Gestión Cultural Local Leyendo el Territorio desde las Fronteras

Geógrafo y urbanista, con foco en movilidad y desarrollo urbano. Actualmente desarrolla cartografía cultural y trabajo con comunidades indígenas, tratando.
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Gestión Cultural Local Leyendo el Territorio desde las Fronteras Nicolás Martelli Geógrafo y urbanista, con foco en movilidad y desarrollo urbano. Actualmente desarrolla cartografía cultural y trabajo con comunidades indígenas, tratando de unir conocimiento tradicional y científico. Ha dirigido pasantías de urbanismo en Medellín, Washington, New York, Berlín, Santiago y Valparaíso.

La gestión cultural de los municipios chilenos cada vez pone más atención en la formación artística desde la comuna, tratando de complementar la oferta cultural a partir de lo que se puede llamar el espectáculo de moda. Los equipos municipales de cultura, crecientemente realizan labores de investigación social, centrada en personas, historias y costumbres de su territorio. Este artículo ahonda respecto de los contenidos de un territorio y del como observarlos, proponiendo poner especial atención en las zonas de contacto entre áreas diferentes (fronteras), en el supuesto de que dichas zonas de encuentro/desencuentro pueden haber un tipo e intensidad de relaciones especialmente relevante para la gestión cultural. Se plantean preguntas como la de tratar de unir los diferentes territorios y personas de una comuna a través del desarrollo de las actividades culturales unificadoras o por el contrario, optar por focalizar esfuerzos, ofreciendo una oferta diversificada, reconociendo las diferencias de cada zona dentro del territorio comunal. La respuesta a esta pregunta tiene implicancias no solo políticas, sino también prácticas, pues el impacto de espectáculos, actividades o talleres, tendrán resultados diferente de acuerdo a la opción elegida.

Fotografia publicada por la Municipalidad de Recoleta

El artículo se estructura en los siguientes puntos: 1. Definición del concepto de territorio 2. Características de zonas de contacto entre territorios (las fronteras) 3. Focalización de la gestión municipal (territorios) 4. Experiencias de gestión cultural municipal

Territorio Territorio es algo más que espacio. El concepto implica no solo tierra o una extensión de ella. Cuando se emplea el termino territorio se habla de un espacio, pero a la vez de dominio o intento de ejercer algún tipo de poder. Es una extensión, una superficie, pero con dominio, dotada de sentido. Es por ello que el concepto de territorio va aparejado normalmente a los de apropiación y/o defensa de un espacio. Un forma clásica de ejemplificar el sentido del concepto de territorio es pensar en una imperio o en la interacción de diferentes administraciones, las cuales en su contacto terminan definiendo áreas de desenvolvimiento, en las cuales cada administración ejerce poder. Los países son el mejor ejemplo de ello. Suelen tener un idioma oficial, en ocasiones alguna identificación mayoritaria a uno o algunos grupos étnicos. Hay paises homogéneos culturalmente y otros multiculturales, aunque con la globalización cada día es menos posible encontrar homogeneidad cultural. Chile–mirado desde afuera- era quizás un caso arquetípico de homogeneidad idiosincrática, sin embargo en este preciso momento, dicha idea pierde actualidad con la llegada de importantes grupos de inmigrantes.

Se hacia la salvedad con respecto a que esa supuesta homogeneidad cultural correspondía a una mirada desde fuera, pues desde dentro, se sabe que Chile por su forma y diferenciados contextos históricos, naturales y productivos, es bastantemente más diverso de lo que algunas veces se ha querido creer.

