 40 años son los que más probabilidades tienen de irse Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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al paro (en los tres últimos años, el 90% del fuerte aumento del paro en España está compuesto por jóvenes); nos hemos especializado en sectores poco productivos y muy intensivos en empleo poco cualificado, que además están en caída libre porque se pensó “que podíamos endeudarnos (comer, en nuestro ejemplo) sin límite, y sin caer enfermos”; y todo ello, envuelto en un contexto donde el sistema financiero está recuperándose en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Las medidas más inmediatas para empezar a estabilizar el nivel de colesterol de nuestra economía consisten en inyectar liquidez a las empresas. Se habla mucho de este problema, aunque poco de por qué se produce y cuáles son sus consecuencias. Detengámonos en ello un momento. La crisis arrancó para muchas actividades, sobre todo la construcción, a finales de 2007, y se extendió de forma generalizada desde mediados de 2008. En la actualidad, estamos observando crecimientos positivos en los últimos meses de 2010 y primeros de 2011, pero aún muy débiles, sobre todo para recuperar un mercado laboral que ya está en los casi cinco millones de desempleados. Al principio las empresas soportaron la caída de sus ventas por dos razones: una, no fueron caídas bruscas y, dos, por los buenos resultados de años anteriores. Llevábamos una década con acceso al crédito de forma barata y abundante, con un clima nacional e internacional de crecimiento. Pero descuidamos lo que hace competitivas a las empresas: la capacidad de innovar y de expandir sus mercados de referencia a escala global. A pesar del fuerte crecimiento económico de la economía española, los indicadores de innovación empresarial no respondieron de forma significativa. La demanda y las posibilidades de endeudarse fácilmente justificaron muchas inversiones en maquinaria y en personal que, de forma generalizada, mejoraron la capacidad de las empresas para producir más, aunque no tanto nuevas cosas o de forma más eficiente. Con los bancos en sequía de crédito, las empresas se encuentran ante la dificultad de sobrevivir sin esa liquidez. La caída generalizada del consumo y de la inversión están haciendo poco creíbles los planes de negocio de las empresas. La incertidumbre y las dificultades Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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bancarias han elevado los listones del riesgo y todo está colocando en jaque a la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas que configuran el tejido empresarial de España. Las consecuencias son despidos, cierres y reajustes. Para estabilizar el nivel de colesterol de forma rápida podríamos hacer deporte, traducido en términos económicos esto significa destinar significativos recursos a la innovación, a la investigación, a la cooperación empresarial y al fomento de nuestras exportaciones. Pero no tenemos el hábito, somos aun sedentarios en esta materia. Y si las empresas no pueden financiar su día a día, ¿cómo van a conseguir financiar su innovación? Y si no existe una cultura establecida, de forma general, para reinventar el modelo de negocio y afrontar las crisis, ¿cómo lo vamos a hacer de golpe? Si nos hemos creído que la construcción era el motor de la riqueza de España, y ahora no lo es ni lo será, ¿qué otros sectores podrán recuperar el 41,1% del empleo que se ha perdido en la construcción, unos 1,1 millones de empleos en tres años? ¿Cómo recuperarnos del hecho de que uno de cada dos empleos destruidos en España desde 2007 hasta 2010, están vinculados a la construcción? ¿Cómo afrontar el hecho de que los empleos más precarios son los de personas jóvenes, formadas o no, y que 9 de cada 10 despidos desde el inicio de la crisis se corresponden con jóvenes menores de 34 años? Cuando el sistema financiero salga de la UCI, el crédito no podrá crecer mucho más del 2-3% anual, algo que va a poner en apuros a un tejido empresarial acostumbrado a un acceso al crédito que se multiplicó por tres en la última década; por lo tanto, las empresas tendrán que reajustar sus estados financieros con menos endeudamiento, y para eso hay que vender más, hacer cosas distintas y obtener beneficios por ello. En definitiva, al igual que un enfermo con colesterol elevado necesita un cambio de hábitos de vida, la economía española también. La duración de esta situación, para evitar el infarto económico, va a depender de cómo las medidas que se ejecuten sean absorbidas por las empresas. Las empresas son el corazón, son las que bombean el oxígeno: las que crean PIB, renta y empleo. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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No existe otro remedio que hacer reformas, las que sean, para que estas puedan nacer, crecer y desarrollarse de forma saludable. Pero no todo está perdido. Piense en cualquier empresa que se le pase por la cabeza. Solo le vamos a pedir un requisito, que tenga unos 10-15 años de antigüedad. Ahora imagine que le preguntamos a su propietario si hace eso que algunos llaman I+D+i. Suponga que esta persona le dice que no, que no sabe exactamente qué es eso. Sí sabe que sale mucho en los periódicos, en las tertulias de la radio y que parece el remedio a todos los problemas de nuestra economía. Pero reconoce que no sabe qué es y, por tanto, que no lo hace, al menos conscientemente. En este contexto, ¿se creería las palabras del empresario? Si la respuesta es afirmativa, le invito a pensar en la siguiente cuestión: ¿cree que esa empresa, que ha sobrevivido 10-15 años en una economía de mercado, lo ha hecho haciendo siempre las mismas cosas, de la misma manera, vendiendo a los mismos clientes y sin hacer cambios desde que abrió su negocio? Parece sensato decir que esto no es así. Y esto no es así porque tal y como dejó escrito Jack Welch (2009): “si el ritmo de cambio de una empresa es inferior al de su entorno, el final de la empresa está a la vista… solo cabe saber cuándo será ese final…”. Esa empresa que tiene en la cabeza ha tenido que competir con otras empresas por sus clientes, ha tenido que averiguar qué cosas no hace bien y cambiarlas, ha tenido que prestar a sus clientes una mayor variedad de productos (o servicios), o ha tenido que ofrecer más calidad, o buscar las fórmulas para reducir sus costes. Porque si no lo ha hecho, después de quince años, desaparecería del mercado. Cierto que lo ha podido hacer de forma consciente y planificada, o inconsciente e improvisada, lo cual implica una notable diferencia. Pero quizás convenga con nosotros que algo ha tenido que hacer. Porque si ha hecho cosas diferentes, de forma diferente y buscando ahorro de costes para sobrevivir en el mercado, entonces su vida empresarial la ha determinado su capacidad para innovar. Ese algo que ha hecho, por tanto, es innovar. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Porque innovar es transformar en dinero las ideas que permitan conseguir esa capacidad de supervivencia y crecimiento empresarial. Quizás esta es una definición demasiado light de lo que implica innovar. Pero puede que sea necesario bajar de nivel cuando hablamos de innovación. Muchas empresas, cuanto menos, muestran un gran respeto e, incluso, temor hacia términos como la I+D+i. Existen aun clichés establecidos del tipo: innovar es cuestión de las grandes empresas, o de aquellas que tienen laboratorios y/o departamentos dedicados a la investigación, o aquellas cuya actividad empieza por bio- o por nano-. Ese “miedo escénico” existe y es palpable en nuestro trabajo diario con los profesionales que ocupan puestos de dirección y mandos intermedios en las empresas. De la misma manera, con nuestro ejemplo sencillo posiblemente pueda dar a entender que en realidad no existe un problema de innovación en las empresas, o que solo se trata de una cuestión de medición entre quienes gestionan su innovación y quienes no lo hacen. En cambio, es importante matizar esta posible derivada a la que puede conducir el razonamiento anterior. En materia de innovación, como en otras muchas facetas empresariales, el grado es lo que marca la diferencia, a veces insalvable, entre las empresas. Y es aquí donde tenemos que entrenar. La conclusión, por tanto, es que todos tenemos “memoria muscular”, algo hacemos para movernos todos los días y la cuestión es cambiar ciertos hábitos para convertirlo en un deporte y establecer diferencias consistentes con nuestro estilo sedentario, actual, de vida. ¿Y cuáles son los factores que pueden explicar estas diferencias? La respuesta hay que buscarla en la estrategia. Dinamizar la innovación en las empresas requiere, ante todo, dinamizar la forma en la que estas se gestionan, en cómo se conciben y visionan los negocios y, sobre todo, en cómo se crea el clima y los instrumentos adecuados para que se incuben, se gestionen y se ejecuten las ideas hasta llevarlas al mercado. En el libro Gestión en Tiempos de Crisis14 , Juan Fernández Aceytuno pone de relieve uno de los grandes Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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FernándezAceytuno, J. (2009), Gestión en Tiempos de Crisis. Editorial Deusto, Barcelona.

