HACIA UN PLAN SECTORIAL DE ESPACIOS PUBLICOS DE ...

Ÿ Parque César Grauert: 15há 700m2 (incluyendo el Lawn Tenis). ...... equipamientos, de los elementos materiales anexos, de los recorridos, de las maneras.
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HACIA UN PLAN SECTORIAL DE ESPACIOS PÚBLICOS DE M O N T E V I D E O

INTENDENCIA DE MONTEVIDEO Intendenta de Montevideo Ana Olivera

Secretario General Ricardo Prato

Por resolución Nº3096/13 se creó un grupo de trabajo con técnicos del Departamento de Acondicionamiento Urbano y del Departamento de Planificación para elaborar un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo. Este equipo se conformó, de manera de integrar las diferentes miradas existentes en la ins tución sobre el punto: desde las que abarcan el quehacer co diano, concreto del espacio público y las miradas desde la planificación integral del territorio. En múl ples reuniones de trabajo se compar eron los dis ntos puntos de vista y se consultó a integrantes de otros ámbitos de la Intendencia. Como saldo se acordó el contenido que se presenta en este documento, considerado como un primer producto en que se expresa el punto de par da y el enfoque para abordar los espacios públicos del departamento.

Departamento de Planificación Juan Pedro Urruzola División Planificación Estratégica Ana María Mar nez División Planificación Territorial Ana Rivera

Departamento de Acondicionamiento Urbano Eleonora Bianchi División Espacios Públicos y Edificaciones Patricia Roland

Equipo responsable

Este primer avance con ene en su primer capítulo una aproximación a la definición del universo sobre el cual se reflexiona. El segundo capítulo describe y propone lineamientos de actuación según la ubicación de los espacios públicos respecto a las áreas caracterizadas establecidas en las Directrices Departamentales. El tercer capítulo elabora sobre los pos de espacios públicos y la necesidad de integrarlos en un sistema general. El cuarto capítulo abarca las consideraciones y lineamientos básicos para el diseño y producción de los espacios públicos. El quinto capítulo se aproxima al tema de la cohesión social, la par cipación ciudadana y en par cular, a la ges ón de los espacios públicos.

Equipo de trabajo creado por Resolución Nº 3096/13: Arq. Raúl Defranco (coordinador) Arq. Gabriela De Bellis Arq. Fernando Errandonea Arq. Leonardo Gómez Soc. Álvaro Paciello Arq. Sharon Recalde Arq. Marcelo Roux Equipo de diseño y elaboración: Bach. Máximo Vicente

Fotogra a

Diseño

Impresión

CdF. Centro de Fotogra a de Montevideo Equipo División Planificación Estratégica

Equipo División Planificación Estratégica

Gráfica Mosca Dep. Legal 367.107 Junio 2015

Índice

Prólogo

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01/ Introducción

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02/ El espacio público de acuerdo a la categorización del suelo

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Análisis general de Montevideo

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Análisis según la categorización del suelo

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Tabla síntesis

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03/ Hacia la construcción de un sistema de espacios públicos

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Componentes básicos del espacio público montevideano y su rol en el sistema

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Caracterización del sistema

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04/ Aproximación a la definición de pautas para el diseño sico de los nuevos espacios públicos

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05/ Cohesión, ges ón y par cipación social

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Prólogo Arq. Juan Pedro Urruzola

Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

De la ciudad y sus espacios públicos Aunque la ciudad ha tenido orígenes muy diversos (como un encuentro de caminos, un puerto natural, un si o naturalmente resguardado o una fuente de agua dulce entre otros), históricamente se desarrolló y se afirmó como centro de acumulación de la riqueza y lugar de asiento del poder. Sus monumentos, sus palacios y sus diversas casas de gobierno son un preciso tes monio de tal condición. Aun hoy lo siguen siendo y aun hoy, pese a las diversas deslocalizaciones anunciadas por la escandalizadora globalización mediá ca, la ciudad sigue detentando dicho rol socio-territorial. Montevideo, en este sen do y como casi todas las ciudades capitales, es un buen ejemplo de ello. Asociada a tal condición, la ciudad también ha cumplido un rol de fortaleza. Y como cualquier fortaleza, sus accesos y sus derechos fueron restringidos, durante mucho empo, a los menos. La ciudad abierta y democrá ca, en términos temporales, es una construcción rela vamente reciente. Sin embargo, en cualquiera de sus variantes, la ciudad siempre fue lugar de encuentro. Esa, justamente, es su condición gené ca básica. En tanto conformación ar ficial, la ciudad se propone en principio como un objeto material organizado de manera inteligente. En todo caso no es producto del azar ni de un sistema de funcionamiento aleatorio. Esa inteligencia es la que nos permite usarla, incluso cuando no tenemos un conocimiento previo de la misma. Por ello caminamos por sus veredas, construimos sus edificios en los espacios especialmente dispuestos para ello, por ejemplo las manzanas, y disfrutamos, recreándonos, en el verde de los parques y los paseos públicos.

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La inteligencia del organismo urbano, en buena medida, consiste en generar las reglas necesarias para el uso adecuado del mismo. Dicha adecuación y dichas reglas, sin embargo, no son constantes a lo largo de su historia. Infraestructuras y equipamientos, entre otros, son y han sido una respuesta concreta a demandas sociales y culturales cambiantes y crecientes. En la tradición de la ciudad moderna, en par cular, son un claro reflejo de la afirmación y desarrollo de los derechos ciudadanos. Mencionemos brevemente algunos edificios o grupos de edificios que son caracterís cos en la ciudad contemporánea. Escuelas, liceos y universidades; bibliotecas, museos y centros culturales; salas de espectáculos, teatros e instalaciones diversas para la prác ca depor va como estadios, pistas, canchas y piscinas, que pueden presentarse juntos o por separado, bajo techo o al aire libre. Estos equipamientos colec vos y tantos otros de naturaleza similar, permiten realizar cierto po de ac vidad que la sociedad contemporánea y su cultura postulan como necesarios e incluso convenientes. Algunos enen mucha historia, como los estadios, y otros son mas recientes, como los centros culturales. Todos, sin embargo, refieren a demandas funcionales y programá cas precisas. Y todos, además, impactan fuertemente en la esfera y el espacio público. En el territorio las cosas no suceden por partes ni por sectores. En el territorio las realidades y las experiencias se asocian, se vinculan y se contaminan. Nunca se dan químicamente puras y por el contrario se impregnan de la rica complejidad de los mecanismos de la vida misma. La ciudad, entonces, para serlo y para responder a las demandas de la cultura presente, debe tener una oferta considerable de servicios y equipamientos. Incluso tendemos a suponer que cuanto mas grande sea la ciudad mas y mejores servicios tendrá. Tal vez el único fundamento de la ciudad, su valor diferencial en relación al campo, sea justamente ese: proveernos de los servicios necesarios para el desempeño de nuestra vida (urbana). Del campo al pueblo, y de este a la ciudad o a la metrópolis: conforme crece el hecho urbano las ofertas y los servicios aumentan o deberían hacerlo. Podríamos decir que a mayor mercado mayor can dad de ofertas. El mercado es una forma de encuentro. Una necesidad y su posible sa sfacción se encuentran en él. Y la ciudad, por su condición cuan ta va, potencia dicha condición. El desarrollo ver ginoso de la ciudades a par r de las dinámicas expansivas de la revolución industrial, sin duda encontró en el mercado que dichas ciudades conformaron su demanda fundamental. Oferta y demanda se alimentaron mutuamente y generaron ese mecanismo de la economía polí ca del capital que el

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economista austríaco Schumpeter denominó como “destrucción creadora”. Mecanismo sin dudas maravilloso en términos crea vos y tan preocupante en términos ambientales. En cualquier caso, con los desarrollos de la edad moderna y sus extremos contemporáneos, la ciudad se transformó, indiscu blemente y cada vez más, en sinónimo de variados encuentros. Ellos, sin duda, son el fundamento de su desarrollo y su fortuna. Esa fortuna que permi ó decir a los catalanes Borja y Castells, hace 15 años, que “la humanidad se encamina hacia un mundo de urbanización generalizada. No porque los datos indican que la mayoría de la población del planeta vivirá en áreas urbanas a principios del siglo XXI, sino porque las áreas rurales formarán parte del sistema de relaciones económicas, polí cas, culturales y de comunicación organizado a par r de los centros urbanos”. El Ingeniero de Puentes y Caminos Don Ildefonso Cerdá, en su análisis de ese fenómeno que llamó urbanización, reconocía dos funcionalidades básicas que la definían: el estar y el ir. Estas dos funcionalidades, sostenía, se materializan en las vías y los intervías (para nosotros las calles y las manzanas). Estos úl mos, los intervías, acogen el albergue (“donde quiera que exis ó el primer hombre , ese hombre hubo de tener necesariamente un alojamiento, un albergue, una guarida, un abrigo; y donde quiera que se encuentre esa guarida primi va, allí, allí mismo, está el origen de la urbanización…” pág. 35). Las vías, por su parte, acogen al movimiento, esa condición necesaria para asociar y vincular a los dis ntos albergues (afirma que ese “impulso irresis ble que le arrastraba invenciblemente a buscar compañía y ayuda de sus semejantes… este sen miento al cual la humanidad debe todos sus progresos, es también la causa imediata de la urbanización…” pág.44). En defini va, estancia y movimiento. Esa funcionalidad que Cerdá reconocía en la vida urbana también podemos pensarla desde una lógica que en nuestra sociedad es fundadora y refiere a la propiedad de las cosas de este mundo. De la ciudad como lugar de encuentro y de la ciudad como lugar de albergue surge la dialéc ca público/privado, que pone en juego dos categorías decisivas para la comprensión, la construcción y la valoración del espacio urbano. Hannah Arendt explica que los griegos entendían a la polis “como el espacio públicopolí co en el cual los hombres alcanzan su humanidad plena, su plena realidad como hombres, no sólo porque son (como ocurre en la privacidad del hogar), sino también porque aparecen” (pág. 59). En este caso las dos categorías se asocian a comportamientos que se en enden intrínsecos a cada uno. Lo privado y lo público se

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asocian a lo individual (ín mo) y a lo colec vo (social). En el primero lisa y llanamente somos en tanto individuos (tal vez por ello realizamos allí nuestras necesidades más elementales) y en el segundo nos hacemos apariencia, es decir que somos para la percepción de los otros. En principio y en términos jurídicos el espacio público es de todos y el privado no. Sin embargo, si lo pensamos en términos materiales, el primero es bastante más que un conjunto de suelos vacíos liberados por la propiedad privada. Es la imagen de la ciudad, es su fachada y su carta de presentación. Concreta su esencia gené ca. Es la representación por excelencia de ese gran concierto colec vo que es la ciudad como construcción social. Eso que también podemos considerar como la contribución de la arquitectura a la construcción del espacio urbano. Pensemos nuevamente en la ciudad como lugar de encuentros. Y u lizo el plural porque los encuentros que se producen en el espacio urbano son múl ples: se encuentran las gentes y las cosas; por ello mismo se encuentran las culturas, los conocimientos, las representaciones ar s cas, las historias sociales y sus prác cas diversas… El encuentro, planteado en estos términos, nos enriquece. En este caso no pienso, naturalmente, en riqueza material. Por el contrario, pienso en esos enriquecimientos que nos hacen tomar conciencia de nosotros mismos y de nuestra condición humana, a través del reconocimiento de las cualidades del otro. Para hacerlo posible, el encuentro supone tolerancia y la capacidad de enriquecernos con la diferencia. Supone convivencia, que viene a ser algo así como vivir-con… Ello sucede, básicamente, en el espacio público y encuentra su expresión mas calificada en el ejercicio de la vida democrá ca. Por tanto, ese escenario colec vo que llamamos espacio público es el ámbito por excelencia de la prác ca de la polí ca y por lo tanto de la democracia. En él se expresan los dis ntos colec vos y se hace realidad la diversidad social y cultural de las sociedades contemporáneas. A ello colabora su mul -funcionalidad, permi endo dis ntos usos y manifestaciones sociales de naturaleza diversa. Es lugar de integración social y de convivencia. Por supuesto, es fundamental que a ello contribuya su acondicionamiento y su equipamiento. Porque el espacio público es recipiente y contenedor de infraestructuras, servicios y equipamientos que lo califican. Es, por tanto, un componente esencial de la calidad de vida ciudadana, que está des nado a sa sfacer necesidades y aspiraciones colec vas variadas.

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01/ Introducción

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Es preocupación permanente el cuidado y mejora de la calidad del Espacio Público en las ciudades, hecho que va siempre acompañado de una serie de alusiones a las bondades de este po de espacios y a la absoluta necesidad de su existencia para la reproducción de la sociedad con los rasgos que se considera posi vos: generación de ciudadanía, ámbito de la convivencia y de la interacción entre las personas socialmente consideradas, lugar para el desarrollo del ocio y el paseo incluso como paisaje diseñable y “trasfondo” privilegiado para las ac vidades humanas. A la vez se le cita como definidor de la calidad formal de lo urbano en la medida que es -o puede ser- el elemento que ar cule objetos individuales. En cada una de las caracterís cas que se le atribuyen se reflejan diversas concepciones teóricas y maneras de leer el fenómeno territorial además de las diferentes disciplinas que confluyen en él. A su vez, cuando se plantea la crisis del espacio público como lugar de representación de los roles sociales, se alude indirectamente a uno de sus rasgos básicos como ámbito de lo colec vo. En contrapar da, la aceptación tácita de la segregación y segmentación asume al espacio de encuentro como una situación de seguridad y “orden público” a resolver. Una aproximación al Espacio Público como tema de inves gación, análisis y acción requiere intentar definir el concepto, establecer sus caracterís cas y explicitar el papel que ene en el territorio, en este caso en el territorio departamental. No obstante, como ocurre habitualmente con conceptos aparentemente sencillos, el intento de definirlos se topa con grandes dificultades. Es rela vamente fácil demostrar las inexac tudes, carencias o errores que con enen los intentos de definir el objeto Espacio Público. Playa Ramírez

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Algunas precisiones sobre el tema En los úl mos empos aparecen alusiones al “espacio público” como un concepto que se ex ende hacia ámbitos inmateriales, redes de comunicación, etc. En principio es necesario aclarar que en este trabajo se toma fundamentalmente la componente sica de lo que se conoce como “lo público” con las múl ples variantes que conlleva y que las connotaciones del término se adoptan como componentes que confluyen en esta dimensión. Una primera aclaración corresponde a la dis nción entre Espacio Público y Espacio Urbano. Si bien lo público ha tenido un desarrollo mayúsculo con la urbanización, la esfera de lo público y los espacios que cumplen con tal come do están, incluso, relacionados a la concentración o a formas incipientes de lo urbano. En el departamento de Montevideo hay centralidades rurales a la vez que desde el punto de vista norma vo y de protección se reconocen áreas ecológicamente significa vas en territorio rural que son objeto de par cular cuidado y manejo. Cabe anotar que entender el espacio público como ámbito de protección y de restricción de uso lo relaciona a la noción de patrimonio espacial, o sea donde la sociedad acuerda restringir la u lización del suelo y normar severamente el manejo territorial aún limitando la posibilidad de acceso masivo. Un componente fundamental del Espacio Público es la ac vidad económica que se desarrolla en él aunque en algunas definiciones se la niegue a efectos de separarlo de los espacios comerciales. Desde esta óp ca se afirma que el Espacio Público excluye la ac vidad económica con lo que los mercados - ámbitos tradicionales de “lo público” quedan fuera de la definición. La situación sería casi ridícula si se consideran usos económicos temporales, como las ferias vecinales. En tal caso un día a la semana y por unas horas, el espacio calle - público desde todo punto de vista - pasa a ser de otro po no definible. Aún a riesgo de ser demasiado abarca vo en la definición, se incluyen las ac vidades económicas y en par cular las comerciales en el acercamiento al concepto. Es ya clásico el papel que cumple el espacio de propiedad pública como albergue de las infraestructuras urbanas; desde la red vial a las diversas canalizaciones se implantan en un si o en el que la propiedad privada no impida su pasaje, reparación, etc. De lo contrario se deben instrumentar servidumbres, es decir limitaciones al uso del suelo privado para que el conjunto funcione. En tal caso la propiedad pública coincide plenamente con el carácter del espacio y su pertenencia a la esfera de “lo público”. Por razones técnicas las infraestructuras contenidas en el espacio se encuentran some das a normas de instalación y uso que se refieren, incluso, al funcionamiento del espacio y a la forma de éste.

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Aparte de las disposiciones legales con base a criterios técnicos, existen en el ordenamiento norma vo, una serie de disposiciones que definen en par cular las conductas de las personas en el ámbito público a la vez que regula o establece limites para la expresión de conflictos entre usuarios. El espacio público es par cularmente regulado por leyes y normas, aunque con ene zonas donde el control se hace más difuso con la consiguiente irrupción de la diferencia y el conflicto. Esas situaciones, habitualmente consideradas no deseables, son parte integrante de la vida social, enen su expresión en el espacio público y llegan a definirlo como tal. Orientándose por la dupla clásica entre lo público y lo privado, se puede avanzar en la comprensión del tema, aún considerando la serie de espacios precedidos en la clasificación por el prefijo “semi”(semi público, semi privado o de transición). Este po de transiciones demuestra la importancia de ese territorio fronterizo de los “semi” al extremo que define las caracterís cas esenciales de núcleo duro del Espacio Público. Por otra parte los límites de lo público son también espacios de propiedad privada por lo que las caracterís cas formales de esta pasan a ser parte integrante del espacio público. En ciertos casos es necesario limitar la libertad de acción sobre lo privado en beneficio de lo público como es el caso de zonas con cualidades urbanas destacadas como el Prado o Carrasco regidas por comisiones especiales de integración múl ple que cumplen funciones de protección patrimonial y regulación de las nuevas construcciones. En varias definiciones se anota el ejemplo de la biblioteca como integrante del Espacio Público. Probablemente es dificultoso incluir tal programa en la tradición nacional referida al tema. Esto lleva a introducir en esta aproximación, dos criterios básicos referidos a la determinación histórica del concepto y par cularmente a lo cultural. El conjunto de hábitos, imágenes y auto imágenes que una sociedad genera determinan lo privado y , en par cular, lo público, dentro de lo cual el espacio de tal po es más que una materialización mecánicamente determinada. En tal sen do la relación es biunívoca ya que la existencia par culariza formas culturales las que a su vez definen las caracterís cas de los espacios. Todo esto requiere de una ges ón par cular además de un ordenamiento ins tucional que sustente su existencia. Visto desde este ángulo el Espacio Público aparece como un objeto no necesariamente definible en el que las fronteras sicas y conceptuales enen tanta importancia como el objeto mismo. De esta manera se excede al objeto que el “sen do común” nomina de esta manera, para cons tuirse como una red de relaciones que van desde los ins tucional a lo sico, de lo cultural a la organización de la sociedad en que se implanta.

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El Espacio Público y las especializaciones programá cas A su vez es innegable la presencia sica, tangible, de cierto po de espacios con diversas especializaciones programá cas. Tradicionalmente estos se definen de acuerdo a su propiedad. Tal definición deja de lado una mul tud de ámbitos de uso colec vo y propiedad privada en los cuales se desarrollan ac vidades que generan ciudadanía o, al menos, donde las personas interactúan entre sí. Como es el caso de ciertos comercios o agrupamientos de ellos, galerías o shoppings centers. Ambos programas han sido cri cados y, con razón, calificados como una priva zación del espacio público. A la vez que relegados a la categoría de “espacios para el público”. No obstante si se consideran las ac vidades que se realizan en esos espacios, la apropiación que de ellos realizan las personas y la aceptación que han tenido, es necesario reconocer un estatuto especial de lo público independientemente de su propiedad o ges ón. Otra situación está referida a la manera de resolución del conflicto social en el ámbito espacial. Mientras que en el espacio público tradicional el conflicto se manifiesta y madura, en los espacios de ges ón y propiedad privada se intenta la resolución de esto por la vía de la segregación y de la negación de lo diferente. Puede argüirse, entonces, que esto le quita su carácter de público, no obstante la ilusión del no-conflicto es más extendida que la existencia de espacios comerciales. El problema no radica en la calificación de “público” o la negación de ese carácter sino en el “sen do común” que pretende esconder el conflicto. La situación se magnifica cuando se toma en cuenta el poder de reproducción que este po de agrupamientos comerciales provoca. Al actuar como dinamizadores de zonas y generadores de centralidades, son promotores de recalificaciones espaciales en sus entornos y concentradores de población. Los espacios temá cos Definidos por su contenido programá co, los espacios temá cos plantean un alto grado de especificidad, relacionados con usos públicos y con control de accesos, en muchos casos debido a la fragilidad inherente a los programas que se desarrollan en ellos. La especificidad de estos espacios varía fuertemente aunque es necesario determinar su carácter excepcional o al menos con pocas muestras en la ciudad. Tal es el caso de los parques de diversiones con juegos mecánicos, jardines de especies peculiares o de especificidades muy fuertes.

Los espacios par cularizados Bajo esta denominación se agrupan zonas de la ciudad con caracterís cas par culares ya sea desarrolladas espontáneamente o inducidas sobre la base de ciertos potenciales o tendencias latentes. Tal es el caso de partes de la ciudad que se promueven sobre la base de la sinergia de especializaciones con cierto grado de laxitud (barrios con abundancia de locales con ar culos de diseño, de galerías de arte, calles con oferta gastronómica, etc.). En Montevideo, grandes equipamientos culturales - como el SODRE o el Teatro Solís - aún no han desarrollado zonas par cularizadas en sus proximidades. Estos espacios par cularizados enen gran poder de adaptación a diversos entornos resignificándolos y generando lecturas diferentes de la ciudad. En general necesitan de una ges ón cuidadosa y con nua con un involucramiento grande de los actores sociales, de la administración departamental y, en par cular, de los agentes económicos que lo habitan. En la actualidad el equipamiento depor vo se encuentra desperdigado por la ciudad con algunas concentraciones en los parques que no llegan a cons tuirse como campus depor vos. La posibilidad de u lizar las instalaciones como nodos de redes o ejes con preferencia depor va implica un acondicionamiento acorde y una manera de incorporar un ámbito par cularizado con lo que ello trae en el sen do de enriquecer las lecturas de la ciudad.

