Hacia una mejor explicación de la desigualdad hereditaria

En contraste con las nociones progresivas y teleológicas de la evolución social planteadas por Herbert Spencer, la evolución darwiniana no presupone que.
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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) Cátedra de Teoría y Métodos en Arqueología Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo Universidad Nacional de Tucumán

Hacia una mejor explicación de la desigualdad hereditaria John E. Clark 2000 Mi punto de partida en este capítulo es la creencia optimista de que las mejores explicaciones de los fenómenos son tanto deseables como posibles. De ser así, necesariamente se deduce que algunas explicaciones son mejores que otras, que es posible realizar estas distinciones, y que debemos hacerlo. Aquí intento realizar un juicio de este tipo entre explicaciones rivales para los orígenes de la desigualdad hereditaria vista desde las perspectivas de la ecología evolucionista y la teoría de la acción o la práctica. Los obstáculos implicados en la comparación de las explicaciones son formidables, ya que las diferentes teorías son inconmensurables en algunas suposiciones básicas, lenguaje, métodos, y especificaciones de la evidencia crítica. La noción de “mejor” presume un estándar objetivo, o una realidad exterior, sobre los cuáles se pueden comparar y evaluar las explicaciones rivales, siendo la mejor explicación la que se aproxime más al estándar objetivo. Pero la “realidad” de cualquier fenómeno dado generalmente es parte de los debates explicativos y está definida en gran medida por la teoría ejercida sobre ella. Al evaluar explicaciones rivales, la decisión crítica es la elección del estándar mediante el cual serán medidas. Yo sugiero que un criterio útil para las explicaciones de los fenómenos sociales es su tratamiento de la agencia humana. ¿Cómo conceptualiza cada explicación a los agentes humanos? ¿Son seres humanos verosímiles con poderes creíbles que podrían haber tomado decisiones significativas en sus propios mundos, o son marionetas inconscientes manipuladas por fuerzas exteriores? Si ignoran a los humanos reales, las explicaciones son deficientes, independientemente de cualquier otro mérito. Sobre un asunto relacionado, el criterio estándar para la adecuación explicativa (la “aptitud” entre modelos y datos primarios) no nos preocupa aquí. Los datos críticos para los casos de prueba considerados aquí podrían ser fácilmente explicados utilizando cualquier marco teórico. El compromiso del investigador con un cierto modo de explicación precede, y es generalmente independiente, de cualquier conjunto de datos dado. Así, las consideraciones de datos arqueológicos o etnográficos específicos no pueden resolver por sí mismas la cuestión de los méritos o utilidades relativas de las diferentes teorías. Para poder realizar esta afirmación, es necesario examinar las suposiciones fundacionales de las teorías en cuestión y compararlas con un estándar independiente de la acción social y la agencia. Yo estoy comprometido con la proposición de que las explicaciones adecuadas de los fenómenos humanos, tales como los orígenes de la desigualdad hereditaria, deben incluir a los agentes humanos individuales como parte de la explicación. Dentro del grupo de teorías que cumplen con este requerimiento, debería ser posible evaluar a cada una de acuerdo al estándar 1

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) recién mencionado. Aquí intentaré una evaluación de este tipo sobre tres modelos explicativos diferentes para los orígenes de la desigualdad hereditaria, y me concentraré en el rol que se les da a los agentes individuales en cada una de estas. Estas explicaciones son representativas de dos perspectivas actualmente populares del cambio social: la ecología evolutiva, y la teoría de la acción o la práctica. Primero presento la explicación ecológica evolutiva de James Boone para los orígenes de las jerarquías sociales, y luego el modelo darwiniano de Herbert Maschner y John Patton de los orígenes de la desigualdad social hereditaria entre las sociedades de la costa noroeste de Norteamérica. A continuación sintetizo un modelo práctico que propuse con Michael Blake para los orígenes de la desigualdad social y las sociedades de clase en el sur de México (utilizo “sociedad de clase” y “desigualdad hereditaria” intercambiablemente). Al intentar evaluar los méritos relativos de cada una de éstas como una explicación de la “agencia”, examino las suposiciones básicas de cada modelo en relación a los agentes, las acciones, y los procesos sociales. En la siguiente sección reviso los postulados básicos de dos perspectivas teóricas y las explicaciones específicas de los orígenes de la sociedad estratificada y la desigualdad hereditaria derivadas de cada uno. El recurrir a las explicaciones específicas resalta los rasgos importantes de cada programa explicativo. Siguiendo los sumarios de los tres modelos, el resto del ensayo evalúa las fortalezas y debilidades relativas de cada uno mediante la exploración específica de cómo cada modelo conceptualiza a los agentes en los procesos que dan lugar al surgimiento de la desigualdad hereditaria. Concluyo que las teorías de la acción incluyen agentes más plausibles que las explicaciones evolutivas o darwinianas, y que por lo tanto constituyen explicaciones más creíbles y mejores. Dado mi compromiso con la teoría de la práctica, esta conclusión no debería ser sorpresiva, pero quizás si lo sean algunos de los argumentos provistos. El caso de la ecología evolucionista.La reciente avalancha de libros y ensayos sobre ecología evolucionista y arqueología darwiniana demuestra un renovado vigor por la teorización evolutiva en las ciencias sociales así como también una amplia variedad de variantes de las cuáles elegir. Más que con una teoría darwiniana única, uno se ve confrontado con una multitud de opciones para realizar comparaciones entre teorías y para evaluar su eficacia en la explicación de los cambios culturales. Luego de revisar las suposiciones comunes a las teorías merecedoras de la etiqueta de “evolucionistas”, me ocupo con dos ramas de la explicación evolucionista que conceden a los individuos algunos poderes activos en el proceso evolutivo. En particular, considero el trabajo de Boone sobre la consideración óptima para la emergencia de las jerarquías sociales, y la narrativa darwiniana sobre los orígenes de la desigualdad social hereditaria realizada por Maschner y Patton. Suposiciones básicas.A pesar de las notables diferencias, las diversas ramas de la teoría evolucionista y darwiniana comparten nociones de, en primer lugar, características variables y hereditarias dentro 2

