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En la zona central de la sierra madrileña, el curso alto del río Manzanares mantiene aún un alargado sistema fluvial de 16 kilómetros sin presas y con gran calidad de agua ...... Actualmente, la dinámica positiva de sus poblaciones en el Alto Manzanares puede verse truncada o ralentizada por diversos problemas como la.
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Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

Estudio de la Calidad Ambiental de la Cuenca Alta del Río Manzanares Setiembre 2014 – octubre 2015

Estudio de la calidad ambiental de la Cuenca Alta del Manzanares

Índice 1. JUSTIFICACIÓN ...................................................................................................................... 1 2. DESCRIPCIÓN DEL MEDIO FÍSICO...................................................................................... 1 2.1. Regionalización ecológica .................................................................................................. 1 2.2. Factores climáticos y bioclimáticos................................................................................... 2 2.3. Bioclimatología .................................................................................................................... 5 2.4. Geología ............................................................................................................................... 6 2.5. Edafología ............................................................................................................................ 8 2.6. Hidrología ............................................................................................................................. 9 2.7. Vegetación ......................................................................................................................... 11 2.8. Fauna .................................................................................................................................. 14 3. GESTIÓN DEL TERRITORIO. IDENTIFICACIÓN DE LOS AGENTES SOCIALES QUE INCIDEN SOBRE EL TERRITORIO. AAPP QUE LO ADMINISTRAN Y COLECTIVOS CON INTERESES. ............................................................................................................................... 17 4. DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO REALIZADO ....................................................................... 20 4.1. Definición de indicadores relativos a bosques de ribera ............................................. 20 4.2. Definición de indicadores relativos a la calidad del agua ........................................... 20 4.3 Definición de indicadores relativos a la biodiversidad .................................................. 21 4.4. Transectos a lo largo de la zona de estudio ................................................................. 21 4.4.1. Datos generales ............................................................................................................. 21 4.4.2. Toma de muestras de agua y características físico-químicas ................................. 24 4.4.3. Toma de datos sobre la vegetación de ribera ........................................................... 25 4.4.4. Toma de datos sobre fauna vertebrada e invertebrada .......................................... 26 5. RESULTADOS ........................................................................................................................ 28 5.1. Estado general de las diferentes subcuencas ............................................................... 28 5.2. Especies bioindicadoras ................................................................................................... 31 5.2.1. Nutria paleártica (Lutra lutra) ...................................................................................... 31 5.2.2. Visón americano (Neovison vison) .............................................................................. 33 5.2.3. Turón (Mustela putorius).............................................................................................. 34 5.2.4. Insectívoros acuáticos. Musgaño de cabrera (Neomys anomalus) y desmán de los pirineos (Galemys pyrenaicus). ........................................................................................ 34 5.2.5. Mirlo acuático (Cinclus cinclus).................................................................................... 35

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5.2.6. Rana patilarga (Rana iberica ) ..................................................................................... 36 5.2.7. Otros anfibios ................................................................................................................. 37 5.2.8. Galápago europeo (Emys orbicularis) ........................................................................ 37 5.2.9. Otros reptiles acuáticos o semiacuáticos. .................................................................. 37 5.2.10. Lamprehuela (Cobitis calderoni) ............................................................................... 38 5.2.11. Trucha (Salmo trutta fario) ........................................................................................ 39 5.2.12. Bosques de ribera........................................................................................................ 39 5.2.13. Macroinvertebrados..................................................................................................... 41 6. DISEÑO Y EJECUCIÓN DE ACCIONES DE INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL ..................................................................................................................................................... 42

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1. JUSTIFICACIÓN La cercanía de Madrid ha supuesto desde antiguo la degradación de los ecosistemas de la Sierra de Guadarrama, dada la proliferación de segundas residencias y la sobreexplotación de recursos como la madera, la caza, el suelo o el agua. Las necesidades hídricas de una población pujante y de la masiva construcción de edificaciones e infraestructuras ha traído aparejada una merma en la cantidad y la calidad de los recursos hídricos, disminuyendo la cantidad de cursos permanentes, reduciendo los caudales, contaminando incluso arroyos de montaña cerca de su cabecera e interrumpiendo el carácter de ecosistema lineal de estas torrenteras mediante la construcción de presas. En la zona central de la sierra madrileña, el curso alto del río Manzanares mantiene aún un alargado sistema fluvial de 16 kilómetros sin presas y con gran calidad de agua, entre su nacimiento a 2010 metros de altitud en la Cuerda Larga y su desembocadura a 894 metros de altitud en el Embalse de Santillana, tras atravesar la localidad de Manzanares el Real. La existencia de un entramado orográfico formado por varias sierras abruptas ha permitido que tan solo este río conserve un tramo de gran valor natural en el entorno de las montañas que se vislumbran desde Madrid, a diferencia de otros cauces como los de los ríos Guadarrama o Guadalíx en su Cabecera. Dicho estado de conservación ha permitido la existencia de especies animales que necesitan estos medios bien conservados para persistir, como el mirlo acuático (Cinclus cinclus), la lamprehuela (Cobbitis calderoni), la trucha (Salmo trutta fario) o la nutria (Lutra lutra), habiendo colonizado esta última en los últimos año el alto Manzanares. A esto debemos añadir la probable presencia de otras especies como el turón (Mustela putorius) o el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus) con avistamientos en los últimos años. Sin embargo, los daños provocados sobre el río tras su paso por Manzanares el Real y las molestias sistemáticas ejercidas sobre la fauna existente en esta afamada zona de baño de 10 kilómetros de largo, que en verano soportaba decenas de miles de visitas, unidas a la expansión del visón americano (Neovison vison, una especie exótica invasora), ponen en peligro la calidad de los ecosistemas de la Cuenca Alta del Manzanares. Es de esperar que la prohibición de baño establecida en 2016 contribuya a la mejora de las condiciones ecológicas del río. Por estos motivos hemos elaborado un censo de nutria y de otros organismos bioindicadores de la calidad del agua y de los ecosistemas de la Cuenca Alta del Manzanares.

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Fuente: elaboración propia

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2. DESCRIPCIÓN DEL MEDIO FÍSICO 2.1. Regionalización ecológica Nos encontramos en la región mediterránea, caracterizada por un clima extremo de veranos secos y cálidos en el extremo sur del subcontinente europeo, una de las cinco regiones mundiales con clima mediterráneo junto a zonas de California, Chile, Sudáfrica y Australia. La situación de la Península Ibérica, a caballo entre los continentes europeo y africano, con un relieve muy montañoso que favorece el aislamiento y la especiación, muy variado litológicamente y con fuerte influencia humana desde hace milenios, ha provocado la existencia de una rica biodiversidad. El sur peninsular ha sido incluido en uno de los “hotspot” mundiales de biodiversidad, junto al norte de África, en la región Bético-Rifeña. Faunísticamente, se encuentra incluida en el gran reino Holártico, dentro del subreino Paleártico que incluye la mayor parte de Eurasia y el norte de África. Su posición de “fondo de saco” occidental de Eurasia y su carácter meridional origina una interesante conjunción de especies asiáticas y africanas, y norteñas y sureñas, a menudo en su límite de distribución. La sierra de Guadarrama, en la que se incluye el área de actuación, bebe de dichas influencias, con un clima mediterráneo continental con matices atlánticos e incluso boreales en sus zonas altas, permitiendo la presencia de una fauna y una flora de clara tendencia mediterránea pero enriquecida con endemismos y con especies propias de otros medios, acantonadas en estas islas frías y altas dentro de la Península Ibérica.

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2.2. Factores climáticos y bioclimáticos Las características climáticas de esta zona están influidas por numerosos factores que interaccionan entre sí: 







Situación geográfica. El clima se considera mediterráneo continentalizado, que se caracteriza por sus grandes diferencias de temperaturas entre el invierno y el verano, y por sus veranos secos, debido a su distancia al mar. Además, se ve fuertemente afectado por la existencia en su lado Norte del macizo montañoso, que modifica el régimen de vientos y las precipitaciones. Altitud.La altura del relieve modifica sustancialmente el clima de una zona ya que, al aumentar la cota, se produce un descenso de las temperaturas que va afectar a otros factores, como las precipitaciones o el tipo de vegetación. Orografía. La disposición del relieve con respecto a la incidencia de los rayos solares determina dos tipos de vertientes: de solana y de umbría. La solana, con orientación suroeste, como es el caso de la zona de estudio, es más cálida y luminosa. Régimen de viento y precipitaciones. La presencia de obstáculos montañosos cercanos afecta al movimiento de las masas de aire y determina la existencia de dos tipos de vertientes con respecto a la incidencia de los vientos dominantes: de barlovento y de sotavento. A barlovento se produce un ascenso del aire, y en consecuencia, un descenso de las temperaturas, que favorece la condensación y la formación de las precipitaciones. Mientras que, a sotavento, el descenso del aire aumenta su temperatura y reduce drásticamente su humedad. Por este motivo, la vertiente madrileña de la Sierra registra un volumen de precipitaciones anuales considerablemente inferior que las registradas en la ladera norte.

Además, en la zona existen distintas áreas que pueden considerarse microclimas, por sus características específicas (lagunas, bosques…).

