El devenir de Caldini

9 sept. 2011 - co –que incluye un tema con Fito Páez– tras haber llevado al cine una de las tres novelas que escribió: Miss Tacuarembó, realizada por Martín ...
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Caldini en el rodaje de Hachazos GENTILEZA DARÍO SCHVARSTEIN

El devenir de Caldini POR DANIEL GIGENA La Nacion

Reír último “H

ago varias cosas”, es todo lo que dice su perfil de Twitter, @daniumpi. La foto deja aún más incógnitas: el hombre luce un vestido plateado y una máscara estilo Hannibal Lecter en El silencio de los inocentes. Nada que ver con este chico de enterito de jean y anteojos que también se presenta aclarando, con timidez y dulzura, que hace “varias cosas”. Dani Umpi es ambos personajes... y muchos más. Cantante, escritor y artista, realizó una performance en la última edición de la Bienal de San Pablo y acaba de presentar una muestra de collages y dibujos en la galería de Daniel Abate. Pero además está por lanzar su segundo disco –que incluye un tema con Fito Páez– tras haber llevado al cine una de las tres novelas que escribió: Miss Tacuarembó, realizada por Martín Sastre, protagonizada por Natalia Oreiro y premiada este año como mejor película y mejor guión en el Festival de Málaga, España. “Soy muy curioso con los lenguajes y los soportes, pero el tono siempre es el mismo: todo muy melodramático, en el límite de lo cursi. Tengo influencias de los géneros chick lit, novela rosa, autoayuda... pero no usados desde lo camp, como parodia. A mí esos géneros me gustan en serio”, dice riendo este uruguayo de 36 años, que comenzó a frecuentar Buenos Aires una década atrás. Encontró un segundo hogar en Belleza y Felicidad, el mítico espacio fundado por Cecilia Pavón y Fernanda

Músico, escritor y artista, el uruguayo Dani Umpi desafía los prejuicios con una muestra en la galería Daniel Abate POR CELINA CHATRUC La Nacion

Laguna, curadora de la exposición actual, Eterna. Con collages realizados desde esa época, que multiplican en colores la palabra “amor”, hasta los más recientes, con letras de canciones dibujadas, la muestra revela a un Dani Umpi obsesivo. “Para mí –señala– es fundamental el trabajo curatorial y del galerista, preciso esa estructura para bajar a tierra. Si no existe el arte como institución, todo se pierde.” Según Abate, Umpi marca un antes y un después en la historia de su galería. Se dio cuenta de eso el día de la inauguración, cuando el tranquilo uruguayo devenido diva pop cantó enfundado en un vestido de papel pintado y unos zapatos rojos de taco alto, aclamado por fans que se llevaron fotos dedicadas (el video puede verse en www.youtube.com/watch?v=vqnFdrGbBY). “Antes que los críticos de arte, vinieron floggers, cool hunters y periodistas que estaban cubriendo BAFWeek”, señala el galerista, fascinado con este perfil de “artista multifacético”. “Me gusta que la gente no sepa cómo ubicarme. Me siento más cómodo en la periferia. Que puede ser centro también, depende de cómo lo veas”, acota Umpi, que disfruta de ponerse el traje de freak para mantenerse inasible. “A diferencia del cómico, el que hace reír, el freak no es tan querido, todos se burlan de él. A mí los humoristas nunca me gustaron pero me gusta ser el payasito, la mascotita; siento que no compito y que nadie va a querer mi lugar. Me da mucha libertad, porque siempre te vas a reír último.” @cchatruc

Fotos dedicadas, a lo diva

Ficha. Dani Umpi en Daniel Abate (Pasaje Bollini 2170), hasta el 21 de septiembre.

25 Viernes 9 de septiembre de 2011

Dani Umpi y una muestra que marca un antes y un después en la galería Daniel Abate

Claudio Caldini (Buenos Aires, 1952) es un director de cine experimental casi secreto. La mayoría de sus trabajos fueron filmados en súper 8, formato que no admite copias, y a las escasas proyecciones que se hicieron de su obra asistió poca gente. Junto con Narcisa Hirsch, Marie Louise Alemann y Omar Chabán, entre otros, integró en los años 70 un grupo de cine experimental, más deplorado que visto. Luego del golpe del 76, se recluyó y dejó de filmar. Vivió en un ashram en la India y estuvo internado en un manicomio. Los últimos años los pasó, filmando poco con poco, como cuidador de una quinta en General Rodríguez. Sin embargo, conocedores de su trabajo mantuvieron vivo su nombre: fotógrafos, diseñadores, artistas, escritores y directores de cine. En Hachazos, su nueva película (exhibida en Arte Cinema y en Malba durante este mes), Andrés Di Tella filma un ensayo biográfico sobre y con Claudio Caldini. Amable, taciturno, incómodo, preciso, el director de El devenir de las piedras y el increíble himno visual Lux Taal rectifica, corrige, “encuadra” el trabajo de Di Tella. Producida por Cine Ojo, con la colaboración en pág. el guión de Cecilia Szperling y Darío Schvarstein, una canción de Javier Martínez que reverbera con la eclosión floral, vegetal y aérea de Caldini, y las imágenes de Guillermo Ueno –especie de Thomas Gainsborough en el conurbano, con sus escenas de inminencia–, Hachazos merece ser vista por la discusión que abre acerca de los riesgos de filmar de un modo diferente y también por el aporte a la reflexión sobre lo que la sociedad argentina hace con sus artistas.