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) de las poblaciones; en segundo lugar, selección natural; en tercer lugar, adaptación; y en cuarto lugar, aptitud biológica (fitness en el original). A su vez, estos conceptos presuponen otros tales como competición, tasas de supervivencia diferenciales, y eficiencias del diseño somático. El punto de partida para las explicaciones evolucionistas es el reconocer los hechos de la evolución humana y el proceso de la selección natural. El cuerpo humano con todas sus partes, pasiones, y propensiones (es decir, la naturaleza humana) es el producto de la evolución biológica. Este hecho es especialmente crítico en la comprensión de la psicología humana y la evolución del cerebro humano y sus capacidades cognitivas. A lo largo de los últimos varios millones de años, las circunstancias medioambientales han dictado lo que podrían constituir características útiles del cuerpo, mente, y psique primate y, consecuentemente, lo que podrían pasar como adaptaciones ventajosas para cualquier ambiente en particular. Aquellas criaturas individuales mejor equipadas para los ambientes particulares eran más aptas que otras, lo que significaba que tenían mayores posibilidades de sobrevivir, propagarse, y transmitir sus rasgos fenotípicos útiles a las generaciones siguientes. La evolución biológica es un proceso en ciego donde ciertas características demuestran tener un mayor valor de supervivencia que otras, y son seleccionadas por las circunstancias medioambientales. En contraste con las nociones progresivas y teleológicas de la evolución social planteadas por Herbert Spencer, la evolución darwiniana no presupone que el proceso evolutivo sea progresivo; más bien es contingente a las circunstancias medioambientales. Estos postulados básicos establecen claras líneas de guía y expectativas para todas las cuestiones evolucionistas. Por ejemplo, Los antropólogos darwinistas piensan que las creencias y valores que predominan en una cultura particular deberían ser los que maximicen el éxito reproductivo en el medioambiente a mano. Los psicólogos darwinianos deben entender cómo fueron las condiciones pasadas, luego deducir qué tipos de predisposiciones maximizarían la aptitud bajo esas condiciones, y finalmente predecir el efecto de las predisposiciones atávicas en los ambientes contemporáneos. (Richerson y Boyd 1992:87) Las explicaciones siguen un argumento estándar. “Los análisis ecológicos evolucionistas típicamente toman la forma de la siguiente pregunta: ¿En qué circunstancias ambientales los costos y beneficios de la conducta X son tales que la selección favorecería su evolución? Dicho sin rodeos, la evolución neo-darwiniana es una solución en búsqueda de un problema. La respuesta a todas las preguntas casuales referidas a la condición humana ya está dada, dejando al investigador la tarea de reconstituir el conjunto particular de circunstancias y presiones medioambientales que habrían sido seleccionadas para la característica particular de una especie. En contraste con la perspectiva ecológica cultural tradicional de las décadas de 1960 y 1970, la teoría darwiniana, en su composición actual, evita el problema de la adaptación y los beneficios grupales (o aptitud grupal); las fuerzas selectivas de la evolución biológica trabajan sobre los individuos más que sobre los grupos. Las ventajas adaptativas de las características 3

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) humanas deben forzosamente ser aquellas de los individuos. De esto se desprende que un enfoque en los individuos no sólo es posible sino que es un requerimiento básico de la teoría evolutiva. Bettinger y Richerson sostienen que “seguramente es este reemplazo de los grupos/culturas por los individuos como unidades básicas de análisis la consecuencia más revolucionaria de la teoría evolucionista”. Smith y Winterhalder abogan por un individualismo metodológico (MI) en sus modelos de optimización de la toma de decisiones en la evolución; como el término implica, el MI es un movimiento operacional que reduce los fenómenos sociales al nivel de los individuos, y toma a éstos como los puntos críticos de análisis. Otros abogan por agentes individuales, agencia, manipulación, moralidad, y libre albedrío. Si los individuos no hubieran exhibido diferentes conductas y preferencias en diferentes ambientes, la selección natural no podría haber sido capaz de elegir y seleccionar entre ellos. La agencia individual es necesaria para la teoría evolucionista; y, presumiblemente, ciertas tendencias a actuar como agentes independientes fueron en sí seleccionadas durante el proceso evolutivo. Un modelo óptimo para los orígenes de las jerarquías sociales.Boone provee un modelo elegante para la emergencia de las jerarquías sociales basado sobre los principios fundamentales de la conducta racional de optimización bajo ciertas condiciones sociales y ambientales. En la toma de decisiones, la “elección racional” significa la elección de los medios apropiados para conseguir los fines deseados, o pensamiento medio-fin, pero carece de implicaciones específicas sobre qué medios o fines serían los apropiados en una circunstancia cultural dada. Boone sostiene que el tamaño y la estructura de los grupos sociales están relacionados a los costos y beneficios de la formación grupal y los intereses mutuos de los individuos participantes. “Bajo condiciones de competición intensa o cuando ya no quedan territorios por ocupar, la falta de estrategias alternativas para los individuos podría promover la afiliación grupal incluso frente a la extrema desventaja de algunos, y quizás la mayoría, de sus miembros”. Él sintetiza estas condiciones especiales de la siguiente manera: Si los parches locales son casi iguales en calidad y en la probabilidad de quedarse cortos en producción en un año determinado, y generalmente todos los parches no se quedan cortos en el mismo año, se esperaría que los sistemas de intercambio de alimentos y objetos de valor permanezcan en una base más o menos recíproca de manera indefinida. Sin embargo, si algunos de los parches presentan consistentemente una mejor calidad, particularmente en el sentido de que están sujetos a escasez menos frecuentemente, el flujo de alimentos y objetos de valor se vuelve asimétrico…Bajo estas condiciones, una serie de relaciones asimétricas podrían ocurrir entre parches menos propensos al riesgo y los más propensos, resultando en el desarrollo de relaciones del tipo patrón-cliente. Por lo tanto, la variación local en la calidad de los parches, particularmente en términos de los niveles de susceptibilidad a cosechas fallidas en áreas que ya son caracterizadas por un relativamente alto grado de riesgo, debería ser un factor importante en la formación de las relaciones de desigualdad, resultando en algún grado de estratificación social.

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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) (Boone 1992:307) Los factores críticos aquí son, en primer lugar el carácter de los parches de recursos de subsistencia y sus relativas susceptibilidades a la escasez; en segundo lugar una suposición implícita de la falta de opciones para moverse hacia otros parches de recurso; y en tercer lugar la habilidad de los individuos para controlar y beneficiarse de los parches más confiables y mejores. El control de los mejores recursos en un ambiente de parches se traduce en el control sobre los bienes de valor intercambiables y eventualmente sobre las personas consignadas a los recursos más pobres y más propensos al riesgo. Estas condiciones son llamativamente paralelas a las propuestas por Carneiro para el origen del estado. Si la competición por los recursos es intensa, y si las condiciones de la circunscripción ambiental o social se aplican (significando esto que los individuos no tienen la opción de irse), entonces emergerá la cooperación grupal guiada por principios de jerarquía social, incluso aunque esto sea desventajoso para aquellos de menor estatus. Dadas estas condiciones, los individuos dominantes son capaces de explotar la situación del acceso diferencial a los recursos y de controlar los altos estatus sociales. Estos principios teóricos de intercambio y competición por los recursos son evidentes en los casos concretos de la emergencia de las sociedades estratificadas en la Costa Noroeste. Los orígenes de la desigualdad social hereditaria en la Costa Noroeste.La fecha de comienzo para la emergencia de la desigualdad social hereditaria y las sociedades estratificadas consecuentemente institucionalizadas en la Costa Noroeste es debatible. La evidencia más temprana de un “complejo enterratorio elaborado” data de alrededor al 1000 a.C., pero no existen claras evidencias de “grandes tamaños de casas y variación del tamaño de las mismas” antes del 500 d.C. Uno puede plantear que el proceso fue prolongado y que las atribuidas diferencias en la estratificación social de los linajes y los líderes de linaje no estuvieron completamente desarrolladas hasta cerca del 500 d.C., o incluso antes, hacia el 200 d.C. Antes del 200-500 d.C., el registro arqueológico demuestra, en primer lugar, la presencia de pequeñas aldeas; en segundo lugar, una dependencia en una gama de abundantes recursos marinos y terrestres; en tercer lugar, el complejo enterratorio elaborado recién mencionado; en cuarto lugar, la primera aparición de labrets (N.d.T. un tipo ornamento corporal al estilo aros pero en los labios), hojas azuelas de jade, implementos de piedra, espejos shamánicos, arte zoomórfico; y en quinto lugar, “distribuciones diferenciales de los ajuares funerarios, que incluyen ornamentos de cobre, conchas marinas, y ámbar”. Los restos esqueletales de individuos recuperados en algunos sitios también “muestran evidencia de decapitación, fracturas de cráneo deprimidas, y fracturas de antebrazo, sugiriendo agresiones y conflictos intensos”. Sin embargo carecemos de evidencia de grandes aldeas y grandes asentamientos de grupos corporativos. Con estos ya evidenciados para el 200-500 d.C., Maschner plantea que la desigualdad hereditaria y el linaje estratificado seguramente ya estaban en funcionamiento. Su explicación de las causas de este desarrollo se asemeja bastante a la teoría del conflicto para la evolución social planteada por Carneiro y su vinculación con las condiciones ambientales de la explotación de recursos y la circunscripción.

