Ensayos sobre teoría sociológica: Durkheim, Weber y Marx

norteamericana y con la indiscutible influencia en la teoría social de ... de la historia de la sociología, por ejemplo el de G. Gurvitch, Traite de sociologie,.
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A PROPÓSITO DE LOS CLÁSICOS DE LA SOCIOLOGÍA

Hésper Eduardo Pérez Rivera

Norbert Elias recrea en sus notas autobiográficas el ambiente intelectual en el cual se formó en los años veinte y comienzos de los treinta del siglo xx en Alemania. Registra la gran influencia de Marx y Weber y aunque no desconoce, por cierto, los aportes de Simmel y Tónnies, de Alfred Weber y de Mannheim, apreciaba el conjunto y concluía que aún no existía —y no sólo en su país— la sociología como ciencia. Decidida su vocación, luego de sus estudios académicos en otras áreas, consideró que el objetivo de su labor como sociólogo era la de empezar a abrir la brecha a esa ciencia que estaba por construir 1 . Por esos mismos años, en Inglaterra y Francia se cultiva la sociología. En Inglaterra, en forma reducida, por unos pocos autores, el más importante de los cuales fue T Hobhouse, introductor de la disciplina en la London School of Economics. Después de él se destaca M. Ginsberg, su sucesor en aquella universidad. En Francia, Durkheim funda la primera cátedra universitaria de sociología. Sus discípulos, M. Mauss, M. Halbwachs, F. Simiand, M. Granet, C. Bouglé, P. Fauconnet y G. Davis, desarrollaron las ideas del maestro en la antropología y en varios campos de la sociología. En los Estados Unidos surge a finales del siglo xix una generación de sociólogos que fundan asociaciones y revistas, publican libros y manuales de sociología. Pertenecen a esos pioneros L. F. Ward, A. Small, F. H. Giddings, C. H. Cooley2 y los sociólogos que trabajan en la 11a-

i. Ver N. Elias, Mi trayectoria intelectual, Ed. Península, Barcelona, 1995. 2. Estos autores se interesaron en delimitar el campo de la sociología, desconocida por entero en los medios académicos de la época. Así Ward, en colaboración

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mada Escuela de Chicago. No obstante su gran producción, no influyeron fuera de su país ni sus teorías se prolongaron en elaboraciones teóricas posteriores, tal vez con la única excepción del interaccionismo simbólico, surgido en la Escuela de Chicago e inspirado en el pragmatismo de Dewey y la ideas de G. H. Mead 3 . Una mirada al panorama de la sociología en la primera mitad del siglo xx muestra a todas luces que aún no ha alcanzado a consolidarse como ciencia. No por casualidad los pensadores que más tarde se convertirán en los clásicos de la disciplina provienen de otras áreas del saber. Lo cierto es que habrá que esperar hasta mediados del siglo para que logre su estatus de ciencia social. Fue a partir de entonces, dice Giddens, que "la sociología conoció un crecimiento académico, su reputación como disciplina floreció aunque siguiera siendo impopular en muchos círculos". Pero dicho progreso, según este autor, se corresponde con el dominio en el plano internacional de la sociología norteamericana y con la indiscutible influencia en la teoría social de Talcott Parsons 4 . No era, al parecer, gratuito ese prestigio de Parsons. Giddens destaca el hecho de que La estructura de la acción social, publicada en 1937, ganó enorme ascendiente en el período de la postguerra y "fue una obra clave, en más de un sentido para la formación de la sociología moderna" 5 . Cabe anotar que Parsons no toma en cuenta en esa su con J. Q. Dealey, escribió un Manual de sociología; Sumner, La ciencia de la sociedad; Small, Sociología general; F. H. Giddings, Principios de sociología y Cooley, Naturaleza humana y orden social. Ginsberg, por su parte, escribió varios libros sobre el mismo tema; Estudios en sociología. Sociología, Ensayos en sociología y filosofía social. 3. Sobre las ideas de estos autores pueden consultarse los libros que se ocupan de la historia de la sociología, por ejemplo el de G. Gurvitch, Traite de sociologie, PUF, París, 1962, pp. 60-64. Para su ubicación en el marco de las corrientes sociológicas da muy buena orientación P. Sorokin, Teorías sociológicas contemporáneas, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1951. En su artículo "Interaccionismo simbólico" (en A. Giddens, J. Turner y otros, La teoría social hoy, Alianza Editorial, Barcelona, 1990), Hans loas da una información precisa sobre los orígenes de esta teoría, desarrollada contemporáneamente a partir de los años sesenta. 4. A. Giddens, La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la estructuración, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1995, p. 15. 5. Ibid., p. 15.

