El empresario bogotano

varias estructuras sociales, a saber: sindicatos, reforma agraria y gobierno. Encontraremos que los empresarios de nuestra muestra expresaron actitudes ...
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CAPITULO

VII

EL E M P R E S A R I O Y LA COMUNIDAD EXTERIOR

En vista de que el empresario es un actor social importante, por cuanto sus actividades tienen consecuencias para toda la sociedad, se investigaron sus actitudes hacia varias estructuras sociales, a saber: sindicatos, reforma agraria y gobierno. Encontraremos que los empresarios de nuestra muestra expresaron actitudes extremadamente liberales con respecto a los sindicatos y la reforma agraria y que criticaron al gobierno. En Colombia los sindicatos no son muy extensos; en todo el país solamente hay unos 125.000 afiliados a los sindicatos. (Compárese esta cifra con los 2.250.000 en Argentina o 500.000 en Bolivia). Esta relativa debilidad del movimiento sindical se refleja en nuestra muestra, en la cual el cuarenta y cuatro por ciento de los empresarios dieron razón de que no existía ningún sindicato en sus compañías. Como no habían tenido ninguna experienica directa con sindicatos, muchos prefirieron no dar opiniones. Otra dificultad en esta área, tal como lo explicaron muchos empresarios, radicaba en que, en gran parte, todo depende del sindicato específico de que uno esté hablando. Por ejemplo, algunos hombres de negocio empleaban los clichés comunes en los Estados Unidos: "Algunos líderes sindicales han desacreditado el movimiento sindical a causa de sus abusos"; "(el sindicato) ha sido un canal de ascenso personal en lugar de ser un medio de ayudar a los trabajadores". Consecuentemente, la sección de preguntas relativas a las actitudes hacia los sindicatos tuvo la proporción más grande de "Sin respuesta". | Ijfj

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Entre los que respondieron, solo hallamos una persona (tres por ciento de los que respondieron) que pretendía que los líderes sindicales no tenían ningún interés por el bienestar de sus obreros. Entre los otros, el treinta y ocho por ciento afirmó que los líderes sindicales estaban "muy interesados", el treinta y cinco por ciento dijo que estaban "interesados", y el veinticuatro por ciento dijo que estaban "con un poco de interés" por el bienestar de los trabajadores. En general creían que los sindicatos ayudaban al obrero. Otra prueba de la liberalidad verbal general para con los sindicatos está reflejada en las respuestas a la pregunta: "En su opinión, ¿cuál es la política que su empresa debería seguir con los sindicatos?" Únicamente el veinte por ciento dijo que eliminarlos o evitar fortalecerlos; el setenta y siete por ciento (algunos con limitaciones) creía que sus compañías deberían cooperar con los sindicatos o ayudarlos. Mediante el Cuadro 61 se puede observar que había más líderes industriales que creían que los sindicatos ayudaban a lograr mayor productividad, que líderes que creían que los sindicatos la obstaculizaban. Una prueba final de la orientación verbalmente liberal para con los sindicatos fue el hallazgo de que el setenta y uno por ciento de los entrevistados consideraba que sería útil o necesario conceder a los sindicatos mayor poder representativo en la formulación y ejecución de planes económicos. La única respuesta aparentemente contradictoria a esta actitud liberal general fue aquello en la que el sesenta y siete por ciento de los entrevistados creía que el estado debería aumentar su control de los sindicatos. Con todo, es muy posible que esta respuesta sea una expresión de la ambivalencia hacia los sindicatos: por una parte aceptan el movimiento sindical y sienten que están interesados en el bienestar de los trabajadores y que estos debe-

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CUADRO 58 Los dirigentes sindicales y el bienestar de los obreros Número Están muy interesados Están interesados Solamente un poco No tienen ningún interés No había sindicatos

Porcentaje

13 12 8 1 27

38% 35% 24% 3%

CUADRO 59 Los sindicatos y el trabajador Número Los sindicatos les perjudican mucho más de lo que les ayudan Perjudican un poco a los trabajadores No ayudan ni perjudican Les ayudan un poco Los sindicatos son una gran parte de los trabajadores No sabe, sin respuesta

Porcentaje

4 2 6 26

8% 4% 12% 50%

14 9

27%

CUADRO 60 La empresa con respecto al sindicato Numero Eliminarlo si es posible. La cooperación y convivencia con el sindicato no es posible ni tampoco deseable No debe eliminarlo, pero la empresa debe evitar fortalecerlo No vale la pena preocuparse por el sindicato Ayudar al sindicato, pero dentro de ciertos límites Cooperar lo más posible con el sindicato No sabe, sin respuesta