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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) El contenido del registro arqueológico y las reconstrucciones de las condiciones ambientales proveen importantes pistas hacia el proceso que llevó a la emergencia de la complejidad social en la Costa Noroeste. En su estudio anterior, Maschner señaló los siguientes factores críticos para el proceso: primero, “abundancia y predictibilidad de los recursos”; segundo, un límite de tamaño y densidad de la población; tercero, una distribución “irregular” de los recursos en el tiempo y el espacio, posiblemente con la complicidad de algún tipo de circunscripción ambiental; cuarto, la circunscripción social que impide la fisión del grupo; y quinto, “la oportunidad del control político y de los recursos” basado sobre (sexto) una psicología humana particular de “lucha jerárquica”. Maschner afirmó que en “todas las sociedades algunos individuos luchan por estatus y ventaja política”. “Cuando todas estas condiciones son cumplidas, los líderes surgirán de los linajes o grupos familiares más grandes”. En su posterior evaluación de este mismo caso arqueológico, Maschner y Patton se vuelcan hacia una teoría darwiniana para justificar la suposición inicial de Maschner sobre la psicología humana. El cuerpo humano, el cerebro, las capacidades cognitivas, las disposiciones psicológicas, y las capacidades para la cultura y la sociedad son vistos como productos de un largo proceso evolutivo que seleccionó aquellas tendencias enaltecidas de la “naturaleza humana”. La selección por parentesco, un concepto de la sociobiología, es particularmente crítica para el proceso de emergencia de la complejidad social. Predice que los individuos mostrarán una conducta altruista graduada de acuerdo a los grados de relación biológica; uno se sacrifica en primer lugar por sus hermanos e hijos y sólo de manera secundaria por personas con las que se está relacionado de manera más distante. “El valor de inversión en cada descendiente [es] medido por el cambio marginal en el valor reproductivo, esto es, por el cambio marginal en la contribución esperada al futuro pool genético”. La selección por parentesco provee una base teórica para el estudio de la desigualdad social heredable, apropiadamente basada en el nivel de la lucha por el estatus individual. Un modelo basado en la selección por parentesco predecirá que el parentesco será la unidad básica de organización social debido a que provee un nexo entre los intereses compartidos. (Maschner y Patton 1996:94) La perspectiva darwiniana también privilegia la competición por sobre las oportunidades o las aptitudes reproductivas. Los factores de aldeas densas y circunscriptas en conjunto con conflictos inter-aldeas y altos niveles de competición, crean el marco para que los individuos dominantes provenientes de los linajes más grandes dentro de las aldeas tomen a las mujeres de los linajes más pequeños, como en el caso del patrón conocido para las tribus Yanomano en las junglas del norte de Sudamérica. Para que el poder autocrático emerja, es necesario tener aldeas grandes y circunscriptas, linajes dominantes y líderes, y la “habilidad de ejercer coerción”. En contraste con el modelo de Boone, Maschner y Patton notan que el control sobre los recursos económicos o sobre la producción y la redistribución, no es necesario. “Lo que se requiere es un 6

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) medio por el cual un número de grupos corporativos distanciados o no relacionados se vean forzados a vivir en la misma comunidad”. El tamaño de los linajes, y el tamaño y la composición familiar de las aldeas son variables vitales. La habilidad de ejercer coerción sobre otros es una función directa del acceso al parentesco y varía en función del tamaño del grupo. “La formación de grupos corporativos es probablemente el cambio organizacional fundamental que lleva a las desigualdades sociales hereditarias”. El propósito de la lucha por estatus es aumentar el número de personas en uno de los grupos y de esta forma el poder sobre ellas. Los enfrentamientos armados, debido a la competencia por los parientes y en defensa del estatus, es probablemente la explicación final para el desarrollo de las aldeas sedentarias de grupos con múltiples parentescos. Vemos al desarrollo de las aldeas sedentarias como la única necesidad básica para la formación de las diferencias de estatus hereditarias. Una vez que los grupos de parentesco independientes son forzados a residir en el mismo lugar, existe la oportunidad para que los líderes de los linajes mayores se pongan en posiciones de autoridad y logren mantenerlas. Este estatus basado en el linaje es un principio fundamental de la selección por parentesco. (Maschner y Patton 1996:101) Este modelo para la evolución de estatus social adscritos para la Costa Noroeste es una mezcla interesante entre la teoría del conflicto y el neo-darwinismo. Maschner y Patton mencionan una condición necesaria (sedentarismo) pero resaltan también condiciones suficientes: “el estatus social hereditarios se desarrollará en todos los lugares donde las circunstancias sociales y ambientales lo permitan”. “Debe asumirse que la jerarquía social y la complejidad política surgirán donde sea y cuando sea adaptativamente posible”. Si puede suceder, sucederá. Esta última suposición no parece necesariamente implicada con el pensamiento darwiniano sobre las trayectorias evolutivas contingentes. Cualquiera que resulte ser el caso, la explicación de Maschner y Patton sobre los orígenes de la desigualdad hereditaria en la Costa Noroeste es audaz y sostiene un enorme poder explicativo. Si las instituciones jerárquicas realmente emergen donde cuándo y dónde sea posible, entonces el núcleo explicativo que queda para la arqueología, siempre que se enfrente con evidencias de sociedades jerárquicas, es determinar las condiciones ambientales especiales que proveyeron de la oportunidad suficiente. Esta visión difiere marcadamente de las expectativas que surgen a partir de la teoría de la práctica. El caso para la historia.Bajo la rúbrica de “historia” yo considero las ramas de la teoría de la acción y la práctica que conciben a los agentes humanos como históricamente contingentes y constituidos por las prácticas y eventos culturales previos a ellos. Al igual que con las teorías evolutivas, hay una variedad de teorías de la acción para elegir. Estas son a veces llamadas teorías de la “agencia” debido a que la acción es atribuida a individuos específicos o agentes grupales, pero “teoría de la agencia” es un nombre erróneo. No existe una teoría dedicada únicamente a la agencia debido a que, por definición, la agencia implica un lienzo más amplio de sociedad y cultura. Cualquier teoría 7

