Hasta con las Mejores Intenciones: La Participaci on del Padre y la ...

Using the theory of planned behavior to understand binge drinking: The impor- tance of beliefs for developing interventions (Uso de la teor ıa de la conducta ...
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n Hasta con las Mejores Intenciones: La Participacio del Padre y la Teorıa de la Conducta Planificada ARMON RASHARD PERRY* CHERI LANGLEY* n en espan ~ol consulte Supporting Information del artıculo original en Para acceder a esta versio s‡ en Wiley Online Library (wileyonlinelibrary.com/journal/famp). ingle

En parte importante del discurso sobre la paternidad est a implıcito el supuesto de que si los padres quieren tener un rol activo en las vidas de sus hijos e hijas, pueden hacerlo y de hecho lo hacen. Si bien la investigaci on ha subrayado los factores asociados con la participacion de los padres, muy pocos estudios —o tal vez ninguno— han contado con la orientaci on de una teorıa que de cuenta de las intenciones de participacion del padre y su capacidad de llevar a la pr actica tales intenciones. La teorıa de la conducta planificada y su enfasis en las actitudes, las creencias de otras personas significativas y tener o no control para iniciar ciertos comportamientos es una conceptualizacion adecuada para responder preguntas relacionadas con la naturaleza compleja de la participacion paterna. Usando datos del Estudio de Familias Vulnerables y Bienestar de los Ni~ nos, el objetivo de este estudio fue poner a prueba la utilidad de la teorıa de la conducta planificada para predecir las intenciones de participaci on de los padres y su participacion reportada. Los  til para examinar resultados revelaron que la teorıa de la conducta planificada puede ser u la participaci on paterna y debiera ser usada en la investigacion futura para enriquecer la literatura sobre paternidad. Keywords: Padre; Paternidad; Participaci on Paterna; Teorıa de la Conducta Planificada; Familias Vulnerables Fam Proc x:1–16, 2013

 Y REVISION  DE LA LITERATURA INTRODUCCION

E

n el discurso p ublico y en las ciencias de la familia muchos suponen que si los padres tuvieran el deseo de participar activamente en las vidas de sus hijos podrıan hacerlo y efectivamente lo harıan.1 El supuesto de que la participacion activa y sostenida en el tiempo est a bajo control voluntario de los padres, sin considerar las circunstancias que rodean su forma de ejercer la parentalidad es erroneo y contribuye a la falsa dicotomıa seg un la cual los padres involucrados son buenos y aquellos que no participan o no pueden mantener su participaci on son caracterizados como vagos. Como respuesta a lo anterior, este estudio examina la teorıa de la conducta planificada (TCP) y su utilidad para explicar y predecir la intenci on de participaci on y la participacion reportada de padres de *Kent School of Social Work, University of Louisville, Louisville, KY.

La correspondencia relacionada con este artıculo debe dirigirse a Armon Rashard Perry, Kent School of Social Work, University of Louisville, Oppenheimer Hall, Louisville, KY 40292. E-mail: arperr01@ louisville.edu. ‡ “Even with the Best of Intentions: Paternal Involvement and the Theory of Planned Behavior”. (N. de la T.) 1 Los autores utilizan indistintamente los conceptos involvement y engagement en el sentido de participacion. Engagement tambi en significa compromiso. (N. de la T.) 1

Family Process, Vol. x, No. x, 2013 © FPI, Inc. doi: 10.1111/famp.12013

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escasos recursos que participan en el Estudio de Familias Vulnerables y Bienestar de los Ni~ nos.2  ltiEl inter es por la participaci on de los padres en la vida de sus hijos ha crecido en los u mos treinta a~ nos. Desde la perspectiva de las polıticas, gran parte de este interes se ha relacionado con los padres no residentes3 y su disposicion o capacidad de pagar una pension alimenticia (Ellis, 2005; Plotnick, Garfinkel, McLanahan & Ku, 2004). Sin embargo, debido a cambios en la sociedad m as amplia relacionados con el aumento de la participacion de las mujeres en el mercado laboral y las polıticas e iniciativas p ublicas que promueven la “paternidad responsable”, se est a alentando a los padres a tener roles m as activos en el crecimiento afectivo y el desarrollo de sus hijos (Lamb & Tamis-Lemonda, 2004). Especıficamente, hay m as inter es en aspectos de la paternidad como la cantidad y calidad del tiempo que pasan los padres en actividades de cuidado, el impacto de la participacion de los padres en la socializaci on de las y los ni~ nos y su capacidad o disposicion a ejercer la coparentalidad en forma efectiva con las madres de estos (Burton & Hardaway, 2012; Gaskin-Butler, Engert, Markievitz, Swenson & McHale, 2012; Marsiglio, Amato, Day & Lamb, 2000; McHale & Waller, 2012). A consecuencia de este aumento del interes por la paternidad y los roles de los padres la literatura sobre este tema se ha fortalecido. Adem as de los hallazgos de investigaciones que apoyan la nocion de que niveles m as altos de participaci on paterna con los ni~ nos y las familias se asocian con resultados positivos en diversas reas (Jackson, Choi & Franke, 2009; Marsiglio et al., 2000; Roggman, Boyce, Cook, Chrisa tiansen & Jones, 2004), varios estudios han destacado los factores que facilitan o truncan la participaci on de los padres. En concreto, en el nivel intrapersonal los investigadores han observado que ser capaz de contribuir al bienestar economico de los ni~ nos (Krishnakumar & Black, 2003), ser m as andr ogino (Sanderson & Sanders-Thompson, 2002) y reportar una mayor religiosidad (Roggman, Boyce, Cook & Cook, 2002) se han asociado a niveles m as altos de participaci on paterna. Por otro lado, haber estado preso previamente (Perry & Bright, 2012), tener un empleo precario, estar cesante (Bloomers, Sipe & Ruedt, 2002; Meyer, Ha & Hu, 2008) o tener una autoeficacia parental baja (Coles, 2009; Magill-Evans, Harrison, Benzies, Gierl & Kimak, 2007) se ha asociado con niveles m as bajos de participaci on paterna. En el nivel interpersonal, los investigadores han encontrado que convivir con los ni~ nos (Carlson, McLanahan & Brooks-Gunn, 2008) y tener una relacion positiva con la madre del ni~ no o ni~ na (Dunn, 2004; Fagan & Palkovitz, 2007; Hamer, 1998) se asocia con niveles m as altos de participaci on paterna. Sin embargo, tener una relacion tensa con la madre del ni~ no(a) en la cual ella hace de guardia de entrada (Arditti, Smock & Parkman, 2005; Laakso & Adams, 2006; Roy & Dyson, 2005; Waller, 2012) y que los padres reciban un bajo nivel de apoyo de su familia extensa (Perry, 2009) se ha asociado a niveles m as bajos de participaci on paterna. A nivel ambiental, las iniciativas y campa~ nas p ublicas y privadas orientadas a aumentar la consciencia de la importancia de que los padres esten involucrados se han vinculado con aumentos en la participacion paterna (Bronte-Tinkew, Bowie & Moore, 2007). Por el contrario, se ha observado que aspectos macroeconomicos como la decreciente disponibilidad de empleos industriales de baja y media especializacion (Roy, 2006) y polıticas p ublicas punitivas mucho m as intensas para obligar al cumplimiento de las pensiones de alimentos para los hijos (Bronte-Tinkew et al., 2007; Hall, Livingston, Henderson, Fisher & Hines, 2007) que el cumplimiento de los derechos de visita de los padres no custodios (Perry, 2006) dificultan una mayor participacion para muchos hombres. A pesar de las contribuciones de estos estudios al desarrollo de la literatura sobre paternidad, hay dos preguntas relevantes que siguen en gran medida sin respuesta. 2