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fundamental conceptualización las teorías de sus compatriotas arriba mencionados. Se separó por entero de la tradición sociológica de su país y se apoyó en autores europeos. Hans Joas considera, en el artículo anteriormente citado, que suprimir esa tradición era el precio que había que pagar para sostener la imagen de la sociología norteamericana que entró después de la Segunda Guerra a imperar en el mundo. Conviene señalar, además, que el predominio casi absoluto de Parsons tuvo un efecto especialmente negativo para el desarrollo de la sociología, pues al podar de ella la historia le eliminó su carácter genético. Bertrand Badie y Fierre Birnbaum comentan este hecho con las siguientes palabras: "La sociología —dicen en la introducción de su libro Sociologie de l'État— se encuentra en nuestros días por entero confrontada a la historia. Constituida en la época contemporánea como una disciplina científica, tuvo la tendencia a olvidar la dimensión histórica que algunos de sus padres fundadores habían dado a sus trabajos. Estuvo desde entonces dominada por una perspectiva de origen organicista que la comprometía en los análisis sobre el sistema social considerado como un conjunto en equilibrio que permanece idéntico a sí mismo, o en la aproximación microsociológica que la conducía a los estudios de pequeños grupos en el seno de los cuales se desenvolvían múltiples formas de interacción social. En uno como en otro caso, la sociología se volvía indiferente a la historia y se separaba al mismo tiempo de los fenómenos de dominación. Esta ruptura se reveló particularmente profunda en una gran parte de la sociología americana contemporánea que, a pesar de su gran riqueza, ha permanecido deliberadamente ahistórica" 1 . Badie y Birnbaum comentan que por la época en que escriben (1979) está avanzando en Europa un movimiento en el campo de la sociología política hacia la aplicación de los modelos de la sociología a los datos históricos, con los ingleses, apoyados en Weber, a la cabeza del mismo, y afirman taxativamente que "Es urgente que a su turno la sociología francesa redescubra la historia"7. En la primera parte del 6. B. Badie y P. Birnbaum, Sociologie de l'État, Grasset, París, 1982, p. 7. 7. Ibid., p. 8.

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primer capítulo de su libro analizan las "intuiciones de la teoría clásica": Marx, Durkheim y Weber; en la segunda parte examinan lo que llaman "El fracaso de la teoría sociológica contemporánea", e incluyen allí la crítica a Parsons. En el mismo sentido Norbert Elias, en la introducción que redactó en 1968 para la publicación de El proceso de la civilización, hace la crítica de Parsons, de quien dice: "pasa por ser hoy día el teórico más destacado de la sociología". Reacciona un tanto con sorpresa al descubrir que su investigación de 30 años atrás sigue "teniendo el carácter de adelantada", habida cuenta del predominio de la teoría parsoniana en la sociología. Contrapone la larga duración de su investigación a las "conceptualizaciones estáticas" de Parsons . RAZÓN DE SER DE LOS CLÁSICOS