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) que lidia con los individuos y las elecciones individuales puede ser considerada una teoría de la “agencia” debido a que hay agentes implicados, pero una utilización de este tipo es contraproducente y más que clarificar las distinciones críticas las desdibuja, de la misma forma que recién notamos para los modelos ecológicos evolucionistas. La agencia es un fenómeno social inter-subjetivo preocupado principalmente con las condiciones y las posibilidades de la elección y la acción. Suposiciones básicas.El modelo para los orígenes de la sociedad jerarquizada descrito anteriormente está basado principalmente en la teoría de la “estructuración” de Anthony Giddens y la teoría de la “morfogénesis” de Margaret Archer. Estas teorías de la acción ignoran la evolución biológica y se concentran en la construcción social de las estructuras sociales, la cultura, la agencia, y sus modificaciones a lo largo del tiempo. La sociedad, la cultura, la práctica, las normas, las creencias y demás son todas social e históricamente contingentes debido a que son productos de los procesos histórico-culturales, no factores casuales de tiempo y circunstancias como se describió anteriormente. Cada individuo nace y es socializado en un sistema socio-cultural. Las normas y las prácticas inculcadas proveen limitaciones y oportunidades para poder actuar en el mundo, pero éstas también son modificadas por y a través de la acción humana. La acción es motivada, intencional, y está basada sobre varios grados de conocimiento concerniente a las normas culturales y las costumbres sociales de un sistema dado. Las habilidades y deseos que uno tiene para actuar en el mundo están parcialmente determinados (dirigidos por limitaciones culturales), no completamente. Las teorías de la acción y la práctica ven la continuidad o el cambio de las instituciones sociales como dependientes de numerosas decisiones tomadas por los actores individuales. Por lo tanto, como los modelos de la reproducción social, estas teorías ven a la continuidad y el cambio social como igualmente problemáticos ya que ambos dependen de las acciones impredecibles de los agentes humanos y de las consecuencias no deseadas de esas acciones. Las teorías de la práctica requieren un modelo que conceda un peso igual a la estructura social, la cultura, y la agencia individual, con especial atención puesta en el tiempo. En cualquier circunstancia dada, cada actor tiene agencia, es decir el poder de haber actuado de otra manera. La habilidad “de haber actuado de otra manera”, al ser confrontada con la oportunidad de elegir, es la medida de la agencia y el libre albedrío. Los actores tienen varios grados de libertad, bajo cualquier circunstancia dada, de actuar en formas que ellos consideren apropiadas, y por cualquier razón que los motive. Sin embargo, no son libres de elegir las consecuencias de sus acciones. Una vez que se elije una opción por sobre otra, se desprenden consecuencias lógicas y materiales, y éstas se vuelven parte de las condiciones previas e históricas para las acciones subsecuentes. Al igual que con la ecología evolucionista, los resultados de la acción social son contingentes y no necesariamente progresivos. Los agentes actúan por sus propios intereses percibidos, que pueden diferir radicalmente entre un agente y otro, pero no necesariamente son exitosos en demostrar las metas a las que aspiran. En resumen, la mayoría de las variantes de la teoría de la práctica siguen el dictamen de Karl Mark 8

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) sobre el proceso histórico: “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias que se encuentran directamente ancladas, dadas, y legadas por el pasado”. Los agentes humanos hacen la historia mientras que al mismo tiempo son moldeados por las prácticas antecedentes. Esta recursividad de la reproducción social tiene implicaciones novedosas para la explicación de la transición de sociedades igualitarias a jerarquizadas. Los orígenes de las sociedades jerarquizadas en el sur de Mesoamérica.La información arqueológica reciente del extremo sur de México sugiere que las aldeas completamente sedentarias más tempranas y las sociedades jerarquizadas se desarrollaron allí entre el 1600-1400 a.C. Michael Blake y yo planteamos que el desarrollo de las distinciones de rango hereditarias en esta región fue “el resultado de la competición entre actores políticos disputando por prestigio y respeto social”. Nos referimos a estos actores como “aggrandizers”: individuos motivados por varias razones personales para acumular y distribuir excedentes en la construcción de sus reputaciones, haciendo esfuerzos por atraer seguidores, clientes, y otros aduladores a sus órbitas de influencia. Es importante notar que nuestro modelo de “aggrandizers” es necesariamente un modelo de agencia, pero la agencia no sólo implica la conducta de enaltecimiento (N.d.T aggrandize se traduce como enaltecer, de allí el término “aggrandizer”) o suposiciones de “altruismo extremo”. Nuestro modelo para la jerarquización implica en su proceso los siguientes factores y circunstancias:        

Un conjunto de condiciones ambientales necesarias para la producción de excedentes Tecnologías tradicionales y prácticas de subsistencia Un límite mínimo de tamaño y densidad poblacional Interacción social entre personas y grupos dentro de una región pequeña Antecedentes de creencias y percepciones culturales sobre la humanidad, la naturaleza, y el cosmos Multitudes de agentes, incluyendo buscadores de estatus, aquellos motivados para seguirlos, y esposas, hijos, y parientes de cada uno de estos Implicaciones lógicas de la entrega de regalos Suerte y contingencias históricas.

Nosotros vemos a los orígenes de la desigualdad y la jerarquización hereditaria como históricamente contingentes sobre condiciones y decisiones culturales hechas por agentes individuales antes que sobre una consecuencia necesaria de procesos ecológicos o el resultado del libre albedrío premeditado y desenfrenado. Las condiciones ambientales, tecnológicas, culturales, sociales, y psicológicas fueron críticas para el proceso pero no deterministas, ya sea de manera aislada o en conjunto. Las actividades enaltecedoras fundamentales para la emergencia de la sociedad jerarquizada en Mesoamérica pueden haber incluido el auspicio de festines y fiestas de bebidas; la producción de bienes artesanales especiales (por ejemplo recipientes de cerámica y 9

