¿es la crisis de 2009 la más dramática de la historia reciente de ...

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¿ES LA CRISIS DE 2009 LA MÁS DRAMÁTICA DE LA HISTORIA RECIENTE DE MÉXICO? Eduardo Loría1 16 de julio 2010 4ª. versión

Síntesis Se ha aceptado en general que la crisis de 2009 ha sido la más dramática desde la gran depresión de los años 30, utilizando como único argumento la mayor caída del PIB respecto a las crisis anteriores. Nuestra conclusión principal es que la crisis de 1995 fue mucho más dañina por sus mayores efectos negativos en todas las variables, con excepción de la caída del PIB (-6.5 vs -6.2). Para probar esta hipótesis, analizamos comparativamente las crisis de 1995 y la de 2009.

Abstract Keywords: indicadores macoreconómicos duros, crisis. JEL: E01, E32 (Fluctuaciones económicas, ciclos)

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Introducción Si algo ha caracterizado el funcionamiento de la economía mexicana en términos macroeconómicos en las últimas cuatro décadas es su gran propensión a sufrir crisis macroeconómicas dentro de una larga fase de lento crecimiento. Si consideramos el periodo 1970-2010,2 observaremos que dentro del lento crecimiento que inicia claramente en 1982, ha habido paralelamente varios periodos de recesiones y de depresiones. A las primeras las consideraremos como años consecutivos en los que la economía (el PIB) no creció; mientras que las depresiones se consideran como aquéllas en que hubo fuertes caídas en años específicos. En esos términos, podemos afirmar que ha habido dos recesiones: 1982-1988 y 2001-2003; y cuatro depresiones claras: 1983 (-5.6%), 1986 (-4.96%), 1995 (-7.92) y 2009 (-7.37).3 Figure 1 GDP EVOLUTION 2,000,000 1,800,000 1,600,000 1,400,000 1,200,000 1,000,000 800,000

GDP

600,000 400,000 1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de Banco de México

Cada una de estas recesiones y depresiones tienen causas e impactos diferentes. Por la magnitud de las tres depresiones más recientes (pero en particular las últimas dos), nuestro interés se centrará en analizar comparativamente –y en términos estrictamente macroeconómicos- las crisis de 1995 y 2009, tratando de dimensionar desde este enfoque y a partir de cifras oficiales,4 la magnitud de ambas. Esto implica que dejamos fuera del análisis aspectos regionales y sectoriales. Nuestra conclusión principal es que la crisis de 1995 fue mucho más dañina por sus mayores efectos negativos en mayor cantidad de variables; a pesar de que la de 2009 se ha considerado en muchos medios

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como de mayor envergadura desde los años treinta, solamente porque la caída del PIB fue ligeramente superior (-6.5 vs -6.2), sin tomar en cuenta otras variables. El trabajo se divide en tres partes. La primera presenta un símil entre los sismos y las crisis económicas, lo que nos permite considerar escalas de medición de eventos traumáticos. La segunda, que concentra el mayor esfuerzo del trabajo, analiza los indicadores principales que apoyan nuestra conclusión. La tercera y última sección presenta un dimensionamiento general, las conclusiones principales y algunas líneas de prospectiva.

1. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS CRISIS ECONOMICAS Es lugar común que las crisis económicas se midan principal o únicamente a partir de las caídas del PIB (generalmente en términos absolutos y no per cápita) y se dejen de lado otras variables que pueden ser igualmente importantes o que contrarresten las contracciones de la producción. Por esta razón, en este apartado presentaremos otras variables macroeconómicas que, junto con la evolución del PIB, nos permitan tener una mejor dimensión de ambas crisis. 1.1 Origen de las crisis. Con la finalidad de sugerir de inicio alguna medida que permita evaluar y dimensionar las crisis económicas, es conveniente diferenciar su origen último. En aras de la simplificación, podemos decir que existen aquéllas cuyo origen se encuentra básica, aunque no únicamente, en los desequilibrios internos y otras que son generadas por choques externos5. En ese sentido, es fácil admitir que la crisis de 1995 fue básicamente de origen interno debido a que hubo enormes desequilibrios de la cuenta corriente y expansiones monetarias totalmente atípicas. En efecto, todo indica que en la medida en que los agregados monetarios M2 Y M4, como proporción del producto crecieron de manera muy notable desde 1988,6 en esa misma medida crecía el desequilibrio de la cuenta corriente, hasta alcanzar en 1994 el 7% del PIB, provocando así una crisis que inició como de balanza de pagos que luego se transmitió a las variables reales a través de magnidevaluaciones, inflación y desempleo.

