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EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LAS POLÍTICAS CULTURALES DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN (1995-2017)

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LAS POLÍTICAS CULTURALES DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN (1995-2017)

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LAS POLÍTICAS CULTURALES DEL GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN (1995-2017) En seguimiento a

Víctor Zúñiga (Coord.) Isabel Torres Ana Lucía Heredia

Consejo Nuevo León para a Planeación Estratégica en colaboración con el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León Octubre de 2017

Los textos y sus contenidos son responsabilidad de los autores.

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INTRODUCCIÓN

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l 7 de junio de 1995 el Poder Legislativo creó el organismo responsable de las políticas culturales del Estado de Nuevo León: el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, inaugurando con ello un esquema participativo inédito en México. Las atribuciones del Consejo, según el artículo 3 de la ley vigente, son Planear, elaborar, ejecutar y evaluar las políticas y acciones culturales a cargo del Estado.

A su vez, el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 del Gobierno del Estado de Nuevo León establece en su capítulo sobre Desarrollo Humano y Social (en el marco del tema 2 Juventud) una vinculación entre las políticas culturales y la preservación de la cohesión social en los siguientes términos: El acceso a la cultura y las manifestaciones artísticas… fortalecen la identidad y sentido de pertenencia de los y las jóvenes, orientan positivamente su energía, al mismo tiempo que los aleja de conductas antisociales que pueden convertirse posteriormente en actos delincuenciales (p. 120). En el mismo capítulo sobre Desarrollo Humano y Social se plantean las aspiraciones en esta materia: • Nuevo León será un mejor lugar para vivir, con una comunidad activa en el proceso cultural a través de la autogestión, la vinculación, la inclusión, la di versidad, la equidad de género, la creatividad y el libre ejercicio de los dere chos culturales de la ciudadanía, así como por la investigación, preservación y divulgación del patrimonio cultural (p. 150). • Es vital que la población de Nuevo León seamos promotores de nuestra cultura, juntos construimos nuestra identidad y expresiones. Este plan tiene como objetivo que la ciudadanía, a la par de ser partícipe de su desarrollo cultural, pueda ver reflejados los beneficios en su entorno inmediato, por medio del surgimiento de espacios de convivencia donde se propicie el diálo go, el reconocimiento, la cohesión social y el incremento de nuestro capital creativo (pp. 150-151). 6

El Plan Estatal de Desarrollo, al tiempo que reconoce la limitación de recursos destinados a la promoción cultural y artística en el estado (0.44 % del PIB estatal contra 1 % recomendado por UNESCO, p. 151) señala explícitamente los retos que deberá atender el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León a lo largo de la presente administración: El pasado 7 de junio de 2015 se cumplieron 20 años de la publicación de la ley que crea al CONARTE, pionero en el ejercicio de los presupuestos participativos y la promoción cultural como un proceso dialógico entre la administración pública y los actores y líderes sociales para la promoción de la participación ciudadana; a dos décadas de su creación aún quedan tareas importantes por realizar: la descentralización cultural y su papel como la instancia coordinadora de la gestión y del diseño de las políticas culturales de Nuevo León. (p. 151) y responder, de esta manera, al Objetivo número 11 del Plan Estatal de Desarrollo: Impulsar la cultura y las artes como elementos clave para el desarrollo humano, social y económico, a través de una gestión transparente, responsable, integral e innovadora. El presente reporte diagnóstico se apega, en la letra y en el espíritu, al marco jurídico vigente que creó al CONARTE en 1995 y lo reformó en 2006, al tiempo que atiende a las aspiraciones y retos que el Plan Estatal de Desarrollo en materia de políticas culturales plantea hacia 2021, en donde explícitamente se solicita sean atendidos por el Consejo. En síntesis, los resultados del ejercicio diagnóstico surgen de la pregunta sobre el papel del CONARTE como instancia coordinadora de la gestión y del diseño de las políticas culturales de Nuevo León ante las metas establecidas en el Plan Estatal de Desarrollo. Dichas metas se derivan del Plan Estratégico para el Estado de Nuevo León 20152030, en el que la Subcomisión de Arte y Cultura se plantea que es indispensable

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darle un lugar prioritario a la cultura y a las artes en Nuevo León, orientar los programas culturales a generar una mayor participación ciudadana, con un alto impacto en la comunidad que promueva un cambio social positivo y estreche vínculos en la ciudadanía, fomentando un sentido de pertenencia y orgullo (p. 92), partiendo de un diagnóstico que resalta los siguientes componentes: • La “cultura” no ha tenido un lugar prioritario en la agenda pública del es tado de Nuevo León; al parecer se ignora el potencial que “el arte y la cultu ra” tienen para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; • Derivado de lo anterior, en administraciones anteriores, las políticas cul turales han sufrido drásticas reducciones presupuestales; • El protagonista principal en materia de políticas culturales es el CONARTE, sin embargo, su composición actual no alberga nuevas manifestaciones artísticas y culturales, al tiempo que su operación se rige bajo una visión “muy centralizada”. • Los numerosos promotores de la vida cultural en el estado (universidades, municipios, organismos independientes) se encuentran desvinculados. • Las actividades culturales en las comunidades (se entiende en el texto: comunidades no metropolitanas) son escasas, carecen de continuidad, al tiempo que carecen de espacios para la “convivencia ciudadana a través de la cultura” (p. 93). • El impulso de programas que susciten el interés de la comunidad ha sido limitado por lo que no se cumple con el fomento a la cohesión social a través de la vida cultural. • Las tradiciones culturales de las comunidades se han venido perdiendo. • El apoyo al desarrollo de talentos artísticos es “muy” limitado, no se han desarrollado planes de desarrollo de los artistas, al tiempo que es débil el acompañamiento del artista en el proceso de comercialización de su obra. A estos componentes, la Subcomisión de Arte y Cultura sumó observaciones diagnósticas relacionadas con la educación artística centrando su diagnóstico en las 8

limitaciones del sistema escolar estatal y, también, las relacionadas con la preservación del patrimonio cultural de Nuevo León. El presente reporte viene a complementar, matizar y ampliar el diagnóstico realizado por la Subcomisión en cuatro dimensiones: La primera dimensión es el carácter estratégico del ejercicio que permite identificar i. las fortalezas (y logros) que posee Nuevo León en materia de políticas cul turales que deben preservarse, robustecerse y multiplicarse; ii. las debilidades que, en un ejercicio autocrítico, deben reconocerse, anali zarse y enfrentarse para rectificarlas; iii. los riesgos (o amenazas) que aparecen en el entorno (local, estatal, na cional) que pueden reducir o impedir que las metas de las políticas culturales se cumplan; el compromiso estratégico es minimizar los efectos de estos riesgos o amenazas; iv. y las oportunidades que ofrece el entorno, las cuales deben aprovecharse utilizando los recursos existentes y los talentos con los que cuenta la socie dad de Nuevo León. b. La segunda dimensión es el carácter experto del ejercicio gracias a que, quienes participaron en este, poseen una rica experiencia de planeación, diseño, gestión y operación de políticas culturales como creadores, vocales, promotores, directores de espacios culturales o líderes del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León. El ejercicio es experto porque son mujeres y hombres que reflexionaron sobre su práctica y para la práctica de las políticas culturales desarrollada en distintos momentos de la trayectoria de casi 22 años del CONARTE. Son “expertos” por su trayectoria en materia de diseño u operación de políticas culturales, no por los títulos universitarios que ostentan. c. La tercera dimensión es el carácter exhaustivo del ejercicio, porque los participantes fueron invitados a hacer un alto en el camino y reflexionar sobre las políticas 9

