el monstruo y la ciencia ficción

La ciencia ficción es un movimiento cultural del siglo pasado, pero que gracias a .... controlar la mente de las personas, cambiar el clima entre otras cosas.
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EL MONSTRUO Y LA CIENCIA FICCIÓN

Álvaro Garrido Isabel González Luis Miguel González Alfredo Huergo Diego Iglesias

1. INTRODUCCIÓN

Es un futuro que nadie querría. Un ambiente inhumano, con animales que son máquinas fabricadas por una empresa, robots iguales que los humanos, tiempos de conquistas espaciales, de éxodo del pueblo de la Tierra a otro lugar, puesto que el planeta está inhabitable. Así muestra Philip K. Dick su visión del mundo en ¿Sueñan los robots con ovejas mecánicas? Parece no haber esperanza. La calidez del contacto humano se ve solapada por la frialdad del androide. En este futuro no hay tiempo para sentir y emocionarse, todo es frío e impersonal. Sin embargo hay esperanza, ya que existe el mercerismo, una experiencia sensorial, que mediante una máquina, muchos humanos comparten simultáneamente introduciéndose en la situación de un mismo hombre. De este modo, los poseedores de esta máquina comparten sentimientos y emociones. Una máquina de empatía por así decirlo. Julio Verne decía que lo que muchos pueden soñar, solo unos pocos pueden hacerlo realidad. El mercerismo es una utopía a día de hoy, no obstante existe algo parecido: el cine. Este invento nos proporciona sensaciones como risa, llanto, tristeza, alegría o miedo; a cada uno de distinta forma, pero en esencia es una máquina de empatía. Por así decirlo difunde mensajes sensoriales, ya sea al alma o a la consciencia de cada individuo, pero es un creador de valores. Por eso es verdad que el cine no deja de ser un mero elemento para llegar a ser el mejor y más eficaz difusor de mensajes. En su sutileza radica su éxito. El ser humano si es consciente de que le intentan infundir un

ideal, una forma de ser o quiere hacerle ver la realidad tal como es, lo más normal es que lo rechace. Sin embargo, si se oculta puede ser eficaz. Algo que se aprende el primer día es que no hay que darle las cosas mascadas al público. La ciencia ficción es la reina de eso. Alejándose de la idea de que la ciencia ficción es algo infantil o ridículo, se equivocan, ya que es el género que mejor oculta lo temas que en esencia quiere tratar. Al ser humano no le gusta acercarse a los verdaderos problemas del mundo, de su devenir y de su pasado. Eso simplemente le deprime. Pero curiosamente no le importan ir al cine y ver un futuro apocalíptico, una invasión extraterrestre o una conspiración para destruir el planeta. Al espectador le agrada adentrarse en esos asuntos, porque son de manera indirecta, disfrazados por argumentos, personajes… pero que son fiel reflejo del futuro que está por llegar. Un futuro peligroso, que nos llevara a la destrucción. Siempre sigue las mismas directrices, el mundo peligra, en cualquier momento puede ser destruido o invadido. Ya sea por nosotros mismos o por seres de más allá de la luna. Lo que nos causa miedo. El sentimiento más intimo del ser humano. El más primitivo, grabado en nuestro ADN, pero que es el mejor instinto de supervivencia que tenemos. De este modo, podemos decir que el miedo no advierte y avisa. El miedo nos encanta y lo necesitamos. ¿Por qué nos gusta montar en la montaña rusa o ir a ver películas de terror? La respuesta es fácil, queremos experimentar el miedo en situaciones controladas, pero sin las consecuencias. Por eso el cine es el mejor conductor del miedo. Miedo referido al sobresalto que producen ciertas criaturas o situaciones, dijéramos, monstruosas, que rompen la calma. Por eso el cine es portador de nuestra destrucción. Ya que funciona como alarma en el ser humano, nos advierte de los peligros de nuestros actos o de otros seres, si nos ponemos en el argumento lovecraftniano en el que el conflicto humano queda relegado a la insignificancia frente a la poderosa fuerza del destino del universo . Muchas veces funcionan como denuncias a asuntos censurados

por

los

gobiernos. Por eso se tapan con argumentos rimbombantes y producciones baratas que le hacen no tomarse en serio.