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Figure 2 MEXICO: MONETARY AGGREGATES AND CURRENT ACCOUNT BALANCE TO GDP, 1978-2009 80 70 60 50 40 30 20 10 0 -10 1980

1985

1990

1995

2000

2005

M2 REAL M4 REAL CURRENT ACCOUNT

Fuente: Elaboración propia con datos de Banco de México

Caso contrario fue lo que ocurrió durante el año 2008, en que el coeficiente de ambos agregados creció en poco menos de 10% a pesar del enorme ingreso de divisas por la cuenta de capitales. No hay que perder de vista que al enorme desequilibrio de cuenta corriente de 1994 se añadió una multitud de eventos políticos caóticos en la esfera doméstica y la elevación de las tasas de interés en Estados Unidos. 1.2 Dos mediciones de un mismo fenómeno. Con la intención de entrar en materia, es interesante comparar dos eventos altamente traumatizantes en la vida de los seres humanos: crisis económicas y terremotos o sismos. Para evaluar con el mayor grado de objetividad posible, ambos fenómenos se comparan en unidades de medida convencionalmente aceptadas. El impacto de las crisis económicas generalmente está definido por la magnitud de las caídas en la producción, la elevación del desempleo y, en algunos casos, también por las elevaciones (inflaciones) o por las caídas en los precios (deflaciones); mientras que los 4

sismos se miden con dos escalas estandarizadas que si bien pretenden ser objetivas, admiten grados importantes de subjetividad. Para efectos de contraste, comencemos por la medición de los sismos. Existen dos escalas: la de Richter y la de Mercalli. La primera, desarrollada por Charles Richter en 1935, define la magnitud de un terremoto local como el logaritmo base 10 de la amplitud máxima de la onda sísmica, en milésimas de milímetro, registrada en un sismógrafo patrón del tipo Wood-Anderson a una distancia de 100 km del epicentro del terremoto. La diferencia en una unidad en la magnitud significa un aumento de 10 veces en su amplitud en las ondas sísmicas. La relación de Richter es la siguiente:

Donde: A= Amplitud máxima registrada en un sismógrafo de torsión Wood-Anderson. = Función de atenuación. Fuente: Análisis sísmico moderno: ética aplicada.

Por otra parte, la escala de Mercalli es mucho más subjetiva, debido a que toma en cuenta la sensación de la gente y el daño evidente observable en construcciones.

Fuente: www.sanandreasfault.org

En cualquier caso, ambas escalas tratan de cuantificar un fenómeno traumático. Sin embargo, los resultados pueden ser distintos al evaluar un mismo evento y más aún al comparar dos sismos distintos en el espacio o en el tiempo. Para tal efecto, tomamos los ejemplos de dos sismos trágicos acontecidos en 2010: Haití el 12 de Enero y Chile el 27 de Febrero. Al aplicar a ambos sismos las dos escalas los resultados obtenidos son contradictorios.

5

Figure 3 TWO EARTHQUAKES IN SEISMOLOGICAL TERMS

Fuente: Elaboración propia con datos del periódico El Universal de México

Las razones de las discrepancias pueden ser varias, atribuibles -entre otras cosas- a las estructuras (los materiales) de construcción. De esta manera, aunque el sismo de Haití fue de menor intensidad en la escala “más dura u objetiva”, fue mayor en la subjetiva (Mercalli), lo cual puede deberse a la mayor fragilidad de sus construcciones y a todas las variables de desarrollo que están detrás. Eso mismo puede ocurrir con las crisis económicas. Por un lado, los indicadores económicos (“datos duros”) pretenden medirlas objetivamente, mientras que la percepción de los agentes económicos puede darle una dimensión distinta y hasta contradictoria, como en el caso anterior. Eso parece haber ocurrido en el caso de la crisis en México de 2009, que se ha considerado la peor desde los años treinta. En favor de esta hipótesis pueden jugar, entre otros, los siguientes factores: que es más reciente y hemos perdido un poco de memoria histórica, que sólo se toma el dato de la caída del PIB absoluto (no en términos per cápita), que se juntó con la irrupción de otros factores funestos como epidemias y eventos relevantes del crimen organizado. Nuestra evaluación de las crisis macroeconómicas de 1995 y 2009 será únicamente a partir de datos duros procedentes de los sistemas estadísticos de contabilidad de México y con algunos cálculos propios derivados de ellos. 2. Los datos duros de las crisis recientes. 2.1 PIB, consumo e inversión privados