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Para determinar las características climáticas podemos considerar los siguientes factores: 





Temperatura. La temperatura media anual oscila entre los13,5º C de los cerros expuestos a poniente delentorno del monte de El Pardo, a los 3,5ºCde las cumbres de Cabeza de Hierro. Precipitaciones y nubosidad. La precipitación media de la cuenca del río Manzanares oscila entre los 450 mm. anuales del entorno de El Pardo y los 1.600 a 2.000 mm. de las cumbres de Cabeza de Hierro.Existe un tiempo de escasez de lluvias coincidente con la época más cálida del año y que da lugar a periodos de sequía. Insolación y viento. La zona objeto de estudio se encuentra en la ladera Sur de la sierra, por lo que se ve favorecida en su insolación y protegida de los vientos fríos del Norte.

Río Manzanares

Los datos climatológicos con los valores medios anuales históricos de la zona aparecen recogidos en la siguiente tabla:

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Media de las temperaturas mínimas diarias (ºC)

Precipitación media (mm)

Humedad relativa media (%)

nº medio de días de precipitación superior o igual a 1 mm

nº medio de días de nieve

nº medio de días de tormenta

nº medio de días de niebla

nº medio de días de helada

nº medio de días despejados

nº medio de horas con sol

Mes

Temperatura media(ºC)

Media de las temperaturas máximas diarias (ºC)

Enero

-0,4

2,3

-3,2

124

80

11,5

12,4

0,1

12,6

25,6

6,2

109

Febrero

0,1

3,0

-2,9

96

79

9,9

11,7

0,0

9,5

22,0

5,4

114

Marzo

2,3

5,8

-1,1

84

74

9,2

9,4

0,4

8,7

19,0

5,7

162

Abril

3,4

7,0

-0,3

127

77

12,2

10,9

1,2

9,2

17,1

3,8

166

Mayo

7,4

11,5

3,2

124

72

12,4

4,6

3,7

7,8

7,5

3,2

215

Junio

13,2

18,0

8,3

64

59

6,6

0,6

4,2

3,6

0,8

7,0

289

Julio

17,0

22,4

11,5

23

47

3,2

0,0

2,9

2,4

0,0

14,6

348

Agosto

16,8

22,2

11,5

26

49

3,5

0,0

3,4

2,1

0,0

10,9

321

Septiembre

12,7

17,2

8,2

60

63

6,5

0,4

2,6

5,5

0,9

6,9

211

Octubre

7,3

10,6

3,9

156

79

11,5

2,6

0,6

9,1

4,9

5,2

146

Noviembre

2,8

5,6

0,1

176

83

12,2

7,7

0,2

11,9

15,4

5,4

103

Diciembre

0,7

3,3

-2,0

163

81

12,6

10,7

0,1

12,6

22,9

6,1

92

Año

6,9

10,7

3,1

1223

70

111,3

71,0

19,4

95,0

136,1

81,7

2268

Tabla 1: Valores climatológicos normales. Puerto de Navacerrada. Fuente: AEMET

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2.3. Bioclimatología Los factores climáticos son los que afectan en mayor medida a la distribución de organismos vivos en una zona. Entre estos destacan:  





Precipitaciones y su distribución anual, qué determinan la duración de la época seca, de los hidroperiodos y de los caudales de humedales y arroyos. Temperaturas máximas, mínimas y variaciones diurnas/nocturnas.La vegetación que se da en este clima está adaptada a soportar temperaturas extremas y sequías prolongadas en verano. Las especies arbóreas son las características de las zonas interiores de España, donde se da el clima mediterráneo continentalizado, comola encina, el pino, el alcornoque, el rebollo, el quejigo, el enebro y la sabina. También abundan arbustos y matorrales característicos de la vegetación mediterránea, como la jara pringosa, el romero, el tomillo y el cantueso. Humedad. Determina no sólo el tipo de vegetación (arbórea o arbustiva) sino también la existencia de otros organismos, como líquenes y hongos. En los pinares de la zona se encuentra gran variedad de líquenes, debido al alto grado de humedad, siendo uno de los más frecuentes la barba de capuchino Pseudoevernia furfuracea. Incluso en los encinares, donde la humedad ambiental es menor, aparecen representantes de este grupo de organismos, como el musgo del roble Evernia prunastri. Altitud.Determina la existencia de pisos térmicos o franjas climáticas delimitadas por curvas de nivel o isotermas.

El Espacio Protegido se distribuye entre los pisos bioclimáticos crioromediterráneo (0,1%), oromediterráneo (4%), supramediterráneo superior (5%), supramediterráneo medio (7%), supramediterráneo inferior (31%) y mesomediterráneo superior (53%). En función de su distribución se pueden distinguir dos grandes tipos de formaciones vegetales: por una parte, las asociadas a estos pisos de vegetación y, por otra, formaciones azonales determinadas por factores locales. Con respecto a los pisos de vegetación, en el más bajo, que se extiende desde la campiña hasta el pie de la Sierra de Guadarrama, nos encontramos el encinar carpetano, que ocupa más del 37% del área. Junto con la encina aparecen el enebro y diversos arbustos como torvisco, olivilla, aladierno o majuelo. En este piso, las principales formaciones arbustivas son retamares, en la campiña, y jarales en el piedemonte y en las laderas de la sierra. Por encima de los encinares se sitúan, con mucha menor extensión, los melojares de roble melojo Quercus pyrenaica, con un estrato arbustivo de majuelo, retama negra, rosas, zarzas y retama de flor.

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En el piso superior se extienden los pinares de Pinus sylvestris con un sustrato arbustivo en el que predominan el enebro rastrero y el piorno serrano, acompañados por la retama de flor y, en las cotas más bajas, la retama negra. Por encima del piso forestal la vegetación termina siendo sustituida por pastizales de alta montaña en los que dominan las festucas Festuca indigesta. Entre las formaciones azonales más relevantes se encuentran los cervunales de Nardus stricta, las fresnedas de fresno de hoja estrecha Fraxinus angustifolia y rebollares de roble melojo Quercus pyrenaica, la vegetación ligada a los afloramientos rocosos (constituida por musgos, líquenes y especies peculiares de plantas vasculares adaptadas a las condiciones adversas de estos medios) y la vegetación de ribera constituida por fresnedas y saucedas de bardaguera blanca Salix salviifolia y bardaguera negra Salix atrocinerea.

2.4. Geología Nos encontramos en el Sistema Central Oriental, dentro del Zócalo hercínico peninsular, una de las zonas más antiguas de la Península Ibérica, cuya génesis se remonta a la orogenia Hercínica o Varisca. Su modelado final queda asociado a los movimientos compresivos de la Orogenia Alpina, que rejuveneció estos relieves envejecidos y elevó diferentes bloques (“horst”) que forman actualmente las principales alineaciones montañosas, haciendo descender otros bloques que configurarían los anchos valles (“graben”). Nuestro trabajo se centra en el área de la sierra de Guadarrama con mayores desniveles, con el segundo pico más alto de la cordillera (Cabeza de Hierro Mayor, 2381 m.s.n.m) y el piedemonte descendiendo por debajo de los 900 metros (Embalse de Santillana, 893 m.s.n.m). El escalonamiento de vertientes con casi 1500 metros de desnivel se resuelve con la presencia de numerosas sierras secundarias, donde destaca la espectacularidad y continuidad de los escarpes rocosos. El contacto con la rampa se articula a través de un extenso fondo de valle conocido como Depresión Manzanares-Guadalíx, colector de todas las aguas de las montañas circundantes y ocupado parcialmente por rocas sedimentarias. Su litología incluye diferentes tipos de granitos (porfídicos, adamellitas), gneises, y pequeños depósitos de dolomías y margas en los fondos de valle, procedentes de la invasión marina del Cretácico.

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Embalse de Santillana, visto desde La Pedriza Anterior

Destacan como lugares de gran interés geológico el macizo de las Pedrizas del Manzanares, ejemplo europeo de modelado granítico y posiblemente el enclave ibérico con mayor profusión de dicha roca, y los pequeños circos glaciares pleistocenos de la cara sur de la Cuerda Larga (Circo del arroyo Redondel, Circo del arroyo Chivato, Circo del arroyo de los Hoyos, Circo de Hoyocerrado). Igualmente interesantes resultan los diferentes nichos de nivación en los que nacen los principales arroyos serranos, como el Ventisquero de la Condesa, que da origen al propio río Manzanares.

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2.5. Edafología La existencia de grandes alineaciones montañosas silíceas con laderas de moderadas o fuertes pendientes y numerosos afloramientos rocosos en superficies caracterizan los suelos del área de estudio, limitados en numerosas ocasiones a litosoles. A lo largo de las extensas laderas serranas,su vocación es forestal y ganadera, existiendo buenos suelos agrícolas en los fondos de valle de la Depresión ManzanaresGuadalíx, utilizada antiguamente como campo de cultivo de las poblaciones de Manzanares el Real y Soto del Real. No en vano era conocida como “Campo de Manzanares” y “Campito de Chozas”.