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problemas que tiene la empresa española: su escasa capacidad y disciplina para involucrarse en planteamientos estratégicos. La gestión estratégica en una organización, si se toma en serio, ayuda a crear un clima donde las personas que trabajan en ella (y su entorno, esto es, las que no trabajan pero están relacionadas directa o indirectamente con la misma) crean, discuten, moldean y se convierten en motores de ideas para el cambio y el progreso. Una reflexión estratégica ayuda a tomar conciencia de la necesidad de una buena evaluación del entorno de la organización: legal, ambiental, nuevos desafíos sociales, etc. Una reflexión estratégica es un instrumento para analizar el/los mercado/s en los que la empresa vende sus productos o servicios. Y con ello, evaluar a la competencia, sus estrategias, su diferenciación. Descubrir qué hace que unos clientes estén dispuestos a pagar por lo que se les ofrece, y otros no. Averiguar qué demandan los potenciales clientes y cómo llegar a conseguir que nos compren. Una reflexión estratégica obliga a tomarnos en serio todos los procesos de la empresa: compras, distribución, logística, negociación con proveedores, consumos de energía, etc. Una reflexión estratégica obliga a mirar más allá del día a día, a usar la imaginación, la creatividad, a trazar caminos a seguir y buscar los socios tecnológicos y/o comerciales que te permitan lograrlo. Y, todo ello, fuerza a calcular y estimar bien los recursos financieros disponibles, las necesidades y cómo cubrirlas. Todo esto no se puede hacer tan solo desde la “cúspide” directiva. Los cambios, para que sean profundos y continuos, implican el liderazgo de involucrar a toda una organización. Y si esos cambios se convierten en una guía (plan) estratégica que toda persona de la compañía hace suya, entonces será más fácil su ejecución. Surgirá la necesidad de medirse, de cambiar, de moldearse, de adaptarse, de potenciar el flujo por el que llegan los canales de las ideas. Y si existe esta reflexión estratégica entonces se iniciará, sin más, un proceso de innovación. Un proceso que es complejo, que implica riesgos (aunque el mayor es no involucrarse en él), que requiere también Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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del trabajo y la sintonía de toda la organización. Lo más probable es que esta innovación fuerce a crear un departamento que sirva de catalizador y coordinador del proceso, pero su valor se apreciará precisamente cuando se convierta en el corazón de la empresa que bombea ideas y propuestas para mejorar los resultados (tanto en ingresos como en costes). Parece, por tanto, que cuando marcamos un rumbo, y lo diseñamos con todas nuestras herramientas y talento, se va tejiendo una organización inteligente, donde la estrategia es un arma poderosa y la innovación es su munición para cambiar y crecer. Y en todo ese proceso las TIC son herramientas clave para implementar, gestionar y fomentar la estrategia en la empresa. Ayudan a gestionar el conocimiento y a fortalecer los procesos de innovación de las mismas. Pero ahí chocamos con los problemas de madurez y de competencias digitales. ¿A qué nos referimos por competencias digitales? A las capacidades que tenemos las personas para relacionarnos con las tecnologías de la información (por ejemplo saber manejar el móvil, saber enviar un correo electrónico, buscar información en Internet o utilizar un cajero electrónico de un banco). Cada día aparecen nuevas herramientas de comunicación como las redes sociales (Facebook, Twitter, Tuenti…), y se van extinguiendo otras “competencias” que hace no mucho tiempo eran imprescindibles. Un ejemplo muy claro lo tenemos con los ordenadores. El uso de los sistemas operativos, o incluso el hecho de jugar en el ordenador, requerían ciertos conocimientos técnicos para arrancar, configurar, y hacer que todo funcionara como nosotros queríamos. Hoy en día, los sistemas operativos son totalmente intuitivos, y la gente juega en consolas de gran potencia, que se manejan con mandos inalámbricos y detectan nuestro movimiento, y nos permiten competir con gente que se encuentra a miles de kilómetros de nuestros hogares. ¿Cómo las competencias digitales influyen en la madurez digital de las empresas? Esta cuestión es básica para iniciar esos procesos estratégicos que mencionábamos (véase la Figura 4.1). Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 4.1. Estudios y ecosistema de la maduración digital.

Fuente: Elaboración propia.