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En la figura 4 se puede observar que la caída real del PIB en ambas crisis es similar, la de 2009 sólo difiere (es mayor) en 0.3 puntos porcentuales respecto de la de 1995. Cabe destacar que esta magra diferencia ha hecho que se considere que la primera ha sido la de mayor intensidad después de la gran depresión de los años treinta, y debido a ello, en muchas ocasiones, se ha condenado la mala administración macroeconómica de los últimos años, sin tomar en cuenta otros indicadores económicos y sociales.

Figure 4 MEXICO: GDP GROWTH, 1995 & 2009

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México

Los datos duros que mostraremos en todo el documento revelan que el PIB es el único indicador que muestra un resultado adverso en los términos referidos. Todos los demás nos permiten apreciar que la crisis de 2009 generó impactos mucho menores en prácticamente todos los ámbitos. Comencemos por ver la evolución del PIB, del consumo y de la inversión privada en términos per cápita7 entre 1970 y 2009. Llama la atención que al considerar el crecimiento demográfico, la crisis medida de esta manera para el primer indicador resulta ser menor a la de 1995 en casi el doble (0.6 puntos porcentuales) en términos absolutos.

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Figure 5 PER CAPITA GDP, 19702009 20,000

18,000 -7.37

16,000

14,000 -7.92 12,000

10,000

8,000 1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO

Los indicadores de consumo e inversión privados per cápita son aún más elocuentes en el mismo sentido. Figure 6 PER CAPITA CONSUMPTION 14,000 13,000 -7.0

12,000 11,000 10,000 -6.3

9,000

-11.2

8,000 7,000 1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

8

Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO Figure 7 PER CAPITA PRIVATE INVESTMENT 3,600

3,200 -16.2

2,800

2,400

2,000

1,600 -29.5 1,200 1970

-23.51 1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO 2.2 El sector externo Considerando que mientras que la crisis de 1995 tuvo orígenes eminentemente internos en un ambiente internacional de gran expansión,8 la crisis de 2009 fue inicialmente externa de carácter financiero que después se trasladó a las variables reales y de comercio en todo el mundo en un ambiente de depresión generalizada. Parece ser que como consecuencia de que el grado de apertura externa9 en 1995 era sustancialmente menor al actual (44 vs 63%)10, el impacto del choque internacional fue sustancialmente menor en esa ocasión La figura 8 muestra la virulencia de los choques externos sobre la balanza de pagos de México en 1995 y 2009. Llama la atención que en 2009 todos los rubros tuvieron una enorme y generalizada caída, mientras que en 1995 sólo dos indicadores decrecieron: inversión extranjera directa y turismo, pero en ambos casos se trató de caídas muy menores comparadas a las de 2009. En dicho año la caída en el consumo privado de Estados Unidos y del comercio exterior mundial afectó las exportaciones mexicanas en general, así como la captación de inversión extranjera, el ingreso de divisas por remesas y al turismo. Mientras que en 1995 los ingresos por exportaciones de petróleo se incrementaron en 1,018.3 mdd respecto de 1994, en 2009 decrecieron en 19,752.4 mdd (39.0%). Por su parte, mientras que en 1995 las remesas se incrementaron en 198.0 mdd (5.7%), en 2009 cayeron en 3,9562 mdd, es decir en 15.7%.

9

Figure 8 THE EXTERNAL The External SHOCKS Shocks 20%

10%

0%

%Change

-10%

-20%

1994-1995 2008-2009

-30%

-40%

-50%

-60% Oil Exports

Remittances

Foreign Direct Investment

Tourism

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México

La suma de los factores anteriormente descritos, indican que en 2009 la caída de ingresos exteriores fue de 37,475.2 mdd contra 415 mdd en 1995, lo cual representó en términos del Producto Interno Bruto 4.3% en 2009 contra 0.14% en 1995, una diferencia de casi 30 veces en términos del PIB. Es decir, solamente por los choques provenientes del exterior podríamos asignar una proporción mayoritaria de la caída del PIB en 2009 (-6.2 vs -6.5), lo cual sugeriría –en contra de lo que han argumentado muchos analistas- que el sector interno suavizó el fuerte peso de la crisis importada principalmente de Estados Unidos, no obstante, los eventos internos traumáticos como el surgimiento de la influenza y la intensificación de la violencia en algunos estados del país.