Los espacios libres y el déficit En esta denominación entran los que no enen ocupación formal o que son carentes de acondicionamiento a veces confundidos con un estado de latencia. En numerosos casos la existencia de estos espacios libres está vinculada a canchas de fútbol informales. Además de preservar el espacio, llena una necesidad local con una oferta escasa en sa sfactores para la función y, en ocasiones, en relación conflic va con el entorno. De todas maneras están expresando un necesidad colec va y una expresión espontánea de llenarla. Los indicadores producidos por organismos internacionales para evaluar las necesidades de espacio - en par cular de espacios verdes - como preservadores de la salud pública, están referidos en general a prevenir una intensidad “excesiva” en el uso del suelo y dar una orientación en cuanto a la planificación de zonas de nueva urbanización. De ahí se deducen habitualmente déficits en la provisión de áreas verdes o espacios para las prác cas urbanas al aire libre. Sin descartar estos indicadores o

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criterios, es necesario precisar el concepto en el sen do de que el uso del espacio está determinado por las prác cas sociales, cultural e históricamente definidas que determinan las necesidades - manifiestas o no -. Por otra parte, la existencia de áreas para el uso público es absolutamente dependiente de la situación urbana referida a las formas de acceso, a la carga programá ca propuesta y a las maneras de adaptación que el marco sico-espacial tenga con los aspectos señalados. De lo anterior se deduce la necesidad de dosificar el espacio público sobre la base del análisis referido a las situaciones urbanas concretas usando los indicadores generales como una referencia rela va trascendiendo el criterio meramente higienista, escénicopaisajís co o cuan ta vo.

La complejidad de la ciudad contemporánea y, en par cular la variedad de pos edilicios y programas, hace sumamente dificultoso - algunos afirman que imposible- la realización de mapas de público-privado como los que Jean Bap sta Nolli hizo para la Roma del siglo XVIII. Los párrafos precedentes son muestra de algunas dificultades a las que puede enfrentase quien pretenda definir con claridad la dupla. En ese sen do sería imposible trabajar sobre partes de la ciudad o reconocer la presencia del Estado sobre el territorio, lo que es a todas luces falaz e interesado. Una manera de resolver el problema es sobre la base de las posibilidades de acción de los organismos e ins tuciones encargadas del ordenamiento y del acondicionamiento del territorio, punto a desarrollar en la parte correspondiente a la ges ón del espacio público.

Otra situación es la relacionada con el déficit cualita vo en la cual intervienen aspectos referidos a la adecuación de los espacios a las prác cas sociales o los niveles de mantenimiento de estos. En el capítulo correspondiente a pautas de diseño se desarrollara el punto.

Aun con la dificultad de definir certeramente el concepto Espacio Público se puede tener en cuenta la acción estatal, en par cular de la Intendencia de Montevideo. En ese sen do la actuación ha tenido diversas maneras de manifestarse:

Un conflicto frecuente

Ÿ Como ordenador-planificador-diseñador-constructor de espacios de propiedad pública (calles, plazas, parques) en sus diferentes variantes.

El conflicto al que se alude más arriba implica un conjunto de situaciones contradictorias al interior del espacio público. La invasión que los medios motorizados de transporte han realizado sobre las calles y la especialización de éstas, jerarquizadas de acuerdo al po de flujo vehicular que albergan - independientemente de las ac vidades que se realizan en ellas -, es una de las situaciones conflic vas que se han incorporado a la ciudad. Desarrollada sobre la base de fraccionamientos del siglo XIX y principios del XX, buena parte de la ciudad central, ene en la calle el espacio público por excelencia ante la ausencia de plazas o pequeños parques de alcance local. Esos barrios acusan ahora la carencia de espacios de convivencia con acondicionamiento adecuado y la imposibilidad de realizarlos sobre criterios tradicionales sin recurrir a acciones de cirugía urbana económica y socialmente dificultosas. Si bien se puede aludir al ejemplo del entorno del Mercado Agrícola como una operación que está siendo exitosa, la situación no parece ser fácilmente replicable. Es posible que se deba recurrir a una adecuación de la red vial sobre criterios diferentes a los de su consideración como albergue de vehículos.

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La acción de la Intendencia de Montevideo en el espacio público

Ÿ Como ordenador-inductor, generando las condiciones para que otros agentes realicen obras en diversas variantes de convenio: a) con traslado de parte de la propiedad u b) otorgando beneficios de algún po a cambio de acciones en el espacio noprivado de la ciudad. Ÿ Como administrador de la propiedad pública con capacidad de concesionar el suelo para usos sociales (canchas de deporte y en general equipamiento depor vo de ins tuciones de diverso po). Ÿ Como agente regulador (estableciendo normas para el uso del suelo, afectaciones de uso y protección ambiental). En síntesis, la aproximación al tema del Espacio Público está relacionada ín mamente con la ges ón del suelo y la afectación de éste a usos de carácter colec vo, independientemente de su propiedad. En el caso de la propiedad pública del suelo, permite el tránsito irrestricto en el territorio con la consiguiente facilitación del funcionamiento económico al no poner trabas sicas al flujo de personas y mercancías. A su vez en esta clase de espacio se desarrollan ac vidades comerciales y en general económicas, de donde se desprende la importancia capital que ene la propiedad pública para el funcionamiento territorial.

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Por otra parte es el lugar donde tradicionalmente se manifiestan y resuelven (o no ) las contradicciones sociales referidas a los usos, las diversas subculturas, las clases sociales y las manifestaciones de género, etnicas, etc. Es producto y genera imaginarios colec vos referidos a las autoimagenes y a las aspiraciones de vida de los ciudadanos. Es, en defini va, el lugar donde se sinte zan todas las ac vidades y aspiraciones de una sociedad.

El sistema de planificación Aún considerando un plan sectorial de espacios públicos como el diseño de estrategias referidas a la construcción de ámbitos para la ac vidad pública es necesario tener en cuenta que la mayor parte de sus determinaciones están -o deben estar- incluidas en todos los niveles de planificación, por lo que la especificidad de un plan en ese sen do no puede más que reforzarla y asegurar la necesaria coherencia entre los diversos planes en lo referente al sistema general de espacios públicos. Establece, por lo tanto, una secuencia de actuaciones desde una óp ca global que se vincula con los diversos instrumentos de planificación para desarrollar una visión par cular de la ciudad, de sus partes fundamentales y de las escalas en las cuales se vive.

espacios públicos y estos adquieren el estatus de uno más de los sistemas integrantes del modelo territorial a la vez que da la posibilidad de una lectura diferente del territorio. Tradicionalmente se han planteado escalas y categorías para la definición de los espacios públicos que van desde pequeñas acciones definidas como de carácter local para un ámbito reducido, barrial para esta cobertura, de escala urbana para aquellos espacios que son definitorios de la totalidad de la ciudad, de escala metropolitana para los que enen significación para el Area Metropolitana, hasta los integrantes del Sistema Nacional de Areas Protegidas que enen una definición nacional. Sin duda la clasificación es ú l,en par cular para definir el tamaño, la carga programá ca y la significación de los espacios. No obstante el reconocimiento de que cada uno pertenece a un sistema aporta flexibilidad en la organización interna del sistema y posibilita la creación de subsistemas peculiares compuestos por espacios de pequeño tamaño pero complementarios entre si. A su vez contribuye a romper con la existencia de iden dades parciales o tendientes a la gue ficación, producto de la segregación social. Lo anterior intenta fundamentar la necesidad de que cada acción concreta esté considerada como parte ac va de un sistema general y que este no es necesariamente jerárquico en el sen do piramidal del término.

El papel del espacio público en los territorios interfase urbano-rural El Espacio Público como sistema La definición de un territorio en cuanto a su ordenamiento trae consigo la necesidad de definir un estado modélico al cual arribar o, en otras nomenclaturas, una imagenobje vo. En el caso de Montevideo la aproximación al modelo territorial se define como la conjunción de estructuras y sistemas. No obstante para considerar al conjunto de los espacios públicos como un sistema es necesario definir el relacionamiento de los elementos entre si y establecer su organización en tanto elementos y que se manifiesten como un todo. Para aproximarse a la definición de un sistema de espacios públicos se debe reconocer ese carácter a una serie de espacios tradicionalmente integrados en la clasificación a otros sistemas o estructuras. Tal es el caso de la red vial y su jerarquización relacionada con los flujos vehiculares. Sin negar su carácter de conectores o de ordenadores de la circulación vehicular, es necesario visualizar -y actuar en consecuencia- sobre la espacialidad y las conexiones entre espacios que la red vial facilita. Manejada como parte de una red, la estructura vial pasa a integrar un fin úl mo como parte de los

La expansión de la ciudad ha traído como consecuencia una extensa periferia con una urbanización incompleta y múl ples carencias. En par cular la falta de significación y lectura son caracterís cas comunes a todas estas zonas. La ausencia de espacios de carácter colec vo o el no acondicionamiento de los espacios libres, hacen que estos territorios carezcan de elementos de integración interna y con el conjunto de la ciudad. Por otra parte en las Directrices Departamentales se les considera dentro de lo que denomina Territorios Estratégicos. La acción desde la Intendencia de Montevideo está fuertemente vinculada a conver r estas periferias en zonas integradas a la ciudad y contener su expansión. A la vez se propone su consolidación mediante, entre otros líneas, la introducción de equipamiento. Dentro de este marco general, el desarrollo de espacios públicos de la mejor calidad posible -y siendo parte de un sistema general- es uno de los ejes de trabajo hacia estos territorios en la medida que esto aporta urbanidad, cohesión social y carga de significados a las zonas.

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Marco general de las intenciones en cuanto a los espacios públicos

A estos lineamientos generales se le agregan:

Sin pretender un listado taxa vo de los criterios que guían la acción de la Intendencia de Montevideo en la planificación, diseño y mantenimiento de los espacios públicos, se reseñan las caracterís cas que ofician como marco general para la acción referida al tema de acuerdo a las Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible.

Ÿ Propender a la distribución equita va de espacio público en toda la ciudad evitando desequilibrios en las posibilidades de sa sfacción de las necesidades de la población.

Ÿ Calificar y ac var el espacio público como ámbito de la interacción social, integrando y desarrollando el sistema de movilidad, y las redes de equipamientos e infraestructuras, favoreciendo la accesibilidad del conjunto de la población a los recursos de la ciudad y el territorio. Ÿ Implementar estrategias de construcción del espacio público en áreas precarizadas no consolidadas y en la reversión de ocupaciones irregulares de las planicies de inundación cuya situación de riesgo se agudizará por la variabilidad climá ca. Ÿ Desarrollar estrategias de recuperación y mejoramiento del espacio público en áreas del suelo consolidado, precarizadas y tugurizadas. Ÿ Implementar estrategias de recuperación de los espacios abiertos entorno a los cursos de agua. Ÿ Promover una polí ca integral de mejora, mantenimiento y reposición del arbolado en calles, plazas y parques. Ÿ Ar cular el Plan Director de Infraestructura Depor va con las directrices a implementar para los espacios públicos, proporcionando los equipamientos necesarios para una prác ca depor va de calidad. Ÿ Impulsar la definición y calificación de un sistema de espacios públicos de diferentes escalas interconectado reconociendo la trama vial como espacio público relevante a calificar. Ÿ Promover la diversificación de usos del espacio público espacial y temporalmente. Ÿ Profundizar y potenciar las actuaciones dirigidas a promover el uso y acceso público y democrá co del litoral del Río de la Plata.

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Ÿ Posibilitar la apropiación, uso, accesibilidad y disfrute universal del espacio público. Ÿ Promover la inclusión y convivencia de la población en los espacios públicos asegurando las debidas par cularizaciones referidas a franjas de edad y género. Ÿ Impulsar los procesos de desarrollo de zonas de la ciudad que se par cularizan por la sinergia de usos compa bles. Ÿ Proteger los recursos naturales y patrimoniales.

Parque Rodó

02/ El espacio público de acuerdo a la categorización del suelo

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Análisis general de Montevideo Se realiza una caracterización de los espacios públicos atendiendo en primera instancia a aquellos datos disponibles sobre la existencia de espacios libres, provisión de infraestructuras y equipamiento urbano que hacen a la potencial calidad de los mismos. Estos datos muestran la correspondencia entre las áreas diferenciadas con menor provisión de equipamientos e infraestructuras y la menor calidad del espacio público. En general la situación se hace cada vez más insa sfactoria hacia la periferia de la ciudad. Los mapas muestran que la can dad y calidad de espacios públicos disminuyen hacia la periferia al mismo empo que aumentan las áreas precarias. Por otro lado, la norma va que exige re ros frontales trae como consecuencia la existencia de jardines privados que aportan a la percepción de verde. La menor ocupación de los lotes de la periferia es un potencial interesante de mejoramiento del espacio público a la vez que permite una cierta transparencia hacia el interior de las manzanas. A pesar de la norma va que determina los re ros y sus caracterís cas, esta relación interior-exterior se está deteriorando. Factores culturales y la percepción de la inseguridad atentan contra ella y paula namente los límites entre lo privado y lo público se hacen más tajantes, con menos transparencias y mayor introversión lo que redunda en menor sensación de seguridad en el espacio público, con lo que el fenómeno se retroalimenta constantemente.

En el presente apartado se considera la Categorización del Suelo establecida en las Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible (DDOT) y se estudia la presencia y caracterís cas de los espacios públicos en cada una de las divisiones del suelo. En par cular dentro de las categorías y subcategorías se consideran las Áreas Diferenciadas como forma de hacer más preciso el análisis debido a su menor superficie y, en par cular, teniendo en cuenta las caracterís cas morfológicas comunes que presentan a su interior.

En toda la ciudad se ha generalizado la u lización del espacio público como extensión de ac vidades comerciales (por lo general gastronómicas) con independencia de la estación del año. En ocasiones la intervención en el espacio público es considerable. Hasta el momento esta costumbre no ha causado conflictos importantes con el funcionamiento de las calles. La situación friccional se da con los habitantes de las viviendas en torno a estos comercios. No es descartable el aporte que esta apropiación privada del espacio público realiza a la vida urbana. Como forma de visualizar para todo Montevideo urbano la existencia y calificación de espacio público se presentan cinco mapas que representan indicadores que describen la situación.

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Mapa 1 Porcentaje de área de espacios libres. Refiere a: plazas, plazoletas, plazuelas, canteros, separadores viales, parques.

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Mapa 2 Can dad de árboles por há. Refiere a los árboles ubicados en la vía pública.

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Mapa 3 Can dad de puestas de alumbrado por há. Refiere a las puestas en la vía pública.

Mapa 4 Porcentaje de calles pavimentadas respecto al total de calles.

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Una mirada rápida sobre estos mapas muestra que tanto la provisión como la calificación de espacios públicos disminuye a medida que nos acercamos a los límites urbanos de la ciudad. Hace falta una lectura más detallada por sectores de la misma para comprender de manera profunda el aporte del espacio público a la ciudad.

Mapa 5 Porcentaje del área urbana ocupada por asentamientos irregulares. Refiere a la relación entre el área de los asentamientos irregulares y el área total de la zona.

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Análisis según la categorización del suelo Espacios públicos en el Suelo Urbano Las Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible definen como Área Urbana al suelo de los centros poblados, fraccionado con las infraestructuras y servicios en forma regular y total, así como al parcialmente urbanizado en el que los instrumentos de ordenamiento territorial pretenden mantener o consolidar el proceso de urbanización. La categorización en Urbano Consolidado o No Consolidado responde a la existencia -o no- de infraestructuras y servicios en forma regular y total. Estos aportan a la calidad tanto de los usos de los espacios privados como de los espacios públicos.

Suelo Urbano Consolidado Central Es de los tejidos más an guos, comprendidos dentro de la Ciudad Novísima, centro histórico e ins tucional de la ciudad, del país y referencia simbólica cultural. El espacio público cuenta con las mismas iden dades. Toda el área presenta un tejido muy compacto, ya que se permite ocupar el 100% de la superficie de los predios, careciendo de re ro frontal o lateral. A pesar de ser una superficie rela vamente pequeña pueden encontrarse diferencias según su ubicación. El sur, está relacionado con la presencia del Río de la Plata y de la Rambla, uno de los principales espacios públicos, referencia absoluta de la zona. Está compuesta por los barrios Sur, Palermo, Cordón Sur y Parque Rodó en los cuales se está operando un interesante proceso de renovación habitacional y de construcción de vivienda nueva.

Suelo Urbano Consolidado Es el suelo que cuenta al menos con agua potable, drenaje de aguas pluviales, red vial pavimentada, evacuación de aguas servidas, energía eléctrica y alumbrado público; todo ello en can dad y calidad adecuada a las necesidades de los usos. En síntesis, es aquel que posee la estructuración urbana brindada por la existencia de infraestructuras. Según su ubicación se define como: suelo urbano consolidado central, costero e intermedio y otros suelos urbanos consolidados (San ago Vázquez). (ver DDOT- 2014). Para la definición de estas subcategorías se tomaron en cuenta algunos parámetros (DDOT 2014) dentro de los cuales se encuentran: Ÿ Cobertura de infraestructuras, en par cular de redes de saneamiento. Ÿ Estructuras pomorfológicas ( pología edilicia, ocupación del suelo, amanzanado y parcelario). Ÿ Dinámicas urbanas y agentes intervinientes (procesos de ocupación y vaciamiento, transformación de centralidades). Ÿ Calidad ambiental: espacio público (plazas, parques, arbolado, alumbrado). Calidad y estado de las construcciones. Ÿ Predominancia de usos del suelo. Ÿ Iden dad barrial y patrimonio urbano-arquitectónico. Ÿ Presencia de equipamientos singulares o hitos.

Rambla Sur

La presencia de la Rambla aporta espacio de esparcimiento con alta calidad escénica. El buen nivel de arbolado en la vía pública contribuye a la calidad del espacio público. Hacia el este el Parque Rodó y el Parque Instrucciones del Año XIII (Golf) agregan equipamiento y relación con el conjunto de la ciudad.

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En estas áreas existe una buena dotación y equipamiento del espacio público y un interesante uso de la vía pública para ac vidades vecinales, en algunos casos como extensión de las propias de las viviendas.

la dotación de su espacio público y generan visuales de gran riqueza. La relación con el puerto y la bahía se encuentra en proceso de definición y calificación.

Zona Diseño

Rambla Ing. Juan Monteverde

En base a lo anterior las acciones en espacio público deben estar vinculadas a la protección y potenciación de lo existente, a la calificación de vías de tránsito y apoyo a los procesos de par cularización que se están dando (Zona Diseño, Barrio de las Artes).

La zona en torno a la Escuela de Nurses, la Plaza de Deportes, el ex Hotel Nacional y el arranque de la escollera Sarandí es la parte en que la provisión de espacio público es importante aunque el conjunto requiere una renovación y calificación que resuelva la convivencia con los usos portuarios.

El área Centro se vincula a la calle 18 de julio como principal espacio público que incluye y ar cula varias plazas de fuerte contenido simbólico y representa vo. Las zonas del centro al sur y norte de 18 de julio, presentan dis nto carácter. La del sur ene un fuerte vinculo con la Rambla Sur. La del norte presenta los menores porcentajes de espacios libres de la ciudad. La escasez de espacio público de esta zona se a visto disminuida parcialmente desde la inauguración del Parque Líber Seregni en Cordón Norte. La Ciudad Vieja, referencia para ciudadanos y turistas, presenta un tejido más cerrado con calles angostas y no arboladas. Las plazas de fuerte contenido histórico, la par cular relación con el Río de la Plata y la peatonalización de algunas vías caracterizan

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El Centro, incluida la Ciudad Vieja es un Territorio Estratégico establecido por las Directrices Departamentales de Desarrollo Sostenible para Montevideo “como respuesta a su condición de capital”, por la concentración de servicios e infraestructuras (financieros, comerciales, culturales, ins tucionales) de escala nacional y un alto poder simbólico. El instrumento mencionado plantea intervenciones de reordenamiento y recalificación en su espacio público en consonancia con el Plan Especial de ordenación, protección y mejora de Ciudad Vieja – 18 de julio. Como en las zonas de este po en diversas ciudades, el espacio público presenta par cularidades según la hora del día y la mezcla de usos existentes. En zonas donde

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predominan las oficinas y dependencias bancarias, el uso del espacio público es intenso durante la jornada laboral para ser inexistente fuera de este horario. Esta especialización no es deseable debiéndose promover la inclusión de giros complementarios para obtener un uso con nuo del espacio. Las zonas al norte del área central (La Comercial - Villa Muñoz, Aguada - Arroyo Seco) presentan deterioro dado por procesos de vaciamiento poblacional y cambio de usos, reflejándose en el espacio público. En este tejido se observa, asimismo, menor can dad de espacio libre, (por su origen de tejidos generados en fraccionamientos y remates privados).

En partes de la zona diferenciada aún es posible observar usos tradicionales de las veredas. Dada la casi inexistencia de espacio disponible para su uso público, es necesario pensar la calle como tal priorizando el uso peatonal y reduciendo la incidencia del auto en la vida co diana. Se podrán seleccionar tramos o áreas donde se propone un tratamiento especial de veredas, ampliaciones de las mismas y provisión de equipamiento que jerarquice y de iden dad y al mismo empo permita la realización de ac vidades recrea vas y de esparcimiento. Se trata de poner en valor, potenciar el uso de la calle como espacio público. Sin desmedro de lo anterior se hace necesario relevar áreas vacantes de espacios libres que puedan ser incorporados al sistema de espacios públicos y de áreas que, siendo espacio público de uso restringido o espacio privado de uso semipúblico, puedan ser ofrecidas para el acceso universal. En estos casos será necesario la realización de convenios con ins tuciones sociales y/o depor vas. Se considera per nente realizar acciones de esponjamiento en sectores con instalaciones abandonadas o subu lizadas, en estos casos el nuevo uso debe significar un dinamizador urbano. No parece aconsejable realizar sus tuciones de uso que implique disminución de la can dad de población residente ya que se estaría reforzando el proceso de perdida poblacional. Es probable que se deba recurrir a negociaciones por espacios de propiedad pública y que están concesionados asegurando un uso más intenso y variado de los mismos reafirmando la accesibilidad universal y programas acordados con la IM de u lización del suelo.