La ciencia ficción es un movimiento cultural del siglo pasado, pero que gracias a lo que representan, a acompañado sobre todo, en los últimos 50 años al hombre. Esto se debe a la combinación de dos factores: el ambiente sociopolítico y el auge de los medios de comunicación. La humanidad vive un momento que está gobernado por el miedo y la incertidumbre. Un miedo e incertidumbre avivada por el cine, la televisión, la literatura, los periódicos… Como ejemplo catalizador es el suceso con Orson Wells y su Guerra de los mundos. Luego no hay que olvidar que la ciencia ficción es un oráculo, que nos alertan del futuro venidero. Por eso hay que tener presente la situación socio-política en la que nos encontramos. Ya que el creador de esas historias concebirá su obra, por aquello que se piense que debe ser así. Por la imagen que tenemos del futuro, según los miedos del momento. Una imagen que, con el paso del tiempo, viene principalmente impuesta por el cine; la mejor máquina para difundir ideas. Así que cada vez más, como si de un bucle se tratase, la ciencia ficción refleja el futuro y por tanto los miedos a la destrucción según el cine quiere más que lo que el ser humano conoce o supone sobre como será el fin del mundo. Puesto que cada vez su visión de futuro viene de ahí. ¿Llegará cuando se nos invadan los extraterrestres en sus platillos volantes como en Independece Day, o será de otra manera completamente distinta a como lo imagina el cine y nos pillará por sorpresa?

2. METODOLOGÍA

Con todo, se analizarán las diferentes películas, carteles, libros y cómics de las últimos diez lustros y veremos como cada época refleja el futuro de una manera determinada y como todo ello va en función del contexto socio-político de Estados Unidos.

3. HIPÓTESIS

Finalmente responderemos a la pregunta de si esos miedos son universales, están creados por el cine y tienen poder para adoctrinar al público masivo de los cines.

4. OBJETIVOS

El primer objetivo que nos hemos propuesto es buscar un paralelismo entre el monstruo y el enemigo político. Se analizarán simbologías, colores, naturaleza y su forma antropomorfa.

El segundo objetivo marcado es categorizar al monstruo según una tipología: monstruos de la Antigüedad, monstruos metamórficos, monstruos tecnológicos, y monstruos extraterrestres.

Para finalizar, la última meta marcada es la comparación de las obras literarias de los autores más adaptados cinematográficamente: H.G. Wells, Arthur C. Clarke y Phillip K. Dick.

5. PLANIFICACIÓN

Nuestra investigación se centrará en el libro “La edad de oro de la ciencia-ficción (1950-1968)” de Javier Memba editado por T&B Editores, así como “Películas clave del cine de Ciencia-Ficción” de Sergi Sánchez en Ediciones Robinbook. Tras el acercamiento al género dedicaremos la primera semana de trabajo a la búsqueda de fragmentos audiovisuales que extraeremos, por facilidad de búsqueda, tratamiento y selección, del portal audiovisual Youtube para su posterior edición para su posterior utilización en la exposición oral del trabajo.

La siguiente semana será utilizada para analizar y diferenciar a través del póster y el cómic los reflejos del miedo de la Opinión Pública, así como la comparativa entre las obras literarias y sus respectivas adaptaciones en la pantalla de cine. Más tarde haremos el cotejo entre el resultado de nuestra anterior investigación y la evolución socio-política norteamericana. La última clase la dedicaremos a extraer una conclusión de la hipótesis ya planteada anteriormente.

6. LOS MIEDOS Y EL CÓMIC

6.1 Política, guerras y miedo: los cómics Marvel durante los últimos 70 años En Estados Unidos existen dos grandes corporaciones que lideran el mercado de los cómics y llevan haciéndolo muchos años, por lo que el contacto con muchas generaciones de niños y jóvenes de manera masiva está asegurado. Son Detective Cómics (DC) y Marvel Cómics. Pero los cómics de ambas corporaciones no eran sólo entretenimiento, el contenido político y belicoso fue tomando importancia en los guiones, sobretodo en tiempos de guerra. Aun así hay que destacar una importante diferencia entre ambas editoriales: mientras en DC cómics las aventuras suceden en lugares imaginarios como Metrópolis o Gotham City, en Marvel, las aventuras transcurren en ciudades reales: Washington o Nueva York, por ejemplo. Pero hay otro aspecto de la Marvel que la ha puesto por encima de la DC: sus superhéroes han tomado parte en escenas del mundo de la política internacional. A diferencia de la DC Comics, la Marvel siempre optó por buscar argumentos mas realistas para sus historietas. Sus guiones se suelen alejar del tópico de los simples "super-villanos" para centrarse en enemigos concretos (nazis, soviéticos, chinos comunistas). Con esto, no sólo se va a hablar de los cómics, vamos a hablar de los problemas y relaciones de la política internacional americana.

6.2 Contexto En el primer tercio del siglo XX DC se posiciona como lider del mercado de cómics en USA, es la dueña de superhéroes como Superman, Batman, la Mujer Maravilla, Flash y un largo etcétera. Sin embargo, no es un monopolio: hay una fuerte competidora, de menos antigüedad y que también que tiene sus propias creaciones y estilo, muy distintos a los de la Marvel.

