Falta energía; sobraron advertencias

14 jul. 2013 - Ludwig van Beethoven, requiere la misma cantidad de ejecutantes que el día del estreno. Algunos servicios son sistematizables, por ejemplo, ...
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economía

| Domingo 14 De julio De 2013

Falta energía; sobraron advertencias Viene de tapa

Las reservas comprobadas de gas natural cayeron un 43% en los primeros siete años de kirchnerismo, afirman los ocho ex secretarios de Energía en un informe. El populismo energético costó US$ 4697 millones en 2012 –60% más que en 2011– en importaciones de gas natural de Bolivia y gas natural licuado (GNL). La cifra alcanza los US$ 9500 millones si se suman el fueloil y el gasoil. En el primer trimestre de 2013, las importaciones crecen a una tasa de 57% en relación con el mismo período del año anterior. Esta foto fue anticipada hace casi una década en varios documentos oficiales en los expedientes N° S01:0189417/2003 (fojas 482 a 501, 158 a 160, 402 a 414, 385 a 401, 415 a 442, 571 a 585 y 781 a 784) y N° S01:042904/2004 (fojas 229 a 234), tras la llegada de Néstor Kirchner al poder. la nacion llamó al Ministerio de Planificación, pero no obtuvo ninguna respuesta. “La producción de gas natural requiere permanentes inversiones orientadas a compensar la declinación natural de la producción de los pozos existentes, así como a incorporar reservas que reemplacen aquéllas ya consumidas”, afirmaron dos asesores del ministerio que ya dirigía Julio De Vido, en enero de 2004. “En este marco, se ha observado una importante declinación en el flujo de inversiones”, escribieron. Y agregaron: “Lo mencionado no debe producir sorpresa”, ya que esta situación se da cuando los precios que percibe el productor “no permiten el repago de dichas inversiones”. Y esos desembolsos, argumentaron finalmente, “no se realizan con el inevitable problema del abastecimiento en el tiempo, al no estar acompañado el crecimiento de la demanda del bien por un crecimiento acorde con la oferta, a través de las inversiones, salvo que el bien en cuestión sea una commodity (que no es el caso del gas natural), lo cual permite satisfacer la demanda vía comercio exterior, con el consecuente uso de divisas y sin resolver la pérdida en el nivel de actividad”. Charles Massano y Marcelo Nachón, asesores de Gas de la Subsecretaría de Combustibles, que conducía Cristian Folgar, habilitaron, en ese memorando oficial, lo entonces impensado: una posible tensión cambiaria –la madre del cepo– por un posible desabastecimiento. Todos los documentos recopilados son posteriores a la ley 25.561 de Emergencia Pública, que suspendió los contratos dolarizados por 120 días y, por ende, congeló el precio del gas en boca de pozo. Esa ley –algunas de sus partes– se prorrogó hasta estos días. El valor del gas natural en la Argentina se recompuso muy lentamente en el sector industrial, comercial y de generación, y marginalmente en el residencial. El gran salto se dio durante la gestión del viceministro de Economía, Axel Kicillof. En noviembre de 2012, a través de una resolución que crea nuevos subsidios, se llevó a US$ 7,50 por millón de BTU (la unidad de medida) el precio del gas a boca de pozo adicional que se incorpore al mercado, o sea, por encima de la denominada inyección base. Como consecuencia, ese gas marginal triplica el valor que se paga en la cuenca neuquina, pero está por debajo de los US$ 11 que se pagan en la importación desde Bolivia o los más de US$ 18 que llegó a costar el gas licuado que llega por barco. “Existen incertidumbres respecto del pleno abastecimiento del mercado interno”, afirmó el documento 3281 del Enargas, fechado el 11 de julio de 2003. Esa nota está firmada por el entonces presidente, Héctor Formica. “Esta hipótesis está basada en la importante disminución de la

