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INFORMACION GENERAL
I
Lunes 13 de julio de 2009
Rehenes de la burocracia | Nota I de III
Hacer trámites, la odisea que no tiene fin Continuación de la Pág. 1, Col. 5 febrero de 2006 se acercó a la delegación del Registro Civil de Villa Ballester para solicitar el triplicado de su documento. “Esperé dos años y una empleada del Registro Civil me recomendó volver a iniciar el trámite –explicó–. Eso fue en febrero de 2008. Sólo en marzo de este año me lo entregaron, pero lo abrí y tenía mal la fecha de nacimiento.” Apurada por las pasadas elecciones legislativas, fue a una delegación que funciona en un hipermercado para que le rectificaran el error y pagó 15 pesos para que el trámite fuera más rápido. Cuatro días antes de votar consiguió su DNI. Quienes residen en el interior del país suelen padecer los peores retrasos. En San Luis, por ejemplo, hay documentos demorados desde 2006 y se registró una reducción en las entregas del orden del 50 por ciento durante el año pasado, informó el director del Registro Civil de la provincia, Martín Olivero. “En la Nación nos atienden, pero no cumplen con lo prometido. El año pasado prometieron terminar con todos los trámites y quedarse sin deudas, pero a San Luis aún le deben más de 15.000 documentos”, dijo. Y agregó que en la provincia la demora promedio es de 8 a 12 meses. En Misiones se vive una situación similar. Mientras todavía resta entregar libretas cuyo trámite se inició en 2006, comenzó a regularizarse la entrega de los documentos correspondientes a 2007 y 2008. El director del organismo, César Yaya, dijo que el personal a su cargo “trabaja contra reloj y hace lo que puede”. Si bien antes de las elecciones se agilizaron trámites, en Mendoza la entrega promedio de DNI ronda los seis meses. La directora del Registro Civil de Mendoza, Olga Videla, informó que la provincia será la primera en contar con un centro de documentación rápido. La clave será una tramitación online con el Registro Nacional, que permitiría la entrega del DNI en 30 días, prometen.
Pasaportes Aunque por estos días el trámite para obtener un pasaporte nuevo o su renovación no demora las seis u ocho horas que demandaba hace cuatro meses, se debe disponer de, por lo menos, una hora y media. La espera se agrava por el tiempo en que tarda la entrega del documento: con suerte, dos meses. Fuentes del Ministerio de Justicia informaron que, entre mayo y junio de este año bajó 23 por ciento la demanda de pasaportes y cédulas respecto del mismo período de 2008. Explicaron que se han realizado “determinados ajustes” en el procedimiento para agilizar y acortar las esperas de las personas. LA NACION acompañó a María Elgorriaga a renovar su pasaporte. El trámite se inició a las 8.27 y finalizó a las 10.2. “Eso sí, hay que estar atento, porque los agentes pasan los números rapidísimo cuando te llaman para presentar el formulario y el documento anterior”, dijo. Después de perder la mañana, le informaron que sólo dentro de dos meses podrá empezar a llamar para reclamar el pasaporte. “Menos mal que no tengo apuro y lo hice con tiempo”, agregó Elgorriaga. Quienes forman fila para retirar el pasaporte no pensaron lo mismo. Hay casos de personas que van a la sede de la Policía Federal de la calle Azopardo hasta en cuatro ocasiones y se retiran con las manos vacías.