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) piedra, joyería en piedra) usados como regalos; la construcción de edificios e instalaciones especiales; y el patronazgo de eventos deportivos. Nosotros sostenemos que las primeras cerámicas en las tierras bajas del sur de Mesoamérica deben su elegante apariencia y forma al patrocinio hecho por “aggrandizers” a los especialistas en cerámica con el expreso propósito de confeccionar recipientes para los rituales o fiestas, y sospechamos que los cultígenos de tierras altas tales como el maíz y el poroto pueden haber sido traídos a este ambiente de tierras bajas para la realización de comidas y bebidas especiales para que sean servidos en tales ocasiones. El descubrimiento reciente de una cancha de pelota temprana en la comunidad más grande de la región nos lleva a sospechar que los “aggrandizers” también estaban involucrados en los proyectos de trabajos públicos y que pueden haber organizado juegos competitivos. Es significativo que la cancha de pelota fue construida al lado de una estructura doméstica que poco después fue literalmente elevada y reconstruida como la primera residencia del jefe de la comunidad. El mecanismo que permitió que los “aggrandizers” fueran exitosos en sus empresas competitivas fue el “espíritu del obsequio”. Los “aggrandizers” gastaron sus vidas formando reputaciones mediante la entrega de obsequios y favores a otros, siendo su principal remuneración las alabanzas, estima, y lealtad devuelta por sus simpatizantes. Gran parte de su prestigio y fama fue una compensación lógica a la entrega de obsequios no recíproca; los beneficiarios que quedaban en deuda con la generosidad de los “aggrandizers” quedaban socialmente obligados con él. Por medios tan simples, las valoraciones sociales de varias personas comenzaron a cambiar. La transición de “aggrandizers” a jefes hereditarios fue el resultado de las percepciones cambiantes y las actitudes aldeanas que pasaron de resultaron en diferencias crónicas y rutinarias en los estatus alcanzados entre los “aggrandizers” y otros aldeanos. Inicialmente, esto puede haber sido simplemente gratitud por los favores o servicios prestados, pero eventualmente alcanzó nuevos niveles con nociones cambiantes de personeidad y características heredables de valor social. Las personas eventualmente llegaron a creer que algunos aldeanos nacían siendo mejores que otros. Una comparación de las explicaciones.Varios estudiosos han comentado sobre una aparente convergencia de los intereses y los conceptos entre las explicaciones de la evolución y de la acción. Como es aparente en los modelos precedentes de desigualdad hereditaria, ambas teorías lidian con problemas explicativos similares, en escalas de análisis similares, y se basan en conceptos de tomas de decisiones racionales, estrategias individuales, y agencia. Sin embargo estoy más sorprendido con las profundas diferencias subyacentes a la convergencia superficial de lenguaje y conceptos. A pesar de que ambas teorías parecen compartir muchos intereses y suposiciones, las similitudes promocionadas son más aparentes que reales. En la siguiente discusión, considero cuatro dimensiones de las explicaciones precedentes que conciernen, primero, a los conceptos básicos relacionados con la acción, los agentes, y la sociedad; segundo, las percepciones del problema explicativo; tercero, las metas explicativas; y cuarto, los métodos de investigación y los análisis.

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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013)

Sobre los términos y conceptos básicos.Un rasgo común que une los tres modelos para los orígenes de la desigualdad hereditaria es su aparente compromiso con las explicaciones centradas en los individuos o los agentes. ¿Los individuos en estos reportes comparten los mismos tipos de poderes activos? O preguntado de manera diferente, ¿son el mismo tipo de agentes? Los individuos en la narrativa ecológica conductual de Boone son agentes MI (individualismo metodológico) particularmente adeptos en la toma de decisiones de medios-fines, estrategias teóricas de juego, y optimización eficiente de los recursos calóricos. En contraste, los individuos principales en la evaluación darwiniana de Maschner y Patton parecen ser de un tipo bastante diferente; los factores primarios son las tendencias psicológicas de los líderes de linaje a competir y ejercer coerción sobre otros para hacer sus ofertas. El énfasis está en la personalidad, como biológicamente determinada, más que sobre las decisiones óptimas para maximizar las aptitudes a expensas de los individuos más débiles. El cerebro se opone al músculo en estas evaluaciones evolutivas dispares. Pero en cada instancia, las características cognitivas y psicológicas indispensables son vistas como productos de un largo proceso evolutivo. En nuestra narrativa práctica, Blake y yo describimos a los individuos “aggrandizers” que parecen similares a los buscadores de estatus descritos por Maschner y Patton. Sin embargo, debido a las circunstancias sociales igualitarias antecedentes del proceso, vemos a los “aggrandizers” como limitados en su persecución de sus propios intereses a las opciones no coercitivas, muchas de estas requiriendo de acción social creativa. Esencialmente ignoramos la biología y las habilidades de los varios agentes y resaltamos lo racional y la toma de decisión creativa. Sí presumimos ciertas capacidades humanas tales como el pensamiento racional y el egoísmo, pero evitamos el híper racionalismo de los optimizadores naturales MI de Boone. Ambos modelos tratan a la racionalidad de manera similar, pero hacen suposiciones diferentes sobre el conocimiento y la información. Los modelos óptimos se inspiran en los supuestos de la economía de mercado y la información perfecta en las transacciones de mercado, un constructo analítico útil que difiere marcadamente de la realidad. En una situación real de conocimiento imperfecto, los “aggrandizers” y otros agentes históricos implicados en los orígenes de la desigualdad hereditaria no podrían elegir racionalmente las opciones relacionadas con el resultado final de los procesos sociales, ya que ninguno de estos eran conocidos con anterioridad a su emergencia. Los agentes implicados en los tres argumentos para la desigualdad social difieren significativamente en sus habilidades, poderes, y deficiencias. Sus poderes agenciales también se derivan de fuentes inconmensurables. Como la mejor aproximación a los hipotéticos poderes agenciales, considérese lo que supuestamente han hecho los agentes en cada narrativa. En el modelo de Boone no hay mención a los individuos activos ni a las decisiones específicas tomadas por ellos. La mayoría de las discusiones conciernen a los parches de recursos y sus susceptibilidades a fracasar. Ciertas condiciones de los recursos y periodicidades de la disparidad 11

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) de recursos dieron origen a las relaciones de “patrón-cliente”, y estas, a su vez, llevaron a la “estratificación social”. Supuestamente, el acceso diferencial a los parches de recursos de bajo riesgo favoreció a algunos individuos por sobre otros, y esto se tradujo, por medio de algún algoritmo desconocido, en control efectivo de los favorecidos sobre los más desafortunados. Pero las conexiones entre los agentes naturales, los recursos de subsistencia, y el control social nunca se hacen explícitas, ni tampoco existe alguna señal de que la categoría cultural de propiedad implicada sea problemática. La invisibilidad y la pasividad de los individuos en el relato de Boone son de lo más resaltables y es esencialmente un modelo de elección racional. Los agentes individuales son apenas ligeramente más visibles en el relato de Maschner y Patton. Estos investigadores enfatizan el control de parentesco más que de propiedad; el control de la propiedad es una consecuencia del poder social y no su causa. El acceso diferencial a las personas se traduce, de una manera tampoco especificada, en diferencias de estatus y jerarquía social. Nuevamente, los agentes específicos y las acciones no son mencionados. Las pocas acciones genéricas implicadas (por ejemplo el rapto de mujeres de linajes menores, la guerra, y la coerción) son atribuidas de manera pasiva a los líderes de los linajes dominantes o a los buscadores de estatus. Uno lee, por ejemplo, que las circunstancias externas forzaron a las personas a “vivir en la misma comunidad” y que esto proveyó oportunidades “para que los líderes de los linajes más grandes se colocaran en posiciones de autoridad y lograran mantenerlas”. Quizás la cosa más extraordinaria acerca de esta posición es que pasa por un problema de explicación más que de investigación. ¿Qué subyace a estos verbos? ¿Cómo pudieron estos déspotas darwinianos se “ponen” a sí mismos en posiciones [¿más?] autoritarias, y como lograron “mantenerlas”? Las acciones críticas que dan origen a la desigualdad hereditaria continúan siendo afirmaciones vagas y poco convincentes. Comparada con estas explicaciones evolutivas, la explicación práctica para Mesoamérica parece positivamente hiperactiva. Esta no es una consecuencia de manipular los relatos evolucionistas sino que es una reflexión certera de las diferencias teóricas. Los “aggrandizers” mesoamericanos se vieron involucrados en una actividad (real) casi frenética de acumular y distribuir excedentes en una búsqueda infinita de prestigio personal. En particular, las actividades de los “aggrandizers” en el sur de Mesoamérica pueden haber implicado frecuentes festines de comidas y bebidas rituales, el auspicio de una multitud de trabajos (principalmente bienes de prestigio), auspicio y dirección de los proyectos de construcción comunales, y administración de actividades especiales tales como eventos deportivos inter-comunitarios, siendo todas estas actividades específicas y no funciones genéricas. La entrega de obsequios, la devolución de favores, el manejo de deudas, y las innovaciones de muchos tipos fueron actividades perseguidas por estos “aggrandizers”. En la descripción de las acciones de los “agentes” de estos tres modelos, una clara disparidad emerge entre ellos. Los agentes evolutivos son retratados como pasivos y letárgicos, como lagartijas en un día frío. Incluso cuando persiguen botines lujuriosos, los individuos son mencionados como recipientes de sus propias acciones más que como sus autores. Sospecho que 12