Porcentaje

9% 5 1

11% 2%

19 15 17

43% 34%

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CUADRO 61 Interferencia o ayuda del sindicato a la productividad Número Presta mucha ayuda y cooperación No ayuda ni interfiere A veces ayuda A veces interfiere A veces ayuda, otras veces interfiere Sin respuesta

7 9 9 3 4 21

Porcentaje 18% 23% 23% 8% 10%

CUADRO 62 Los planes de desarrollo económico y los sindicatos Número Es imprescindible que tengan representación Sería de alguna utilidad No habría mucha diferencia La representación puede resultar perjudicial Sería muy conveniente que los trabajadores tuviesen una fuerte representación No sabe, sin respuesta

Porcentaje

22 18 4 6

39% 32% 7% 11%

7 4

12%

CUADRO 63 El Estado frente a los sindicatos Número Aumentar bastante el control sobre los sindicatos en cuanto a petición de aumento de salarios, derecho a la huelga, etc. Dejar tal como está el nivel de control Eliminar el control, dando más libertad al sindicato No sabe, sin respuesta

Porcentaje

35 12

67% 23%

5 9

10%

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rían tener una mayor representación, pero les gustaría que el estado aumente el control sobre los sindicatos. En Colombia no se han hecho muchas investigaciones sobre los sindicatos o la membresía s ; ndical y es difícil obtener información. Generalmente, el sindicato parece ser tan fuerte como su pertenencia a una clase social. Los sindicatos campesinos son muy débiles, como sucede igualmente con aquellos sindicatos cuyos miembros son obreros no calificados pertenecientes a la clase baja. Las comunicaciones, en donde predominan los obreros calificados, tienen un fuerte sindicato; igualmente los empleados bancarios, que están reclutados principalmente de la clase media baja. En muchas industrias los sindicatos son generalmente muy débiles como para representar una fuerza real en la economía y tampoco son una amenaza para las empresas individuales. Tampoco parecen ser una fuerza revolucionaria. (Fals Borda anotaba, por ejemplo, que cuando la violencia alcanzó su punto álgido, no ocurrió ningún colapso total debido a que la rebelión urbana no estaba presente 2 ) . Esto puede ofrecer una explicación de las actimdes liberales manifestadas por el empresario con respecto a los sindicatos. Si los sindicatos no representan una amenaza, quizá el hombre de negocios no tenga inconveniente en verbalizar una actitud liberal; podría surgir una visión más correcta si el empresario estuviera tratando con sindicatos fuertes que se esforzaran por lograr los intereses de los trabajadores. Por otra parte, tal vez esta perspectiva liberal sea otra prueba de la orientación racional más que tradicional y representa una aceptación rpalista de un fenómeno fel sindicalismo^ que existe en toda nación capitalista industrializada del mundo de hov. Como las respuestas con respecto a los sindicatos solo fueron contestadas por un número limitado de una muestra ya de por sí limitada, sería imprudente, sin embargo, hacer generalizaciones absolutas utilizando como base estos datos. 2 Guzmán, Fals Borda y Umaña Luna, op. cit., p. 373.

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Como sucede en todos los países en vía de desarrollo, el problema de la reforma agraria es un tópico de extrema importancia en Colombia. El mantenimiento de sistemas de tenencia ineficientes y opresivos ha operado en contra del aumento de la producción agrícola y de un mejoramiento del standard de vida general. En esta área existe una advertencia de la necesidad de algún tipo de reforma, especialmente en vista de que Colombia aún es básicamente una sociedad agraria. De acuerdo con las Naciones Unidas, el sesenta y tres por ciento de la población colombiana depende de la agricultura; solo el dieciséis por ciento de la población económicamente activa se encuentra en la industria. La distribución total se puede apreciar en el Cuadro 64 3 : En Colombia se aprobó una nueva Lev de Beforma Agraria en diciembre de 1961. para tratar de redistribuir las tierras ocupadas hasta entonces baío el sistema de latifundio. Los empresarios de nuestra muestra fueron interrogados sobre sus actitudes hacia esta reforma. Se descubrió que así como las acritudes manifestadas con respecto a los sindicatos eran extremadamente liberales, igualmente ocurría con las actitudes hacia la reforma agraria (si bien no existía ninguna relación necesaria entre la actitud hacia el sindicato y la opinión sobre reforma agraria; por ejemplo, algunos que eran liberales con respecto a la reforma agraria creían que los sindicatos deberían ser debilitados o eliminados. Tampoco se encontró ninguna relación entre la opinión referente a la reforma agraria y la educación y la actitud hacia un cambio social radical). No hubo un solo emnresario que estuviera directamente de acuerdo con la afirmación: "La refouna agraria no es necesaria en Colombia" (ver Cuadro 65). En otro estudio sobre las actitudes hacia la reforma agraria en Colombia, se encontró una aceptación general de la idea de la reforma agraria, pero se halló un alto grado de hostilidad con respecto a la agencia gubema3 Naciones Unidas, Statistical Paper Series K, No. 2, Campendium of Social Statistics, 1963, p. 393.

