El socio más salvaje de un club exclusivo

2. 3. Página 12/Sección 5/LA NACION. Domingo 28 de octubre de 2007. Turismo. El socio más salvaje de un club exclusivo. PRAIA DO ROSA.– No son nada.
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Página 12/Sección 5/LA NACION

Turismo

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Domingo 28 de octubre de 2007

[ BRASIL ] Paraíso de surf y ballenas en el Sur

Esta antigua aldea de pescadores supo conservar su estilo rústico y promover un turismo sostenible

El socio más salvaje de un club exclusivo Praia do Rosa integra el selecto grupo de las Bahías más Bellas del Mundo. También sobresale por su conciencia ecológica, buenos servicios y las olas Por Luis Esnal Corresponsal en Brasil

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RAIA DO ROSA.– No son nada fáciles los requisitos para entrar a este club exclusivo: contar con una bahía privilegiada por la naturaleza, una vista de película, un turismo ecológicamente correcto, buena comida y hospedaje, y otras cositas más. Praia do Rosa tenía todo para ser admitido en el Club de las Bahías más Bellas del Mundo, pero la naturaleza le puso también en su paisaje de postal ballenas francas para que fueran vistas hasta desde los ventanales de las posadas. Puede imaginarse entonces por qué no le fue difícil a Praia do Rosa convertirse en miembro del club desde el año último y, pocos días atrás, en anfitrión de los representantes de las otras 28 bahías de todo el mundo que integran esa especie de asociación para promover un turismo sostenible y la preservación de esos lugares especiales en el mundo. A 90 km al sur de Florianópolis, Praia do Rosa, en el municipio de Imbituba y con menos de 1000 habitantes, fue descubierta por el turismo argentino en la última década. El desarrollo del lugar, sin embargo, es reciente. Tanto que 30 años atrás si se lograba cumplir la epopeya de llegar hasta allí –no había rutas, sino caminos y largas caminatas–, lo que se encontraba en Praia do Rosa eran apenas unas moliendas de mandioca y casas de campesinos y pescadores. Fue allí donde llegó de casualidad

el argentino Enrique Litman, en 1968. “Unos amigos brasileños con quienes surfeaba me hablaron de una playa fantástica y muy salvaje, conocida apenas por algunos gaúchos (originarios de Río Grande do Sul), donde había buenas olas. Hicimos una vaquita para pagar un carro con bueyes que nos llevara y después de una travesía llegamos hasta el lugar, que estaría desierto si no fuera por un pescador que encontramos. Era el mismísimo Dorvino Manoel da Rosa”, contó Litman. Los mitos que se crean dirían que el lugar se llamaba Praia do Rosa porque tiene una puesta de sol rosada, lo que también tendría sentido. Pero el nombre original era por don Dorvino Rosa. Litman, que tiene ahora 57 años, es el hijo de otro pionero, Mauricio

BRASIL

Praia do Rosa

Av. Central Praia do Rosa

Lagoa de Cima

a Florianópolis 77 km BR 101

a Porto Alegre 380 km

Praia do Luz

Litman, que descubrió Punta del Este, creó el Cantegril Country Club, el Festival de Cine de Punta del Este y tantas otras cosas del balneario. Estaba en la sangre salir a conquistar balnearios por ahí.

Se corre la voz Después de la llegada de ese argentino maluco a Rosa, la voz fue corriendo y en los años 70 comenzaron a llegar más surfistas, sobre todo del Estado de Río Grande do Sul. Por muchos años el hospedaje fue dado por el propio Dorvino y algunos otros campesinos y pescadores de la región. No había electricidad y se comía lo que había en el lugar en abundancia: pescados recién pescados, vegetales de las chacras y panes hechos con harina molida en el lugar. Es decir, una maravilla. A comienzos de los años 90, ya enamorado de Rosa tanto él como su esposa, Francesca, Litman compró algunas hectáreas frente al mar. Abrió en 1993 la posada Vida Sol e Mar, con nueve casas para alquilar (actualmente son 150 plazas). Lo increíble es que en aquellas épocas de Praia do Rosa no había ballenas. Habían sido pescadas para utilizar la carne para comer y el aceite para iluminar las ciudades de la región. Con la grasa de la ballena, mezclada con arena, se construían casas, galpones, iglesias y hasta faros. Así, las ballenas francas, que venían al lugar para dar a luz a las crías en una bahía protegida, fueron eliminadas casi totalmente. “Eran pescadas en canoas, aunque parezca increíble. Yo era chico cuando se pescó la última, pero mi padre