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) la pasividad no es simplemente un asunto de gustos literarios en el reporte científico sino que revela un compromiso fundamental con la causalidad universal. El marcado contraste de esta comparación también funciona en otra dirección. Los agentes enaltecedores son probablemente demasiado activos como para ser creíbles. También son demasiado parecidos entre sí y excesivamente visionarios en el mismo sentido que los agentes naturales MI de Boone. Solamente tienen diferentes motivaciones; unos persiguen alimentos y los otros, fama. Los “aggrandizers” parecen pensar, calcular, y actuar mucho, pero todos sus esfuerzos conciernen al prestigio personal, y las “pequeñas personas” son amorfamente agrupadas en roles de apoyo como varios tipos de “seguidores” o clientes. Los “aggrandizers” son casi tan unidimensionales como sus contrapartes evolutivas, y son tan activos como hormigas en un picnic. Un modelo más plausible de los agentes negociaría un compromiso trabajable entre el letargo de los agentes y la hiperactividad. Los dos relatos evolutivos están de acuerdo en el proceso básico (la evolución biológica), pero enfatizan diferentes habilidades cognitivas y psicológicas. Los agentes MI de Boone son versiones naturalizadas del homo economicus, máquinas calculadoras unidimensionales despojadas de personalidad y características humanas asociadas. A su vez, los machos alfa de Maschner y Patton rebosan de poder y propósitos singulares, pero aparecen deficientes en sus habilidades para concebir acciones sociales alternativas a la guerra y la coerción. Los “aggrandizers” propuestos para Mesoamérica combinan mejor la personalidad y la mente, pero Blake y yo estamos un poco en pérdida en el relato de sus atributos personales, más allá de adscribirlos vagamente a procesos socio-históricos y evolutivos. El atribuir las conductas enaltecedoras a la “naturaleza humana” nos colocaría en el campo de la ecología evolutiva, o al menos plantearía la cuestión. Una consecuencia de este tipo sería poco satisfactoria a la larga ya que consideramos que las explicaciones ecológicas evolutivas son tautológicas: los organismos sobreviven porque tienen rasgos útiles y adaptativos, y estos son rasgos útiles y adaptativos porque los organismos sobreviven. Otra opción es atribuir las conductas enaltecedoras a la variabilidad natural de los tipos de personalidad dentro de las poblaciones de tamaño suficiente (también una explicación evolutiva). Esta es la opción que decidimos seguir en nuestro modelo original, pero me siento menos cómodo con este supuesto conveniente que Blake debido a que personalmente creo que los tipos de personalidad están profundamente influenciados por las prácticas culturales. Su validez transcultural aún debe ser establecida. En resumen, los agentes implicados en las varias explicaciones son todos deficientes en cierta forma, y algunos lo son más que otros. Las teorías de la práctica tienden a ignorar la biología y la encarnación física de sus agentes históricos; disimulan las capacidades humanas innatas en sus explicaciones mediante la atribución de estas a la “historia” más que a la “evolución”. La teoría evolutiva es recíproca con su propio sesgo primigenio; atribuye todas las consecuencias a la selección natural y minimiza las contingencias culturales e históricas. Una explicación encaja en todos los problemas. Sin embargo surge un problema aún más serio de la reciente apropiación evolutiva del individualismo metodológico.

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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) Los modelos neo-darwinianos enfatizan la selección natural al nivel individual más que al nivel grupal. Las ramas antiguas de la ecología evolutiva, basadas en la adaptación grupal, han sido desacreditadas y reemplazadas por relatos individuales del proceso social. Pero como una visión del proceso social, el individualismo metodológico crea casi tantos problemas como los que resuelve. Como Archer argumenta, el relato de MI implica un pensamiento combinatorio; intentan construir un relato de la sociedad a partir de la agregación de conductas individuales. Pero una sociedad es más que la suma de sus miembros individuales y sus conductas; tiene una realidad particular. Si la realidad de la sociedad como una estructura por derecho propio no es parte de un modelo social, el fenómeno emergente asociado con ella debe ser derivado analíticamente de los individuos. Sin embargo, para realizar este trabajo, primero es necesario implantar propiedades sociales emergentes en los individuos en sí, y luego extraer estas mismas características sociales por medio de un juego de manos analítico para explicar la sociología y la cultura del agregado individualista. Los relatos evolutivos, y también algunos de la acción, hacen esto mediante la precarga de sus individuos con habilidades que no pueden tener sui generis. Las habilidades cognitivas, la moralidad básica, el lenguaje, y así con otros rasgos, son todos atribuidos a los individuos mientras que deberían ser más apropiadamente vistos como pertenecientes a la sociedad y surgiendo como propiedades emergentes en interacción social. Dos de estos implantes culturales fueron aludidos con anterioridad. Boone implantó la noción de propiedad a sus agentes y la transmitió como una variedad de conducta territorial. A su vez, Maschner y Patton implantaron una noción de parentesco. Para que estos autores se vieran forzados a tomar en cuenta las implicancias de sus supuestos deberían vaciar sus posiciones actuales y aventurarse en el reino de la cultura. Para evitar los tipos de pensamiento combinatorio evidente en los inapropiados implantes culturales, uno necesita considerar a la sociedad, la cultura, y la agencia como entidades reales con sus propias propiedades, y considerar las complejas inter-relaciones dialécticas entre ellas. De acuerdo a Archer, esto requiere de un modelo “estratificado” y un “dualismo analítico” (mínimamente consistente de agentes individuales y cultura) no posible con los modelos MI. La diferencia entre los trabajos MI y los multi-escalares del proceso social pueden derivarse de métodos sistemáticos y analíticos simples. Sin embargo, en la mayoría de los trabajos, las diferencias parecen ser de compromiso ontológico más que de tipo operacional. En cualquier caso, las implicancias de esta diferencia son significativas para todos los otros aspectos del modelado y la explicación. Sobre el problema explicativo.El compromiso ecológico evolutivo con el individualismo metodológico tiene su efecto más inmediato en la delimitación del problema explicativo. Consideremos los tres modelos diferentes para los orígenes de la desigualdad hereditaria sintetizados anteriormente. Al ponerlos juntos, realizo la afirmación explícita de que todos se relacionan con el mismo tipo de fenómeno: los orígenes de la desigualdad hereditaria. Pero lo que los modelos retratan como problemático difiere significativamente. En ambos trabajos evolutivos, el problema principal es la formación de un grupo corporativo de cierto tipo. Comenzando con la suposición MI de la primacía de los 14