Dicho estilo ciertamente político diferenciaba a ambas editoriales: si la DC enfrentaba a su héroes con villanos (científicos locos o ficticias organizaciones criminales) que aludían a enemigos de la vida real, la Marvel no se valía de alusiones o metáforas: mencionaba al verdadero enemigo con todas sus letras.

6.3 II Guerra Mundial: Después de que América entrara en el conflicto, el 7 de diciembre de 1941, DC hizo que Superman, Batman y resto de sus héroes dejaran de lado su lucha contra gángsters o genios maléficos para combatir a nazis y japoneses. Pero Marvel, que entonces aún no se llamaba así, ya iba un paso por delante, ya que sus creaciones combatieron abiertamente al Eje antes de la entrada oficial de USA en la guerra. El mejor ejemplo está en el antifascista Capitán América, que en su primera aventura de marzo de 1941 (cuando los americanos trataban de mantenerse neutrales del conflicto europeo) no solo peleaba contra el agente alemán Red Skull sino que, en la portada de su revista, aparece derribando de un puñetazo nada menos que... al Führer. Las luchas de los superhéroes de Marvel contra el ejército nazi, descubrían asombrosos robots y demás artilugios de destrucción, cuya finalidad era destruir a todo el mundo libre. Acabada la guerra, volverían a los cómics los viejos villanos de antes. En el mundo de la realidad, empezaba la larguísima Guerra Fría. Los cómics de DC no se dieron por aludidos, y no mencionaron para nada a enemigos como los comunistas... de vez en cuando, alguna escasa alusión: "un agente de un país enemigo". Mas bien,

volcaron la histeria anticomunista a sus apolíticos villanos, haciéndolos tan tiránicos, colectivistas y traicioneros como los comunistas. La cosa continuó de esta manera hasta los años sesenta. En esta época, Marvel iba a introducir, en ese universo de fantasía, una inesperada dosis de realismo. Comenzaron a aparecer superhéroes que no combatían por "la Verdad y la Justicia", tan generalizadas, sino que serían luchadores de "la Libertad y la Democracia". Y no peleaban para salvar a "la tierra" o a "la humanidad"; lo que ellos defendían era el "mundo libre". Aparecieron villanos que no provenían de alguna inverosímil organización criminal, sino que eran espías y saboteadores extranjeros. La procedencia de estos nuevos enemigos ya no fue camuflada con lo de "agentes de una potencia enemiga" o inventando un país inexistente. Es enemigo comunista acechaba en cualquier lugar. Millones de niños leían historietas en las que agentes enemigos se escondían por la ciudad y podían atacar en cualquier momento, generales soviéticos dispuestos a lanzar ataques nucleares sobre la población civil americana. Dichas historietas creaban incertidumbre en los niños y muchos jóvenes, El miedo a un ataque inminente, a que la guerra, que siempre la ponen pendiendo de un hilo, puede desatarse en cualquier momento hizo que esas generaciones temieran al enemigo comunista, el enemigo de la libertad, dónde nadie tiene nada y el gobierno es corrupto. Los asombrados lectores vieron que estos nuevos "malos" tenían sus cuarteles generales en Moscú o Pekín, se llamaban entre ellos "camarada". Tenían por Pandera la hoz y el martillo... ¡incluso hubo aventuras donde los jefes máximos de estos villanos eran los mismísimos Nikita Khruschev o Mao Tse-tung! Durante esta época apareció de nuevo un viejo un nuevo enemigo, pero que en este caso era consecuencia del conflicto entre las potencias. Debido a la carrera espacial en la que USA la URSS competían para ser los más avanzados. Volvió el miedo al espacio exterior, pero esta vez la amenaza era por un posible ataque desde estaciones espaciales equipadas con novedosas armas que no solo destruían, si no que podían controlar la mente de las personas, cambiar el clima entre otras cosas. Como detalle a tener en cuenta sobre esto, aún a día de hoy, en las películas basadas en aquella época

y años posteriores, aparecen niños y jóvenes que se cubrían la cabeza con papel de aluminio, etc. con el fin de resguardarse de dichas radiaciones que tanto les habían inculcado los cómics. Recordemos brevemente a algunos superhéroes de la Marvel, confirmando cómo muchas de sus aventuras, o hasta su origen mismo, estuvieron ligados a la Guerra Fría:



EL CAPITAN AMÉRICA: Tras un estado de hibernación tras el final de la II Guerra Mundial, despertó en los sesenta y tras enfrentarse a algún viejo enemigo y a una organización neonazi, dejó su lucha contra los fascistas y lo cambió por el enemigo "rojo". La principal fue cuando enfrentó a su contraparte soviética, el Guardián Rojo.