culturales en Nuevo León y sobre el papel que ha jugado el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León desde 1995 a la fecha. Así, se abordaron todos los temas que fueron considerados cruciales para mejorar, actualizar, apuntalar la vida cultural y artística de la sociedad de Nuevo León. d. Por último, la cuarta dimensión es el carácter desinteresado del ejercicio porque ninguno de los participantes representaba sus propias posiciones o las de un grupo; en sus reflexiones y observaciones críticas, los participantes se expresaron a título individual motivados por el único propósito de robustecer las políticas culturales de Nuevo León y las atribuciones del organismo responsable de operarlas. Reiterando: la participación en el ejercicio diagnóstico invitaba a la postulación de argumentos críticos y autocríticos, sin polemizar ni demeritar a otros actores culturales que pudiesen tener posturas diferentes. Las críticas y autocríticas que se vertieron obedecían al sincero deseo de mejorar, robustecer, ampliar o corregir –si fuese necesario– el diseño y operación de las políticas culturales en nuestro estado. En suma, el diseño e implementación de las políticas culturales en Nuevo León en general, así como la actuación del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, en lo particular, fueron objeto de un diagnóstico integral que permitiese identificar las fortalezas, las debilidades, los riesgos (o amenazas) y las oportunidades. La identificación de cada uno de estos componentes de la planeación estratégica cumple su función: preservar lo logrado, reconocer y enfrentar lo no logrado, minimizar lo que pone en riesgo el logro de los objetivos y aprovechar las oportunidades que el entorno ofrece. En estos ingredientes radica el carácter estratégico: reconocer logros, corregir las desviaciones, usufructuar inteligentemente las oportunidades y evitar que las amenazas pongan en entredicho lo que se ha logrado. Todos estos componentes se convierten en insumos de la planeación estratégica que deberán nutrir la planeación sectorial a cargo del Gobierno del Estado, en el marco del trabajo que el Consejo Nuevo León ha emprendido para marcar el rumbo de las políticas estatales hacia 2030.

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El reporte se divide en dos secciones. La primera presenta una síntesis exhaustiva del ejercicio. Es exhaustiva porque fueron incorporados todos los postulados y visiones vertidas por los participantes y no solamente aquellas que fueron reiteradas o fueron acompañadas de argumentos más sólidos. En algunos segmentos se descubren consensos; en otras, disensos. Lo que para algunos participantes era considerado como una fortaleza, para otros era definido como una debilidad o riesgo. El reporte busca ser un testimonio de estas diversas interpretaciones sin darles mayor peso a unas en detrimento de otras. En la segunda sección se abordan dos dimensiones estratégicas adicionales. Una relativa a las tareas prioritarias que deben emprenderse de inmediato para robustecer las políticas culturales en Nuevo León y la capacidad del CONARTE para conducirlas. La otra que condensa las polémicas que subsisten entre actores de la vida cultural de Nuevo León e impiden la confección de una visión común. Dichas polémicas no empobrecen la política cultural, la pueden enriquecer en la medida en que los artífices de la política busquen encontrar los puntos de diálogo y colaboración necesarios para responder de manera más adecuada, eficiente y actualizada a las demandas/aspiraciones de la sociedad neoleonesa.

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ÍNDICE 15

1. Fortalezas, debilidades, riesgos y oportunidades de la política cultural en Nuevo León y del Consejo para la Cultura y las Artes

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a. Fortalezas

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b. Debilidades

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c. Riesgos y amenazas

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d. Oportunidades

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2. Iniciativas prioritarias y polémicas vigentes

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a. Acciones a emprender en el corto plazo

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b. Polémicas irresueltas

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Conclusiones

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Nota metodológica

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Agradecimientos

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1. Fortalezas, debilidades, riesgos y oportunidades de la política cultural en Nuevo León y del Consejo para la Cultura y las Artes a. Fortalezas

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a identificación de fortalezas usualmente se fincó en la comparación entre lo que se tenía “antes” en Nuevo León (generalmente en referencia a “antes” de 1995) y lo que se ha logrado hoy (es decir, a partir de la nueva configuración de las políticas culturales de Nuevo León desde 1995 a la fecha). Los argumentos presentados para definir las fortalezas varían considerablemente, pasando de las versiones celebratorias que resaltan los éxitos hasta las descripciones más mesuradas que reconocen que los logros son incompletos y que los esquemas fueron adecuados en el pasado, pero ya no son vigentes en la actualidad. A lo largo de todo el ejercicio de identificación de fortalezas, los participantes yuxtaponen las “políticas culturales” al organismo que las planea, diseña, opera y 15

evalúa. En otras palabras, para muchos el CONARTE es sinónimo de “políticas culturales”. Así las cosas, la organización, actuación y operación del organismo están inherentemente vinculadas a la definición de la visión y las metas en materia artística y cultural en el estado. • Orgullo El Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León es considerado como un símbolo de la capacidad de la sociedad de Nuevo León de crear organismos culturales vigorosos, activos y participativos. Hay una clara conciencia de la singularidad de la gestión cultural en el estado –y del organismo gestor– que constituye un distintivo a nivel nacional. El sentimiento de orgullo por lo que se ha logrado en Nuevo León es un activo que se expresa de diversas formas: “ningún estado ofrece tantos apoyos”, “es un gran logro democrático”, “los creadores están representados y son escuchados”, “las políticas culturales en Nuevo León son generosas con artistas y promotores”, “esto que logramos llegó para quedarse”, “los creadores son escuchados y tienen voz y voto, esto es único en el país”, “el esquema horizontal permite una verdadera integración”, “estructura organizacional permite que se escuchen inclusive a los sectores marginados”, “gracias a este modelo, los creadores somos parte de la columna vertebral de la política cultural del Estado”1. • Apertura Desde 1995, la visión del Estado de Nuevo León y la creación del CONARTE significó una política de apertura. Se rompieron monopolios en la relación entre creadores, promotores con el Gobierno estatal y los Gobiernos municipales. La confección de la política cultural en el Estado, a partir de ese año, abrió puertas a nuevas generaciones de creadores y ciudadanos interesados en la vida cultural de la sociedad. En palabras de algunos participantes: “antes de estas fechas, la política cultural estaba bajo el dominio de un feudo”. El hecho de que frecuentemente se asocie la creación del CONARTE con la crisis económica de mediados de los 90 y con el espíritu democrático de sus fundadores, oscurece en fenómeno social quizás más profundo: la apertura que trajo consigo para las generaciones jóvenes de creadores y promotores que, hacia mediados de los años 90, no tenían puertas de acceso para participar en la confección y operación de las políticas culturales en el estado. 1995 constituye una apertura que facilitó los reemplazos intergeneracionales. De hecho, diversos participantes se presentaron a sí mismos (mismas) como miembros de la “generación CONARTE”, indicando con ello que sus trayectorias (como promotores, directores de espacios, gestores, críticos, comunicadores o creadores) fueron posibles gracias a la apertura que se hizo realidad a partir del momento en el que las políticas culturales de Nuevo León se planean, diseñan, operan y evalúan