Celulares y reclamos porteños Ya en otro ámbito, para denunciar el robo de un teléfono celular se puede perder más de un día. A María Castro le robaron el suyo en el subte B, a la altura de la estación Pasteur, cuando regresaba a su casa, en Villa Urquiza. Quiso hacer la denuncia en la comisaría que corresponde a su domicilio, la 39a. Allí le informaron que debía hacerla en la que tiene jurisdicción en la estación Pasteur, la 7a., en Balvanera. En ella había unas 10 personas esperando por denuncias de distinto tipo y sólo un agente atendía. Le anunciaron que debería esperar dos horas. “Menos mal que me acerqué a preguntar –contó–, porque me dijeron que, en realidad, la denuncia tenía que efectuarla en la División de Delitos Ferroviarios, en la estación Boedo del subte E”. Otro dolor de cabeza lo puede generar la tramitación de un subsidio por daño durante una inundación en la Capital. Aunque el gobierno porteño obliga a presentar toda la documentación y la prueba del siniestro en un plazo de siete días corridos, el cobro efectivo del subsidio puede demorar hasta un año y medio. Aunque ése es un plazo menor, si se lo compara con los tres años que lleva Angelita Martínez esperando la poda de un fresno que golpea su ventana en Juncal al 600, en Retiro. Los reclamos vecinales ante el gobierno porteño son otro muy buen ejemplo del agobio que provoca hacer trámites ante organismos públicos.
MAÑANA La telefonía, a la cabeza de las críticas en el sector privado.
En la Anses la demora sigue, pero no se ve Puede tardar años el pago de jubilaciones ANGELES CASTRO LA NACION Son las 9.30 de un miércoles de junio elegido al azar en la delegación Villa Urquiza de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). A esa hora, Marta Correa arriba a la oficina, en Alvarez Thomas al 2300, para empezar una gestión por haberes devengados de su madre, fallecida en abril. Llega a la hora a la que la citaron 48 horas antes, por Internet (www.anses.gov. ar), con los documentos requeridos. Marta y su marido, Mario, que la acompaña, están satisfechos con la rapidez en el otorgamiento del turno. El trámite personal también les demanda un tiempo razonable: 55 minutos. A las 9.45, Marta es convocada por uno de los 10 operadores que atienden al público. Hay aproximadamente igual cantidad de operadores que público que aguarda, y todos esperan sentados mientras una pantalla va publicando el nombre de cada uno y el número de terminal en la que será asistido. No hay filas largas ni personas que esperen de pie en la delegación de la Anses. Hace frío, pero la oficina está calefaccionada. Luego de 40 minutos de papeleo, el trámite concluye. “Tardó conmigo un poco más porque, como mi mamá cobraba jubilación y pensión, hubo que armar dos carpetas”, dice Marta, que no pierde la sonrisa. Hasta que escucha del operador que sólo cobrará el haber de abril y el proporcional de aguinaldo que reclama... ¡dentro de seis meses! “En la Anses la demora se volvió invisible –fue la acertada definición del ombudsman porteño de la
Filas interminables para conseguir el Documento Nacional de Identidad en la provincia de Buenos Aires RODRIGO NESPOLO
Madrugada en el hospital Pedro de Elizalde
Una jubilada recibe instrucciones para su trámite
MAURO ALFIERI
EUGENIA KAIS