Barrio Arroyo Seco

En la zona cercana al Palacio Legisla vo se está operando un importante cambio debido a la acción de la Intendencia en múl ples programas y obras (Mercado Agrícola, conjuntos de vivienda, plazas y centros culturales) incluidos dentro del Plan Parcial de ordenación urbana del Barrio Goes. Ello trae como consecuencia incremento en la densidad habitacional y en la dotación de espacios públicos y equipamientos anexos.

No es descartable la u lización de inmuebles abandonados o inhabitables para desarrollar mezclas programá cas complejas con importante presencia de espacios públicos administrando intensificaciones en el uso del suelo. En encuentros de tramas viales y espacios residuales se plantea un programa de microplazas, si es posible eslabonados entre si, con adecuación de veredas y acondicionamiento de estos espacios. Por otro lado, se deberá fortalecer y potenciar la dotación de espacio público existente poniendo en valor las caracterís cas par culares de cada uno, apostando a la reafirmación de su iden dad y conservación de los valores patrimoniales.

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Suelo Urbano Consolidado Costero El suelo urbano consolidado costero, al igual que el central man ene una relación estrecha con el Río de la Plata y evidencia, al mismo empo, los procesos de segregación socio-territorial que han transformado a esta zona en la de mayor dinámica edilicia y albergue de sectores de ingresos medios altos y altos.

Además de la rambla, la zona cuenta también con una serie de parques de mediana y gran escala como el Parque Batlle y Ordóñez, Jardín Zoológico Municipal Parque Pereira Rosselly el Parque César Grauert.

Rambla República del Perú y Puerto del Buceo

Rambla Concepción del Uruguay

La Rambla es un paseo público de escala metropolitana con alta calidad urbana y paisajís ca, considerado por las DDOT un territorio estratégico de Montevideo. Esta pieza urbana se encuentra conformada por el área de Rambla propiamente dicha y por espacios libres ubicados a ambos lados de la circulación vehicular, como el parque Hansen, el espacio Raúl Manuel Alegre, plaza Virgilio, plaza Tomás Gomensoro entre muchos, brindándole diferente carácter en los diversos tramos. No ha sido resuelto el conflicto entre el flujo rápido del tránsito de la Rambla con el carácter de paseo del espacio adyacente.

Todos estos espacios libres hacen que se perciba la zona como rica en términos de espacios verdes y paisaje. Es un área bien dotada de espacios públicos en buen estado de conservación.

Existen otros espacios libres con fuerte relación con la Rambla como el Parque Juan Zorrilla de San Mar n, el Parque Lavalleja o algunas plazas como la de los Olímpicos, la

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Plaza Verdi y otros vínculos lineales en sen do transversal a la costa, como el Parque Baroffio y la Rambla Concepción del Uruguay.

Además del espacio público existe un gran aporte del espacio privado a esta percepción de verde, el cual aumenta hacia el este. Este aporte se da por la existencia de re ro frontal enjardinado y por la relación entre espacio libre y construido dentro del tejido. Puede considerarse que la parte aledaña a la Rambla aún ene suelo que puede ser acondicionado para un uso público más intenso. Tal es el caso de Punta Brava y de Punta de Trouville.

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La acción referida a este territorio debe estar ligada a una visión de conjunto y a una estrategia clara respecto de la secuencia de tratamiento de espacios, la acción de la IM y la concesión a privados. Por otro lado la presencia de arroyos que desembocan en el Río de la Plata y que están parcialmente u lizados como espacio público, es una oportunidad para conectar la cinta de borde con zonas interiores del departamento sica y socialmente disímiles.

Suelo Urbano Consolidado Intermedio El suelo urbano consolidado intermedio es la subcategoría urbana más extensa y a su vez donde hay Áreas Diferenciadas más diversas entre sí: desde barrios de larga data, ín mamente ligados a la historia de la ciudad, con fuerte iden dad y temprana consolidación, hasta otros de más reciente conformación. Al mismo empo la ocupación predial, es menor y el re ro frontal es mayor a medida que nos alejamos de las áreas céntricas, por lo tanto el espacio calle se percibe más amplio. En líneas generales se trata de zonas con caracterís cas barriales y plazas de larga data con diverso grado de conservación, acondicionamiento, mezcla programá ca y provisión vegetal. Tres territorios estratégicos de las DDOT atraviesan esta zona: los ejes Batlle y Ordóñez y Gral. Flores y la Cuña Verde del Miguelete. La intervención a través de proyectos de envergadura en los ejes urbanos da la oportunidad de desarrollar las áreas intermedias contribuyendo a la revitalización de los territorios adyacentes. El arroyo Miguelete, a par r de su Plan Especial, está recuperando y poniendo en valor espacio público generando un parque lineal que con nuará extendiéndose. Dentro de las áreas diferenciadas con mayor historia e iden dad se encuentra PradoCapurro la que es objeto de un Plan Parcial específico que reconoce varias subzonas en su interior y analiza par cularizadamente los elementos patrimoniales, el equipamiento vegetal y la calidad de los diferentes espacios públicos. La zona del Prado ene un tejido urbano resultante de las quintas de recreo y las calles arboladas que le brindan caracterís cas escénicas excepcionales. La zona presenta una fuerte iden dad y es referencia en la ciudad principalmente por la presencia del Prado, de significación metropolitana y múl ples usos que atraen visitantes de otras regiones.

Barrio Prado

La zona de Capurro está más vinculada a la Bahía. El Parque Capurro, actualmente degradado en relación a su pasado de esplendor, brinda la oportunidad de conectarse visualmente con ella. Esta relación se fortalecerá en el futuro al concretarse el proyecto de la Cinta de Borde Capurro Bella Vista. Así mismo el barrio presenta potencial para que se intensifique en cuanto a su edificación y población residente sobre la base de la reu lización de viejas estructuras fabriles en desuso. Todo ello plantea la necesidad de renovar la dotación de espacio público y refuerza la materialización por etapas del Plan Especial Arroyo Miguelete que posibilita la recuperación y recalificación de las márgenes como parque lineal dentro de toda esta zona. Lezica Colón conservan las caracterís cas de ciudad jardín con que fueron creados, poseen infraestructuras viales que le dan calidades urbanas no presentes en otros barrios del borde urbano rural, aunque el tejido circundante al arroyo Pantanoso se encuentra inacabado y ocupado por asentamientos irregulares. El plan parcial de la cuenca del arroyo, en proceso de elaboración, deberá afrontar integralmente los problemas señalados, establecer el carácter de la cuña verde en esta área y su relación con los espacios existentes.

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Los parques Monte de la Francesa y A lio Arrillaga Safons, ubicados en esta zona han tenido mantenimiento y mejoramiento en los úl mos años. Ambos conforman un espacio de oportunidad para mayores intervenciones.

Peñarol se iden fica con el ferrocarril y su estación. Los espacios libres son escasos y en general no se encuentran equipados. Una estrategia de desarrollo de espacio público en este barrio debe asumir la puesta en valor del patrimonio ferroviario que lo iden fica. Esta zona podría desarrollarse como área par cularizada.

Proyecto Colón - Lezica

Fortaleza del Cerro - Parque Vaz Ferreira

El proyecto Colón Lezica, que se comenzó a materializar, aporta, además de la provisión de viviendas y servicios, la calificación de espacio público y un curso de agua que se recuperará potenciando su valor natural.

Cerro es un barrio tradicional, de tejido muy consolidado en damero que no reconoce el relieve. La relación del barrio con la Bahía y el río se da fundamentalmente por las visuales que se ob enen desde la falda del cerro y la presencia del parque Vaz Ferreira y la playa del Cerro. Al nivel de la bahía la relación con el barrio no está resuelta y sufre múl ples interferencias. A pesar de algunos espacios generados y equipados recientemente en el acceso oeste y la incipiente rambla Egipto, la provisión de espacio público requiere asumir el borde sobre la Bahía como pieza de carácter metropolitano y manejar cuidadosamente la relación con el interior del barrio. En este sen do se ha avanzado en un Proyecto de la Rambla del Cerro que genera importantes dotaciones de espacio público acondicionado sobre la Bahía.

Unión, de temprano origen, presenta una escasa dotación de espacios públicos calificados. Se desarrolla en torno a la centralidad de 8 de octubre. Se considera estratégica la calificación y acondicionamiento de la avenida 8 de octubre como principal espacio público de la zona. La plaza de deportes 20 de febrero y la plaza de la Restauración son dos espacios públicos de referencia que se considera relevante potencia. Es de destacar que en torno de la calle Asilo y la plaza de la Restauración se inicia el arroyo Malvín que une zonas social y morfológicamente diferentes. A través del tramo entubado bajo la rambla Concepción del Uruguay conecta con la rambla San ago de Chile. Se considera relevante intervenir en esta pieza urbana, como paseo lineal que relacione la Unión con la rambla montevideana.

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Los barrios Cerro y Cerrito - Joanicó son los únicos con alturas relevantes en el leve relieve montevideano. Esto hace reconocible y sobresalientes estas dos localizaciones y el paisaje urbano que desde allí se observan. Los lineamientos para estas zonas se relacionan fuertemente con estas caracterís cas y potenciales escénicos.

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Maroñas, Hipódromo, Bella Italia, Nuevo París, presentan menor consolidación en lo edilicio y menor aporte de espacios públicos además de escasa calificación de los mismos. Con enen mayores niveles de precariedad urbana y habitacional a la vez que poseen áreas con potencial de ser acondicionados como espacios públicos de diferente po y relacionados entre si.

Algunas de estas zonas, pese a ser consolidadas intermedias lindan con el suelo rural. Esto implica que en sus bordes las infraestructuras viales, alumbrado, etc. pueden encontrarse parcialmente resueltas.

Barrio Ituzaingó

Al fondo Cerrito de la Victoria

El Proyecto Siete Manzanas, ya iniciado, permi rá revitalizar una área degradada y al mismo empo aumentar la can dad y calificación del espacio público del barrio Ituzaingó permi endo al mismo empo prolongar a la Avda. Larrañaga hasta el Hipódromo, vale decir culminando el proyecto de esa vía y asumiendo la calificación de una pieza urbana que une amplias zonas de la ciudad y plantea la posibilidad de renovar y par cularizar el carácter del espacio asociado al deporte y los equipamientos que vincula.

San ago Vázquez, como centro poblado fuera de la planta urbana de la ciudad, ene caracterís cas de suelo consolidado, con porcentajes altos de áreas libres de diverso acondicionamiento, y carencias de alumbrado público. Su localización sobre el río Santa Lucía, con gua a los humedales, le otorga una impronta que lo iden fica y lo posiciona como acceso privilegiado a estas áreas protegidas.

Malvín Norte que ene similares caracterís cas a estos barrios, cuenta con el aporte del Parque Rivera como pulmón verde, la conexión hacia otras zonas a través del Parque Baroffio y el arroyo Malvín ya mencionado por el potencial generador de espacio público.

La Rambla Costanera y el parque Jardín Segunda República Española sobre el Río Santa Lucía brindan calidades paisajís cas únicas. En el primer caso se han realizado mejoras y el estado de mantenimiento es aceptable. El Parque de la Segunda República Española ene gran potencial escénico y una dotación vegetal importante pero requiere mejorar la relación con San ago Vázquez y el frente costero del Santa Lucía. El parque Lecocq es

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un espacio temá co de referencia a escala metropolitana con par culares cualidades paisajís cas por sus visuales de los humedales. El tratamiento del espacio público en el área es una tarea con múl ples acciones y sub programas coordinados, que involucran a la otra margen del río por lo que puede llegar a conver rse en el abordaje propicio para la coordinación metropolitana. Suelo Urbano No Consolidado Suelo Urbano No Consolidado es aquel en que exis endo un mínimo de redes de infraestructuras, las mismas no son suficientes para dar el servicio necesario de manera adecuada y presenta dificultad de accesibilidad a otras zonas de la ciudad. Los espacios libres de estas áreas diferenciadas se encuentran inacabados, con escaso tratamiento y mantenimiento lo que genera falta de iden ficación, apropiación e iden dad de parte de los ciudadanos. Presentan, por lo tanto, caracterís cas precarias vinculadas también a problemas ambientales principalmente producidos por la presencia de residuos sólidos. El porcentaje de calles pavimentadas es menor que en el resto de la ciudad, con inexistencia de veredas y muchas veces con perfil rural, escasos equipamientos urbanos incluyendo falta de árboles y alumbrado. Hay disponibilidad de suelo

vinculado a espacios libres y también a cursos de agua en alguna medida ocupados por asentamientos irregulares, siendo esta zona la de mayor presencia de estas ocupaciones. Es el borde urbano de la ciudad, territorio de la Interfase urbano-rural, considerado como un territorio estratégico para las DDOT. Generalmente están en permanente cambio, con escasa ar culación interna y hacia el resto de la ciudad. Es consensuado el criterio de calificar a estas zonas dotándolas de estructuración interna y relacionándolas con el conjunto de la ciudad para lo que la provisión y proyecto del espacio público es fundamental. En las zonas de nuevos fraccionamientos se deberá cumplir con el Ar culo D.97 del POT. “... en todos los casos de fraccionamientos con apertura de calles y/o amanzanamientos, la proporción de espacios libres deberá ser hasta un 15% del área original del predio que se fracciona. El 50% de dicha área será des nada para dotación de servicios y espacios públicos...”. Paso de la Arena - Las Torres y Cerro Norte - La Paloma - Casabó se encuentran en la cuenca del Arroyo Pantanoso, incluido en el territorio estratégico “Cuñas Verdes” definido por en las DDOTy DS. Se pretende que el arroyo asuma un rol fundamental en la ar culación y calificación de las áreas que atraviesa generando nuevas dotaciones de espacio público acondicionado. En el Paso de la Arena se localiza el Parque Tomkinson, que se considera necesario potenciar como ámbito integrador y calificador de las áreas urbanas del entorno. Asimismo el desarrollo de la Unidad Agroalimentaria de Montevideo plantea oportunidades y desa os en la definición y calificación del espacio público. En general, la calificación del espacio público en esta zona es relevante para la ar culación de los tejidos residenciales y las áreas donde se localizan usos no habitacionales (industria y logís ca). En el marco del Programa de Mejoramiento de Barrios (PMB), se lleva adelante una intervención en el barrio La Paloma que incluye una propuesta de construcción y acondicionamiento del espacio público. Al Norte, en Casavalle - Piedras Blancas, el Plan Parcial Casavalle -recientemente elevado para su aprobación- plantea intervenciones importantes de creación y acondicionamiento del espacio público, reconociendo su relevancia en la estructuración y calificación de la zona. Plantea una decidida intervención en los cursos de agua, recuperándolos ambientalmente y acondicionándolos como parques lineales.

Barrio Casavalle

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Destacan en este sen do las Operaciones Urbanas en el Arroyo Miguelete, la Cañada Ma lde Pacheco y la Cañada Casavalle. Asimismo plantea la creación de un “Eje Cívico Cultural” que incluye las calles Curi ba, Mar rené y Suárez que vincula y pone en valor espacios públicos y equipamientos colec vos existentes y propuestos. La Plaza Casavalle, inaugurada en diciembre del 2013, forma parte de este eje. Se ha cons tuido en emblema de las transformaciones propuestas para la zona y su materialización refleja los nuevos criterios de actuación en el espacio público promovidos desde la Intendencia. En la misma zona, de acuerdo con los lineamientos del plan mencionado y dentro del marco del Plan Siete Zonas, se construyen las plaza de Itacumbú e Iraola y la plaza Marconi. En el marco del Plan Siete Zonas se ha intervenido en otros barrios con carencias importantes de espacio público calificado. Al noreste, en Punta Rieles, se construyó la plaza Alba Roballo, y al oeste en la zona de Lavalleja Norte - Nuevo París, se construyó la plaza Tres Ombúes. En otras zonas existen parques de dimensiones importantes pero con escaso tratamiento que resultan oportunidades para la calificación e integración de las áreas urbanas de su entorno: en Don Bosco el Parque Marcos Sastre y en Villa García el Parque del mismo nombre. Manga, Boiso Lanza - Paso del Andaluz, Abayubá, Prolongación Las Piedras, Pajas Blancas y Santa Catalina se encuentran separadas del tejido urbano, estando más vinculadas al ámbito rural, con caracterís cas morfológicas semejantes y alto grado de informalidad habitacional (en el caso de Pajas Blancas y Santa Catalina), escasos espacios públicos y perfil rural de las vías públicas. En estos casos la relación con la faja costera requiere ser tratada mediante espacios de carácter público que aseguren y refuercen la accesibilidad sin restricciones a las zonas de playa. En lo referente al espacio público la consolidación de estas zonas implica la construcción del perfil urbano de las calles, el tratamiento de los espacios libres y calificar las márgenes de las cañadas.

Espacios públicos en Suelo Suburbano El Suelo Suburbano comprende “áreas del suelo cons tuidas por enclaves de usos, ac vidades e instalaciones de po urbano o zonas en que éstas predominen, dispersos en el territorio o con guos a centros poblados”. (LOT 2008) En el caso de Montevideo esos enclaves se encuentra ubicados con guos al área urbana y enen en general usos ligados a la logís ca e industria, aunque también a usos residenciales, muchas veces situaciones de hecho. Estas áreas, en general, se encuentran en un proceso de estructuración que permite generar las infraestructuras que responden a las necesidades de las ac vidades que allí se desarrollan y promueven. Las subcategorías derivadas de los usos permi dos son las siguientes: Suelo Suburbano No Habitacional Corresponde a áreas donde se admiten ac vidades logís cas de bajo impacto que coexisten con usos rurales. El espacio público en estas zonas refiere fundamentalmente al espacio de las vías públicas, ya que la ac vidad principal en las mismas es el traslado de mercancía y la movilidad de los trabajadores. El perfil de estas vías es rural y existe un conflicto entre el transporte vehicular, fundamentalmente pesado, y el peatonal, dado que en general no se encuentra definida la senda correspondiente a estos úl mos. Se trata de calificar las partes de las vías, especialmente la parte propia de los peatones. En estas áreas se plantea desarrollar y consolidar las infraestructuras acordes con las ac vidades a implantar. En par cular se considera necesario acondicionar su vialidad de acuerdo a los usos previstos, asegurando la convivencia y tránsito seguro de diferentes medios de transporte y peatones. Asimismo realizar las previsiones de drenaje necesarias que incluyan el tratamiento de los cursos de agua. Suelo Suburbano No Habitacional Intensivo Corresponde a áreas de suelo des nada a ac vidades logís cas e industriales de acceso restringido al uso público. Cuatro localizaciones integran esta categoría: Puerto de Montevideo, Zonamérica, Ancap y Punta Lobo, zonas de accesibilidad restringida en algunos casos debido a la ac vidad que se desarrolla en ellas. Sin embargo a otras zonas se les asignó el Atributo de Potencialmente Transformable a Suelo Suburbano No

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Habitacional Intensivo. La transformación del suelo implica el desarrollo de un Programa de Actuación Integrada que deberá prever las infraestructuras necesarias para dar soporte a estas ac vidades, fundamentalmente en lo que respecta a vialidad, drenaje y tratamiento de cursos de agua. Suelo Suburbano No Habitacional de Servicios Se trata de algunos enclaves con des no cárcel y aeropuerto: cárcel Comcar/Compen, cárcel de Mujeres, cárcel de Punta Rieles, aeropuerto de Melilla, aeropuerto de Boiso Lanza y hospital Saint Bois.

Espacios públicos en suelo rural El suelo rural se define por sus valores agrícolas, ecológicos y paisajís cos, su riqueza produc va y sus caracterís cas naturales y ambientales. Defender y poner en valor este po de suelo ha sido obje vo de los diversos planes de ordenamiento. Suelo Rural Natural Son áreas poco antropizadas, de gran biodiversidad, con valores patrimoniales, ambientales y espaciales que se pretende preservar. Se trata de la faja costera, las márgenes naturales de los principales cursos de agua, los humedales del río Santa Lucía y los bañados de Carrasco. Por lo general son áreas de escasa accesibilidad y usos restringidos, alta naturalidad y con ecosistemas frágiles que aseguran el funcionamiento hídrico de las cuencas. Los bañados de Carrasco están comprendidos dentro del área del Plan Especial de la Cuenca del Arroyo Carrasco. En el caso de la Costa Oeste, se accede a través de caminos perpendiculares a la costa, lo que de alguna forma ha preservado su valor natural. Estos puntos de contacto se transforman en miradores y lugares de pesca. No enen ningún po de equipamiento.

Hospital Saint Bois

Suelo Suburbano Habitacional Se trata de enclaves residenciales en medio de suelo rural, sin ningún po de provisión de espacio público, más que las vías de acceso. El perfil de estas vías es rural, sin ningún po de calificación urbana. En estos casos urbanizar significa consolidar y calificar la trama vial así como construir equipamientos de uso público en relación a la población existente y previsible.

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A las ventajas del esquema de peine con que se organiza la vialidad de la zona se le contrapone la inexistencia de una pieza que asegure el tránsito entre las playas y los terrenos privados. Si bien es razonable evitar el esquema de “rambla”-en el sen do de la unión de vías vehiculares con espacios para el paseo u observación panorámica-, se en ende la necesidad de definir un modelo para estos bordes costeros evitando la priva zación de hecho del borde costero. La calificación del espacio público es fundamental para encausar las transformaciones territoriales de estas zonas y asegurar el acceso público a la costa. El parque de Punta Espinillo es un espacio público que permite el contacto con el Río de la Plata, estableciendo una par cular forma de acceso público a la faja costera. Su propia geometría alargada sobre la costa, es propicia para cumplir con esos come dos. Cuenta con algún equipamiento y servicios para el disfrute de los visitantes.