Embalse de Santillana

Los suelos mayoritarios son los cambisoles, del grupo de las “tierras pardas”, ocupados por pinares, robledales y encinares a menudo ahuecados por el ganado vacuno. En zonas altas, erosionadas o muy pendientes dominan los ránkers, ocupados por ejemplo por los extensos jarales de pringosa de la Pedriza del Manzanares. En las zonas encharcadizas próximas a arroyos, turberas o fondos de valle bien avenados localizamos fluvisoles o gleysoles, evidenciados por la presencia de “verdinales” según dicho de los serranos, y por bosques de ribera.

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2.6. Hidrología La cuenca alta del río Manzanares se articula en torno a los fondos de valle conocidos como Depresión de Manzanares-Guadalíx, ocupados actualmente por el embalse de Santillana, colector de todas las corrientes de agua que drenan este sector de la sierra de Guadarrama hasta confluir en el río Manzanares. Los principales cursos de agua, los ríos Samburiel, Manzanares y Mediano muestran un régimen pluvio-nival propio de ríos mediterráneos de montaña caracterizado por las fuertes crecidas equinocciales y un destacado estiaje. Superan fuertes desniveles que rebasan en todos los casos los 1100 metros de desnivel, en los que predomina el arrastre sobre la sedimentación y los cursos rocosos y rápidos, que tan solo se serenan y alcanzan cierta complejidad morfológica al alcanzar la Depresión de ManzanaresGuadalíx. Hacia el noroeste de dicha depresión el río Samburiel, denominado en su cabecera río Navacerrada, desciende desde el valle de la Barranca para recorrer el Valle del Berrocal en torno a las localidades de Navacerrada, Becerril, Cerceda y Manzanares el Real, acumulando 1200 metros de desnivel y 21 kilómetros hasta el embalse de Santillana, donde desagua por su extremo oeste. Curso permanente en sus fuentes, el abastecimiento humano provoca que el tramo existente aguas abajo del embalse de Navacerrada se seque en verano, provocando graves alteraciones ecológicas en su curso. Los pequeños cursos de los arroyos Piojo, Matalibrillo y Gargantilla desaguan en él. En el centro del alto Manzanares, el río del mismo nombre drena las montañas más complejas, extensas y elevadas del área (sierras de la Cuerda Larga, Pedrizas, Maliciosa, Barreras, Porrones) para conformar la garganta de mayor extensión del Guadarrama, que recorre durante 16 kilómetros desde sus fuentes en el Ventisquero de la Condesa hasta su desembocadura en el embalse de Santillana. Numerosos afluentes de entidad drenan sobre el Manzanares en su recorrido por las montañas, compartiendo similares características. Es el caso de los arroyos Valdemartín, Berzoso, Simón de los Chorros, Hoyos, Umbría de la Garganta o Majadilla.

9 Arroyo Cortecero, en La Pedriza

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En el extremo oriental del alto Manzanares corre el río o arroyo Mediano, conocido por ambos nombres, desde sus fuentes en el circo glaciar de Hoyocerrado hasta el embalse de Santillana a la altura de Cerro Casar. Atraviesa 11 kilómetros de montañas y dehesas, donde la instalación de balsas para el consumo humano de agua y la multiplicación de las detracciones ilegales de caudal provocan su completo secado estival aguas abajo de las montañas, donde aún conserva sus características originales. El arroyo Chozas, otro importante curso de agua, y otros torrentes como el Recuenco y el Santillana desembocaban antiguamente en el Mediano, aunque hoy no pueda apreciarse al unirse todos ya bajo las aguas del embalse de Santillana. Dicho embalse data de 1907 y fue recrecido en 1969, superando actualmente las 1000 hectáreas de extensión. Ocupa los antiguamente fértiles campos conocidos como Campo de Manzanares y Campito de Chozas, y es el segundo embalse en extensión de la comunidad de Madrid y el humedal de mayor importancia dentro del alto Manzanares.

Embalse de Santillana a los pies de las sierras de las Pedrizas y Cuerda Larga

Asimismo, cabe citar los escasos humedales endorreicos a lo largo y ancho de la zona, especialmente asociados a la cantería propia del valle del Samburiel. Puntualmente persisten también en las altas vertientes pequeños humedales de escasa extensión pero de gran interés biológico, como las turberas de la Cuerda Larga o las lagunillas de la Pedriza del Manzanares.

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2.7. Vegetación El alto Manzanares se caracteriza por el dominio de formaciones submediterráneas acidófilas sobre granitos y gneises en laderas de montaña, adaptadas a un clima frío y lluvioso con incidencia probable de las heladas durante 7-8 meses al año de media, y un verano seco y cálido que imprime el carácter xérico característico de la vegetación de las cotas bajas. La zona queda enmarcada en la provincia florística Carpetano-Ibérica-Leonesa, distrito Guadarramense. El ombroclima oscila entre el subhúmedo (600-1000mm), dominante en los fondos de valle y cotas bajas que descienden hasta los 893 m.s.n.m., y el húmedo (1000-1600 mm), rozando el hiperhúmedo (1600mm +) en las altas cotas de Cuerda Larga como las Cabezas de Hierro (2381 m.s.n.m.). Siglos de cortas, incendios y sobrepastoreo, en una comarca poblada desde antiguo, han provocado la degradación de los bosques,los cuales han llegado hasta nuestros días convertidos en jirones acantonados en lugares abruptos o en dehesas de secular aprovechamiento silvo-pastoral. Su degradación en laderas de fuertes pendientes ha provocado su sustitución por plantaciones protectoras de coníferas. La fuerte urbanización difusa y la construcción de grandes infraestructuras como vías de comunicación o embalses han provocado su fragmentación.

Área deforestada de La Pedriza. Quedan buenos ejemplares de alcornoque, encina y roble entre el roquedo.

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La existencia de los fuertes escarpes de la sierra de Guadarrama, que superan los 1400 metros de desnivel en el alto Manzanares, provocan una gradación altitudinal de los pisos de vegetación, y la existencia de relictos asociados a climas húmedos y/o fríos que imperaron en la zona en épocas pretéritas. En las cotas bajas y en espigones rocosos con suelo escaso domina el encinar con enebros, que llega a mezclarse con retazos de alcornocal con madroños y labiérnagos entre otras especies en las sierras más bajas; actualmente, salvo en algunas dehesas, el encinar se encuentra muy degradadodebido a su secular aprovechamiento para el carboneo. En los fondos de valle en los que culmina la cuenca de captación de los ríos Samburiel, Manzanares y Mediano domina la fresneda-melojar, aprovechada por el ganado vacuno en extensivo e incluida en una extensa red de pequeñas dehesas. Puntualmente, la presencia de litologías básicas provoca la inclusión de quejigares basófilos.

Praderas y dehesas de roble y fresno en Soto del Real

Los robledales de roble melojo (Quercus pyrenaica) trepan por las laderas más allá de los fondos de valle, incluso hasta los 1600-1700 metros de altura en la cálida Pedriza, correspondiéndoles la mayor potencialidad en áreas de media montaña. Sin embargo, actualmente han sido sustituidos por plantaciones de coníferas (Pinus sylvestris, Pinus pinaster, Pinus nigra subsp. nigra, Cupressus arizonica) o por sus matorrales de sustitución, como jarales (Cistus ladanifer, Cistus laurifolius), brezales con gayuba (Erica arborea, Calluna vulgaris, Arctostaphylos uva-ursi subsp. crassifolia) o escobonales (Cytisus scoparius, Genista florida, Genista cinerea subsp. cinerascens). Por encima de los melojares se instalarían valiosos pinares de pino silvestre, con ejemplares centenarios entre los riscos graníticos, situándose entre los 1600 (1500)1900 (2000) metros. El sobrepastoreo los ha convertido en formaciones abiertas, a veces alternadas con modernas y adecuadas repoblaciones realizadas con esta especie, y en otras ocasiones con desafortunadas forestaciones del aquí alóctono pino negro (Pinus uncinata). Piornos (Cytisus oromediterraneus) y jabinos (Juniperus communis subsp. alpina) son fieles acompañantes de estos pinares, sustituyéndoles cuando los incendios o las cortas han acabado con ellos.

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Entre melojares y pinares, salpicados en riberas y roquedos, encontramos algunos árboles propios de climas norteños que sobreviven acantonados en rincones favorables, como abedules (Betula pubescens subsp. celtiberica), chopos temblones (Populus tremula var. villosa), olmos de montaña (Ulmus glabra), tejos (Taxus baccata), acebos (Ilex aquifolium), mostajos (Sorbus aria, Sorbus intermedia) o serbales (Sorbus acucuparia) entre otras especies. Los bosques de ribera están formados mayoritariamente por saucedas arbustivas (Salix atrocinerea, Salix salvifolia, puntualmente Salix triandra y Salix purpurea) que se convierten en saucedas arbóreas en los fondos de valle (Salix fragilis, Salix alba). Las fresnedas suelen orlar a las saucedas en la banda exterior de las riberas por debajo de los 1200 metros, y otras especies como los arraclanes (Frangula alnus), majuelos (Crataegus monogyna) o endrinos (Prunus spinosa) suelen acompañarlas con fidelidad. Destaca la presencia de abedulares en algunos cursos altos de los ríos, por encima de los 1400 metros. En general la productividad de las formaciones ribereñas ha provocado su simplificación cuando no su desaparición, sustituidas por cultivos, pastos para el ganado o choperas de repoblación. La detracción de los recursos hídricos también ha afectado en gran medida a estos bosques. Hasta 2000 especies de plantas vasculares pueden encontrarse en la sierra de Guadarrama, destacando la existencia de endemismos orófilos del sistema central. A caballo entre el alto Manzanares y el alto Lozoya persiste actualmente la única población conocida de Eryssimumhumile susbp. penyalarensis, y en los riscos de la Pedriza las únicas poblaciones madrileñas conocidas de Dryopteris dilatata o Conopodium bunioides. Taxones escasos y merecedores de protección son Sempervivum vicentei subsp. paui, Armeria caespitosa, Aconitum vulparia subsp. neapolitanum, Paris quadrifolia, Polygonum alpinum o Narcissus pseudonarcissus subsp. portensis, entre otras especies. Formaciones habituales de gran extensión superficial son los vallicares de Agrostis castellana en las praderas del piedemonte, majadales de Poa bulbosa en praderas de destacable carga ganadera o berciales de Celtica gigantea en laderas fértiles pero pedregosas. En las cabeceras de los valles existen extensos cervunales de Nardus stricta, de gran importancia estival para el ganado, y numerosas turberas.