Dormir y comer en la calle por un turno en un hospital En cualquier momento del año, la gente hace fila desde la noche anterior PABLO TOMINO LA NACION La madrugada descubre una fotografía recurrente: filas interminables de pacientes a la intemperie, una tediosa espera en la calle que puede extenderse durante toda una noche y turnos con más de un mes de demora. Aun desde antes de la actual epidemia de gripe, visitar al médico en un hospital público de la ciudad y del conurbano requiere mucho tiempo y paciencia. La gente se aferra a un mate y a una manta para mitigar el frío, y hasta duerme en el piso para lograr una consulta con un médico. En 2008, los 33 hospitales de la Capital respondieron a una demanda de más de 9 millones de pacientes que sacaron turnos en consultorios externos, de los cuales el 51% fue de no residentes en la ciudad, según datos del gobierno porteño. En ese mismo período, las visitas a consultorios externos de los 77 hospitales de la provincia de Buenos Aires superaron los diez millones. De ese total, más de 6 millones fueron atendidos sólo en el primero y segundo cordón del conurbano. En ese distrito hay demoras de 15 días para obtener un turno con un cardiólogo o un dermatólogo, por ejemplo. Las peripecias para conseguir un turno con un especialista son propias de un sistema operativo precario y colapsado. Un caso testigo es el de Silvia Galeano, de 24 años, que vive en Avellaneda y tiene dos hijos. El lunes 8 del mes pasado la joven se apostó en las escalinatas del hospital de Niños Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna), en Barracas, con un objetivo: conse-
guir un turno, para el día siguiente, con un pediatra. Ella fue la primera en la fila, pero para eso debió pasar toda la noche en el lugar: comió una milanesa que se trajo en un Tupper, y durmió bajo una pesada manta; a las 4.15 de la mañana, ya tenía otras 150 personas detrás de ella en la misma situación. La mayoría, con los niños en sus brazos. “El frío te mata, pero no queda otra: si no venís temprano, te quedás afuera. La semana pasada había traído a los chicos porque no tenía con quién dejarlos”, dijo Silvia Galeano. A las 6 en punto, el guardia de seguridad abrió las puertas para que los pacientes ingresaran en el hospital y formaran fila detrás de una ventanilla. Para entonces, Silvia acumulaba 9 horas de espera, por lo que pidió reservar su lugar para ir al baño. “Los hospitales no los dejan abiertos, porque si no la gente que no tiene techo los utiliza para dormir”, contó un empleado de la ex Casa Cuna. Galeano fue atendida poco después de las 7.30 y consiguió un turno para el mismo día, a la tarde, lo que le dio tiempo para ir a buscar a su hijo y volver. Pasó más de 15 horas en el lugar. Historias similares se encontraron en el hospital Cosme Argerich, en La Boca, donde los pacientes, que en su mayoría superan los 60 años, pasan la noche en el lugar hasta las 4.30, cuando abren las puertas para que ingresen.
➾ La demora se volvió
Consultado el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud porteño, Néstor Pérez Baliño, sobre las demoras en turnos aseguró: “La acumulación de pacientes en los hospitales es un tema cultural que no podemos resolver de un día para el otro. A los vecinos tratamos de instruirlos para que utilicen el nivel de atención en los centros primarios, pero la gente sigue concurriendo a los hospitales. Y la mayoría viene del conurbano”. Respecto de cómo harán para mejorar esta situación, Pérez Baliño dijo que “el punto clave es la informatización del sistema; eso está programado, pero aún no fue ejecutado”. En el hospital Fiorito, en Avellaneda, la gente también pasa la noche en la calle para obtener un turno. Sergio Alejandre, director provincial de Hospitales del Ministerio de Salud provincial, afirmó que “en 17 hospitales se puso en marcha un sistema de turnos telefónicos y por Internet” y que la intención es repetir el sistema en otros nosocomios del distrito.
invisible. Ya no se ven colas, pero eso no implica que el trámite sea ágil ➵
Fotogalería. Fotos de una recorrida por hospitales porteños y bonaerenses. www.lanacion.com.ar
Qué dicen las autoridades Si bien en la mayoría de los hospitales porteños que visitó LA NACION la espera para sacar un turno superaba las dos horas, todos los pacientes coincidieron en que la atención de los profesionales “es muy buena”.