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CUADRO 64 Distribución de la población económicamente activa Porcentaje Trabajadores profesionales, técnicos y afines

1.8

Empleados empresariales, administrativos, oficinistas y afines Vendedores

8.1 1.4

Campesinos, pescadores, cazadores, madereros y ocupa :ioueí; afines

62.5

Minero:;, canteros y ocupaciones afines Artesanos, obreros manufactureros y trabajadores no clasificados en otro lugar

1.1 15.6

Servicio

2.7

Fuerzas armadas

1.2

No clasificabas

3.2

CUADRO 65 Actitudes hacia la Reforma Agraria Porcentaje En Colombia no es necesaria la Reforma Agraria

0.0

La mejor reforma es proporcionar más crédito y facilidades a los actuales dueños de la tierra

10.3

La tierra debería repartirse entre los campesinos que actualmente la trabajan El Estado debería ser el dueño absoluto de la tierra

25.0 1.5

Deberían expropiarse solo las tierras que no se cultivan o están mal explotadas

55.0

Otro (Ja Reforma Agraria se debe hacer en los baldíos)

1.5

No sabe, sin respuesta

5.9

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mental (INCOBA) que actualmente está tratando de llevar realmente a cabo la Ley de diciembre de 1961 4. La idea de una reforma de la tierra es tan vieja como Colombia misma y representa un valor popular; sin embargo, la ejecución de dicha reforma suscita respuestas diferentes. Así, pese a la aceptación teórica de la idea, todas las leyes de reforma agraria anteriores han fallado en crear una importante redistribución de la tierra en Colombia. El gobierno es la tercera área de nuestro estudio que se refiere al empresario con relación a la comunidad exterior. El gobierno afecta grandemente no solamente la específica empresa privada del empresario, sino también la actividad industrial de todo el país. En Colombia, como en la mayoría de los países, los hombres de negocio no siempre han considerado como positivas las consecuencias de la regulación gubernamental. En un esfuerzo por alcanzar una máxima utilización de los recursos disponibles y por dar ímpetu al desarrollo económico, el gobierno ha emprendido una cantidad de medidas económicas; entre ellas se han incluido; el control del crédito, la limitación de las importaciones y el estímulo de las exportaciones. Para asistir este programa se ha controlado el valor del peso. Un hombre de negocios, por ejemplo, puede comprar dólares a un cambio de nueve pesos fijado por el gobierno para licencias de aprobada importación. El peso fluctúa de acuerdo con la oferta y la demanda librecambista; en junio de 1963 se mantuvo a diez pesos el dólar. En octubre de 1962. el anuncio de un posible cambio (el peso estaba ento n ces controlado a 6.70 por dólar) disminuyó el valor en dólares del peso libre; subió hasta más de once antes de estabilizarse más o menos en el cambio actual equivalente a diez pesos por dólar. Durante estes meses pasados los precios han subido en todo el país de una manera que podría describirse como reacción en cadena; ha habido 4 Aaron Lipman, "La Percepción de Reforma Agraria en Colombia como Valor Social", Sociología, Vol. 25, No. 2, junio 1963, p. 131 140