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En ninguno de los casos, las frases entre comillas son textuales, sino paráfrasis de distintos fragmentos de las

participativamente. • Independencia La independencia política constituye una de las fortalezas más sobresalientes en el marco de esta evaluación. Esta se expresa de tres maneras. La primera es que los consejeros y directivos nombrados por el gobernador, según se establece en la ley, son personas que no buscan puestos políticos ni usan su posición en Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León para conseguir posiciones en el aparato gubernamental. La segunda es que generalmente los presidentes del Consejo blindan al organismo de cualquier tentativa de los gobernantes de desvirtuar los propósitos inherentes a su misión o de utilizar a la institución para fines políticos. Finalmente, una tercera forma de resguardar la independencia es la distancia que el CONARTE guarda frente a los partidos políticos o grupos de interés2. • Prestigio nacional Desde hace años, la política cultural de Nuevo León y el CONARTE gozan de prestigio a nivel nacional; su presencia en eventos de alto reconocimiento (se señalaron reiteradamente el Festival Cervantino, la Feria Internacional del Libro, Instituto Mexicano del Cine) son muestra de esta fortaleza. En los primeros años de existencia del CONARTE, directivos de organismos culturales federales y estatales expresaron sus dudas respecto a la capacidad de Nuevo León de operar una forma de gobernanza cultural participativa. Pronosticaron su desaparición. El tiempo ha venido mostrando que sus dudas fueron infundadas. Hoy día, el CONARTE goza de reconocimiento nacional y su reputación ha venido creciendo. Numerosos directivos del Consejo han demostrado ser capaces de operar una “diplomacia vigorosa” para tratar con instituciones federales como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), entre las principales. • Transparencia Es casi un consenso el caracterizar al CONARTE como un organismo que usa transparentemente los recursos públicos que administra, que es conducido por funcionarios honestos y dispuestos a rendir cuentas. Adicionalmente se dibuja al Consejo como un órgano que tiene apertura a explicar la forma y el fondo de las decisiones que toma, aun sabiendo que estas comunicaciones pueden atraerle críticas. La transparencia, de hecho, rara vez es objeto de alabanzas. Sin embargo, es una de las más preciadas fortalezas que deben resguardarse en el futuro. Justamente, esta transparencia “es lo que nos hace confiar en la institución”. El presupuesto pasa por la aprobación de los consejeros y vocales, al tiempo que se revisa

En algunos de los ejercicios de evaluación esta fortaleza se describe con detalles; en otros, se presenta de manera implícita. Son pocos los casos en los que se señalaron excepciones.

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sistemáticamente. Los recursos que se obtienen por eventos, renta de espacios u otro tipo de actividades son celosamente administrados. • Mayor participación A lo largo de los 22 años de la instauración de una política cultural diseñada mediante métodos democráticos y de operación del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, la participación de promotores, creadores, gestores, críticos de arte y académicos ha venido creciendo en número y calidad. Una muestra de ello es la respuesta que ha recibido el Padrón de Creadores desde que se lanzó a la comunidad artística y cultural de Nuevo León. • Confianza A lo largo de más de dos décadas, con sus altibajos, los creadores y promotores culturales de Nuevo León han tejido lazos de confianza y construido vínculos positivos con el CONARTE. Estos niveles de confianza están alimentados por el hecho de que los directivos de la institución, vocales y consejeros están generalmente dispuestos a dialogar y a considerar propuestas y proyectos nuevos. • Orden institucional La creación de un órgano deliberativo basado en el diálogo, el debate y la participación, en contraposición a esquemas burocrático/centralistas de gestión de las políticas culturales, trajo consigo un orden institucional que está edificado en formas de reciprocidad reconocidas por los actores culturales. Sobre esta arquitectura, las funciones están definidas y la organización está probada a través de los años. La participación de los vocales de las distintas disciplinas ha tenido una real incidencia en el devenir del CONARTE y su estructura, al tiempo que el titular del Poder Ejecutivo nombra a los directivos del Consejo. A guisa de ejemplo, se describió la creación del área cinematográfica, que fue admitida gracias a la participación de directores, guionistas y productores que fueron apoyados por los vocales de teatro. “Algunos artistas suelen ser combativos y volubles”, pero la habilidad de los funcionarios del CONARTE ha hecho posible, en condiciones variables, que un orden se establezca y sea respetado por los que tienen voz y voto, así como por muchos miembros de la comunidad artística y cultural. • Infraestructura En las dos últimas dos décadas, los espacios culturales disponibles en el estado de Nuevo León se han multiplicado notablemente. La infraestructura con la que se cuenta hoy día es muy superior a la que se tenía en 1995. En términos de espacios y de infraestructura, la situación de Nuevo León “es envidiable a nivel nacional”. Los participantes se refirieron al Centro de las Artes, la Cineteca, la Fototeca, la Nave 1 y 2, la Nave Generadores, la Escuela Adolfo Prieto, a Niños CONARTE, al Teatro de la Ciudad, a la Casa de la Cultura y el Teatro de la Estación, al Museo Estatal de Culturas Populares, etc.

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• Descentralización A pesar de las carencias de recursos y de la centralización que caracteriza al Estado de Nuevo León, se ha logrado que las políticas culturales beneficien a las comunidades y municipios no metropolitanos. Nunca se ha olvidado el compromiso de descentralizar los bienes y servicios culturales en el estado. Se han tenido periodos de una verdadera descentralización del CONARTE, en donde se puede constatar que “había trabajo desde Aramberri hasta Lampazos”. Se resaltaron proyectos como la Mitotera Cultura Móvil, el Teatro Escolar, Cuentacuentos y Teatro Itinerante. • Representatividad A pesar de que las circunstancias en ocasiones no lo favorecen, la representatividad de los creadores de diferentes disciplinas ha sido directa y los vocales representan a sus gremios. Esta representación es directa, sin intermediarios y los vocales mantienen el diálogo con sus representados. • Crecimiento de públicos Observando las políticas culturales a lo largo de estos 22 años se puede constatar un cambio positivo: la cobertura y alcance que han tenido los programas artísticos y culturales ha crecido visiblemente. Las acciones del CONARTE benefician a cada vez más ciudadanos. A su vez, se puede observar que paulatinamente los espacios culturales se han estado ocupando plenamente tanto en teatro, música, danza, como en otras expresiones artísticas. En algunos campos de acción, el crecimiento de los públicos ha sido exponencial. Así, se constata que los programas culturales y los servicios que se ofrecen no sufren carencia de públicos. Las audiencias y la respuesta de los ciudadanos corresponden normalmente a la capacidad de los espacios (ver los Informes Anuales del CONARTE 2013, 2014, 2015 y 2016). • Formación de comunidades Algunas de las actividades fomentadas por el CONARTE han favorecido la formación de comunidades ciudadanas, vecinales, de interés común, no solamente en los municipios no metropolitanos, sino también en los municipios conurbados a Monterrey. En particular, las casas de cultura convocan a personas que participan en actividades que facilitan la creación de vínculos sociales relativamente estables y con sentidos de pertenencia positivos. • Comunidades artísticas y culturales participativas Antes de 1995, la sociedad de Nuevo León contaba con iniciativas de carácter cultural y promoción de las artes; sin embargo, no se habían formado comunidades artísticas y culturales en el sentido pleno del término. Adicionalmente, las asociaciones y grupos que existían no consideraban que formaban parte de las políticas culturales del Estado de Nuevo León, sino que emprendían sus acciones de manera aislada y limitada. La creación del CONARTE alentó la formación de estas comunidades que actualmente son artífices de las políticas culturales, en el sentido de que participan en su confección. Aún más, no existían políticas culturales y nadie