perforación de pozos gasíferos registrada este año y en el plazo en que podrán reponerse las inversiones que acompañen el desenvolvimiento de la demanda, junto con la ausencia de estrategias de acción que generen señales de precios –desde el upstream hasta la distribución–”, afirmó el ente en el documento dirigido al secretario de Energía, Daniel Cameron. La solución oficial, a contramano de lo recomendado internamente, fue cortar el gas que se enviaba a Chile a comienzos de 2004, lo que aumentó el costo operativo a varias empresas trasandinas y tensó entonces las relaciones diplomáticas. Ese año, además, se restablecieron las importaciones de gas boliviano, que se habían interrumpido en 1999. A través de contratos de corto plazo, se importaba entonces el 4,5% del consumo local (7,7 millones de BTU por día) a US$ 3,20 el millón. Hoy se cobran 11 dólares y se importan cerca de 14 millones de BTU por día. También en 2004 se imaginó el Gasoducto del Noreste Argentino, que nunca se construyó. Y algo similar pasó un año después con el sueño de Néstor Kirchner y Hugo Chávez de construir el Gasoducto Bolivariano entre Venezuela y la Argentina. En 2008, el gas boliviano dejó de alcanzar y se recurrió al mercado internacional a través de ocho barcos de GNL, que en la actualidad se convirtieron en 80. Hoy se importa el 25% del consumo de gas de la Argentina, según privados. Cuatro años antes, en el documento oficial, el Enargas retomaba el argumento urgente de los empresarios locales. Según ellos advertían, la producción de gas “declina inexorablemente y lo hace a una tasa promedio país del 12% anual”. El ente advirtió además sobre una situación que podría impactar a los automovilistas. Habló del “sustancial aumento del gas natural como combustible y GNC impulsado por la distorsión de precios relativos con otros combustibles sustitutos”. Años después, en 2007, taxistas y remiseros restringían sus servicios por la falta de este combustible. Admisiones peligrosas En la minuta de una reunión realizada el 14 de agosto de 2003, se recogió una interesante reflexión de Folgar ante empresarios del sector que exigen mejorar los precios en los nuevos contratos, y que relatan, ante el funcionario, “signos de escasez y cuellos de botella” en el sistema. “Es posible que en los próximos 4 o 5 años, a diferencia de lo ocurrido en los últimos 10 años, la demanda supere la oferta, con lo cual se debe administrar la escasez a través de las señales de precios”, estimó entonces el subsecretario de Combustibles. En “Análisis del funcionamiento del mercado de gas natural y propuestas de normalización”, que Massano y Nachón escribieron para Folgar en 2004, se destacó al gas natural como “un producto esencial”, ya que tenía una “participación del 46%” en la oferta de energía del país. Los asesores aclararon que en la economía está suficientemente desarrollado el análisis de las consecuencias que se derivan respecto de la falta de inversiones, cuando los precios que percibe el productor no permiten su repago, y para redondear sus argumentaciones, citaron dos ejemplos internacionales: el trabajo de Paul W. Mac Avoy y Robert S. Pindyck “Alternative Regulatory Policies for Dealing with the Natural Gas Shortage”, publicado en agosto de 1973, en el que se rememora cómo el congelamiento de los precios del gas en boca de pozo establecidos por la entonces Federal Power Commission (FPC) vaciaron el mercado y con-

Serio, pero no Solemne Juan Carlos de Pablo

En el PBI, una cosa son las mercancías y otras, los servicios Un país que produce menos bienes y más servicios debe revisar sus cifras, dice Fracchia

S

egún el Indec, entre el primer trimestre de 2012 e igual período de 2013, en términos reales el PBI total a precio de factores aumentó 3,4%; pero mientras que el de los sectores que producen mercade-

rías cayó 0,9%, el de los sectores de servicios aumentó 5,3%. Tamaña discrepancia, ¿refleja alguna realidad o deriva de cómo calcula el Estado la actividad económica de los diferentes sectores?

La cadena de responsabilidades energéticas en el Gobierno Jerarquía institucional

Sólo una empresa petrolera, Pan American Energy, logró entre 2002 y 2009 incrementar las reservas de gas natural de las áreas que les fueron concesionadas. Todaslasdemáscompañías,entre las que se encuentra la YPF en la que Repsol era accionista mayoritario, redujeron sus reservas comprobadas, según datos oficiales de la Secretaría de Energía. “La disminución de las reservas comprobadas de gas natural, 43% en 7 años –el producto más importante de la ecuación energética argentina– es grave”, afirmaron los ex secretarios de Energía en un documento llamado La caída de las reservas de hidrocarburos, el problema más importante del sector energético argentino. “La disminución asciende a 45% cuando se suman a las reservas comprobadas las reservas probables”, indicaron los expertos.

Según el documento presentado el año pasado, la empresa que más reservas perdió fue Pluspetrol (70%), a la que le siguen YPF (68%) y Petrobras (42 por ciento). Luego aparecen el rubro otros (37%) y Total Austral (22 por ciento). La única que logró mejorar el estado de reservas fue la empresa de los hermanos Bulgheroni (11% en siete años). “Todas las cuencas predominantemente gasíferas (noroeste, neuquina y austral) se encuentran en declinación en materia de reservas, lo que da una dimensión adicional a este fenómeno generalizado”, esgrimen los ex secretarios de Energía en el paper. Según los especialistas, YPF representaba en 2002 más de la tercera parte de las reservas de petróleo y casi el 30% de las de gas. A fines de 2009, estas proporciones cayeron a 20% y a 16%, respectivamente.ß