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aumentos importantes en alimentos y refrescos, pasajes de buses y taxis, precios de llantas y de la gasolina, arrendamientos, etc. Becibe uno, por lo tanto, la impresión de que la actual tasa de cambio de diez pesos por un dólar es únicamente estable aparentemente; a medida que el peso reduce su poder de compra, aumentará la demanda de dólares probablemente, creando así un mayor descenso del valor del peso en relación con el dólar. El programa gubernamental de regulación está destinado a estimular el desarrollo económico de Colombia; de esta manera, trabaja presumiblemente en favor del beneficio del industrial colombiano. Fue, por ende, interesante descubrir que la mayoría de los empresarios de nuestra muestra creía que la política empleada por el gobierno obstaculizaba realmente el desarrollo económico del país; existía una insatisfacción general manifiesta con la política del gobierno. Lañe ha señalado que "el gobierno es frecuentemente percibido por los hombres de negocio como un monstruo temerario que es su enemigo natural y no como el instrumento ejecutivo seleccionado en una sociedad democrática. La regulación gubernamental y el temor de futuras intervenciones desafían el sistema de creencias del hombre de negocios, despiertan frustraciones debidas a las limitaciones de sus acostumbradas escogencias y promueven un sentimiento de carencia de rol y de status reducido en la comunidad. El intervencionismo conduce a una incerdidumbre fundamental sobre el futuro del orden económico aun en aquellos casos en que no hay intenciones de nacionalizar" 8 . Esta descripción pareció tener igual validez para los empresarios de nuestra muestra. Así, cuando se les preguntó; "¿Cuál es su opinión con respecto al efecto de la política de intercambio extemo sobre las actividades in5 Robe.rt E. Lañe, The Regulation of the Businessman: Social Condilions of Government, New Haven: Yale University Press, 1954, p. 31.

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dustriales en el país?", el sesenta y dos por ciento pensaba que lesionaba la actividad industrial y el treinta y cuatro por ciento restante creyó que era benéfico. Solamente un pequeño número de nuestros empresarios no tenía ninguna opinión en cuanto a si ayudaba o desalentaba las actividades industriales de Colombia, y entre los que contestaron, únicamente el cuatro por ciento* dijo que no tenía ningún efecto (ver Cuadro 66). Estos resultados se pueden, tal vez, explicar parcialmente por el hecho de que las barreras levantadas por las regulaciones gubernamentales son artificiales y están impuestas arbitrariamente (en contraste con las así llamadas barreras naturales, tales como la topografía) y no se aceptan por tanto tan fácilmente. Tampoco son comprendidas fácilmente siempre; existía, por ejemplo, una gran confusión manifestada por los empresarios con respecto a las razones de las decisiones gubernamentales que afectan a la esfera económica. Cuando se considera el hecho de que el objetivo manifiesto del programa del gobierno es estimular y dar apoyo al desarrollo industrial del país, uno se pregunta si esto es simplemente una dificultad de corto alcance debida a las manipulaciones del gobierno tendientes a lograr beneficios a largo plazo (como es el caso del programa británico de "austeridad") o si es este un obstáculo artificial que el gobierno ha colocado desapercibida o ineptamente en la senda del desarrollo económico colombiano. El asunto importante en este caso es ver cómo la acción gubernamental es percibida y definida por el empresario en lugar de la acción objetiva en sí misma. Casi todas las naciones han buscado estimular la introducción o expansión de industrias jóvenes mediante la protección" e , afirma un economista. Sin embargo, esta misma "protección" ha sido percibida a menudo como regulación y i o intenerencia, por ios mismos nomures ue negocios a quienes buscaba ayudar. La intervención gubernamental 6 Colé, op. cit., p. 220.

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puede ser definida subjetivamente por el empresario como un intento por estabilizar la situación económica de todo un país o puede ser percibida como si condujera a mayor incertidumbre. Poca duda podía haber en cuanto a que nuestra muestra de hombres de negocio percibía la política general del gobierno como enemiga de sus mejores intereses. Los nacidos en Colombia resultaron ser un poco más críticos (sesenta y nueve por ciento) que los empresarios nacidos en el extranjero (cincuenta y nueve por ciento), pero ambos grupos criticaban sorprendentemente la política del gobierno. (Desde luego existe la posibilidad de que los extranjeros sean más renuentes a criticar la política gubernamental). Hay una visión interesante del pequeño grupo que creyó que el gobierno era provechoso. El hombre de negocios de este grupo era el que con más frecuencia era nombrado por la junta de directores y argüía que la "independencia personal" es el aspecto que busca fundamentalmente en su trabajo como empresario; era, además, la persona que concebía el papel empresarial como un papel de liderazgo en el país. Este grupo tenía también la proporción más alta de los que trabajaban por debajo de su capacidad. Todos los demás grupos criticaban al gobierno; este grupo no. De una manera impresionista podría decirse que esta visión da idea de una personalidad autoritaria que favorece las fuertes medidas gubernamentales y que se concibe como un posible líder o un consejero de alto nivel de la nación. Quizá sean estas las gentes que se identifican con los líderes políticos y son, por tanto, menos escrupulosos con ellos y con su política. No hubo ninguna relación fuerte entre la opinión que consideraba que la política gubernamental obstaculizaba la industrialización y la creencia de que era menester un cambio social radical en Colombia. Con todo, cada uno de los cuatro individuos que creyó que la fuerza era necesaria para producir este cambio, creía que la política gubernamental obstruía las actividades industriales. Quizá