Dos importantes sociólogos contemporáneos, Anthony Giddens y Jeffrey Alexander, se han interesado en establecer el significado de los clásicos de la disciplina. Anthony Giddens ha construido una teoría propia, la teoría de la estructuración, realizando una laboriosa y detenida investigación de las distintas tendencias del pensamiento sociológico. Dan cuenta de esa investigación, entre otras publicaciones, los siguientes libros: Capitalism and Modern Social Theory. An Analysis ofthe Writings ofMarx, Weber y Durkheim (1971); Central Problems in Social Theory. Action, Structure and Contradiction in Social Analysis (1981); A Contemporary Critique of Historical Materialism, vol. 1 (1981), vol. 2 (1987); La constitución de la sociedad (1984); Política, sociología y teoría social. Reflexiones sobre el pensamiento social clásico y contemporáneo (1995). Jeffrey C. Alexander también ha creado su propio campo teórico, en su caso a partir de Parsons. Son varios sus libros sobre teoría. Entre

8. N. Elias, El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas, FCE, México, 1984, p. 15 y ss.

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ellos: Theoretical Logic in Sociology, cuatro volúmenes. El primero publicado en 1982, el cuarto titulado The Modern Reconstruction ofClassical Thought: TalcottParsons (1983); TheAntinomies ofClassical Thought: Marx and Durkheim (1982); Neofunctionalism (1985). Anthony Giddens plantea en la introducción de uno de sus libros, de reciente publicación 9 , su punto de vista sobre los clásicos de la sociología. Recuerda allí que fue Parsons quien en su Estructura de la acción social (1937) empezó a hablar de fundadores característicos de la sociología, idea que su discípulo Merton retomó años después. Uno de esos fundadores era Weber, cuya introducción en el mundo anglosajón se le atribuye a Parsons. Otro era Durkheim, con menor recepción en Gran Bretaña. Comenta, por otra parte, Giddens que cuando escribió en 1971 Capitalismo y teoría social moderna. Un análisis de los escritos de Marx, Weber y Durkheim, la influencia de Parsons estaba en su apogeo y "poca gente en ese momento pensaba en términos de la tríada de clásicos que más tarde se convertirían en la parte central en los cursos de licenciatura en sociología"10. Para Giddens hay diferencia entre fundadores y clásicos. Dice que aunque en todas las disciplinas intelectuales existen fundadores reconocidos, no en todas se los tiene como clásicos. Sustenta la diferencia con las siguientes palabras:"... los clásicos son los fundadores que nos hablan de algo que aún se considera pertinente. No se trata simplemente de anticuadas reliquias, sino que se les puede leer y releer, y constituyen un foco de reflexión sobre los problemas y las cuestiones de la actualidad"11.

9. A. Giddens, Política, sociología y teoría social. Reflexiones sobre el pensamiento social clásico y contemporáneo, Paidós, Buenos Aires, L997. 10. Ibid., p. L2. Valga anotar que por esa época (1969) contábamos en nuestro país con un científico social bien informado, el profesor Darío Mesa, quien ubicó en el eje del nuevo plan de estudios de la Carrera de Sociología en la Universidad Nacional la mencionada tríada, junto con Parsons y Merton, anticipándose así a lo que años después se volvió corriente en Europa y Estados Unidos. IL. Ibid., p. 16.

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Aparece en la anterior definición la razón de ser de los clásicos: no importa cuánto tiempo haya transcurrido desde su muerte, lo que importa es que su lectura hoy provoque reflexiones sobre problemas y cuestiones actuales. Es esto mismo lo que se desprende de la expresión de Niklas Luhmann cuando dice que "Un clásico reduce la complejidad". En desarrollo de esta idea Alexander observa que el clásico es "un símbolo que condensa —'representa'— diversas tradiciones generales"12. La condensación supone que el clásico "simplifica y por tanto facilita la discusión teórica. Simplifica al permitir que un número muy reducido de obras sustituyan —es decir, representen mediante un proceso de estereotipación o estandarización— la miríada de formulaciones matizadas que se producen en el curso de la vida intelectual contingente"13. En coincidencia con Giddens, Alexander plantea que los clásicos dijeron cosas que tienen actualidad y las dijeron —añade— de una manera condensada, de tal forma que permiten al sociólogo orientarse en medio de la infinita cantidad de formulaciones que se producen en su área de conocimiento. En su propia definición de los clásicos precisa estas ideas: "Los clásicos son productos de la investigación a los que se les concede un rango privilegiado frente a las investigaciones contemporáneas sobre el mismo campo. El concepto de rango privilegiado significa que los científicos contemporáneos dedicados a esa disciplina creen que entendiendo dichas obras anteriores pueden aprender de su campo de investigación tanto como pueden aprender de la obra de sus propios contemporáneos. La atribución de semejante rango privilegiado implica, además, que en el trabajo cotidiano del científico medio esta distinción se conceda sin demostración previa; se da por supuesto que, en calidad de clásica, tal obra establece criterios fundamentales en ese campo particular. Es por razón de esta posición privilegiada por lo que la exégesis y reinterpretación de los clásicos —dentro o fuera de un contexto histórico— llegan a constituir