Fragile Families and Child Well-being Study. (N. de la T.) Non resident en este contexto es el padre que no vive con sus hijos (por implicaci on, el padre no custodio). Resident status se ha traducido como estatus de residencia. (N. de la T.) 3

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Primero: ¿hasta qu e punto son los padres capaces de llevar a la pr actica su deseo de participar activamente en las vidas de sus hijos? Segundo: ¿que teorıa ofrece un marco concep til para guiar estudios empıricos sobre estas cuestiones? Buscando responder estas tual u preguntas, el prop osito de este estudio fue examinar la TCP y poner a prueba su utilidad en el contexto de la participaci on paterna.

 n Paterna y Teorıa Participacio En nuestra revisi on de la literatura encontramos que las y los investigadores habıan usado m ultiples teorıas como guıas de sus an alisis de la participacion paterna. Teorıas como la teorıa de la identidad (Dyer, 2005; Fox & Bruce, 2001; Kost, 2001; Roy, 2006), la teorıa de inversi on paterna (Doherty, Kouneski & Erickson, 1998; Fox & Bruce, 2001), el modelo te orico de participaci on paterna (Lamb, Pleck, Charnov & Levine, 1987), el modelo conceptual de paternidad responsable (Doherty et al., 1998), el modelo teorico de participacion paterna del padre no residente (Ibinger-Tallman, Pasley & Buehler, 1993), la teorıa del capital social, la teorıa ecol ogica (Pleck, 2007), la teorıa de roles (Christmon, 1990; Letie & McKenry, 2006) y la teorıa del intercambio social (Laakso & Adams, 2006) se han usado en investigaciones relacionadas con la participacion paterna. Cada una de estas teorıas tiene su m erito y ha mejorado nuestro conocimiento de los factores que influyen sobre ella. Sin embargo, su aplicabilidad es limitada en lo concerniente a explicar y predecir la participaci on paterna. Esta aplicabilidad limitada se debe a que existe un supuesto implıcito equivocado seg un el cual la voluntad y deseo de los padres de estar y permanecer activamente involucrados con sus hijos es suficiente para asegurar dicha participacion activa. La teorıa de roles y la teorıa de la identidad sostienen que los padres tienen m ultiples roles e identidades y que las tareas asociadas con cada uno de ellos est an ordenadas jer arquicamente en base a las prioridades paternas. Ası, los padres act uan o se involucran en actividades asociadas con los roles o identidades que ellos priorizan. Las teorıas de intercambio social e inversi on paterna plantean que los padres toman decisiones con respecto al tiempo, esfuerzo y energıa que est an dispuestos a invertir en la paternidad bas andose en un an alisis interno de costo-beneficio que sopesa los costos de las actividades paternas contra los beneficios y recompensas potenciales derivadas de involucrarse en ellas, y la atracci on relativa de usar sus esfuerzos de otras maneras. La teorıa del capital social se ocupa de hasta qu e punto los padres reciben los beneficios y ventajas asociadas a sus relaciones sociales o pueden traspas arselas a sus hijos(as), mientras que la teorıa ecol ogica plantea que los padres pueden contribuir al desarrollo de sus hijos en varios niveles del “sistema”, incluyendo micro, mezo, exo y macro sistemas. M as a un, el modelo te orico de participaci on del padre, el modelo conceptual de paternidad responsable y el modelo te orico de participaci on del padre no residente son m as descriptivos que prescriptivos. En otras palabras, su utilidad reside en su capacidad de ofrecer un cuadro de como se da la paternidad participativa m as que explicar y predecir los factores asociados a dicha participaci on o a la falta de ella. El hecho de que estas teorıas no den cuenta del grado en que participar y permanecer involucrados est a bajo el control de los padres limita severamente su utilidad para explicar y predecir la participaci on paterna. Esto se debe a que la afirmacion de que con solo tener el deseo de involucrarse y permanecer involucrado es suficiente para iniciar y mantener la participaci on paterna sugiere que los padres que est an o llegan a estar descomprometidos lo hacen por falta de inter es o compromiso parental. Esta simplificacion exagerada no toma en cuenta la naturaleza compleja y din amica de la participacion paterna, especialmente para padres de “familias vulnerables” que no son casados, tienen bajos ingresos o no residen con sus hijos y que posiblemente tienen acceso limitado a ellos. Fam. Proc., Vol. x, xxxx, 2013

