¿Es el runningla nueva autoayuda?

Noche de running en Puerto Madero: Fernando Capparelli (30), Gabriel López (39) ..... mán–. En los grupos [de running] lo primero es reeducarlos y enseñarles.
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SÁBADO

| Sábado 7 de Septiembre de 2013

Psicología

¿Es el running la nueva autoayuda?

Crece la cantidad de argentinos que se sumergen en esta práctica buscando no sólo estar en forma, sino también superarse

Las ventajas de salir a entrenarse en grupo

Viene de tapa

“Correr es una manera de sentirse vivo, de estar en contacto con la naturaleza y de combatir la vida sedentaria y el estrés de las grandes ciudades. Pero, también, muchos de los que se entrenan para correr son personas que tenían un vacío en su vida y a las que este deporte las ayuda a hacer algo por sí mismas y a buscar superarse”, sostiene Marcelo Roffé, presidente de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina, que acaba de publicar el libro El partido mental (Lugar Editorial). “El running brinda la posibilidad de realizar una actividad física placentera y saludable al aire libre, pero también nos permite superarnos –coincide Daniel Tognella, profesor de educación física y entrenador de equipos de corredores–. Siempre digo que lo mágico de este deporte es que nos hace sentir a todos ganadores, algo que no se da en todas las disciplinas. Cruzar la meta, sea en el puesto que sea, es comparable a hacer un gol o ganar un partido. Nos convierte a todos en triunfadores.” Para Karina Peters, médica oncóloga de 42 años, el haber corrido por primera vez unos 21K fue el momento más importante del año. “Cuando llegué a la meta pensé: «Si yo puedo hacer esto, cualquier cosa es posible». Siento que empecé a ver todo con una mirada más positiva, que me animó más a hacer cosas y que siento que la vida pasa por otro lado, no sólo por la rutina del trabajo, y que hay un montón de opciones para disfrutar”, cuenta. Correr, claro, es una de ellas. “No salir el sábado a la noche antes de la carrera, quedarte en casa y comer fideos y al día siguiente levantarte a las 6 de la mañana no es para mí un sacrificio, es un placer porque sé que voy a correr”, asegura Karina. El placer de correr –todo lo contrario a la obligación que podría suponer una rutina de entrenamiento– es algo que atraviesa el discurso de los adeptos al running. “Corro los martes y los jueves, y el resto de la semana espero esos días”, asegura Gabriel López, de 39 años, que entrena habitualmente en Puerto Madero. Fernando Margules, de 41 años, compañero de equipo de Gabriel, coincide: “Correr me da mucha alegría, me cambia el humor, me permite descansar mucho mejor a la noche y al día siguiente ir a trabajar de otra manera. Si fuera una obligación, claramente no vendría”. El vínculo entre correr-sentirse bien-querer volver a correr tiene incluso una explicación biológica. “Los científicos comprobaron hace relativamente poco algo que se sospechaba: la actividad física intensa genera en el cerebro los neurotransmisores del placer (opioides y cannabinoides). Lo cual empieza a explicar algo que sienten quienes están acostumbrados a correr mucho y que por alguna razón (una lesión, trabajo) deben dejar de hacerlo: sufren síndrome de abstinencia”, explica Martín De Ambrosio, periodista científico, autor del libro Por qué corremos (Debate) y runner. Martín aclara que esta “adicción” tiene beneficios claros para quien la experimenta. “Químicamente, el estado en que te deja correr sirve para encarar las cosas quizá con optimismo y seguro desde otro punto de vista –agrega–. Pero además de lo hedónico es interesante el hecho de que el órgano más beneficiado por el running es el cerebro; y no sólo por reducir chances de sufrir un accidente cerebrovascular, sino incluso desde lo cognitivo: un cerebro de un cuerpo entrenado rinde más y piensa mejor.” Desde una mirada ya no biológica, sino psi, la actividad física de tipo aeróbico como el running presenta múltiples beneficios. “La actividad física aeróbica ha demostrado por sí misma tener una acción antidepresiva”, asegura Roberto Sivak, docente de Salud Mental de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y no sólo eso: “Permite distraerse de las actividades rutinarias, lo que es útil en cuadros obsesivos y en trastornos de ansiedad; promueve la llamada resiliencia, que posibilita afrontar dificultades con optimismo y creatividad aprendiendo de las dificultades; estimula la creación de “mapas” mentales asimilables a la búsqueda de logros en la vida familiar laboral o academica”. Y, luego, está la ya mencionada satisfacción de cumplir con las metas –correr 10K, 21K y 42K–. Y cómo eso incide sobre otros ámbitos de la vida de la persona. Metas y valores “Las metas son la base de la superación personal y de la motivación –opina Marcelo Roffé–. No hay nada más placentero que ponerse una

opinión Néstor Suárez PARA LA NACioN

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Noche de running en Puerto Madero: Fernando Capparelli (30), Gabriel López (39), Fernando Margules (41) y Fabio Tenuta (47)