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2.8. Fauna La situación central dentro de la península Ibérica del alto Manzanares, y su inclusión en los grandes escarpes montañosos de la sierra de Guadarrama, supone la existencia de una fauna muy variada y bien conservada a rasgos generales, con presencia de endemismos ligados a los espacios montañosos y de orígenes diversos. El 40% de los vertebrados existentes en Iberia aparecen en esta comarca. La mastofauna ligada a amplios espacios bien conservados y las especies bioindicadoras han resultado las más perjudicadas tras siglos de persecución y perturbaciones de origen antrópico. Es el caso de los grandes depredadores como osos y linces, hoy desaparecidos, y de los grandes herbívoros eliminados por la caza. No obstante, en la actualidad, las políticas proteccionistas y el abandono de ciertas prácticas tradicionales como la persecución directa están trayendo aparejadas la recuperación de numerosos grupos faunísticos, aunqueven cada vez más mermado el hábitat disponible por el desmesurado crecimiento de los núcleos de población y de las infraestructuras asociadas. Los grandes mamíferos están hoy representados por una boyante población de cabra montés (Capra pyrenaica victoriae), corzos (Capreolus capreolus) y jabalíes (Sus scrofa), por una importante cabaña de vacuno y ya, minoritariamente, de equino y caprino. Entre los depredadores persiste un buen abanico de pequeños carnívoros como zorro (Vulpes vulpes), tejón (Meles meles), garduña (Martes foina), gineta (Genneta geneta), comadreja (Mustela nivalis) y mermadas poblaciones de gato montés (Felis sylvestris). Destaca la recolonización reciente de la nutria (Lutra lutra), del lobo (Canis lupus) y del ciervo (Cervus elaphus), que apuntan hacia una lenta recuperación de las poblaciones de grandes mamíferos. Menos positiva es la instalación de las introducidas poblaciones de visón americano (Neovison vison).

Cabras montesas en La Pedriza

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Entre las especies clave del ecosistema se encuentran las mermadas poblaciones de conejo (Oryctolagus cuniculus), al alza en los últimos años tras las epidemias sufridas; y las menos boyantes de liebres (Lepus granatensis) y perdiz roja (Alectoris rufa). Ratones, topillos como el endémico de cabrera (Microtus cabrerae) y el restringido al Guadarrama neverón o nival (Microtus nivalis), musarañas y musgaños, al menos 11 especies de murciélagos y un sinfín de aves paseriformes entre las que destacan especies escasas como el pico menor (Dendrocopos minor), conforman un amplio elenco de productores primarios. Entre las poblaciones de aves destacan las de rapaces, con la mayor colonia sobre granito de buitre leonado (Gyps fulvus) del país en la Pedriza del Manzanares, y hasta 15 especies nidificantes. El embalse de Santillana destaca igualmente por sus poblaciones de anátidas, limícolas y ardeidas, acogiendo un gran número de especies migradoras durante los pasos pre-nupcial y post-nupcial, y espectaculares contingentes invernales de gaviota sombría (Larus fuscus) y reidora (Larus ridibundus).

Buitre leonado

Las 11 especies de anfibios presentes en la comarca muestran un preocupante declive, parcialmente frenado en los últimos años por las acciones in situ destinadas a su recuperación. Destaca la presencia de algunos endemismos ibéricos (Hyla molleri, Rana iberica, Triturus pygmaeus). La herpetofauna se completa con las poblaciones de reptiles, representadas por dos tipos de lagartos que incluyen al endémico verdinegro (Lacerta schreiberi), cinco de lagartijas, entre ella la alpina carpetana (Iberolacertis cyreni), dos de eslizones, al lución (Anguis fragilis), la culebrilla ciega (Blanus cinereus), los dos galápagos autóctonos y varios introducidos, las ocho especies de culebras madrileñas y la víbora hocicuda (Vipera latastei).

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Víbora hocicuda

En relación con los invertebrados persisten grandes lagunas de desconocimiento, aún en un entorno próximo a la capital de España de gran tradición científica. Destacan las 102 especies de mariposas diurnas (ropalóceros) citadas, o los endemismos Guadarramenses existentes entre los coleópteros Carabus o Iberodorcadion. Especies bandera presentes en el alto Manzanares son Graellsia isabelae o los lucánidos Lucanus cervus o Pseudolucanus barbarrosa.

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3. GESTIÓN DEL TERRITORIO. IDENTIFICACIÓN DE LOS AGENTES SOCIALES QUE INCIDEN SOBRE EL TERRITORIO. AAPP QUE LO ADMINISTRAN Y COLECTIVOS CON INTERESES. El uso del agua, un bien escaso en entornos mediterráneos, ha provocado el asentamiento de poblaciones en sus inmediaciones desde antiguo, y frecuentes conflictos por su disfrute y aprovechamiento. En el caso del río Manzanares en su curso alto, la entidad del río dentro de la amplia comarca de la sierra de Guadarrama motivó la presencia humana desde antiguo en las fértiles vegas, hoy ocupadas por el embalse de Santillana, prolongadas ya en la edad media por el señorío del Real de Manzanares e inundadas en época moderna por la creación y posterior recrecimiento del embalse de Santillana, que abastece de agua a la creciente población de la ciudad de Madrid y área metropolitana. El aumento de las necesidades hídricas de Madrid y de las poblaciones serranas limítrofes a los cursos de agua del alto Manzanares han exigido la construcción de numerosas infraestructuras para aprovechar el agua: La balsa de los Palancares en el arroyo Mediano, pequeños azudes y presas en arroyos menores, en muchos casos en desuso, y los embalses de Navacerrada y la Maliciosa en el Samburiel y de Santillana en el Manzanares. Su construcción ha supuesto la regulación de los caudales naturales y una pérdida de naturalidad de los cursos de agua afectados. Paralelamente, el interés creciente por el papel ecológico jugado por los ríos ha llevado a desmantelar una pequeña presa en el curso del río Manzanares, en la Garganta Camorza, permitiendo que éste sea el único río madrileño, junto al Riato, sin presas en su curso alto. El aprovechamiento ancestral de los caudales mediante acequias o regueras para regar a manta prados de siega, aprovechados posteriormente por el ganado, ha caído en desuso, aunque aún se mantiene en ciertas zonas como el valle del arroyo Mediano. La lucha contra el paludismo conllevó igualmente en el pasado la desecación de numerosas zonas húmedas, proceso que hoy comienza a invertirse con la recuperación artificial de estos interesantes enclaves a cargo de las autoridades ambientales, debido a sus altos valores ecológicos. La apertura de pistas y la plantación de coníferas en las cabeceras de los arroyos implicó serias afecciones sobre algunas turberas, medios pantanosos de gran importancia en la regulación de los caudales y en la salvaguarda de la biodiversidad y geodiversidad de las restringidas zonas altas. Actualmente, el aumento de la concienciación acerca de su importancia ha reducido dichas afecciones, aunque no las ha eliminado. 17

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El crecimiento de los núcleos urbanos ha originado un aumento en los vertidos hacia los cursos de agua, que la mejora de las depuradoras aún no ha conseguido reparar. Es el caso del río Manzanares a su paso por la población de Manzanares el Real, donde aún recibe pequeños vertidos perjudiciales

Urbanizaciones junto al embalse de Santillana, en Manzanares el Real

La detracción ilegal de los recursos hídricos y la ocupación del dominio público hidrológico son dos hechos que afectan a ríos y arroyos como el Samburiel y el Mediano, secos durante el verano una vez que atraviesan las primeras poblaciones, si bien hay datos históricos que aluden a su carácter permanente en estos lugares. En el caso del Samburiel, aguas abajo del embalse de Navacerrada, su caudal ecológico establecido por ley era incumplido durante el verano hasta el año 2014, en el que el río recuperó su caudal durante todo la época estival hasta la localidad de El Boalo. La cabecera de los cursos de agua queda incluida en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, que velan por su buen estado de conservación y que facilitan la labor de otras entidades como universidades, ONG o iniciativas privadas que redundan en un buen estado de salud de sus ríos. Los pueblos del entorno obtienen sus aguas de los embalses creados y el Canal de Isabel II gestiona el aprovechamiento del embalse de Santillana. Algunas poblaciones serranas utilizan durante muchos meses al año pequeños embalses en tramos más altos de los arroyos. La pesca deportiva alcanza cierta importancia en embalses y tramos bajos de los ríos, centrándose en las poblaciones de salmónidos y ciprínidos existentes. Los colectivos locales utilizan activamente ciertos tramos fluviales. 18