Extraída de: http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/12345

Solo píensese en que une a los habitantes de zonas cordilleranas del norte del país (Aymaras o Atacameños) respecto de campesinos de la zona sur (mapuches o colonos). Desde un punto de vista económico, si bien en ambos casos la vida se basa en una relación estrecha con la tierra, hay diferencias notables entre el desarrollo nortino basado en la antigua transumancia de llamas, el cultivo en terrazas, y la interacción con la actividad minera, con respecto a los habitantes de la zona centro sur del país, en donde predomina una agricultura extensiva de secano o riego, la actividad forestal y en algunos

casos la cercanía a proyectos hidroeléctricos. Existen importantes diferencias, idiomáticas (quechua o kunza en el norte, mapudungun en el sur), religiosas (influencias tiawuanaco o inca, adoración al sol en el norte; adoración a la tierra en el sur). Quizás lo que más une a estos habitantes de zonas nortinas y sureñas del país, sean algunas condicionantes físico naturales como volcanismo y terremotos, complementados luego con aspectos más recientes derivados de la formación de una historiografía común (guerra del pacífico, auge minero, memorias de la represión dictatorial, espectáculos de alto impacto como la Teletón o 31 Minutos, el fútbol a través de la selección chilena u otros disciplinas cuando se dan los escasos triunfos o epopeyas deportivas). Gobernar Chile como país unitario ha sido reflejo de una visión centralista (ya sea desde Concepción, Valparaíso o Santiago), autoritaria (régimen presidencialista al menos durante los últimos 100 años) y en marcada oposición a países vecinos. Para que referirnos a las diferencias de dichos grupos respecto de otros como los Rapanui, la gente de la Patagonia (que a su vez es bien diferente entre los de Aysén y los Magallánicos). Y dentro de los ayseninos se puede, al menos y de forma muy gruesa aún, distinguir básicas diferencias entre los habitantes, navegantes y pescadores de las islas (zona oeste de la Región de Aysén) respecto de los estancieros de las partes altas de las cuencas de la región. La idea de Chile como país unitario, ha costado ingentes esfuerzos por ejercer y mantener control desde el poder central, asi como contantes reclamos desde regiones. El concepto de territorio vive actualmente importantes mutaciones, derivadas del surgimiento de una nueva forma de interacción: la informática y las agilidad de las redes de comunicaciones, que crean lo que podría denominarse como un territorio virtual, que viene a trastocar todas las relaciones de proximidad tradicionales. Pero ese ya es tema para otro artículo.

Los alemanes en Valdivia y los de Osorno Quienes han tenido la oportunidad de conocer las ciudades de Valdivia y Osorno, podrán notar diferencias notables en el carácter de cada una de estas ciudades, no obstante la definitoria influencia de colonos alemanes en ambos casos. Explicaciones pueden haber varias (contexto geográfico, impacto diferencial de la universidad en uno y otro caso), sin embargo desde un enfoque antropológico, hay una explicación que parece atendible; los colonos alemanes de ambas ciudades, provendrían de zonas muy diversas de Alemania. Los alemanes de Osorno serian granjeros alemanes, que llegaron por el seno de Reloncaví y se abrieron paso hacia el norte a punta de fuego, tratando de conseguir tierras de cultivo y ganadería. Hombres de la tierra. Los alemanes de Valdivia serian viajeros, mercantes, gentes de puerto, más cosmopolitas y ello explicaría en parte las diferencias de carácter de ambas ciudades hasta el día de hoy.

En http://turismoyarquitecturamoderna.cl/turismo-y-arquitectura-moderna-representacion-de-casos-paradigmaticos-en-chileentre-1930-1962/ el cual a su vez cita a Vista de Valdivia. Guía del Veraneante 1935-36 p. 67