Karina Peters (segunda desde la der.) entrena junto a su grupo Actividad Deportiva para los 21K

Algunos libros Para buscar en la sección deportes... o superación personal

Por qué corremos (Debate) Martín De Ambrosio y Alfredo Ves Losada mezclan las razones científicas y sociales del fenómeno running con historias de grandes corredores

Correr para vivir, vivir para correr (Debate) “De cómo el running puede mejorar la vida de las personas”, reza el subtítulo de este manual donde Santiago García ofrece instrucciones para sumarse a la práctica

meta a mediano plazo y alcanzarla, y luevo ponerse otra y lo mismo. Las metas deben ser difíciles pero alcanzables, acordes con las posibilidades de cada uno. Fáciles no, porque no tienen gracia (la base de la superación es el esfuerzo y el sortear obstáculos); muy difíciles tampoco, porque uno se frustra.” Para Fernando Capparelli, de 30 años, el buscar superarse es una parte inseparable del running: “Corriste una carrera de 10 kilómetros y la próxima vez vas a querer bajar tiempo, y si se te cruza una carrera de 15 kilómetros vas a querer hacerla para ver si el cuerpo rinde”. “Mi meta es seguir corriendo, mi meta es la constancia”, dice por su parte Cintia Callejas, de 34 años, que destaca que cuando corre es el único momento del día en que apaga su teléfono celular. “Mi meta es que no haya otras cosas que interfieran con esta parte mía que encontré hace poco, que es correr, y que hoy es mi cable a tierra. Correr de acá a fin de año una carrera al mes es también otra meta, una meta posible.” “El ejercicio de correr te ayuda para la vida: te da más energía positiva, te oxigena la mente y el cuerpo, que son un matrimonio –retoma Marcelo–. Y es en este sentido que el ejercicio de correr te permite aprender claves para enfrentar el día a día, ya sea en el trabajo como en la pareja.” El running, coinciden los entrevistados, aporta incluso valores. “Muchos de los que se acercan a este deporte están en una búsqueda de valores: compañerismo, la seguridad de que el sacrificio y el esfuerzo permiten lograr los objetivos, la inclusión y no la discriminación... estar en un grupo de running que te

apoya y que te incluye te hace sentir acompañado, y por eso no es extraño que la gente que corre en grupo termine siendo amiga”, afirma Germán de Gregori, entrenador del Puma Running Team. “Muchos llegan a los grupos descargados de valores, acostumbrados a vivir en una sociedad muy competitiva, con una autoexigencia que no es la deportiva: duermen poco, trabajan fuera de hora –agrega Germán–. En los grupos [de running] lo primero es reeducarlos y enseñarles que una buena nutrición y un buen descanso son tan importantes como entrenar. Hay que sacarlos del capitalismo a todo costa.” Un cambio de hábitos y de valores, no sólo de rutinas. Eso es lo que genera en los corredores el entrenamiento grupal, asegura Germán. “La gente está pidiendo un cambio de hábitos. Ya probó con salir a la noche, fumar, tomar otras cosas, agrandar los combos... Lo que nunca probaron es sentir «tengo ganas de correr 5 kilómetros»”. En todo caso, advierte Roberto Sivak, “el riesgo que plantea el entrenamiento en torno al running es una actitud compulsiva, rígida y hasta tiránica, que puede observarse en personalidades con marcadas características obsesivas y narcisistas, donde los ideales de superación llevan al sufrimiento”. Pero practicado con un espíritu más sano, completa, “el running puede fomentar mayor solidaridad (considerando dificultades de otros corredores) y en algunos casos, humildad.” En definitiva, concluye Marcelo, lo que enseña el running es que “el rival a vencer siempre es uno mismo”. Y ese, parece, es el partido mental que hay que ganar.ß