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La cercanía a la ciudad de Madrid, la entidad del río Manzanares, el fácil acceso y el carácter emblemático de la Pedriza del Manzanares provocan un gran efecto llamada para el uso público durante las estaciones cálidas; la zona de Charca Verde está declarada zona de baño por la Comunidad de Madrid. La falta de regulación del baño contribuye decisivamente a la degradación de casi 10 kilómetros de río durante los meses de mayo a octubre, con cientos y a veces miles de personas a diario paseando y bañándose, perjudicando fauna, bosques de ribera, paisaje e incluso parámetros físicoquímicos del curso de agua. La escasa sensibilización de algunos de los visitantes multiplica aún más los efectos perjudicialesde esta actividad. Esta situación es controvertida, y ha sido denunciada en varias ocasiones por sectores de la sociedad como entidades locales, pescadores, montañeros, etc. En su día,dos torrentes abruptos de la cabecera del Manzanares empezaron a usarse para hacer barranquismo. La penetración del uso público en estos medios poco frecuentados y bien conservados fue prohibida por el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

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4. DESCRIPCIÓN DEL TRABAJO REALIZADO 4.1. Definición de indicadores relativos a bosques de ribera Se ha utilizado el índice ADECAGUA, atendiendo a la continuidad longitudinal y de anchura del bosque de ribera (estructura), a la altura de los árboles, a la existencia de zonas aclaradas, a la regeneración y al estado de la vegetación de ribera. La presencia de especies protegidas por la Comunidad de Madrid y/o escasas como abedules (Betula pubescens subsp. celtiberica), chopos temblones (Populus tremula var. villosa), alisos (Alnus glutinosa), mostajos y serbales (Sorbus aria, Sorbus intermedia, Sorbus aucuparia), acebos (Ilex aquifolium) o tejos (Taxus baccata) también ha sido analizada, realizándose pequeños catálogos florísticos de las especies más características y más escasas presentes en cada uno de los transectos realizados.

4.2. Definición de indicadores relativos a la calidad del agua Se han analizado turbidez, temperatura, oxígeno disuelto, porcentaje de saturación de oxígeno, PH, nitratos, dureza y temperatura según el índice ADECAGUA en todas las estaciones de muestreo mediante el empleo de reactivos.

Bosque de ribera en el río Manzanares

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4.3 Definición de indicadores relativos a la biodiversidad Es bien conocido el carácter bioindicador de las poblaciones de algunos órdenes de macroinvertebrados acuáticos, que desaparecen incluso tras afecciones puntuales en el curso de agua. Es el caso de numerosos efemerópteros, plecópteros o incluso tricópteros, frente a otros grupos que alcanzan una fuerte abundancia en agua contaminadas como los dípteros. Se han establecido una serie de organismos bioindicadores de la buena calidad de las aguas y de los ecosistemas asociados como nutrias, turones y micromamíferos acuáticos, anfibios, ciertas especies de reptiles, mirlo acuático como bioindicador de aguas no contaminadas, trucha como indicadora de aguas frías y puras y la lamprehuela por su carácter endémico en estas aguas dentro de la cuenca hidrográfica del Tajo. Otras especies como el visón americano o el galápago de florida son bioindicadores negativos que indican un mal estado de conservación de los ecosistemas.

4.4. Transectos a lo largo de la zona de estudio 4.4.1. Datos generales De cara a la obtención de indicadores biológicos y físico-químicos que permitan establecer el grado de conservación de los cursos de agua del río Manzanares, se han realizado 17 transectos de 600 metros de longitud en los diferentes cursos de agua de la zona de estudio. En los trabajos de campo se utilizaron fundamentalmente dos índices que guiaban la metodología utilizada y la información a obtener: El censo nacional de nutria y el índice ADECAGUA, Asociación para la Defensa de la Calidad de las Aguas. La integración de los datos de muestreo de la nutria en una red nacional implicó la adopción del estandarizado censo nacional de nutria como método de muestreo de este organismo bioindicador, adaptándolo para el seguimiento de otras especies de interés. Los objetivos del proyecto aconsejaron la adopción del índice ADECAGUA para el análisis físico-químico de las aguas, pudiendo trasponer los datos obtenidos a la red nacional de muestreos de dicho organismo.

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En cada transecto se anotaron unos datos básicos incluidos en la ficha de campo del censo nacional de nutria: zona, fecha, altitud, marcación GPS, provincia, término municipal, nombre del curso de agua, cuenca hidrográfica y costa. Igualmente, se anotaron datos generales necesarios para el índice ADECAGUA: nombre del voluntario o asociación, apellidos, paisaje, ciudad más cercana, número de participantes, presiones detectadas y hora. Los puntos de muestreo se han establecido en torno a los principales cursos de agua: Manzanares, Mediano y Samburiel. La especial entidad, grado de conservación e importancia a nivel local del río Manzanares ha determinado el establecimiento de transectos a lo largo de todo el gradiente altitudinal. Con el fin de cubrir todos los medios posibles dentro de las posibilidades metodológicas del estudio, se han establecido igualmente puntos de muestreo en el embalse de Santillana (aguas leníticas) y el arroyo Recuenco (cursos de agua temporales). Los transectos realizados han sido los siguientes: Río Manzanares 1. Desembocadura en el embalse de Santillana-Prado Puente. 2. Prado Puente-Molino. 3. Molino-Ermita de Peña Sacra. 4. Peña Sacra-Tranco. 5. Tranco-Garganta Camorza. 6. Garganta Camorza-Canto Cochino. 7. Canto Cochino-Machacaderas. 8. Puente de los Franceses. 9. Puente del Retén-los Chorros. 10. Puente de los Manchegos. Arroyo Majadilla 11. Desembocadura-antigua presa. 12. Antigua presa-charca Kindelán. Arroyo de los Hoyos 13. Desembocadura- Chorrera del Risco.

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Arroyo Umbría de la Garganta 14. Desembocadura-antigua zona de acampada. Arroyo Recuenco 15. Dehesa de Colmenarejo. Río Samburiel 16. Embalse de Santillana-desembocadura. Río Mediano 17. Desembocadura-área recreativa del Mediano. 18. Hueco de San Blas. Los transectos 1,9,14,15,17 y 18 fueron realizados por un técnico de la Asociación Reforesta y por los Voluntarios Repsol, que apoyaban en las tareas de toma de datos. El equipo quedó integrado por dieciséis Voluntarios Repsol y tres técnicos de la Asociación Reforesta. Éstos completaron en solitario los once transectos restantes, complementarios al trabajo principal.

Voluntarios Repsol realizando un transecto en el arroyo del Recuenco

Debido a las fuertes crecidas primaverales y otoñales de los ríos permanentes, la toma de datos se concentró en los meses de mayo a octubre, época en la que, además, resulta especialmente fácil el muestreo de rastros de nutria. Este mustélido puede 23

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reproducirse en cualquier época del año, pero en el alto Manzanares la reproducción tiene lugar en la primavera, época en la que el marcaje con excrementos resulta más activo. La baja frecuencia de riadas desde finales del mes de mayo permite que los excrementos se conserven en rocas elevadas sobre la corriente, y durante el verano, los bajos caudales facilitan enormemente los trabajos de campo efectuados en el río. En las corrientes temporales de menor entidad y en los tramos de río que pueden llegar a secarse en verano, pudieron efectuarse transectos durante los meses de noviembre, diciembre y abril. Durante las tomas de datos se anotaban, en primer lugar, los parámetros físicoquímicos; posteriormente se identificaban, a nivel de familia, los macroinvertebrados existentes y se aplicaban los índices biológicos, que incluían también los bosques de ribera. Los organismos bioindicadores incluidos en el proyecto se censaban después, recorriendo aguas arriba una distancia de 600 metros.

4.4.2. Toma de muestras de agua y características físico-químicas Los transectos se iniciaron en un punto de muestreo seleccionado previamente por su idoneidad dentro de la malla global de éste, comenzando desde allí el recorrido de 600 metros en sentido aguas arriba. En dicho punto se tomó, con la colaboración de Voluntarios Repsol, una muestra de agua representativa, de la que se obtuvieron los indicadores relativos a la calidad del agua. De acuerdo a la metodología del censo nacional de nutria se recogieron: tipo de sistema acuático, anchura de la corriente, nivel del agua, contaminación aparente del agua y meteorología, utilizando visores láser LEICA DISTO.

