Lunes 9.6.2014
El informe trimestral del Fondo de Garantía de Sustentabilidad Por: Santiago Urbiztondo Economista jefe de FIEL
ANSES acaba de publicar su informe trimestral sobre el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), compuesto centralmente por el stock de ahorros previsionales administrados hasta 2008 por las AFJP del disuelto régimen de capitalización. Allí se señala que -al 31 de marzo- el FGS alcanzó un valor de $ 383,4 mil millones, con un aumento del 291,4% desde su creación. Pero la política suele requerir mayor expresividad. Así, en su presentación ante la Comisión Bicameral de los Fondos de la Seguridad Social, el director de la ANSES expuso datos incluso más recientes, indicando que el FGS aumentó en dólares a una tasa anual del 11,7% desde 2008, superando el rendimiento de activos en dólares en cualquier lugar del mundo. Al respecto, si bien es normal la exageración de las buenas noticias con fines políticos, hay un problema serio si las buenas noticias son ficticias y constituyen un obstáculo para verificar cuáles son los costos reales de la aplicación de los fondos previsionales. Así, aparentemente, la generalización de la cobertura previsional vía moratorias y el uso de fondos previsionales para otros fines (planes de asistencia social, provisión de laptops en colegios secundarios, etc.) coexisten con un magnífico crecimiento del FGS, dejando a todos contentos más allá de sus detalles, magnitud, etcétera. La verdad sobre el FGS, lamentablemente, es mucho menos halagüeña que la que publicita el Gobierno nacional. Por un lado, los datos que publica ANSES permiten verificar que es cierto que dicho fondo creció a una tasa anual aproximada del 11% en dólares desde 2008. Por supuesto, también sería correcto notar que dicho fondo había caído un 30% en dólares en el semestre previo a la contrarreforma y que cayó un 6,4% en igual moneda durante el último año, pero el silencio al respecto es comprensible. Sin embargo, es falso que tal variación del FGS -como postula la ANSES- represente su rentabilidad, y
mucho menos -como se sugiere a partir de la omisión del tema- que refleje el valor que dicho fondo podría tener si se hubiera continuado con la capitalización de los aportes personales (computados ahora como excedentes por la ANSES). El siguiente cuadro muestra el efecto de incorporar dos ejercicios: primero, la detracción de los reintegros de excedentes al FGS realizados por ANSES entre 2010 y 2013; y segundo, la incorporación de los aportes personales que pudieron haberse integrado al fondo de capitalización si se hubiera mantenido igual destino que el existente hasta 2008. (Los supuestos adoptados son conservadores: los fondos adicionales capitalizan a igual tasa que la obtenida por el FGS en promedio 28% anual en $-, mientras que los aportes personales no integrados al FGS, unos $ 13 mil millones en 2008, aumentan un 25% anual nominalmente.) Puede observarse entonces, en la segunda columna, que el stock inicial de activos del FGS aumentó un 9,4% en dólares, siendo este valor -y no el 10,8% de la primera columna, consistente con la publicidad oficial- su rentabilidad. En efecto, el valor del FGS aumentó tanto por la rentabilidad obtenida sobre los activos iniciales como por los reintegros de ANSES. Pero más importante aún, en la última columna se observa que el valor del FGS podría haber aumentado a una tasa promedio anual del 21,6% en dólares, lo cual habría significado que el FGS fuese hoy un 60% superior al informado por ANSES, siendo la diferencia el costo de oportunidad de los fondos "excedentes" erogados. Así, aun suponiendo que la contabilidad del FGS refleja el valor real de su cartera de inversiones (algo cuando menos dudoso una vez que se nota que más de dos tercios son deudas públicas -sumando títulos públicos y préstamos a empresas públicas-), y perdonando que la rentabilidad nominal del FGS no haya sido mayor (el Merval, por ejemplo, aumentó su valor en dólares a una tasa anual del 21% en igual período), es claro que sí hay un costo de oportunidad por no acumular excedentes previsionales (aportes personales) en dicho fondo. Las decisiones sobre el diseño y alcance de la aplicación de estos fondos, por más loable que sea su destino, no debería hacerse escondiendo su verdadero costo, no importa cuál sea la próxima campaña política.