maron un “sendero de normalización” en un plazo no mayor a los 36 meses para el sector residencial (el doble de tiempo que se preveía para el industrial), y así encarar lo que ellos mismos denominaron la “normalización y convergencia hacia los niveles de precio de equilibrio”. El 16 de enero de 2004, los asesores legales de Folgar, Horacio Ahumada y Laura Haag, presentaron un memo sobre el “Proyecto de decreto de normalización de los precios del gas natural y pass through”. Son las bases de los decretos 180 y 181, aprobados ese mismo año por De Vido, pero con pobres resultados para el sector. El primero de los decretos preveía la creación del Mercado Electrónico de Gas, que, en rigor, nunca funcionó. El segundo mejoró el valor del gas para las industrias, pero, aunque preveía una actualización en el valor del fluido que se vendía a los usuarios residenciales en 2006, nunca se implementó completamente. “No obstante, superado el momento posterior a la devaluación resulta indispensable la recomposición de precios que dé sustentabilidad al sector productor de gas natural”, afirmaron Ahumada y Haag para luego –al igual que el Enargas– advertir que se observó un aumento del consumo mayor al 13% en el que se destacan el industrial y el de GNC. Con un congelamiento de precios que llevaba ya 24 meses, y con “una importante declinación en el flujo de inversiones asociadas a la exploración y desarrollo de reservas de gas natural”, los analistas legales de Planificación pidieron “respaldo político adecuado” para volver a negociar con los productores. Reclamaron que ese acuerdo sea sometido a consideración del “señor ministro”. Luego, sin dudarlo, Ahumada y Haag alertaron: “Para que exista consumo de gas, antes debe existir su producción, transporte y distribución”. Según los asesores, el proyecto de decreto “propone una salida consensuada sincera y sustentable con el sector de la producción”. Y esa forma era necesaria porque “es la única manera de brindar seguridad jurídica y no colocar a la producción de gas en una situación de colapso que conduzca al sector a una situación de desabastecimiento”. Casi un mes después, el 13 de febrero de 2004, Cameron esgrimió esos argumentos ante De Vido: “El sector gas necesita de la realización de un cambio estructural e integral”, expresó. “De continuar la tendencia actual, el segmento de producción sólo podría entregar en promedio cantidades adicionales de gas natural en los valles de consumo (en el verano o los días de medias o altas temperaturas), pero no se estaría en condiciones de abastecer adecuadamente a toda la demanda que se produce en los picos, que es cuando la demanda residencial y comercial para calefacción se agrega a la demanda para GNC de las industrias y la generación”. Cameron también advirtió que el congelamiento impuesto por la crisis “no permite recuperar los costos de exploración y producción”. Por eso, el secretario de Energía pidió entonces “dar señales de precios de mediano y largo plazo” y un plan de normalización, gradual y paulatino, que no podía extenderse más allá del 31 de diciembre de 2006. Según el funcionario, esos precios finales deberían estar en el orden del 80% de los precios en dólares que regían antes de la pesificación. Cameron ofrece entonces una certeza que en la actualidad sonaría golpista ante el Gobierno: “El dólar es la moneda de cambio común en el mercado de hidrocarburos y derivados; ésta es una realidad que se presenta en el país y en todo el mundo”.ß

–Antes de prestarles atención a los números, ¿qué cabe esperar que ocurra, en un proceso de desarrollo económico, con la producción de mercaderías y la de servicios? –Christian Lorenz Ernst Engel se inmortalizó cuando mostró que a medida que aumenta el ingreso de las familias, disminuye la proporción que le dedican a la compra de alimentos. Pero no es fácil responder a su pregunta porque los productos industriales también son mercaderías. El proceso es más claro en el caso de la estructura del empleo, porque, como bien apuntó William Jack Baumol, es más fácil cambiar la tecnología en la producción de mercaderías que en la de algunos servicios. Hoy se produce jabón de manera muy diferente que hace un par de siglos, pero la Quinta sinfonía, de Ludwig van Beethoven, requiere la misma cantidad de ejecutantes que el día del estreno. Algunos servicios son sistematizables, por ejemplo, los bancarios; otros no tanto, como el

cuidado de las personas mayores. –Ahora los números. –En la Argentina, entre 1900 y 1962, en términos reales el PBI total creció 3,3% equivalente anual, el de los sectores que producen mercaderías 3,2% y el de los sectores que elaboran servicios 3,5%. Entre 1980 y 1997 las respectivas tasas de crecimiento fueron 1,7%, 1,3% y 1,8%; mientras que entre 1993 y 2012 fueron 3,6%, 3% y 3,9 por ciento. –¿Y entonces? –Contrastando esta información con la que inspiró esta conversación, surgen un par de hechos. Primero, parece haber algo sistemático en el mayor aumento del valor agregado de los sectores que producen servicios que en aquellos que elaboran mercaderías. Segundo, la diferencia nunca fue tan grande como en la actualidad. –De donde se desprende… –De los números no se desprende nada. Cualquiera que estima las cuentas nacionales, una vez finalizada la porción mecánica de la tarea, tiene que mirar los resultados para ver si

