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Violencia sin fin
| Domingo 28 De Diciembre De 2014
Hacen lo que quieren y... lo que les dejan La barra brava de Independiente otra vez abrió el estadio: fue para el velorio de “Gallego Popey”; una tendencia que se multiplica
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a barra de Independiente dio otra muestra de poder: consiguió que nuevamente se le abriera el estadio Libertadores de América. Esta vez fue para que pasara por dentro el cortejo de José Fabián Fernández, alias Gallego Popey, ex barrabrava en la década de los 80 y 90, y empleado del club, asesinado el miércoles pasado, en un confuso episodio con un sector de la hinchada de Lanús, en Gerli. En las imágenes se vio que uno de los que llevaban el féretro era Pablo “Bebote” Álvarez, actual mandamás en la tribuna de los Rojos. Antes de la Navidad, la misma hinchada había organizado una comida y jugado un picado en el mismo lugar, situación que después se repitió en varios clubes de primera o del ascenso. La mayoría de los dirigentes de Independiente no se pronunciaron de manera oficial, salvo Noray Nakis, aunque no dio demasiados detalles ni explicaciones. “Fabián Fernández trabajaba para Independiente. Hacía los fletes de la reserva del club”, dijo, en Radio La Red. El vicepresidente también se refirió al controvertido almuerzo. “Las peñas tenían autorización para hacer el asado. Los barras, no. No sé cómo entraron”. Otros deslizaron algunos comentarios por lo bajo. La mayoría supone que cada aparición pública de Bebote Álvarez es un desafío para la conducción de Hugo Moyano. Al líder sindical, por ejemplo, le molestó la presencia de Álvarez en la fiesta de fin de año, en la Rural, donde incluso Álvarez ganó una subasta por una camiseta de Sergio Agüero y por dos réplicas de copas Libertadores. Lo cierto es que por Avellaneda intuyen que, de un momento a otro, tendrán que fijar una posición porque el tema puede irse de las manos durante el próximo campeonato [ver aparte]. Eso sí: como ocurrió con el asado de la barra brava, todos descartan que Moyano no supiera que el estadio Libertadores de América iba a ser abierto para la despedida de Gallego Popey. Sobre el caso, la causa judicial sigue adelante con cuatro detenidos: Gabriel Omar Soto, sus hijos Matías y Juan Manuel, y Gabriel Alejandro Farías, todos integrantes de uno de los grupos de Lanús. Aún
no está del todo claro si el homicidio se trató por una cuestión de barrabravas o de una discusión por algunos negocios en el barrio. Los velatorios en los estadios se volvieron un rito de los barrabravas. Algo parecido se había visto también en Independiente, en 2003, cuando el cortejo del “Gordo Raúl” pasó por las instalaciones. Eran tiempos en los que el mencionado hincha y El Peruano tenían el dominio del grupo y Bebote ya tenía un buen protagonismo. En octubre de 2012, por ejemplo, en Quilmes, bajo la presidencia de Aníbal Fernández, en el medio de un partido de reserva entre los cerveceros y Unión, unos 200 violentos irrumpieron en una de las tribunas y velaron al hijo de José María, uno de los jefes de la facción de “Los Álamos”, que había muerto en un accidente de tránsito. Presumiblemente, escapaba de la policía tras haber cometido un robo. Incluso, hubo tiros al aire. Lo peor fue que Horacio Humoller, por entonces DT del conjunto santafecino, reconoció que le había avisado que la “ceremonia” había sido pautada. “Nos habían dicho que estaba estipulado en el entretiempo; por suerte no pasó nada en el campo de juego”, dijo. Aunque no provoquen desmanes las barras se mueven a sus anchas por los clubes. Aún se recuerdan las imágenes que recorrieron las redes sociales de los hincha de Independiente en un almuerzo en el estadio de Avellaneda. Allí estuvo Bebote, que, según trascendió, aportó los pollos que se asaron debajo de una de las tribunas. Luego hubo un “picado” en el mismo césped que, entre otros, pisó Ricardo Bochini. Algo parecido, detalles más o menos, sucedió en Lanús y en Banfield. O en Almagro, donde hace unos 20 días, en el estadio de Tres de Febrero, los hinchas locales jugaron un partido contra los de Defensores Unidos. Si hasta hace un par de meses la barra brava de Boca puso a secar unas banderas en la mismísima Bombonera. Nadie supo cómo entraron. El tema se extiende. Los barras cada vez tienen más llaves en los clubes. Hacen lo que quieren. Y, sobre todo, lo que les dejan.ß
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Una incógnita: cuál será la reacción de Hugo Moyano ^b^b^ Hugo Moyano dijo que no aplicaría el derecho de admisión a menos que hubiera algún hecho grave. Habrá que ver cómo evalúa el presidente de Independiente los últimos episodios con la barrabrava. “En cuanto pierda la conducta, conmigo no va más [por Pablo Bebote Álvarez]. Es una regla que corre para todos”, había dicho Moyano a la nacion. Todos las prohibiciones se levantaron en julio pasado, antes de las elecciones en el club.
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fotos de @pablocarrozza y archivo
1) Una postal en el Libertadores de América: los hinchas en uno de los bancos; 2) Bebote lleva el féretro de Gallego Popey; 3) el año pasado, un velorio en la cancha de Quilmes; 4) un picado entre gente de Almagro y CADU, en Tres de Febrero; 5) un asado debajo de la tribuna de Lanús