La Figura 4.1 lo que nos quiere decir es que, al principio, nuestros esfuerzos (tanto en el caso de las personas como en el de las empresas) se dedicarán a intentar ir integrando las tecnologías en nuestras vidas o modelos de negocio. A veces se deberá a la necesidad (por ejemplo, la necesidad de interactuar con la Administración pública a través de Internet para realzar determinados trámites y relaciones comerciales) y, otras veces, a la pura curiosidad. Esa primera fase de “romper el hielo” y establecer una relación básica con esa tecnología, lleva a una segunda fase. El que tenía un ordenador, ahora tiene un ordenador e Internet, y aprender a navegar en esa nueva realidad. El que ya le ha perdido el miedo al cajero electrónico, ahora se atreve a probar con el expendedor de billetes de una compañía de ferrocarriles. En el caso de las empresas, se irían atreviendo a tener los ordenadores en línea, compartir archivos, recibir información por medios electrónicos, etc. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Todo ello sucede en un contexto en el que “las TIC vienen a mí”. En esta fase todavía no somos conscientes del todo de la implicación que estas herramientas pueden llegar a tener en nuestras vidas o negocios. Fruto de la adquisición de nuevas competencias digitales que nos van acercando a usos cada vez más avanzados de las TIC, vamos perdiendo el miedo a las tecnologías y se nos enciende la bombilla: ¡tal vez estas herramientas pueden ser una oportunidad! Las empresas, por ejemplo, se atreven con la presencia en Internet, con aquello de intentar darse a conocer, de que la gente se acerque a mi negocio a través de este sitio en el que todos nos movemos (Internet). Igualmente, las personas empiezan a ver lo estratégico de Internet, para obtener información, para comunicarse con otras personas, para relacionarse a través de redes sociales… En esta fase, tanto personas como empresas ya son consumidores digitales. Las empresas que se dedican a este mundo ponen el valor, los inventos, las herramientas, y nosotros los consumimos, con el beneficio que ello supone. Pero existe una fase más avanzada, aquella en la que ya nos preguntamos, ¿qué puedo hacer con las TIC para conseguir mis objetivos como persona o empresa? Surgen los nuevos usos de las tecnologías, los usos innovadores, lo que jamás se nos habría ocurrido hacer con ese ordenador, con ese servicio. Surge la oportunidad de medir y digitalizar lo que hacemos, de tratar de aprender de ello. Y posiblemente pasamos a demandar herramientas, servicios, infraestructuras TIC con las cuales lograr subir en esa escalera. La madurez digital no es un estado, es un proceso, por lo tanto, es un camino que recorrer gradualmente y en compañía de aquellas entidades y profesionales que nos ayuden a descubrir nuevos retos y oportunidades. La clave es cómo usar las TIC, de manera continua y habitual para generar ventajas competitivas en cuanto a la gestión de la información que le resulte estratégica para crecer. La madurez digital es, en definitiva, una manera de romper barreras para no detenernos en aquello que hacemos bien y, por tanto, en su propuesta como empresa y como persona para aportar valor a la sociedad. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Pero hay otro aspecto que no podemos olvidar y es que el entrenamiento en TIC, y los cambios tan profundos a los que las empresas tienen que hacer frente, abordan muchos aspectos de nuestra vidas. Y el primero y fundamental es el educativo, entendido en un sistema amplio. Seguro que no se extrañaría si le digo que en su empresa:  Se sabe perfectamente quién es su jefe, a quién tiene usted “por debajo” y por los lados, es decir, que sabe el esquema jerárquico a la perfección.  Que todas las personas que la componen saben exactamente qué tienen que hacer y cómo lo tienen que hacer.  Que existen controles precisos para medir que cumple con los objetivos para los que ha sido contratado: desde el control horario hasta cómo redactar un correo electrónico.  Que el ascenso en la escalera jerárquica es complicado, lento y que tienden a primar patrones como la experiencia y la capacidad técnica. Lo raro no es que usted se reconozca en esta forma en la que están diseñadas las empresas. Lo desconcertante es que han sido diseñadas, pensadas y transmitidas adecuadamente (con mínimos cambios) desde hace más de un siglo. Nuestras organizaciones están pensadas para el control, la precisión, la estabilidad, la disciplina y la fiabilidad, como dejó establecido Max Weber hace casi un siglo. Nuestra forma de organizarnos ha tenido como padres espirituales del management a Winslow Taylor, Heri Fayol o del propio Max Weber a finales del siglo XIX y principios del XX. Son los responsables de diseñar instrumentos para gestionar el gran desafío de la revolución industrial. Para crear grandes conglomerados empresariales donde no existían. Para involucrar a trabajadores poco formados a realizar tareas muy automatizadas, con objetivos claros y delimitados y con procesos repetitivos. Pero en un siglo han cambiado muchas cosas. La integración de los mercados es cada más intensa, como decimos, las TIC han revolucionado la forma de gestionar Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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nuestros negocios, la forma de comunicarse, de interactuar, la división del trabajo. Los ciclos de vida del producto son cada vez más cortos. Mayor presión competitiva, nuevos desafíos empresariales para lanzar nuevas ideas al mercado, nuevos modelos de negocio (cómo vender, cómo comprar, cómo relacionarnos con los clientes, proveedores e intermediarios). Hoy el desafío consiste en crear organizaciones inteligentes donde convivan personas formadas, con alta motivación, con capacidad para comunicarse, por crear, capturar y moldear ideas que convertir en valor añadido para la organización. ¿Y creen que es posible planificar y encorsetar a los trabajadores para que tengan iniciativa, tengan creatividad y pongan toda la pasión posible a lo que están haciendo? Esa es una de las grandes preguntas que el propio Gary Hamel (2008) lanza en su libro El Futuro del Management. La respuesta es que no. Las personas derrochan creatividad, tienen intereses, motivaciones y capacidades para conectarse con otras personas con sus mismos intereses. El problema es que esos intereses y esas capacidades no las aprovechan en sus puestos de trabajo, sino a la salida de los mismos. Parece que cuando una persona entra a trabajar por la mañana en su empresa se despoja de algunos elementos básicos que la definen: creatividad, pasión, interés por aprender y mejorar. No suele ser habitual trabajar en organizaciones que valoren esa creatividad ni pasión. Nos pasamos una gran cantidad de tiempo protegiendo nuestras ideas, evitando que nadie nos las copie. Al menos deberíamos de dedicar lo mismo, si no más, a conectar esas ideas con otras personas ajenas a nuestra organización para crear sobre ellas, para obtener acuerdos, para involucrar el talento interno que tenemos y fijar el salario sobre la base de estos patrones que son los que están definiendo la competitividad empresarial actual. Pero para disponer de personas creativas, que exploren sus pasiones, que estén dispuestas a comunicarse, a asumir riesgos, a cometer errores y aprender de ellos, necesitamos que nos eduquen en ello. Ahora pensemos Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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en cómo definir nuestro sistema educativo actual, desde infantil hasta la universidad:  Alumnado pasivo, reciben información.  Alumnado que recita, no aprende.  Alumnado que no está acostumbrado a comunicarse en el aula, sino más bien a que les dirijan la comunicación.  Alumnado a los que no se les premia la creatividad, ni la formulación de preguntas, ni cómo utilizar las distintas fuentes (medios) para conseguir respuestas y aprender.  Alumnado a los que se les premia de acuerdo a unas capacidades específicas, los conocimientos abstractos (que a la salida de su centro educativo podría encontrar a golpe de clic sin mayores dificultades). Se les dota de pocas herramientas para enfrentarse a problemas distintos a los que aparecen en su libro de texto (lo cual les oxida para enfrentarse a un mundo cambiante); no se les entrena en la comunicación de ideas, en el debate, en el afán de crecer como profesionales a través de la alianza con otras personas conectadas por el mundo (foros, creación de red, idiomas, intercambios estudiantiles, conexión con el mundo de la empresa durante los estudios…). Estudiantes a los que se les “mata” el interés por todo aquello que no tenga un resultado inmediato en notas. Con esos mimbres tenemos un sistema educativo que genera personas más bien pasivas, poco comunicativas, con muy poco espacio para seguir sus motivaciones, a las que nunca se les incentivó la creatividad para abordar nuevos problemas o nuevas soluciones y con una clara opacidad respecto a lo que es el mundo empresarial y las exigencias del mundo real donde su contribución será crucial en el futuro. Con estas rigideces educativas no podemos crear las capacidades necesarias para abordar una reforma en la gestión y capacidad para liderar los patrones de la competitividad empresarial. Estas rigideces educativas son, en definitiva, un lastre fundamental para crear un modelo productivo sobre los pilares del conocimiento. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Pongámonos a ello porque será la gran baza económica de nuestro futuro inmediato, del que emana nuestro potencial endógeno. Pongámonos a ello porque si no, no lograremos innovación y progreso en nuestros territorios. Y, sobre todo, no caigamos en errores comunes de pensar que la innovación se logra solo cuando se diseña un proyecto para una convocatoria de ayudas, o se tiene un departamento de I+D o muchas normas ISO. Innovar es hacer cosas diferentes bien sea para reducir costes, o simplemente para hacer cosas distintas que satisfagan las expectativas de los consumidores que, en definitiva, integran la sociedad en su conjunto. Y para hacer cosas diferentes la gestión de la empresa debe también ser diferente a lo establecido por los patrones clásicos. Resulta imprescindible poder alinear a toda una organización para conseguir una mejora continua. Esto implica disponer de una mentalidad abierta, dispuesta al cambio, vigilante del entorno para conocer las oportunidades que brinda la tecnología global, y la amenaza que supone la competencia, para aprender de los clientes, cooperar con los proveedores, crear lazos para aprender y sobre todo, cuidar a las personas como agentes de cambio. Y es que en el centro del éxito están las personas y el aprovechamiento de su experiencia e inteligencia. Cualquier miembro de una organización, independientemente de su cargo, puede ayudar a mejorar y a crear ideas de cambio, y esta concepción (muy bien apuntalada en argumentos por Gary Hamel, el nuevo Peter Ducker del management) está aun muy poco extendida en la cultura empresarial española. La complejidad del proceso de innovar arranca en la creación de ideas. No hay innovación si no se construyen el clima y los incentivos necesarios para que surjan ideas. Pero para aprovecharlas, para que permitan cambiar algo establecido, hay que evaluarlas técnica y económicamente. Suele citarse (Gary Hamel lo hace) una regla de “oro” entre los expertos en innovación que dice que por cada 1.000 ideas que se generan en una empresa, tan solo son viables unas 100, y de esas tan solo 2 ó 3 son las que Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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tienen un impacto real sobre la rentabilidad de la compañía. Por lo tanto, se necesita mucha capacidad para evaluar ideas, para conocer el mercado, para resolver problemas técnicos y para convertir en euros el proceso de innovación. En este contexto, resulta difícil y muy costoso para determinadas empresas llevar a cabo este proceso por ellas mismas. De ahí que hoy por hoy ya no se pueda hablar de innovación sin cooperación, sin disponer de socios tecnológicos que pueden ser desde centros de conocimiento hasta alianzas con proveedores, con empresas de la competencia o con distribuidores. Como decíamos, detrás de toda organización inteligente y creativa están las personas. El cómo se gestionen las personas será el pilar por el cual se forjarán (o no) organizaciones sostenibles. Pero las personas necesitan de otras personas para interactuar y mejorar. Y ahí es donde puede surgir uno de los grandes errores. Tendemos a creer que porque tenemos correo electrónico, una intranet, la posibilidad de hablar a través de la red a coste cero, o porque tenemos una cuenta de Facebook, la innovación y las ideas ya están servidas. De la misma manera, también caemos en el error de pensar que teniendo reuniones continuas en las empresas somos capaces de lanzar nuevas ideas para nuestras organizaciones. Sin embargo, ¿saben cuál es una de las grandes fuentes de ideas? Los encuentros informales entre personas con motivaciones similares y con talento suficiente en una materia concreta. Una parte muy importante de los trabajos académicos y de investigación, y por qué no, de los llevados a cabo en la empresa, se forjan en los pasillos, en conversaciones informales, en ratos de ocio. Nadie se levanta por la mañana y se dice “voy hablar con X persona que está investigando en un campo que nos interesa para nuestro producto”. Un simple encuentro con X, planificado o no, puede ayudarnos a interactuar, a crear ideas que luego se puedan convertir en algo útil. Y ese encuentro es muy difícil de sustituir por cualquier medio de comunicación digital. Claro que una vez que se tienen las ideas, y el contacto establecido, tenemos toda una batería de herramientas para su gestión, casi a coste cero, aunque Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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nos separen miles de kilómetros a las personas. Claro que podemos gestionar on-line la evolución de nuestros proyectos. Pero para gestionar las ideas y los proyectos, antes se nos han tenido que ocurrir. Esos pasillos hacia la innovación, esos espacios donde personas con talento divagan, analizan y contrastan sus motivaciones (y preocupaciones) con otras personas son vitales, a nuestro juicio, para el progreso. Las organizaciones inteligentes suelen crear esos espacios, y animar a la movilidad geográfica y a la asistencia a foros, a sus empleados. Esas organizaciones suelen localizarse en áreas geográficas con alta densidad de población, cuanto más diversa y formada mejor, y esto es posiblemente lo que explicará por qué unas ciudades, unas regiones y unos países saldrán primero y más reforzados de la actual crisis económica. El talento llama al talento, y su gestión genera pasillos hacia el progreso.