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Suelo Rural Produc vo Se definen como áreas des nadas a la producción pecuaria, agraria, forestal o similar. En el caso de Montevideo se trata especialmente de producción hor fru cola. El espacio público en este suelo se refiere fundamentalmente al entramado vial que da acceso a los emprendimientos rurales. Se considera necesario calificarlo para permi r la convivencia y tránsito seguro de diferentes medios de transporte y peatones. En el Plan de Ordenamiento Territorial del año 1998 se señala la existencia de centralidades rurales que no llegan a conformar un enclave suburbano. Ubicadas en cruce de caminos, cons tuyen concentraciones de servicios. Se trata de Camino O'Higgins y Sanguine , Camino la Redención y Azarola y Avda. Mendoza y Osvaldo Rodríguez. La inclusión de espacios públicos en relación a equipamientos existentes fortalece la centralidad y otorga cierta iden dad a la zona. En estos casos se hace necesario reforzar su carácter de centralidad rural por lo que se debe construir veredas, alumbrar y equipar las calles. Parque Punta Espinillo

El parque de Punta Yeguas con 113 há recientemente adquiridas por la IM cumple con similar función que Punta Espinillo como pieza de relación entre la ciudad y la costa del río. a la vez que puede funcionar como un gran equipamiento de contención de la expansión de la mancha urbana hacia el oeste. Tiene un modelo de ges ón par cipa va con mul plicidad de actores y un par cular criterio paisajís co y de usos. Los humedales del río Santa Lucía son un territorio con mínima accesibilidad y un ecosistema frágil que es necesario proteger. Asociado se encuentra San ago Vázquez y su paseo ribereño, el parque Segunda República Española y el parque Lecocq, que ene valor por la preservación de especies animales y vegetales y mirador que permite observar la zona de humedales. Independientemente de la incorporación de los humedales al sistema nacional de áreas protegidas y del plan de manejo requerido, es necesario asumir el espacio público de la zona como una pieza llena de par cularidades y zonas diferentes que es necesario estudiar en su conjunto. Como criterio general para esta zona se plantea el fortalecimiento del sistema de parques y asegurar el acceso público a la faja costera. Centralidad Rural - Camino O’Higgings y Sanguine

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Suelo Rural de Interfase Comprende áreas de suelo rural con alta vulnerabilidad ante la expansión de procesos urbanizadores y relevantes en la protección del suelo rural natural con guo. Se encuentran en el entorno del arroyo Miguelete al sur de la Ruta 102 y en el entorno del arroyo Carrasco. El espacio público es similar al del suelo rural produc vo.

Suelo Rural de Interfase Costero Corresponde a sectores de suelo adyacente al suelo natural asociado a la costa del Río de la Plata que oficia de amor guador entre esta zona protegida y el área de suelo produc vo.

Camino Felipe Cardozo

Camino O’Higgings

Se trata de un área de “alta vulnerabilidad” (DDOT 2014) en la cual se plantea la preservación de los valores paisajís cos y garan zar el acceso de las personas al disfrute de ellos. Ambos conceptos plantean la necesidad de ar cular la preservación con el uso por lo que el criterio respecto al espacio público es condicionado a las caracterís cas que se propone defender (producción rural y ac vidades compa bles) a la vez que asegurar el acceso controlado al disfrute de las cualidades escénicas y ecosistémicas. En par cular en el área asociada al arroyo Miguelete se deberá definir las caracterís cas del espacio público y los parámetros de localización de ac vidades que aseguren la preservación y conformación de la “Cuña Verde”.

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El espacio público es similar al del suelo rural produc vo. Como criterio general para el espacio público a crearse se anota el cuidado de su valor paisajís co y de protección de la faja costera.

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TABLA SÍNTESIS Lineamientos generales por zonas Categorías suelo

Subcategorías suelo Urbano Consolidado Central

Lineamientos Palermo, Cordón Sur y Parque Rodó Ÿ

Proteger y potenciar el espacio público existente

Ÿ

Calificar las vías de tránsito

Ÿ

Apoyar los procesos de par cularización

Centro Ÿ

Reordenar y calificar el espacio público del Centro en consonancia con el Plan Ciudad Vieja

Ÿ

Incluir giros de usos complementarios que permitan ac vidades permanentes del espacio público

Ciudad Vieja

Urbano Consolidado

Urbano

Ÿ

Definir y calificar la relación de la Rambla con la Bahía logrando convivencia con los usos portuarios

La Comercial, Villa Muñoz, Aguada-Arroyo Seco

Urbano Consolidado Costero

Ÿ

Priorizar el uso peatonal de la calle.

Ÿ

Realizar un tratamiento especial de veredas, ampliar y proveer de equipamiento para la recreación y esparcimiento, dando iden dad

Ÿ

Relevar posibles áreas vacantes de espacio libre o de inmuebles de interés

Ÿ

Reformular los acuerdos de concesiones de espacios de propiedad pública

Ÿ

Implementar un programa de micro plazas eslabonadas

Ÿ

Desarrollar mezclas programá cas en inmuebles abandonados o inhabitables con importante presencia de espacios públicos

Ÿ

Fortalecer y potenciar la dotación de espacio público existente poniendo en valor sus caracterís cas par culares reafirmando su iden dad y conservando los valores patrimoniales

Ÿ

Posibilitar uso público de espacios privados o públicos restringidos

Ÿ

Potenciar espacios existentes

Ÿ

Acondicionar los espacios de la Rambla para un uso público más intenso

Ÿ

Conectar la cinta de borde de la Rambla con el interior a través de los arroyos que desembocan en el Río de la Plata

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TABLA SÍNTESIS Lineamientos generales por zonas Categorías suelo

Subcategorías suelo Urbano Consolidado Intermedio

Lineamientos Prado Capurro Ÿ

Potenciar caracterís cas actuales

Ÿ

Renovar la dotación de espacio público

Ÿ

Dar con nuidad al Plan Especial del arroyo Miguelete que posibilita la recuperación de las márgenes y la concreción del parque lineal

Lezica Colón Ÿ

Fortalecer el espacio público existente

Ÿ

Calificar márgenes de corrientes de agua, relacionando estos espacios con espacios existentes

Urbano Consolidado

Urbano

Unión Ÿ

Calificar y acondicionar la avenida 8 de octubre como principal espacio público de la zona

Ÿ

Intervenir sobre una pieza urbana que una el barrio Unión con la Rambla generando un paseo lineal

Peñarol Ÿ

Poner el valor el patrimonio ferroviario que iden fica la zona desarrollando un área par cularizada

Cerro Ÿ

Proveer espacio público a través del tratamiento del borde de la Bahía

Ÿ

Potenciar visuales

Cerrito Joanicó Ÿ

Potencial visuales

Maroñas, Hipódromo, Bella Italia, Nuevo París Ÿ

Acondicionar las áreas con potencial para conformar espacios públicos de diferente po y relacionados entre sí

Malvín Norte

Urbano Consolidado Otros

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Ÿ

Calificar márgenes del arroyo Malvín

Ÿ

Calificar vía pública

Ÿ

Calificar espacio público ribereño

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TABLA SÍNTESIS Lineamientos generales por zonas Categorías suelo

Subcategorías suelo

Lineamientos Ÿ

Calificar a estas zonas dotándolas de legibilidad interna y relacionándolas con el conjunto de la ciudad para lo que la provisión y proyecto del espacio público es fundamental

Ÿ

Construir perfil urbano de calles

Ÿ

Tratar los espacios libres

Ÿ

Calificar las márgenes de las cañadas

Urbano No Consolidado

Urbano

Paso de la Arena - Las Torres, Cerro Norte - La Paloma – Casabó Ÿ

El tratamiento del arroyo Pantanoso será fundamental en la ar culación y calificación de las áreas que atraviesa

Ÿ

Potenciar el parque Tomkinson como ámbito integrador y calificador de las áreas urbanas del entorno

Ÿ

Calificar el espacio público como ar culador de los tejidos residenciales y las áreas donde se localiza industria y logís ca

Casavalle - Piedras Blancas Ÿ

Crear y acondicionar espacio público para la estructuración y calificación de la zona

Ÿ

Recuperar los cursos de agua acondicionándolos como parques lineales

Lavalleja Norte - Nuevo París Ÿ

Crear y acondicionar espacio público para la estructuración y calificación de la zona

Manga, Boiso Lanza - Paso del Andaluz, Abayubá, Prolongación Las Piedras Ÿ

Crear y acondicionar espacio público para la estructuración y calificación de la zona

Pajas Blancas y Santa Catalina Ÿ

Proveer de espacios de carácter público que aseguren y refuercen la accesibilidad sin restricciones a las zonas de playa

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Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

TABLA SÍNTESIS Lineamientos generales por zonas Categorías suelo

Subcategorías suelo

Ÿ

Calificar espacio público, especialmente red vial para peatones

Suburbano Habitacional

Ÿ Ÿ Ÿ

Consolidar la trama vial Calificar la trama vial Proveer equipamiento de uso público en relación a la población existente y previsible

Rural Natural

Ÿ Ÿ Ÿ

Asegurar el acceso controlado a las áreas de valores ambientales Fortalecer el sistema de parques Asegurar el acceso público a la faja costera.

Ÿ

Reforzar centralidades locales. Potenciar su iden dad como ámbito rural. Dotar de equipamientos y mobiliario

Ÿ

Asegurar el acceso controlado al disfrute de las cualidades escénicas y ecosistémicas

Ÿ

Cuidar su valor paisajís co y proteger la faja costera

Suburbano No Habitacional

Suburbano

Lineamientos

Suburbano No Habitacional Intensivo Suburbano No Habitacional de Servicios

Rural

Rural Produc vo

Rural de Interfase

Rural de Interfase Costero

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Plaza Casavalle

03/ Hacia la construcción de un sistema de espacios públicos

Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

Las Directrices Departamentales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible plantean en sus lineamientos para el espacio público “Impulsar la definición y calificación de un sistema de espacios públicos de diferentes escalas interconectado, reconociendo la trama vial como espacio público relevante a calificar.” Los componentes básicos del espacio público montevideano enen un desarrollo dispar y no llegan a cons tuir un sistema. Se plantea la concreción de un Sistema de Espacios Públicos verificable a diferentes escalas, tanto en su materialización como en su ges ón y las prác cas que soporta. Todo ello implica el desarrollo y ar culación de sus componentes básicos y fundamentalmente la relación entre ellos, definiendo sus roles específicos, con un enfoque amplio, abierto, que permita incorporar nuevas formas de entender y materializar el espacio público. Plaza Casavalle

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Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

Componentes básicos del espacio público montevideano y su rol en el sistema

En las dis ntas categorías de centros, los espacios públicos, aunque no tengan trazados o tratamientos par culares, son objeto de una gran intensidad de uso, debido a la oferta comercial y de servicios, que se refleja en el aumento del tránsito peatonal y vehicular.

La condición de territorio costero con un relieve ondulado, cursos de agua de dis nto caudal y zonas con bañados o humedales dan a Montevideo caracterís cas par culares que se han usado a lo largo de su evolución de diversa manera, con dis ntos grados de acierto y de acuerdo las ideas urbanas predominantes en las sucesivas etapas de la historia de la ciudad.

En este apartado se detallan estos componentes básicos del espacio público y se propone un avance hacia la construcción de un sistema que los relacione y otorgue un sen do.

Sobre el soporte natural se ha trazado una red vial de conec vidad con modificaciones a lo largo del empo como consecuencia de cambios en los medios de transporte y en el volumen del tránsito. En tercer término, a veces como u lización de suelos de di cil urbanización, otras como consecuencia de la donación de suelos ya parquizados o forestados aparecen los grandes parques históricos de la ciudad que par cularizan zonas y ofrecen suelo para equipamientos variados, considerados como pulmones en el sen do higienista del término. A la dotación de grandes parques se le suma la de espacios verdes de tamaño medio. Ambas categorías comparten el sen do general de ser espacios con predominio vegetal y trazados diferenciados de los de la red vial urbana. En estrecha relación con el trazado vial, la ciudad cuenta con un buen número de plazas y plazoletas distribuidas de manera desequilibrada en la planta urbana. Dentro de esta categoría se pueden dis nguir las plazas céntricas por su carácter referencial y/o ins tucional. Las plazas barriales y locales cons tuyen otra categoría diferenciable de las primeras por su ámbito de influencia y su significación. Generalmente su trazado corresponde a criterios paisajís cos que arrojan un po con abundancia de parterres, trazados en diagonal y con escaso equipamiento, considerados como paseos co dianos para los habitantes de sus entornos próximos. Caracterizados por su carga programá ca específica los espacios temá cos se suman a los espacios públicos en algunos casos como una especialización dentro de otros o cons tuyéndose en la totalidad de una pieza urbana. Temá camente definidas pero con diferencias fuertes respecto de los anteriores, las zonas par cularizadas aportan la sinergia que provocan los complementos programá cos.

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El soporte natural La costa Al igual que el resto de la costa uruguaya, la montevideana es legalmente de acceso público. Las Directrices Departamentales la reconocen como un territorio estratégico y en sus lineamientos se plantea: “profundizar y potenciar las actuaciones dirigidas a promover el uso y acceso público y democrá co del litoral del Río de la Plata.” En la construcción del Sistema de Espacios Públicos, la costa montevideana ene un rol protagónico, que se reafirma en la defensa de su acceso irrestricto y democrá co. Su ordenamiento y calificación como espacio público y recurso paisajís co relevante de la ciudad define en gran medida los términos de relación de los habitantes de la ciudad con el Río de la Plata. Los diferentes sectores reconocidos en las Directrices Departamentales se asumen con roles diferenciados. Costa Este Se ha consolidado históricamente como el principal espacio público de la ciudad. Es parte del Patrimonio Cultural de la Nación. Concentra los recursos de acondicionamiento para el esparcimiento y el uso público general, como paseo lineal costero, con tramos paisajís camente diferenciados. En general la faja costera queda deslindada de la trama urbana por una vía con nua. Es el soporte de ac vidades y usos diversos con relevancia a escala metropolitana. Sobre la costa existen diferentes organismos con competencias diversas, sin embargo en lo que respecta a su ges ón como espacio público, la IM ene las competencias sobre estas áreas. Se plantea “potenciar los valores vinculados a la Rambla como principal espacio público de la ciudad, explicitarlos, desarrollarlos aprovechando las oportunidades detectadas y superando carencias.” ( ver Rambla SXXI, Bonilla Fco, 2014, edición mul copiada).

Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

Lo anterior supone la realización de dos obje vos fundamentales: Ÿ “Maximizar las ar culaciones de la Rambla con la ciudad y el Área Metropolitana potenciando su carácter de espacio público “de la ciudad”. Se asume, entonces, la necesidad de explorar nuevos acentos, nuevas intersecciones, ac var potencialidades no desarrolladas, de forma de potenciar transversalidades que espacial y simbólicamente planteen una nueva ar culación de la Rambla con la ciudad.” En este sen do se considera relevante desarrollar las ar culaciones de la Rambla con los principales conectores transversales de la ciudad, Br. Ar gas y Br. Batlle y Ordóñez, entre otras. Ÿ “Consolidar el Espacio Público Rambla, la Cinta, como ámbito de alta calidad espacial de referencia metropolitana, nacional y mundial.” Implica tanto consolidar una materialización coherente y una con nuidad espacial del conjunto, como potenciar las cualidades espaciales y paisajís cas par culares de sus tramos.

Se plantea el acceso público parcial a sectores de la Bahía, generando nuevos frentes costeros, sin interferir con la ac vidad portuaria, como es el caso de los proyectos antes citados, donde se incorporan nuevas dotaciones de espacio público calificado costero. Asimismo se considera potenciar otras formas de disfrute de la Bahía desarrollando un sistema de miradores naturales (Cerro, Capurro) y ar ficiales (Aduana, ANP, Torre de Antel, entre otros), promoviendo recorridos fluviales tanto de recreación como de transporte público y alentando la apropiación colec va de ámbitos singulares de la Bahía, como la isla de Ratas, con programas novedosos. Costa Oeste Se caracteriza por la presencia de paisajes con alta presencia vegetal. El acceso público a la costa se realiza en determinados puntos, algunos urbanizados, a través de una estructura vial en peine. El Plan Montevideo y las Directrices Departamentales reconocen la necesidad de implementar en este ámbito un Plan de Manejo que aún no se ha desarrollado. El Parque de Punta Yeguas (113 há) se ha cons tuido en un ámbito de ges ón asociada entre la IM y los vecinos.

Bahía La bahía y sus costas enen usos fundamentalmente produc vos y logís cos vinculados a la ac vidad portuaria. La u lización por el público ha quedado muy restringido. Hay pocos lugares con un acondicionamiento que permita su disfrute colec vo. Actualmente, una serie de proyectos urbanos plantean un nuevo relacionamiento entre la ciudad y la Bahía. Tal es el caso del Proyecto de Detalle Cinta de Borde Bella Vista Capurro y el Anteproyecto Cerro Bahía, con incorporación de importantes dotaciones de espacio público calificado sobre la costa de la Bahía, haciendo accesibles sus recursos paisajís cos para el disfrute público. La ges ón de la costa de la Bahía ha quedado restringida, en gran medida, a los organismos competentes en la ac vidad portuaria y energé ca, ANP y ANCAP. Se promueve que la ciudad se vincule de nuevas formas con la Bahía, permi endo que los habitantes la disfruten mediante diversas aproximaciones espaciales y sensoriales, poniendo en valor la propia ac vidad portuaria como paisaje. Esto implica avanzar en una ges ón compar da de la Bahía que permita ar cular las diferentes lógicas presentes en su transformación.

Parque Punta Yeguas

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Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

Se plantea implementar un Plan de Manejo que permita preservar las cualidades ambientales y paisajís cas, hacerlas accesibles al disfrute público y genere los lineamientos de ordenamiento que guíen las transformaciones territoriales. (IM DDOT, 2014).

Los cursos de agua Los cursos de agua se encuentran en general en el centro de las problemá cas urbanas al empo que se presentan como oportunidades de integración y estructuración urbana y de generación de espacio público calificado. En las márgenes de los cursos de agua a cielo abierto se localizan gran parte de los asentamientos irregulares de la ciudad. Aunque se ha avanzado en el control de los ver mientos de efluentes industriales, aún son objeto de un deterioro ambiental significa vo, producto fundamentalmente del ver miento de residuos sólidos vinculado generalmente a la acción de clasificadores informales. Asimismo, operan como fracturas en la trama urbana, fundamentalmente de las áreas periféricas, impidiendo la integración de áreas urbanas aledañas. Los cursos de agua entubados que no generan fracturas en la trama urbana son los causantes de inundaciones cuando ocurren precipitaciones abundantes en corto empo como en el caso del Arroyo Seco, entre otros. El arroyo Miguelete y el arroyo Pantanoso son considerados en las Directrices Departamentales dentro de los territorios estratégicos y nombradas como “Cuñas Verdes”, por su vocación de introducir en la ciudad paisajes de ruralidad e intensa vegetación. El Parque Lineal del Miguelete es un parque en proceso de construcción. El concepto de parque lineal incorporado en el Plan Especial del Arroyo Miguelete (PEAM), definido en el Plan Montevideo de 1998, ha permi do su construcción en etapas, mediante la actuación de diversos ámbitos de la IM. De esta forma se han construido y proyectado una serie discon nua de tramos con diferentes materializaciones y calidades de diseño y una apropiación colec va diversa. El arroyo Pantanoso es objeto de un proceso de planificación que se encuentra en las etapas de estudio de las dinámicas hidrológicas. Otras cañadas, a par r de obras de canalización, drenaje y saneamiento han logrado integrarse en ciertos tramos a la trama urbana próxima.

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Arroyo Pantanoso

El proceso de planificación llevado adelante en el Plan Parcial de ordenación, recuperación e integración urbana de Casavalle plantea un abordaje desde el soporte natural proponiendo una actuación decidida en los principales cursos de agua, arroyo Miguelete, cañada Ma lde Pacheco y cañada Casavalle, como operaciones estratégicas en la transformación del territorio. Desde los ámbitos técnicos referidos al saneamiento y drenaje se promueve que los cursos de agua mantengan lo más posible sus caracterís cas naturales recurriéndose a canalizaciones a cielo abierto y previéndose áreas de laminación. Este abordaje, en el tratamiento de los cursos de agua, reafirma su potencial para generar espacios públicos calificados en sus márgenes. Más allá que el tratamiento técnico de los cursos de agua implique la canalización a cielo abierto o el entubado, siempre es conveniente la definición de un espacio público que permita deslindar tanto áreas de servicio y de exclusión de urbanización como áreas potenciales para la creación de espacios públicos lineales calificados. Los cursos de agua se consideran estratégicos en la construcción de un sistema de espacios públicos por su potencial estructurante, conec vo y de generación de espacios públicos calificados que incrementen sensiblemente la dotación actual.

Hacia un Plan Sectorial de Espacios Públicos de Montevideo

Asumir los cursos de agua como espacios públicos calificados, introduce en el Sistema de Espacios Públicos propuesto, parques lineales que permiten una con nuidad espacial y material entre componentes básicos y generan nuevas relaciones en el territorio. Los principales cursos a intervenir son el arroyo Miguelete, el arroyo Pantanoso, el arroyo Carrasco, el arroyo Manga, el arroyo Malvín, la cañada Casavalle, la cañada Ma lde Pacheco, la cañada Jesús María, la cañada De la Chacarita, la cañada De las Canteras, entre otras.

Espacios protegidos Entre los lineamientos para el sistema de espacios protegidos, las Directrices Departamentales plantean “Reafirmar la protección y promoción de áreas rurales de alta naturalidad y de prioridad agrícola, con par cular consideración de la faja costera, las cuencas del río Santa Lucía y el arroyo Carrasco.”

Se plantea en estos ámbitos implementar Planes de Manejo que permitan asumir las transformaciones territoriales preservando sus valores relevantes. En estos ámbitos la definición del espacio público cumple un rol relevante para permi r su accesibilidad controlada y deslindar las áreas de protección, de servicio, de exclusión de urbanización, de acondicionamiento para el uso y disfrute público.

Relieve y accidentes geográficos La estructura urbana de la ciudad no reconoce en general las condicionantes del relieve lo cual atenta contra las potencialidades paisajís cas y de visuales, así como a la op mización del drenaje entre otros aspectos. Sin embargo los puntos notables del relieve y los accidentes geográficos singulares en muchos casos están asociados a equipamientos relevantes, o espacios públicos, que les otorgan cualidades y potencialidades para el uso colec vo público. Es el caso de la Fortaleza General Ar gas, el parque Vaz Ferreira, la plaza Virgilio y el parque Hansen entre otros.

Bañados del río Santa Lucía

Fortaleza General Ar gas

Este componente no refiere estrictamente a espacios públicos pero sí a una serie de ámbitos donde se pretende promover y proteger su función pública referida a sus valores ambientales, paisajís cos, produc vos y culturales.