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CUADRO 66 Opinión sobre la política cambiaría del gobierno

Obstaculiza Ayuda Neutral, no tiene ningún efecto Prefiere no dar su opinión Sin respuesta, no sabe

Número

Porcentaje

35 19 2 1 4

62% 34% 4%

CUADRO 67 Efectos de la política en la empresa Número Obstaculiza el aumento de la producción Ayuda al incremento de la producción No tiene ningún electo No dio respuesta

Porcentaje

35 11 11 4

62% 19% 19%

CUADRO 68 Obstáculos para obtener el nivel de vida personal merecido para dentro de diez años

Inestabilidad o problemas políticos Situaciones económicas subdesarrolladas o inestables Las condiciones sociales Salud Edad Incompetencia, falta de educación, de iniciativa privada Falta de tiempo Circunstancias fortuitas, revolución, etc. Ninguno Sin respuesta

Número

Porcentaje

17

30%

8 2 6 4

14% 4% 11% 7%

6 3 4 6 5

11% ^ /w

7% 11%

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la gente que cree que es necesario un cambio social radical no concibe este cambio como un "cambio de gobierno", sino más bien como un cambio dentro de la estructura gubernamental, mediante la promulgación de nuevas leyes respecto a reforma agraria, educación, etc. No parecen desear alejar completamente de los negocios el poder gubernamental. Critican al gobierno por el contenido y el enfoque específico de sus acciones, en lugar de criticarlo por el principio de que el gobierno tiene poderes reguladores dentro de su esfera apropiada. Cuando se les preguntó cómo afectaba ello su propio negocio, el sesenta y dos por ciento creyó que la política (political poíicy) del gobierno obstaculizaba el aumento de producción de sus propias compañías. Al responder esta pregunta surgieron quejas específicas. Algunas de ellas incluían las siguientes; "La política del gobierno disminuye la tasa de producción o ventas". (Algunas compañías dependen completamente de la materia prima importada y les es difícil obtenerla; otras critican mucho la materia prima colombiana que se ven forzadas a emplear; por ejemplo, tinturas y pinturas). "La política gubernamental aumenta el costo de producción". (Algunas compañías pueden verse obligadas, por ejemplo, a comprarle acero a la siderúrgica de Paz del Bío a un precio superior al del acero importado). Solamente dos hombres de negocios mencionaron la "carencia de energía eléctrica" como un obstáculo para el aumento de su producción. Como se mencionó anteriormente, existía en Bogotá una escasez definitiva de energía eléctrica (considerada por muchos expertos como un índice importante del desarrollo industrial); para contrarrestar esto, las empresas industriales habían hecho uso de su propio capital a efectos de construir y mantener fuentes privadas de energía eléctrica. El voltaje incierto de esta energía eléctrica hace necesario el uso de transformadores para cualquier máquina que requiera un voltaje constante. La mayoría de los hombres de negocios se habían ajustado a esta situación tan completamente, que se habían acos-

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turabrado a convivir con ella y ya no la consideraban como un problema grave o aun siquiera como una fuente de malestar. Cuando les fue formulada a los miembros de la muestra la pregunta: "¿Cuál considera usted que es el mayor obstáculo para obtener el standard de vida que usted cree merecerse dentro de los diez años venideros?", las respuestas más frecuentes fueron "inestabilidad o problemas políticos" (treinta por ciento) y "condiciones económicas inestables o subdesarrolladas" (catorce por ciento). Cuando se le preguntó al empresario: "¿Cuál es su principal disgusto en su trabajo como empresario?", el veinticuatro por ciento respondió que era o la "inestabilidad política" o "la política económica gubernamental". (El disgusto mencionado con más frecuencia, el personal, ya fue tratado en el Capítulo V). Cuando se les preguntó a los que estaban trabajando por debajo de su capacidad el porqué de ello, el seis por ciento argüyó que la "interferencia gubernamental" impedía la producción al nivel de capacidad. A la pregunta: "¿Cuáles son las medidas más urgentes que se necesitan para incrementar el desarrollo económico del país?", el ocho por ciento respondió: "estabilizar el gobierno". No se halló ninguna relación entre los factores que se concibieron como negativos para el desarrollo industrial del país y las causas de producción por debajo de capacidad mencionadas por el empresario; sin embargo, cuando se les preguntó; "¿Cuáles son los factores negativos en el país que obstaculizan el desarrollo industrial?", el factor negativo mencionado con más frecuencia fue el de la "inestabilidad política" (veintitrés por ciento). La respuesta siguiente con más frecuencia fue la de la "falta de especialización o educación del personal" (veintiuno por ciento), un problema que ocurre con mucha frecuencia en Colombia como resultado de las limitadas facilidades de educación y de las barreras que existen para utilizar estas facilidades (ver Capítulo V). La siguiente