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4.4.3. Toma de datos sobre la vegetación de ribera Durante la toma de datos del punto de muestreo y la realización del transecto posterior se anotaban las especies de árboles y arbustos presentes, así como las principales especies de plantas vasculares atendiendo a las más importantes y a las más escasas, con el asesoramiento técnico por parte de la Asociación Reforesta. Se anotaba igualmente la anchura, longitud, estructura y regeneración de los bosques existentes. Para ello, el grupo se dividía en dos: la mitad de los participantes avanzaba por el interior del cauce accediendo a la cara interior de la ribera, y la otra mitad recorría las orillas accediendo a la zona exterior. En los cuadernos de campo se especificaba la presencia de especies protegidas por la legislación autonómica.

Voluntarios Repsol tomando muestras en el Manzanares

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4.4.4. Toma de datos sobre fauna vertebrada e invertebrada En el punto de muestreo los Voluntarios Repsol extrajeron todos los macroinvertebrados presentes mediante el uso de bateas y frotado de rocas y de orillas, para ser clasificados posteriormente a nivel de orden con el fin de obtener el índice de calidad de ADECAGUA. Todos los ejemplares fueron devueltos vivos a la corriente. En cada uno de los transectos realizados se llevó a cabo un muestreo para detectar la presencia de nutria (Lutra lutra), a lo largo de 600 metros, siguiendo la metodología oficial del censo nacional de nutria, compaginándolo, si era posible, con una estación de muestreo en puntos determinados de presencia de la especie. A lo largo del transecto se localizaban rastros como excrementos, gelatina anal, presas, madrigueras o toboganes, habiéndose localizado directamente a las nutrias en dos puntos. Los rastros analizados incluían igualmente los de otras especies como mamíferos carnívoros, micromamíferos o aves. Otros organismos considerados bioindicadores, como anfibios, galápagos europeos, turones, micromamíferos acuáticos, mirlos acuáticos, lamprehuelas o truchas fueron censados en los muestreos, anotando presencia y número. Igualmente se anotó la presencia de fauna de cualquier tipo, como peces, aves acuáticas o reptiles, para obtener una visión global del ecosistema acuático.

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Fuente: elaboración propia

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5. RESULTADOS 5.1. Estado general de las diferentes subcuencas Para valorar la calidad de los ríos se ha procedido de la siguiente manera: 

 

Se ha considerado la calidad del hábitat y la diversidad de especies bioindicadoras en relación con el número de ellas que, potencialmente, podrían encontrarse en el tramo estudiado. Se ha tenido en cuenta también la cantidad de indicios de presencia de cada especie encontrados, ya sean avistamientos, deposiciones o huellas. Se ha analizado si existe correlación entre la calidad de la vegetación de ribera y la presencia de fauna bioindicadora. Es de esperar que, en ausencia de otros factores, se dé esa correlación. Por tanto, en los numerosos tramos en los que la correlación es media o baja, cabe suponer que se dan otras condiciones distintas de la calidad de la vegetación, que favorecen o perjudican a determinadas especies (por ejemplo, la detracción de caudales, la presencia de vertidos o el baño), cuya determinación precisa requeriría una investigación más profunda. En algunos puntos, la falta de correlación se debe a la baja densidad o extinción de organismos bioindicadores de los tramos medios y bajos de los ríos, como anfibios, galápagos o turones.

Valoración alta: Cabecera del río Manzanares. Cursos de aguas permanentes. Fuerte presencia de organismos bioindicadores. Ricas y saludables comunidades de macroinvertebrados acuáticos. Buen estado general de conservación de los bosques de ribera. Ausencia de vertidos. Valoración media: Tramos altos de los afluentes del río Manzanares. Cursos de aguas permanente. Presencia de organismos bioindicadores. Saludables comunidades de macroinvertebrados acuáticos. Buen estado general de conservación de los bosques de ribera, aunque con presencia de especies exóticas. Presencia de vertidos. Valoración baja: Tramos bajos del arroyo Mediano y Chozas. Cursos de agua secos en verano, posiblemente por causas antrópicas. Ausencia de numerosas especies bioindicadoras. Comunidades de macroinvertebrados acuáticos empobrecidas. Buen estado general de conservación de los bosques de ribera, aunque su estructura y densidad se ha visto minimizada por la ausencia de caudales estivales. Presencia ocasional de vertidos.

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Fuente: elaboración propia

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Fuente: elaboración propia

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5.2. Especies bioindicadoras 5.2.1. Nutria paleártica (Lutra lutra) Se han encontrado resultados positivos en diez de los transectos efectuados en los diferentes cursos de agua, los cuales representan el 43,75% de los recorridos realizados. En seis de ellos la nutria habitaba aguas corrientes, y en el séptimo las aguas leníticas de un embalse. No se han localizado rastros en diferentes arroyos afluentes y en una pequeña subcuenca, aunque parece probable su presencia temporal en los mismos, a los que llega desde zonas próximas. Los restos hallados son fundamentalmente excrementos y en algunos casos secreciones anales asociadas. Los mismos están conformados fundamentalmente por restos de peces, y en zonas bajas del río Manzanares y el embalse de Santillana por cangrejos, presuntamente rojo (Procambarus clarkii) y señal (Pacifascatus leniusculus). La introducción de este último cangrejo parece relativamente creciente, y el seguimiento anterior a la realización de los trabajos ha permitido detectar una importancia creciente de los cangrejos en la alimentación de la nutria. Se ha detectado un posible "trampolín", consistente en un área arenosa con rastros sobre el sustrato de repetidos arrastres sobre la arena en dirección al agua. Se ha establecido contacto visual con la nutria en dos ocasiones.

Nutria

La especie parece haber colonizado recientemente el área, durante la década de los 2000. Previamente, los últimos indicios sobre su presencia datan de la década de los 70, con limitada presencia en la cabecera del río y observaciones directas en torno al área de Charca Verde. Al parecer, la contaminación química de la cuenca del Manzanares y, quizás, la persecución directa a la que la nutria fue sometida por parte de alimañeros primero y furtivos después, la acantonó en zonas altas. Con posterioridad ha mejorado la calidad de las aguas de todo el tramo. Sin embargo, las poblaciones establecidas en las cuencas altas del Lozoya y Jarama han mostrado durante las décadas finales del siglo XX un aumento demográfico, que 31

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les ha llevado a colonizar aguas abajo nuevos tramos del Jarama y de su afluente, el Guadalíx, llegando, actualmente, a través de éste hasta sus fuentes. Finalmente, fueron detectadas en la desembocadura del Manzanares en el Jarama, en el término municipal de Rivas Vaciamadrid. Es probable que desde este punto hayan remontado la corriente, alcanzando primero el embalse de Santillana y colonizando posteriormente los torrentes que descienden desde las cabeceras montañosas hasta éste. Dicho proceso parece estar completándose en la actualidad, dada la aparición de indicios en puntos altos donde antes no habían sido localizados. En el área de estudio, se han localizado rastros al menos hasta los 1210 metros, aunque parece muy probable que este límite altitudinal deba ser incrementado. Habitualmente, la menor productividad trófica de los cursos altos de los ríos suele limitar la presencia del mustélido, que no suele reproducirse por encima de los 1200 metros de altitud, aunque sí explota puntualmente los cursos de agua a mayor altitud, como ocurre en Gredos en épocas de reproducción de anfibios, por encima incluso de los 2000 metros. Las nutrias pueden igualmente cruzar a pie los interfluvios entre cuencas hidrográficas atravesando cordilleras, habiendo sido localizadas en algunos puntos de Europa en collados en torno a los 2000 metros de altitud. Sin embargo, no hay indicios de contacto actual entre las poblaciones de los colindantes valles del alto Lozoya o alto Guadalíx con el alto Manzanares, siendo más probable, como se ha explicado, una colonización procedente de cotas más bajas de la cuenca hidrográfica. Es destacable la ligazón de la especie a zonas de bosque de ribera denso, enmarañado, donde puedan establecer sus madrigueras. En este sentido resultan muy negativas las operaciones de "limpieza de arroyos" que eliminan las brozas de los cursos de agua. La querencia de la especie hacia las desembocaduras de los arroyos en los embalses convierte a éstas en hábitats prioritarios para la nutria, merecedores de una protección férrea. Igualmente, se anota la selección de hábitats con comunidades de peces variadas y productivas, mayoritariamente situadas por debajo de los 1000 metros, representadas por especies autóctonas y alóctonas como cachos, bogas, colmillejas, carpas, lucios o percasoles. Por encima de estas cotas predominan los tramos trucheros donde la nutria también se establece.