10

Figure 9 TOTAL COST OF EXTERNAL SHOCKS (%GDP) 5

4.5

4

3.5

% GDP

3

2.5

2

1.5

1

0.5

0

1994-1995

2008-2009

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México.

11

2.3 Aspectos financieros Un factor de gran importancia en cuanto al origen y a las repercusiones de las crisis tiene que ver con lo que ocurre con el sector financiero y su impacto en el patrimonio de los individuos. Un importante indicador que parece marcar una diferencia crucial en estos dos episodios es la evolución de la cartera vencida y, por tanto, la pérdida de riqueza real y financiera de empresas e individuos. En ese sentido, es importante analizar el índice de morosidad. Éste muestra la afectación del sistema financiero que se puede traducir en la falta de solvencia económica que se genera en tiempos de crisis e impacta al pago de obligaciones bancarias contraídas. El incremento del índice de morosidad en 1995 respecto a 1994 es sustancial, ya que prácticamente se duplicó al incrementarse en 0.0692 puntos, mientras que en 2009 el incremento fue de 0.0012; es decir, totalmente marginal. Lo anterior implica que a diferencia de 1995, en la crisis reciente había mucho mayor estabilidad y fortaleza financiera y que, por lo tanto, los efectos patrimoniales fueron sustancialmente menores.

Figure 10 INDICE DE MOROSIDAD (CARTERA VENCIDA/CARTERA TOTAL)

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México

Si bien lo anterior puede deberse a una mayor fortaleza interna, también es cierto que después de 1995 el financiamiento al sector privado cayó sistemáticamente. Ver figura siguiente. En 1995 la proporción del financiamiento respecto del PIB se ubicó en 55.5% y en 2008 y 2009 en 21.0 y 24.7% respectivamente; cifras que hay que referir al 12

crecimiento del PIB. Si bien en 1994 la economía crecía al 4.5% con ese monto de financiamiento, en 2008 tan sólo lo hizo en 1.5%.

Figure 11 FINANCIAMIENTO TOTAL/ PIB

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de México

El gasto público total tuvo evoluciones distintas en las dos crisis. Mientras que en 1995 cayó abruptamente, en 2008 y 2009 creció de manera no despreciable, a pesar de que muchos analistas criticaron al gobierno de haber aplicado una política fiscal procíclica.

13

Figure 12 GASTO CORRIENTE Y DE CAPITAL, 1990-2009 VARIACION PORCENTUAL

Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Otro aspecto financiero a destacar es que no obstante que aumentó la deuda externa por las coberturas cambiarias para estabilizar la altísima volatilidad cambiaria durante la segunda mitad de 2009, la deuda pública total o deuda ampliada se mantuvo en los niveles históricos y nunca comprometió la estructura de pagos de corto plazo.

Figure 13 DEUDA PÚBLICA TOTAL 1990-2009 PORCENTAJE DEL PIB

Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

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3. Indicadores Sociales Las crisis económicas más allá de sus consecuencias económicas, monetarias y fiscales, tienen efectos fundamentales y con frecuencia permanentes en la calidad de vida de las personas. A continuación presentaremos variables que permiten medir directa y/o indirectamente los efectos sociales derivados de ambas crisis.

3.1 Índice de Desarrollo Humano El Índice de Desarrollo Humano (IDH) que aquí construimos sigue la metodología del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). Está compuesto por tres sub índices. El primero, denominado Índice de Salud, está determinado por la esperanza de vida; el segundo es el Índice de Educación, se refiere a las variables de alfabetización y matriculación del sistema educativo nacional y el tercero refiere al ingreso per cápita. El IDH, al ser una variable de largo plazo, no permite captar con precisión las variaciones de un año a otro, con excepción del tercer indicador, que es el que más se modificó en 1995. En términos de este subíndice las variaciones fueron menores en 2009 respecto a 1995, (-0.4) y (-2.9) respectivamente.