LOS CUATRO FANTASTICOS fueron producto de la Carrera Espacial USAURSS. Tratando de adelantarse a los rusos en los viajes espaciales, Reed Richards, su esposa Sue, su joven cuñado Johnny y su amigo piloto Ben Grimm (Reed y Ben eran veteranos de la II Guerra Mundial) se embarcan en la creación de un cohete interestelar. Cuando el Gobierno amenaza retirarles los fondos, los cuatro amigos viajaron apresuradamente en la nave experimental al espacio para llegar a las estrellas antes que los comunistas (esto sucede poco antes del lanzamiento del Sputnik). Una tormenta de rayos cósmicos desvía la nave y la hace estrellarse en la tierra, donde descubren que han adquirido super-poderes, convirtiéndose así en Mr. Fantástico (Reed), la Mujer Invisible (Sue), la Antorcha Humana (Johnny) y la Cosa (Ben). Pondrán sus nuevos poderes al servicio de la Libertad y la Democracia del mundo libre. Entre los múltiples enemigos que enfrentarían destaca el científico soviético Ivan Kragoff, quien fue lanzado a la luna con tres simios; los mismos rayos cósmicos lo convertirían en el Fantasma Rojo (con el poder de la intangibilidad), y sus monos (que adquirieron super-fuerza, energía magnética

y el don de la metamorfosis) se convertirían en los Supersimios.



EL INCREIBLE HULK tuvo un origen bien politiquero: el joven científico Bruce Banner prueba en una base militar su último invento, la poderosa Bomba G. Pero su asistente, el espía soviético Igor Starsky (Igor Drenkov en otras ediciones) intenta asesinar a Banner, exponiéndolo a los rayos gamma cuando salvaba a un adolescente imprudente. Convertido así en el gigante verde Hulk, empezará combatiendo al super-inteligente y deforme Gargoyle, científico y jefe de inteligencia ruso (víctima de la radiación gamma, igual que Banner); posteriormente lucharía con el monstruoso Abominación, un enorme mutante procedente de la comunista Yugoslavia. También peleó contra el soviético Gremlin, hijo de Gargoyle, quien también quedó deforme como su padre. Pero su principal archi-rival es un barrendero americano que, igualmente contaminado por los rayos gamma, obtuvo super-inteligencia y piel verde; acabó convirtiéndose en el Líder, espía al servicio de la URSS. También destaca una aventura donde Hulk arrasa con el Ejército Rojo en la mismísima Siberia.



SPIDERMAN comenzó como una víctima de los experimentos con la energía atómica: el estudiante Peter Parker es picado por una araña común, accidentalmente expuesta a la radiación de un laboratorio. Parker adquirirá los poderes arácnidos que le convertirán en Spiderman. Su lucha en la Guerra Fría fue escasa: sus enemigos fueron casi siempre estrambóticos gángsters neoyorquinos, pero también destaca su lucha contra un espía soviético, el agente secreto Camaleón, un maestro del disfraz. Camaleón fue durante muchos años uno de los mayores enemigos de Spiderman, apareciendo en muchos de los cómics del momento.



IRON MAN es, quizás, uno de los más políticos superhéroes Marvel. Cuando USA solo mandaba consejeros militares a Vietnam, el genio industrial Tony

Stark se interna en la jungla y, tras pisar una mina, es mortalmente herido y hecho prisionero por los comunistas. Obligado a servirlos en un laboratorio, Stark aprovecha y construye una super-armadura que no solo salva su vida sino que le ayuda a escapar. De vuelta en América, se pone al servicio de la defensa del mundo libre como el anónimo Iron Man. Combatirá al soviético Dínamo Rojo, quien pronto desertará a Occidente y perfeccionará la armadura de Stark (cosa que pagará con su vida). Luego luchará contra otro "rojo", el gigantesco Hombre de Titanio, a quien derrotará varias veces. También deberá enfrentar a la espía y saboteadora soviética conocida como la Viuda Negra. Incluso llega ponerse, cara a cara, con el Premier de la URSS (Khruschev). Sin embargo, su némesis sería el super-agente de la China Roja, conocido como el Mandarín.

Hay más superhéroes Marvel, pero sólo hemos citado a los más destacados.