4_3  Innovación social: Otra forma  de competir La geografía económica mundial está plagada de ejemplos de concentración de industrias en determinadas zonas denominadas clusters, donde Michael Porter es la estrella académica en la investigación respecto a cuáles son los factores que explican su florecimiento. En Italia, la industria textil está ubicada en Carpi, la de mampostería y tratamiento del mármol en Carrara, instrumentos musicales en Castel Goffredo, la cerámica en Faenza, el deporte del automóvil en Módena, la moda en Milán, etc. En Suiza, la industria del tinte se encuentra ubicada en Basilea, los relojes de lujo se producen en Ginebra, el sistema bancario y de subastas en Zürich. En Alemania, la producción de cronómetros de precisión se realiza en la Selva Negra, la construcción de maquinaria de paquetería y embalaje en Dormunt, la banca en Frankfurt o la construcción naval en Hamburg y Brement. Otros ejemplos son Londres como la capital financiera del mundo, o zonas de alta tecnología como Silicon Valley, la Ruta128, la producción de aviones en Seattle, el material fotográfico en Rochester, y un largo etcétera altamente documentado en la literatura económica. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Una pregunta relevante, por tanto, es ¿qué hace que las empresas y las personas se tiendan a localizar en las mismas zonas y generen un espacio de elevada densidad económica? La respuesta no es obvia, sino que más bien es compleja. La primera intuición sencilla para responder a esta pregunta es que tanto las empresas como las personas ganan algo por estar cerca unos de otros, de lo contrario no lo estarían. Pero la respuesta tiene que ser algo más precisa. Para hacerlo de forma científica debemos acudir a las ideas expuestas por Alfred Marshall en 1890 y que posteriormente autores como Paul Romer, Kenneth Arrow, Robert Lucas y Paul Krugman, entre otros, han modelizado matemáticamente (salvo Romer, el resto de autores son Premios Nobel de Economía). Marshall identificó tres factores o fuerzas que favorecen la concentración industrial, denominadas “economías de aglomeración”. En primer lugar, gracias a la concentración de un número de empresas de una misma rama en el mismo lugar, se crea lo que se denomina un mercado conjunto de trabajadores cualificados, mercado que beneficia tanto a los trabajadores como a las empresas. Piense en el siguiente ejemplo, ¿dónde iría a trabajar si tiene unos estudios de ingeniería superior? La respuesta es que en la ciudad más cercana donde la probabilidad de que le contraten sean mayor. Y si fuera una empresa que necesita muchos ingenieros de primer nivel, ¿dónde pondría la empresa? Posiblemente buscaría la ubicación donde con más probabilidad encontrase personas con esa formación. En el proceso, personas y empresas buscan lo mismo, y la mejor manera de encontrarlo suele ser estar ubicado en el mismo sitio. Por lo tanto, hay movimientos circulares muy difíciles de romper: las ingenierías se desplazan a los lugares donde hay personas con estos estudios, y los ingenieros van donde están las ingenierías, porque es más probable que los contraten. Pues esto es a lo que se refería Alfred Marshall hace más de un siglo. En segundo lugar, también circular y poderosa es una fuerza de “atracción de actividad económica” que tiene que ver con lo que se conoce como el aprovisionamiento de factores difíciles de comprar en determinados territorios. Cuando emerge una especialización productiva de Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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un sector en un territorio, por ejemplo, en aeronáutica, parece que existe una telaraña que atrapa a todo tipo de empresas y actividades donde su base de especialización sea la aeronáutica. Al final en ese punto del espacio hay un entramado de actividades muy especializadas y muy competitivas en materia de aeronáutica, muy difíciles de romper, que generan ventajas endógenas, propias, de productividad. Esta localización empresarial selectiva se conecta con la inmigración de trabajadores, como veíamos anteriormente y, sobre todo, con el talento y la formación en esa área específica. ¿Dónde tiene más probabilidad de encontrar empleo una persona formada para ser astronauta? ¿Y una empresa cuya actividad se dirige a ese sector o similares? Hoy suele ser habitual que las empresas proveedoras de servicios avanzados acaben ubicadas allí donde están sus principales clientes y se creen ecosistemas empresariales que van tupiendo los territorios. Y, por último, Marshall observó que la proximidad geográfica entre personas y empresas genera un ambiente en el cual las ideas, la innovación y la adopción de tecnología fluyen de una manera mucho más rápida que en las ubicaciones aisladas. Esto es lo que se conoce como externalidades tecnológicas o de conocimiento (Knowledge Spillovers). Las empresas ubicadas cerca de otras empresas de la misma industria tienden a conocer la existencia de nuevas tecnologías y de nuevos mercados con más rapidez, lo que les hace ser más productivas que las aisladas. Por lo tanto, las nuevas tecnologías son adoptadas e intercambiadas con más rapidez donde la actividad económica es intensa. Esta difusión tecnológica entre empresas se produce por medios distintos, como la acción de espiar, la imitación o la contratación de trabajadores de la competencia. Otros motivos de la existencia de efectos de aglomeración de la actividad en el espacio, que en realidad están interconectados, son los relacionados con las dimensiones de los mercados y las posibilidades de especialización. Hay actividades económicas que requieren de un tamaño de mercado mínimo para que surjan, es decir, para que sean rentables. Por ejemplo, una ingeniería de carácter internacional nunca se localizaría en territorios con poco tejido empresarial a los que poder prestar servicios. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Por lo tanto, hay una serie de factores que parecen “agujeros negros” que atrapan actividad económica y personas. Y fíjese que al igual que hay poderosas fuerzas que están moviendo la descentralización de la actividad económica en el mundo, gracias a las TIC, hay también otros factores apegados al territorio y a la proximidad que no se pueden obviar, y que tienden a tener peso en las decisiones de ubicación de las empresas. La mayor parte de las teorías de la aglomeración sostienen que la productividad regional debería depender positivamente de la densidad de la actividad económica. De la misma manera, dichas teorías sugieren que las ciudades son los centros de actividad donde se potencian las economías de aglomeración, porque son las áreas de más densidad de personas, empresas e instituciones, frente a zonas más aisladas y poco conectadas. Existen dos trabajos de referencia (Ciccone y Hall, 1996; Ciccone, 2002) donde se han contrastado la existencia de este tipo de economías en Europa y Estados Unidos (el primero usando como unidad de análisis territorial la región, y en el segundo el de county, que es una subdivisión territorial de Estados Unidos similar al concepto de región europea). La conclusión fundamental de estos trabajos es que existen claras diferencias de productividad regional tanto en Estados Unidos como en Europa, y que estas están correlacionadas con los indicadores de densidad económica, es decir, de la aglomeración de la actividad empresarial, ciudadana y de las instituciones, en el territorio. Precisamente el propio Diego Puga, y un equipo de colegas, han publicado un trabajo de investigación sobre la economía francesa donde se demuestra que las disparidades regionales en Francia, en cuanto a productividad, está en las economías de aglomeración de las distintas ciudades. Por otro lado, estos trabajos sugieren que los efectos de aglomeración son más importantes para explicar las diferencias de la productividad regional que la educación, por ejemplo. ¿Cómo puede tener más importancia el espacio que la educación? En realidad no es que tenga más importancia, pero los modelos estadísticos aplicados lo que demuestran es que la formación de una persona aporta más Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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productividad dependiendo de la empresa y del territorio en el que se encuentre. No es lo mismo un ingeniero haciendo de cajero de un supermercado que un ingeniero diseñando estructuras de edificios sofisticados. La productividad de ese ingeniero es muy distinta. Y lo que se observa es que en unos territorios, y por seguir con el ejemplo, la probabilidad de que los ingenieros trabajen haciendo tareas de ingeniería es más probable que en otros. Si esto es así, lo que aporta un valor diferencial no son los estudios de ingeniería, sino dónde está la persona con esa formación, a qué se dedica y cuál es su aportación económica al territorio. Por esta razón, cuando se habla de talento, en realidad debería de añadirse la coletilla de talento que trabaja usando ese talento y mejorándolo. De nada sirve el talento si no se obtiene un valor económico y social del mismo en un territorio. Si nosotros, como ejercicio, analizamos la productividad del empleo en España entre las distintas regiones, observaríamos diferencias superiores al 65%. Por lo tanto, en Europa (y en el mundo) existen fuerzas de atracción de la actividad y las personas en el espacio, que a la vez se autorrefuerzan porque esa concentración genera ventajas de productividad a las empresas y a las personas. En definitiva, el territorio se convierte en sí mismo en una fuente de oportunidades para competir. A pesar de las TIC, o gracias a las TIC, el dónde cada vez importa más o cada vez importa menos. Antes de que se vuelva loco por la última frase, lector, a lo que nos referimos con esta aparente contradicción es que ahora existen menos barreras que le aten a un territorio. Como empresa y como persona con inquietudes, talento y capacidades, puede tener una mayor libertad de elección. Ya no hace falta tener la fábrica al lado para diseñar un iPod. Ya no hay que ubicarse donde estén unas minas, o donde haya salida al mar. Ahora los patrones son distintos, diferentes. Las TIC permiten esa flexibilidad, que puede romper o desplazar las economías de aglomeración hacia nuevos territorios. Pero eso no es una tarea inmediata, porque ahora entran en el puzle global varios retos completamente nuevos, los cuales no necesariamente están en la agenda política, empresarial y social de determinados territorios. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Aunque, como documentan los propios trabajos de Paul Krugman comentados, los fenómenos de localización de actividad económica no son modernos, sino que están muy difundidos en el tiempo y en el espacio. Además, se puede decir que los dos primeros factores apuntados por Marshall han sido cruciales en el desarrollo histórico industrial, esto es, la formación de un mercado de trabajo conjunto y el aprovisionamiento de factores específicos para el sector. Pero las TIC están convirtiendo en estratégicos los factores vinculados a las externalidades tecnológicas y la capacidad de que un territorio sea vivo e “inteligente”. ¿Es el proceso de aglomeración indefinido en el tiempo y entre industrias? ¿Cómo se puede romper? La respuesta es que nada es indefinido, y se puede romper involucrando al territorio, a la sociedad. En este sentido, Andrés Rodríguez-Pose tiene una línea de investigación sumamente interesante que sirve de contexto a la importancia de la innovación social. La innovación social se está convirtiendo en una poderosa fuerza para que un territorio (sus empresas, su ciudadanía y sus administraciones) se posicione en el mapa global. Es una fuerza, en sí mismo, que complementa y refuerza las trabajadas desde el propio Alfred Marshall. Al igual que las personas, hay territorios con más permeabilidad, capacidad de absorción, que otros hacia ideas nuevas, y disposición para estar conectado con el mundo. Territorios nutridos de personas con talento que saben buscar información, trabajar en red, aprovechar las oportunidades globales y crear con ellas riqueza. Territorios con instituciones ágiles, flexibles y una ciudadanía muy activa que trabaja por el progreso social. Territorios en constante cambio, ebullición, recibiendo constantemente nuevos inputs para procesar y experimentar. Cuando todo eso sucede, la capacidad de absorber innovación es muy superior por parte de las personas y las empresas de ese territorio. Y si eso se produce, las posibilidades para capturar inversiones, empresas foráneas y otras personas con más talento son mayores. Y si esto es así, la productividad aumenta y las posibilidades de generar riqueza también. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Figura 4.2.  Territorios de innovación: pirámide de actuación.