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 n Paterna y Teorıa de la Conducta Planificada Participacio La teorıa de la conducta planificada se presenta como un lente teorico posible para examinar la participaci on paterna. Conceptualmente, la TCP es suficientemente vers atil para dar cuenta de la naturaleza din amica y compleja de la participacion paterna. La TCP fue desarrollada por Ajzen (1985) como extension de la teorıa de la accion razonada (TAR); ambas se centran en qu e es lo que motiva a un individuo a poner en pr actica un determinado comportamiento (Montano & Kasprzyk, 2008). La TAR fue creada inicialmente por Fishbein (1967) para estudiar la relacion entre las actitudes de un individuo con respecto a una conducta, la intenci on de llevarla a cabo y su ejecucion concreta. Al estudiar las relaciones entre estos tres factores Fishbein encontro que la actitud de alguien hacia una conducta era un predictor confiable de si se llevarıa a cabo (Fishbein & Ajzen, 1975). Al igual que las dem as teorıas que se han usado para tratar de predecir y explicar la participaci on paterna, la TAR supone que la conducta a realizar est a bajo el control voluntario de un individuo o que  este tiene el control necesario para llevar a cabo el comportamiento especıfico (Montano & Kasprzyk, 2008). Sin embargo, al igual que con muchos temas sociales y de salud, esto no siempre es ası. Por lo tanto, Ajzen (1991) ampli o la TAR para dar cuenta de estas conductas que pueden estar fuera del control voluntario de un individuo. Como consecuencia, la TCP sugiere que el comportamiento no s olo es una funci on de la intenci on de llevar a cabo la conducta, sino tambien de la capacidad del individuo de poner en pr actica dicha conducta (Montano & Kasprzyk, 2008). Aun cuando se ha utilizado con mayor frecuencia para explicar conductas de salud como por ejemplo patrones de sue~ no (Kor & Mullan, 2011), beber excesivo (French & Cooke, 2012), fumar (Ben, Golube & Shamrai, 2010) y uso de anticonceptivos (Suvivuo, Tossavainen & Kontula, 2009), tambien puede ser apropiada para examinar la participaci on paterna. La teorıa propone que el comportamiento humano est a determinado en gran medida por la intencion, y que esta est a determinada por tres factores: actitudes, normas subjetivas y control conductual percibido. Las actitudes son producto de las creencias del individuo acerca de los resultados de llevar a cabo una conducta y la evaluaci on de dichos resultados conductuales. Las normas subjetivas responden a que un individuo crea que otras personas significativas aprueban o desaprueban la conducta y la motivaci on que tenga para seguir la opinion de esas perso ltimo, el control conductual percibido est nas. Por u a determinado por las creencias de control de un individuo (por ej., si hay o no barreras al control que tiene sobre sus comportamientos) y por el poder que  este percibe que tiene sobre los obst aculos a vencer para llevar a cabo la conducta (Ajzen, 1991). Dar cuenta del control conductual percibido es importante porque Ajzen (1988) se~ nala que: “La teorıa supone que el control conductual percibido tiene implicancias motivacionales sobre las intenciones. Es poco probable que las personas que piensan que no tienen los recursos ni las oportunidades de llevar a cabo una cierta conducta desarrollen intenciones claras de ponerla en pr actica, incluso si tienen actitudes favorables hacia ese comportamiento y creen que otras personas significativas aprobarıan que ellos realizaran dicha conducta” (p ag. 133). Por tanto, la TCP es un lente te orico apropiado para examinar la participacion paterna porque da cuenta de su naturaleza din amica mediante el abordaje de los factores intrapersonales (por ej., actitudes y creencias), interpersonales (por ej., normas subjetivas o pensamientos de los otros significativos) y ambientales (por ej., limitaciones o recursos externos que influyen sobre las percepciones de control voluntario) que afectan las intenciones de los hombres en relaci on a su participacion y asimismo su capacidad de actuar en base a dichas intenciones. Como parte de otros estudios con TCP, French y Cooke (2012) reclutaron para su investigaci on sobre beber excesivo a estudiantes universitarios en el momento en que www.FamilyProcess.org

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PERRY & LANGLEY Variables Demográficas • Edad • Raza • Ingresos

Creencias sobre Conductas (Actitudes)

Normas Subjetivas

Intenciones de Participación

Participación Paterna

Control Conductual Percibido

Variables Control • • • • • • •

Estatus Matrimonial Residencia/Convivencia Relación de Coparentalidad Número Total de Hijos Biológicos Participación del Padre del Participante Mismo