12. J. C. Alexander, "La centralidad de los clásicos", en La teoría social hoy, Alianza, Madrid, 1990, p. 42. 13. Ibid.,p. 43.

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corrientes destacadas en varias disciplinas, pues lo que considera el 'verdadero significado' de una obra clásica tiene una amplia influencia"14. El criterio de vigencia de los clásicos a través del tiempo lo formula Wolin denominándolos "teóricos épicos", queriendo decir con este término que su trabajo contiene saberes "que aluden a aspectos de larga duración de la existencia humana". Giddens, comentando a Wolin, subraya la larga duración: "Algunos 'teóricos épicos' ... superan la 'prueba del tiempo' precisamente debido a la magnitud de sus logros, en comparación con los pensadores anteriores o subsiguientes . En resumen, los clásicos han descubierto el núcleo explicativo de las pocas, muy pocas, cuestiones en las que descansa el problema del conocimiento de la realidad social. Por haber llegado a las raíces resisten la prueba del tiempo. Si ello es así, no hay otro camino para quien aspira de veras a convertirse en sociólogo, que asimilar sus teorías y sus métodos, penetrar en la estructura de sus sistemas teóricos. Sin esta apropiación no es posible aprovechar sus logros ni comprender cabalmente las teorías sociológicas contemporáneas que, de una u otra manera, abrevan en los clásicos. ACTUALIDAD DE LOS CLÁSICOS

Un balance, que no es, por supuesto, exhaustivo, pero que sí puede dar indicios suficientes del estado en que hoy se encuentra la lectura de Marx, Weber, Durkheim y Parsons, es tal vez necesaria para sopesar si son ciertas algunas aseveraciones acerca de la pérdida de vigencia de alguno, o algunos, de ellos. Marx A finales de los años sesenta y comienzos de los setenta surgió en los Estados Unidos una corriente sociológica que se llamó sociología his14. Ibid., p. 23. 15. Giddens, Política, sociología y teoría social..., op. cit., p. 16.

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tonca, cuyos exponentes reconocidos son Barrington Moore, Theda Skocpol, Charles Tilly e Inmanuel Wallerstein. Las tres tendencias principales en las que se plasmó dicha corriente se inspiran en mayor o menor grado en Marx y dos de ellas además en Weber1 . De Marx y Weber, según la Enciclopedia de las ciencias sociales, parten las dos interpretaciones básicas de la sociología política moderna. Teóricos de la sociología contemporánea han dedicado extensos estudios a Marx: Habermas 17 ; Giddens 1 ; Alexander19. John M. Maguire hizo un agudo escrutinio de la teoría política de Marx en su libro Marx's Theory of Politics (Cambridge University Press, Nueva York, 1978). En la obra de Norbert Elias hay frecuentes referencias a las ideas de Marx (y a las de Weber) y apoyo explícito e implícito en ellas para sus propias interpretaciones. En 1992 la Universidad de Cambridge inició una colección de autores clásicos del pensamiento social con un libro dedicado a Marx, con ensayos de sociólogos norteamericanos e ingleses que abordan distintos aspectos de su teoría 20 . En el mismo año de 1992 se presentó una tesis doctoral en la universidad de Oxford titulada Marx