Algunos ámbitos con gran potencial paisajís co no han tenido un reconocimiento mediante la conformación y calificación del espacio público. Un claro ejemplo es el caso de punta Brava que actualmente se encuentra en un proceso de definición de los

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lineamientos de ordenación para su transformación como parque público. Asimismo la isla de Ratas en la bahía de Montevideo es un ámbito privilegiado que no es aprovechado para el uso público y que actualmente es objeto de proyecto, asociado al proyecto de rambla del Cerro. Resulta fundamental que los procesos de transformación del territorio y de urbanización reconozcan el soporte natural como condicionante y potencialidad de proyecto, que ene implicancias relevantes en la conformación del espacio público, tanto en el trazado de la vialidad como en la definición de ámbitos singulares para el esparcimiento. La puesta en valor de vistas singulares y panorámicas, las reconocidas y las potenciales, se considera relevante porque permite que los habitantes incorporen nuevas lecturas del territorio que habitan, poniendo en relación ámbitos distantes. Esto implica, entre otros aspectos, una definición y calificación del espacio público que permita el disfrute colec vo de las vistas e incorpora en el sistema singularidades que lo enriquecen. En este sen do se considera necesario la protección de los conos visuales relevantes, y la conformación de un sistema de miradores de la ciudad que incluya tanto puntos notables del relieve y el paisaje (Cerro, Cerrito de la Victoria, Punta Gorda, Parque Hansen, entre otros), como edificios públicos y privados.

de las vías como conectores para el traslado de personas y mercaderías, definidas fundamentalmente por la intensidad de tránsito vehicular para la que son aptas. Considerar las calles como espacio público amplía el criterio, por lo cual se hace necesario explicitar una calificación diferencial de las vías sobre la base de acondicionamientos según el uso y caracterís cas espaciales par culares. Asimismo la vialidad es el soporte de las redes de infraestructura (redes, tendidos, cableados, cañerías), ya sea subterráneas o aéreas. El mantenimiento de las veredas es responsabilidad de los propietarios fren stas lo que genera serias dificultades de ges ón. La construcción de las calzadas es responsabilidad de la IM y los Municipios según la escala del eje vial involucrado. La modificación o reparación de las redes subterráneas, implica por lo general la rotura y reparación de calzadas y veredas por parte de de quienes ges onan las de las redes ya que prác camente no existen disposi vos especiales de canalización de redes que permitan su inspección y reparación a través de cámaras o ductos de servicio. Se plantea una calificación diferenciada de las vías según su papel en el sistema general de espacios públicos, sus cualidades espaciales y de uso. Implica la definición de secciones que integren pavimentos, arbolado, equipamiento urbano, iluminación, señalé ca, y las posibilidades morfológicas y de uso de los predios fren stas. En todos

Red vial La red vial pone en relación los predios privados dentro de la ciudad. Todo predio urbano debe tener frente sobre una vía pública según la norma vigente, y los predios rurales deben asegurar su conexión a la red vial pública mediante servidumbres de paso. Tenemos una malla vial que alcanza a todos los predios urbanos dentro de la cual destaca una serie de avenidas y ejes viales que generan una estructuración general de la ciudad, vinculando centralidades y ámbitos urbanos relevantes. La vialidad es la mayor dotación de espacio público de la ciudad. Su definición material y espacial es clave en la mejora del espacio urbano, factor determinante para consolidar las áreas urbanas. En las vías se definen la calzada y sus veredas a ambos lados, lo cual supone un acondicionamiento diferenciado para la circulación de vehículos y peatones. En general, en las áreas consolidadas la vialidad posee pavimento de calzada, cordones y veredas con arbolado e iluminación. En las áreas no consolidadas persiste la presencia de perfiles rurales, con falta de veredas, cunetas y calzadas de balasto. El Plan Montevideo establece una jerarquización vial sobre la base de la funcionalidad Bulevar General Ar gas

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los casos debe asegurarse el tránsito seguro de peatones. En general se considera necesario que las principales vías sean ges onadas de acuerdo a diseños abarca vos de tramos completos, en par cular aquellas que reciben un tratamiento especial de las veredas por ser conectores entre ámbitos singulares del sistema como plazas o parques. Las vías parquizadas, que se incorporen al Sistema de Espacios Públicos como recorridos acondicionados para el paseo y el esparcimiento permiten una con nuidad espacial y material entre los componentes básicos del espacio público e incorporan nuevas relaciones en el territorio. Permiten la realización de ac vidades de paseo y depor vas que impliquen desplazamientos de larga distancia y empo (mayores a 10 minutos). Destacan por su potencialidad para cons tuirse en vías parquizadas Bv. Ar gas, Avda. Italia, Avda. Dámaso Antonio Larrañaga, Avda. Centenario, Avda. José Pedro Varela entre otras.

Para su abordaje, las plazas y parques fueron agrupadas en categorías elaboradas a par r de las manejadas por la División de Espacios Públicos y Edificaciones referida a los ámbitos de su ges ón: Grandes Parques Son aquellos que abarcan grandes superficies y enen el potencial de poner en relación áreas diversas de su entorno. Son relevantes en la calificación de un entorno amplio, de referencia simbólica y de uso a escala de la ciudad, e incluso en algunos casos, a escala metropolitana. Poseen en general una concentración de recursos de acondicionamiento, en lo referente a vegetación, equipamiento urbano, iluminación y pavimentos. En ellos se realizan ac vidades diversas, de paseo al aire libre, depor vas y culturales. Su ges ón corresponde a la IM. Amplios sectores dentro de estos parques han sido concesionados, con resultados diversos. En general estas concesiones no resultan en una calificación posi va del espacio público donde se insertan.

En este sen do se propone conformar un eje que vincule equipamientos depor vos relevantes, existentes y que se materialice como una vía parquizada acondicionada para la ac vidad sica, en par cular la realización de recorridos aeróbicos extensos. Se propone vincular la Rambla, el Club de Golf, el Estadio Centenario, el Antel Arena y el Hipódromo de Maroñas entre otros equipamientos depor vos relevantes. Mediante la par cularización de las zonas de unión de los equipamietos mencionados se genera un subsistema urbano que opera a diferentes escalas ar culando usos locales con usos de referencia departamental, nacional e internacional. Para la concreción del eje se u liza la red vial existente en algunos tramos con pequeñas modificaciones y tratamiento de señalé ca que lo defina. Está conformado por parte del tramo norte - sur de Bv. Ar gas, Avda. Ponce, Parque Batlle, Avda. Centenario y Avda. Dámaso Antonio Larrañaga. Las intervenciones previstas de ensanche del tramo final de la Avda. Dámaso Antonio Larrañaga (Operación Urbana 7 manzanas), y la conformación de un parque público en Punta Brava, refuerzan la conformación del eje.

Parques y Plazas Los parques y plazas juegan un rol relevante en la definición de un Sistema de Espacios Públicos. Son los ámbitos que por lo general asociamos con el espacio público ya que son aquellos que concentran los mayores recursos de acondicionamiento. A diferentes escalas son reconocidos socialmente como espacios acondicionados para el esparcimiento. La actuación y transformación de estos ámbitos es estratégica tanto para la definición del sistema como para la transformación y desarrollo de los términos de apropiación social del espacio público.

Rosaleda del Prado

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Los grandes parques históricos, de mayor consolidación, y localización en suelo urbano son los siguientes: Ÿ Parque del Prado: 95há 6600m2 (no se incluyó el Jardín Botánico, el Pradito Chico y la Plaza. de Deportes). Ÿ Parque José Enrique Rodó: 30há 6800m2 (no se incluyó la Facultad de Ingeniería). Ÿ Parque José Batlle y Ordóñez: 60há 2500m2 (incluyendo la Avda. Ricaldoni y la Avda. Morquio). Ÿ Parque Fructuoso Rivera: 62há 3200m2 (no se incluyo la prolongación Parque Baroffio) Otros grandes parques se localizan en suelo rural y cumplen funciones relevantes en la conservación y desarrollo de calidades ambientales y paisajís cas:

Parques de escala media Son aquellos que abarcan superficies de escala media, enen el potencial de calificar el entorno cercano y son de referencia simbólica y de uso a escala local o zonal. Su calificación y acondicionamiento es variado. En ellos se realizan ac vidades diversas, de paseo al aire libre, depor vas y culturales. Su ges ón corresponde a la IM. Al igual que en los grandes parques, dentro de estos parques existen sectores concesionados, con resultados diversos. En general estas concesiones no resultan en una calificación del espacio público donde se insertan. Se reafirma la necesidad de potenciar el atributo de relacionar áreas diversas en sus entornos cercanos, calificándolas. Su materialización, contenido programá co y ges ón deben asumir la referencia simbólica y de uso a escala local. Se plantea un acondicionamiento que reafirme su carácter de pulmón verde, haga posible realizar recorridos aeróbicos y de paseo, accesibles, en un entorno acotado y permita la coexistencia de ac vidades diversas a diferentes horas del día, recurriendo a la vegetación, equipamiento urbano, iluminación , señalé ca y pavimentos.

Ÿ Parque Punta Yeguas: 144há 500m2. Ÿ Parque Punta Espinillo: 176há 500m2. Ÿ

Se asume su capacidad de integrar, en forma contenida, equipamientos colec vos o espacios temá cos que diversifiquen los contenidos programá cos pero, que en todo

Parque Lecocq: 120há.

Se plantea desarrollar su potencial de poner en relación áreas diversas de un entorno amplio, calificándolas. Su materialización, contenido programá co y ges ón deben asumir la referencia simbólica y de uso a escala de la ciudad, e incluso, en algunos casos, a escala metropolitana. Se plantea un acondicionamiento que reafirme su carácter de pulmón verde, haga posible realizar recorridos aeróbicos y de paseo extensos, accesibles, en entornos variados y permita la coexistencia de ac vidades diversas a diferentes horas del día, recurriendo a la vegetación, equipamiento urbano, iluminación, señalé ca y pavimentos. Se asume y reafirma su capacidad de albergar equipamientos colec vos o espacios temá cos que diversifiquen los contenidos programá cos al empo que operen como un aporte a la calificación material y espacial del parque y no atenten contra sus usos sustanciales. Parque Molino de Pérez

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caso, impliquen una calificación material y espacial del parque y no atenten contra sus usos sustanciales. Se reconocen los siguientes parques de escala media: Ÿ Parque Villa García : 27há 8600m2. Incluye Casa del vecino y escenario abierto. Ÿ Parque Zorrilla de San Mar n (Villa Biarritz): 6há 900m2. Con ene la concesión del Club Biguá. Ÿ Parque Capurro: 2há 1200m2. Tiene un escenario abierto, una cancha de baby futbol y un edificio actualmente sin uso . Ÿ Parque Bellán: 1há 1700m2. Con ene el edificio de las escuelas 23 y 114. Ÿ Parque Monte de la Francesa: 15há 5000m2 (incluyendo la Plaza. Arrillaga Safons, la manzana entre ambos y las calles). Con ene un escenario de carnaval y la Casa de los vecinos. Ÿ Parque Lineal Marcos Sastre: Tiene juegos infen les y bicisendas.

Plazas céntricas Estas plazas, aparte de su localización céntrica, son en general de referencia simbólica y de uso a escala de la ciudad, y en algunos casos, metropolitana o nacional. Poseen en general una concentración de recursos de acondicionamiento, en lo referente a vegetación, equipamiento urbano, iluminación y pavimentos. En ellas se realizan ac vidades diversas, de paseo al aire libre, culturales y representa vas. Su ges ón corresponde a la IM. Dentro de estas plazas existen algunas con servicios concesionados, como la Plaza Ing. Juan P. Fabini, donde se localiza una concesión para servicios gastronómicos. Se plantea fortalecer y reformular sus cualidades simbólicas y de uso a escala de la ciudad, metropolitana o nacional asumiendo su relevancia simbólica en el reconocimiento social del espacio público como ámbito fundamental para la interacción e integración social. Su materialidad debe asumir las transformaciones respecto al uso y apropiacón social del espacio público. Ejemplo en este sen do resulta la plaza de la Democracia, antes De la Bandera, cuya reformulación material y espacial surge de la intención de una decidida resignificación de dicho espacio.

Ÿ Parque Hansen: 5há 4800m2 (incluyendo lateral del Cementerio del Buceo y la Plazoleta Raúl Manuel Alegre. Tiene cancha de baby futbol, juegos infan les, arbolado y vistas destacadas de la costa. Ÿ Parque Molino de Pérez: 13há 8100m2. Incluye cancha de baby fútbol, juegos infan les, el Molino de Pérez, la cañada Del Molino y posee vistas destacadas de la costa desde las canteras. Ÿ Parque César Grauert: 15há 700m2 (incluyendo el Lawn Tenis). Con ene la concesión del Lawn Tenis y áreas arboladas. Ÿ Parque Tomkinson: 11há 6100m2. Con ene parrilleros y espacio arbolado. Ÿ Parque Jardín segunda República Española: 20há 7500m2. Ÿ Rambla costanera del Río Santa Lucía: 3há 7600m2. Con ene espacio recrea vo e infraestructura depor va. Ÿ Parque Vaz Ferreira: 83há 4700m2(en proyección). Con ene la Fortaleza del Cerro, el Memorial de los Desaparecidos, baños públicos y posee una destacada vista panorámica de la bahía y la ciudad.

Plaza Zabala

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El parque Líber Seregni se cons tuye en un referente simbólico de una nueva forma de concebir los espacios públicos plaza de la ciudad reconocido en su propia materialización. Su diseño incorpora una profusión de equipamiento e infraestructura, que permite la coexistencia de usos múl ples, intergeneracionales. Se reconocen las siguientes plazas céntricas: Ÿ Plaza España: 2há 6800m2 Ÿ Plaza Independencia: 1há 5800m2 Ÿ Plaza Fabini: 8700m2

Plazas barriales Estas plazas en general refieren a la iden dad de un barrio y son de uso a escala barrial, zonal y en algunos casos de la ciudad. En general se encuentran acondicionadas en lo referente a vegetación, equipamiento urbano, iluminación y pavimentos. En ellas se realizan ac vidades diversas, de paseo al aire libre, culturales y representa vas. Su ges ón corresponde en algunos casos a la IM y en otros al Municipio correspondiente. Su materialización, contenido programá co y ges ón deben asumir su referencia simbólica a la iden dad de un barrio o zona en clara ar culación con las centralidades locales donde se localizan. Su acondicionamiento y equipamiento se en enden como determinantes en la calificación y consolidación de las centralidades locales y como desencadenantes de transformaciones urbanas y del espacio público en su entorno. Entre las plazas barriales ges onadas por la Intendencia se encuentran:

Ÿ Plaza de Cagancha: 8400m2

Ÿ Plaza Samuel Lafone (La Teja): 9500m2

Ÿ Explanada de la Intendencia de Montevideo: 3900m2

Ÿ Plaza Vidiella (Colón): 5800m2 Ÿ Plaza Casavalle (Casavalle): 2700m2

Ÿ Plaza Treinta y Tres Orientales: 8700m2 Ÿ Plaza Zabala: 5600m2 Ÿ Plaza Cons tución: 7100m2 Ÿ Avda. de las Leyes Ÿ Plaza Luis “Perico” Pérez Aguirre Ÿ Plaza José Pedro Varela: 6300m2 Ÿ Plaza 1ro. De Mayo: 1há 4900m2 Ÿ Parque Líber Seregni: 1há 6500m2 Ÿ Plaza de la Democracia: 2há 800m2

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Plaza Samuel Lafone

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Entre las plazas barriales ges onadas por los municipios correspondientes se encuentran:

fundamentalmente a nivel programá co. Su incorporación dentro de otros espacios públicos genera relaciones de complementariedad que aportan a ambos en cuanto a contenidos programá cos, cualidades espaciales y de uso par culares.

Ÿ Plaza de la Restauración (Unión): 4900m2 Entre estos espacios encontramos los siguientes: Ÿ Plaza 12 de octubre (Lezica): 3há 4100m2 Ÿ Quinta de Santos - Museo de la Memoria Ÿ Plaza de la Inmigración (Cerro): 8600m2 Ÿ Parque del Museo Blanes - Jardín Japonés Ÿ Plaza Cardenal Antonio María Barbieri (Reducto): 4400m2 Ÿ Pista de Pa n (Rambla Wilson) Ÿ Plaza Estación Goes (Goes) Ÿ Pista de Skate (Buceo) Plazas locales, espacios libres Estas plazas y espacios libres son de uso a escala barrial. Su acondicionamiento es diverso en cuanto a la incorporación de vegetación , equipamiento urbano, iluminación y pavimentos. Incluso gran parte de estos espacios poseen un acondicionamiento escaso o inexistente. En ellas se realizan ac vidades diversas, de paseo al aire libre, culturales y depor vas. Su ges ón corresponde a los Municipios. En algunos casos estos espacios han sido concesionados parcial o totalmente a organizaciones sociales locales. Estas concesiones en general no redundan en una calificación posi va del espacio público.

Ÿ Museo Jardín Botánico Profesor A lio Lombardo Ÿ Zoológico de Villa Dolores Ÿ Parque Lecocq Ÿ Parque Instrucciones del año XIII Ÿ Plazas de deportes

Estas plazas y espacios libres son relevantes por su proximidad al ciudadano. Se conciben como ámbitos calificados de la trama urbana barrial que deben acondicionarse para favorecer la interacción social y permi r el acceso de los ciudadanos a diversos servicios y recursos de la ciudad referidos fundamentalmente al esparcimiento.

Centralidades y equipamientos

Los espacios temá cos son aquellos que enen un contenido programá co específico. Pueden estar asociados a un equipamiento colec vo o estar estructurados y equipados específicamente para el desempeño de ciertas ac vidades. Su acceso ene, en general, mayores grados de control que se refleja en horarios de uso, cercamiento, normas de uso par culares, etc. Su ges ón corresponde en general a diferentes ámbitos de la IM.

Los roles desempeñados por las centralidades, otorgan a los espacios públicos asociados a las mismas, algunas par cularidades que ameritan su consideración y abordaje en forma específica. Las centralidades cuentan con una importante concentración de equipamientos colec vos, usos comerciales y de servicio y la ocurrencia de eventos asociados a su carga simbólica y representa va, que implican una intensificación de uso de sus espacios públicos significa vamente mayor, al empo que los mismos se cons tuyen en ámbitos de referencia del conjunto de la ciudad. Los equipamientos colec vos actúan como elementos calificantes del espacio público, ampliando y enriqueciendo sus usos, contribuyendo a la definición de su matriz sociocultural y por tanto de sus caracterís cas principales.

Se consideran relevantes para incorporar acentos y diversidad en el espacio público e incorporar nuevas lecturas del sistema no solo a nivel material o espacial sino

En las centralidades jerárquicamente más importantes (Centro principal, centralidades urbanas y metropolitanas) la ar culación de los componentes básicos del espacio

Espacios Temá cos

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público (calles, plazas, plazoletas, peatonales, etc.) pueden leerse como sub-sistemas que presentan aspectos comunes, tanto en lo referente a sus potencialidades como a sus problemá cas. Aspectos como los flujos significa vos de circulación peatonal, importante tránsito vehicular, intensa ac vidad comercial, saturación de elementos publicitarios, afectación de entornos urbanos significa vos y las prác cas de ocupación del espacio público enen una importancia capital en la definición del po de espacio público que con enen. La integración de las centralidades en la construcción de un Sistema de Espacios Públicos es relevante porque las actuaciones que en ellas se produzcan influyen en entornos más amplios. Tanto la intensidad de uso como la carga simbólica son componentes fundamentales en la lectura de la ciudad a la vez que se reafirman como ámbito fundamental para la interacción e integración social. Las Directrices Departamentales, plantean como lineamiento para las centralidades “Calificar y promover la consolidación y desarrollo del conjunto de las centralidades como estrategia para facilitar el acceso a servicios, equipamientos y recursos urbanos al conjunto de la población”. La relevancia simbólica del Centro de Montevideo como centralidad histórica de la ciudad y las caracterís cas de los espacios públicos compredidos en él, requiere de un abordaje par cular donde sean iden ficados y reconocidos sus componentes, usos y lógicas de relacionamiento. Los equipamientos colec vos se integran al sistema de espacios públicos, como ámbitos de uso público intenso, que incorporan acentos y diversidad en el espacio público, permiten el acceso de la población a servicios y ac vidades, e incorporan nuevas lecturas del sistema no solo a nivel material o espacial sino fundamentalmente a nivel programá co. Su incorporación dentro de espacios públicos existentes, como en el caso de los parques, se considera relevante cuando implican un aporte de contenidos programá cos y cualidades espaciales y de uso par culares. La localización de equipamientos colec vos también se en ende como un instrumento para desencadenar transformaciones en el entorno, par cularmente en el espacio público. En este sen do se destaca en forma posi va el rol que el Mercado Agrícola cumple en las transformaciones de su entorno, en el marco del Plan Goes.

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Zonas par cularizadas Se refiere a ciertos sectores singulares de la trama urbana, ya sea por sus cualidades espaciales, sus relaciones entre el espacio público y el privado, usos del suelo, contenidos programá cos o la singular integración de determinados equipamientos colec vos y que son objeto de un acondicionamiento específico producto de sinergias entre sus componentes. Es el caso de las áreas patrimoniales pero puede incluir otros ámbitos reconocidos por valores diversos. Se en enden como una forma de calificación del espacio público que no recurre necesariamente a categorías tradicionales (plaza, parque) sino que opera mediante un tratamiento de la trama que le otorga valores especiales para el disfrute público. A diferencia de los espacios temá cos, poseen una mayor mezcla programá ca y efectos acumula vos entre sus componentes. La incipiente propuesta del Barrio de las Artes o la Zona Diseño pueden llegar a operar como Zonas Par cularizadas donde a par r de la promoción de contenidos programá cos par culares se generen ámbitos singulares dentro del sistema de espacios públicos.