Otra forma útil de mirar un territorio es descomponiéndolo en las diferentes capas o dimensiones que le han dado forma, tales como el origen e historia de quienes hoy lo pueblan y lideran, investigando quienes y de donde llegaron, las etnias que lo constituyen, los grupos y relaciones de poder al interior, la edad promedio o composición etarea de sus actores sociales, las trayectorias y relaciones entrecruzadas, la ligazón al mundo del trabajo y las estrategias de sobrevivencia, la condición socio económica y contextos de vulnerabilidad, los oficios y saberes, entre otras tantas otras dimensiones sociales que permitan caracterizar un territorio. Es importante considerar que todo lo antes tratado hace referencia a dimensiones sociales, puesto que también se puede ampliar la mirada, atendiendo al contexto físico geográfico que da sustento a dicho territorio. En el caso de las diferentes zonas de una ciudad, es de especial interés centrar la mirada analítica en aspectos tales como la relación centro/periferia, en el acceso a centralidades de servicios, en la existencia de barreras a la accesibilidad, en la existencia de grandes centros de equipamiento (parques urbanos, costaneras, malls, mercados, redes de transporte y estaciones, etc.). En un contexto rural la mirada se centrará en aspectos como la base productiva, el paisaje, montañas de valor, áreas silvestres protegidas cercanas o la presencia de fuentes de riesgos naturales tales volcanes activos, zonas afectas a incendios forestales, crecidas, inundaciones, anegamiento, erosión o tsunami. La invitación para quienes quieran comprender profundamente los territorios en que se desarrolla la gestión cultural, puede ser entendida como una invitación a “leer” el territorio. Incluso más, la invitación puede abrirse a “leer, oler y soñar un territorio”1. El destacado geógrafo inglés David Harvey2 planteaba que hay más que aprender de la observación de los paisajes populares y vernáculos, que de los ideales abstractos, teóricos y doctrinarios, algo muy adecuado para el día a día de la gestión local. Quedémonos ahora con el foco en lo local y específicamente desde la gestión cultural municipal, para concentrarnos en una mirada de lo que puede denominarse el espacio vivido, ese territorio en que se funden experiencias, historias y significados, un espacio lleno de símbolos, que son además constantemente re-significados por vivencias, recuerdos y nuevos hechos, puesto que el espacio esta sujeto a procesos de apropiación, en que los diversos actores sociales, logran asimilación e incorporación del espacio geográfico, como una extensión y parte de si mismos. Dicho de otro modo, los territorios que podemos identificar, son fruto de disputas, de un proceso, eso a lo cual Bourdie denominó la construcción social del espacio. Alicia Lindón3 ve la ciudad como un mosaico

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Frase propuesta por Siddharta Corvalán, Jefatura de Mediación Cultural, Parque Cultural de Valparaíso. Harvey hace dicha reflexión a partir del libro “Learning from Las Vegas: The Forgotten Symbolism of Architectural Form”, Venturi et Al (1977) 3 Lindon, Alicia (2007). Los imaginarios urbanos y el constructivismo geográfico: los hologramas espaciales. Revista EURE v.33 n.99, Santiago de Chile. pp. 31-46. 2

de lugares que han sido y son construidos socialmente, en un proceso siempre inconcluso. Esos territorios en disputa no necesariamente tienen límites claros, definidos o evidentes, pues ellos suelen estar en constante redefinición, normalmente con zonas de superposición (un muy buen ejemplo de esto son los nombres de barrios y hasta donde abarcan cada uno). Un caso paradigmático puede ser el observar la evolución de las fronteras de los países europeos, en un periodo de algunos pocos cientos de años.