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entendía lo que esto significaba. Una de las fortalezas mayores del diseño cultural en Nuevo León son sus comunidades de creadores y promotores que se sienten con derecho a la palabra y al voto. Algunas de estas comunidades derivan en asociaciones que han adquirido niveles de autonomía y autosustentabilidad variables (con o sin apoyo del CONARTE) como son Baúl Teatro, Olarte Galería Taller, Círculo de Tiza, Casa Musa, Casa del Colibrí, Theatrón, Foro Arcadia, Fábrica Literaria, Danza Regia Estudio Profesional, Micro Teatro, Mi Teatro, Epicentro Espacio Cultural, Luna Creciente, La Paletería, Biblionautas, Ciculta Monterrey, El Otro Festival, La Grilla, Taller Bacalao, Arkali Escultural, HiP Funk y El Chorro, Plaza Cultural, entre las que fueron referidas al menos en una ocasión. • Visión sociocultural propia del estado de Nuevo León Paulatinamente, a lo largo de estos 22 años, se ha venido construyendo una visión, si no de las metas y contribuciones de las actividades culturales y artísticas para la sociedad de Nuevo León, sí del modo como debe operarse la vida cultural. El “proyecto sociocultural” ha superado las visiones paternalistas/dominantes de la cultura basadas en la tesis de que “la cultura se lleva a alguna parte”. Muchos actores culturales de Nuevo León comparten la tesis contraria: “la cultura no se lleva a ninguna parte, sino que está ahí, en la sociedad misma, de manera diversa y cambiante”. • Creación de consensos Para muchos que desconocen la operación de los programas culturales en Nuevo León, las dificultades para crear consensos son vistas como una debilidad de la política cultural del Estado. Sin embargo, los esfuerzos por crear consensos, buscar la aprobación de todos, implica inteligencia, paciencia, capacidad de escucha, enriquecimiento de los proyectos y trabajo colectivo. Por tanto, la forma dialógica que es propia del CONARTE debe ser considerada una fortaleza, no una debilidad.

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b. Debilidades

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a identificación de debilidades condujo a la mayoría de los participantes a argumentar y reflexionar de dos maneras diferentes. Un primer método para identificarlas fue comparar lo que el CONARTE y sus políticas fueron al inicio de su existencia versus lo que actualmente es. Usando este método, los participantes señalaron el deterioro, la desviación y las consecuencias indeseadas de ciertas decisiones tomadas a lo largo de los 22 años del Consejo. Un segundo método fue interrogarse sobre la vigencia del diseño del Consejo y su agenda de actividades. Bajo este lente, no se señala el deterioro o la desviación, sino la constatación de que el diseño o esquema de trabajo vigente “queda corto”. Los participantes que eligieron esta modalidad expresaron que el diseño original debía ser sometido a un proceso de revisión y actualización porque su forma de operar ya no responde a las condiciones y realidades actuales de la sociedad de Nuevo León. Siguiendo una modalidad o la otra, los participantes lograron atinadamente identificar las principales debilidades que deben ser enfrentadas para convertirlas en catapultas del cambio. • Ausencia de una cultura de la evaluación De manera reiterada, el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León es caracterizado como una institución que no escribe la historia de las ideas, iniciativas, propuestas, programas y proyectos de los creadores, promotores, gestores, vocales, consejeros, directivos y, en general, de los actores culturales del estado: “no hay memoria”, “no hay seguimiento”, “no se documenta”, “no hay respeto por el archivo”, “no hay seguimiento de los creadores”, “se pierde el registro”. Los reportes de actividades que el organismo publica desde 1995 a la fecha no cumplen con esta función porque son inventarios de actividades, realizadas a lo largo de un año, que sintetizan y celebran la agenda del CONARTE. Los informes no proveen una historia, sino que presentan un listado de eventos con información muy escueta sobre cada uno de ellos.

Lo que se observa es que no hay seguimiento de los proyectos, no existe una evaluación sistemática e independiente. Puesto que no se documentan las iniciativas, no se sabe en qué medida las políticas diseñadas y operadas por el CONARTE contribuyen al “desarrollo cultural” del estado. Al no haber seguimiento, no se puede saber si las metas propuestas se están cumpliendo, como tampoco se puede distinguir qué proyectos apoyan más al cumplimiento de las metas y cuáles se alejan de ellas. A su vez, se reconoce que no hay un seguimiento puntual de los creadores que han recibido apoyos; por ello, no se puede saber en qué medida retribuyeron a la sociedad después de haber sido beneficiados. • Disparidades regionales Subsisten disparidades entre los municipios del estado. Estas disparidades resultan 21

comprensivas cuando en la evaluación diagnóstica se describen las condiciones de los municipios menos comunicados con la zona metropolitana de Monterrey, pero resultan inadmisibles cuando se constata que existen también entre los municipios conurbados comparando la oferta artística y cultural de Apodaca, General Escobedo o Guadalupe con la que se observa en Monterrey, San Nicolás de los Garza o San Pedro Garza García. • Criterios inadecuados en la distribución de los recursos Esta debilidad es descrita por la mayoría de los participantes: los criterios de distribución de recursos no siempre son válidos. Sin embargo, los argumentos son contrastantes y están muy alejados de un virtual consenso. Para algunos, la distribución es inadecuada porque no se considera el criterio numérico. Se constata que, según el Padrón de Creadores, algunas disciplinas cuentan con un padrón más numeroso que otros y, a pesar de ello, no reciben más recursos. Para otros, la asignación de fondos responde a una lógica “igualitarista” insana que no toma en cuenta la calidad de los proyectos ni la contribución de estos a las metas de las políticas culturales del Estado; finalmente, hay quienes invocan el criterio del “talento”, lamentando que se entreguen recursos similares a quienes “han demostrado talento” y a los que “carecen” de él. • Altibajos del carácter horizontal del Consejo El diagnóstico muestra una línea ondulada que relata la historia del CONARTE con sus altibajos; es decir, se reconocen periodos en los que se ha vivido una “mayor democracia” y otros en los que se ha optado por esquemas centralizados. Se han vivido etapas en las que el principio “cultura es de todos y todos debemos participar” se ha respetado más, mientras que se constata que en otros periodos de la vida del CONARTE no se ha respetado este principio. En muchos casos se reconoce que las disputas entre miembros del Consejo y los administrativos han sido los detonadores de la tentación verticalista, mientras que los periodos en los que los administrativos han sido capaces de escuchar y armonizar, que los consejeros y vocales encuentran canales de participación crítica pero constructiva, se han convertido en los momentos más democráticos de la gestión de las políticas culturales del Estado. • Carencia de un sistema de evaluación de logros Esta debilidad ya ha sido abordada previamente; sin embargo, amerita ser relatada desde otra perspectiva. La debilidad no solamente es la “ausencia de una cultura de la evaluación”, sino la carencia de un sistema de evaluación. A falta de un verdadero sistema de seguimiento y evaluación de logros, la medición termina por ser “engañosa”, porque se mide a través de la cantidad de asistentes a los eventos, pero no por el logro de metas. La medición del impacto social de las políticas culturales es uno de los grandes retos del CONARTE. Se usan algunos indicadores cuantitativos que son claramente insuficientes. De la misma manera, los indicadores de “satisfacción” de los públicos (a través de encuestas de salida) no se dirigen a los aspectos