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Caracterización del sistema De esta forma, el Sistema de Espacios Públicos, queda definido por una serie de componentes básicos que cumplen roles específicos y operan integradamente. Más allá del rol que cada componente cumple dentro del sistema, debe asumir una serie de atributos fundamentales que podemos resumir en los siguientes: Accesible: debe ser accesible en un sen do amplio que incluye su conec vidad, superación de barreras sicas, su carácter inclusivo y su ges ón democrá ca. Prac cable: debe equiparse adecuadamente para su uso y disfrute público, según su rol en el sistema. Codificable: debe leerse como espacio público. Ser y parecer un espacio público. En este sistema algunos componentes son nodos que concentran recursos de acondicionamiento para el esparcimiento y el paseo, generan un acento e intensificación en el uso público. Tal es el caso de los parques, las plazas y las centralidades. Otros componentes cumplen un rol de vínculo espacial, material y funcional calificado como es el caso de los cursos de agua, la costa y los ejes viales parquizados. Otros incorporan especificidades funcionales y espaciales y permiten lecturas del sistema a nivel programá co como el caso de los equipamientos colec vos y los espacios temá cos. La trama vial general, principal dotación de espacio público, es un componente re cular abarca vo que estructura el conjunto del territorio y pone en relación sus componentes. Una caracterís ca de este sistema es su con nuidad material y espacial cuya forma se parece más a una red con componentes variados que a una pirámide de jerarquización rígida. En las sinergias entre partes acumulan cargas funcionales y simbólicas a la vez que se generan lecturas variadas de la ciudad en la que comienzan a aparecer con nuidades que provocan usos y recorridos no usuales. Sin embargo, el reconocimiento colec vo de este sistema trasciende lo estrictamente material para verificarse en sus contenidos programá cos, en su programación y ges ón integradas, y en los contenidos simbólicos y representa vos que los habitantes le otorgan a los diferentes componentes que lo integran y sus relaciones.

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Parque José Batlle y Ordóñez

04/ Aproximación a la definición de pautas para el diseño sico de los nuevos espacios públicos

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Condiciones para la definición de las pautas de diseño La dotación de espacios públicos en Montevideo incluye ámbitos de formatos y escalas diversas, los que responden a variadas localizaciones¹, por tanto a múl ples condiciones socio-territoriales. Este aspecto, asociado a la diversidad de variables que integra la concepción de nuevos espacios, hace que la definición de pautas para el diseño sico no deba ser entendida de forma estanca, ni como un cúmulo de categorías independientes, sino como registros que operan en constante relación, incorporando la variabilidad y alteraciones, propio de un sistema complejo. Desde esta lectura, la jerarquización, condición y lugar que ocupan las variables implicadas en el diseño, es parte del proceso de trabajo, el cual incluye diversos actores, desde los usuarios hasta los técnicos actuantes, desde las ins tuciones locales hasta las departamentales o nacionales involucradas, desde los públicos cercanos hasta las áreas de influencia que le implican. A los efectos de aproximarse a la definición de las pautas para el diseño sico, estas se expresan de forma aislada a fin de habilitar su estudio y explicitación, debiendo entenderse en tanto consideraciones primarias y parciales. Las definiciones derivan de las decisiones proyectuales de los espacios públicos construidos en los úl mos años, de las experiencias adquiridas en ese proceso y de la revisión de las mismas.

territorialización de los mismos y cuyo estudio se convierte en una tarea fundamental, en tanto parte de un sistema de pautas opera vas. Otro aspecto fundamental en la definición de estos esquemas, implica clarificar los procesos de concepción de los espacios públicos. Obliga a la definición rigurosa de los mecanismos de par cipación, asociados al rol y aporte de los diferentes actores, así como a las estrategias procedimentales que soportan tales mecanismos y que cumplen con alimentar las decisiones y definiciones que culminan en un producto material concreto. Desde esta perspec va se hace fundamental: la definición de las especificidades relacionadas a los roles de las partes comprendidas, el empleo de procedimientos capaces de generar apropiación de los problemas existentes y de las soluciones asociadas, la ar culación entre el saber disciplinar y el saber técnico con las dinámicas vivenciales de los usuarios y el papel del gobierno vecinal, municipal, zonal y departamental.

Las variables desarrolladas parten de la evidencia vinculada a los cambios de paradigma que se han sucedido a lo largo de la historia de Montevideo. Esto supone el pasaje por varios estados, desde la conceptualización de los espacios públicos como tác cas de embellecimiento de ciudad -propias de las primeras décadas del siglo XX-, hasta las lógicas cambiantes del presente inmediato. Basadas estas úl mas, en las capacidades de los espacios de responder de forma múl ple, según sus condiciones socio territoriales, sus valores de representa vidad social o ins tucional y con demandas que alimentan ámbitos de necesaria superposición, simultaneidad de uso y apropiación, con temporalidades diversas y modificables.

Para el abordaje de la definición de los mecanismos de par cipación, si bien se requiere un estudio y discusión profunda, está claro que se hace necesario trascender las modalidades en las que los grupos sociales interesados aportan las demandas programá cas, los técnicos elaboran propuestas y luego son ajustadas ante magras o mul tudinarias asambleas de vecinos. Requiere por tanto establecer mecanismos de mayor originalidad, donde se ar culen de manera más sincera las decisiones técnicas y las demandas de los usuarios. Ejercicios de campo y trabajo conjunto, que propongan repertorios de soluciones de fuerte gestualidad, con impactos medios o altos, pudiendo así resultar en productos menos previsibles pero de gran potencia proyectual. La capacidad de comprender los roles y conocimientos específicos de cada actor, de confiar en la capacidad de an cipación del saber disciplinar y en las lecturas vivenciales del público de la zona, es clave en el avance de estos procedimientos y en la construcción de un diálogo culturalmente exitoso.

La definición de estas pautas a ende, entre otros, a los aspectos loca vos, formales, funcionales/programá cos, materiales, ambientales, de accesibilidad, de durabilidad y de mantenimiento. A su vez, estas precisiones se ar culan con los mecanismos de ges ón implementados en los espacios públicos, lo que requiere miradas fuertemente vinculantes con las dinámicas socio-culturales del empo presente.

Entre las alterna vas para la producción de nuevos espacios públicos, otras lógicas como los concursos de anteproyecto o de ideas o las estrategias que involucren miradas desde la academia o de profesionales regionales o internacionales, son evaluadas a fin de generar modalidades fiables y diversas de intervención; capaces de enriquecer el debate y la producción de nuevas áreas de intercambio social.

Sesgando la componente sica de los espacios públicos, las propiedades que refieren a las Escalas, los Formatos y las Localizaciones, resultan variables ancladas en la

¹ Ver listado en sección 03 del documento (Componentes básicos del espacio público montevideano y su rol en el sistema)

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Criterios de diseño sico

habilitar ac vidades diversas e inesperadas. Esto requiere estrategias de diseño espacial y técnico capaces de permi r los cambios y las adaptaciones necesarias.

Los criterios para el diseño sico de los espacios públicos se ordenan en tres pautas que opera vamente funcionan de modo relacional: Pautas de organización, Pautas de calificación y Pautas de componentes. Las mismas, a enden a los vínculos entre diferentes variables y recursos proyectuales que par cipan en el diseño y que sos enen como obje vo la producción de ámbitos de convivencia e inclusión. Conceptos que apelan a la capacidad del espacio para es mular intercambios sociales, promover fenómenos de apropiación entre diferentes personas y apuntalar mecanismos de construcción cultural que buscan rever r los procesos de exclusión y segmentación socio territorial.

Recinto Las diferentes intervenciones para la generación de espacios públicos calificados (nuevos o adecuaciones a espacios existentes), suponen la conformación de un área delimitada de la ciudad; implican por tanto atender a la relación entre el ámbito de intervención y el sector de ciudad donde se implanta. Par cularmente los espacios públicos desde su aspecto formal se definen por la superficie que ocupan y por las condiciones del perímetro inmediato que los con enen. La cualidad de espacio vacío en la trama urbana, que revisten los espacios públicos centrales, es puesta en crisis en ámbitos periféricos donde la definición de los límites y la relación lleno-vacío es de una naturaleza dis nta, más compleja a los efectos de su comprensión tanto social como sica. La respuesta en términos de diseño busca atender de manera diferencial a ambas situaciones, con tác cas adecuadas a cada una, pero aspirando a la obtención de resultados de similar valor. Formato El Formato supone la relación entre la escala, la condición geométrica de los espacios públicos y las estrategias de proyecto aplicada a los mismos. Desde una aproximación formal, se pueden detectar: Ÿ Espacios lineales o bandas públicas donde una dimensión supera ampliamente a la otra. Estos espacios normalmente se ubican bordeando una situación natural, ambiental o urbana destacada. Es el caso de la Rambla, los parques lineales de los arroyos o cursos de agua, los canteros de las grandes avenidas o áreas verdes que revisten un formato lineal.

Parque de la Amistad

Pautas de organización Las pautas de organización de los espacios públicos a enden a aquellos aspectos generales capaces de estructurar las condiciones sicas y programá cas de los mismos. Los cambios socioculturales de los úl mos años se traducen en cambios en el uso y la apropiación de los espacios públicos, apareciendo demandas de superficies programá camente flexibles, capaces de adaptarse a situaciones con ngentes y de

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Ÿ El proyecto prioriza la condición extendida del espacio, atendiendo a las situaciones variables tanto de un lado como del otro de los mismos. Advierte los campos de interferencia entre las circulaciones peatonales y los atravesamientos vehiculares. El diseño busca detectar y estudiar las diferentes secciones transversales a lo largo de la pieza de manera de potenciar las relaciones espaciales de las partes. Se destacan a su vez episodios par culares y áreas paisajís camente relevantes. Se ende a garan zar la posibilidad del recorrido peatonal a lo largo del espacio, como mecanismo de acceso universal, control del área y posibilidades de mantenimiento. La detección de puntos notables o sucesos par culares o lugares de pasajes y atravesamientos, resultan amplificadores de su carácter diferencial en el sistema de espacios públicos.

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Ÿ Espacios poligonales o superficies contenidas donde las dimensiones entre los lados del recinto son similares y/o aparecen con límites definidos. Estos espacios incluyen las situaciones de las plazas y plazoletas. Revisten una propiedad de vacío natural en relación con su entorno, especialmente en territorios centrales de la ciudad.

Ÿ Espacios informes o sin límites definidos. Refieren a espacios de geometría variable y no claramente determinada, incluyen los remansos o recortes producto de nuevas alineaciones o espacios libres fragmentados o dispersos, a veces asociados a medianeras y bordes no demasiado claros. Ÿ

Ÿ

En estas áreas la definición de los límites se convierte en una condición prioritaria. Entendiéndose como límite todo aquello que incluya la infraestructura perimetral (calles, iluminación, vegetación, saneamiento) hasta el tratamiento de las fachadas de borde (cuando existen).

Ÿ

El diseño de estos espacios, en relación con su localización, representa vidad y escala, busca fortalecer su condición de área vacía, en contraposición a la trama urbana. En los casos de plazas o plazoletas en áreas no consolidadas, el proyecto estudia las relaciones y las tensiones del espacio a fin de tender a definirlo como parte de una red de vacíos o como un episodio singular dentro de la misma.

Ÿ Espacios secuenciales o eslabonados donde su geometría refiere a la sucesión de áreas públicas. Estos espacios pueden incluir las calles, las veredas y los canteros asociados al sistema vial. Ÿ

Ÿ Ÿ

Resultan ámbitos sicos que cumplen funciones definidas y elementales en la codificación de la ciudad. Se hace fundamental el estudio del rol de cada uno de estos espacios en la matriz urbana, a fin de entenderlos, además desde su lógica funcional fundante, desde su condición vinculante entre otros espacios públicos de diferente condición. Se plantean las posibilidades de contener otras superficies ac vas y otros programas, asociados a su lógica o a perfiles diferentes. Estas áreas son normalmente atendidas (cuidadas, mantenidas, limpiadas) por las ins tuciones responsables y en el caso par cular de las veredas, por los propietarios fren stas. Las veredas y las calles asociadas son las áreas públicas posiblemente más u lizadas, además de resultar una literal y extensa red vinculante del sistema público. Esto las encuentra como ámbitos potenciales para el proyecto de nuevos espacios, donde se fortalece la hipótesis de superponer otras ac vidades por sobre las mismas o ampliando el área peatonal por sobre la vehicular. Suelen contener bajo nivel de piso las infraestructuras urbanas y por sobre ellos se asientan varios componentes propios de la dinámica urbana (paradas de ómnibus, vegetación, contenedores de basura y equipamientos varios). El estudio a nivel de diseño arquitectónico, paisajís co y gráfico es fundamental para ar cular la acumulación de elementos y funciones.

El diseño sobre estos ámbitos puede provocar un cambio de concepción: pasar de ser espacios remanentes, olvidados y sin aporte posi vo a ser los verdaderos pulmones públicos calificados de ciertos sectores de la ciudad. El proyecto puede incorporar una mirada local, lo que obliga a clarificar su rol en la trama urbana y social, o en el ámbito territorial que ocupa. Pero también supone una verdadera oportunidad de conformación de un sistema de pequeñas intervenciones, de valores relevantes, donde las tác cas proyectuales se permitan indagaciones experimentales nuevas y donde la lectura sistémica podrá unificar las soluciones tectónicas, a nivel de su equipamiento, de sus especies vegetales, de su carácter o programa².

Localización La Localización implica la relación entre el área pública y la condición urbano-social inmediata, resultando fundamental para la definición de las estrategias de diseño y proyecto. Esto implica el estudio socio territorial del lugar, el área de impacto que tendrá, la relación lleno-vacío con su entorno, las dinámicas de uso y apropiación actuales, las condiciones infraestructurales, etc. Además de las tradicionales funciones sociales y de uso de los espacios, las áreas públicas cada vez más, independientemente del Formato de intervención, observan a las condiciones infraestructurales perimetrales al espacio como parte indisociable de las mismas. El acondicionamiento infraestructural perimetral de un área vacía y sin límites precisos resulta no solo en una estrategia necesaria para el diseño de los espacios sino elemental y muchas veces suficiente para devenir en un espacio público con niveles de calificación aceptable. Un espacio público no lo es solamente por su condición de espacio libre, vacío o residual, ni por su dominio. Representación Otro aspecto vinculado al proyecto del espacio público supone el nivel de Representación del mismo. Pudiendo reves r condiciones ins tucionales o actuar como una referencia social relevante en un entorno más reducido territorialmente. ²Puede resultar un ejemplo emblemá co la experiencia de los Playgrounds en Amsterdam, desarrollada por el arquietcto Aldo Van Eyck, desde 1947 a 1978.

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Puede a su vez cumplir un rol local, departamental o metropolitano y posiblemente estén asociados, o tengan vocación de estarlo, a las protecciones patrimoniales correspondientes. El proyecto sobre los espacios de representación, que por reves r tal condición resultan par culares en el sistema de espacios públicos, requiere el estudio no solo histórico sino vivencial de los mismos. El proyecto apela al fortalecimiento de su carácter ins tucional (cuando la representa vidad del espacio así lo requiera), lo que resulta una condición directamente proporcional con el fortalecimiento de su capacidad de ser prac cado, en diferentes temporalidades y por diferentes públicos. A su vez, el diseño de los espacios públicos de alta representación en el marco de un colec vo o grupo social, busca fortalecer su carácter, de igual modo que los anteriores, amplificando sus posibilidades de uso y convivencia. Diferencial / Especificidad La actuación sobre los nuevos espacios públicos requiere la comprensión de sus valores tanto sicos como socio culturales. Desde esa perspec va, y focalizando en las par cularidades sicas de los mismos, el diseño de las áreas públicas busca acentuar o capitalizar las condiciones topográficas, ambientales o espaciales que los mismos revisten. El proyecto sobre estos espacios, busca y potencia su Diferencial en el marco de un sistema de espacios públicos urbanos. La al metría del predio, las alteraciones topográficas o estrategias de suelo posibles, las posibilidades de cubrirse o cerrarse (total o parcialmente), la valorización de las visuales, la apuesta geométrica, material o vegetal, son algunas tác cas de proyecto que responden al valor diferencial de los espacios.

Desde una categorización esquemá ca la carga programá ca de los espacios públicos puede detallarse en: Única Suponen áreas de alta especificidad programá ca, no implicando necesariamente la posibilidad del desarrollo de una única función sino el de ac vidades afines a un programa específico. Pudiendo contemplarse en este registro las plazas de deportes, las ferias barriales, los mercados públicos, las plazas barriales de pequeña escala, las plazas para niños, los gimnasios al aire libre, etc. Los requerimientos de diseño para los espacios públicos específicos apuestan al mayor rigor y calidad de los equipamientos, componentes y atributos necesarios para el desempeño de las ac vidades. De igual modo, las condicionantes relacionadas con su implantación, organización y accesibilidad son componentes presentes en el proceso de proyecto. Múl ple Implican superficies con la posibilidad de desarrollo de ac vidades múl ples, pero que aparecen definidas y pautadas. Es el caso de determinadas áreas de los parques públicos o de las plazas, par cularmente las llamadas plazas de convivencia. Estos espacios resultan acumuladores de programas que a enden a lógicas depor vas de varios pos, apuestas lúdicas para diferentes edades y ámbitos para el descanso y el relacionamiento.

Así mismo, las modalidades de uso podrán aportarle lógicas permanentes, eventuales o de capacidad con ngente alentando la condición diferencial de los mismos. Programa La carga programá ca asignada a los nuevos espacios públicos, además de su Localización en la ciudad y de su Formato, colabora en la definición del perfil o po de espacio público que se genera. El detalle de las ac vidades específicas que habilitará un determinado espacio podrán surgir desde múl ples variables: el lugar que ocupa en la zona en donde se implanta, el rol en el sistema de espacios públicos, los deseos de los usuarios o del ámbito que lo promueve. La definición programá ca podrá resultar también en una caracterís ca no prevista y que el desarrollo y devenir del ámbito lo reclame o que el propio espacio lo posibilite, más allá de las funciones previsibles. Plaza Alba Roballo

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Las definiciones de la carga programá ca de estas superficies se sucede desde un doble impulso, por un lado responden a las necesidades planteadas por la población local y por otro, refieren al valor diferencial de estos ámbitos, lo que es promovido y ar culado por las decisiones municipales, departamentales o nacionales y por los técnicos involucrados. La clave y singularidad de estas áreas recae en la propia definición de los programas que el espacio promueve. La capacidad para incluir soportes de ac vidades para públicos diversos es estudiada y calibrada de acuerdo a su localización, escala y área de influencia. La mezcla de funciones y ac vidades ha resultado una pauta en la construcción de los llamados nuevos espacios para la convivencia. El proyecto busca compa bilizar la mul plicidad de componentes, elementos y superficies que estos espacios incluyen, deses mulando la acumulación literal de objetos; a fin de logar respuestas programá camente múl ples que capitalizan la diversidad material pero sin soslayar la unicidad del espacio y la integralidad del diseño. Flexible Los espacios públicos flexibles refieren a superficies (completas o sectores) que habilitan sus apropiaciones y sus usos, sin estar necesariamente pautados. Suponen un po de espacio donde no hay definiciones específicas en cuanto a sus programas o implican espacios con cargas programá cas múl ples pero donde existen sectores para la libre apropiación o que facultan la variabilidad en su prác ca. Es el caso de grandes espacios pavimentados en las plazas de convivencias o las llamadas canchas polifuncionales o los sectores verdes previstos para el desarrollo de ac vidades múl ples. Suelen denominarse “Playones” en otros países y suponen planos para usos varios. De igual modo, los parques, la Rambla, las plazas, las calles o las veredas pueden entenderse como espacios flexibles sin haber sido concebidos como tales, en los que las apropiaciones y prác cas tanto con ngentes como permanentes se suceden sin haber sido an cipadas. Estas áreas revisten un gran valor en el sistema de espacios públicos de la ciudad. Desde el diseño, son áreas que requieren alentarse y cuya resolución deviene en gestos proyectuales únicos y con nuos, sean a nivel tectónico o formal.

Pautas de calificación Las pautas de calificación de los espacios públicos a enden a aquellos aspectos que garan zan y fortalecen las alterna vas de uso de los mismos.