FIGURA 1. Modelo Conceptual para la Teorıa de la Conducta Planificada y la Participaci on Paterna

ingresaban en un bar donde se veıan transmisiones deportivas por television. Encontraron que los estudiantes que planeaban beber en forma excesiva y posteriormente lo cumplıan tenıan m as probabilidades de evaluar el beber excesivo en forma positiva, de creer que sus amigos y sus equipos deportivos favoritos lo aprobarıan y tenıan dinero disponible para comprar grandes cantidades de alcohol. M as a un, en su estudio sobre mujeres embarazadas que estaban tratando de dejar de fumar, Ben et al. (2010) encontraron que las mujeres que tuvieron  exito fueron las que tenıan actitudes negativas hacia el fumar durante el embarazo y aquellas que tenıan personas significativas, tales como el esposo, la familia y el m edico a cargo, que creıan que ellas debıan dejar de fumar mientras estaban embarazadas. Sin embargo, seg un los autores “El factor que m as influıa sobre las intenciones de las mujeres de dejar de fumar mientras estaban embarazadas era su sensaci on de ser capaces de superar las barreras para dejar de fumar durante el embarazo (control percibido)” (Ben et al., 2010, p ag. 392). Por lo tanto, parece razonable pensar que para explicar y predecir en forma precisa la participacion paterna uno debe tomar en cuenta la actitud de los padres con respecto a involucrarse en las vidas de sus hijos, el grado en que otras personas significativas apoyan su participacion, y su capacidad para controlar circunstancias de la vida que afectan sus planes de participacion. Consecuentemente, la teorıa de la conducta planificada nos ofrece la oportunidad de estudiar la participacion paterna como una acci on volitiva con variaciones en el control voluntario, y la capacidad de medir dicho control. La Figura 1 muestra el modelo teorico que hipotetiza la relacion entre los constructos de la TCP, las intenciones de participacion de los padres y otras variables demogr aficas y de control, ası como el nivel reportado de participacion de los padres con sus hijos. Fam. Proc., Vol. x, xxxx, 2013

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 METODOS Fuente de los Datos Los datos para este estudio se obtuvieron de una muestra del Estudio de Familias Vulnerables y Bienestar de los Ni~ nos (de aquı en adelante “Familias Vulnerables”), un estudio nacional que sigui o a una cohorte de padres de escasos recursos, casados y no casados y a sus hijos peque~ nos. Todos ellos vivıan en veinte ciudades de los Estados Unidos que tienen una poblaci on superior a los 200.000 habitantes. El Estudio de Familias Vulnerables fue dise~ nado principalmente para investigar las condiciones de vida de familias de escasos ingresos en las que los padres no est an casados, c omo se desarrollan los hijos nacidos en ellas y como afectan a estas familias las polıticas locales y las circunstancias del contexto (Center for Research on Child Well-being4, 2008). La informacion para establecer la lınea de base se recolect o entre los a~ nos 1998 y 2000. Siempre que fue posible se entrevisto a los padres en el hospital, y si no estaban presentes en el parto se les contacto en otros lugares (Reichman, Teitler, Garfinkel & McLanahan, 2001). Se realizaron entrevistas de seguimiento a los progenitores despu es de 1, 3 y 5 a~ nos (Center for Research on Child Well-being, 2008). Dado que el foco de este estudio se relacionaba con las intenciones iniciales de participaci on de los padres y su participaci on posterior, se analizaron los datos de la lınea base y la informaci on recolectada en la medici on de seguimiento un a~ no despues. La decisi on de analizar los datos del Estudio de Familias Vulnerables se baso en que hace  enfasis en familias de escasos recursos, sin vınculo matrimonial ni residencia com un, y en los padres de dichas familias. El hecho de que la informacion se obtiene directamente de los padres y no de fuentes sustitutivas (proxies) es una de las principales fortalezas de esta base de datos y representa un avance con respecto a otras bases de datos de encuestas nacionales, incluyendo la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud, la Encuesta Nacional de Familias y Hogares, y el Comit e de Estudio de las Din amicas de Ingresos.5 En particular, el Estudio de Familias Vulnerables recoge informacion no solo del grado en que los padres participan en interacciones directas con su hijo(a), sino tambien sobre su relaci on con la madre del ni~ no(a), la familia extensa, las parejas actuales de las madres y los padres, como tambi en la salud fısica y mental de los padres, su educacion y su situacion laboral. En otras palabras: “El Estudio de Familias Vulnerables y Bienestar de los Ni~ nos est a ofreciendo la informaci on m as completa hasta la fecha sobre padres solteros, y lo est a haciendo con una muestra representativa a nivel nacional durante un perıodo de reforma sin precedentes en seguridad social y pensi on alimenticia (Reichman et al., 2001, p ag. 307).

Muestra La muestra para este estudio incluy o a 3.830 padres que participaron en la recoleccion de datos para la lınea de base del Estudio de Familias Vulnerables. El rango de edad de los participantes en este estudio era entre 17 y 71 a~ nos, con un promedio de 27,95 a~ nos y 2,91 hijos. Con respecto a la raza, 1.870 (48,8%) de los participantes se identificaron a sı mismos como negros o afroamericanos; 1.117 (29,1%) se identificaron como blancos, 144 (3,7%) se identificaron como nativos americanos, 103 (2,7%) se identificaron como asi aticos y 521 (13,6%) fueron clasificados en la base de datos como “otra raza”. Mil setenta y seis (28,1%) padres refirieron estar casados con la madre de su hijo o hija y 2.753 (71,9%) informaron que vivıan con el ni~ no(a). Las Tablas 12y muestran las distribuciones de frecuencias y las estadısticas descriptivas para todas las variables examinadas en este estudio. 4

Centro de Investigaci on sobre Bienestar Infantil. (N. de la T.) National Longitudinal Survey of Youth, National Survey of Families and Households, y Panel Study of Income Dynamics, respectivamente. (N. de la T.) 5

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TABLA 1 Estadısticas Descriptivas de la Muestra N = 3.830

Edad Control Conductual Percibido Relacion de Coparentalidad N umero Total de Hijos Creencias sobre Conductas Participacion Paterna

M

SD

27,95 3,11 9,40 2,91 11,16 35,03

7,27 1,32 1,19 1,37 1,29 12,54

TABLA 2 Distribuciones de Frecuencias de la Muestra

Raza Blanco Negro Otro Nativo Americano Asi atico Ingreso 0–14.999 15.000–34.999 35.000+ Intencion de Participaci on No Sı Estatus Matrimonial Casado No Casado Estatus de Residencia No Residente Residente Norma Subjetiva No Sı Participacion de Padre del Participante Muy Participativo Un Poco Participativo No Muy Participativo Nunca Conocio a su Padre