Figure 14 INDICE DE DESARROLLO HUMANO (IDH)

Fuente: Estimación y elaboración propias con la metodología del PNUD con datos de: INEGI, Tercer Informe Presidencial.

15

3.2 Crecimiento y desempleo Al comparar el comportamiento del PIB y del desempleo se observan cifras muy reveladoras. Por ejemplo, mientras que en la crisis de 1983 la caída del PIB fue de 3.5%, el desempleo alcanzó su máximo nivel histórico (6.8%). Esto da como resultado una elasticidad de -17.76, contra -10.97 y -5.78 de las crisis de 1995 y 2009 respectivamente.

Table 1 GDP, UNEMPLOYMENT AND ELASTICITIES GDP*

U*

εUY

1983

-3.49

61.90

-17.76

1995

-6.22

68.24

-10.97

2009

-6.54

37.81

-5.78

*Growth anual rates Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO

Figure 15 MEXICO: CRECIMIENTO Y DESEMPLEO, 1980-2010 12

8 6.8

6.27 5.47

4

0

-4 -6.2 -6.5 -8 1980

1985

1990

1995 PIB

2000

2005

2010

U

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (varios años)

16

Sin embargo, la menor volatilidad del desempleo en 2009 afectó directamente la productividad media laboral, lo cual se refleja con claridad en la figura siguiente. En efecto, en 2009 la caída de la productividad fue mayor que la del salario medio real, con lo cual la caída de los costos laborales fue menor que en 1995. Una razón adicional de este resultado se relaciona con el grado de depreciación real del tipo de cambio, 29.4% en 1995 contra 20.2% en 2009, y la inflación.

Figure 16 REAL EXCHANGE RATE, (1993=1) 1.4

1.3

1.2

1.1

1.0

0.9

0.8 1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de Banco de México

17

Figure 17 CPI GROWTH 200

160

120

80

40

0 1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de Banco de México Figure 18 20

10

0 -5.1 -10 -9.4 -20 -22.8 -30 1970

1975

1980

-24.6 1985

1990

1995

2000

2005

AVERAGE REAL WAGE LABOR PRODUCTIVITY

Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO

Otro indicador social compuesto importante es el índice de miseria. Resalta el hecho que el dato de 2009 no tiene absolutamente nada que ver con los registros de las crisis anteriores.

18

Figure 19 MISERY INDEX (INFLATION+UNEMPLOYMENT) 200

160

120

80

40

0 1980

1985

1990

1995

2000

2005

Fuente: Elaboración propia con datos de EUDOXIO

19

La relevancia del análisis comparativo del desempleo entre ambas crisis radica en el hecho de que, en los 15 años que separan a una de la otra, la economía mexicana desarrolló un importante sector exportador, que si bien ya existía en 1995, se fue liberalizando de ciertas barreras significativas; la generación de empleo se vio impulsada positivamente gracias a la creación de puestos de trabajo en el sector manufacturero. En virtud de lo anterior se puede observar que el repunte del nivel de empleo, posterior a 1995, fue más acelerado. En 2009 no ocurrió de dicha manera, las tasas de desempleo a lo largo de la década han sido relativamente altas ya que no ha surgido un motor que impulse adecuadamente el incremento de este indicador macroeconómico. Desempleo y crecimiento en los estados con mayor vinculación al NAFTA El incremento del desempleo en los estados orientados a satisfacer las necesidades del NAFTA tuvo un mayor impacto en el 2009, a diferencia de aquellos que no tienen vocación exportadora y que su economía se encuentra enfocada hacia otros sectores productivos. Tal es el caso de Baja California, la cual tuvo un impacto negativo de 9.4 puntos en 2009, mientras que la entidad federativa menos afectada fue el Distrito Federal con 2.4 puntos, seguido de Nuevo León y Tamaulipas con 2.8 puntos cada uno.

Figure 20 TASA DE DESEMPLEO EN LOS ESTADOS RELACIONADOS AL NAFTA Baja California Chihuahua 3.5

Distrito Federal

3.1

Nuevo León

2.8

Tamaulipas

2.4 2.8

Coahuila

9.4

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001

2003

2005

2007

2009

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

20

La evolución del crecimiento económico de las entidades federativas vinculadas al NAFTA muestra mayor dispersión debido a la importante vinculación con los shocks externos. En la figura 21 se observa la substancial caída del PIB en 1995, siendo el Distrito Federal el mas afectado con una disminución de 8.4 por ciento, seguido del estado de Tamaulipas el cual cayó en un 7.5 por ciento. La crisis de 2009 afectó de manera distinta a las economías dependientes del exterior, siendo el estado de Baja California el mas afectado con una disminución de 8.5 por ciento, seguido del Distrito Federal con una caída similar a la de 1995 de 8.4 por ciento. Por su parte, el estado menos afectado fué Coahuila con una ligera baja de 0.7 por ciento.