Fronteras La cohesión social es actualmente uno de los principales desafíos para las ciudades y en especial para las sociedades latinoamericanas, al punto que en Chile hay quienes la señalan como una las vallas que impiden o ralentizan la tan anunciada llegada al desarrollo. Junto a la tradicional problemática de desarrollo desequilibrado del país y la tensión entre centralismo y regionalismo, actualmente los urbanistas centran su atención en los procesos de desarrollo urbano (ya no solo expansión urbana sino también los procesos de densificación y revitalización de zonas centrales así como el surgimiento de la subcentralidad), la segregación social, el desarrollo creciente de las denominadas comunidades cerradas, los procesos de gentrificación (llegada de habitantes de mayor poder a zonas con habitantes de menores ingresos y por tanto presumiblemente más vulnerables), la inmigración o temas como la justicia territorial (el intento de equilibrar espacialmente los costos y beneficios del desarrollo). Dentro de este marco de problemáticas urbanas actuales, puede resultar de especial interés observar las áreas de fronteras o contacto entre zonas diferentes. En una mirada desde la biología, se puede identificar a las áreas de frontera o transición entre dos unidades diferentes (ecotono), como zonas de especial riqueza, por la diversidad de especies y procesos que confluyen. Imaginemos una selva y una sabana. Ambas son unidades ecológicas con especies de flora y fauna características, en algunos casos con áreas de desenvolvimiento (hábitat) exclusivas. Los biólogos han observado con especial interés la diversidad y abundancia de especies en las zonas de transición entre zonas diferentes como por ejemplo selva y sabana, pues en ellas pueden confluir especies características de una y otra zona. El mejor ejemplo de ello lo constituye el borde costero o litoral, con la diversidad de especies y usos concurrentes. Empleando dicha mirada al estudio de las dinámicas sociales (con los cuidados que se debe tener al intentar una transferencia mecánica de principios biológicos a los fenómenos sociales), puede observarse que las zonas de fronteras social (socioeconómicas, nacionales, raciales, culturales, étnicas, históricas) suelen presentar interesantes rasgos, asociados también a la riqueza o diversidad en su composición social, pero además con características de ser zonas ambiguas, peligrosas, libres, creativas.

Arenas y Sabatini4 señalan a las zonas de borde como espacios ambiguos y creativos, que combinan dialécticamente posibilidades de exclusión e integración La áreas de fronteras son zonas de creatividad, en donde el contacto entre lo diferente genera interacción, flujo, comercio, ingenio y complementariedad. Nótese que se emplea el concepto “áreas”, pues las fronteras suelen abarcar un espacio bastante más ancho que una línea.

www.plataformaurbana.cl

Los esfuerzos de gestión cultural que pretenden reconocer las particularidades y riquezas ocultas en cada territorio y que se plantea ampliar y democratizar el acceso a la cultura, pueden obtener mucho al poner atención de las zonas de frontera. El enfoque a lo que pasa en las áreas de frontera entre territorios diversos, surge del supuesto de que la interacción que en dichas zonas se da, es distintiva en su intensidad, no obstante las fricciones y los evidentes desencuentros que supone la relación entre distintos.

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Arenas, F. y Sabatini, F. (2000). Entre Estado y el Mercado: Resonancias Geográficas y Sustentabilidad Social en Santiago de Chile.

Resonancias territoriales y umbrales urbanos Una de las críticas más recurrentes de urbanistas y vecinos consientes de la relevancia de conservar el patrimonio, es la referida a la pérdida de edificaciones y barrios tradicionales, a manos del “progreso urbano”, sea este a través de edificación en altura, nuevas edificaciones comerciales u otras operaciones centradas en valorizar el suelo o renovar los usos. Esto es especialmente dramático en el caso chileno, donde la naturaleza a través de los recurrentes terremotos, ya se ha encargado por si sola de echar abajo buena parte de las edificaciones añosas. Sin embargo, aunque las fuerzas de la naturaleza e impacto de administraciones poco cuidadosas del patrimonio urbano, la ciudad sigue mostrando una serie de huellas que nos muestran que tanto los nuevos trazados y edificaciones, en muchos casos tienden a amoldarse sobre configuraciones ya existentes. Un ejemplo de ello es el Parque Bustamante, hoy zona de encuentro de escolares, skaters, chicos de las mutantes tribus urbanas. Dicho parque tiene un ancho importante, muy generoso para un típico bandejón central, al menos en su tramo entre Av. Providencia y la calle Marín. Luego hacia el sur, el parque sigue varias cuadras, pero reducido ya a solo unos pocos metros de ancho.

