Guía - Otsiera

sioux, que a finales del siglo XVI ocupaban lo que actualmente son los Estados de Nueva York, Pensilvania,. Ohio y el sudeste de Canadá. Más información ...
1MB Größe 5 Downloads 68 vistas
¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

OTSIERA Guía de trabajo

© Equipo de Didáctica de CETR (www.otsiera.com)

Unidad 1: OTSIERA

PRESENTACIÓN

Otsiera es un chico mohawak (uno de los pueblos de la gran familia sioux), a punto ya de pasar a formar parte del mundo de los adultos. El relato nos brinda la oportunidad de profundizar en lo que significa crecer y en las actitudes que van asociadas: la atención, el silencio, el interés por los demás… Una invitación a hablar de lo peculiar de un crecimiento humano, que no tiene límites, y de lo que es capaz de generar. El itinerario nos permitirá: ͳͳ Acostumbrarnos a que a menudo es preciso interpretar pistas y saber leer más allá de las palabras para captar en la realidad y en nosotros mismos mensajes muy importantes, pero sutiles y aparentemente escondidos. ͳͳ Poder hablar de la escucha y de la comprensión con todo el cuerpo, con todas nuestras capacidades, no sólo con la cabeza. ͳͳ Familiarizarse con un saber esperar paciente y activo, sin esperar nada en concreto; con el convencimiento de que algo profundo reacciona en nosotros cuando hay realidad y calidad en lo que captamos. ͳͳ Aprender a reconocer la alegría de crecer, la alegría de comprender, la alegría de contemplar, la alegría de ser… El relato nos ofrece la posibilidad de profundizar en muchos aspectos, sin embargo, no hay que pretender agotarlos. Todas las unidades hacen referencia a experiencias que son muy personales y que no se pueden tratar directamente o de cualquier manera. Se trata de acompañar un proceso de crecimiento en el que las actividades que proponemos pueden servir de pistas de trabajo. Pero serán el tacto y la sensibilidad de los educadores las que orientarán sobre “cuáles, cómo, cuándo etc.”. Siempre hará falta creatividad y vida para intentar transmitir aquello que consideramos valioso sin dárselo masticado o tan explícito, que genere rechazo en vez de fascinación. Y si estas reflexiones valen para todas las unidades, aún más para la primera de todas, la que nos tiene que dejar con muchas ganas de seguir profundizando con otros relatos y otras historias. Dice un aforismo sufí: “… a nadie le gusta que le den la fruta masticada”. O, en otras palabras: La información se puede transmitir, se pueden inculcar las ideas, los sentimientos se pueden compartir, pero los significados hay que descubrirlos. Los significados no se pueden “entregar”. (Matthew Lipman; A.M Sharp. La filosofía en el aula. De la Torre, 1988. P.55) Para favorecer la flexibilidad en las dinámicas de trabajo, el “cuaderno” incluye el cuento y un mínimo de actividades y textos. Como material anexo a esta guía encontraréis las fichas correspondientes a las actividades que indicamos como “complementarias”. Así cada cual puede crear el itinerario que le parezca más adecuado.

11

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

OBJETIVOS ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ

Motivar en general Situarnos en el ámbito de un crecimiento de calidad Mirar y escuchar con atención Valorar y respetar a los abuelos y las abuelas.

CONTENIDOS ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ

Trabajo de las actitudes que alimentan el desarrollo de nuestra humanidad: interés por los demás niños y niñas, atención, silencio… Aspectos importantes de la religiosidad de los indios: estrecha relación con la naturaleza; actitud de gratitud y de profundo respeto. Distintas maneras de sentirse feliz Distintas oraciones y textos de agradecimiento: de origen indio, cristiano, laico. Silencio: frases de los abuelos y abuelas.

ACTIVIDADES 1.1. LECTURA DEL CUENTO OTSIERA Otsiera, el hijo de Águila Blanca, estaba a punto de cumplir catorce años. Le había llegado el momento de afrontar la prueba más importante en la vida de un chico mohawak: la ceremonia del ayuno. Otsiera era valiente y generoso, buen observador, capaz de reconocer casi todos los rastros y de imitar el canto de cada pájaro, pero... ¿se encontraba suficientemente preparado? La noche antes del gran día, entró en la inipi. Allá, en silencio, reunió todas sus fuerzas y pidió ayuda a los antepasados de la tribu. Otsiera estaba dispuesto. Al amanecer, en compañía de su padre, subió montaña arriba hasta la gran roca plana donde habría de quedarse solo, cuatro días y cuatro noches. Durante esos días, Otsiera debía permanecer atento a los secretos del mundo. Si lo hacía así, y estaba decidido a ayudar a la Tierra y la tribu, seguro que aprendería algo importante. Si tenía éxito, cuando volviera ya no sería un niño sino un hombre para siempre. Águila blanca abrazó a su hijo y se despidió de él. Después de cuatro días y cuatro noches, volvería a buscarlo. 2

Unidad 1: OTSIERA

Otsiera construyó un pequeño refugio con ramas y hojas. Invocando el Gran Espíritu, se sentó, quieto y atento. Día y noche, el joven guerrero se mantuvo muy alerta, sin comer nada. De vez en cuando bebía un sorbo de agua de la que conservaba en la bolsa de piel de ciervo. Pasaban los días y Otsiera no recibía ninguna señal, nada nuevo que pudiera llevar a la tribu. Cuando el padre fue a buscarle, Otsiera le suplicó: - Un día más, padre! Águila Blanca accedió. - Un día y basta –le dijo. Esa noche, sentado en el refugio, sintió el retumbe del trueno en la lejanía. - Ratiwera, señor del Trueno, ayúdame y ayuda mi pueblo -dijo el chico. Aún no había acabado de pronunciar estas palabras que sintió algo como una respuesta: - Esta noche, Otsiera, obtendrás un poder que te ayudará a ti ya todos los mohawaks. Estas palabras le dieron nuevas fuerzas y, pese a la tormenta que se avecinaba, no dejó su lugar y continuó atento a todo. - ¿Qué es ese extraño ruido? Alguna bestia inmensa estaba haciendo crujir las ramas a su paso. Otsiera sintió miedo, pero no se movió. Se mantuvo alerta y se dio cuenta de que se trataba del viento. El viento restregaba las ramas de dos grandes árboles. De repente, vio una fina columna de humo surgiendo de las ramas alzándose hacia el cielo y, poco después, aparecía una especie de pequeño sol danzante, caliente y ruidoso. Otsiera se asustó. El sol entre los árboles creció y, poco a poco, se hizo más pequeño hasta que desapareció. ¿Qué era lo que había visto? De madrugada, cuando empezaba a clarear, se acercó a aquellos dos árboles y recogió de tierra dos ramas secas. Imitó el movimiento del viento restregándolas, hasta que, de pronto, apareció un hilillo de humo, la madera enrojeció hasta que soltó una pequeña llama, ¡caliente como el sol! - ¡Oh, maravilla! –pensó Otsiera– el Gran Espíritu nos da un poco de sol para nuestros largos inviernos y nuestras noches oscuras! Cuando su padre volvió, encontró a Otsiera muy feliz. Y dicen que así fue cómo llegó el fuego a los mohawaks: fue Otsiera quien lo llevó a su pueblo. Adaptación y traducción de “El descubrimiento del fuego” (en: Tehanetorens. Cuentos de los indios iroqueses. Miraguano, p. 79-82). Los mohawak son uno de los pueblos de la Confederación de los indios iroqueses, una de las grandes ramas sioux, que a finales del siglo XVI ocupaban lo que actualmente son los Estados de Nueva York, Pensilvania, Ohio y el sudeste de Canadá.

Más información sobre los mohawak y la inipi en el apartado de Informaciones complementarias, de esta Guía.

3

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

1.2. HABLEMOS DEL CUENTO. Otsiera nos presenta la atención como fruto y resultado de hacerse mayor. La atención no surge por arte de magia; de la misma manera que se había vuelto fuerte por fuera, se había hecho fuerte por dentro. Le motiva hacerse mayor, le motiva comprender más, le motiva poder hacer sus aportaciones al grupo. “Crecer por dentro” no va solo, hay que ponerse a ello, y la historia de Otsiera nos permitirá hablar de todo ello. Invitar y estimular a no quedarse en lo que se desprende de una primera lectura o de la primera mirada que echamos a las cosas. Es importante leer (escuchar) con el convencimiento o la actitud en la que el texto incide, se nos dan indicaciones de cómo podemos ponernos delante de las cosas para comprenderlas con todas nuestras capacidades. En una próxima actividad nos detendremos especialmente en la percepción sutil y “en la escucha desde el corazón” que la hace posible. Es evidente que no es necesario explicitar todo, pero se puede invitar a escuchar con las orejas, con el corazón, con los ojos, con la piel… Algo que quizá nos desconcierte –a nosotros–, pero que sugiere escuchar de una manera especial, y los niños y niñas lo entienden muy bien. Conversando, comentar las siguientes preguntas: ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ

¿Quién es Otsiera? ¿Qué descubre? ¿Qué hacía Otsiera mientras esperaba la señal? ¿Cuál fue la señal? ¿Qué hizo para conseguir hacer fuego él mismo? ¿Por qué cuando Otsiera ve el fuego dice: ¡Oh, qué maravilla!?

1.3. EL CUENTO NOS DICE: Cuando su padre volvió, se encontró con un Otsiera muy feliz. Conversando, comentar la siguiente pregunta: ¿Por qué os parece que Otsiera era muy feliz? (Si la conversación lo permite, remarcar la capacidad de atención, de descubrimiento, de esfuerzo… que precede a la felicidad de Otsiera) Posteriormente, y dejando tiempo, proponer que escriban en una hoja ocasiones en las que se hayan sentido con la felicidad de Otsiera, completando la siguiente frase YO TAMBIÉN ME SENTÍ FELIZ CUANDO… Insistir en darle un par de vueltas antes de ponerse a escribir. Y de todas las situaciones que describan, proponerles que hagan un dibujo de la que les resulte más especial. Después hacer una puesta en común, explicando las situaciones que se presentan y comentando el motivo de su elección.

4

Unidad 1: OTSIERA

1.4. ¡TÚ TAMBIÉN PUEDES DESCUBRIR COSAS! El cuento nos explica: … Otsiera descubrió el fuego y fue quien lo llevó hasta su tribu. Las actividades sugeridas en este punto son una excusa para renovar la mirada sobre algunos elementos de la naturaleza y ofrecer la oportunidad de suscitar un mayor interés hacia ella. De una forma lúdica, las adivinanzas ofrecen la ocasión de descubrir aspectos de realidades ya conocidas, que admiten siempre ser miradas con nuevos ojos. Si se pudiera acompañar de una recogida permanente de fotografías bonitas de la naturaleza (animales, paisajes, flores, árboles, fenómenos atmosféricos etc.), o hacer un mural por grupos, mejor que mejor. En este momento no nos acercamos a la naturaleza para estudiarla sino para contemplarla. Y de una u otra manera, es importante explicitarlo; destacar que se trata de acercarse a la naturaleza por el placer de contemplarla, gratuitamente, sin otro propósito. En la medida en que sea posible aprovechar todo el tiempo que dure el trabajo de esta unidad para ir ambientando la clase con elementos de la naturaleza: fotografías de montañas, de árboles, animales, lluvia, sol, nubes… Recoger cortezas de árboles, piedras bonitas, hojas… Escribir las siguientes adivinanzas en la pizarra e intentar resolverlas entre todo el grupo: Mi padre es luminoso y subo derecho hacia el cielo y para algunos puedo servir de correo.

(el humo)

Siempre quietas siempre inquietas. Durmiendo de día y de noche despiertas.

(las estrellas)



Ni hago ruido ni me podrás tocar, y si me nombras ya no estoy ¿Quién soy?

(el silencio)

Proponer inventarse adivinanzas individualmente (anotándolas en papelitos) y el maestro o maestra las recogerá en una hoja titulada: ¡TÚ TAMBIÉN PUEDES DESCUBRIR COSAS! Y, en una próxima sesión, se resolverán las adivinanzas inventadas entre todo el grupo. En un tono lúdico: observar la imagen del poblado indio y descubrir los elementos fuera de contexto. (imagen incluida en el Cuaderno) Como actividad complementaria (encontraréis la ficha en el anexo) completar los nombres de unos pájaros que han perdido las vocales y relacionarlos con la fotografía correspondiente (águila, golondrina, abubilla, herrerillo, jilguero, gorrión).

5

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

1.5. . ¿QUÉ NOS EXPLICA KEHALA? Es un momento importante, tanto por el hecho de dar valor a los abuelos y a todo lo que nos pueden enseñar, como por lo que transmiten en esta ocasión concreta. Destacaremos muy especialmente su actitud de gratitud profunda hacia la tierra ya que nos predispondrá para entender mejor el “damos gracias” posterior. Habrá que ayudarlos a captar el porqué están y estamos agradecidos a la tierra. Que se expresen, pero sin caer en fórmulas fáciles, ya muy oídas. Procurar que tomen conciencia o recuerden situaciones o ejemplos que les puedan resultar próximos o significativos. Aprender a mirar, aprender a escuchar… Es importante dejar claro que hay mucho camino por recorrer en esto de mirar y escuchar. Que nos podemos ir entrenando para afinar la escucha y a hacerlo no sólo con los oídos, sino con la piel, con los ojos, con el corazón. Nos podemos entrenar para mirar más y mejor hasta lograr ver con el ojo del corazón. Es algo que no se entiende del todo, pero se entiende muy bien. (No hace falta decir mucho, sino hablar de una manera que invite, que transmita ese estar muy despierto y activo que merece tanto la pena, y más cuanto más se va aprendiendo.) Leer con ganas de comprender, de ensanchar nuestra mirada; invitar a escuchar como sabe hacer Muchaescucha (el personaje que nos acompaña a lo largo del proyecto ¿Y tú qué me cuentas?): ¿QUÉ NOS EXPLICA KEHALA? Me llamo Kehala y soy amiga de Otsiera. Quiero mucho a mi abuelo y a mi abuela. Mi abuelo ha caminado por muchos senderos, sabe dónde viven el oso y el alce. Es el mejor de los guías. La abuela, de las raíces obtiene remedios y prepara azúcar con la savia del abedul. Conoce todos los secretos de las plantas y mucho más. Lo aprendió de su abuela y cuando yo sea mayor también tendré muchas cosas que enseñar. El abuelo y la abuela dicen que he de encontrar la manera de devolverle a la tierra los favores que nos hace al darnos tantas cosas. En nuestro poblado, los abuelos son muy importantes, nos enseñan cantidad de cosas. Me gusta mucho escucharlos cuando nos dicen: Aprender a usar bien los ojos es aprender a mirar cuando parece que no hay nada que ver, y aprender a usar bien los oídos es aprender a escuchar cuando parece que todo está en silencio. Esta enseñanza proviene del caudillo Oso Erguido (del pueblo lakota, recogida en La sabiduría del indio Americano. Ediciones J.J. de Olañeta, p.35). Entre los mohawak, como para las culturales tradicionales en general, abuelos y abuelas con los auténticos pilares de la comunidad. Una forma de vida basada en la innovación tecnológica desplaza a las personas mayores en relación al que era su papel social tradicional. Los mayores quizá no sean hábiles con el móvil, ni con las tabletas, ni con…, pero si los sabemos escuchar, su experiencia nos ofrece muchas otras cosas que desconocemos. Al presentar a los abuelos mohawak, introducimos un elemento, “los abuelos dicen”, que formará parte de las distintas unidades. 6

Unidad 1: OTSIERA

Conversando, comentar las siguientes preguntas: ͳͳ ¿Qué dicen a Kehala los mayores de la tribu? ͳͳ ¿Por qué creéis que el abuelo y la abuela le pueden explicar todo esto? (Si la conversación lo permite, remarcar cómo la experiencia de la vida, el camino recorrido etc., infiere conocimiento) Invitar al grupo a hacer un rato de silencio, para poder pensar lo que les sugieren las últimas palabras leídas. Poner en común lo que han reflexionado. A continuación, recordando a los propios abuelos, pensar en lo que nos han enseñado y escribirlo. (Si alguno no tiene abuelos o no los ha conocido, proponer la misma actividad en relación a alguna persona mayor a quien quiera. En coherencia con esto último, proponemos que si se utiliza la ficha correspondiente, se procure adaptarla al máximo a las situaciones concretas). Posteriormente, habiendo dejado el tiempo necesario, poner en común lo que hayan escrito.

1.6. AMPLIAMOS DE NUEVO LA INFORMACIÓN DEL CUENTO. Ahora nos fijaremos en la cabaña, la inipi. La investigación sobre la inipi nos ofrece una ocasión para hablar de las construcciones que quieren propiciar el recogimiento y la interiorización. APRENDEMOS MÁS COSAS INIPI es el nombre de una cabaña muy especial para los indios. Le llamamos cabaña de purificación. Es un espacio de recogimiento y de silencio donde prepararnos para los momentos importantes de nuestra vida. La INIPI se construye con troncos de sauces. Tiene una forma redondeada que nos recuerda la forma de la Tierra y está completamente cubierta con pieles. La entrada mira hacia el Este, hacia el lugar por donde sale el sol. Un fuego encendido en el centro de la cabaña nos recuerda al Gran Espíritu, el calor y la vida. Conversando, comentar las siguientes preguntas: ͳͳ ¿Para qué sirve la INIPI? ͳͳ Cuando quieres estar atento y en silencio, ¿qué haces? ¿Vas a algún sitio especial? Al hacer el paralelismo con nuestro marco cultural es posible que aparezcan tanto referencias a espacios sin especial connotación religiosa como respuestas que reflejen la diversidad religiosa que podamos tener en el aula. Actividad complementaria (ficha en el anexo). Presentaremos la iglesia del barrio o del pueblo, relacionándola con la función de espacio de recogimiento que puede tener para muchas personas. Puede ser un buen momento para hacer especial mención de las ermitas como lugares de recogimiento construidos en espacios naturales. Proponer llevar alguna fotografía de una iglesia o ermita, o de algún lugar que invite al recogimiento y al silencio, y pegarla en la ficha. 7

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

1.7. ¡DEMOS GRACIAS! Destacamos la capacidad de agradecimiento de la tradición de los indios de Norteamérica (véase el apartado de información complementaria: El pueblo Mohawak) Estimular a los niños y niñas a relacionar la acción de gracias con lo que nos había explicado Kehala. ¿Por qué creéis que dan gracias? Hablar de la actitud de agradecimiento. ¿Cómo nos sentimos cuando damos gracias de verdad? ¿Qué nos sucede por dentro? Quizá valdría la pena hacer un trabajo de visualización, predisponer el momento de la lectura. Por qué no, hacerlo sentados en el suelo, con respeto, como hace el pueblo de Otsiera y de Kehala. En el exterior, si es posible, en contacto con la naturaleza (bajo un árbol, en el patio, con una buena actitud…). Hacer lo mismo con el himno de San Francisco. ¡DEMOS GRACIAS! Otsiera y su poblado a menudo dan gracias con esta oración: Damos gracias a nuestra madre, la Tierra, que nos mantiene. Damos gracias a los ríos y riachuelos que nos traen el agua. Damos gracias a todas las plantas que nos ofrecen remedios contra nuestras enfermedades. Damos gracias a los arbustos y los árboles que nos regalan sus frutos. Damos gracias al viento que mueve el aire y se lleva las enfermedades. Damos gracias a la luna y a las estrellas que nos dan su claridad después de la puesta de sol. Damos gracias a nuestro abuelo He-No por habernos dado su lluvia.

Y aportamos otro texto de agradecimiento, en este caso, de tradición cristiana. Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas, en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas. Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo, por todos ellos a tus criaturas das sustento. Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual iluminas la noche, y es bello y alegre y vigoroso y fuerte. Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas. 8

(Cántico de las criaturas. San Francisco de Asís)

Unidad 1: OTSIERA

Podemos introducir a Francisco de Asís (ver información complementaria) y, conversar sobre los dos textos. Las siguientes preguntas pueden ayudarnos: ͳͳ ͳͳ ͳͳ ͳͳ

¿Por qué dan gracias? ¿Ves alguna similitud entre estos textos? ¿Te recuerdan a algún fragmento del cuento de Otsiera? ¿Conocéis alguna otra manera de dar gracias?

Presentar estas otras maneras de dar gracias, no relacionadas con ninguna tradición religiosa; leerlas y comentar qué les sugieren. Se podrían numerar por orden de preferencia (en el circulito) y enmarcar cada texto con colores. Otra posibilidad es repartirlas en una hoja aparte (ver ficha anexa) para que las recorten y las peguen por orden de preferencia sobre las que tienen impresas en el cuaderno. A continuación, en la medida que sea posible, comentar cuál se ha elegido en primer lugar y por qué. El objetivo de esta actividad es favorecer unos momentos de toma de conciencia de todo lo que nos rodea y de contacto con la actitud de agradecimiento de otras personas, un agradecimiento que puede mostrarse de formas muy diversas. La vida en este planeta incluye cada año un viaje gratuito alrededor del sol (Anónimo) Cuando veo abrirse una flor o escucho una música bella, me siento lleno de gratitud y, entonces, ¡doy gracias a la vida, de todo corazón! (Hubert Reeves – astrofísico canadiense) Cuando tantas cosas bellas nos rodean, ¿por qué empeñarse en ignorarlas? ¿Por qué crear fealdad con tanta belleza como nos rodea? El arte, para mí, consiste en ¡cantar y celebrar tanta belleza! (Balthus – pintor de origen polaco, s.XX) A continuación, dedicar un rato a reflexionar cómo continuar esta frase: YO DOY GRACIAS… e ir escribiendo todo lo que les evoque. Posteriormente, transcurrido el tiempo necesario, hacer una puesta en común.

9

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

1.8. LECTURA DE POEMAS (actividad complementaria, véase ficha anexa) Leer los siguientes poemas y, en la medida que sea posible, ver si encuentran alguna relación con todo lo que hemos estado trabajando: Una a una las gotas de la lluvia se van volviendo agua: agua para los versos y las casas, agua para los hombres y los peces, agua para los árboles frutales, para los sueños agua. (Nieves Álvarez Martín) Es una de las cosas más alegres ver entre las nubes las estrellas brillar. (Joan Maragall) El cielo es un campo lleno de maravillas, lo labra el sol, la luna lo siembra. La semilla que cae arraiga y florece, cada flor, una estrella. (Apel.les Mestres) ͳͳ

¿Le harías un poema al fuego?

Se puede proponer que se aprendan uno de memoria para la próxima semana y colgar los poemas en clase.

1.9. RECAPITULACIÓ Conversamos sobre lo que hemos aprendido estos días con Kehala y Otsiera. Qué les ha sorprendido, interesado… Después dejamos unos momentos para pensar individualmente y escribir (haciendo servir la contraportada del cuaderno o la ficha que se incluye en el anexo). ͳͳ Piensa, reflexiona, recuerda, repasa, … todo lo que trabajado estos días. ¿Qué has descubierto? ¿Qué recuerdas? Escribe lo que para ti haya sido más importante. ͳͳ

10

Me ha gustado muchos saber que…

Unidad 1: OTSIERA

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

El pueblo Mohawak Los mohawak son uno de los pueblos de la Confederación de las Seis Naciones Iroquesas (o Haudensaunee), una de las grandes ramas sioux, que a finales del siglo XVII ocupaban lo que actualmente son los Estados de Nueva York, Pensilvania, Ohio y el sudeste de Canadá. Formaban esta confederación las naciones onondaga, seneca, mohawak, oneida, cayuga y tuscarora. En la actualidad, se calcula que la población mohawak es de unas 25.000 o 50.000 personas. Desde la llegada de los europeos a Norteamérica, el territorio de la nación mohawak se ha visto considerablemente reducido, pasando de más de 6.000 km2 a los actuales 640 km2, divididos en seis reservas. Oficialmente, los mohawak son ciudadanos de los Estados Unidos o de Canadá, en función de dónde se encuentre su reserva, y están regidos por la ley para las poblaciones indias de uno de los dos países. En esta unidad ponemos de relieve rasgos importantes de la cultura mohawak, como lo son la capacidad de atención, de escucha y de observación del entorno como fuente de sabiduría. Y el cuidado de todo lo que existe, la conciencia de formar parte de un todo orgánico, de una gran familia que reúne a todos los seres, humanos o no, a hijos de la Madre Tierra (“nuestra abuela, nuestra madre”). Cada ser vivo tiene la responsabilidad de restituir de una u otra manera aquello que recibe, manteniendo así el equilibrio. La tierra ofrece sus frutos, nosotros cogemos lo que necesitamos –y no más–, le agradecemos el don y procuramos devolverle la ofrenda. Cada acto que implique coger o modificar algún elemento (mover piedras, talar árboles, horadar la tierra, salir de cacería, etc.) va precedido de una ceremonia como pidiéndole permiso a la Tierra y agradeciéndole sus dones. La Tierra no es de nadie, como tampoco lo es el aire. No es algo que se pueda poseer, comprar o intercambiar. Cuidarla es responsabilidad de todos, tal y como hicieron nuestros antepasados, y dejarla a las generaciones futuras en todo su esplendor. Wakan Tanka, el Gran Espíritu, fuente de vida y de todo bien, es la suma representación de lo sagrado, del misterio (Wakan). Es frecuente referirse a él como “Abuelo”. Los abuelos, los ancestros, son el auténtico bien del pueblo, son la fuente de sabiduría. Podríamos decir que cada abuelo, cada abuela, es una rica biblioteca interactiva personificada. Son los abuelos y las abuelas los transmisores de las fuentes de vida, de los recursos de sobrevivencia y de las historias de poder, de la sabiduría acumulada a lo largo de las generaciones. Abuelos y abuelas constituyen el auténtico pilar de la comunidad. La escucha y la atención Saber escuchar a los antepasados, a la Naturaleza, la Tierra… una escucha que significa observar, identificarse, dejarse penetrar por la realidad para comprenderla, para recibir sus “secretos”. La realidad, tanto en sus niveles visibles como en los invisibles, nos libra sus secretos, habla a cada persona, a cada ser vivo, nos habla en nuestro interior. En esta escucha profunda aprendemos lo

11

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

que quiere decir ocupar nuestro lugar en el ciclo de la vida, recibimos orientaciones para poder hacernos responsables de todo, comprendemos las necesidades de los seres vivos, recibimos ayuda para nuestra subsistencia… La atención, la escucha interior, nos hace sabios. La ceremonia del ayuno El cuento nos muestra el viaje que hacían, o hacen, hasta algún lugar sagrado en las montañas los chicos mohawaks al cumplir los catorce inviernos. Los chicos se quedaban solos en el lugar elegido durante cuatro o más días, para llevar a cabo la “ceremonia del ayuno”. Se trataba de un ritual de iniciación ya que, una vez superada la prueba con éxito, pasaban a ser considerados hombres adultos. Durante ese periodo de ayuno y de atención, los jóvenes esperaban alguna señal proveniente del Clan Espiritual (la larga cadena de generaciones que les precedía: los ancestros de la tribu), por medio de la naturaleza, de alguna planta o animal, o de cualquier otro fenómeno. Además, en los años venideros, ese ser que se les manifestó se constituiría en su guardián y su guía. Cuando los jóvenes volvían, aportaban al poblado lo que el clan le había mostrado, fuera lo que fuera lo que hubiera aprendido. Los mohawaks llaman a este ritual “ceremonia”. Esto nos indica que una ceremonia no es sólo un acto en el que nos agrupamos físicamente. Otsiera, en lo alto de la montaña, está reunido con todos los suyos (los del pasado y los del presente) de una manera muy especial: en su deseo interior de estar con ellos, de aprender de ellos, de aportar algo positivo a los suyos. La “ceremonia del ayuno” es ceremonia porque es un acto colectivo en la que todo el grupo participa. Es ceremonia porque no es un acto cualquiera. Es un acontecimiento especial que nos exige hacer acopio de todas nuestras fuerzas, sobre todo las interiores, y tener en cuenta todo lo practicado hasta el momento con esa misma intención. El hecho de que los mohawaks lo llamen “ceremonia del ayuno” a estos días solitarios en actitud atenta, puede dar pie a comentar el sentido de las palabras “ceremonia” y “ayuno”. El ayuno como una manera universalmente extendida de involucrar el cuerpo –todo nuestro ser en una actitud activa, opuesta a un dejarse llevar pasivo y abandonado- en lo que nos proponemos. Hablar del ayuno en el marco de esta historia permite establecer la relación con otros ayunos, ahora o en otro momento, como el mes de ayuno musulmán, el Ramadán. La inipi La inipi es una tienda-cabaña de forma redondeada, que recuerda la forma de la Tierra, construida con una estructura de ramas de sauce (o de algún otro árbol de madera flexible) y recubierta de pieles. Cada rama representa algún elemento de la naturaleza y en su centro se enciende un fuego que calienta unas piedras, que desprenden calor por toda la inipi. Un fuego que, como el Gran Espíritu, es calor y vida. La entrada mira hacia el Este, la dirección de la salida del sol. La inipi es un lugar de oración, de recogimiento, “cabaña de purificación”. Se entra en la inipi para renovar las fuerzas (el calor hace sudar), para ponerse a punto tanto por dentro como por fuera. (Puede surgir la pregunta acerca del fuego de la inipi, si todavía Otsiera no había traído el fuego… Quizás no se introdujo el fuego en la inipi hasta que Otsiera lo trajo…)

12

Unidad 1: OTSIERA

El calumet, la Pipa de la paz La mitología sioux narra como Wakan Tanka entrega el calumet a los seres humanos, por medio de la mujer Bisonte Blanco. El calumet, la pipa, se convierte en el símbolo de la presencia sagrada entre los humanos. Si hay un elemento que se identifique con el Gran Espíritu es el aire, el aire imprescindible para respirar, el aire que está por doquier, el aire invisible. La plumas que cuelgan del calumet, simbolizan los seres alados, también están grabados los símbolos de los otros seres vivos. La cazuela de la pipa es de tierra roja, como roja y redonda es la Tierra, Abuela y Madre. Al inspirar el humo del calumet, las personas reunidas quieren hacer suyo el Espíritu, unirse a él y a todos los seres vivos. El humo eleva las oraciones de los seres humanos hasta Wakan Tanka. Fuentes: además de la abundante literatura sobre las culturas americanas indígenas, o autóctonas, véanse también los dosieres Culturas del mundo en: http://www.unescocat.org/es/departamentos/derechos-humanos-y-diversidad-cultural/algunasreferencias/culturas-del-mundo En cuanto a las imágenes, se puede invitar a los alumnos a elegir algunas de las muchas que se pueden encontrar por internet.

13

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS? Imágenes La estructura de la inipi:

Delante de la inipi:

14

http://www.cainmo.com/Inipi.JPG

Unidad 1: OTSIERA

El calumet, la Pipa de la paz

15

¿Y TÚ QUÉ ME CUENTAS?

FRANCISCO DE ASSíS Francisco de Asís (1182-1226) nació en Asís, Italia. Vivía sin ningún tipo de preocupaciones y tenía todo lo que quería, porque su padre era un rico comerciante de telas. Pero en aquel tiempo en Europa, y también en Italia, eran muchos los que pasaban hambre y vivían en la miseria. A Francisco le dolía ver a tanta gente sufriendo y, un buen día, desde la ventana de la casa de su padre, empezó a repartir telas y todo lo que pudo hasta que llegó su padre, hecho una furia, como no podía ser menos. Ante el enfado de su padre, Francisco se quitó la ropa que llevaba puesta y se la devolvió. Había leído en el Evangelio que Jesús dijo que no había que preocuparse por el vestido, ni por la comida, ni por nada, porque ocupándose de los demás y queriéndoles de verdad, Dios ya se encargaría del resto, como lo hacía con los pájaros del cielo. Aquel día, dejando a todos escandalizados, Francisco se fue desnudo de la casa de su padre. Y los que le vieron pasar le pusieron algo encima para cubrirlo. Buscó cobijo entre la ruinas de una iglesia que después llegó a reconstruir con la ayuda de sus seguidores. Y es que Francisco se puso a ayudar a la gente, a acogerlos y buscarles comida. Y enseguida, muchos otros jóvenes se fueron con él para hacer lo mismo. El grupo recibió el nombre de “franciscanos”. También unas cuantas mujeres se unieron a Clara, la primera mujer que siguió el ejemplo de Francisco. Ellas son las “clarisas”. Francisco de Asís no sólo se preocupaba por las personas, sino también por los animales y todo lo que existía. Dicen los relatos de la época que hasta tal punto los amaba que hablaba con los pájaros y todos los animales se paraban a escucharlo.

16

Unidad 1: OTSIERA

Anexos

17

• Estos nombres de pájaros han perdido las vocales. Descubre cuáles son y qué fotografía les corresponde. 1) _ G _ _L _ 2) G _ L _ N DR _ N _ 3) G _ RR _ _N 4) _ B _ B _ LL _ 5) H _ RR _ R _ LL _ 6) J _ LG _ _ R _

APRENDEMOS MÁS COSAS: En nuestro país, algunos lugares de recogimiento y silencio son edificios singulares que llamamos IGLESIAS. Cuando se encuentran en lugares apartados, las llamamos ERMITAS. Hay ermitas en las cimas de las montañas y también en los valles. Las hay que tienen un campanario que se alza muy alto, como si quisiera llevar hasta el cielo el repique de las campanas. • Busca alguna fotografía de una iglesia o de una ermita, o de algún lugar que invite al recogimiento y al silencio, y pégala en esta hoja.

• Lee estos poemas: Una a una las gotas de la lluvia se van volviendo agua: agua para los versos y las casas, agua para los hombres y los peces, agua para los árboles frutales, para los sueños agua. (Nieves Álvarez Martín)

El cielo es un campo lleno de maravillas, lo labra el sol, la luna lo siembra. La semilla que cae arraiga y florece, cada flor, una estrella. (Apel.les Mestres)

Es una de las cosas más alegres ver entre las nubes las estrellas brillar. (Joan Maragall)

• Y del fuego, ¿qué dirías? Escribe tu poema

La vida en este planeta incluye cada año un viaje gratuito alrededor del sol (Anónimo) Cuando veo abrirse una flor o escucho una música bella, me siento lleno de gratitud y, entonces, ¡doy gracias a la vida, de todo corazón! (Hubert Reeves – astrofísico canadiense) Cuando tantas cosas bellas nos rodean, ¿por qué empeñarse en ignorarlas? ¿Por qué crear fealdad si nos rodea tanta belleza? El arte, para mí, ¡consiste en cantar y celebrar tanta belleza!

(Balthus – pintor de origen polaco, s. XX)

La vida en este planeta incluye cada año un viaje gratuito alrededor del sol (Anónimo) Cuando veo abrirse una flor o escucho una música bella, me siento lleno de gratitud y, entonces, ¡doy gracias a la vida, de todo corazón! (Hubert Reeves – astrofísico canadiense) Cuando tantas cosas bellas nos rodean, ¿por qué empeñarse en ignorarlas? ¿Por qué crear fealdad si nos rodea tanta belleza? El arte, para mí, ¡consiste en cantar y celebrar tanta belleza!

(Balthus – pintor de origen polaco, s. XX)

ESTOS DIAS CON OTSIERA: • He descubierto:

• Me ha gustado mucho saber que:

www.otsiera.com