N

%

1.117 1.870 521 144 103

29.1 48.8 13.6 3.7 2.7

1.477 1.257 697

38.5 35.8 18.2

7 2.727

0.0 71.2

1.076 2.754

28.1 71.9

1.077 2.753

28.1 71.9

22 2.670

0.1 69.7

1.570 1.084 895 259

40.9 28.3 23.4 0.7

Medidas Participaci on Paterna La participaci on paterna se midi o usando una escala desarrollada por Mathematica Policy Research (2002). Los ıtems fueron elaborados inicialmente para un estudio de evaluaci on del programa Early Head Start (OMB# 09070-0143) del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Los ıtems fueron dise~ nados para medir el n umero y frecuencia de actividades de cuidado, sociales, cognitivas y fısicas en que participaban los padres con sus hijos, y tienen puntajes de consistencia interna que van de .72 a .84. En el cuestionario de Familias Vulnerables habıa ocho ıtems (por ej., “¿Cu antos dıas a la semana juega adentro con el ni~ no o ni~ na?”) cuyas respuestas variaban entre 0 y 7 dıas a la semana. En la presente muestra la consistencia interna de estos ıtems fue de .97. Fam. Proc., Vol. x, xxxx, 2013

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Relaci on de coparentalidad La calidad de la relaci on parental se midi o usando una escala del cuestionario de Familias Vulnerables. La escala incluıa cinco ıtems (por ej., “¿La madre del bebe es justa y est a dispuesta a hacer concesiones?”) con respuestas que variaban entre 1 = a menudo y 3 = siempre. Para la presente muestra la consistencia interna de estos ıtems fue .67. Intenci on de participaci on parental  nico ıtem del cuestionario de La intenci on de participaci on paterna se midio usando un u Familias Vulnerables. Las respuesta de este ıtem (“¿Desea usted participar en la crianza de su(s) hijo(s) en los pr oximos a~ nos?”) variaban entre 1 = sı y 2 = no. Actitudes/Creencias sobre conductas Las actitudes y creencias sobre conductas se midieron usando una escala del cuestionario de Familias Vulnerables. La escala incluıa tres ıtems (por ej., “¿Ser padre es una de las experiencias m as satisfactorias para un hombre?”) y las respuestas variaban entre 1 = fuerte desacuerdo y 4 = fuerte acuerdo. Con la presente muestra la consistencia interna de estos ıtems fue .73. Control conductual percibido El control conductual percibido se midi o combinando las respuestas de dos ıtems del cuestionario de Familias Vulnerables. Estos ıtems (“Si el padre del bebe provee sustento econ omico, ¿debiera tener derecho a ver al ni~ no regularmente?” y “Si el padre del bebe no puede proveer sustento econ omico, ¿debiera tener derecho a ver al ni~ no regularmente?”) tenıan respuestas de 1 = sı y 2 = no. Normas subjetivas  nico ıtem del cuestionario de Familias Las normas subjetivas se midieron usando un u Vulnerables. Las respuestas de este ıtem (“¿La madre del bebe quiere que usted participe en la crianza del ni~ no(s) en los pr oximos a~ nos?”) variaban entre 1 = sı y 2 = no.

RESULTADOS El an alisis de los datos incluy o dos an alisis de regresion m ultiple. Resultado del primer an alisis de regresi on fueron las intenciones de participacion de los padres y el segundo an alisis se centr o en el reporte de los padres de su participacion con el hijo o hija. La Tabla 3 muestra los coeficientes para las intenciones de participacion de los padres. Cuando se examinaron solamente las variables demogr aficas y de control, tanto la participacion de los padres de los propios participantes (b = –,036), como el estatus matrimonial (b = –,049) y la calidad de la relaci on parental (b = –,053) fueron predictores significativos de la intenci on de los padres de participar con sus hijos. Cuando se agregaron al modelo las variables de la TCP, tanto las creencias sobre conductas y actitudes (b = –,050) como las normas subjetivas (b = –,153) fueron predictores significativos de las intenciones de participar, mientras que el control conductual percibido no lo fue. La calidad de la relacion parental (b = –,049) continu o siendo un predictor significativo, mientras que la participacion de los padres de los propios participantes y el estatus matrimonial dejaron de serlo. La direcci on de los coeficientes en el modelo completo indico que relaciones m as positivas entre madres y padres se asociaban con intenciones m as fuertes de los padres de participar con sus hijos. Con respecto a los constructos TCP, actitudes m as positivas hacia la participaci on paterna se asociaban con puntajes m as altos en las intenciones de participar con los hijos. Esto tambi en era cierto en relaci on a las normas subjetivas, ya que cuando los www.FamilyProcess.org

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TABLA 3 Modelo de Regresi on M ultiple para las Intenciones de Participaci on Paterna

Modelo 1 B Variables Demogr aficas y de Control Raza 0.001 Edad 0.000 Ingresos 0.002 Participacion del Padre del Participante 0.001 Estatus Matrimonial 0.002 N um. Total de Hijos 0.001 Relacion de Coparentalidad 0.002 Estatus de Residencia 0.001 Variables de la Teorıa de la Conducta Planificada Actitudes/Creencias sobre Conductas Normas Subjetivas Control Conductual Percibido 0.031 R2 Cambio en R2