El parque actual ocupó el lugar de un sitio muy anterior y diferente: la Estación Pirque del tren que unía Santiago y Pirque (Ferrocarril de Circunvalación o Cintura), la cual con sus varias líneas y andenes ocupaba un largo y ancho sector, el cual luego se angostaba luego (en las cercanías de la actual Marín), ocupando solo el ancho requerido para una faja ferroviaria, mucho menos ancha que las varias líneas y andenes de la zona de estación. El Parque Forestal, en su tramo frente al Museo de Bellas Artes, presente una extensa depresión, la cual sería heredera de una gran laguna pública habilitada allí hace un siglo, la cual a su vez es heredera de las antiguas zonas rivereñas del río Mapocho, previo a su canalización. Incluso de la Alameda Libertador Bernardo O’Higgins se dice que sería un originario brazo del río Mapocho, aunque hay investigadores que lo relativizan. Al mirar la ciudad es posible encontrar múltiples huellas o resonancias territoriales, que influencian o posibilitan la actual forma y vida de la ciudad. La gestión local y en especial el trabajo que tiende a conocer los sentidos e historia cultural de un territorio, puede ganar mucho al poner ojo en dichas huellas, tan interesantes y tan llenas de influencias para la ciudad actual.

Umbrales de desarrollo urbano - Cinturón de hierro de Santiago Un particular tipo de frontera urbana son las que el economista polaco Boleslaw Malik (1963) denominó como Umbrales de Desarrollo Urbano, entendidos como ciertas barreras al desarrollo de las ciudades, que tienden a contener su expansión. De acuerdo a este planteamiento, en las periferias de la ciudad pueden encontrarse una serie de condicionantes a esos procesos de expansión, tales como la presencia de un gran propietario no disponible a vender (sea éste el Estado o un Reino, por ejemplo con fines de conservación; un particular que espera aumentos en plusvalías o cambios en la normativa de usos de la tierra; la iglesia u otro particular que tenga importantes extensiones de terreno). Un caso de ello es el denominado “cinturón de hierro” de Santiago, constituido por las vías de trenes, sus fajas y propiedades aledañas, destinadas a infraestructura férrea e industrias, que rodeaban al Santiago de inicio de la primera mitad del siglo XX. Esta franja (Estación Mapocho, tren al norte, Matucana, Estación Central, Exposición, Franklin, Ñuble, Tren Santiago-Pirque) fue una barrera que la ciudad de Santiago demoró en traspasar y que hoy, sigue teniendo resonancias territoriales importantes (Parque de Los Reyes, Línea Férrea al Sur, eje de la línea 6 del Metro actualmente en construcción o el Parque Bustamante).

Unificar o Diversificar la Gestión Cultural Es común que un municipio haga una sectorización de su territorio, en subáreas funcionales, que permitan realizar una gestión más cerca a la gente. Denominaciones como “municipio en su barrio” suelen emplearse para estas formas de bajada del gobierno local a los diferentes sectores de la comuna. Normalmente esto se hace partiendo por identificar zonas que presentan características homogéneas, las cuales quedan delimitadas por ejes viales relevantes, conteniendo barrios o conjuntos de ellos, con ciertos rasgos sociales o funcionales comunes. Para lograr esta gestión personalizada y más cercana a los vecinos de cada zona, algunos alcaldes designan funcionarios municipales en calidad de delegados con dedicación prioritaria a cada uno de los sectores en que ha sido dividida la comuna. A esos funcionarios se les denomina “territoriales”. Se espera que ellos logren un conocimiento acabo del territorio, sus organizaciones, dirigentes, redes y problemáticas. Parque Cultural de Valparaíso Para el equipo del parque, la mediación (trabajo con los vecinos) tiene una doble significación: se considera educación y formación de audiencias, pero también, vinculación y extensión en el territorio. El Parque Cultural de Valparaíso enfoca este trabajo en base a un trabajo en anillos, en el cual:  El primer anillo son los vecinos adyacentes al parque (cerros Cárcel, La Loma, San Juan, Alegre, Miraflores)  el segundo es la ciudad de Valparaíso en su conjunto  el tercero la región En el primer anillo se trabaja con juntas de vecinos, centros de salud y de educación, y artistas de cada uno de los territorios. Una de las líneas de trabajo es la de huertos urbanos en quebradas de los cerros de Valparaíso, que ponen de manifiesto una ruralidad escondida, originada en migraciones desde localidades rurales del interior de la región, ocurridas hace más de 100 años, las cuales siguen teniendo una manifestación visible actualmente.