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CUADRO 69 Causas de trabajo por debajo de capacidad Número

Porcentaje

3 11 5 2 3 4 3 4 26

9% 31% 14% 6% 9% 11% 9% 11%

Baja producción Falta de ventas o mercados Falta de dinero o crédito Interferencia del gobierno Falta de trabajo especializado Falta de materia prima Falta de interés en la compañía Otro Sin respuesta CUADRO 70

Las medidas más urgentes para incrementar el desarrollo Número Amplificar la economía Restringir o proteger la economía Estabilidad del gobierno Cambios sociales, educación, etc. Otros No sabe, sin respuesta

35 3 4 10 1

Porcentaje 66% 6% 8% 19% 2%

CUADRO 71 Factores negativos del país Número La inestabilidad política Falta de especialización o educación del obrero o las directivas Falta de capital o crédito La actual política económica del gobierno Otros Problemas laborales (sindicatos) Falta de tecnificación Inestabilidad económica El problema del café Desequilibrio de ingreses entre las clases sociales

Porcentaje

14

23%

13 8 7 7 4 3 2 1

21% 13% 11% 11% 7% 5% 3% 2% 3%

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respuesta con más frecuencia fue la "falta de capital o crédito" (trece por ciento), una dificultad que infesta a todos los países en vía de desarrollo. Como se señaló en el Capítulo II, la proporción de financiamiento comercial hecho por los bancos ha ido decreciendo. La política crediticia "presenta graves dificultades al pequeño hombre de negocios para financiar su expansión, debido a la insuficiencia de sus reservas. Actualmente, el Banco Popular es la principal fuente especializada de financiamiento bancario de estas industrias, pero sus recursos están demasiado limitados como para poder satisfacer la demanda "'. En cuanto a esta dificultad, ha dicho un economista: "Vale la pena preguntar si los bancos están utilizando sus recursos en la forma más conducente para estimular el desarrollo económico..." 8. Bastante interesante resulta el hecho de que ni uno solo de los empresarios de nuestra muestra haya mencionado la estructura tributaria como un factor negativo; podría uno fácilmente preguntarse si no es esta una fuente de renta gubernamental que hasta ahora no ha sido aprovechada efectivamente y que podría ser empleada para mayor inversión en el sector público en renglones tales como energía, carreteras y, especialmente, educación, una vez que las leyes tributarias fuesen puestas en vigor estrictamente. La tributación colombiana no se puede comparar con la de naciones industrializadas tales como Inglaterra, donde los gravámenes recolectados llegaban en 1953-54 al treinta y siete por ciento del producto nacional bruto; los Estados Unidos donde la cifra ascendía al veintinueve por ciento; o en Francia, con un poco menos del veintinueve por ciento 9 . 7 Consejo Nacional de Política Económica y Planeación, Plan General de Desarrollo Económico y Social, I Parte, Cali: Ed. El Mundo, I.tda. 8 E d u a r d o Wiesnei Duran, " B a r r e r a s artificiales a la inversión doméstica en la industria nacional", Revista del Banco de la República, No. 383, septiembre 1959, p . 7. 9 S. S. Wagle, Techniques of Planning for Accelaratad Economic Growíh of Underdeveloped Countries, B o m b a y : Vora and Co., 1961, p . 5.