Las áreas de dominio público no resultan por esta simple razón “espacios públicos”. La calificación de estos ámbitos es la clave para que sean integrados al sistema. A su vez, la calidad en la limpieza, cuidado y seguridad de los mismos son componentes implicados en su calificación. Las definiciones en el campo sico-material tendientes a lograr esta cualidad se toman en relación directa con los aspectos vinculados a su fácil mantenimiento y cuidado. El proyecto de espacios públicos es en este sen do indisociable de las modalidades de ges ón, las que aseguran la permanencia de su calidad en el empo. Infraestructura Un importante componente para la calificación de los espacios públicos supone el sistema infraestructural asociado, lo que se relaciona fuertemente con la Localización de los mismos. La definición y proyecto, par cularmente del saneamiento y la iluminación, refiere a decisiones que no pueden entenderse de forma aislada, ni como asesorías al proyecto arquitectónico. El proyecto del espacio público se en ende como “uno”, donde las posibilidades respecto a las infraestructuras, principalmente en localizaciones periféricas, suelen pautar las alterna vas organiza vas, formales y materiales de la propuesta. De igual modo, las soluciones respecto a la infraestructura vial perimetral y a la red de caminos internos resultan tác cas fundamentales para garan zar la accesibilidad de los espacios públicos de todas las personas y eventualmente de vehículos par culares (cuando corresponde) o de la maquinaria necesaria para el mantenimiento de los mismos. Los sistemas de cerramiento en sectores de espacios públicos que lo requieren, pueden entenderse como elementos infraestructurales. Es el caso del cerramiento de superficies depor vas o de rincones de juegos para niños pequeños; también pueden incluirse los filtros o separadores entre sectores o entre el espacio público y la red vial. El proyecto de estos componentes y la definición material asociada, resulta un recurso que puede colaborar con el nivel de diferenciación del ámbito o de forma inversa, resolverse con estrategias de camuflaje con el resto del proyecto. Suelo Un segundo aspecto fundamental para la calificación de un espacio público supone la definición proyectual del suelo. Un espacio público implica un ámbito delimitado que desde sus condiciones formales involucra aspectos geométricos, espaciales y

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tectónicos. La mayor relación entre los usuarios con estos espacios se da a través del contacto directo con el suelo. Las lógicas de la granulometría, textura, densidad, color y área implicada de pavimentación o suelo natural requieren un estudio riguroso y definiciones asociadas al Formato y la Localización, pudiendo resultar en un componente diferencial del espacio público. En las áreas periféricas de la ciudad, donde la infraestructura vial no está definida materialmente y las condiciones del suelo son precarias, el proyecto del suelo en los espacios públicos -como una “alfombra pública calificada”- resulta un componente esencial para la promoción de los procesos de convivencia e inclusión. El diseño del suelo en sus aspectos topográficos o materiales, puede colaborar en las condiciones sanitarias y en la delimitación y/o protección de determinados sectores. Par cularmente en áreas periféricas o en territorios semi rurales, la coordinación entre las necesidades de mejoramiento de las circunstancias sanitarias así como las definiciones en la conformación del espacio público, deben ser parte de un mismo proyecto. Son varias las estrategias posibles, entre las que se encuentran: las alteraciones a la topogra a del lugar, variando los niveles al métricos; la incorporación de áreas de contención de las aguas; la generación de superficies de reserva para épocas de lluvia; la definición de porcentajes de áreas permeables e impermeables. Esto se considera como base y soporte conceptual para las estrategias proyectuales asociadas a la calificación del espacio público, en sus valores arquitectónicos y paisajís cos. La definición del suelo de los diferentes espacios públicos se coordina con las polí cas referentes a la accesibilidad universal, lo que resulta un componente excluyente para tender al máximo uso y apropiación de los mismos. Las previsiones para personas con discapacidad motriz, visual o audi va se contemplan desde varios recursos, entre ellos la resolución del pavimento. Esto implica no solo las consideraciones directas del espacio a proyectar sino las de su entorno, lo que en defini va brinda la viabilidad para la llegada y el acceso a los lugares. Tipos Una primera clasificación del suelo diferencia entre suelos naturales y suelos ar ficiales. Si bien toda la condición proyectual del suelo supone un acto de ar ficialización, pueden discriminarse las decisiones en aquellas vinculadas al “área verde” (codificadas como naturales) y las pavimentadas (codificadas como ar ficiales). El porcentaje de área pavimentada por sobre el área verde dependerá del formato, ubicación y programas asociados al espacio, además de las variables ambientales que puedan vincularse al sector de intervención. Desde una primera aproximación podría

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asumirse que el proyecto de espacios de pequeña escala en áreas consolidadas de la ciudad ende a emplear la estrategia del suelo como elemento homogeneizador del espacio y como diferencial respecto a la trama vial. En superficies de grandes formatos la estrategia proyectual busca adaptarse a la lógica programá ca, a la accesibilidad y a las condiciones del entorno. Par cularmente en las superficies de pequeña escala, la diferenciación entre el perímetro del espacio y el área interna podrá no segmentarse a fin de ampliar el área percep va y de uso del mismo. Se propende en el proyecto de espacios públicos al equilibrio respecto a la can dad de variedades de pavimentos, potenciándose la simpleza y la discreción en las estrategias. En programas asociados a ac vidades lúdicas se busca la u lización de pavimentos blandos, pudiendo ser naturales, plás cos, etc. Las intervenciones en veredas implican recalificaciones de sectores definidos de la ciudad, buscando potenciar su uso natural y determinado. El diseño de las mismas, tanto en su materialidad como en su acondicionamiento puede resultar un aspecto diferencial del sistema de superficies peatonales; puede alentar la diferenciación de zonas urbanas, de escala variada, desde barrios hasta cuadras singulares o cuatro esquinas, etc. La materialidad del pavimento, en lo que respecta a su calidad garan za su durabilidad y su fácil mantenimiento. Un aspecto fundamental de la definición de las caracterís cas del suelo refiere a la accesibilidad a las diferentes zonas del espacio. El po de pavimento, su organización, su distribución, su dimensión, es clave para lograr un espacio público universalmente accesible. Iluminación Una tercera propiedad relacionada a la calificación de los espacios públicos, y que pertenece al grupo de las infraestructuras, supone la estrategia de iluminación de los mismos. La iluminación resulta un componente fundamental para el desarrollo de la ciudad. Par cularmente en el espacio público, la incorporación de iluminación supone una variable de alta necesidad para la conformación del mismo, lo que provoca el aumento del uso del ámbito y la mejora de su seguridad y mantenimiento. Podría asumirse que un espacio público carente de iluminación, no debe entenderse como tal. La iluminación construye espacialidad y aporta condiciones que promueven la convivencia entre las personas.

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La sola incorporación de iluminación en áreas urbanas o rurales que carecen de la misma, supone un componente de radical cambio en las posibilidades de uso del espacio. El po de luminarias y lámparas así como la estrategia de proyecto asociada a este sistema busca adecuarse a: las par cularidades de cada espacio, a su localización, al carácter del mismo, a la presencia de elementos de singularidad, a la conformación del entorno inmediato y a la posible iluminación de este úl mo, entre otras alterna vas. El proyecto lumínico busca fortalecer o deses mular determinadas condiciones sicoespaciales del sector de intervención. Se podrá en tal sen do a par r de la iluminación aumentar el carácter lineal, fortalecer episodios par culares, generar diferentes niveles lumínicos, etc. Podrá así pautarse un sistema adaptable a determinados momentos, acentuándose en determinadas horas o variando según el desarrollo del programa que se ejecute. Tipos El po, calidad y localización de los componentes del sistema de iluminación busca contemplar su propio desempeño así como su durabilidad, su posibilidad de mantenimiento y la op mización del gasto energé co. Respecto a este úl mo aspecto, se busca fortalecer el uso de tecnologías LED o lámparas con funcionamiento a base de energía solar o eólica. El diseño y ubicación de luminarias o del conjunto de luminarias, busca atender a: Ÿ La fácil accesibilidad de las mismas para su mantenimiento y recambio. Ÿ La altura del fuste y diseño del mismo, de manera de evitar el alcance directo de las personas. Ÿ La relación entre el po de espacio, su representa vidad (ins tucional o de referencia del colec vo social), su caudal de uso y el o los programas asociados. Ÿ La can dad de elementos, de acuerdo al rol que juegue la luminaria como objeto en el espacio o la disponibilidad económica, pudiendo concentrarse varios componentes en un mismo fuste o dispersarse en otros elementos sicos existentes en el lugar. Verde Un cuarto aspecto relacionado a la calificación de los espacios públicos refiere a las definiciones inherentes a la condición paisajís ca de los mismos. Las estrategias

vinculadas a este registro suponen un aporte fundamental a las condiciones de uso y ambientales del espacio. Si bien el paradigma vinculado al paisaje con ene una lectura integral y compleja, que supera las orientaciones rela vas a la vegetación, estas úl mas suponen una variable indisociable del proyecto. La disposición y selección de las diferentes especies vegetales busca atender a la relación de las mismas con todas las variables implicadas en el diseño de un espacio público: localización, carácter, representa vidad, orientación respecto a los puntos cardinales, usos posibles, etc. El proyecto de la disposición vegetal permite delimitar espacios, definir áreas de sombra, espacialidades diversas (lineales, concentradas, dispersas), destacar zonas singulares, generar espesuras y volúmenes variados en relación a la selección de las especies (árboles, arbustos, gramíneas, pasto), funcionar como filtros entre diferentes programas o entre el espacio público y sus bordes, etc. La definición de las especies habilita a pensar en texturas, colores, alturas, densidades, aromas y usos posibles. Las especies caducas aportan variabilidad a lo largo del año y posibilidades de usos diferentes: sombra en épocas de verano, sol en invierno y la alterna va de conver rse en elementos lúdicos en los que trepar o colgar componentes. La selección de especies puede permi r a su vez encapsular ámbitos, potenciar las condiciones de seguridad (al evitar arbustos de porte mediano y rastrero), aumentar las condiciones ambientales y de confort así como las superficies de absorción de agua. El proyecto paisajís co en los diferentes espacios públicos ende a la incorporación de especies autóctonas y de frutos comes bles y en muchas situaciones a mantener algunas especies que crecen naturalmente en el lugar. Se promueve en el diseño de la parquización y la jardinería de estas superficies a lograr ámbitos confortables, con diversidad de especies capaces de brindar variaciones estacionales y en el largo plazo. De igual modo, la incorporación de huertas, además de lograr coloración y aromas par culares, apuntala también procesos de par cipación y apropiación social de los espacios públicos.

Pautas de componentes Las pautas de componentes de los espacios públicos refieren al sistema de equipamientos necesario para garan zar la prác ca del mismo. Las áreas de uso público cuentan con mobiliario, juegos y servicios, los que resultan la razón de ser de estas, o sirven de soporte a las ac vidades que en ellas se desarrollan.

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Juegos Las tác cas vinculadas a los espacios o componentes lúdicos a enden a la ubicación, distribución y selección de áreas, objetos o sistemas de objetos capaces de promover el desarrollo de ac vidades recrea vas para personas de todas las edades, más allá de sus capacidades sicas o cogni vas. La incorporación de estaciones de juegos saludables supone un sistema de objetos que construye de igual manera un sistema de espacios de pequeña escala, preparados para el desarrollo de ac vidades depor vas. La calidad de los componentes, la homogeneidad en el diseño, el cuidado en la implantación, garan za el reconocimiento social de los mismos, la amplificación de su uso y la promoción de su cuidado. Para la colocación de estos objetos de rela vo bajo impacto, se a enden las situaciones urbanas y paisajís cas así como las condicionantes del entorno cercano y la resolución de su fácil accesibilidad.

Los juegos urbanos, en general, suponen artefactos que operan con la sica en su diseño, a su vez se exponen a un uso intenso y se localizan en áreas exteriores, por tanto resultan elementos complejos en su creación y producción, que requieren contemplar la seguridad del usuario. En tanto objetos, los tradicionales juegos propenden al diseño funcional y discreto pero atrac vo para el público al que se des nan. Las nuevas propuestas, normalmente producidas en el exterior del país, realizadas en materiales más livianos, resultan ofertas de alto interés, que potencian las posibilidades lúdicas de girar, balancear, trepar, colgar, equilibrar, escalar, etc. En tanto sistema de objetos, se busca que la disposición en el si o -asociada a la espontaneidad de los niños y a las maneras de uso- y la elección de los componentes, cumpla con los requerimientos del usuario cercano, pero también desde su complementariedad en el grupo de estaciones en la ciudad. Cada una a su vez ende a integrar elementos comunes sobre soportes que varían en color, geometría o disposición. Estas estaciones operan como episodios que alteran la homogeneidad urbana, aportan literalmente movimiento al sector y alientan la intensificación del uso, pueden observarse como objetos ar s cos o de diseño industrial, esto implica entenderlos como agentes de cambio, donde la exploración proyectual puede habilitar nuevas alterna vas. El sistema lúdico de la ciudad, cada vez más diluye las diferencias. Esto demanda la instalación de juegos para niños, bebés, jóvenes y ancianos. Desde esta lectura los llamados juegos integradores, buscan habilitar el uso de juegos por parte de personas que padecen alguna discapacidad. Por su propia manera de denominarse, buscan integrar públicos diversos, por lo que están pensados para el uso de todos quienes deseen hacerlo. Estos juegos no solo contemplan las picas funciones que con enen los juegos tradicionales sino que aportan otros que producen sonoridad, aromas o se resuelven a través de mecanismos tác les. Pueden sumarse a las nuevas propuestas los juegos que integran el agua, el viento o la energía solar. De igual modo, los espacios públicos integran componentes lúdicos para las edades mayores, lo que incluye desde elementos para el desarrollo sico como intelectual.

Juegos saludables

Los juegos de niños y jóvenes, tanto los más tradicionales como los que proponen empresas de producción de juegos nacionales o internacionales, buscan ac var determinados sectores de la ciudad, posándose sobre un suelo acondicionado. Construyen un verdadero sistema de objetos, disperso, de baja escala y de altos caudales de uso.

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Cada vez más, las demandas de los usuarios, asociadas a las viabilidades de nuevos materiales y a las lógicas de las comunicaciones, abren las posibilidades del diseño de componentes en los espacios públicos. Esto adiciona, entre otras opciones, pistas para el desarrollo de ac vidades alterna vas: pa n, skate, danza, canto; muros para escalada o que operan como soportes de ac vidades ar s cas; juegos de piso (graficados en pavimento) o de mesa, etc., hasta la posibilidad del uso de disposi vos electrónicos, lo que reclama la instalación inalámbrica de internet en los ámbitos públicos.

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Los espacios específicos para el desarrollo de ac vidades lúdicas (sean completos o sectores en espacios más amplios) buscan a su vez resolver los juegos desde la propia arquitectura del ámbito, deses mulando el concepto de concebir un soporte y elementos lúdicos posados sobre él. El manejo del suelo, de sus desniveles, de los equipamientos, de los elementos materiales anexos, de los recorridos, de las maneras de acceso y ac vación del espacio, operan como condicionantes de la geometría y organización del proyecto. Son recursos de trabajo proyectual que generan ámbitos flexibles, adaptables a la lógica del juego y que habilitan a fusionarse junto a otras definiciones. Los componentes específicos (hamacas, toboganes, etc.) suponen adiciones de igual valor que toda la conformación material del espacio, la que ende hacia la generación de verdaderos campos lúdicos urbanos. Mobiliario, accesorios urbanos y comunicación visual La lógica del mobiliario y los accesorios sobre los espacios públicos puede incluir, entre otros elementos: bancos, mesas, papeleras, bebederos, cartelería, fotogalerías, pérgolas, cubiertas, contendores de basura de mayor escala y de diferentes pos.

espacio público. Suponen tradicionalmente objetos de escalas pequeñas o medianas, con funciones específicas y caracterís cas formales diversas, muchas veces pautadas. Junto a los elementos lúdicos buscan formar parte integral del diseño, sea por su materialidad, por su disposición, por su integración a otros elementos o superficies del proyecto. Par cularmente el diseño de bancos, pérgolas, cubiertas y cartelería, puede concebirse con niveles importantes de experimentación, trascendiendo su lógica funcional y formal prestablecida, resultando objetos singulares, que habilitan la flexibilidad en su uso y en sus prestaciones (a veces asociados a disposi vos de acceso web por ejemplo), la variabilidad en su disposición a lo largo del empo (par cularmente los bancos y la cartelería), la apropiación o integración como soporte de acciones ar s cas, la posibilidad de integrar vegetación (principalmente las pérgolas), etc. La disposición de bancos en tanto objetos o de superficies para el descanso, además de colonizar de forma general los espacios, se asocian a determinados sectores específicos como a las áreas de juegos para niños, a la caminería interna o a las zonas más alejadas del ruido del tráfico. La comunicación visual en los espacios públicos requiere un estudio par cular y que excede a las apreciaciones que se han detallado. Este componente en todo el campo público, resulta altamente relevante y se desarrolla desde criterios unificados e integrales. Par cularmente en el caso de la creación de nuevos espacios, cumple un rol de diferenciación, de accesibilidad y de innovación e involucra no solo a lo tradicionalmente entendido dentro de la gráfica o señalé ca de los ámbitos, sino a una mirada global que se asocia fuertemente a la geometría del espacio, a su condición cromá ca y al valor de espacio singular y de convivencia. Servicios Además de los componentes de escalas reducidas en el proyecto de nuevos espacios públicos, se busca contemplar ciertas construcciones edilicias que incorporan diferentes servicios de apoyo al propio espacio o a los usuarios del mismo.

Parque de la Amistad

Todos estos componentes, además de garan zar su calidad inherente y su durabilidad en el empo, componen el repertorio con los que se debe trabajar en el proyecto del

Es el caso de los servicios higiénicos, los locales preparados para la seguridad, los depósitos o locales técnicos, las paradas de ómnibus, los vestuarios, los locales para el cambiado de bebés o para el amamantamiento, etc. Además pueden adicionarse locales cubiertos para el desarrollo de ac vidades que necesiten un espacio cerrado, como talleres o aulas con equipamiento informá co.

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Respecto a los servicios higiénicos, el proyecto a ende a las posibilidades de accesibilidad universal asociada a estos, pudiendo aumentar sus dimensiones norma vas en determinados casos para incorporar cambiadores con arneses y duchas para la atención de personas con discapacidad. Respecto a este mismo tema, los espacios públicos buscan contemplar áreas inmediatas a los mismos para el estacionamiento de vehículos, reservado para el descenso y ascenso de personas. Las ubicaciones de los locales para la permanencia de los guardias de seguridad de las plazas y parques se disponen de manera de permi r las visuales a todo el ámbito. De igual modo que los componentes lúdicos, el mobiliario y los equipamientos anexos, los locales de servicio son parte de un único proyecto; buscan integrarse a todo el sistema de decisiones del ámbito, deses mulando verse como agregados o elementos carentes de relación con el espacio público.

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Parque de Andalucía

05/ Cohesión, ges ón y par cipación social

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Los planteamientos del filósofo -vinculado por una época al Situacionismo- Henri Lefebvre en su obra “La producción social del espacio” proponen desfe chizar el espacio para dejar de percibirlo como dimensión inerte y predeterminada: el espacio es algo vivo y dinámico, que se produce e ins tuye no sólo desde la norma vidad del Estado y el diseño de urbanistas y arquitectos, sino también desde las vivencias (imágenes, símbolos) co dianas y los modos que ene el ciudadano común de prac carlo y observarlo.

Algunos autores señalan que en casi todas las grandes ciudades el espacio público ha pasado de ser el lugar de encuentro y socialización para transformarse en simple tránsito entre uno y otro punto de la ciudad; su diseño parece más orientado a op mizar los flujos de producción de un sistema decididamente capitalista que se expande sin resistencia aparente, que a sa sfacer los deseos de bienestar y recreación de los ciudadanos. Esta afirmación nos lleva a pensar que la u lidad o valor del espacio en sí se presenta de acuerdo a intereses prioritarios para la población que relegarían a segundo plano la apropiación o la iden ficación de los mismos con los vecinos del lugar. Percibir el espacio como “el lugar donde tomo el ómnibus”, “en que está el local donde pago las cuentas” o “se sitúan los locales donde hago las compras” reduce la comprensión del mismo y la función socializadora del espacio público, entendido como escenario para la interacción con el otro. Sin embargo, si entendemos la ciudad como producción espacial, y nos preguntamos por las instancias desde las cuales ésta se produce, pensamos inicialmente en el Estado y su función reguladora, que determina la estabilidad y permanencia de la ciudad en sus aspectos sicos y de sen do. El diseño de normas, estructura urbana (calles, plazas, barrios, etc.) a corto, mediano y largo plazo, son algunas de las ac vidades con que el Gobierno Departamental regula la producción del espacio público. Plaza Casavalle

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Cohesión social La promoción de la cohesión social cons tuye un elemento central de acuerdo a los lineamientos de los dis ntos programas gubernamentales (entre ellos el Programa de Cohesión Social y Territorial Uruguay Integra), en la cual se priorizó la noción de crecimiento inclusivo y se enfa zó en el desarrollo de polí cas ac vas de derechos humanos, igualdad de género, democracia, buena gobernanza, derechos de la infancia y sostenibilidad medioambiental entre otras. Todas estas áreas de actuación enen su aterrizaje en la u lización y apropiación de los espacios públicos en el ámbito local, ya que de la facilidad y viabilidad para acceder a estos ámbitos, por definición democrá cos, depende la viabilidad y sobretodo el grado de socialización y movilidad social de los sectores mas excluidos. La noción de cohesión social es entendida rescatando su carácter polisémico y dinámico. Como sos enen los autores Barba Solano y Cohen (2011) desde un análisis crí co del concepto y sus implicancias para América La na, “(...) no hay ninguna razón para pensar que en las sociedades actuales prevalece un solo po de cohesión social y que en consecuencia los problemas de integración social sean equiparables en todos los casos. Una hipótesis más produc va es suponer que los pos de cohesión social además de cambiar a lo largo de la historia, pueden variar en dis ntos pos de sociedades, pueden ser más o menos efec vos y pueden ser o no democrá cos”. En ese sen do, dicha condición dinámica y cambiante hace necesaria la inclusión del componente socio-estructural como elemento central para comprender las dificultades de alcanzar la cohesión de una sociedad determinada. Es decir que resulta imprescindible problema zar acerca de las desigualdades estructurales existentes y su estrecho vínculo con la integración. (Barba Solano, 2011). La noción u lizada para el análisis de la cohesión social se asocia con una perspec va norma va que incluye desigualdades estructurales como trasfondo y base para la intervención en los territorios, con el obje vo de lograr integración social. Cuando se hace referencia al concepto de integración social nos referimos a “(...) los mecanismos para mantener los vínculos sociales o reparar aquellos que han sido cortados o son precarios. En consecuencia, su propósito es destacar las normas o las ins tuciones que pueden permi r la vinculación de los individuos con la sociedad, o los mecanismos sistémicos que permiten desarrollar acciones colec vas y que ar culan al conjunto de la sociedad” (Schnapper en Barba Solano, 2011). En términos generales es

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posible sostener que la cohesión social representa un medio para el logro de la integración de las personas en el sistema en general, y en una sociedad determinada en par cular. Para Alicia Ziccardi, “... el principal problema estructural es la pobreza y la desigualdad, los cuales son procesos que están ín mamente relacionados entre si y que afectan a mayoritarios sectores de la población que habita en las periferias paupérrimas, cada vez mas lejanas, o en barrios centrales degradados”. En consonancia con esta afirmación, la conformación de barrios en la periferia de Montevideo ha sido una constante en las úl mas décadas. Los hogares allí afincados disimulan las pésimas condiciones estructurales existentes con el acceso -no sin esfuerzo y en base a experiencias organiza vas de disímiles alcances- a infraestructuras públicas y equipamientos básicos, a cierta movilidad y al mejoramiento rela vo de sus propias viviendas. Es allí donde se ubican los mayores índices de NBI, deserción escolar y pobreza. Los componentes que aseguran la movilidad social y la socialización están desconectados entre si y no alcanzan a conformar los diferentes sistemas necesarios para un desarrollo integral, limitándose a la solución parcial de dis ntas demandas locales. Transformaciones en lo que hace al territorio y al espacio local expresadas en un creciente aislamiento entre grupos residenciales y en el abandono de los espacios de intercambio social, cultural y ciudadano entre moradores del barrio y zonas de influencia. La existencia de espacios abiertos al intercambio entre ciudadanos diferentes -por sus orígenes o perfiles socio-económicos, educa vos, culturales, étnicos o etarios dis ntos- es una seña de iden dad que siempre definió a la ciudad moderna El aislamiento territorial de los sectores sociales mas vulnerables restringe sus oportunidades de movilidad social, significando la pérdida de modelos culturales y de reglas sociales que permiten la convivencia con los otros sectores sociales, creando el es gma de grupos o barrios peligrosos que a la vez, realimenta el círculo del aislamiento. Asis mos a una segmentación territorial que reafirma las desigualdades de la población, con indicadores de riesgo social muy gráficos para entender, por ejemplo, algunos comportamientos o subculturas juveniles.

