El futuro de la educación para el desarrollo sostenible En el transcurso de la Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (2005-2014) la educación ambiental ha llegado a su punto de madurez: las iniciativas que han surgido a su amparo han significado la mejora en el acceso y la consolidación de la educación bàsica de calidad; han permitido reorientar los programas educativos existentes para encarar la sostenibilidad; han ayudado a mejorar la comprensión y concienciación pública hacia la sostenibilidad; y han impulsado la formación para avanzar en todos los sectores de la sostenibilidad. A pesar de este avance, queda aún mucho camino por recorrer, es por este motivo que las Naciones Unidas han impulsado un nuevo Programa de Acción Global en Educación para el Desarrollo Sostenible que será vigente entre los años 2015 y 2020 (ampliables), enfocado a cinco ámbitos de acción prioritaria: 1. Respaldo a las políticas internacionales y nacionales en materia de educación y desarrollo sostenible. 2. Promoción de los planteamientos paninstitucionales de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) a todos los niveles y en todos los entornos. 3. Refuerzo de la capacitación de los educadores, formadores y otros agentes de cambio para que sean facilitadores del aprendizaje en favor de la EDS. 4. Apoyo a los jóvenes en su función de agentes de cambio como soporte al desarrollo sostenible mediante la EDS. 5. Aceleración en la búsqueda de soluciones de desarrollo sostenible en el ámbito local mediante la EDS.
¿Por dónde debería pasar el futuro de la EDS? La educación en la primera infancia Algunos estudios apuntan que es entre los 0 y los 8 años cuando tenemos más capacidad de aprender, cuando se adquieren la mayoría de actitudes y se forman los valores fundamentales. Es entonces cuando es más importante reforzar las propuestas en EDS para las escuelas de primaria y las guarderías. Otros estudios apuntan a la plasticidad del cerebro y a la capacidad para introducir cambios, como respuesta a las demandas del entorno que se dan a lo largo de toda la vida. Esta idea refuerza la importancia del aprendizaje permanente.
La expansión de las tecnologías Se ha producido un incremento exponencial del volumen de información disponible y es en ese terreno donde algunas tecnologías pueden aportar muchos beneficios en torno a la salud, el bienestar y la educación. Cómo incorporar estas herramientas a la EDS y como utilizarlas a favor del desarrollo sostenible es sin duda, uno de los principales retos educativos que se nos plantean. La formación de profesores La formación de profesores ha sido anotada como una de las líneas prioritarias del programa de Acción Global en EDS. Una de las líneas a trabajar en un futuro podría ser la certificación de los maestros, así como la acreditación de formadores e instituciones formativas de maestros en EDS.
La relevancia del contexto local
Educación de calidad
Hay que tener en cuenta que la EDS se muestra particularmente efectiva cuando su planteamiento y acción se centran en el desarrollo sostenible en el ámbito local. Es entonces cuando el entorno acontece de significado y favorece un sentimiento de pertenencia fácilmente exportable a otras realidades.
Si por educación de calidad entendemos, no solo aquella que infunde las competencias básicas, sino la que también desarrolla valores en un aprendizaje a lo largo de toda la vida, la que se plantea sobre qué y cómo las personas aprenden, la que refuerza el sentido de responsabilidad como ciudadanos globales y los prepara mejor para el mundo que han de heredar, por todo lo expuesto hasta ahora, si podríamos convenir que la educación para la sostenibilidad es un sinónimo de esta.
La instauración de redes de colaboración El avance en el desarrollo sostenible no se producirá por la adición de acciones individuales, sino gracias a la acción conjunta del trabajo en múltiples redes de colaboración. El trabajo en red y el partenariado son imprescindibles en este cambio sistémico que requiere el desarrollo sostenible a gran escala. Una educación más humanista El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Rethinking Education: Towards a global common good? aconseja que la educación tiene que encontrar los medios para responder a los retos que plantea el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las numerosas cosmovisiones y los sistemas de conocimiento alternativos, así como las nuevas fronteras de la ciencia y la tecnología. La educación, un bien común La aportación más significativa del informe de la UNESCO es la de superar la noción que la educación es un bien público y, en este sentido, propone considerarla, junto con el conocimiento, como bienes mundiales comunes. En una realidad que cambia tan rápido, es necesario plantearse los principios normativos que orientan la governanza de la educación. Esto supone considerar que la creación del conocimiento, así como su adquisición, validación y utilización, sean comunes a todas las personas como parte de una empresa social colectiva.
La EDS tiene que superar la mera introducción de contenidos e incorporar toda una visión, cada vez más integradora de valores, permitiendo a las personas desarrollar habilidades y actitudes que respondan a los retos globales presentes y futuros. Bajo este paradigma, cuando hablamos de educación para el desarrollo sostenible estamos indefectiblemente refiriéndonos a educación de calidad. Marta Lacruz Sobré, Responsable de educación para la sostenibilidad de Lavola y miembro de la Sociedad Catalana de Educación Ambiental (
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Comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible