«Guadalupe Ortiz de Landázuri vivió la mayor revolución, que es la de la caridad» José Carlos Martín de la Hoz Postulador de la canonización de la investigadora El religioso ofrece hoy una conferencia en el salón de actos de la Caja Rural de Granada a partir de las 19,30 horas :: JAVIER PEREDA GRANADA. El sacerdote José Carlos Martín de la Hoz es el postulador diocesano de la causa de canonización de la madrileña Guadalupe Ortiz de Landázuri, que la Iglesia elevará a los altares el próximo 18 de mayo. Con este motivo, hoy lunes, 8 de abril, a partir de las 19,30 horas, pronunciará una conferencia en el salón de actos de la Caja Rural de Granada, organizado por la asociación de padres de los colegios Monaita y Mulhacén. –¿Qué trabajo realiza el postulador dentro del proceso eclesiástico para la beatificación de una persona? –En realidad, y dicho con todo el respeto a una figura benemérita de la Iglesia, es un ‘empujador’, es decir, alguien que se preocupa de que ese impulso del Espíritu Santo, que es ell hacer brotar h b t en ell pueblo bl crisi tiano la fama de santidad y de favores y gracias atribuidas a la intercesión de una persona, no decaiga, no se duerma ni en los vericuetos procesales ni en el conjunto de los santos que ya hay en marcha. –¿Llegar a la santidad es una meta difícilmente alcanzable para personas normales? ¿Qué hay que hacer para ser santo? –Para ser santo lo que hay que hacer esencialmente es colaborar, ayudar al Espíritu Santo, que es el santificador, el impulsor, el que con su gracia, su alegría y su empuje constante nos lleva a la intimidad con Jesucristo vivo que en eso consiste la santidad. Para ser santo lo primero que hay que hacer es desanimarse, pues sólo entonces descubrimos que sólo con la gracia de Dios y el buen ejemplo de los demás podríamos llegar a la santidad. Un santo es una persona que tiene paciencia consigo mismo. –¿Qué virtudes destacan en la vida de Guadalupe?

Guadalupe (1916-1975) es una mujer moderna del siglo XXI, una adelantada a su tiempo que vivió la mayor revolución, que es la de la caridad. Ella buscó en cada momento hacer la voluntad de Dios, identificarse con Él y fue feliz ella e hizo muy felices a quienes la rodeaban. Por tanto, lo primero su oración confiada, luego era una paciente y abnegada profesora de química y sobre todo, las que la trataron destacaban su buen humor; una alegría «a prueba de bomba», pues ella, porque confiaba mucho en Dios y en los demás, tenía una sonrisa contagiosa. –¿Supongo que Guadalupe tendría algún defecto y lucharía contra él? –Lo más significativo del libro ‘Letras a un santo’, que se puede descargar gratuitamente de la página web del Opus Dei, es la publicación de un conjunto de cartas que ella escribió familiar y confiadamente a san Josemaría Escrivá de Balaguer a lo largo de su vida y, precisamente, como san Josemaría falleció el

El sacerdote José Carlos Martín de la Hoz. :: IDEAL 26 de junio y ella un 16 de julio, podemos afirmar que duró toda la vida. En esas cartas aparecen las luchas de Guadalupe, sus defectos y sus calamidades, pero también como, con

la gracia de Dios y la constancia del amor llegó a la santidad. Les invito a disfrutar con la descomplicada Guadalupe y aprender de ella a reírse usted mismo de sí misma.

–¿Tiene algún significado especial que Guadalupe sea la primera mujer de la Obra que la Iglesia declare santa? –Que Dios Espíritu Santo haya escogido a Guadalupe para ser la primera mujer beatificada del Opus Dei y la primera laica del Opus Dei beatificada, tiene muchas lecciones para nuestro tiempo, pues como dice el Papa Francisco, los cristianos del siglo XXI necesitamos santos y modelos de santidad como nosotros, santos de la puerta de al lado, santos de barrio, de proximidad. Ella indudablemente es como nosotros. Se santificó, como nosotros, en la tareas ordinarias del cristiano. –¿Cómo consigue conciliar Guadalupe su vocación de investigadora en química con el trabajo de la Administración de los centros o a realizar la expansión apostólica en Madrid, Bilbao, México o dedicarse en Roma al gobierno de la Obra? –Guadalupe, como otras mujeres del Opus Dei de su tiempo, hasta el día de hoy, era una mujer que, por un querer de Dios, se lanzó a iluminar el mundo desde dentro y san Josemaría les pedía entonces, como ahora, lo mismo a los hombres que a las mujeres: estar al lado de los demás, amar a Jesucristo y contagiar ese amor a los demás, poner en marcha iniciativas apostólicas y de formación que desarrollen la dignidad de la persona humana en la educación, la sanidad y el inmenso panorama de las necesidades humanas.