Fuente: Elaboración propia.

Andrés Rodríguez-Pose, sin entrar en tanto detalle y aproximando con ciertas variables clave, ha encontrado una fuerte conexión entre los filtros sociales y el dinamismo de los territorios. Territorios activos, con alta innovación social y con miras globales, tienen más probabilidad de generar economías de aglomeración que otros. Son territorios donde la actividad económica es más intensa, más productiva y con más capacidad para generar riqueza social. Todo apunta a que las políticas de innovación, asociadas a la investigación y el desarrollo tecnológico que se diseñaban por un lado, y las de sociedad de la información, orientadas a la apropiación que los ciudadanos o pequeñas empresas hacían de las TIC, y que Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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se diseñaban por otro, pasan ahora a un nuevo estadio donde ambas son dos caras de la misma moneda: los territorios de innovación. Este concepto contempla tanto la innovación empresarial como la innovación social, quedando superadas visiones excesivamente restringidas de la innovación basada exclusivamente en procesos de investigación (de ninguna forma se ponen en duda como imprescindibles pero su foco no debe ser exclusivo). Asimismo, las estrategias de sociedad de la información, fundamentadas en la adopción de tecnología por parte de la sociedad, dan paso a este nuevo concepto, el de innovación social, que reconoce a la ciudadanía un rol más determinante que el de la simple adopción de la tecnología, la capacidad de innovar. Así, entendemos los territorios de innovación como la capacidad de una sociedad para reinventarse a sí misma, dinamizando a sus agentes, públicos y privados, para que descubran las potencialidades endógenas, complementariamente atraigan otras capacidades exógenas y sepan articularlas para crear innovaciones que logren una mejor calidad de vida y una mayor competitividad empresarial en el territorio. La innovación no solo es empresarial, sino también social, cultural, educativa, de la gobernanza… La innovación debe traducirse en la conciencia colectiva de todos los agentes clave de un territorio que comparten la idea y la necesidad de reinventarlo de forma constante, asumiendo que siempre se está en un estado beta donde la mejora debe ser permanente. En este contexto de territorios de innovación, las TIC tienen un rol muy relevante. Su capacidad de afección transversal a toda la sociedad (tanto sectores económicos como ciudadanos, educación, administración…) le otorga un papel protagonista. Los territorios con mayor desarrollo tecnológico, con mayor capitalización tecnológica, son los que acumulan mayor innovación en todos los órdenes: social (educativa, cultural, ciudadana, gubernamental) y empresarial (alta concentración de empresas creativas y empresas tecnológicas, asunción de riesgo para emprender nuevos modelos de negocio, nuevas formas de gestión, banca Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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innovadora, formación más especializada y exigente que se traduce en acumulación de talento). En definitiva, son los territorios más competitivos. En un mundo cada vez más global, hay que crear territorios, ciudadanos e instituciones más globales. Que cuiden y mimen su cultura y sus diferencias, pero también que sepan captar nuevas oportunidades para crear riqueza y atraer a otras personas y a otras empresas en el proceso. Y esto requiere actuar. En el siguiente capítulo queremos dar pistas, titulares, ideas fuerza sobre las cuales se podría trabajar para fomentar, precisamente, una mayor innovación social en un territorio. Son lo que hemos llamado IRIS, Inputs para Reflexionar sobre la Innovación Social. Pero una forma de sintetizar gráficamente estas ideas es a través de la pirámide gráfica de la Figura 4.2.

4_4  Política Tecnológica, un fenómeno global: El papel de Europa Y en este contexto de innovación y capacidades tecnológicas, ¿qué posición ha tomado Europa? Déjenos empezar esta reflexión con una cita, larga, pero impecable, que sintetiza muy bien el papel y los retos de Europa: “Si los veinte últimos años han sido perturbadores, los veinte próximos serán probablemente más inquietantes. Surge un mundo nuevo, multipolar, en el que el poder es más difuso y la dinámica internacional más compleja. Con un crecimiento inferior al de sus principales competidores, la parte de la riqueza mundial de la UE disminuye inevitablemente. (…) Otras regiones toman la delantera gracias a unos mayores niveles de inversión en investigación, desarrollo tecnológico e innovación. Se prevé que en 2030, Asia esté en la vanguardia de las novedades científicas y tecnológicas, produciendo bienes de alto valor capaces de transformar la producción y la calidad de vida en general. Las industrias y servicios basados en el conocimiento y creativos se han extendido significativamente durante las dos últimas décadas, convirtiéndose en los pilares centrales del empleo y del dinamismo económico Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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en Europa. Los tiempos en que la ventaja competitiva de la UE se medía en costes salariales hace mucho que han quedado atrás. Hoy día la inteligencia, la innovación y la creatividad han pasado a ser los criterios de referencia. Son el seguro de la prosperidad futura de Europa. (…) Vivimos en un mundo que demanda no solo productos y mercados de alto valor, sino también, cada vez más, capacidades de alto valor. Y sin embargo, Europa se está quedando atrás en la carrera de las capacidades. Siguiendo las tendencias de inversión actuales, en 2025 (…) un millón de estudiantes chinos e indios estudiarán en el extranjero, llevándose a sus tierras asiáticas un tesoro de talento y experiencia. Lo anterior contrasta con la cifra relativamente reducida de estudiantes europeos que estudian fuera de Europa. En la educación superior, la UE también se queda atrás, con solo 27 universidades entre las 100 mejores del mundo, en comparación con 57 de Estados Unidos. (…) Una economía fuerte y competitiva en el mundo, caracterizada por una productividad elevada, es una condición previa para la mejora del nivel de vida. El crecimiento económico se basa cada vez más en los cambios tecnológicos y en el aumento de la especialización en el contexto de una mundialización que se profundiza. Esta evolución afecta a los trabajadores y a las empresas así como al funcionamiento de los mercados y a la administración de las sociedades, mediante un proceso de cambio estructural. La digitalización aumenta el margen de subcontratación, y la revolución de las TIC podría dar un amplio margen al aumento de la productividad en las décadas venideras. (…) El capital humano de la UE lleva mucho tiempo sustentando su economía, basada en una innovación y una creatividad de vanguardia. Pero ahora otras regiones toman la delantera gracias a unos mayores niveles de inversión en investigación, desarrollo tecnológico e innovación. (…) La UE está también escasamente representada en los debates políticos, empresariales y medioambientales que se llevan a cabo en el exterior de sus fronteras. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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(…) Para el horizonte 2020-2030, los europeos necesitamos una economía social de mercado altamente competitiva y sostenible, si queremos mantener la cohesión social y luchar contra el cambio climático”15.

Las recetas para enfrentarse a este puzle global desde la Unión Europea, según este Grupo de Reflexión, tienen que pasar inevitablemente por:  Preparar al sistema educativo para que forme a personas que van a vivir en transacciones laborales constantes, que precisan de flexibilidad, creatividad y capacidad de adaptación.  Combatir un sistema universitario europeo “caracterizado por el clientelismo y el corporativismo”, y apostar de forma decidida por la excelencia.  Simplificar el acceso a las ayudas públicas a la innovación.  Impulsar la creación de “polos de conocimiento” europeos, evitando la concentración en el espacio y la generación de “desiertos intelectuales”.  Urgir para que el Espacio Europeo de la Innovación sea una realidad, e impulsar “la Unión por la Innovación” para aprovechar la libre circulación de personas y capacidades europeas dentro de la Unión.  El proceso de europeización de la innovación, a la vez, tiene que ir de la mano, según este Grupo de Reflexión, de una mayor presencia y apertura global. La Unión Europea tiene que tener presencia destacada y capacidad de influencia y decisión en los ámbitos ambientales, políticos, científicos y empresariales mundiales.  Y todo ello sin dejar de lado dos ideas sumamente importantes: – Seguir impulsando “unos mercados mundiales libres que respeten los derechos de propiedad intelectual e industrial, porque constituyen el vivero esencial de la innovación”. – Y “facilitar una cultura de la asunción del riesgo y del carácter emprendedor (…) Solo esto permitirá a la Unión Europea cosechar todos los frutos de la investigación y la experimentación, y con ello crear nuevos empleos”. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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 “Proyecto Europa 2030. Retos y oportunidades”. Informe al Consejo Europeo del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE en 2030. Mayo, 2010.