16. Un análisis detenido de estas tendencias puede consultarse en D. Smith, The Rise of Historical Sociology, Temple University Press, Philadelphia, 1991; y en T. Skocpol (ed.), Vision and Method in Histórica} Sociology, Cambridge University Press, Nueva York, 1995. 17. J. Habermas, La reconstrucción del materialismo histórico, Taurus, Madrid, 1983 (edición en alemán, 1979). En otros libros de este autor hay capítulos dedicados a Marx, por ejemplo, en Teoría y praxis, Editorial Tecnos, Madrid, 1987 (edición alemana, 1962) y en Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid, 1988, t. 11 (edición alemana, 1981). 18. A. Giddens, A Contemporary Critique of Historical Materialism, Macmillan, Londres, 1981, vol. 1, University of California Press, Berkeley, 1987, vol. 11. También este autor tiene varios ensayos dedicados a Marx, por ejemplo, en Capitalism and Modern Social Theory, an Analysis ofthe Writings ofMarx, Durkheim and Max Weber, Cambridge University Press, Nueva York, 1971, y en Politics, Sociology and Social Theory. Encounters with Classical and Contemporarary Social Thought, Cambridge Polity Press, 1995. 19. The Antinomies of Classical Thought: Marx and Durkheim, University of California Press, Berkeley, L982. 20. Terrel Carver (ed.), The Cambridge Companion to Marx, Cambridge University Press, Nueva York, 1995.

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and Engels on Nationalism and National Identity: A Reappraisal, de Erica Benner21. Weber Max Weber, por su parte, tiene una inmensa presencia en la disciplina. Son innumerables los trabajos realizados sobre su obra y las traducciones a otros idiomas. Es, sin lugar a dudas, el clásico por excelencia, cuya fertilidad sigue produciendo nuevos desarrollos en diversas direcciones22. Durkheim El sociólogo inglés Steven Lukes publicó en 1973 la que es tal vez la más completa biografía intelectual de Durkheim, en un volumen de más de 600 páginas. En el prefacio a la edición de 1985 da cuenta del "renacimiento de los estudios sobre Durkheim" que ha tenido lugar entre 1973 y 1985. Comenta en el mismo prefacio que a un año de publicado su libro aparecieron seis libros sobre Durkheim. Considera central en ese renacimiento al Grupo de Estudios Durkheimianos fundado en 1975, con sede en París, que se ocupa de la documentación, la comunicación y la investigación y publica los Études durkheimiennes13. Dice Lukes que en el mismo período (1973-1985) se hicieron traducciones en varios idiomas y se completó la traducción de todos los libros de Durkheim al inglés. En relación con el aumento de las tra-

21. Citada en David Miller, Sobre la nacionalidad, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 18. 22. En la línea de la relación de la sociología weberiana y la historia pueden registrarse, entre otros, tres importantes trabajos: G. Roth y W. Schluchter, Max Weber's Vision of History, University of California Press, Berkeley, 1979; W. J. Mommsen, The Political and Social Theory ofMax Weber, University of Chicago Press, Chicago, 1989, y S. Kalberg, Max Weber's Comparative Historical Sociology, University of Chicago Press, Chicago, 1994. 23. En 1975 se editaron tres volúmenes con escritos no publicados de Durkheim, algunos inéditos en Francia: E. Durkheim, Textes, Les Editions de Minuit, París.