fotos de g. bosco y s. aznarez

istóricamente, el running era una actividad solitaria. Una actividad donde el entrenamiento y las carreras estaban planeadas para cumplir un tiempo, y el esfuerzo por lograr el objetivo era un intento puramente individual. Lo novedoso en el running de hoy es que los nuevos corredores se agrupan, entrenan, y hasta planean los objetivos y las carreras en las que van a participar, o acompañar, para dar alientos a sus compañeros. Múltiples son las ventajas que los teams pueden aportar a cualquier corredor: 1. El estar en grupo genera motivación y contención permanente, en distintas circunstancias. 2. Abre la posibilidad de entrenar y correr con compañeros que están en el mismo nivel. 3. La presencia de los otros posibilita verse y aportar correcciones que uno solo tal vez no haría. 4. El team imprime también un compromiso, tanto hacia el entrenamiento como hacia el grupo, que en días de duda o mal tiempo no deja de ir. 5. En los trabajos de velocidad, todos ayudan a mantener la concentración y la intensidad individual, impidiendo que ninguno se vaya sin haber completado el entrenamiento. 6. En lo relacionado con el estiramiento o streching, el trabajo en equipo ayuda a alcanzar ciertos ángulos y rendimientos difíciles de lograr en forma individual. 7. En las carreras, como la media maratón y la maratón, tanto en el entrenamiento como en el evento mismo, los grupos trabajan sosteniendo el ritmo en distintas partes, cubriendo la distancia de forma eficiente. 8. Pertenecer a una suerte de pequeña comunidad permite sentirse cómodo y emocionalmente a gusto. 9. El team o los grupos le aportan al corredor nueva información. 10. Los capitanes o líderes son en general profesores de educación física o deportistas capacitados, y proponen dinámicas grupales acordes con las necesidades planteadas por cada uno. En resumen, el principal aporte del team al corredor se basa en la energía colectiva y en las opciones positivas que, tarde o temprano, se reflejan en su rendimiento.ß El autor es profesor de educación física, maratonista y triatleta

Adicción, secta y locura... saludables testimonio Daniel Arcucci

LA NACioN

M

e gusta mucho el fútbol y vivo de escribir sobre él desde hace más de 30 años, pero por más que lo sueñe no podría pisar el césped y jugar con Leo Messi en el próximo Mundial de Brasil 2014. También me gusta el automovilismo, como me atrapan casi todos los deportes, pero ni pagando podría largar un Gran Premio de Fórmula 1 ni detrás de Sebastian Vettel. Sin embargo, dentro de unos días me voy a poder dar el gusto de recorrer el mismo circuito que ha recorrido Stephen Kiprotich, el maratonista ugandés campeón olímpico en Londres y campeón del mundo en Moscú, y que recorrerán los más grandes atletas del mundo en busca de un nuevo récord. En Berlín, el 29 de septiembre, correré por primera vez en mi vida 42 kilómetros y siento que será algo más que un excéntrico regalo por mis 50 años recién cumplidos o la jactancia de compartir espacio con los mejores de esta actividad. No pasa por allí el placer y la pasión del correr. Pasa, en cambio, por disfrutar metro a metro de una actividad que es sanadora de cuerpo y alma. Que es capaz de transformar en saludable el sentido de palabras como adicción, secta o locura. Uno se vuelve adicto al correr cuando comprueba que necesita

hacerlo cuando se siente mal para sentirse bien, o cuando se siente bien para sentirse todavía mejor. Uno cree que forma parte de una secta al correr cuando comprueba que hay otros que pueden interpretar del mismo modo la satisfacción de haber agregado un kilómetro más al desafío, o de haber llegado, y la frustración de haber parado un día más por un dolor que ya pasará. Uno se siente un poco loco al correr cuando tiene siempre a mano un bolso con las pocas cosas que se necesitan para hacerlo sin importar la hora ni el clima ni el lugar. Quizá pueda entenderse un poco mejor con este ejemplo: esta nota puede que sea mala, pero era peor. Pocas horas después de entregar la primera versión salí a correr. Apenas arranqué, tras una larga inactividad por una lesión, pensé en cambiarle el título por uno más preciso, clarificada la mente por la alegría que había reemplazado a la angustia de la abstinencia. Promediando el trote comprobé, con alegría, que no había resabios de dolor en el gemelo y me vinieron a la cabeza todos aquellos que durante esos días parado me mandaron aliento en una especie de plegaria pagana para que sanara pronto. Finalmente, cuando llegué a mi casa levanté los brazos como si hubiera batido un récord. Mi vecino vio el gesto y me saludó con la comprensión con la que se saluda a los locos (lindos): “¡Buen tiempo!”, me dijo. “Lo importante es llegar”, le contesté.ß