Recoleta El municipio trabaja su territorio en base a 9 macrozonas, que contienen las 35 unidades vecinales existentes y las 60 juntas de vecinos. Antes se hacia gestión cultural en unas pocas centralidades (Estadio Recoleta, la Plaza de La Paz o el centro cultural). Actualmente se ha implementado a un modelo en el cual los centros educacionales y de salud pasan a ser sitios de gestión cultural. Junto a ello se realizó una cartografía cultural (“quiero para mi fiesta un cantante”), en la cual se catastraron más de 350 agrupaciones y agentes culturales El festival comunal actual se realiza en los territorios, durante 3 semanas y remata con un gran acto en el zócalo frente a la municipalidad.

Independencia En Independencia no hay un centro cultural aún, por tanto buena parte de la intermediación se realiza directamente en el territorio (además de las actividades que se realizan en la biblioteca municipal). Este píe forzado ha obligado a tener una estrecha relación con los barrios y comunidades de cada barrio, a través de los encargados territoriales, que hacen la difusión y actúan como agentes territoriales.

Experiencias en Gestión Cultural Local La gestión cultural municipal normalmente replica esta forma de organizar su trabajo, intentando no solo generar redes de colaboración, sino también, conocer y resaltar los contenidos de cada territorio, en cuanto a historia de barrios, personajes, creadores, festividades. Interesa buscar definir cada territorio sobre la base de un carácter o de una vocación. Así por ejemplo, algunas etiquetas posibles son barrio residencial, industrial, comercial, patrimonial, deportivo, histórico, de memoria colectiva, de parque o zona de conservación. Al momento de decidir el tipo de espectáculos y obras a llevar a cada zona, los equipos de cultura municipales suelen diferenciar pautas editoriales en función del grupo/territorio con el cual se este trabajando, de modo de poder poner en oferta actividades y alternativas culturales adecuadas a las necesidades, requerimientos y anehelos diferenciados de cada zona. Es así como por ejemplo se deciden espectáculos musicales adecuados a los requerimientos de cada sector, tales como un concierto de orquesta típica, una banda de reggeaton o un concierto más sofisticado. Cabe preguntarse si vale la pena intentar unir sectores y públicos diferenciados o responder de mejor forma a los intereses mayoritarios de cada zona, en forma diferenciada. La resultante suele ser una combinación de ambas alternativas, con espectáculos masivos y misceláneos de nivel municipal (todos) y espectáculos específicos en cada zona (barrios o territorios).

Al respecto, un caso de especial interés es la comuna de Lo Barnechea, la cual desde un punto de vista grueso puede ser vista como una de las cinco comunas más privilegiadas de las 346 existentes en el país (lo cual es un dato cierto), pero también y mirada ahora desde más cerca, contiene realidades tan diferenciadas como el sector de La Dehesa, el pueblo tradicional de Barnechea, los habitantes de las poblaciones originadas en tomas rivereñas, el Cerro 18, Farellones y la cuenca de El Arrayán. Cada uno de estos territorios tiene historias, orígenes y necesidades notoriamente diferentes, no solo desde el punto de vista socioeconómico, sino también desde su relación con factores físico naturales (río, montaña) o funcionales (accesibilidad). Una parte importante de la actividad cultural tenderá a desarrollar actividades diferenciadas (focalizadas) pero subsiste la pregunta respecto de si puede la actividad cultural ser lugar de encuentro y generación de comunidad de grupos diferentes. Siguiendo el ejemplo de Lo Barnechea, hay experiencias –pocas pero significativas- de actividades que logran unir a zonas y grupos diversos. Caso emblemático es la orquesta