Tabla 112 4.1.  Resumen de los principales objetivos de la Estrategia 2020. i-Economía Objetivos principales  La tasa de empleo de la población de entre 20 y 64 años debería pasar del actual 69% a, como mínimo, el 75%.  Alcanzar el objetivo de invertir el 3% del PIB en I+D, en particular mejorando las condiciones para la inversión en I+D por parte del sector privado y desarrollando un nuevo indicador que haga un seguimiento de la innovación.  Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% en comparación con los niveles de 1990, incrementar el porcentaje de las energías renovables en nuestro consumo final de energía al 20% y aumentar un 20% la eficacia en el uso de la energía.  Reducir el porcentaje de abandono escolar al 10% desde el actual 15% e incrementar el porcentaje de personas de entre 30 y 34 años con estudios superiores completos del 31% a, como mínimo, un 40%.  Reducir el número de europeos que viven por debajo del umbral nacional de pobreza en un 25%, liberando de la pobreza 20 millones de personas.

Crecimiento inteligente Innovación Iniciativa emblemática de la UE: “Unión por la innovación”. Mejorar las condiciones generales y de acceso a la financiación destinada a investigación e innovación con el fin de reforzar la cadena de innovación e impulsar los niveles de inversión en toda la Unión.

Crecimiento sostenible Clima, energía y movilidad Iniciativa emblemática de la UE: “Una Europa que aproveche eficazmente los recursos”. Ayudar a desligar crecimiento económico y uso de recursos, reduciendo las emisiones de carbono de nuestra economía, incrementando el uso de energías renovables, modernizando nuestro sector de transporte y promoviendo un uso eficaz de la energía.

Crecimiento integrador Empleo y cualificaciones Iniciativa emblemática de la UE: “Una agenda para nuevas cualificaciones y empleos”. Modernizar los mercados laborales facilitando la movilidad de los trabajadores y el desarrollo de cualificaciones a lo largo de la vida, con el fin de incrementar la participación en el empleo y de adecuar mejor la oferta a la demanda.

Educación

Competitividad

Lucha contra la pobreza

Iniciativa emblemática de la UE: “Juventud en movimiento”. Reforzar los resultados de los sistemas educativos y consolidar el atractivo internacional de la educación superior europea.

Iniciativa emblemática de la UE. “Una política industrial para la era de la mundialización”. Mejorar el entorno empresarial, especialmente para las PYME, y apoyar el desarrollo de una base industrial fuerte y sostenible que pueda competir mundialmente.

Iniciativa emblemática de la UE: “Plataforma europea contra la pobreza”. Garantizar la cohesión social y territorial de tal forma que los beneficios del crecimiento y del empleo lleguen a todos y que las personas afectadas por la pobreza y la exclusión social puedan vivir con dignidad y participar activamente en la sociedad.

Sociedad digital Iniciativa emblemática de la UE: “Una agenda digital para Europa”. Acelerar la implantación de Internet de alta velocidad y beneficiarse de un mercado único digital para familias y empresas. Fuente: “Europa 2020. Una estrategia para el crecimiento inteligente, sostenible e integrador”. http://ec.europa.eu/commission_2010-2014/president/news/documents/pdf/20100303_1_es.pdf.

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Y es que el problema de crecimiento que manifiesta la economía europea frente a la americana está altamente documentado. Las diferencias que existen entre ambos se traducen también en diferencias notables de productividad, empleo y renta. Y la explicación a esta situación hay que buscarla en la capacidad de la economía americana para atraer capital privado y canalizarlo en innovación e I+D, así como en el uso y la rentabilidad de las nuevas tecnologías. La capacidad de las empresas americanas para afrontar proyectos de innovación, de investigación y de transferencia de tecnología explica que, durante la última década, la inversión en I+D sobre el PIB en la UE-27 (y también es válido para la UE-15) permaneció estable en el entorno del 1,8%, mientras que en Estados Unidos esta inversión está cercana al 3% pero también de forma estable. Y estas dificultades de alcanzar a la economía americana, son además, mayores para acomodarse en un mundo que cambia, como hemos visto, y que está girando hacia economías emergentes donde sus telarañas para capturar ideas e inversiones internacionales empiezan a ser muy fuertes. Europa, en este contexto, está en constante reflexión y cambio. Requiere liderazgo y estrategias para, como área de gran influencia política, económica y social, liderar en un mapa global más incierto. En el momento de redactar este libro, Europa está en plena ejecución de lo que se ha denominado “Europa 2020. Una estrategia para un crecimiento inteligente, social y sostenible”. Esta estrategia se resume de forma brillante en la Tabla 4.1. Como se puede observar inteligencia, productividad, conocimiento, TIC, pobreza, sostenibilidad, forman parte del mismo cóctel donde Europa quiere posicionarse. Y algunos de esos condimentos son aquellos sobre los que hemos intentado reflexionar en este libro que tiene en sus manos. Por eso, queremos aportar una reflexión final respecto a los retos europeos sobre todo en materia de TIC. Las TIC son un componente esencial que define la estrategia de I+D a escala global, no solo en economías Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Tabla 4.2.  Empresas europeas y estadounidenses que más invirtieron en el subsector de servicios informáticos y software en 2006. Unión Europea

Empresa SAP

Estados Unidos

Incremento en Incremento en I+D 2006 I+D 2003-2006 I+D 2006 I+D 2003-2006 (MM €) (MM €) Empresa (MM €) (MM €)

País Alemania

1.298

302

Microsoft

5.400

–499

281

65

IBM

4.304

815

206

–279

Oracle

1.665

695

Business Francia Objects

148

76

Google

932

758

Fujitsu- AlemaniaSiemens Japón

145

3

Symantec

657

466

Dassault Francia Telent

Reino Unido

Amdocs

Reino Unido

142

51

Yahoo!

646

489

Sage

Reino Unido

141

55

CA

604

69

Misys

Reino Unido

132

0

Adobe

409

199

UBIsoft

Francia

131

57

Cadence

367

94

Indra

España

96

24

Intuit

331

137

2.720

354

Total

15.315

3.223

Total

Fuente: Informe 2009 sobre la I+D en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Unión Europea.