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La ges ón del espacio público Una polí ca superadora de esta realidad debería estar cons tuída por programas que promuevan la formación de capital humano y social; la promoción y ar culación de la dinámica produc va y del trabajo; y el desarrollo de propuestas que consoliden la integración socioterritorial. Estos componentes se efec vizan mediante un nuevo modelo de ges ón centrado en ar culación e interacción de las polí cas sociales, económicas y territoriales; atención a las necesidades del conjunto de las sociedad; promoción de mecanismos que integren a los individuos y los grupos a la dinámica social y el sen do de pertenencia a la sociedad; promoción de programas y servicios universales de calidad que descarten la es gma zación y generen legi midad, incluyendo la planificación y desarrollo de espacios públicos integradores. Para llevar adelante estas polí cas resulta necesario priorizar dos conceptos centrales en la búsqueda de mayores niveles de integración, pre-requisitos para la cohesión social: desigualdad y construcción de ciudadanía. El primero como trasfondo general de la polí cas en la periferia urbana a través de sus múl ples áreas de impacto, y el segundo como elemento central vinculado a otras nociones necesarias de abordar como son las de desarrollo local y territorial, sustentabilidad, par cipación ciudadana y gobernanza. Con la definición y afirmación de las centralidades, es posible impulsar y consolidar espacios democrá cos donde las inversiones del Estado se puedan realizar en forma coordinada e integral, obteniendo así impactos hacia la mayoría de la población con el mínimo costo de traslado y energía. La ges ón de los espacios públicos supone no sólo el mantenimiento y vigilancia de los mismos sino su cuidado, preservación y promoción de las caracterís cas y valores incorporados intrínsicamente desde su cons tución. Entendiendo que la promoción de la cohesión social al interior de un territorio resulta fundamental para garan zar el éxito de una polí ca de espacios públicos, la búsqueda de la par cipación y el involucramiento ciudadano cons tuye una permanente apuesta que requiere de amplios concensos entre los decisores gubernamentales. El equilibrio entre los recursos des nados a las tareas duras de mantenimiento, reparaciones y preservación de lo existente y la construcción de nuevos espacios está mediado por el espacio des nado a la promoción de la par cipación y el

involucramiento ciudadano, en la búsqueda de la aceptación y apropiación de los ámbitos comunes para la socialización y el disfrute del derecho a al ciudad. Elegidas por el voto universal de los ciudadanos, entre las propuestas mas significa vas y recurrentes se encuentran plazas, acondicionamiento de parques, generación de rincones infan les, pistas y circuitos de skate y pa naje, entre otros.

Mantenimiento de espacios existentes En el marco de la Ley 18.567 de Descentralización Polí ca y Par cipación Ciudadana (de carácter nacional) y del Decreto Nº 33.209 de la Junta Departamental de Montevideo (con sus modifica vos y agregados) se estableció la configuración de un tercer de nivel de Gobierno y Administración con el establecimiento de juridicciones territoriales denominadas Municipios. De esta manera el nivel Municipal se incorpora a los tradicionales niveles de Gobierno Nacional y Departamental con el fin de avanzar en la descentralización polí ca y administra va en Montevideo. Entre los come dos de los Municipios se pueden encontrar el mantenimiento de aquellos espacios públicos ubicados en su territorio, que no son asumidos -por sus caracterís cas, dimensiones o ubicación- a nivel departamental por la Intendencia de Montevideo. Desde la creación de los Municipios se ha entablado con la Intendencia de Montevideo una dinámica de colaboración entre las dis ntas dependencias y áreas, a efectos de coordinar asociaciones para la mejor manutención, vigilancia y desarrollo de los dis ntos espacios públicos existentes. Las formas que se han ido encontrando para los dis nos parques, plazas y áreas públicas han sido diversas y podemos resumirlas en el siguiente cuadro:

Áreas verdes, parques y plazas de la ciudad La IM des na parte de su presupuesto al mantenimiento de 26 sectores de Áreas Verdes, asignados a dis ntas empresas mediante licitaciones públicas y/o abreviadas según los montos y caracterís cas del lugar. Esto incluye corte de césped, re ro de vegetación, desmalezamiento, sembrado de flores y especies vegetales, tratamiento de plagas y dis ntas tareas vinculadas a las áreas verdes. La supervisión de estos trabajos está a cargo del Servicio de Áreas Verdes dependiente de la División de Espacios Públicos y Edificaciones de la IM.

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El mismo formato de contratación de servicios se u liza para la poda y tratamiento de los numerosos árboles con que cuenta la ciudad. Anualmente se podan ejemplares por parte de la Intendencia de Montevideo, sumandose a los podados por empresas contratadas por los ocho municipios de Montevideo. Desde el año 2010, el tratamiento a las especies existentes alcanza anualmente al 30% de los ejemplares. Esto incluye la evaluación de los árboles adultos, la extracción de los que se considerar riesgosos o en estado de precariedad, el asesoramiento para la extracción de ejemplares en ámbitos privados y las intervenciones durante los temporales que suelen suceder 3 o 4 veces por año, dejando entre 80 y 300 árboles caídos en parques y calles de la ciudad. Para el caso del mantenimiento de los rincones infan les y de las múl ples infraestructuras existentes en plazas y parques de la ciudad, la Intendencia ha contado desde mitad del siglo pasado con el Servicio de Obras dependiente de la División Espacios Públicos y Edificaciones. Incorporando técnicos y obreros con dis ntas especializaciones, históricamente se ha encargado de los trabajos de albañilería, herrería, carpintería y demás oficios que brindan servicios a infraestructuras públicas de la ciudad.

Vigilancia: la figura del cuidaparque A par r del año 2005 se han celebrado convenios con coopera vas de trabajadores que han desarrollado los servicios de mantenimiento y vigilancia en dis ntas áreas departamentales y municipales de Montevideo. Esto supone un aprendizaje y un modelo incorporado que permite el acercamiento a los vecinos en una tarea didác ca y educa va en base al diálogo sobre el alcance de la norna va y de los usos para cada espacio público. La presencia de cuidaparques ha significado en algunos caso una referencia importante para el conjunto de los usuarios de los dis ntos espacios y para referentes de organismos con alguna injerencia en los mismos y en los habitantes de las dis ntas zonas: Ministerio de Desarrollo Social, Ministerio del Interior, Intendencia de Montevideo, Municipios, etc. La creación de nuevos espacios que desde su surgimiento han sido convocantes de gran número de vecinos y eventos culturales, sociales, polí cos y/o depor vos se han inaugurado con la presencia de cuidaparques seleccionados y capacitados específicamente para la tarea.

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Cuidaparques de Plaza Casavalle

Junto al protocolo de actuación, se ha desarrollado una pauta de evaluación de cada coopera va y un ámbito de coordinación con dis ntos ministerios involucrados en la creación y promoción de las coopera vas sociales y de producción. Entre las tareas a futuro se encuentra el desarrollo de un perfil de cuidaparque urbano, capaz de capacitar en el ámbito del Consejo de Enseñanza Técnico Profesional/Universidad del Trabajo del Uruguay (CETP-UTU) a aquellos interesados en formarse y desarrollar la tarea en forma profesional.

Concesiones Existen en la ciudad diferentes espacios que son mantenidos y/o vigilados a par r de convenios con empresas e ins tuciones que aportan contrapar das por el uso de espacios o propiedades de la IM. Es el caso del Monumento a la Carreta en Parque Batlle, Plaza Eduardo Fabini, el Rosedal del Prado, entre otras, donde el cuidado y mantenimiento están a cargo de empresas afincadas en el entorno o en el propio lugar.

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Las concesiones son aprobadas por la Junta Departamental de Montevideo contando con la coordinación y seguimiento de la Oficina de Concesiones de la IM³.

Mantenimiento de obras nuevas

A diciembre de 2014 se actualizó el índice de las concesiones de espacios a pivados y a organismos públicos. Incluyen por ejemplo a los clubes depor vos y sociales, clubes de pescadores, centros recrea vos y culturales, centros educa vos, empresas de interés general y empresas públicas entre otros.

Teniendo en cuenta el aumento de las obras que suponen espacios públicos y la necesidad de mantenimiento de los mismos, resulta imprescindible retomar el proceso de discusión en torno a las competencias de los dis ntos niveles de gobierno sobre algunos parques y plazas que comprendidos en resoluciones decretadas no condicen en la prác ca con la realidad.

En los úl mos años se intensificaron las revisiones a concesiones existentes hace décadas, actualizando valores y conformando un registro permanente y preciso del alcance de cada espacio.

Algunos de los espacios, por la dimensión social que han adquirido, tanto por su uso como por su visibilidad, reciben una atención y actuación desde los municipios que excede las responsabilidades iniciales.

Algunas concesiones están obligadas a transferir par das económicas por el uso del espacio público ocupado, aunque la mayoría brinda una labor social en el entramado urbano que las vincula a la comunidad sin necesariamente recibir retribuciones o ingresos monetarios. A menudo estas ins tuciones se encuentran -de hecho- sin aportar prestación alguna como contrapar da. En estas condiciones se encuentran decenas de ins tuciones.

En otros casos, la ubicación y proximidad con áreas mantenidas por la Intendencia de Montevideo hacen que la atención sea brindada por la administración departamental.

El resumen de los perfiles de los espacios concesionados es el siguiente: Cuadro del perfil de las concesiones sin fin de lucro y de los convenios de patrocinio cultural

depor vo

social

otros

76

150

95

33

Convenios de patrocinio sin fines de lucro público privado

privado

7

28

Concesiones con fines de lucro público privado

privado

4

84

³ La Oficina de Concesiones es parte del Servicio de Planificación, Ges

ón y Diseño de la Div. EE.PP. De la IM

En algunos barrios y zonas recientemente conformadas, las previsiones de mantenimiento y ges ón no se han incorporado al presupuesto de ninguna de los gobiernos locales, generándose un intervalo de ajuste que a menudo conlleva conflictos y empo sin la atención deseable. Es el caso de algunos espacios mejorados en el entorno de realojos, parques lineales o parques de grandes dimensiones, que si bien cons tuyen grandes avances en los obje vos de cohesión e integración social y recuperación del territorio, exigen a los dis ntos niveles de gobierno nuevas erogaciones en sus presupuestos ya de por si acotados. Estas situaciones parecen indicar que resulta necesario establecer en el calendario de las nuevas obras un proceso de discusión y acuerdos para la ges ón y mantenimiento posterior. Esto es imprescindible para aquellos casos en que los esfuerzos interins tucionales que llevan a la concreción de las obras no tengan previsto claramente la erogación presupuestal que asegure su mantenimiento y ges ón posterior a la inauguración.

Cooperación interins tucional, la descentralización y la par cipación ciudadana Las intervenciones en plazas, centros cívicos, parques y espacios públicos que impactan directamente en la conec vidad y en la mejora de los servicios ofrecidos en el territorio, deben necesariamente pensarse teniendo en cuenta las posibles modalidades de

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ges ón, a par r de la red de ins tuciones o actores existentes capaces de asegurar mayor integración y cohesión social. Con la creación de los municipios y la puesta en marcha de dis ntos planes de actuación en el territorio, es posible reconocer la existencia de una nueva visión de la ges ón pública cuyos pilares se encuentran en la cooperación interins tucional, la descentralización y la par cipación ciudadana. La maduración de esta interacción permite afianzar vínculos entre las ins tuciones y la sociedad civil, promoviendo bajo dis ntas formas la par cipación ciudadana, fundada en la dignificación humana y el reconocimiento de las capacidades existentes, así como el efec vo ejercicio de los derechos, generando un mayor compromiso público con el territorio desde y hacia quienes lo habitan. Resulta mas que necesario que los gobiernos departamentales y municipales con núen desarrollando acciones para la promoción de aquellos procesos sociales, económicos, ins tucionales, territoriales y simbólicos que fortalecen la heterogeneidad y la cohesión social en zonas que, como se ha reconocido, presenta gran fragmentación social y resulta contenedora de situaciones complejas vinculadas a la escasez de servicios básicos, a la precarización de las viviendas y a la mínima movilidad social de sus habitantes. Coincidiendo con procesos constatados en dis ntas ciudades del mundo, Montevideo ha promovido junto a dis ntos niveles gubernamentales el desarrollo de espacios públicos que contemplan el diseño, ejecución y ges ón de espacios de calidad que permiten el encuentro intergeneracional, el uso y usufructo de mobiliario urbano atrac vo y funcional para la prác ca del deporte, las representaciones culturales, el descanso, la contemplación del paisaje y la interacción entre los ciudadanos. En ese sen do desde 2009 se realizaron intervenciones en dis ntos organismos y niveles de gobierno para lograr la recuperación y renovación de varios espacios de la ciudad, resingnificándolos ya sea por la relevancia estratégica, su ubicación geográfica o reconocimiento y necesidad de los vecinos. La recuperación de espacios existentes pero degradados cons tuyen demandas permanentes de los habitantes y de los dis ntos municipios por lo que significan para la comunidad y por lo que significó como mo vo de orgullo e iden dad de los vecinos y los montevideanos todos.

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Entre los espacios intervenidos se encuentran plazas y áreas verdes enclavadas en zonas de alta vulnerabilidad social, riberas de arroyos con realojos de asentamientos con décadas de an güedad y espacios que por su cons tución o accesibilidad suponen propuestas atrac vas y preferidas para los habitantes de la ciudad. Los dis ntos ámbitos municipales, entre los cuales se encuentran los Concejo de Vecinos y las comisiones temá cas par cipan habitualmente en el proceso de creación y transformación de las áreas, encontrando en el nuevo lugar un espacio de encuentro y socialización, al empo que una herramienta para profundizar las acciones en curso. Tanto para los nuevos espacios recuperados, como para el cuidado y reconocimiento del patrimonio que la ciudad ofrece a sus habitantes y visitantes, resulta fundamental la búsqueda de mecanismos de par cipación, difusión y compromiso de los dis ntos actores que interactúan en el territorio. Las actuaciones orientadas al redimensionamiento territorial potencian su rol de plataforma para la ar culación social al empo que consolidan dis ntos espacios de ges ón que involucran a dis ntos organismos y ámbitos de la sociedad civil. La coordinación de recursos y posibilidades en territorio se expresa en la cooperación entre los dis ntos ámbitos existentes, ya sean gubernamentales o de la sociedad civil organizada. Entre los mismos encontramos: Ÿ Los municipios involucrados, incorporando a sus alcaldes y técnicos para el diálogo e interacción con los referentes zonales, vecinos e ins tuciones de las zonas. Ÿ La Intendencia de Montevideo, aportando el diseño, planificación y diálogo en el territorio. Ÿ

Los ministerios, aportando recursos y definiciones en el marco de la Estrategia Nacional para la Convivencia (2010-2015).

Ÿ

Las organizaciones sociales, par cipando en Consejos, comisiones y redes de apoyo y promoción de los nuevos espacios recuperados.

En vistas de lo complejo y de la ar culación con los dis ntos actores involucrados, resulta evidente que la concreción de compromisos interins tucionales es imprescindible para garan zar la sustentabilidad de las acciones exitosas y dar solución a aquellos desa os que aún quedan pendientes.

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Con las intervenciones priorizadas se concreta el acondicionamiento de espacios públicos que son apropiados y apropiables por la población generando nuevas oportunidades de integración, inclusión social y accesibilidad promoviendo niveles superiores de interacción social.

Intervenciones y reformulaciones para el Montevideo de la Convivencia En la úl ma década se han intensificado los acuerdos interins tucionales que promueven cohesión e integración social a par r de la recuperación de espacios públicos. En el úl mo lustro, se ha implementado una estrategia que más allá de la denominación conyuntural y de las personas a su cargo, se erigen como polí cas de Estado que trascienden a los períodos de gobierno.

Plazas de la convivencia Enclavadas en dis ntas zonas, las siguientes plazas fueron pensadas y diseñadas como zonas de encuentro y recreación en barrios con escasa infraestructura y/o con inexistencia de espacios públicos calificados. Tomando como base la promoción de la convivencia ciudadana, el encuentro intergeneracional, la accesibilidad universal y la incorporación de mobiliario de calidad para la recreación y el empo libre, dis ntos espacios subu lizados han sido seleccionados como ejes vertebradores de esta propuesta de intervención urbana. Uno de los ejemplos el caso del parque Liber Seregni, en pleno centro de la ciudad, construido en 2009 en una manzana donde exis an viejos talleres abandonados y dotando a la zona de un espacio con presencia de áreas verdes, infraestructuras depor vas, mobiliario de alta calidad y zonas diversas que permiten el encuentro y disfrute de varias generaciones. El parque se cons tuyó en poco empo en centro de referencia para organizaciones sociales, convocatorias ar s cas y grupos autoconvocados que u lizan las instalaciones para encuentros recrea vos, salidas didác cas y/o ac vidades depor vas. Es de destacar que toda la zona, antes caracterizada por la inexistencia de espacios públicos, pasó a potenciarse y a iden ficarse en torno a la plaza y a las ac vidades que allí se realizan.

Otra de las intervenciones más relevantes la cons tuye la plaza Casavalle, ubicada en una de las zonas de mayor conflic vidad y con un gran porcentaje de niños y adolescentes entre sus vecinos. En este caso la plaza Casavalle se inauguró en diciembre de 2013 previendo la incorporación de un Centro Cívico y la inauguración de una Seccional Policial y una estación de Bomberos integradas a un conjunto de servicios ya existentes entre los cuales se encuentran un jardín de primera infancia, una escuela y una policlínica de salud pública. El mobiliario, al igual que los ejemplos ya mostrados man enen los mismos estándares de calidad que incluyen espacios de uso múl ples, cancha de césped y una estructura que emana chorros de agua en un sector de espacimiento, sugiriendo su u lización con fines recrea vos y de refresco en las épocas de verano. Al igual que en los otros espacios presentados, el lugar cuenta con servicio de Cuidaparques, en convenio con Coopera vas Sociales que incorporan en sus filas a trabajadores a cargo de la vigilancia y el mantenimiento de las diferentes áreas existentes. Otras intervenciones relevantes se enmarcan dentro del Plan Siete Zonas impulsado por Presidencia de la República y que cuenta con el apoyo de varios ministerios, quienes aseguran un conjunto de servicios que se complementan y jerarquizan las obras sicas en curso. Ejemplos de ello son las plazas Marconi y la ubicada en Itacumbú e Iraola, dentro del Municipio D. La misma presenta un reacondicionamiento que permite la interacción entre dis ntas generaciones, a par r de mobiliario y espacios desarrollados en consulta con los referentes locales y de la zona. Con esos mismos referentes los dis ntos ministerios han trabajado para el acompañamiento a las familias y la incorporación de sus integrantes a los diferentes planes sociales que abarcan aspectos vinculados a la salud, a la educación y a la capacitación laboral. Las acciones integrales incluyeron la incorporación de luminarias y un tratamiento especial en la recolección de residuos, recuperando rincones antes subu lizados por los vecinos. En el mismo sen do, se proyectó e inauguró en 2015 el parque Alba Roballo (Municipio F), ubicado en el entorno de la Coopera va Juana de América y de los asentamientos

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irregulares Santa Teresa y Chacarita de los Padres, (Punta de Rieles) a metros de la cañada que lleva su nombre, una de las zonas con mayores índices de pobreza. Este parque, antes desprovisto de cualquier po de infraestructura, cons tuía un espacio subu lizado que literalmente separaba al asentamiento Santa Teresa ubicado en el sector norte del mismo del conjunto de viviendas coopera vas existentes al suroeste del predio. Las caracterís cas del espacio a intervenir reúne condiciones mas que interesantes para desarrollar una nueva intervención similar a las ya presentadas, bajo las premisas de que un espacio urbano de calidad, con mobiliario funcional para ac vidades diversas, facilitará el encuentro, el reconocimiento e integración de sectores que nunca antes habían compar do espacios comunes.

educa vo pasible de ser visitado en familia, en grupos o en forma individual, contando con un servicio de monitores que orientarán a los visitantes en los dis ntos sectores conformados. Fue concebido para que en forma organizada o espontánea, dis ntas propuestas culturales puedan realizar allí sus presentaciones, ya que el predio cuenta con gradas y un escenario natural con una escala amigable para espectáculos, presentaciones y eventos de pequeña escala, que es mula el contacto y la par cipación entre el público y los animadores.

La apuesta a la instalación de mobiliario de primera calidad, con infraestructura mul uso y espacios para el encuentro intergeneracional cons tuyó toda una novedad para una zona que como muchos otros lugares intervenidos, presenta niveles de pobreza muy superiores al promedio de la ciudad. El parque Tres Ombúes (Municipio A) inaugurado en 2014 en la zona oeste de la ciudad, cons tuye otro ejemplo de intervención, con el trazado de sendas peatonales, espacios de juegos inclusivos y saludables, cancha mul uso y la construcción de un centro barrial que cons tuye la la referencia ineludible para los vecinos de la zona.

Espacios inclusivos Dentro de los múl ples espacios inclusivos, el parque de la Amistad irrumpió como una oferta educa va, integradora y atrac va para el conjunto de la población, priorizando la par cipación de los niños y adolescentes. Parque de la Amistad

El espacio ubicado en el parque Villa Dolores comparte contenidos educa vos y accesibilidad con el Planetario en un área central de la ciudad, que cuenta con excelente conec vidad para cualquier punto de la ciudad. 

A otra escala, el espacio Luis “Perico” Pérez Aguirre, inaugurado en 2013 frente al Hospital Pereira Rossell supuso una intervención en el mismo sen do, apoyada por el Banco de Seguros del Estado.

Elparque de la Amistad está dotado de elementos que es mulan los sen dos, como un muro tác l, una cascada de agua, vegetación aromá ca y juegos de accesibilidad universal, atrac vos por su colorido, diseño y formatos originales.

Una vez reacondicionada se vio jerarquizada por un rediseño del espacio y por la incorporación de juegos y equipamiento inclusivo que complementa el mobiliario antes existente. Esta intervención se sumó a otras experiencias llevadas adelante por el Departamento de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo y el conjunto de los Municipios en los dis ntos barrios de la ciudad, lo que viene transformando a Montevideo en una ciudad accesible a todas y todos sus habitantes.

Teniendo como premisa la promoción del juego, el disfrute y la recreación sin exclusiones de ningún po, este Parque cons tuye un paseo didác co, gratuito y

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