juvenil de la comuna, compuesta por unos 80 integrantes entre niños y jóvenes, 20 de los cuales son el cuerpo estable de la orquesta, con características socioculturales fuertemente diferenciadas, las cuales sin embargo no son obstáculo para la práctica regular de la música. Pueden haber varios factores contribuyentes en este resultado:  el que se trate de jóvenes, que si bien utilizan rápidas etiquetas para clasificar a “los otros” (cuicos, flaites), suelen ser uno de los grupos sociales más abiertos al intercambio (fiestas, sociabilización del lenguaje y en especial de la génesis y difusión de nuevas palabras)  la reconocimiento del mérito en la dedicación, esfuerzo y destreza como músicos, que podría inhibir posibles estigmatizaciones iniciales entre “diferentes”  la existencia de una porcentaje no menor de extranjeros entre los vecinos de grupos socio económicamente altos de la comuna, quienes presumiblemente puede provenir de sociedades menos clasistas que la chilena o con mayor disponibilidad y práctica al encuentro social  como contrapartida de la anterior, puede elucubrarse los mismo respecto a los grupos socioeconómicos más vulnerables, en tanto poseen una historia larga de vida e integración (ya sea solo funcional o más ambiciosamente identitaria) dentro de esta comuna de altos nivel promedio en la condición socioeconómica de sus habitantes  por último pueden haber factores más prácticos y que involucran decisiones y motivaciones concretas, como por ejemplo la proximidad física de colegios privados como el Nido de Águilas con otros subvencionados de la zona del pueblo tradicional de Barnechea. Junto a la proximidad física, existiría una política del colegio Nido de Águilas respecto de la inserción de sus alumnos dentro del entorno territorial del colegio, la cual podría influir positivamente en la generación previa de redes. www.orquestajuvenilchile.com

El listado de todos los factores antes expuestos es una muestra de cómo un territorio puede ser leído, más allá de una mirada general o se un análisis somero de las diferencias, pues los territorios (la gente y su entorno en su última instancia) pueden ser entendidos desde una serie de múltiples factores, que permitan trabajar activamente en el logro de experiencias de comunidad.

San Joaquín: Carnavales Barriales y Bus Cultura Un caso emblemático de destacada gestión territorial es el del municipio de San Joaquín, que hace varios años ya, desarrolla carnavales barriales, diferenciados de acuerdo a los intereses y características de cada zona. Como contrapartida, San Joaquín también tiene un centro cultural de intensa actividad, el cual esta ubicado cercano a uno de los extremos de la comuna, lo cual ha motivado a la Corporación Cultural de San Joaquín a analizar el origen de sus audiencias y a trabajar activamente sobre aquellas zonas de la comuna más alejadas de su centro cultural. Para ello idearon una idea que ya se ha transformado en una institución: el Bus Cultura. El Bus Cultura funciona como bus de acercamiento de las audiencias, durante los días en que hay espectáculos masivos en el teatro municipal. El bus parte del otro extremo de la comuna, haciendo un recorrido que pasa por diversos barrios y ejes viales, haciendo una serie de paradas preestablecidas, para permitir que la gente se suba y acceda al teatro. Un rasgo interesante, además del servicio de transporte, es el hecho que el viaje en sí mismo se constituye en un hecho cultural, con las interrelaciones que allí ocurren y con guitarreos, lectura de poesía y otros actos ejecutados por los propios pasajeros.

Bibliografía (citada en el artículo)    

Arenas, F. y Sabatini, F. (2000). Entre Estado y el Mercado: Resonancias Geográficas y Sustentabilidad Social en Santiago de Chile. Lindon, Alicia (2007). Los imaginarios urbanos y el constructivismo geográfico: los hologramas espaciales. Revista EURE v.33 n.99, Santiago de Chile. pp. 31-46. Malik, Boleslaw (1963). Trreshold Analysis as a Tool in Urban an d Regional Planing. Regional Sciencia. Volume 29 Issue 1. Page 167. Venturi et al (1977). Learning from Las Vegas: The Forgotten Symbolism of Architectural Form.

Bibliografía adicional (propuesta en la clase)   





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