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La mejora en los parámetros poblacionales de la especie parece ligada a la protección de sus poblaciones, a la práctica desaparición de la persecución directa, a la construcción de grandes embalses y, especialmente, a la mejora de la calidad de las aguas de los ríos madrileños. Actualmente, la dinámica positiva de sus poblaciones en el Alto Manzanares puede verse truncada o ralentizada por diversos problemas como la detracción de los recursos hídricos de los arroyos Samburiel y Mediano, atropellos, degradación y/o urbanización de los bosques de ribera (como ha ocurrido en el casco urbano de Manzanares el Real) y uso público invasivo en torno a los cauces, muy notorio hasta 2015 en la cabecera del río Manzanares. 5.2.2. Visón americano (Neovison vison) Especie introducida en el Alto Manzanares, a partir de escapes iniciados en El Espinar a mediados del siglo XX, fortuitos o provocados por grupos animalistas. Su presencia y su carácter de predador generalista ha podido provocar descensos en poblaciones de especies hoy amenazadas o desaparecidas, como la rata de agua (Arvicola sapidus), la rana patilarga (Rana iberica) o el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus). En la sierra de Guadarrama se ha estudiado su espectro trófico en la Garganta de El Espinar, donde se alimenta en un 22% de la amenazada y en regresión rana patilarga. En el alto Manzanares, la especie ha aparecido en 6 transectos (37'5%) y coloniza toda la comarca, superando los 1300 metros en los Chorros del Manzanares. Hemos detectado su presencia en el alto Mediano a 1100 metros y en el Manzanares entre los 900-1000 metros mediante excrementos, con avistamientos directos de un ejemplar atropellado en el valle del Samburiel (Moralzarzal) y de visones vivos en el Hueco de San Blas y en la piscifactoría del río Manzanares al paso por la localidad homónima, donde acuden a predar, provocando daños económicos sobre esta explotación.

Visón americano

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Su presencia es una amenaza para el equilibrio ecológico de la cuenca del Manzanares, aunque de momento no se han realizado esfuerzos serios de erradicación y su establecimiento parece consumado. Durante la realización de los muestreos hemos detectado indicios de cierta rarefacción de la especie en zonas de alta presencia de la nutria, que puede predar sobre los visones, en un comportamiento que estaría destinado a eliminar posibles competidores tróficos y que podría desplazar a los visones hacia zonas subóptimas y hacia comportamientos más terrestres, aunque confirmar estos parámetros requeriría estudios más profundos. 5.2.3. Turón (Mustela putorius) Especie citada con anterioridad en el alto Manzanares en Cerro Ortigoso y en Garganta Camorza, a partir de comunicaciones orales, encuestas y citas locales que aludían a su presencia. Sin embargo, no se conoce en las últimas décadas prueba sólida de su presencia, no habiéndose encontrado ejemplares atropellados de esta especie que, desgraciadamente, suele detectarse con facilidad, dada su vulnerabilidad frente al tráfico motorizado. Su muestreo mediante rastros directos suele ofrecer mayores dificultades que las arrojadas por otras especies, complicando su detección. No se han encontrado rastros del turón durante la realización del presente trabajo. Su ligazón a riberas bajas y productivas y su preferencia por zonas ricas en conejo indican la potencialidad de la comarca del embalse de Santillana para la especie, que quizás pudiera recolonizar esta área en el futuro, no pudiendo descartarse su presencia en baja densidad en la actualidad, aunque sin datos que la respalden. 5.2.4. Insectívoros acuáticos. Musgaño de cabrera (Neomys anomalus) y desmán de los pirineos (Galemys pyrenaicus). Especies bioindicadoras de una buena calidad de las aguas, endémicas de la Península Ibérica y, en el caso del desmán, también de los Pirineos franceses. El musgaño de Cabrera es un pequeño mamífero perteneciente a la familia de las musarañas que se alimenta de invertebrados. Ha sido localizado en el río Manzanares, habiendo sido citado por Javier Grijalbo en el libro Guía de un Naturalista en la Cuenca Alta del Manzanares en el curso del Majadilla, afluente de dicho río. Es una especie de difícil muestreo, merecedora de una férrea protección y de estudios específicos para conocer sus patrones demográficos. El desmán de los Pirineos es también un pequeño mamífero que se alimenta de invertebrados. Vive únicamente en la mitad norte de la Península Ibérica y en el sur de Francia. Ha mostrado un declive prolongado de sus poblaciones en el Sistema Central (que es el límite meridional de su distribución) desde los años 90; se ha extinguido en toda la cordillera, exceptuando las provincias de Cáceres y Ávila, donde sobreviven las últimas poblaciones viables. Los muestreos realizados en la sierra de Guadarrama 34

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durante las décadas de los 90 y los 2000 han resultado, lamentablemente, negativos. La degradación y urbanización de los cursos de montaña, la construcción de presas, la contaminación, la fuerte sequía registrada en los años 90 y la introducción del visón americano se apuntan como razones sinérgicas de dicha desaparición. Sin embargo, hemos tenido la fortuna de observar fugazmente un posible ejemplar de la especie buceando y ocultándose en una cueva subacuática en un arroyo del alto Manzanares. Sin embargo, las condiciones en que tal observación tuvo lugar impiden confirmar la presencia del desmán. 5.2.5. Mirlo acuático (Cinclus cinclus) Especie bioindicadora de la calidad de las aguas, ligada a cursos de aguas limpias, rápidas, rocosas y bien oxigenadas. En la comunidad de Madrid y la sierra de Guadarrama está acantonado en las cabeceras fluviales, mostrando poblaciones pequeñas y vulnerables. Los censos madrileños sitúan la cabecera del Manzanares como el segundo feudo de la especie tras el río Lozoya con, al menos, tres parejas reproductoras. Mirlo acuático Se le ha detectado en la práctica totalidad de los muestreos realizados: en quince de los diecisiete (esto es, el 88,2% del total), demostrando el grado de conservación excepcional de la cabecera del Manzanares dentro de los ríos madrileños, con 16 kilómetros de ocupación y el mayor desnivel observado. Los mirlos aparecen en concentraciones invernales en la desembocadura del Manzanares, en el embalse, entre 894-900 metros, y explotan durante el verano las cabeceras, incluso por encima de los 1900 metros, con indicios de reproducción en el arroyo Valdemartín, a 1950 metros de altitud. El rango altitudinal en el que son más frecuentemente observables durante todo el año se sitúa entre los 920-1600 metros. La observación directa ha sido la herramienta principal utilizada en la detección de la especie, posada a menudo sobre los cantos rocosos situados en el centro de la corriente o sobrevolando en vuelo bajo y rectilíneo el curso de agua. También se han detectado excrementos y sus característicos nidos. El mirlo acuático habita los ríos Manzanares, Mediano y Samburiel. No aparece en los tramos secos durante el estío, ni en los fondos de valle de estos dos últimos ríos al atravesar zonas sedimentarias y planas donde desaparece la corriente. El aceptable caudal estival, el escalonamiento en gargantas y la buena calidad de las aguas del Manzanares permiten la presencia constante de Cinclus cinclus durante la totalidad de los tramos. Su presencia parece ligada a la obtención de buenos índices en la calidad de las aguas y de macroinvertebrados.

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Los mirlos acuáticos parecen persistir, sin embargo, en tramos urbanos y en zonas de baño, donde las dificultades pueden estribar en establecer el nido en puntos tranquilos. Pero estas circunstancias afectan a sus presas, incidiendo indirectamente sobre las poblaciones de mirlo acuático.

5.2.6. Rana patilarga (Rana iberica ) Endemismo ibérico del cuadrante noroccidental. En la sierra de Guadarrama es una especie en declive, protegida por la legislación autonómica. La degradación de los cursos altos de los ríos, los únicos que coloniza, la introducción de peces y la presencia del visón americano han provocado su extrema rarefacción. Se ha localizado a la especie en cuatro de los transectos realizados (23'5%), mostrando una distribución atomizada en torno al río Manzanares y conformada por pocos individuos, no habiéndose localizado juveniles, aunque sí indicios de reproducción. Destaca su presencia en cotas bajas, 980 metros en Garganta Camorza, superando los 2000 en el nacimiento del río Manzanares. Han sido localizadas ranas patilargas en cinco arroyos y en el propio río Manzanares. Es muy destacable la presencia de la especie en marmitas de gigante, pilancones, charcas inundables en brazos temporales del curso de agua y torrentes temporales en torno a la corriente principal. Las poblaciones de peces y, especialmente, de trucha (Salmo trutta fario) compiten con las ranas, predando sobre puestas y larvas y desplazando al anfibio hacia medios efímeros, donde no hay peces. La existencia de grandes cascadas o chorreras en tramos medios de los arroyos, como los Chorros del Manzanares entre los 1300-1500 m.s.n.m., limitan el acceso de los peces a las cabeceras, donde este anfibio mantendría sus mayores feudos. La introducción intencionada de truchas en las cabeceras de todos los arroyos ha provocado el descenso generalizado de la rana patilarga y una selección de medios subóptimos y temporales en torno a la corriente. Resulta preocupante la extracción intencionada de ejemplares en zonas de baño, como hemos podido observar en el río Manzanares. Los bajos contingentes poblacionales de esta especie amenazada y protegida no pueden soportar la persecución directa a la que se la somete actualmente. La prohibición de baño adoptada en 2016 puede, de nuevo, ser un elemento esperanzador, ya que, presumiblemente, la frecuencia con que se da esta situación desaparecerá o disminuirá.