Se nota claramente que había un creciente miedo a las mutaciones por rayos, energía nuclear y experimentos científicos. La población temía ser afectada por alguno de estos males y convertirse una una bestia maligna o en un monstruo. Marvel, que se situaba en un contexto realista, aún a riesgo de que varios de sus héroes quedaran, en un futuro desfasados. Cosa que efectivamente ha ocurrido en el mundo post Guerra Fría de actual. Pese a todo, esos personajes siguieron sacando sus series en los 90, pero la evolución es notable. Veamos algunos ejemplos: •

El Capitán América, que combatía a fascistas y comunistas, pasó a combatir a los nuevos fascistas: HYDRA y otras organizaciones neo-nazis.



Los Cuatro Fantásticos se originaron por un simple accidente espacial. Reed y Ben cambiaron a ser veteranos de Vietnam (posteriormente, se cambió Vietnam por el Golfo Pérsico).



Hulk: Su origen ha sido re-editado varias veces: sustituyendo al saboteador comunista por un alien, omitiendo el tema del sabotaje, etc. El Líder es en los 90 un supervillano apolítico que planea conquistar el mundo.



Spiderman: Su

nacimiento y las alusiones a la amenaza atómica han sido

descartadas y, en una reciente versión fílmica, sustituida por el uso irresponsable de la ingeniería genética. De ser un agente de la URSS, el enmascarado Camaleón se ha convertido en un mercenario al servicio de quien le pague mejor. •

Iron Man ha cambiado no solo su origen sino también su finalidad: combatir a todo tipo de mal que amenace a USA o al mundo.

Durante la Guerra de Golfo Pérsico apareció una portada donde el Capitán América repetía el mismo gesto de su revista número uno, solo que sustituyendo a Adolf Hitler por Saddam Hussein.

El 11-S y la creación de una nueva conciencia: Apoyados por el sentimiento de solidaridad internacional hacia las víctimas tras el atentado del 11 de septiembre, Marvel canalizó las frustraciones y los miedos de la población en una publicación, destinada a recaudar fondos para la Fundación de Viudas e Hijos de los Departamentos de Policía y Bomberos de Nueva York, la Cruz Roja y la Fundación Torres Gemelas. “Héroes” se presentó al público el 17 de octubre del 2001 como una compilación de ilustraciones realizadas gratuita y especialmente por los mejores dibujantes de la industria (Alex Ross, George Perez, Walter Simonson, Neal Adams, Dave Gibbons, Neil Gaiman, Alan Moore, Frank Miller, Joe Quesada, Todd McFarlane y Kevin Smith entre otros). Estos ilustradores abordan la tragedia desde dos ángulos muy distintos: la concepción ideológica de que el atentado había sido un ataque a la paz mundial (no a un país específico); y el sentido homenaje del batallón de superhéroes a los verdaderos

héroes: policías, bomberos y médicos de emergencias. En dicha publicación, una de las ilustraciones muestra la revuelta que se formó en el avión que se estrelló en Pensilvania, en el cual (según la versión oficial) los pasajeros atacaron a los secuestradores, y estos decidieron estrellar el aparato. La revista consiguió recaudar 250 mil dólares en dos meses. Marvel volvió a la carga en enero de 2002 con “A moment of silence”. Respetando las premisas de su antecesora, la revista presentaba cuatro historietas mudas centradas en las acciones de policías, bomberos y médicos el día del atentado. Esta nueva publicación estrecha lazos con el poder político. Estaba prologado por el propio alcalde de la ciudad, Rudolph Giuliani:

“La ciudad de Nueva York –escribió- ha servido tradicionalmente

como

historietas

han

que

contexto

para

entretenido

a

muchas los

de

lectores

las por

décadas”.No casualmente, muchas editoriales –incluyendo Marvel- también han tomado a nuestra ciudad como su hogar. Pienso que precisamente ahora nos damos cuenta de que no tenemos que leer ficción para encontrar ejemplos de heroísmo. Los verdaderos héroes americanos han estado siempre con nosotros. Son nuestros bomberos, oficiales de policía y otros equipos de rescate, que exponen sus vidas cotidianamente para protegernos del peligro”.

Pero además de las ediciones especiales, las publicaciones del universo Marvel vieron trastocadas sus vidas y sus deberes para con el pueblo. En las páginas de The Amazing Spider-Man lanzada el día 14 de noviembre de 2001 (el superhéroe arácnido es la figura más reconocida de la empresa y sus historias están ambientadas en los escenarios de Nueva York), Marvel hace una declaración de principios sobre lo acontecido el 11 de septiembre. El número arranca con la llegada del Hombre Araña a la