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ducciones, registra el creciente interés por el autor en Japón 24 y Alemania. Lukes menciona algunas de las principales contribuciones entre 1973 y 1985: estudios generales sobre Durkheim, los de LaCapra, Wallwork, Nisbet, Giddens, Thompson, Szachi, Tiryakian y Alexander; trabajos en áreas particulares: de Habermas en su Teoría de la acción comunicativa; en la sociología política, de Filloux, Lacroix y Hawkins; en la teoría del cambio social, de Sheleff y de Rueschemeyer; en la metodología, de Hirst y de Lukes; sobre El suicidio y la teoría de la anomia, de Besnard, Marks, Pope y Taylor; en la educación, de Cherkaoui; en la teoría de la religión, de Pickering, Jones y de Isambert, en la sociología del conocimiento, de Bloor, Fournier y Gieryng; sobre el impacto en la sociología moderna, de Fenton. También registra Lukes el creciente interés en los durkheimianos: varios escritos de Mauss, Halbwachs y Granet fueron traducidos al inglés25. Parsons Después de las décadas de dominio de su sociología, sobrevino un período en el que, al parecer, se dejó de leer a Parsons. Este hecho dio pábulo a que se hablase de su desaparición del panorama de la disciplina. Sin embargo, los hechos desmintieron esta pretendida defunción. Sociólogos de las nuevas generaciones, en particular en los Estados Unidos y en Alemania, en la misma época en que declinaba la influencia general de Parsons se aplicaron al estudio de sus obras y desarrollaron sus ideas en distintas direcciones. Algunos de ellos lograron notorie-

24. Según Kazuta Kurachi, Durkheim se estudió en el Japón desde comienzos del siglo xx. En su opinión, existe una gran afinidad de la cultura japonesa con su pensamiento. En 1928 se tradujo El suicidio, y en 1932, De la división del trabajo social y Educación y sociología (véase K. Kurachi, "Durkheim's on Japonese Sociology", en Essays on Sociology & Philosophy byEmile Durkheim et al. With Appraisals ofhis Life and Thougth, editado por Kurt H. Wolff, Harper Torchbook, Nueva York, 1960, pp. 296-308). 25. Ver para esta información: S. Lukes, Emile Durkheim. His Life and Work. A Historical and Critical Study, Stanford University Press, Stanford, 1985.

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dad en el campo de las teorías sociológicas contemporáneas. Niklas Luhmann, tal vez el más importante de los parsonianos, realizó una obra considerable y creó un campo teórico propio. Pero también Münch y Alexander avanzaron notablemente en su elaboración neoparsoniana2 . Por otra parte, sociólogos dedicados a la construcción de teorías desde otras perspectivas de análisis, le han dado gran importancia al pensamiento de Parsons. Es significativo que alguien como Habermas haya afirmado que "hoy no podría tomarse en serio ninguna teoría de la sociedad que no intente al menos ponerse en relación con la de Par"27

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En Francia Francois Borricaud, discípulo de Parsons en Harvard y orientado hacia la sociología política (realizó algunos trabajos en Perú, entre ellos uno sobre la oligarquía peruana), publicó en 1976 L'individualisme institutionel: Essai sur la sociologie de Talcott Parsons (Presses Universitaires de France, París). En el mismo campo de la especialidad, William Buxton publicó dos libros: Parsonian Theory in Historical Perspective (University of New Brunswick, Fredericton, 1982) y Talcott Parsons and the Capitalist Nation-State. Political Sociology as a Strategic Vocation (University of Toronto Press, Toronto, 1985). De la anterior reseña se deduce la indudable actualidad de los cuatro autores clásicos. No otra cosa indica el gran número de especialistas que se dedican al escrutinio de sus obras y a sacar de ellas ideas para sus propias conceptualizaciones. Ratifican así con sus trabajos que esas obras se mantienen aún hoy como el cuerpo teórico fundamental de la sociología. 26. De N. Luhmann hay traducidos varios libros al español, entre ellos Sistemas sociales (1991), Teoría de la sociedad (1993), Poder (1995). Sobre el pensamiento de R. Münch puede leerse su propia versión en R. Münch, "Teoría parsoniana actual: en busca de una nueva síntesis", en A. Giddens, J. Turner y otros, La teoría social hoy, Alianza Editorial, Madrid, L990. Münch registra en su ensayo una extensa bibliografía sobre la teoría parsoniana. En la publicada a partir de los años setenta hasta 1985 se contabilizan diez libros y numerosos ensayos. De Alexander, ver las obras reseñadas más arriba. 27. J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Madrid, Taurus, 1988,1.11, p. 282.

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