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sustanciales de la misión del CONARTE. En materia de políticas culturales se requiere conocer el verdadero impacto social de la agenda cultural en el estado. Hasta ahora, en las limitadas mediciones que se han instrumentado, se utiliza el criterio de “efectividad” (número de asistentes, satisfacción de los públicos, lealtad de las audiencias, etc.). Sin embargo, estos indicadores no abordan los aspectos sustanciales de la misión del CONARTE. Se reconoce que no es fácil medir si un programa cultural realmente está transformando a la sociedad porque la promoción cultural invoca a una dimensión humana que está íntimamente ligada a la afectividad, a las emociones, no solamente a la efectividad. La cultura está vinculada con el “cariño” que la sociedad siente por sus símbolos y expresiones, no por el número de eventos o por el virtuosismo de los creadores. En síntesis, los impactos de las políticas culturales operadas por el CONARTE no son evaluados ni adecuada ni sistemáticamente. • Vorágine de actividades sin visión Claramente vinculada con la anterior, una de las debilidades de la política cultural en Nuevo León es la vorágine de actividades que en palabras de varios participantes se señaló con el neologismo “eventitis”3. La multiplicación de eventos parece estar asociada a la carencia de una visión clara, compartida y legítima de las políticas culturales en Nuevo León. Todo pareciera indicar que el vacío en términos de política (¿hacia dónde vamos?, ¿qué queremos para la sociedad de Nuevo León?) se compensa con multiplicación de actividades y programas que responden más a iniciativas individuales y no a un sentido de política cultural. • Caprichos de artistas Esta debilidad la observan los mismos creadores, es decir, los mismos artistas. Para algunos, hay una línea del tiempo: “el Consejo recibe presión de los artistas, quienes se consideran dueños del presupuesto asignado a las actividades culturales”. Para otros, no es una evolución, sino que el CONARTE siempre ha sido una institución al “servicio de los artistas, no de la sociedad de Nuevo León”. En ambos casos, se identifica un sistema de mecenazgos que tiene efectos indeseables que impide el cumplimiento de las grandes metas en materia de políticas culturales en Nuevo León porque se favorece a los artistas y solamente a los artistas. Los artistas que participaron en este ejercicio diagnóstico también están conscientes: “El CONARTE no está para mantener artistas, está para luchar por la sociedad”, “necesitamos gestionar más, pero no para los artistas, sino para el arte”, “dar recursos a los artistas no es promoción cultural”, “pretender que los estímulos a los artistas van a repercutir en el desarrollo de la cultura, es un gran error”; “los artistas

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Se profundizará en este tema en la sección de riesgos y amenazas.

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somos egoístas, tenemos un perfil caprichoso, no somos promotores”, “la misión del CONARTE es para los ciudadanos, no para los artistas”, “el diseño original del CONARTE privilegia a los creadores”, “la repartición de recursos por disciplinas y gremios entorpece el cumplimiento de las metas de política cultural”, “el enfoque actual prioriza al artista y deja de lado a los públicos”, “muchos caprichos de los artistas se convierten en programas institucionales”. • Rigidez institucional En el apartado de fortalezas, se describe cómo el esquema institucional del CONARTE ofrece un orden institucional que establece mecanismos de participación, de toma de decisiones concertadas y de relaciones recíprocas adecuadas. Sin embargo, esta fortaleza se ha venido convirtiendo también en una debilidad en el siguiente sentido: el orden institucional es ahora rigidez institucional. Es cada vez más difícil albergar nuevas ideas, nuevos lenguajes o nuevas expresiones porque el esquema se ha esclerotizado. • Distanciamiento de la iniciativa privada El esquema actual de representación de gremios a través de vocalías entorpece la colaboración permanente del CONARTE con otros importantes promotores del arte y de las actividades culturales, en particular los corporativos y empresas de Nuevo León. El diseño actual del CONARTE los aleja de la operación de las políticas. Son espectadores, no aliados. Los posibles aliados de la iniciativa privada no establecen vínculos permanentes con el CONARTE por considerar que la toma de decisiones es impredecible y los conflictos son latentes. En algunos periodos de la historia del CONARTE, la iniciativa privada estableció vínculos y sinergias, especialmente para la adecuación, renovación y reconstrucción de espacios culturales. • Incertidumbre presupuestal Desde sus orígenes, el esquema de asignación del presupuesto para la operación de las políticas culturales ha significado una camisa de fuerza. Por un lado, la incertidumbre impide una visión de mediano plazo; por otro, las reducciones reales o probables de los recursos asignados han venido convirtiendo al CONARTE en una instancia operadora de fondos públicos sin capacidad para innovar, crear nuevos proyectos, albergar a las tendencias emergentes. Para algunos participantes, el “presupuesto asignado para la gestión cultural es miserable”. Para otros, el mensaje de los Poderes Ejecutivo y Legislativo al CONARTE debiera ser “cuadruplica el impacto de las políticas culturales”, en lugar de amenazar con reducciones del recurso público. Los directivos, creadores, vocales, consejeros, promotores saben que, si los “políticos” están convencidos de la importancia de la política cultural, los temas presupuestales se pueden resolver, pero si, por el contrario, desprecian o ignoran la vida cultural de la sociedad, entorpecen o debilitan las funciones del CONARTE.

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• Desvinculación entre creadores Los creadores de Nuevo León no están vinculados, no tienden puentes entre ellos, el CONARTE no fomenta estos lazos: “los artistas de Guadalupe no conocen a los de San Pedro, unos no utilizan los espacios culturales de los otros, como si vivieran en países diferentes”. Se carece de convenios intermunicipales que pueden ser gestionados por el CONARTE. Adicionalmente, Nuevo León pareciera estar más interesado en vincularse con el centro del país que con los estados circunvecinos: “estamos geográficamente cerca de varios estados de la república y no hemos logrado establecer interacciones mutuamente benéficas. Geográficamente cerca, pero artísticamente lejos”. • Burocratización creciente “Burocratización” es un término que abarca distintas realidades, todas presentadas como debilidades en la gestión cultural de Nuevo León. En primer lugar, se presenta el crecimiento innecesario del aparato administrativo. Se describe bajo consignas como “hay burocracia en lugar de arte”, “debería Nuevo León parecerse a los organismos de Estados Unidos en los que hay muchos recursos y poca burocracia”. En segundo lugar, “burocratización” equivale lentitud innecesaria de los procesos y exceso de trámites que se deben de cumplir para muchas de las tareas básicas de promoción cultural. • Desconocimiento de los públicos En Nuevo León, por un lado, conocemos poco a los públicos consumidores de bienes culturales, no conocemos sus patrones de consumo y, por otro, no estamos atentos a la emergencia de nuevos públicos. • Discontinuidad de proyectos Como suele suceder en muchos órganos de Gobierno en México, las políticas y estrategias artísticas y culturales de Nuevo León pierden su continuidad a pesar de que han demostrado tener éxito. La ruptura se debe más a las preferencias de nuevas administraciones y no a una evaluación seria.