Figure 21 VARIACION DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO DE LOS ESTADOS RELACIONADOS AL NAFTA Coahuila Chihuahua Tamaulipas Nuevo León Distrito Federal Baja California

-0.7

-4.7 -5.6 -7.0 -8.4 -8.5 1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

21

Desempleo y crecimiento en Estados Manufactureros En los estados con tradición manufacturera es posible observar que la velocidad con la que se recuperó el empleo después de la crisis de 1995 fue mayor que en otros estados, así como una tendencia de clara vinculación a los factores provenientes del exterior. Figure 22 TASA DE DESEMPLEO EN LOS ESTADOS MANUFACTUREROS

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

En cuanto al crecimiento económico es evidente que el estado menos afectado en 1995 y 2009 fue Guanajuato con una baja de 3.7 y 4.5 por ciento respectivamente, mientras que Jalisco y el Distrito Federal cayeron, en ambas crisis, alrededor de 8 puntos.

Figure 23 VARIACION DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO DE LOS ESTADOS MANUFACTUREROS

22

Guanajuato Jalisco Distrito Federal

-4.5

-8.1 -8.4 1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

23

Desempleo y crecimiento en otros estados En la figura 24 se observa cómo la evolución de la tasa de desempleo en los estados menos vinculados al NAFTA y por ende al exterior, presentó un menor impacto negativo en 2009: Figure 24 TASA DE DESEMPLEO EN LOS ESTADOS MANUFACTUREROS 3.4 Puebla San Luis Potosí Veracruz

1.6

Yucatán

1.6

Tabasco 1.7 1.0

1987

1989

1991

1993

1995

1997

1999

2001

2003

2005

2007

2009

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

Respecto al crecimiento económico se observa que las crisis de 1995 y de 2009 impactaron tendencialmente de manera similar en los cinco estados elegidos, por ejemplo, San Luis Potosí, el cual decreció un 9.7 por ciento en 2009 y un 11.1 por ciento en 1995. Sin embargo, en promedio, los estados analizados en la figura 25 disminuyeron más en 1995 que en 2009 debido a la menor dependencia con los factores externos.

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Figure 25 VARIACION DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO EN LOS ESTADOS MANUFACTUREROS Tabasco Veracruz Yucatán Puebla San Luis Potosí

-2.1 -2.9 -6.0 -6.3 -9.7

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI

Conclusiones y comentarios finales Al intentar comparar la magnitud de las dos crisis económicas más significativas de los últimos treinta años en México (1995 y 2009), debemos considerar que existen múltiples indicadores macroeconómicos que pueden describir dichos eventos. A nuestro parecer, el hecho de considerar al PIB como el único indicador con validez u otorgarle excesiva importancia es un error, ya que la medición del impacto que las crisis pueden generar en la sociedad es demasiado compleja como para reducir nuestras variables a exclusivamente una. Mucho se ha argumentado acerca de que la crisis de 2009 ha sido la más dañina para nuestro país desde hace aproximadamente 80 años, sin embargo, esto se debe a que solo se considera el PIB total como variable comparativa y no se toman en consideración ciertas circunstancias ajenas al comportamiento de la economía, como son principalmente: a) Al ser más reciente la crisis de 2009, está también se encuentra más presente en la mente de los mexicanos, debido a nuestra corta memoria histórica. b) La aparición de la crisis epidemiológica en el mismo año. c) El crecimiento de la violencia en el país, producto de la lucha del gobierno en contra del crimen organizado. También debemos considerar que una diferencia fundamental entre ambas crisis radica en el hecho de que la primera de ellas surgió desde dentro del país, por fallas estructurales y deficiencias en la administración de las finanzas públicas, y para superarla se contaba con un sector externo en franco desarrollo. En cambio la segunda de ellas provino de una crisis económica global (la más grave de los últimos años), y al estar México insertado en un modelo de desarrollo enfocado al sector externo, ha sido más complejo salir de ella. Cayeron los ingresos petroleros y las remesas, por lo cual el Página 25