SEB 0.001 0.000 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001

Modelo 2 b .014 .000 .031 .036* .049** .012 .053** .033

B

SEB

b

0.001 0.002 0.002 0.001 0.003 0.000 0.002 0.002

0.001 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001 0.001

.012 .000 .029 .029 .048 .010 .049** .032

0.002 0.087 0.001 0.034 0.003

0.001 0.009 0.001

.050** .153*** .001

Nota. Los datos faltantes fueron reemplazados con el promedio *p < .05; **p < .01; ***p < .001

padres creıan que la madre de sus hijos querıa que ellos se involucraran, esto se asociaba con reportes m as altos de intenciones de los padres de participar con ese hijo(a). Las variables incluidas en el modelo completo dieron cuenta de 3,4% de la varianza explicada en las intenciones de los padres de participar e involucrarse con su hija o hijo. La Tabla 4 ilustra los coeficientes de participacion paterna reportada por los padres. Cuando se examinaron solamente las variables demogr aficas y de control, la raza (b = –,035), el estatus matrimonial (b = –,068), la calidad de la relacion parental (b = –,060) y el TABLA 4 Modelo de Regresi on M ultiple para la Participaci on Paterna

Modelo 1 B Variables Demogr aficas y de Control Raza 0.509 Edad 0.032 Ingresos 0.360 Participacion Padre del Participante 0.310 Estatus Matrimonial 1.981 N um. Total de Hijos 0.161 Relacion de Coparentalidad 0.520 Estatus de Residencia 1.862 Variables de la Teorıa de la Conducta Planificada Intenciones de Participaci on Actitudes/Creencias sobre Conductas Normas Subjetivas Control Conductual Percibido 0.034 R2 Cambio en R2

SEB 0.228 0.024 0.240 0.164 0.171 0.055 0.134 0.217

Nota. Los datos faltantes fueron reemplazados con el promedio. *p < .05; **p < .01; ***p < .001

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Modelo 2 b .035* .023 .028 .031 .068** .012 .060** .146***

B

SEB

b

0.466 0.030 0.417 0.312 1.924 0.141 0.469 1.922

0.229 0.025 0.241 0.165 0.175 0.153 0.135 0.232

.032* .020 .030 .029 .079*** .014 .054** .142***

0.329 0.482 0.991 0.033 0.038 0.004

3.678 0.122 2.078 0.119

.001 .061** .007 .004

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estatus de residencia (b = –,146) fueron predictores significativos de la participacion paterna reportada por los padres. Cuando se agregaron al modelo las variables TCP, se encontro que las creencias conductuales y actitudes (b =,061) eran un predictor significativo de la participaci on reportada por los padres. La raza (b = –,032), el estatus matrimonial (b =,079), la calidad de la relaci on de coparentalidad (b = –,054) y el estatus de residencia (b =,142) continuaron siendo predictores significativos de la participacion reportada por los padres. La direcci on de los coeficientes en el modelo completo indico que reportes m as altos de participacion paterna estaban asociados con el hecho de que los padres no se identificaran a sı mismos como pertenecientes a una minorıa etnica, que estuvieran casados con la madre de su hijo o hija, que tuvieran actitudes m as positivas hacia la participacion, que tuvieran relaciones m as positivas con las madres de sus hijos y que residieran con  estos. Las variables incluidas en el modelo completo daban cuenta del 3,8% de la varianza explicada en la participaci on reportada de los padres con sus hijos.

 DISCUSION El objetivo de este estudio era examinar la teorıa de la conducta planificada y poner a prueba su utilidad para explicar y predecir los factores asociados con la participacion paterna. Para hacerlo se realizaron una serie de an alisis de regresion. En el modelo multivariado completo de intenciones de participaci on paterna los resultados revelaron que las relaciones de coparentalidad m as positivas, el que los padres creyeran que las madres querıan que ellos se involucraran con los ni~ nos, y las actitudes y creencias m as positivas de los padres hacia la participaci on fueron todos predictores significativos. En el modelo multivariado completo para la participaci on reportada de los padres los resultados mostraron que no identificarse a sı mismos como pertenecientes a una minorıa etnica, estar casados con la madre de su hijo o hija, reportar una relacion de coparentalidad positiva con la madre, convivir con el hijo o hija, ası como tener actitudes y creencias positivas acerca de la participaci on con el ni~ no eran todos predictores significativos de niveles m as altos de participaci on paterna reportada. Dado que los padres blancos tienen mayores probabilidades de estar casados con la madre de su hijo(a) y menores probabilidades de no residir con el (Taylor, 2002), todos los predictores significativos de intenciones de participacion paterna y participaci on paterna reportada se han asociado con un aumento en la participacion paterna en otros estudios (Cabrera, Fagan & Farrie, 2008; Carlson et al., 2008; Dunn, 2004). Por lo tanto, los resultados de este estudio ofrecen respaldo adicional a los hallazgos de investigaciones previas. Lo que es a un m as importante, si bien los resultados de este estudio son preliminares, ofrecen cierto apoyo a la noci on de que es viable utilizar la TCP como un lente a traves del cual se podrıa comprender mejor la participaci on paterna. Dos de tres variables TCP fueron predictores significativos de las intenciones de participacion paterna de los padres, y una de las tres variables TCP fue un predictor significativo de la participacion reportada por los padres. Entre todas las variables incluidas en el modelo, las actitudes y creencias de los padres, ası como las normas subjetivas fueron los dos predictores m as importantes de las intenciones de participaci on, mientras que las actitudes y creencias de los padres fueron el tercer predictor m as importante de su participacion reportada. Si bien estos resultados fueron discretos, ellos tambi en apuntan al potencial poder explicativo de la TCP en relaci on a la participaci on paterna. Hasta donde sabemos, este estudio es el primer intento publicado de aplicar la TCP a la participacion paterna. Por lo tanto, es probable que nuevos estudios que se basen en este trabajo y analicen datos originales recogidos teniendo en consideraci on la TCP entreguen resultados m as poderosos con implicancias significativas para la investigaci on, las polıticas en familia y los profesionales que trabajan con padres. En otras palabras, los resultados de este estudio preliminar son importantes www.FamilyProcess.org