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Parece que la política gubernamental de la que se quejan los empresarios no es el resultado de una sola serie de decretos legislativos, sino más bien de muchos y diversos decretos de épocas diferentes y de la política global. La falta de continuidad y predicibilidad crea dificultades en la formulación y ejecución de cualquier plan para el futuro. Uno de los fundamentales valores de orientación de los negocios es el de que "la administración pública debería ser estable, uniforme y coherente, especialmente en relación con los negocios" 10. Tal como ya se dijo, el empresario debe ponderar todos los factores conocidos al tomar una decisión; como se desconocen algunos de los factores, siempre existirá cierto riesgo. La política ha creado una atmósfera de incertidumbre que incrementa el riesgo de todo hombre de negocios. En razón de que ellos sienten que el riesgo es mayor, las utilidades de las inversiones deben ser proporcionalmente superiores a las de economías más estables. Así, un número de empresarios con los cuales se trató esta situación dio cuenta de una utilidad neta del 33 por ciento de sus inversiones de capital. Por la misma razón, las tasas de interés son relativamente altas (20 por ciento no es del todo extraordinario), y consecuentemente, los préstamos son también a corto plazo. Los préstamos a largo plazo (de cinco años y más) son prácticamente imposibles de conseguir. Esta actitud negativa hacia su gobierno, compartida por los empresarios bogotanos, se debe, en gran medida, a la existencia de una concepción ideológica del gobierno en una sociedad industrializada. Hay insatisfacción con el gobierno porque ahora se espera mucho de él. Por ejemplo, cuando la Peste Negra de 1348—49 diezmó una tercera parte de la población europea, fue considerada como un castigo divino por las transgresiones de un mundo pecaminoso. Actualmente, sin embargo, no existiría esta aceptación palo W, H. Form y D. C. Miller, Industry, Labor and Community, New York: Harper and Bros., 1960, p. 155.

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siva; el pueblo echaría la responsabilidad al gobierno por fracasar en la ejecución de modidad de salud pública. Bostow define las actuales funciones del gobierno de la manera siguiente: "Es el gobierno el que debe organizar y prestar financiamiento del sistema educativo y readaptarlo a las fluctuantes necesidades de la nación. Es el gobierno el que debe hacer los gastos y, en la mayoría de los casos, la financiación de los proyectos sociales fundamentales —carreteras, proyectos de irrigación, etc.— de los cuales depende el desarrollo agrícola e industrial privado. Es el gobierno el encargado de resolver los problemas de tenencia de la tierra... Es el gobierno el que debe asegurar que los ahorros de la comunidad sean movilizados efectivamente mediante una tributación equitativa de manera tal que los proyectos sociales generales puedan ser financiados sin inflación y en un término que la gente considere como justo. Es el gobierno el que debe idear la política que de seguridad que la cartera extema se mantendrá en equilibrio y que los esfuerzos tendientes al desarrollo no se vean frustrados por una crisis en el valor de cambio de la moneda" u . Hasta un presidente conservador de los Estados Unidos hizo la siguiente declaración; "El gobierno debe hacer uso de su vasto poder para ayudar tanto a mantener el empleo y el poder de compra como a sostener precios razonablemente estables" 12. Si el empresario colombiano siente que su gobierno está cumpliendo con las responsabilidades mencionadas anteriormente, se creará luego, un sentimiento de insatisfacción con tal gobierno. Esto sería especialmente cierto si utilizara a los Estados Unidos como un grupo de referencia; no es la privación, sino la privación relativa la que origina esta insatisfacción con la política gubernamental. 11 W. W. Rostov/, "Economic Development: Some Lessons of a Common Experience". Department of State Bulletin, septiembre 6, 1963, p. 124. 12 D. Eisenhower, Economic Report of the President, enero, 1954.

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Walter Krause concibe la inestabilidad política como el mayor obstáculo no económico para el desarrollo. "El hecho evidente es," dice, "que sin cierto grado razonable de estabilidad política, el desarrollo es simplemente imposible, por más favorable que la situación se presente en otros dominios . . . " 13. Brinton va aun más lejos; al evaluar la gravedad de la insatisfacción con la política gubernamental, afirma: "...vemos que ciertos perjuicios económicos, generalmente no en la forma de peligro económico, sino más bien a manera de un sentimiento por parte de los principales grupos empresariales en el sentido de que sus oportunidades de progreso en este mundo se encuentren indebidamente limitadas por situaciones políticas, parecería ser uno de los síntomas de la revolución" 14. Davies parece estar de acuerdo con esta opinión: "Es más bien el estado mental de insatisfacción y no la existencia tangible de dosis 'adecuadas' o 'inadecuadas' de alimentos, igualdad o libertad, lo que produce la revolución. En realidad debe existir una unión de fuerzas entre las gentes insatisfechas y frustradas que difieren en su grado objetivo y tangible de bienestar y status" 15. Aun cuando estas condiciones de incertidumbre, impredicibilidad e inestabilidad indudablemente le dificultan al empresario la toma de decisiones, hay algunas pruebas de que el hombre de negocios de Bogotá no se siente realmente impedido de un modo irremediable. No hay duda de que la alta tasa de rentabilidad de sus inversiones compensa en cierto grado estas dificultades. Sea como fuere, cuando se les preguntó si estaban satisfechos o insatisfechos con sus perspectivas en cuanto al futuro, solamente el siete por ciento de las personas que respondieron dio cuenta de que estaba insatisfecho. 13 Walter Krause, Economic Development, San Francisco: Wadsworth Publishing Co.. 1961 14 Crane Brinton, Anatomv of Revolution, New York: W. W. Norton. 1938. 15 James C. Davies, "Towards a Theory of Revolution," American Sociological Revíew, Vol 27, No. 1, 1962, p. 6.