Rana patilarga

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5.2.7. Otros anfibios Durante la realización de los trabajos se ha detectado la presencia de otras diez especies de anfibios, mostrando una rica comunidad conformada por once de las doce especies que, sin injerencia humana, poblarían la zona: Salamandra (Salamandra salamandra bejarae y Salamandra salamandra almanzoris), tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) y gallipato (Pleurodeles waltz), entre los urodelos y, entre los anuros, sapo partero ibérico (Alytes cisternasii), sapo corredor (Bufo calamita), sapo común ibérico (Bufo spinosus), sapo de espuelas (Pelobates culltripes), sapillo pintojo (Discoglossus galganoi), ranita de san antonio (Hyla molleri) y rana común (Pelophylax perezi). 5.2.8. Galápago europeo (Emys orbicularis) Es una especie escasa y de distribución atomizada en la Península Ibérica, que mantiene poblaciones dispersas en la Sierra de Guadarrama. En el Alto Manzanares lo hemos localizado en tres de los diecisiete transectos (17'6%). Aparece en las cuencas de los tres ríos principales. En todos los casos se trataba de ejemplares adultos, siendo algunos de grandes dimensiones. Resulta destacable su rango altitudinal, situado entre los 893-1330 m.s.n.m.; esta altura es la máxima registrada en la Península Ibérica entre los datos publicados a los que hemos podido acceder. La depredación, especialmente juvenil, ejercida por cigüeñas, garzas, ratas, zorros y otras especies y el bajo contingente poblacional detectado parecen las principales amenazas para la especie. La construcción de infraestructuras junto a algunos de sus principales núcleos de población, también resultan muy perniciosas para el reptil. 5.2.9. Otros reptiles acuáticos o semiacuáticos. Durante la realización del presente estudio se detectó presencia de galápago leproso (Mauremys leprosa) y, por desgracia, también de especies alóctonas del género Trachemys, que compiten con los galápagos autóctonos por las zonas de asoleamiento del embalse de Santillana y cuyo control resulta importante de cara a la conservación de estas especies. La culebra viperina (Natrix maura) resulta abundante en numerosos arroyos, siendo mucho más escasa su congénere la culebra de collar (Natrix natrix), que solo hemos localizado en la cuenca del Samburiel y en el entorno de Charca Verde, en el Manzanares.

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El lagarto verdinegro (Lacerta schreriberi), endemismo ibérico con interesantes y amenazadas poblaciones en la sierra de Guadarrama, está presente en todos los arroyos muestreados por encima de los 1.100 metros de altitud. Se ha detectado reproducción en numerosos puntos, y comportamientos defensivos consistentes en trepar a árboles altos o en arrojarse al agua desde puentes situados a más de dos metros de la corriente. Sus poblaciones del alto Manzanares parecen encontrarse aún en un buen estado de conservación, aunque atomizadas en ciertos cursos de agua como el Mediano o el Coberteros.

Lagarto verdinegro

5.2.10. Lamprehuela (Cobitis calderoni) Especie propia de la cuenca del río Duero, pero presente en la del Tajo tan sólo en las cabeceras de los ríos Lozoya, Jarama y Manzanares. Su presencia allí puede considerarse relicta o procedente de una introducción deliberada desde la cara norte del Sistema Central. Se ha localizado a la lamprehuela en seis de los transectos realizados (35'2%), siendo frecuente en los tramos bajos del río Manzanares, especialmente en las inmediaciones del embalse de Santillana.

Lamprehuela

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5.2.11. Trucha (Salmo trutta fario) Presente en cursos de agua rápidos, bien oxigenados, cuya temperatura no asciende habitualmente por encima de los 18 º C, caracterizando los cursos altos de los ríos o "salmonícolas", en contraposición a los "ciprinícolas". En los ríos del alto Manzanares es una especie aún abundante, presente en el Navacerrada, Mediano y, especialmente, en el Manzanares, donde además ha sido introducida hasta las cabeceras montañosas por encima de los 2000 metros de altitud. En zonas bajas existen poblaciones introducidas de trucha arco-iris (Oncorhynchus mykiss). Ha sido localizada en todos los transectos realizados por encima de los 1.000 metros de altitud, siendo localmente frecuente y dominante entre la ictiofauna. 5.2.12. Bosques de ribera Los índices obtenidos permiten establecer un buen grado de conservación de los bosques de ribera, que mantienen un buen funcionamiento ecológico de la interfase agua-tierra y amparan a las principales especies bioindicadoras. Cabe destacar los siguientes aspectos: 

 





Dominio de las formaciones autóctonas en las riberas de los principales ríos y arroyos. Fresnedas, saucedas arbustivas y arraclanedas son las formaciones dominantes. Puntualmente, son sustituidas por choperas alóctonas de repoblación. En términos generales, las especies exóticas son escasas, salvo en las proximidades de los núcleos de población. Las formaciones más valiosas se encuentran en las cabeceras de los arroyos o en los fondos de valle más productivos. Su complejidad, relacionada con el número de especies integrantes y extensión, muestra un gradiente altitudinal alcanzando su máxima expresión en torno al embalse de Santillana. La construcción de éste debió suponer la pérdida de los bosques de ribera más productivos del alto Manzanares. El tamaño del curso de agua está claramente relacionado con la entidad de su bosque de ribera, alcanzando su mínima expresión en arroyos estacionales como el Recuenco y mostrando bosques de decenas de metros de anchura en tramos bajos de grandes arroyos como el Mediano, con numerosos cursos vivos y otros anastomosados totalmente cubiertos por saucedas y fresnos. Ciertas especies escasas por motivos climáticos o antrópicos encuentran refugio en estas formaciones. Es el caso de acebos, tejos, abedules, chopos temblones, mostajos, serbales o alisos. Sería conveniente reforzar sus poblaciones para recuperar su funcionalidad ecológica en los ríos de la zona de estudio. 39

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La anchura de los bosques de ribera suele estar ligeramente comprimida por la presencia de pinares de repoblación, prados de siega, campos agrícolas o medios urbanos. Resulta deseable la recuperación de la totalidad del ancho de banda de estas formaciones, especialmente en áreas repobladas con coníferas. Las operaciones de "limpieza de arroyos" y el uso público desmedido en zonas de baño provocan la retirada de broza y madera muerta en el río, simplificando las formaciones naturales y permitiendo una mayor incidencia de los visitantes sobre las áreas refugio de las especies amenazadas. Sería necesaria la creación de zonas de reserva donde se respetasen los procesos naturales de los bosques de ribera, espesos y enmarañados. Esta situación puede verse paliada a partir de las nuevas normas sobre baño adoptadas en 2016. La presencia de bosques de ribera bien desarrollados trae aparejada una mayor diversidad biológica, especialmente destacable en el caso de especies escasas y protegidas como la nutria, que los selecciona para establecer sus áreas reproductoras.

El río Manzanares a su paso por la Garganta Camorza

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5.2.13. Macroinvertebrados Los índices ADECAGUA muestran una buena representación de efemerópteros, plecópteros y tricópteros, familias bioindicadoras de una buena calidad de las aguas. La puntuación media del índice fue de 50, con todas las estaciones situadas entre calidad buena y muy buena. La calidad de las aguas desciende en tramos urbanos, donde son frecuentes los vertidos ilegales, como puede observarse en el tramo final del río Manzanares y en algunos de sus afluentes como el arroyo Cortecero. La fuerte incidencia de las zonas de baño llega a provocar cambios en la composición de las comunidades de macroinvertebrados y en los parámetros físico-químicos del río, como ya ha sido puesto de manifiesto por otros autores. Afortunadamente, de nuevo podemos afirmar que, presumiblemente, estos impactos negativos desaparecerán o disminuirán cuando empiecen a apreciarse los efectos de la nueva normativa sobre baño. Ciertas especies como los cangrejos sólo se encuentran representadas en los tramos bajos de los ríos, en torno al embalse de Santillana.

Efémera

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6. DISEÑO Y EJECUCIÓN DE ACCIONES DE INFORMACIÓN Y EDUCACIÓN AMBIENTAL Se ha elaborado un desplegable que explica la situación ambiental de los cursos de agua de la Cuenca Alta del Manzanares y contiene una ilustración de gran tamaño (50x70 cm) del ecosistema del río. Se han entregado varios ejemplares de éste a los centros escolares de los municipios integrados en la comarca: Colmenar Viejo, Manzanares el Real, Miraflores de la Sierra, Soto del Real, Tres Cantos. Además, cada alumno participante en las sendas ecológicas llevadas a cabo en la Cañada Real Segoviana a su paso por Soto del Real ha recibido un ejemplar, tras recorrer las zonas de actuación y recibir explicaciones pormenorizadas sobre la problemática de las zonas húmedas y su importancia en una jornada de 3 horas de duración. Uno de los principales recursos didácticos de estas sendas, llevadas a cabo en noviembre de 2015, han sido las charcas construidas por el Voluntariado Repsol. En ellas los alumnos han podido observar especies de flora y fauna propias de los ambientes húmedos, parte de las cuales están presentes en los cursos de agua cuyo estudio es el objeto de este documento. Especial atención recibió el grupo de los anfibios, dada su vulnerable situación, que ha justificado la construcción de las charcas. Los alumnos dispusieron de figuras a tamaño real y fichas de las especies presentes en estas pequeñas zonas húmedas. Aprendieron a diferenciarlas y conocieron la problemática que afecta a su conservación. Gracias a ello tomaron conciencia de la necesidad de evitar algunos comportamientos muy negativos para la conservación de los anfibios y de la naturaleza en general, como son el abandono de desperdicios, la captura de ejemplares o la liberación de animales domésticos que pueden terminar siendo especies invasoras, como ha sido el caso del galápago de Florida.

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Póster que ocupa una de las caras del desplegable

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