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por dos razones: ofrecen una base empırica para la nocion de que la TCP es relativamente  til para orientar investigaciones sobre los factores que predicen la participacion paterna, u y al mismo tiempo preparan el camino para futuros estudios que cuenten con una fundarea que en los mentaci on te orica acerca de la paternidad responsable y comprometida, un a  ltimos a~ u nos recibe creciente atenci on en la literatura sobre investigacion y en el discurso p ublico. A priori operacionalizamos el control conductual percibido usando ıtems que representaran las ideas de los padres acerca del grado en que los aspectos economicos podrıan impactar su capacidad de mantener una relacion con sus hijos. Sin embargo, parece razonable que el hecho de que un padre est e casado o no con la madre de su hijo(a), tenga una relaci on de coparentalidad funcional con ella y conviva con el ni~ no o ni~ na son todos temas relacionados con el acceso del padre a su hijo que pueden constituir una medida sustitutiva del grado en que los padres perciben que tienen control sobre su nivel de participaci on. En otras palabras, es probable que el grado en que los padres tienen acceso a sus hijos influya sobre su percepciones del nivel de control que tienen para involucrarse en actividades parentales con ellos. Estos temas de control percibido y acceso son fundamentales considerando las barreras que enfrentan muchos hombres de “familias vulnerables”, y tomando en cuenta que por lo general las cuidadoras primarias son las madres y ellas pueden ser “la guardiana de la puerta” o “la puerta de entrada” para su participacion (Herzog, Umana-Taylor, Madden-Derdich & Leonard, 2007; McBride et al., 2005; Roy & Dyson, 2005; Schoppe-Sullivan, Cannon, Brown & Mangelsdorf, 2008).

Implicancias Si bien los hallazgos de este estudio son muy modestos y debieran considerarse preliminares, tienen implicancias para las y los investigadores y clınicos. Concretamente, los investigadores interesados en la participaci on paterna debieran considerar la posibilidad de enmarcar sus estudios en el contexto de la TCP, de manera de poder no solo dar cuenta de las intenciones de los hombres de involucrarse y continuar participando con sus hijos, sino que incluir tambi en su capacidad de poner en pr actica estas intenciones. Por ejemplo, Bronte-Tinkew, Horowitz & Metz (2008) publicaron un informe de las evaluaciones de programas “modelo” de paternidad. Sin embargo, la revision de Perry (2011) de este informe revel o que s olo uno de los ocho programas recolecto informacion sobre la capacidad parental (por ej., el grado en que un individuo tiene o puede garantizar los recursos humanos y econ omicos necesarios para cumplir con el rol de progenitor). En lugar de ello, limitaban las evaluaciones del programa a examinar los avances de los padres en cuanto a conocimientos y habilidades de parentalidad y pago de pensiones de alimentos. Nuestro planteamiento es que las evaluaciones de este tipo serıan m as informativas si dieran cuenta del grado en que los padres tuvieron o pudieron garantizar los recursos necesarios para cumplir con sus roles como progenitores. Hacerlo no solo podrıa ayudar a determinar la eficacia de los programas, sino que tambi en aportarıa alg un insight acerca de cu anto control tenıan los padres para alcanzar las metas prescritas por el programa. Por lo tanto, investigaciones futuras sobre la paternidad debieran dar cuenta del nivel de control conductual percibido de los padres en relaci on a su capacidad de establecer y mantener una participaci on activa en las vidas de sus hijos(as). Esto es especialmente importante para los padres de familias vulnerables no matrimoniales y de escasos recursos. Por ejemplo, un n umero especial reciente estaba dedicado a examinar la influencia de la relacion de coparentalidad sobre varios aspectos del desarrollo familiar y del ni~ no(a) (Cabrera, Scott, Fagan, Steward-Streng & Chien, 2012; Waller, 2012) e intervenciones para mejorar las relaciones de coparentalidad (McHale, Waller & Pearson, 2012). En el futuro este tipo de estudios tendr a mayor valor informativo y explicativo usando la TCP y dando cuenta del Fam. Proc., Vol. x, xxxx, 2013

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grado en que los padres perciben que las relaciones de coparentalidad y otros factores ambientales influyen sobre su capacidad de poner en pr actica el nivel de participacion que se proponen tener. Ser a este tipo de estudios el que haga progresar la literatura sobre pat ltimo t ernidad y en u ermino tenga impacto sobre este campo al ayudarnos a entender mejor las din amicas llenas de matices que incentivan o desalientan a los padres a tomar roles m as activos en las vidas de sus hijos. M as a un, el hallazgo de que las actitudes de los padres hacia la participacion predijeron tanto las intenciones de participar como la participacion real sugiere que es importante que los clınicos ayuden a los padres, en especial a los que son padres por primera vez, a establecer actitudes y creencias positivas en relacion a la paternidad, como una forma de promover su compromiso con sus hijos. El hallazgo de que las normas subjetivas predijeron las intenciones de participaci on de los padres sugiere que los clınicos y otros profesionales no s olo debieran tomar en cuenta las actitudes de los padres con respecto a involucrarse activamente en las vidas de sus hijos, sino tambien en que medida sienten que otras personas significativas, tales como la madre del ni~ no(a), quieren que ellos se involucren. Esto es importante porque los sentimientos de los dem as acerca de la importancia de la participaci on de los padres son una norma subjetiva que probablemente influir a sobre sus intenciones de participaci on. Esta nocion est a respaldada por investigaciones que han concluido que en muchos casos la percepcion de los padres de la importancia que tiene su participaci on para la madre y los familiares de esta ha sido incluso mejor predictor de participaci on paterna que la percepci on que ellos mismos tienen de su propia importancia (Herzog et al., 2007). M as a un, los hallazgos de este estudio sugieren que mejorar la calidad de la relacion de coparentalidad tambi en puede ser una de las formas m as eficientes de aumentar la intenci on de los padres de involucrarse con sus hijos. Centrarse en mejorar la relacion de coparentalidad debiera ser algo vital para los enfoques de tratamiento de los clınicos, dado que muchos hombres, especialmente aquellos que no conviven con sus hijos, consideran que sus roles como padres y sus roles como esposos, novios o parejas est an interconectados (Baum, 2006).