Vivir de prestado hasta poder cobrar Tras la muerte de su marido, a Alicia Meschini la ayudaron sus familiares durante más de un año El 1° de enero de 2008, Alicia Meschini sufrió la muerte de su marido, Angel López Anchorena. Ignoraba que, además del dolor por la pérdida de su esposo, pronto iba a tener que soportar una espera angustiante al tramitar la pensión correspondiente ante la Anses, y la desesperación por tener que vivir un año y dos meses con dinero prestado. “El 26 de marzo de 2008 quedó ingresado el expediente para mi pensión en la Anses. Se suponía que no iba a ser un trámite complicado, no tenía por qué serlo. Mi marido trabajó 36 años en el mismo lugar; era empleado público en el Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad. Era sumamente fácil para la Anses verificar los años
aportados. Sin embargo, yo recién cobré en marzo de este año”, relató Meschini a LA NACION, en su casa de Villa Lugano. Ella siempre fue ama de casa y su marido se encargaba de aportar su sueldo para financiar las necesidades del matrimonio y, luego, las de su descendencia. “Cuando falleció, le pagaban unos 3000 pesos. Yo me quedé, de repente, sin ingresos. Tengo 67 años. ¿Quién me iba a dar trabajo? Me prestaban dinero mi hijo y otro familiar. Cuando cobré, el retroactivo lo gasté todo en devolver lo prestado a mi familiar”, recordó. Tras la muerte de su marido, Meschini pidió un turno en la Anses por
ALICIA MESCHINI PENSIONADA
Internet, un avance ofrecido por el organismo oficial. Por la Web también se informa de la documentación que el interesado debe presentar para iniciar el trámite, en este caso, de pensión. “Me dieron turno para febrero de 2008, pero cuando fui me faltaba el acta de
matrimonio; me habían pedido la libreta. Tuve que volver a sacar turno, para marzo”, explicó. Desde entonces, el seguimiento del expediente lo hizo por Internet, otra facilidad de que dispone el organismo. Pasaron cinco, seis, siete meses, y el trámite seguía estancado en el segmento Verificación. Alicia no entiende cómo, si su marido había trabajado los 36 años en el mismo lugar, verificar los años aportados podía tardar tanto. Un día, vio en el sitio web que el caso estaba en Cómputos. Ya faltaba poco. “Al fin, cobré en marzo, pero me hicieron mal la liquidación. En abril presenté un reclamo. Me tendré que armar de paciencia.” Otra vez.
Tercera Edad, Eugenio Semino–. Ya no se ven colas, se dan turnos por Internet y el seguimiento del expediente también se realiza online. Pero eso no implica que el trámite sea ágil. En promedio, una jubilación o una pensión tardan nueve meses.” Y, por supuesto, a la Defensoría (Venezuela 842, planta baja) acuden cientos de personas que padecen demoras muchísimo mayores. Tal como explicó Semino, y LA NACION constató, hay individuos que todavía no obtuvieron su beneficio previsional pese a que lo gestionan desde hace tres años, por distintos inconvenientes. “De un año para otro, a la Anses le quedan entre 100.000 y 200.000 carpetas pendientes de resolución. El superávit del organismo equivale a personas que no cobran”, denunció Semino. Y también reveló que, por el uso de Internet en el trámite, si bien se evitan filas, se genera la aparición de gestores que usufructúan –y, a veces, estafan– a los jubilados, no tan habituados a manejarse con la Web. “El uso de Internet requiere un tercero. Con suerte, los ayuda un hijo o un nieto. Si no, recurren a un gestor. El sistema no debe permitir que haya profesionales o pseudoprofesionales en el medio”, se quejó. Delia Piñeiro vive en Lanús, pero viajó hasta la Defensoría de la Tercera Edad, en la Capital, para pedir ayuda. Comenzó su trámite jubilatorio en febrero de 2006. Solamente había trabajado y aportado durante 16 años; por eso, aquel mes empezó a pagar cuotas mensuales de $ 174,85, lo que le permitía aspirar a la jubilación. Así se lo hizo saber la abogada-gestora que había contratado, a la que le pagó 500 pesos. La primera novedad que Delia tuvo fue un año y medio después, en junio de 2007, cuando la Anses le denegó el beneficio porque en el certificado de aportes presentado faltaba justificar cuatro de los 16 años. “La Anses se tomó un año y medio para advertir eso y denegar la jubilación. Y la abogada no debe ni haber chequeado el certificado que adjuntamos al expediente”, dijo José Cibeira, el marido de Delia. En septiembre de ese año volvieron a empezar desde cero, con el nuevo certificado. Pasaron tres años y medio desde el inicio de la gestión. Y sigue sin jubilación.