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) individuos en el proceso social, la pregunta más grande es por qué se juntarían y cooperarían en primer lugar. Más importante aún, ¿por qué formar un grupo que privilegia ciertos individuos sobre otros? La respuesta evolutiva es que la cooperación grupal es, con mayor razón, “adaptativa”, efectiva en el costo, y seleccionada bajo condiciones de coacción natural. Es bastante fácil argumentar que un grupo bien organizado es más eficiente en la recolección de recursos que algunos individuos dejados a su suerte. Las eficacias que surgen de la organización jerárquica representan una mejor adaptación (aptitud potencial) para un agregado poblacional que su ausencia, y con el tiempo y las circunstancias suficientes, las eficacias potenciales tienen una manera natural de convertirse en realidades al ser “seleccionadas para” y “seleccionadas de” la variedad de respuestas conductuales a ciertas situaciones ambientales. Es decir que en el caso de la Costa Noroeste, existe una multiplicidad de posibles indicadores para la emergencia de jerarquía que abarcan un milenio, pero Maschner y Patton ubican la ocurrencia cercana al final de esta época, en el momento en que las primeras evidencias de grandes casas de linaje se hacen aparentes. En primer lugar, su elección parece señalar una restricción y un cuidado académico, pero dado su compromiso teórico, quizás pueda ser más apropiadamente atribuida a los dictámenes darwinianos concernientes a la selección de parentesco y el problema de la cooperación grupal. La explicación de la teoría de la práctica sobre los orígenes de la sociedad jerarquizada en Mesoamérica concibe al problema de manera diferente. La principal dificultad aquí es explicar las prácticas sociales cambiantes y las percepciones de las varias categorías de personas. Las prácticas culturales y los significados inter-subjetivos toman el centro del escenario; la cooperación grupal es un no-problema. Los supuestos básicos subyacentes a la teoría de la práctica son que los grupos sociales preceden a cualquier individuo dado y que la cultura es reproducida a través de la interacción social de una forma u otra. Las nociones y posibilidades mismas de los agentes humanos y la elección racional presuponen a la sociedad humana y la interacción social como condiciones previas, no el resultado. Desde la perspectiva de la teoría de la práctica, el dilema darwiniano de la cooperación grupal desaparece. Sin embargo, aún dada la pre-existencia de la sociedad, sigue siendo una pregunta abierta el por qué un grupo ya cooperativo se reorganizaría en líneas asimétricas y jerárquicas como una sociedad jerarquizada basada en las diferencias de estatus adscritas. Enfatizamos la emergencia de los individuos “aggrandizers” y los efectos que ellos tuvieron, a través de la interacción regional, sobre las prácticas sociales. Pero sigo insatisfecho con una suposición a priori de los “aggrandizers” porque su emergencia requeriría su propia explicación histórica y social. Además, los otros agentes implicados en este proceso deben ser descritos y tenidos en cuenta. ¿Por qué otros seguirían el liderazgo de los “aggrandizers”? Para la ecología evolutiva, la existencia de los buscadores de estatus egoístas es una no-pregunta. Algunas personas simplemente nacen de esa forma debido al trabajo de la selección natural.

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Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) Sobre la causa y la adecuación.Los elementos de la desigualdad social que cada teoría destaca difieren por razones ontológicas y/o metodológicas. Los criterios para la explicación adecuada entre las teorías también son inconmensurables. La teoría de la práctica ve a la cooperación grupal como no problemática mientras que esta es la gran pregunta para la evolución. De manera inversa, el tomar en cuenta las personalidades particulares es difícil para la teoría de la práctica pero es un no-asunto para la mayoría de los modelos evolutivos. Las dos perspectivas atribuyen la causa a diferentes fenómenos y diferentes escalas. La teoría de la práctica se enfoca en las causas próximas, y la mayoría de las teorías evolutivas enfatizan las causas de fondo a expensas de las proximales. En el pensamiento darwiniano, la selección natural es la causa principal del ser humano y de la naturaleza humana. En la teoría de la práctica, la agencia puede ser una causa en sí misma. De una buena manera recursiva, la forma y el carácter de la agencia en cualquier momento y lugar dado es un producto de las circunstancias históricas, pero estas influencian todas las prácticas y los cambios subsecuentes a ellas. La agencia es tanto históricamente causada como causal, tanto explanans como explanandum. La evolución biológica no es negada, simplemente ignorada por irrelevante o como una condición antecedente obvia. De igual manera, la herencia de la cultura también se piensa como crítica pero, para cualquier explicación dada, los antecedentes culturales con el punto de partida del análisis. Así, el analista evita el problema de la regresión infinita mediante la elección de un punto de partida histórico, con todo su contenido cultural, y tomando esto como algo “dado” para un análisis particular (los antecedentes históricos necesariamente implican también los efectos biológicos evolutivos). El compromiso con la agencia humana histórica, y su potencial para el fomento del cambio, es una diferencia fundamental entre estas dos teorías. Como ya se ha notado, las explicaciones evolutivas también reclaman la agencia como propia. Pero la agencia natural implicada es un epifenómeno, vacía, y no está de acuerdo con un rol explicativo significativo. Más bien la agencia evolutiva presenta paralelismos con otros factores naturales azarosos y es importante sólo debido a que es una fuente de variación conductual en los sistemas culturales, y una variación de este tipo es crítica si la selección natural tiene algo que decir en el curso de los eventos humanos. Steven Mithen es quizás la voz más defensora de la agencia natural en las explicaciones evolutivas, pero sus agentes como “tomadores de decisiones individuales” son parecidos a los agentes MI racionales de Boone. Juzgando a partir de los dos modelos evolutivos para los orígenes de la desigualdad hereditaria resumidos anteriormente, la acción humana y la agencia parecen ser sólo de menor importancia. Las pocas acciones humanas aludidas como resultado de la programación genética y las tendencias innatas, seleccionadas naturalmente, son todas similares a los instintos conductuales. En contraste, el principio fundamental de la agencia es la elección intencional y activa, significando esto que el agente podría haber elegido de otra manera. Sin embargo Maschner y Patton explícitamente afirman que, dadas las condiciones adecuadas, la sociedad jerárquica emergerá sin lugar a duda, cuando y donde sea posible. ¿Existe alguna 16