Limitaciones Es necesario tomar en consideraci on varias limitaciones de este estudio. Tal vez la limitaci on m as grande fue que los an alisis de la presente investigacion se realizaron utilizando datos secundarios. El Estudio de Familias Vulnerables y su protocolo de recoleccion de los datos no fueron dise~ nados con la perspectiva de la TCP. Por lo tanto, las preguntas y las herramientas de medici on utilizadas en el cuestionario no eran las ideales para recoger informaci on que representara los constructos de la TCP. Por ejemplo, los ıtems de intenciones de participaci on de los padres y control conductual percibido se midieron usando respuestas dicot omicas de sı y no. M as a un, el control conductual percibido fue operacionalizado como una medida directa de intenci on. Sin embargo, otros estudios han medido control conductual percibido indirectamente a traves del poder percibido y las creencias de control (Ajzen, 2002). Este puede ser un factor importante a considerar por parte de investigadores futuros que utilicen la TCP, porque se ha se~ nalado que la percepcion que uno tiene de su control sobre la conducta, combinada con la intencion, debiera tener un efecto directo sobre el comportamiento, especialmente cuando el control percibido es una evaluacion acertada del control real sobre la conducta (Montano & Kasprzyk, 2008). Es posible que una medida indirecta de control conductual percibido hubiera sido m as apropiada para esta investigaci on en particular, o que la medida de control conductual percibido que se utiliz o este estudio especıfico (dos ıtems agregados de medicion directa) no haya reflejado dicho constructo como se pretendıa. Tambien hubo limitaciones con la medida de www.FamilyProcess.org

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participaci on paterna. Especıficamente, la medicion omite varias actividades importantes en las cuales un padre involucrado probablemente participarıa, tales como ba~ nar y cambiar pa~ nales. A un m as, la medici on s olo se centra en la frecuencia de la participacion paterna, sin considerar la calidad de dicha participacion. Otra limitaci on fue basarse en informaci on de autorreporte. Dado que los datos se recolectaron por medio de autorreportes, puede que algunos de los padres hayan ofrecido respuestas que consideraban socialmente aceptables m as que respuestas que representaran sus verdaderas creencias o niveles de participacion. Desconocemos si esto influyo sobre los resultados del estudio y c omo, pero esta limitacion podrıa explicar por que hubo muy poca variabilidad en el informe de los participantes de sus intenciones de participacion y las creencias en cuanto a si la madre querıa que ellos estuvieran involucrados o no en la crianza de su hijo. Finalmente, las variables incluidas en los modelos de regresion explicaron muy poca varianza en las intenciones de participaci on de los padres y sus niveles reportados de participaci on. Esto puede haberse debido a la escasa variabilidad en algunas de las medidas o al hecho de que estas variables no fueron dise~ nadas en el contexto de la TCP. No obstante, esto significa que hay otras variables no consideradas que podrıan haber contribuido a los an alisis, tales como los m ultiples impedimentos ambientales y estructurales que desalientan la participaci on de los padres.

CONCLUSIONES  ltimos 25 a 30 a~ En los u nos los investigadores, profesionales y autoridades responsables del dise~ no de polıticas se han enfrentado a m as y m as preguntas acerca de la participacion de los padres en la vida de sus hijos. En respuesta a ello ha habido un aumento significativo en la investigaci on sobre los padres. El resultado ha sido el desarrollo de un cuerpo creciente de literatura que examina la participacion paterna y su impacto en las familias. A pesar de sus limitaciones, los hallazgos de este estudio hacen una contribucion a la literatura sobre paternidad. Especıficamente, los resultados llenan un vacıo en la literatura al ofrecer alg un insight sobre los factores que facilitan o truncan la capacidad de los padres para llevar a la pr actica sus intenciones de tomar un papel activo en la vida de sus hijos y ofrecen respaldo empırico para una teorıa que puede servir de fundamentacion a estudios e intervenciones futuras sobre paternidad. Tomando en cuenta las limitaciones de este estudio la investigaci on futura puede tener un impacto en el campo al mejorar nuestra base de conocimientos y fundamentando intervenciones y polıticas que no solo apunten a aumentar el inter es de los padres por el crecimiento y desarrollo de sus hijos, sino que tambi en los posicione para que manifiesten dichos intereses e intenciones.6 REFERENCIAS Ajzen, I. (1985). From intentions to actions: A theory of planned behavior (De las intenciones a las acciones: Una teorıa de la conducta planificada). En J. Kuhl & J. Beckman (Eds.), Action-control: From cognition to behavior (Acci on-control: De la cognicion a la conducta) (pp. 11–39). Heidelberg: Springer. Ajzen, I. (1988). Attitudes, personality, and behavior (Actitudes, personalidad y conducta). Milton Keynes, CA: Open University Press. Ajzen, I. (1991). The theory of planned behavior (La teorıa de la conducta planificada). Organizational Behavior and Human Decision Processes, 50, 179–211. Ajzen, I. (2002). Perceived behavioral control, self-efficacy, locus of control, and the theory of planned behavior (Control conductual percibido y la teorıa de la conducta planificada). Journal of Applied Social Psychology, 32, 1–20.

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Traduccion de Psic. Soledad S anchez D., Instituto Chileno de Terapia Familiar, Santiago de Chile.

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