desarrollo del mercado interno ha jugado un papel fundamental en el intento de superar esta última crisis La caída del PIB per cápita, del Consumo per cápita, de la Inversión Privada per cápita y del Índice de Desarrollo Humano, así como el incremento del Índice de Morosidad y del Desempleo, fue más acentuada en la primera de ambas crisis. Considerando dichas variables socioeconómicas, las cuales nos dan un panorama más objetivo y amplio de ambas crisis, observamos que en todos los indicadores en cuestión, la mayor gravedad y profundidad de la crisis de 1995 se confirma y es innegable.

Bibliografía Bases de Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (varios años). Base de datos EUDOXIO: Modelo macroeconométrico para la economía mexicana. El Universal, “El Mundo”. Sismo de 7.0 sacude costas de Haití. AP y NTX. Enero 12, 2010. El Universal, “El Mundo”. Sismo de 8.8 grados sacude Chile. AP. Febrero 27, 2010. Gómez Chávez, Salvador Ismael. Análisis sísmico moderno: ética aplicada. Trillas, México 2007. Informes Banco de México (varios años).

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Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) Facultad de Economía, UNAM. Este trabajo ha contado con el apoyo financiero del proyecto “Determinantes del crecimiento del producto y del empleo en México, 1985.1 – 2006.4: Un enfoque econométrico multivariado”. PAPIIT-IN 305208 DGAPA, UNAM. Corresponding author: [email protected]. Agradezco la asistencia de Ariadna Díaz, Catalina Libreros, Daniela Tirado y Marco Romero. Todos los errores y omisiones son responsabilidad del autor. Versiones preliminares fueron presentadas en The 15th Annual Conference Western Hemisfere and Global Recovery: Trade and Investment, TAMIU, Texas, USA, abril 2010 y en la XXVII Reunión Trimestral del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos, UNAM-Mexico, marzo 2010. 2 En virtud de que no existen series macroeconómicas trimestrales previas a 1980 (en el caso del PIB) y a 1985 (en el caso del desempleo), nuestro análisis será anual, comenzando en 1970. A este periodo llamaremos aquí historia reciente. 3 Los crecimientos son en términos per cápita. Al usar este indicador, resulta que la primera recesión se convierte en depresión que –con altibajos- finalmente se prolonga hasta 1997. No se observan diferencias para la segunda recesión entre el PIB y el PIB per cápita. 4 A lo cual le llamaremos “datos duros”. 5 No es correcto atribuir el origen de una crisis macroeconómica a un solo factor, bien sea de carácter interno o externo. Es más adecuado, en todo caso, asignar factores desencadenantes que se añadan a desequilibrios existentes que las precipitan. Sin embargo, sí es posible detectar y medir los desequilibrios, bien sean de carácter interno o externo que pesan más en la irrupción y en los impactos de las crisis. 6 Podría decirse que en la medida en que a partir de 1988 -en que se inició la remonetización de la economía después de la larga recesión de los años ochenta- era natural que comenzaran a crecer. Sin embargo, llama la atención que el crecimiento de estos coeficientes monetarios fue espectacular, en la

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medida que, en términos reales y entre 1993 y 1994, M2/PIB lo hizo en casi 20% mientras que M4/PIB en casi 30%. 7 Al normalizar las variables macroeconómicas por la población (magnitudes per cápita) ciertamente estamos suponiendo que la distribución de los impactos de la crisis es homogénea, cuando muy probablemente no lo sea. Sin embargo, consideramos que es una medida más precisa que presentar a los datos en magnitudes absolutas. 8 En 1994 y 1995 la economía de Estados Unidos creció en 6.3 y en 4.7%, respectivamente; mientras que en 2008 y 2009 en 2.6 y -2.7%. 9 Medida por la suma del comercio exterior dividida por el PIB. 10 Debido al cambio de año base del sistema de Cuentas Nacionales hay variaciones fundamentales en este coeficiente. Por ejemplo, de acuerdo con la metodología de 1993 este coeficiente sería de casi 90%, mientras que con la actual (2003) es de poco más de 60%. En cualquier caso se trata de un importante incremento de la apertura comercial en este espacio temporal.

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