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) posibilidad para la elección real, o incluso para una oportunidad perdida, en este escenario determinista? Las condiciones suficientes incluyen ambientes productivas, poblaciones humanas circunscriptas, y densidad poblacional mínima. La acción humana entra en la ecuación como una constante más que como una variable. Así, los factores críticos para la emergencia de la jerarquía son las circunstancias ambientales, y la acción humana es predecible, constante, e irrelevante debido a que carece de contenido novedoso significado. Los individuos afortunados ubicados en circunstancias propicias leen sus líneas del guión de la Naturaleza, hacen lo que les salga naturalmente, y al hacerlo proveen el ingrediente humano constante y necesario para el proceso evolutivo. Los agentes naturales implicados se comportan más como veletas que como agentes activos, y el estudio del cambio social es determinista en última instancia. La acción humana es explicada por la evolución pero no es en sí misma parte de la explicación de la evolución. A modo de contraste, la teoría de la práctica mantiene la valencia de la acción humana como un variable y la ve como crítica para todas las explicaciones preocupadas por los seres humanas. Esta afirmación plantea el asunto clave de la naturaleza humana. ¿En qué consiste y cómo funciona? ¿Las explicaciones prácticas también se basan en nociones de la naturaleza humana? Esta es una diferencia significativa con los modelos darwinianos que confunden las dos. La teoría de la práctica tiene potenciales conductuales apartes de su actualización. Como ya se ha notado, un problema serio con el individualismo metodológico es su tendencia combinatoria inherente de implantar los rasgos sociales y culturales a sus agentes más dotados. En el modelado MI se le adscribe más a la naturaleza humana de lo que merece, y los poderes culturales son combinados con los innatos. Sea lo sea que uno elija llamar naturaleza humana, por definición representa una capacidad universal constante en el tiempo y el espacio. Al ser vista como constante, las inclinaciones humanas innatas sólo pueden ser una posible combinación de las condiciones suficientes para la explicación del cambio. Desde una perspectiva evolutiva, uno necesita proponer que el accionamiento de la jerarquía social es innato y sólo requiere de las oportunidades suficientes para volverse realidad. Esto da origen a explicaciones de costo-beneficio para los orígenes de la desigualdad social en donde se gasta más prosa en describir los parches de recursos que las acciones humanas. En tales explicaciones, las elecciones racionales se dan automáticamente una vez que se sabe que los beneficios de las oportunidades sobrepasan sus costos. Creo que mucho de lo que se hace pasar por “naturaleza humana” en los relatos evolutivos es en realidad cultural. Si esto es cierto, debería cambiar la cara de nuestras explicaciones. Deberíamos ser cautelosos con los modelos vitalistas que ven a los orígenes de la desigualdad hereditaria como un desarrollo de las tendencias e instintos innatos, un mito central a la tradición Occidental. Las percepciones humanas, los motivos, y las acciones deberían ser de preocupación particular ya que son culturalmente constituidos y modificados. Como Midgley señala, una cosa es tener accionamientos naturales y otra muy distinta actuar sobre ellos de una manera particular. Se requieren de motivos adicionales para explicar la acción, o la resistencia a ella. Con respecto a esto, es claro que los relatos evolutivos se encuentran severamente submotivados. Son particularmente débiles para tomar en cuenta la impresionante variedad de 17

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) motivos e intereses humanos, y especialmente la forma en que juegan en circunstancias históricas y culturales particulares. A pesar de que lidian con propensiones innatas que pueden servir como motivos, los relatos evolutivos fallan en vincular los motivos a las acciones o a sus consecuencias. Incluso si existe un accionamiento natural para el poder y la desigualdad, sigue siendo una pregunta histórica el por qué el accionamiento habría actuado de una forma particular o habría tenido un resultado particular. Las teorías de la práctica pueden manejar estas preguntas enfocándose en las creencias culturales, las prácticas, y la agencia como históricamente constituidas. Dado que las consecuencias de las acciones sólo pueden tener resultados probabilísticos y nunca son completamente determinadas, el recurrir a la agencia individual en la teoría social lo compromete a uno con las narrativas históricamente contingentes y con la imposibilidad de las predicciones finales. La emergencia de cualquier institución social, tal como la sociedad jerárquica, resulta de numerosas elecciones tomadas por agentes históricos en circunstancias particulares, llevando así al estilo de explicación y argumentación retrodictivo de la teoría de la práctica. Uno sólo puede abogar por condiciones insuficientes, necesarias. Esto representa un claro rompimiento con los modelos darwinianos considerados aquí y su énfasis en las condiciones suficientes. Sobre las implicancias investigativas.Las diferencias entre las teorías de la evolución y de la práctica tienen implicancias para cada nivel de la investigación, desde el marco de los problemas explicativos hasta definiciones fundamentales de categorías, evidencias, y variables críticas. Maschner y Patton, por ejemplo, argumentan que las sociedades jerárquicas estaban instaladas en la Costa Noroeste una vez que grandes grupos corporativos estaban habitando grandes casas. Esta particular elección temporal parece más prescrita a compromisos teóricos que a los datos, que pueden ser leídos de múltiples formas. Al privilegiar los datos de los individuos y sus actividades (es decir, distribuciones desiguales de bienes de prestigio e intercambio, y tratamientos de entierros) sobre aquellos de los grupos corporativos (es decir, grandes casas), una perspectiva de la teoría de la práctica puede argumentar de manera plausible que las sociedades jerarquizadas en la Costa Noreste estaban instaladas varios siglos antes. Las diferentes opciones explicativas no son triviales ni para la comprensión local de la historia ni para las preocupaciones generales de los procesos culturales. Debería ser obvio que las maneras en que se define el problema, y los criterios para la delimitación de los datos críticos para su resolución, tienen implicancias significativas para el planeamiento y la ejecución del trabajo de campo y los análisis de laboratorio. ¿Qué debería ser observado y cómo debería ser interpretado? ¿Por qué debería privilegiarse la evidencia de la actividad corporativa sobre la de las desigualdades individuales? ¿Acaso no son importantes las diferencias en los estatus individuales para esta pregunta? ¿Por qué es necesario un concepto de jerarquía de linaje? Es valedero notar que si uno fuera a aplicar el criterio de Maschner y Patton para la emergencia de la jerarquía en Mesoamérica, uno se vería presionado a argumentar de manera convincente la existencia de grupos corporativos y selección de parentesco con anterioridad al advenimiento de las sociedades estatales. Dado un énfasis compartido en la desigualdad 18

Towards a better explanation of hereditary inequality - Clark Traducido por Matías Lepori (Septiembre 2013) hereditaria, uno podría pensar que los arqueólogos con diversas inclinaciones teóricas que investigan este asunto harían tipos de observaciones similares en el campo. Este claramente no es el caso; los compromisos ontológicos dispares de las dos teorías dirigen el trabajo de campo y el análisis artefactual en diferentes direcciones. A pesar del énfasis teórico en los individuos y los agentes, todo lo que parece importar en el ejemplo de la Costa Noroeste son los datos sobre grupos corporativos,

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