avanzadas. Las inversiones en I+D en nuevas tecnologías inciden de forma directa en el grado de competitividad del sector europeo de las nuevas tecnologías, pero también en los sectores auxiliares y dependientes de las mismas, así como en el dinamismo y desarrollo de los países miembros de la Unión Europea. Según el último dato disponible, el gasto global en I+D en el sector TIC en Europa supone el 0,32% del PIB, mientras que en Estados Unidos representa más del doble. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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Por tanto, la Unión Europea se encuentra aun muy por debajo de los objetivos fijados en Europa 2020, lejos del 3% del PIB, lo que puede tener como consecuencia una pérdida significativa y continua de competitividad por parte de la industria europea, así como una reducción en la participación a escala internacional de un sector que resulta estratégico para el desarrollo económico futuro de la Unión Europea. En términos relativos, al comparar el gasto de las empresas en I+D en TIC respecto al PIB, se observa que un tercio de la brecha con Estados Unidos se deriva del menor tamaño del sector europeo, mientras que dos tercios se deben a la menor intensidad de la I+D del sector europeo (expresada como el cociente entre el gasto de las empresas en I+D y el Valor Añadido del mismo). Una forma de sintetizar gráficamente las diferencias apuntadas es visualizar el mapa empresarial de la I+D. Según el Ranking Industrial de la I+D en la Unión Europea publicado en 2007, las 1.392 empresas más innovadoras del mundo destinaron más de 368.000 millones de euros a la I+D en el año 2006. De esa cantidad, el 35% se corresponde con empresas del sector TIC. Por otra parte, de las veinte empresas que realizaron mayores inversiones en I+D en el sector TIC a escala mundial, recogidas en la Tabla 4.2, ocho provienen de Estados Unidos y siete de Japón, mientras que tan solo cuatro son europeas. Esta distribución muestra que el dinamismo inversor de las empresas europeas se encuentra muy por debajo del mostrado por las empresas estadounidenses y japonesas. Sin embargo, es preciso destacar que tres de las cinco empresas que más recursos ejecutaron en I+D en el año 2006 en materia TIC en el subsector de los Equipos para Telecomunicaciones son europeas, frente a dos estadounidenses, lo que puede indicar que las empresas europeas en este subsector gozan de cierta ventaja competitiva frente a las procedentes del resto del mundo. Por tanto, puede concluirse que las compañías estadounidenses invierten en I+D seis veces más que las europeas en términos agregados, pero es que, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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además, la brecha se incrementa. Y es que entre 2003 y 2006, las compañías estadounidenses incrementaron su inversión en I+D casi diez veces más que Europa. Además de la potencia del crecimiento de Estados Unidos y Japón, hay que destacar el papel en este ámbito de países emergentes como Corea del Sur, Taiwán y otros como la India y China. No obstante, y a pesar del importante peso que están adquiriendo estas economías en el comercio/producción de bienes y servicios TIC, hay que decir que más del 50% del incremento en el gasto de la I+D del sector TIC a escala global entre los años 2003 y 2006, se ha producido en Estados Unidos. Los países más dinámicos dentro de la Unión Europea son Holanda, Finlandia, Francia, Reino Unido, Alemania y Suecia. Para abordar estas dificultades para competir en un sector estratégico como es el de las TIC, en el año 2005 la Comisión Europea presentó la estrategia i2010, cuya finalidad es impulsar el liderazgo europeo en materia TIC y poner los beneficios de la sociedad de la información al servicio del crecimiento y el empleo en Europa. La iniciativa i2010 se concibió en un marco estratégico para las políticas europeas relativas a la sociedad de la información y los medios de comunicación. Describe el impulso político global necesario para fomentar una economía digital abierta y competitiva en toda Europa y subraya por primera vez la importancia de las TIC para mejorar la calidad de vida. Su objetivo último es completar el mercado único de los productos y servicios de las TIC en beneficio de los consumidores, las empresas y las administraciones de Europa. En definitiva, se constata que Europa tiene un problema de crecimiento económico. Un problema agravado por la actual crisis económica. Abordarlo con garantías va a exigir algo más que los clásicos ingredientes de la ensalada del crecimiento económico. Porque esos mismos ingredientes, con más flexibilidad y con más capacidad competitiva también los tienen otros territorios, que están emergiendo con fuerza. Por ello, Europa tiene la obligación de responder con agilidad, con energía y con estrategias donde se Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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involucre el talento de la ciudadanía europea. Europa puede liderar una estrategia clara por la innovación social, para lograr modelos de crecimiento definidos en su Estrategia Europa 2020, es decir, más inteligentes, más sociales y más sostenibles. Hay que abordar el problema de la innovación (además de la óptica empresarial), desde otra óptica más global, con mayor impacto, porque es necesario abordarla desde un proceso que afecte a toda la sociedad (a los gobiernos y administraciones, las personas, la educación, la cultura, el arte, el ocio…). Europa tiene ante sí el reto de trabajar para crear contextos adecuados y terrenos donde cultivarse. Cuando existe capital social, permeabilidad social, confianza, relaciones abiertas entre agentes, intercambio de ideas, colaboración, incluso competencia, la innovación tiene caldo de cultivo y, sobre todo, teje telarañas sociales fuertes, resistentes y productivas que redundarán en la renta y riqueza de la ciudadanía.

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5_Inputs para reflexionar sobre innovación social: ¡Actuemos!

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na vez llegados a este punto, queremos compartir contigo, lector, una reflexión conjunta acerca del camino que ha de llevarnos hacia el progreso global en los territorios usando para ello las herramientas de las TIC y la innovación. El progreso territorial depende de la capacidad de una sociedad de reinventarse, dinamizar a sus agentes clave y su conocimiento para descubrir su potencial endógeno, y saber cómo articularlos para crear innovación social, lograr una mejor calidad de vida y aumentar la competitividad de las empresas. Para ello sería necesario impulsar lo que hemos denominado los IRIS, “Inputs para Reflexionar sobre la Innovación Social”, jugando con el significado anatómico —parte del polo anterior del ojo, constantemente activa que permite a la pupila dilatarse o contraerse de acuerdo a la intensidad que posea la fuente luminosa—. Esta metáfora es especialmente interesante, ya que la función del iris —como la de cada uno de los referenciados “componentes”— es regular la cantidad de luz que llega al cristalino —territorio— y todo ello en línea con la permeabilidad de la innovación que se produce en un territorio. Por tanto, es necesario identificar multitud de IRIS en el territorio que, según la intensidad de la fuente o fuentes de innovación, permitan regular la maquinaria y captar la luz necesaria en cada momento para favorecer la innovación social. Algunos de estos IRIS se presentan a continuación como ideas o recomendaciones para fomentar la innovación social, para crear ecosistemas de progreso desde el punto de vista del territorio. Para su presentación se utiliza una agrupación a través de distintos bloques que permiten al lector asociar y reflexionar sobre importantes conceptos que en muchos casos son la clave para despertar la innovación en ámbitos concretos de actuación de forma que la incisión en cada uno de dichos bloques garantice un progreso territorial sólido y fundamentado en la innovación social. En primer lugar debe concentrarse la atención en uno de los conceptos clave: el territorio. La innovación debe surgir desde el propio territorio por y para él mismo. En este sentido, para reinventar la sociedad es Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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necesario partir de sus capacidades y utilizar sus recursos endógenos de manera que se mejore su capacidad de innovación y se relacione con las necesidades, oportunidades y desafíos del territorio, considerado como marco global para la misma, que implica tanto a las personas como a las empresas sin olvidar la dimensión económica. A este respecto, es necesario potenciar una economía basada en el conocimiento, innovación, educación y sociedad digital que favorezca un crecimiento inteligente, social, global y sostenible, y que utilice eficientemente los recursos del territorio. Dicha innovación es también la clave para afrontar los retos futuros a los que se enfrenta la sociedad, es la capacidad de individuos, empresas y naciones enteras para crear continuamente el futuro deseado. Las nuevas condiciones territoriales surgidas mediante este esfuerzo tendrán un impacto directo sobre la ciudadanía, lo que junto con los resultados de las políticas de lucha por la igualdad de oportunidades, permiten a las personas mejorar sus condiciones de vida y desarrollar un papel activo en la sociedad. El punto de partida para fomentar la innovación en un territorio es la implantación y desarrollo de una cultura innovadora, mediante la que, desde los primeros estadios de formación de la personalidad y las habilidades de las personas (formación), la innovación se equipare a los principales valores que la sociedad intenta transmitir, tales como solidaridad, participación, sostenibilidad, etc. De este modo, la innovación podrá convertirse en un recurso generalizado en el territorio, una capacidad que todos los individuos podrían desarrollar y aplicar en sus actividades y negocios, y no en un recurso aislado y concentrado en determinados focos empresariales y de actividad. La meta es la transformación de la sociedad para que la innovación esté presente de manera continua en todos los procesos y fases de desarrollo de cualquier actividad, y no solo en el ámbito empresarial, sino en todas aquellas iniciativas cuyo impacto se refleje en cualquier arista de la sociedad y cuya herramienta decisiva sean las personas. Como se ha reiterado a lo largo del libro, las personas (y empresas) que conforman la sociedad actual están más Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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informadas, mejor comunicadas y, en general, cuentan con la posibilidad de acceder de forma cómoda y rápida a la información, prácticamente con un clic. Este hecho, de importancia indiscutible en sí mismo, tiene una implicación más importante, si cabe, derivada del poder que otorga la información y su conversión en conocimiento: el empoderamiento de la sociedad. La información, que se puede encontrar, compartir, almacenar e intercambiar fácilmente gracias a las nuevas tecnologías, puede considerarse un punto de partida para el surgimiento e implementación de la innovación, y desde este punto de vista, las personas, más informadas y formadas en la cultura de la innovación, son uno de los recursos más poderosos para potenciar la innovación. Por ello, debería otorgarse un mayor valor al capital humano, siendo necesario contar con una sociedad bien preparada, capaz de asimilar y aprovechar todo el conocimiento que se pueda absorber. La implicación de las personas —y las empresas— tanto en la generación de conocimientos como en la creación y extensión de la innovación en todos sus ámbitos a través de la participación, debe marcar el presente y el futuro de la sociedad. Una sociedad cada vez más propensa al aprovechamiento de oportunidades de desarrollo a partir de la identificación de aspectos mejorables, oportunidades o ideas que provengan de cualquier miembro de la misma, es decir, una sociedad que crezca a partir de lo que se denomina innovación abierta. De este modo, con los pilares anteriormente descritos (formación, valores, surgimiento de nuevas inquietudes…), así como con los instrumentos necesarios para favorecer el cambio (compromiso social, empresarial, alineación con intereses políticos, empresariales, etc.), debe desterrarse el concepto de innovación tradicional, centrada en los propios límites de la organización y donde “todo está bajo control” y volcarse una innovación acorde a las nuevas capacidades e inquietudes de la sociedad, en la que la integración de recursos, ideas, oportunidades o capacidades tanto internos como externos son la clave de su desarrollo futuro. Asimismo, la innovación es también un instrumento de competitividad y desarrollo económico. Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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La concepción de un nuevo producto o la prestación de un nuevo servicio, son armas poderosas para que una empresa capte mercado diferenciándose de sus competidores, ofreciendo algo nuevo que no ofrecen los demás. Sin embargo, la innovación es algo más que eso, es cualquier mejora en los procesos productivos, en la organización empresarial, en la estrategia comercial, etc. que otorgue a la empresa una ventaja competitiva en su mercado, y cuyo estadio final será su conversión en un resultado económico. Es por ello que el progreso de un territorio está marcado por la actividad del tejido empresarial y su vinculación con la innovación, pero también es cierto que el clima en el que se desarrollan y actúan las empresas, su entorno, es determinante. La productividad y la competitividad van íntimamente ligadas a las capacidades de aprendizaje e innovación de la ciudadanía. Por ello, el territorio, a través de sus diferentes agentes académicos, empresariales y públicos debe garantizar que las ideas innovadoras e investigaciones generen activación en la economía. Y no solo eso, sino que debe existir una sintonización perfecta con las prioridades de desarrollo de las regiones, como son la sostenibilidad o la cohesión territorial. En esta línea, la actualidad está marcada por la innovación en dirección al uso de energías renovables, la modernización del sector del transporte para favorecer la movilidad de las personas y/o la eficiencia energética como algunos de los principales medios de progreso de la sociedad. En este contexto, otro de los elementos clave es la gobernanza. La innovación debe extenderse al ámbito gubernamental, y su implementación debe ser una prioridad para el futuro. La evolución reciente hacia lo que se denomina e-Administración, basada en el desarrollo y la generalización de las nuevas tecnologías, debe dar un paso más hacia el Gobierno Abierto, en el que las administraciones públicas se alcen sobre los pilares de transparencia, participación y apertura a la opinión pública de cara a la toma de decisiones. Con ello, se avanza en la participación de la sociedad en la creación de servicios, valoración sobre decisiones políticas, propuesta de soluciones, etc., a través de mecanismos de escucha activa y participación. Es decir, Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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debe reflexionarse acerca de la aplicación de principios de innovación abierta a la Administración. Además, el enriquecimiento de la Administración que supone la participación de la sociedad en los procesos de gobernanza (conocimiento e información) podría tener una contrapartida, es decir, ese conocimiento e información podrían ser aprovechados y devueltos a la sociedad, empresas y emprendedores, cerrando un círculo de beneficio y crecimiento continuo (reutilización de información del sector público: open data). Otro ámbito para reflexionar en lo que respecta a la innovación y el progreso de los territorios es el relacionado con la innovación oculta. En cualquier actividad especializada, en cualquier empresa que incluso se manifieste como no innovadora, existe un proceso continuo de búsqueda de soluciones adaptadas a los inconvenientes que surgen. En muchos casos, estas pequeñas innovaciones se suceden de manera inconsciente en las organizaciones, no están sistematizadas, ni se corresponden con patentes, y son invisibles porque no se les pone el cartel de innovación, sin embargo, constituyen la base de procesos innovadores conscientes y sistemáticos. Por tanto, en toda empresa existe la innovación, consciente o no, y su identificación, tratamiento y aprovechamiento debe ser aun objeto de reflexión. Ello está relacionado con la necesidad de mejorar los sistemas de innovación. La innovación del sistema y la flexibilización del mismo son aspectos determinantes a los que hay que atender, diseñando mecanismos más ágiles y menos rígidos que no constriñan la capacidad de innovar y aportar de las empresas y los individuos que las constituyen, facilitando el flujo de la innovación y su materialización en proyectos y resultados tangibles. Todo lo anterior constituye la base fundamental de la reflexión sobre la innovación como detonante del progreso de los territorios, de la que pueden extrapolarse los condimentos para una sociedad innovadora: crecer para crear, compromiso para innovar y talento para ejecutar. De ello se desprende también la necesidad de contar con un entorno adecuado, más allá del ámbito de la Administración pública, referido a la existencia de espacios creados y dedicados a la innovación, es Coedición Fundación Riojana para la Innovación-Netbiblo

