El espacio y el poder

8 oct. 2010 - reflexiona sobre la literatura abando- nado al hallazgo casual pero con la intención clara de seguir a los autores allí donde el trabajo de la ...
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En la senda abierta por Michel Foucault, un ensayo aborda las implicancias del concepto de biopolítica concentrándose en el ámbito de la ciudad

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MITOLOGÍA DE LA SEGURIDAD Por Andrea Cavalletti Adriana Hidalgo Trad.: María Teresa D’Meza 322 páginas $ 64

ace algo más de tres décadas, Michel Foucault dictó en el Collège de France un curso, “Seguridad, territorio, población”, que modificó sensiblemente la discusión en filosofía política. En torno al concepto de “población” se despliega allí una intensa investigación acerca de las formas de gobierno, la economía política, la medicalización, la biopolítica. En Mitología de la seguridad. La ciudad biopolítica, el italiano Andrea Cavalletti se interna en las sendas abiertas por ese trabajo, aunque concentrándose particularmente en el ámbito de la ciudad. El texto se inicia con un planteo general, que irá definiéndose con mayor precisión a medida que se avance en la lectura: ¿qué relación hay entre espacio y poder? Cavalletti intenta evitar caer en la fórmula de Carl Schmitt, según la cual “no existen ideas políticas sin un espacio al cual sean referibles, ni espacios o principios espaciales a los que no correspondan ideas políticas”. Es necesario romper esta relación de complicación para avanzar en la comprensión de la complejidad de las relaciones entre ambos términos. Un primer elemento a tener en cuenta es la distinción entre ciudad y urbe. Este último término fue introducido por Ildefonso Cerdá, en 1867. La creación del neologismo surgió de la necesidad de rendir cuenta del campo dinámico de relaciones que da vida a la parte material a la que se alude con el término “ciudad”. En “urbe” y “urbanización” está presente la materialidad de la

Libros reeditados Mujica Lainez según su perro “Creo que lo he fascinado, y sé que él me ha fascinado también. Presumo que nos perteneceremos el uno al otro hasta que la muerte ocurra.” Así comienza esta “biografía al revés”, en la que la vida del escritor en su residencia cordobesa es contada por su perro. En este caso, el animalito tiene un nivel sobresaliente, tanto en su léxico como en su información, y cuesta un poco separarlo de su dueño. La novela es una estupenda excusa para pasear por la quinta El Paraíso. Cecil. Por Manuel Mujica Lainez. Debolsillo.214 páginas. $ 35

Tinieblas del pasado En su sexta novela, Manuel Puig ensayó una vez más el drama político abordado en El beso de la mujer araña. Con la maestría de sus diálogos, Puig confecciona un thriller histórico en el que Larry, historiador neoyorquino y acompañante terapéutico, reconstruye la vida de Ramírez, un anciano argentino que esconde tras su memoria quebrada un pasado de preso político y el remordimiento de fallidos vínculos familiares. Maldición eterna a quien lea estas páginas. Por Manuel Puig. Booket, 253 páginas, $ 39

La escritura viva

Un extraterritorial

La estrella oculta

Con “el oído en salto mata”, Savino reflexiona sobre la literatura abandonado al hallazgo casual pero con la intención clara de seguir a los autores allí donde el trabajo de la lengua es una experiencia absoluta y el encuentro de la voz, una razón vital. Así, sus ensayos sobre Néstor Sánchez, Balzac, Meschonnic, Tsvietáieva, Claudel, Osvaldo Lamborghini, Kerouac, y la música de Troilo y Raúl Berón, son un manifiesto estético que busca un estilo.

Sigfried Kracauer (1889-1996) fue uno de los más difíciles de clasificar de entre la pléyade de pensadores alemanes del siglo XX. Este volumen, que reúne trabajos de diversos autores europeos y latinoamericanos sobre sus ideas, está dividido en tres secciones: “Un intelectual extraterritorial”, “Pensamientos en imágenes. Reflexiones sobre estética, cultura y sociedad” y “El ensayista como crítico”, que rinden cuenta de su inquisitiva inteligencia.

Biógrafa de Henry James y Mary Shelley, Miranda Seymour se dedica a la vida de un personaje menor que, sin embargo, brilla en el centro de la sociedad estadounidense e inglesa de entreguerras, cerca de Harpo Marx, Gershwin y Randolph Hearst. Virgina Cherrill alcanzó la fama cuando Chaplin la eligió para protagonizar Luces de la ciudad. Fue el comienzo de una vida agitada vida que la llevó de los brazos de Cary Grant a los del Conde Grandy de Jersey.

SALTO DE MATA. Por Hugo Savino. Letranómada, 177 págs, $ 49

SIGFRIED KRACAUER. C.E. Jordao Machado y Miguel Vedda (comp.) Gorla, 256 págs, $ 60

VIRGINIA CHERRILL. Por Miranda Seymour. Circe, 358 págs, $ 94

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19 Viernes 8 de octubre de 2010

El espacio y el poder

ciudad pero, además, la relación entre ese espacio habitado y un modo de vida particular. La conformación de ese tipo de vida va a ser la tarea central de la biopolítica. El dispositivo biopolítico se montará sobre la distinción entre una población “auténtica” o “justa” y otra “aparente” que la amenaza, al mismo tiempo que contribuye a definirla. Cavalletti dedica dos capítulos a mostrar cómo la policía y luego la “policía médica” concentran su atención en aquellos que no pueden pertenecer a la “verdadera población”, los “indeseables”. El espacio propio de la policía es la ciudad; su accionar, un arte de defensa de la “población sana”. En los últimos capítulos, el autor se detiene en aquello que Foucault llamó “racismo moderno”. Su surgimiento se explica por la “extrapolación en clave biológica del concepto de enemigo político”. El enemigo pasa a ser definido como “extraño al espacio y a la vida”. Se instaura así un gran espacio de seguridad “que se coloca con respecto no a un enemigo externo o interno a las fronteras nacionales, sino a un no-espacio que está a la vez dentro y fuera de éstas”. Un ejemplo actual de esta situación se halla en la distinción entre el refugiado político y aquel que cruza una frontera por una cuestión meramente económica. Mientras que el primero puede llegar a ser considerado un amigo, el segundo será acreedor de un sistemático rechazo. El texto concluye con la insinuación de una vía de escape al dispositivo biopolítico de control. Se trata de una “simple posibilidad anárquica” que se sustrae a las oposiciones binarias que se condensan en la de amigo-enemigo. Mitología de la seguridad es una buena oportunidad para repasar los temas foucaultianos desde una perspectiva levemente desplazada. Aun cuando el hecho de que gran parte del texto consista en relecturas de los mismos pasajes trabajados por el autor de Las palabras y las cosas haga que por momentos sea difícil encontrar el matiz novedoso que Cavalletti pretende haber introducido. Gustavo Santiago