“Zona Zero”, segundos después de la explosión de la segunda torre. Mediante textos en off va guiando al lector por todos los estadios emocionales que sacudieron a los neoyorquinos la mañana del 11-S. La aventura abusa de golpes de efecto, buscando la involucración afectiva antes que el análisis racional. Nueva York (y por consiguiente los Estados Unidos) han recibido un ataque que no merecían y en la unión de todos sus habitantes, encontrarán la fuerza para salir adelante e imponer justicia. En la aventura, los superhéroes y sus declarados archienemigos olvidan sus diferencias y colaboran con las fuerzas de seguridad, rescatando heridos y socorriendo a los necesitados. Parece un dato menor, pero en un universo ficticio donde el bien y el mal están totalmente polarizados, la representación de héroes y villanos trabajando codo a codo transfiere los conceptos de maldad y enemistad a la figura causante de todo el daño: Osama Bin Laden y la red terrorista Al-Qaeda. De nuevo comenzó la utilización de los superhombres como soporte ideológico para los planes belicistas de la política internacional americana. Durante una de las presentaciones públicas de Marvel, Kevin Smith, realizador cinematográfico que colaboró en los proyectos Héroes y A Moment of Silence, resumió lo que acontecería en la industria del cómic norteamericano: “Vamos a la guerra”. Como siempre con cada conflicto bélico inminente, Marvel hace resurgir a su estandarte patriótico: le Capitán América. Superhéroe y soldado, referenció como nadie el proyecto de ataque unilateral norteamericano. Con una revista lanzada en 2002, el “Centinela de la Libertad” (así le llaman en el universo Márvel) se adscribió explícitamente a la nueva postura de la política internacional de USA. Del Capitán llegan a decir: “La testosterona patriótica de nuestro hombre sale de sus puños enfurecidos, no de su paciencia eterna. Lucha para conquistar el sueño americano, temiendo que nunca tendrá la ocasión de experimentarlo en sus propias carnes. ¿Revolución? Quizás no, pero este es el nuevo acuerdo”. En la trama, el Capitán América colabora en las tareas de rescate entre los restos de las Torres Gemelas, mientras Osama Bin Laden sonríe diabólicamente ante la magnitud del ataque. Pero más adelante, muestra un ataque terrorista en un pueblo estadounidense, incluyendo explícitas descripciones gráficas de guerreros ataviados

con indumentarias islámicas inmolándose como bombas humanas. Al concluir, Capitán América manifiesta encabezar esta lucha para evitar la Tercera Guerra Mundial y la masiva muerte de civiles inocentes que ese conflicto acarrearía. Tras las altas ventas de los especiales Héroes y A moment of silenc” y la gran acogida de las nuevas series, Marvel se lanzó al desarrollo de revistas que narraban el actuar cotidiano de las fuerzas de seguridad. La saga llamada Call of Duty, tenía un aspecto muy controvertido, sobre todo por la incorporación de una niña fantasma que repite su mística letanía («Sobreviene la guerra») cada vez que se hace presente en un escenario de destrucción masiva accidental. Al final, la manifestación espectral resulta ser la hija de un científico norteamericano, que la envía a través del tiempo y del espacio para vaticinar la llegada de un futuro conflicto bélico en el que se jugaría el destino de la raza humana. ¿La fecha? El año 2003. ¿Los motivos? Armas químicas, en particular un novedoso tipo de toxinas nerviosas. Curiosamente (o no tanto), nueve meses antes de que la coalición angloparlante invadiera Irak, Marvel articulaba en sus productos “realistas” las argumentaciones que servirían de fachada a la conquista territorial de las segundas reservas petroleras más importantes del mundo. ¿Casualidad? A día de hoy en Marvel el enemigo ha cambiado de residencia y de raza. En muchas historietas, grupos terroristas planean ataques para envenenar suministros de agua, pero la escasa capacidad que tienen estos grupos de poder causar atentados terroristas grandes, hace que nunca lleguen a verse como la terrible amenaza que fueron los nazis o los comunistas en sus respectivas épocas. Como último punto de actualidad, en una de las últimas ediciones de Spiderman, El héroe tiene que salvar la investidura del nuevo presidente Obama. Su alter ego Peter Parker tiene que realizar un reportaje fotográfico sobre el acto, cuando se encuentra con uno de sus mayores y más villanos enemigos, que trata de usurpar la identidad del presidente electo de Estados Unidos para frustrar su toma de posesión. No es la primera vez que un mandatario estadounidense aparece en las páginas de Spiderman: antes pasaron por ahí desde Roosevelt hasta Kennedy pasando por el propio George W. Bush.

7. ADAPTACIONES CINEMATOGRÁFICAS DE LA OBRA DE H. G. WELLS

Durante las primeras décadas del siglo XX, muchas de las obras de H. G. Wells fueron adaptadas al cine en una industria, la americana, que aún no había explotado comercialmente el “boom” del cine de ciencia ficción. Ello es debido a que la obra de Wells parte, principalmente desde la vocación divulgativa del conocimiento científico. Pero como en muchas ocasiones sucede, el mensaje político que subyace en la narración se ve alterado en el proceso de producción cinematográfico. El escritor americano marca en sus novelas una crítica política a la sociedad contemporánea en cada una de sus obras, característica que compartían todos los escritores de ciencia-ficción. Ray Bradbury, Huxley Orwell, Isaac Asimov… todos ellos hicieron reflexionar a sus lectores sobre el mundo en el que vivían. H.G. Wells centraba la mayor parte de su mensaje en la divulgación científica y la otra en la crítica política. Pero como sucedió con Lovecraft, quizá el escritor peor tratado popularmente (ateísmo y anarkismo no han sido nunca corrientes multitudinarias), el mensaje de su obra es desfigurado con cada nueva versión cinematográfica de sus novelas.

H.G. Wells, en Doce historias y un sueño, nos ofrece una compilación de relatos breves del autor anglosajón que apenas guardan relación con su carrera, casi siempre centrada en la divulgación científica. Sus obras más populares son La máquina del tiempo, La guerra de los mundos, El hombre invisible o El primer hombre en la Luna, novelas que nos acercan un poco más la visión sobre este genio de la ciencia ficción que tanto aportó al Hollywood de principios de siglo. Pero Hollywood nunca trata bien a los autores.

La Guerra de los Mundos fue adaptada por ese genio llamado Orson Welles. Todo un genio de los negocios, la publicidad y la comunicación, eso no se lo puede negar nadie. Ciudadano Kane fue un gran revulsivo para el cine americano que empezaba a quedarse sin frescura. Pero Welles traiciona el mensaje original en el que la gente se rige por el caos ante la inseguridad, quizá debido a las repercusiones de su obra de teatro

radiofónica. En la versión cinematográfica de este director gran parte del protagonismo reside en los militares y su resistencia a la invasión alienígena.

No se trata de deshonrar la faceta narrativa de Welles, si no de trasmitir dentro de las posibilidades el mensaje correcto que el escritor intenta comunicarnos sobre el ser humano, la sociedad y la tecnología. Quien tenga curiosidad y se lea La guerra de los mundos, podrá darse cuenta que en el libro se vaticina que ante un caos total como una invasión de un enemigo desconocido y superior, en este caso extraterrestres, la humanidad mostraría su lado más tenebroso, egoísta e instintivo, como Orson Welles comprobó con su “broma” radiofónica.

El caso es que la película no trata de eso. Sí, la historia es muy parecida. Pero, ¿donde está el caos, la sinrazón, el egoísmo en el film? Solamente podemos ver el mensaje de que el ejército americano protege al pueblo, que el amor siempre vence a pesar de las circunstancias adversas y que el enemigo, en el momento que parece que no nos deja escapatoria y la muerte se abalanza sobre los protagonistas, siempre mostrará su debilidad, aunque se trate de un “Deus ex Machina” o intervención moralista del autor en toda regla. En definitiva, una pantomima comparado con la realidad.

Y si seguimos comparando la ideología de las películas y el libro de La máquina del tiempo seguiremos dándonos cuenta de la sutil censura de Hollywood. Mientras que en el libro se nos muestran dos razas humanas creadas de la devastación nuclear: los bellos y jóvenes elois que viven felices e inconscientes en el paraíso superficial y los morlocks, una especie que habita las grutas subterráneas y que se ha adaptado a la evolución con nuevas capacidades como la telepatía, la especialización en el trabajo o la identidad social por encima del individuo.

Hay que recalcar que H.G. Wells fue uno de los pocos críticos de su época contra el racismo, ya que no consideraba que hubiese razas humanas en la actualidad, sino dentro de 300.000 años con motivo de la segregación. Pero es indignante ver como la idea de que los ignorantes elois, que han acabado por quemar sus bibliotecas para no

sentir dolor por los conocimientos sobre el pasado y su responsabilidad en la historia, pasan de ser ganado para los morlocks a convertirse en esclavos.

La diferencia entre ambos conceptos parece mínima, pero se trata de una faceta moral: no es lo mismo cuidar de una especie que no se valdría por sí misma para subsistir proveyéndola de alimentos, paz y felicidad gracias a la telepatía, que tenerlos a su merced bajo un control casi total en función de una idea de superioridad racial. Y Hollywood no es estúpido, utiliza las elipsis temporales que existen en el relato de Wells para hacer el cambio más sutil ante el espectador.