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decir, al fomento de la colaboración entre los agentes que participen en ellos, que potencien la generación de redes que puedan y sepan descubrir potencialidades endógenas, las complementen y articulen con el conocimiento exógeno para innovar, crear o modificar usos existentes, en pro del cambio y del avance hacia territorios más competitivos. Espacios dinámicos y vivos, abiertos al debate y a la innovación como componente imprescindible del desarrollo territorial. Con todo ello es necesario pasar de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento, aprovechando las ventajas y habilidades desarrolladas, obtenidas y permitidas mediante la extensión y el uso de las nuevas tecnologías. Como se ha mencionado a lo largo del libro, el acceso a la información que permiten las TIC da lugar a una gran cantidad de información, que es preciso agrupar, relacionar y trabajar para convertir en conocimiento. Y es ese conocimiento lo que realmente es útil para utilizar como herramienta de progreso para los territorios. Y ese conocimiento fundamental para la innovación debe entenderse como un instrumento para el aprovechamiento de oportunidades que mejoren la sociedad, tanto la ciudadanía como el entorno empresarial, contribuyendo hacia el progreso de los territorios. En este sentido, el uso de las nuevas tecnologías junto con el desarrollo de la innovación social deben enfocarse a la incisión en aspectos como la potenciación del mercado de trabajo, la lucha contra la pobreza, la mejora de la formación, la responsabilidad social empresarial, etc., y, en definitiva, a garantizar el futuro de los territorios.

La creatividad y la innovación en general, y la innovación social en particular, son factores esenciales para fomentar el crecimiento sostenible, asegurando los puestos de trabajo y así aumentar la capacidad competitiva de una región, especialmente en una situación económica y de mercados financieros en crisis.

José Manuel Durão Barroso

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¿Qué es la Fundación Riojana para la Innovación? Una Fundación privada, que busca difundir la cultura de la innovación en La Rioja, desarrollando un ecosistema que genere, propicie y fomente procesos innovadores en la región, y que busca difundir la cultura científica, el avance tecnológico y el espíritu innovador entre toda la sociedad haciendo de las personas las protagonistas del cambio social y económico en la región. Como institución privada e independiente está abierta a la participación de empresas e instituciones que quieran apostar por la innovación como elemento calve del cambio de modelo social y económico.

¿Por qué la Fundación Riojana para la Innovación? Cuando innovamos buscamos de forma permanente nuevas oportunidades, nuevas formas de hacer y nuevas respuestas ante los retos del futuro. Es ese espíritu basado en la novedad el que debe presidir todas las actuaciones que, dentro de un ecosistema innovador, se desarrollen. Ser capaces de enfrentarse a la evolución lógica de cualquier sociedad desde la confianza, la ilusión y la seguridad es el primer paso para lograr resultados que mejoren la vida de todos y cada uno de nosotros. La Fundación Riojana para la Innovación nace con ese objetivo: que cualquier riojano encuentre esa oportunidad para innovar, que cuente con los recursos necesarios para hacerlo y que ese proceso se desarrolle dentro de un ambiente que valore el esfuerzo, el compromiso y la capacidad de adelantarse al destino.

¿Sobre qué ejes desarrolla su actividad la Fundación Riojana para la Innovación?  PERSONAS Las personas siempre han sido la base de cualquier avance que se ha producido en nuestra sociedad a lo largo del tiempo. Y es nuestra obligación crear, fomentar, retener y atraer talento para que esos avances se produzcan de forma ordenada, segura y acorde al tiempo en el que vivimos. Porque, además, pensamos que La Rioja reúne unas condiciones excepcionales para que empresas y profesionales desarrollen sus proyectos innovadores en un entorno que estimula la creatividad, favorece la convivencia, ayuda a la integración y permite desarrollar en plenitud nuestras vidas.  SOCIEDAD Cuando hablamos de la necesaria gestión del cambio nos estamos refiriendo a la adecuada combinación de aquellas fuerzas que deben de coincidir en la misma dirección para que se genere un ecosistema innovador. Por ello, en la Fundación Riojana para la Innovación pueden participar todos los actores protagonistas de esta transformación. Financiación, redes de relación, estructuras, infraestructuras, formación, información, concienciación, apoyo público, respaldo social, todo ello hace posible que la aptitud individual, la actitud colectiva y el compromiso global produzcan resultados sostenibles en el tiempo.  EMPRESAS Las empresas son las destinatarias de una parte importante de nuestras acciones. No en vano son las encargadas de transformar el caudal de conocimientos y esfuerzos innovadores en productos y servicios al alcance de los ciudadanos. En el contexto actual no se pueden contemplar procesos innovadores sostenibles, si no están soportados por una base tecnológica igual de avanzada. Desde la Fundación queremos que la creación de pensamiento sea igual de importante que el desarrollo tecnológico, porque queremos que se nos juzgue tanto por nuestros propósitos como por nuestros logros.

¿Cómo se utiliza? Si tu móvil no dispone de lector de códigos, descarga e instala de manera gratuita el más adecuado según tu teléfono. Estas son algunas recomendaciones:  Si se trata de un iPhone, I-nigma es una buena opción: www.i-nigma.com/Downloadi-nigmaReader.html  Para modelos de Blackberry, puedes instalar Beetagg: http://get.beetagg.com  Si el teléfono es un Nokia o similar prueba, por ejemplo, Kaywa Reader: http://reader.kaywa.com

Abre la aplicación y enfoca el código QR. Al aceptar, se abrirá una ventana con el contenido del código.

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