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c. Riesgos y amenazas

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oda visión estratégica necesita identificar cuáles son los riesgos –amenazas– a los que se enfrenta o enfrentará. Estos son elementos del entorno que pueden poner en riesgo el logro de las metas. Todas estas amenazas fueron objeto de sincera preocupación de muchos participantes. Los tiempos, al parecer, se presentan difíciles para consolidar los logros y rectificar las debilidades. Sin embargo, en pocos participantes se observó pesimismo. En casi todos ellos, se albergaba la confianza de que las políticas culturales de Nuevo León y el CONARTE podrán salir vencedores y fortalecidos en estos entornos hostiles. • Regresar a los esquemas del pasado Los participantes de este diagnóstico consideran que subsiste la tentación de regresar a esquemas del pasado (Instituto de Cultura, Secretaría o Subsecretaría de Cultura u alguna otra denominación). No se presentaron indicadores precisos para sustentar estas afirmaciones, pero se señala como un riesgo latente y es percibido como un retroceso. • Presión intergeneracional Se está pasando por un periodo de relevos intergeneracionales, nadie está atento a esta circunstancia y puede preparar una nueva etapa de malestar entre los jóvenes (creadores, promotores, galeristas, curadores, críticos) similar al que dio nacimiento al CONARTE en 1995. A dos décadas de distancia, “hemos fallado, como institución para encontrarnos con los jóvenes”. El riesgo no solamente es que aparezca el conflicto intergeneracional, sino que se anquilosen las políticas culturales de Nuevo León porque se les cierran las puertas a las nuevas generaciones. • Gobernantes indiferentes a (o ignorantes de) la vida cultural Esta es una amenaza siempre presente en la vida cultural del estado: gobernantes o legislativos que ven los asuntos culturales como meros adornos de la vida de la ciudadanía, ignorando que son elementos primordiales del bienestar y parámetros fundamentales del desarrollo de todas las sociedades. Las autoridades que menosprecian o son indiferentes constituyen un riesgo difícil de enfrentar porque evalúan los programas culturales con miradas superfluas. Consideran que se puede prescindir de la expresión artística y las manifestaciones culturales. Estos gobernantes sostienen este argumento: puesto que el beneficio es mínimo, entonces el presupuesto debe ser el mínimo. Los gobernantes que ignoran la importancia de la vida cultural son incapaces de entrever el potencial que tiene para el bienestar de las sociedades. Desconocen que el goce estético, en cualquiera de sus manifestaciones, es parte de la “canasta básica” de las familias. Estas autoridades fragilizan la política cultural y desmoralizan a quienes la operan. 26

• “Personalismos” Uno de los riesgos que traen consigo las alianzas del CONARTE es la dependencia financiera con fuentes de financiamiento procedentes de organismos que no buscan cumplir las metas marcadas en la política cultural del Estado, sino responder a los deseos y gustos de personas poderosas. Haciendo esto no se está construyendo un modelo multiplicador ni reforzando una visión ciudadana sobre la cultura, sino agradando a individuos que se consideran dueños de la cultura. El riesgo mayor que se corre respondiendo a “personalismos” es que el quehacer cultural deja de ser sustentable porque depende de la voluntad (u ocurrencia) de personas que creen saber lo que le conviene a la sociedad de Nuevo León, sin consultarla. De ahí surgen proyectos frágiles, sin institucionalidad, de corto plazo, dependientes de personajes, sin autonomía financiera. • Desalineación de procesos La vorágine de eventos y actividades, programas y manifestaciones que se presentó en la lista de debilidades (sección anterior) se transforma en un riesgo para las políticas culturales de Nuevo León porque se opera sin visión y, por tanto, sin metas claras. El riesgo concretamente consiste en administrar sin política, como si fuera un coctel o un supermercado en el marco de la “eventitis” previamente descrita. El riesgo se puede minimizar si se procede a una depuración de la agenda cultural operada por el CONARTE. El riesgo se maximiza cuando el criterio que reina para definir la agenda cultural de Nuevo León es: “lo más barato es lo que debe hacerse”. Así las cosas, no hay un referente, no están claros los propósitos, la actividad cultural termina desalineada de las políticas culturales. Uno de los participantes lo ilustró con una frase: “se desarrollaron 1500 talleres, pero ¿para qué?”. • Éxodo de artistas Vinculado al riesgo previamente descrito (“presión intergeneracional”) se constata otro: el éxodo de los artistas jóvenes y menos jóvenes. La pregunta aparece, ¿por qué nuestros artistas se nos van? Se señala como destino principal la Ciudad de México. Pareciera que fuera de Nuevo León están siendo reconocidos mientras que en el estado fueron ignorados. No los retenemos. ¿Cómo podríamos retenerlos? Implementando una política que no solamente incluya apoyos (vía becas o financiamiento para divulgación), sino formándolos y profesionalizándolos. • Las expresiones artísticas como islas Por diseño, en el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León están representadas las disciplinas artísticas y, en consecuencia, los artistas que se agremian en torno a ellas. Así definidas las cosas, la promoción cultural tiende a dividirse y financiarse “por disciplinas” obstaculizando de esta manera las iniciativas transversales (aquellas en las que varias o todas las expresiones artísticas y culturales convergen). El riesgo que se corre es quedarse anclado en una visión cultural que se concibe

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como promoción de las “bellas artes” consideradas aisladamente. Esta concepción arcaica no está al servicio de la vida estética de la sociedad; ésta no está dividida en “disciplinas”.

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d. Oportunidades

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l ejercicio de identificación de oportunidades fue el más complejo porque estas están en el entorno, no dentro de los organismos de promoción de la cultura. La mayoría de los participantes no posee experiencia en tareas de planeación estratégica y, por ese motivo, no les fue fácil distinguir las oportunidades que las políticas culturales de Nuevo León y el CONARTE deben de aprovechar en el momento actual. Sin embargo, les fue posible detectar algunas oportunidades que lucen muy valiosas y prometedoras.

• “Sangre nueva” Las instituciones de educación superior en Nuevo León han multiplicado la oferta en la formación de jóvenes en muchas y novedosas expresiones culturales y estéticas sin descuidar las disciplinas más ortodoxas. Hoy día se cuenta con jóvenes que se forman como escritores, escultores, músicos o críticos de arte que vienen acompañados de diseñadores gráficos, ingenieros de sonido, diseñadores digitales, planificadores urbanos, etc. En Nuevo León, hoy día, hay muchos más jóvenes interesados en temas “culturales” que antaño. Además, poseen una formación universitaria y han recibido una capacitación que les inculca un espíritu emprendedor. La política pública no puede ignorarlos. La oportunidad es palpable: estos jóvenes no deben estar excluidos y su potencial debe ser aprovechado. • Alinear las políticas culturales con las políticas de seguridad pública Por motivos que no requieren ser descritos aquí, los programas de seguridad y prevención de la violencia han recibido una atención inusitada por parte de los poderes locales, estatales y federales en México. El diagnóstico es compartido por muchos ciudadanos: “el tejido social en Nuevo León está roto.” Por estos motivos, los organismos responsables de los programas de contención y prevención de la violencia cuentan con recursos muy superiores a los asignados para la promoción cultural y artística. Al tiempo, es una tesis compartida –casi un lugar común– el afirmar que las actividades artísticas y las manifestaciones culturales son preventivos muy eficaces de la violencia y la inseguridad porque permiten a los ciudadanos participar en contextos colectivos favoreciendo con ello la cohesión social y la solidaridad. Por ende, los responsables de las políticas culturales deben aprovechar esta oportunidad alineando sus agendas con las de las instancias de prevención de la violencia y la delincuencia o el reforzamiento de la seguridad. En palabras de los participantes: “se debe invertir en cultura, no en armas o cámaras de vigilancia”, “invertir en armas es apostarle a la guerra, invertir en cultura es apostarle a la paz”. La oportunidad es única: presentar la política cultural como una aliada eficaz contra la violencia y la inseguridad. 29