A pesar de lo que pueda parecer, no estamos menospreciando el valor cultural de un libro ni de las películas de ciencia-ficción. La cuestión está en saber diferenciar las diferencias en cuanto al mensaje y canal (libro o película, ya que ambos utilizan recursos diferentes para comunicar), el emisor (una persona individual, como el escritor, o un grupo tan amplio como el que requiere una película), el receptor (un individuo como es el lector, o un grupo como los espectadores de cine).

Se trata de ser conscientes de la manipulación del mensaje que nos llega a nosotros como masa. Mientras que el lenguaje literario nos habla como personas individuales e independientes siempre que sepamos leer y escribir, por medio de las imágenes se nos pueden mandar infinidad de connotaciones e ideologías de las que la sociedad actual no puede escapar, porque la mayoría de las personas no fueron educadas para conocer el lenguaje de la iconografía en esta sociedad que vive de la imagen, como si fuésemos elois.

8. CATEGORIZACIÓN DE MONSTRUOS

Tras un análisis cualitativo de los monstruos en las películas desde 1940 hasta la actualidad, hemos extraído el siguiente esquema temático de monstruos en la cienciaficción:

a) DE LA ANTIGÜEDAD: Dinosaurios anacrónicos como los que el espectador de Jurasicc Park, o la versión de Peter Jackson de King Kong, monstruos de épocas remotas que despiertan por la mano del hombre como Godzilla, El monstruo del lago o el monolito de 2001: odisea en el espacio caben como subcategorías dentro de ésta. Suelen contener un mensaje ecologista de fondo. b) METAMÓRFICO: El vampiro desde Murnau a Martin Scorsese, el zombie de las sagas de George Romero y sus sucesores como Robert Rodríguez en Planet Terror; el científico deforme que representa físicamente la locura del conocimiento como en La mosca, el grano que representa la doble moral del protagonista de Cómo ascender en Publicidad, o la ambición de James Griffith en El hombre invisible; mutantes radioactivos como los de las películas apocalípticas de Roger Corman como El último día de la Humanidad, o mutantes genéticos como la saga de X-Men o super-héroes como Spiderman serían subcategorías

del

monstruo

metamórfico.

Suelen

contener

un

mensaje

moralizante de trasfondo. c) ALIENÍGENA: la propia palabra es contraria a indígena en su estudio lingüistico. Por lógica, un indígena es “el que pertenece a una tierra”, es decir, el campesino o ciudadano. Y por lógica de nuevo, el contrario a ciudadano o “perteneciente a un lugar” es el forastero o inmigrante. De este modo podemos comprobar como antes de mitad del siglo XX los mensajes de las películas hablan del peligro de la inmigración y a finales de los 90 el mensaje cambia hacia “el extraterrestre está entre nosotros” (un ejemplo seria la serie de televisión Expediente X). Las subcategorías dentro de ésta serían basadas entonces por la relación entre la humanidad con el extraterrestre: desde la animadversión desde La Guerra de los

Mundos a Alien: el octavo pasajero, al amor de E.T. el extraterrestre, pasando por la expectación de Encuentros en la 3ª Fase o Cocoon. d) TECNOLÓGICO: Suele representar el miedo al avance tecnológico. Esta categoría se subdividen desde los cyborgs de Akira, Matrix o Terminator, el superordenador como Hal9000 en 2001: Odisea en el Espacio, los robots desde Metrópolis de Fritz Lang a Inteligencia artificial de Kubrick y Spielberg.

Desde mediados de los años 80 los monstruos se permutan de categoría en busca de nuevos miedos que representen al ciudadano medio. Por poner un ejemplo, Godzilla en su remake americano pasa a representar la culpa nuclear, mezclando para ello, las categorías de mutación radioactiva con el monstruo de la antigüedad.

13. NUEVAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

Los temas donde no hemos profundizado han sido en la lectura de novelas, donde solamente hemos tratado la obra de H.G. Wells y Lovecraft. También se debería analizar metódicamente los pósters y sobre todo las series de televisión y su influencia subconsciente que incluso provoca el efecto convencimiento de abducido.

14. CONCLUSIONES

Por una parte, hemos comprobado que el mensaje que el miedo arrastra está muy ligado con la realidad contemporánea del espectador desde su explotación en los años 30 hasta la actualidad más reciente con películas que transmiten el mensaje político de Barack Obama tal y como lo presentaba en la retiente campaña electoral del 2008. Por otra parte, hemos deducido la categorización de monstruos durante el estudio. Quizá una visualización más prolongada y metódica podría corregir el esquema,

pero creemos que la categorización funciona con la cantidad de películas y épocas que hemos manejado. También nos hemos cerciorado a través del cómic que el enemigo responde a una imagen que tiene correspondencia con la realidad socio-política incluso hasta la actualidad.