le “suenan”. No se trata de dibujar, ni tampoco de ignorar información por ser atípica. Por el contrario, la información atípica es muy valiosa, pero si es cierta. Por lo cual, antes de darla a conocer, quien concluye que en un país disminuye la producción de mercaderías, pero aumenta la de servicios, debería verificar los resultados varias veces. –Para lo cual ayuda imaginar. –Efectivamente. De repente los argentinos cada vez demandamos menos anteojos, mortadela y libros, y cada vez demandamos más viajes en camión, seguros y sobre todo servicios financieros, los cuales aumentaron 22% en el último año. En la década del 80, José Katzenstein se preguntaba cómo era posible que en una economía cerrada pudiera aumentar la producción de textiles, pero disminuir la confección de prendas. Entonces, sugirió algo importante: que además de calcular hay que pensar. –Estimado Alberto, muchas gracias.ß

MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN 2003-2004

Ministro Cargos intermedios Base JULIO DE VIDO

Flujo de las comunicaciones

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Ministro de Planificación 13 FEBRERO 2004 Los proyectos de actualización de precios llegan a la cúpula DANIEL CAMERON

Secretario de Energía

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“Se deben dar señales de precios de mediano y largo plazo”

CRISTIAN FOLGAR

Subsecretario de Combustibles 16 ENERO 2004 Sobre el aumento de consumo EQUIPO DE ASESORES DE GAS

Charles Massano

“El GNC ha tenido un crecimiento que se ha alejado de la tendencia”

Horacio Ahumada

16 ENERO 2004 Advierten sobre la caída de inversiones

“Se ha observado una importante declinación Marcelo A. Nachón en el flujo de inversiones asociadas a la exploración y desarrollo de reservas de gas”

16 ENERO 2004 Justifican un proyecto de normalización

Laura Haag

“Resulta indispensable la recomposición de precios que dé sustentabilidad al sector productor de gas natural”

ENARGAS

SECTOR 11 JULIO 2003

14 AGOSTO 2003

El ente analiza las controversias por los precios del gas

Reunión entre funcionarios y representantes del sector

“Existen incertidumbres respecto del pleno abastecimiento del mercado interno”

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“El sistema comienza a presentar signos de escasez y cuellos de botella hoy, cuando en 10 años funcionó sin inconvenientes”

Héctor Formica Presidente del Enargas

Fuente: Ministerio de Planificación / LA NACION

dujeron a un fuerte déficit del gas natural en los inviernos de los 70 y, con conclusiones similares, el estudio de Mary E. Carlson, Joan Heinkel, David F. Morehouse, William Trapmann, y Dana van Wagener (septiembre de 1991) titulado “Background on the Natural Gas Industry”. Pero además citan un análisis elaborado por el propio ministerio de De Vido, llamado “Estimación del Costo del Gas en Cabecera de Gasoducto Troncal” (fojas 3 a 64 del expediente N° 0265888/2003), del que, según estiman, surgen las causas por las que declinó la exploración y explotación de gas natural. “Resulta impostergable el adoptar decisiones que tiendan a evitar posibles situaciones futuras de insuficiencia de suministro, que condicionen no sólo las prestaciones actuales, sino también el crecimiento de la demanda asociada al crecimiento de la economía”, esgrimieron. Los asesores exigieron, en ese rumbo, celebrar nuevos acuerdos con los productores y retornar a un mercado desregulado conforme a lo dispuesto en el artículo 83 de la ley 24.076 y nuevas “pautas básicas” para el sector. Para impulsar inversiones diagra-

Al respecto entrevisté al argentino Alberto Fracchia (1927-2013), quien junto a Manuel Balboa (1917-2007) en nuestro país es considerado el “padre” de la estimación de las cuentas nacionales, una disciplina subestimada por la profesión, a la que también se dedicaron Simon Smith Kuznets, Angus Maddison, William Petty, Nancy Dunlop y Richard Ruggles. “Tengo muchísimas dudas de que exista en el mundo alguien que sepa más que Fracchia sobre cuentas nacionales y datos referidos a la Argentina”, afirmó Carlos Federico Díaz Alejandro. Entre 1946 y 1956, trabajó en el Banco Central y entre 1971 y 1987 en la oficina de la Comisión Económica para América latina (Cepal) de Buenos Aires. Era un encanto de tipo. Fracasé en mis múltiples intentos de sentarlo a conversar delante de un grabador, para que contara algo de lo mucho que sabía. Como sustituto imperfecto “quedan las carpetas de Fracchia, con mucho material valioso”, apunta Fernando Navajas.

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Productores de gas

Gráfico: C. Melo, S. Granados

Perdieron reservas casi todas las petroleras