Buenos Aires, domingo 25 de septiembre de 2011. SECCION 6
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Enfoques
Alfredo Ríos, “El Komander”, la voz de los narcocorridos mexicanos Es una de las máximas estrellas del polémico género que hace furor en su país, expresión de la cultura narco y de sus códigos de violencia y glorificación del dinero. PÁGINA 6
Una derrota llamada Afganistán
Hacia un Sistema Morénico Decimal
Diez años y 33.000 víctimas después del inicio de la guerra, el país asiático continúa sumergido en un caos de violencia e ingobernabilidad. PÁGINA 5
En el país ideal de Guillermo Moreno las mediciones libres e irresponsables exigen que se ponga un poco de orden, escribe Claudio A. Jacquelin. PÁGINA 2
| Entrevista con Roberto Gargarella |
| Explotación sexual infantil |
“Hoy, muchos intelectuales son servidores del poder”
VICTIMAS DEL PEOR DELITO Según Unicef, dos millones de niños y adolescentes son explotados en la millonaria industria del comercio sexual en todo el mundo. En Buenos Aires, se habla de al menos 6000 víctimas. Por qué no hay estadísticas. Cómo funciona la omertá que, muchas veces, une en un pacto de silencio a madres, policías y funcionarios
POR FERNANDA SANDEZ
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hí están. Sólo es cuestión de fijarse. Por ahí andan, solos o en grupo, y casi siempre mezclados con adultos. Nenes y nenas. Tienen ocho, once, doce, trece años. A veces más, a veces menos. ¿Son menores? Sí, claro. Esa es la idea: que sean menores, menorísimos, tan menores como se pueda. Hace cuatro meses, con su característica elegancia verbal, Aníbal Fernández se refirió en Radio Nacional al apetito por los “genitales jóvenes, genitales sanos”. Suena a zoncera siniestra, pero, aun sin haber sido probados, casos como los de Fernanda Aguirre, Sofía Herrera o María Cash hacen que sus palabras cobren otro peso, sobre todo porque rozan varias de las cuestiones que se juegan en la explotación sexual de niños y adolescentes: la juventud, que es también la fragilidad (física, social, económica), cierto guiño social a la erotización de la infancia (“¡Pero si es una nena!”, decía Francella, y estallaban las risas), y el poder detrás de cada transacción. El caso Candela –una de cuyas líneas de investigación, la trata, aún no ha sido descartada– volvió a poner el tema sobre el tapete, en una sociedad que se recrea con la erotización de la infancia y en donde niñas y jóvenes se desvanecen en el aire. Aunque repulsiva, la idea de chiquilines trocando sexo por dinero no es nueva. Lo que sin dudas es novedoso es el alcance y hasta la celebración del sexo prepúber. La antes llamada “prostitución infantil” cambia de nombre (hoy se habla de Explotación Sexual Comercial Infantil, o ESCI), pero no de mañas. Crece a la vista de todos. A la sombra de todos, amparada por una sociedad prostituyente que no sabe, no mira, no ve a sus niños, niñas y adolescentes rotos. La actual multiplicación de opciones de sexo con menores,
Sociólogo y constitucionalista, autor de una veintena de libros, señala la desigualdad como el mayor drama argentino, defiende la protesta social como expresión democrática y cuestiona el papel “justificador” de la intelectualidad progresista RICARDO CARPENA LA NACION
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uando a cualquiera le dicen “abogado constitucionalista”, no hay asociación libre que valga: la primera imagen que suele aparecer en la cabeza es la de un señor muy serio, conservador, de traje y corbata, que habla, en general, de manera pomposa. Pero los prejuicios estallan en mil pedazos cuando, por ejemplo, aparece Roberto Gargarella. Que, además de abogado y profesor de Derecho Constitucional en la UBA, es sociólogo, un empedernido cinéfilo, simpatizante del Frente de Izquierda que lidera Jorge Altamira y alguien que no usa traje ni corbata ni teléfono celular y que confiesa que en su vida influyó más una canción de Bob Dylan cantada por Nina Simone que todos los libros de Derecho Penal que pudo haber estudiado. Y que causa cimbronazos en el mundo político e intelectual cuando, como acostumbra a hacer en columnas periodísticas o en su blog, opina que la democracia “es un sistema plano, opaco y chato de votación”, cuando advierte que “la idea del orden sigue siendo reaccionaria” o cuando, de alguna forma, justifica los piquetes al poner su foco en que “muchas veces las causas de la protesta social tienen que ver con el incumplimiento del Estado de sus propias obligaciones constitucionales”. En este tipo de posturas se le nota su condición de discípulo del filósofo y jurista Carlos Nino, para quien los derechos individuales también incluían la existencia de los derechos socioeconómicos, y lo mismo queda en evidencia en su crítica al híperpresidencialismo, una de
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Continúa en la Pág. 3 FOTOS: SHUTTERSTOCK . ARTE DE TAPA: SILVANA SEGÚ