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CLADRO 72 Perspectivas para el futuro Número

Porcentaje

Muy satisfecho

16

27%

Satisfecho

32

54%

Neutral

7

12% 7%

Descontento

4

Muy descontento

0

No sabe

2

CUADRO 73 Proyectos concretos de expansión Número

Nuevos productos

6

28% 10%

Elevar el volumen de venias

5

9%

No tiene

11

19%

Ensanches generales (crear nuevas seccionales)

Incrementar la producción

16

Porcentaje

15

26%

Mayor tecnificación

5

9%

No dice los proyectos

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EL EMPRESARIO BOGOTANO

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Otra prueba de que los hombres de negocio están lejos de sentirse agobiados por la actual situación económica en Colombia fue el hecho de que la gran mayoría de ellos (81%) dio razón de la existencia de algunos proyectos concretos de expansión para el futuro próximo- Además, tal como se dijo en nuestra discusión sobre las clases sociales, los empresarios esperaban un aumento en su standard de vida al cabo de los diez años venideros. Esto se basa indudablemente en la esperanza de poder aumentar las utilidades. Estas manifestaciones optimistas con respecto al futuro podrían quizá indicar que las actitudes negativas manifiestas hacia el gobierno no reflejan completamente los verdaderos sentimientos del empresario. Estas actitudes negativas podrían tener la función de remover parte de la censura por la falta de éxito a un nivel empresarial. Un gobierno inestable sirve convenientemente de cabeza de turco. Al operar en una atmósfera de incertidumbre, el hombre de negocios naturalmente se resentiría con cualquier órgano que agregara dificultad a esta área. Con todo, ello tiene su función positiva, pues se puede censurar la política y la inestabilidad del gobierno en aquellos casos en que las decisiones tomadas por los empresarios resultasen equivocadas. Como podría uno esperar de individuos que cumplen su papel de hombres de negocios, el 90 por ciento de la muestra estuvo de acuerdo en que "la intervención gubernamental en los negocios tiende a destruir la iniciativa privada", y el 93 por ciento convino en que "la democracia depende fundamentalmente de la existencia de la libre empresa", y en que "la planeación es necesaria". Sabemos, sin embargo, que algunas de estas afirmaciones son simplemente lemas; ningún país permite un completo laissezfaire en su economía. "El industrialismo siempre ha operado en una economía cuyo orden esté garantizado por el

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AARON LIPMAN

g o b i e r n o " 16 . Son pocas las d u d a s e n c u a n t o a q u e a m e d i d a e n q u e u n país a u m e n t a el grado d e industrialización, t a m b i é n a u m e n t a u s u a l m e n t e el grado d e legislación q u e regule los procedimientos económicos y n o existe ninguna razón p a r a q u e Colombia sea u n a excepción a esta tendencia. D e la discusión anterior podemos observar q u e entre m á s inmenso e involucrado esté el empresario con u n a estructura específica, más criticará tal estructura. Critica ext r e m a d a m e n t e al gobierno, ya q u e sus regulaciones lo afect a n a todo momento; critica menos los sindicatos, puesto q u e u s u a l m e n t e no son tan fuertes como p a r a tener u n a influencia y u n a repercusión definitivas sobre su negocio; es el q u e menos critica la reforma agraria, e n vista d e q u e generalmente está a p a r t a d o (haciendo excepción d e su finca y d e vacaciones) del p r o b l e m a d e la tierra.

16 Eugene V. Schneider, Industrial Society, New York: McGraw Hill, 1957, p. 459.