La alineación de las políticas culturales con las políticas de prevención de la violencia puede multiplicar notablemente los recursos disponibles para las primeras. Los creadores, promotores y gestores culturales, así como los académicos podrán presentar propuestas innovadoras que serían bienvenidas por los responsables de las políticas de seguridad. Al tiempo, mucho se ganaría si los responsables de diseñar y operar los programas de seguridad participan y se benefician de la vida artística y cultural promovida por los responsables de las políticas culturales. Los vasos comunicantes entre ambas instancias de política se materializarían en beneficios mutuos. Experiencias de otros países permitirán constatarlo. Adicionalmente, los miembros del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, aprovechando esta oportunidad única, podrán publicitar el apoyo decidido que prestan a la sociedad en materia de reconstrucción del llamado “tejido social” y el robustecimiento de la cohesión social. El arte crea comunidad, convivencia vecinal y plenitud personal. • Vínculos entre los creadores de distintas generaciones Nuevo León cuenta con creadores consagrados, con prestigio nacional e internacional, algunos de los cuales nunca o rara vez se acercan al CONARTE. Es momento de aprovechar esta oportunidad fomentando los vínculos eficaces entre creadores consagrados e independientes con los jóvenes deseosos de aprender y abiertos a nuevas perspectivas. • Alianzas interinstitucionales Como nunca antes, Nuevo León experimenta una multiplicación de iniciativas, propuestas y proyectos culturales de municipios, universidades, empresas y organismos de la sociedad civil. El CONARTE puede aprovechar este florecimiento y convertirse en un aglutinador promoviendo alianzas interinstitucionales que permitan superar celos y rencillas, que no hacen otra cosa que fragmentar la vida artística y cultural del estado. Crear sinergias es la oportunidad, en lugar de parcelar los recursos. • Aprovechar los tiempos de ocio Nuevo León, a diferencia de otras regiones del país, no tiene una oferta amplia de opciones artísticas y culturales durante la Semana Santa. Se debe cubrir este vacío porque muchas personas están de vacaciones y pueden aprovechar para asistir, disfrutar, participar. La Semana Santa y el periodo navideño pueden convertirse, si se aprovechan, en sinónimos de vida cultural para los habitantes de Nuevo León. De igual manera, no se están aprovechando los viernes libres de escuela que tienen los alumnos una vez al mes.

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2. Iniciativas prioritarias y polémicas vigentes

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n esta segunda sección se sintetizan dos componentes heterogéneos, pero vinculados. En primer lugar, se presentan las acciones que se sugiere emprender de manera inmediata, consideradas urgentes, con sentido estratégico, para conservar y robustecer las fortalezas identificadas, enfrentar las debilidades, aprovechar oportunidades que ofrece el entorno y minimizar los riesgos. Las acciones identificadas requieren de esfuerzos concertados y la creación de consensos, es por esto que se incluye un componente adicional en el que aparecerán las polémicas vigentes en materia de políticas culturales en Nuevo León. La subsistencia de debates no es un dato negativo, ni un motivo para alimentar el pesimismo. Por el contrario, la coexistencia de posturas, en ocasiones antagónicas, es una oportunidad para fabricar acuerdos en los que ninguna de las partes se quiera imponer como la última y verdadera razón de la cultura. En la cultura, como en otros muchos campos, la visión ecuménica suele fincar las bases de los periodos de mayor sinergia entre los actores. La visión ecuménica requiere de intermediarios, de promotores de acuerdos, de hermeneutas que comprendan la “razón del oponente”. 31

a. Acciones a emprender en el corto plazo

• Continuar con el diagnóstico crítico y autocrítico que se inició con este ejercicio, siguiendo una metodología clara, no a manera de catarsis, convocando a los interesados, dejando participar a los jóvenes. Incluir también a los especialistas en ciencias sociales y humanidades. Debe ser un foro que se desarrolle periódicamente. En fin, el diálogo es una de las primeras acciones a emprender. En palabras de uno de los participantes: “requerimos diálogo, más diálogo”.



• El CONARTE podría proponer la creación de un Consejo Juvenil para la Cultura y las Artes. Esta sería la forma más efectiva de aprovechar las oportunidades que nos ofrece la “sangre nueva” de Nuevo León.



• Insistir ante las autoridades del Ejecutivo y el Legislativo que se cumplan los estándares establecidos por la UNESCO (1 por ciento del PIB estatal para la promoción cultural y artística).



• Invitar a los responsables de las políticas de seguridad en el Estado de Nuevo León a establecer vínculos institucionales con el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.



• Proceder a adecuar el diseño organizacional del CONARTE con los siguientes propósitos: 1) propiciar mayor participación de las universidades, los corporativos y los organismos independientes en diferentes iniciativas; 2) incrementar las sinergias interinstitucionales; 3) incluir las premisas y recomendaciones de la UNESCO.

• El CONARTE debe continuar funcionando bajo un esquema participativo y parlamentario que está dirigido a la acción y operación de las políticas cul turales. Para orientar sus funciones y adecuarlas a los cambios sociales, re quiere además de un órgano pensante que no tenga funciones operativas, sino que haga una lectura del devenir cultural de la sociedad de Nuevo León, que interprete las aspiraciones de la sociedad y ayude a conceptualizar los objetivos de la política cultural. Un órgano colegiado de esta naturaleza podrá inyectarle creatividad al CONARTE y permitiría entender mejor la época que estamos viviendo, las nuevas formas de transformar la realidad, los nuevos lenguajes, las nuevas tendencias estéticas de las diferentes clases sociales. Sería un órgano consultivo, no deliberativo ni ejecutivo, que ayudaría a mini mizar la vorágine de actividades que implica la operación cotidiana del CON ARTE. 32

• El CONARTE debe estar dotado de atribuciones para atraer recursos públicos y privados, y acrecentar sus recursos. Para ello deberá crear un departa-



mento de atracción de fondos públicos y privados con el apoyo de especialistas en estas tareas, incluyendo la búsqueda de benefactores y revisión de convocatorias, la redacción de propuestas y el diseño, y venta de proyectos.



• Deben establecerse las becas eméritas para los creadores con trayectoria consolidada en sus campos, incluyendo las manifestaciones de la cultura popular. Quienes han consagrado gran parte de su vida a la creación y promoción de la cultura deben ser reconocidos por el CONARTE. La falta de reconocimiento de estas trayectorias los aleja del diseño y operación de las políticas culturales.



• Comprometerse más decididamente con la formación de públicos. Los públicos no nacen, se hacen. Si el público no crece es que no se está haciendo lo conducente para que crezca. Al tiempo, se hace necesario revisar las metodologías utilizadas hasta el día de hoy para atraer y formar públicos partiendo de la premisa de que el consumo de bienes culturales siempre es activo, nunca es pasivo; los creadores también consumen. Consumo y creación constituyen un círculo dinámico.



• Fortalecer y estimular el compromiso de los miembros del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León con los fines de la política cultural. Que todos se sientan comprometidos con la sociedad a la que se deben y que constituye la razón de ser de toda la política cultural. Para ello debe de privilegiarse el diálogo, no el enfrentamiento. La tesis a defender es: el artista tiene obligación y compromiso con la sociedad que lo apoya, no con su grupo de interés. Todos los miembros del Consejo deben conocer, analizar y alinear sus esfuerzos a las metas de la política cultural. Por estos motivos, la ley del CONARTE vigente debe reducir las prerrogativas y responsabilidades del Consejo. Este seguirá, por ley, siendo el responsable de formular y ejecutar las políticas y acciones culturales a cargo del Estado (como se lee en la ley vigente), pero no de planearlas y evaluarlas. La planeación de las políticas y acciones culturales del Estado de Nuevo León serán atribuciones del órgano competente de planeación estratégica, mientras que la evaluación será tarea de evaluadores independientes del CONARTE y del Gobierno del Estado.

• La alineación de los consejeros y vocales a las metas de política cultural de Nuevo León debe de concretarse en un plan maestro de mediano plazo que sirva de guía en la formulación y ejecución de los programas, apoyos y proyectos. El plan debe pasar por procesos deliberativos y arribar a con sensos. Vincular y sustentar las políticas culturales con las políticas de desa rrollo humano y social como se establece en el Plan Estratégico para el Es tado de Nuevo León 2015-2030 y en el Plan Estatal de Desarrollo 2016 2021.

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b. Polémicas irresueltas

• Acciones culturales subsidiadas versus económicamente rentables. En la primera de las tesis, la cultura es un bien, es una inversión, un derecho. En la segunda, es un gasto que exige un retorno económicamente medible porque se están usando bienes públicos y deben justificarse públicamente.

• El enfoque masivo versus las expresiones culturales para grupos selectos. El primer enfoque está atento a las preferencias estéticas de la mayoría de los miembros de la sociedad; el segundo apuesta a estándares de exigencia a los que deberían acercarse los miembros de la sociedad que no han tenido la oportunidad de apreciarlos. Posturas intermedias se expre saron en los siguientes términos: la relación entre productores culturales, públicos y políticas culturales debe ser dialógica, no estática. El artista tam bién es un ciudadano, un consumidor, es parte del público. Al tiempo, las políticas culturales no pueden hacer caso omiso de la producción artística de los productores de Nuevo León. El artista debe estar involucrado, pero un proceso de “ida y vuelta”; así, en interacción constante de la cultura con la comunidad.

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• Democracia versus cultura. En esta polémica aparecen distintas posturas, desde las que defienden que la participación democrática es indispensable per se para una adecuada planeación y definición de las políticas culturales, hasta los que afirman que la cultura no tiene nada que ver con la democracia (“democratizar la cultura es una aberración”). Posturas intermedias se hacen presentes: “se puede ser democrático en la medida en que se responda y respete al arte mismo”. Esta polémica se convierte en una discusión sobre la gestión de la política cultural. Hay quienes defienden la representatividad de los gremios y postulan que deben estar representados otros segmentos de la vida cultural; por el contrario, hay proponentes que consideran que este esquema de gestión es erróneo porque los consejos de cultura deben estar compuestos por consejeros que posean los méritos. En fin, la polémica democracia versus cultura se transforma en otra: parlamentarismo versus meritocracia.



• Alta cultura versus culturas populares. En esta polémica no aparecen posturas que menosprecien a las culturas populares, esta visión pareciera estar superada y, por el contrario, los participantes en este diagnóstico, todos sin distinción, mostraron su aprecio por las culturas populares de Nuevo León y solicitan, además, apertura a nuevas manifestaciones. La polémica más bien se centra en la oferta, pareciera que algunos consideran que la oferta “popular” es para el “pueblo” mientras que la “alta” cultura es para las minorías ilustradas. Hay quienes se preguntan por qué no se pueden ofrecer bienes catalogados como “cultura refinada” a los sectores populares (“¿qué



tiene de sacrílego esto?, ¿por qué debe una excluir a la otra?”), mientras que otros plantean abiertamente que “no se le puede exigir a los miembros de las clases altas que disfruten el vallenato”. En fin, la polémica es aguda y no pareciera tener vasos comunicantes. Hay quienes, inclusive, de manera irónica plantean que las manifestaciones culturales de corte popular son apreciadas por los miembros de las clases altas de Nuevo León cuando las ven en Nueva York o en París. Aunado a esto, se introduce un nuevo ingrediente de debate: el malinchismo de los promotores culturales de ciertos segmentos de la sociedad de Nuevo León.

• Una polémica incipiente tiene que ver con el patrimonio cultural de Nuevo León. Diversos participantes sostienen que no está claro qué se en tiende por eso y que las definiciones que privilegian la arquitectura son limi tadas.

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Conclusiones

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omo podrá constatarse, el ejercicio de identificación de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA) resultó rico en contenidos y aparentemente contradictorio, porque algunas fortalezas se convierten en debilidades o riesgos, algunas debilidades pueden interpretarse como amenazas, ciertos riesgos pueden traducirse en oportunidades, y algunas oportunidades acarrean riesgos.

El ejercicio es de estrategia. En medio de contextos cambiantes y contradictorios, se requiere una mayor claridad en el rumbo y buenos capitanes que conduzcan el barco. El autor y las autoras de este reporte constatamos que Nuevo León posee talentos que sabrán conservar lo logrado con un espíritu crítico y autocrítico que permitirá no solamente resguardar, sino renovarse, abrirse a nuevos horizontes que acrecienten el orgullo que ya se fincó en muchos actores culturales del estado.

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Nota metodológica

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oda la información presentada en este reporte proviene de entrevistas realizadas entre abril y mayo de 2017. Las entrevistas tuvieron una duración mínima de 30 minutos y máxima de dos horas y media. En todos los casos, los entrevistados se encontraban en contextos apropiados que no limitaban la honestidad y generosidad de sus respuestas (en sus hogares, oficinas, cafeterías de su elección). Solamente una entrevista se realizó por escrito por las dificultades para concretar la cita. Los entrevistados poseen una característica común: han participado o participan de manera directa en la conducción de las políticas culturales del estado de Nuevo León, en diferentes posiciones (vocales, consejeros, directores de espacios culturales, creadores, promotores, funcionarios) y en diferentes épocas de la vida del CONARTE. Las entrevistas fueron grabadas pero no se procedió a una transcripción fiel de ellas, sino a la redacción de una relatoría sintética de las respuestas, reflexiones y posturas de los entrevistados y entrevistadas. Estas relatorías constituyen la base de datos en la que se fundamenta el reporte.

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Agradecimientos

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l autor y las autoras de este reporte expresan su muy sincero agradecimiento a quienes aceptaron generosamente dedicarnos su tiempo para participar en la evaluación diagnóstica de las políticas culturales del Gobierno del Estado de Nuevo León 1995-2017. En estricto orden alfabético:

María Belmonte Aurora Buensuceso Magdalena Cárdenas Wenceslao Ceballos Jeannette L. Clariond Margarito Cuéllar Carolina Farías Luis Frías Leal Hernán Galindo Jorge García Murillo Cinthya González Enrique González Carmen Junco Xavier López de Arriaga Gerardo López Moya Luis Martín

Hester Martínez Liliana Melo de Sada Teresa Medellín Joel Morales Luisa Fernanda Patrón José Quintanilla Alejandra Rangel Ana Laura Santamaría Jaime Sierra José Luis Solís Méntor Tijerina Guadalupe Treviño Leticia Vargas Carlos Velázquez Roberto Villarreal

Expresamos también nuestro sincero agradecimiento a América Palacios, quien amablemente nos brindó su apoyo a lo largo de todo nuestro trabajo. 41

Diseño editorial y de portada: Érika Flores Reyes | Tres Multimedia

Monterrey, Nuevo León, México.

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