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VIAJES
BERLÍN
EL CALEIDOSCOPIO CULTURAL
Dinámica, hospitalaria, tolerante, a la moda, variada y creativa. 25 años después de la caída del muro, la capital alemana se distingue por su apertura al mundo. Entre las 3,4 millones de personas que la habitan, se pueden contar 186 nacionalidades. El pulso de la ciudad lo marca su aire cosmopolita; jóvenes talentosos y emprendedores. Berlín se mantiene al frente de la vanguardia del diseño, la moda y el arte. Por: Lucrecia Magnanini Imágenes cortesía: VisitBerlin, Federico Gambetta y @soyseis
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Bauhaus Archive.
Eisenman: Monumento al Holocausto.
Un pedazo del mundo
N
inguna ciudad cambió tanto en tan poco tiempo. Berlín es una ciudad joven. Su historia es de ayer, de hace 25 años. Caminar por sus calles implica toparse muchas veces con obras en construcción, porque la capital de Alemania no deja de reinventarse. No descansa, y esa es su esencia. Su historia tan variada y particular sigue atrayendo a millones de turistas. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Berlín quedó
en ruinas y dividida entre las potencias vencedoras. Fueron las mujeres trümmerfrauen las que salieron a levantar el país de los escombros. Más tarde, acompañando al “milagro económico alemán” en los años 50, la necesidad de mano de obra le abrió las puertas a la inmigración. Los Gastarbeiter (“trabajadores invitados”) llegaron en masa de países como Italia, España, Grecia, Turquía, Marruecos, Portugal, Túnez y la ex Yugoslavia. Muchos de ellos, como los italianos y españoles, regresaron algunos años después a sus países. Por el contrario, la mayoría de los turcos se quedó
y trajo a sus familias, de tal manera que hoy la población turca en Berlín es la más grande, después de Estambul y Ankara. Alemania, que no era un país con tradición inmigrante, comenzó un proceso de apertura hacia el mundo. Después de todo, no habían pasado muchos años desde la guerra, y persistía en ese entonces una animosidad hacia “lo otro” y lo desconocido. La transformación a nivel social fue impresionante y sigue siendo hasta el día de hoy uno de los grandes desafíos de su política. Si antes solo había unos pocos restaurantes griegos o italianos, hoy son de todas partes del mundo y de los más sofisticados. En todas las esquinas se encuentra una variedad inimaginable de frutas y verduras. Los mercados y algunos centros comerciales, a diferencia de las demás ciudades alemanas, abren los domingos y hasta largas horas de la noche. Más que una ciudad, Berlín es un pedazo del mundo. Una ciudad que se renueva, pero no olvida Su historia de posguerra también está salpicada de crisis que fueron causa y consecuencia del conflicto ideológico entre la República Federal de Alemania (Oeste) y la comunista República Democrática de Ale-
Iglesia del Káiser Wilhelm bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.
Campo de concentración nazi Sachsenhausen. La frase significa "El trabajo los hará libres".
Pintura en el muro de Berlín en la East Side Gallery. Los autos de la RDA se llamaban Trabant.
Ya sea a pie en circuitos guiados, en bicicleta o en barco a lo largo del Spree (río que serpentea toda la ciudad y aloja a los edificios más emblemáticos), las propuestas para visitar Berlín son infinitas. Para empezar a recorrerla es fundamental entender que es una ciudad que no tiene un solo centro, sino varios mania (Este), que derivó en la construcción del muro de Berlín el 13 de agosto de 1961 y culminó con destrucción el 9 de noviembre de 1989. Desde la caída del muro, la capital alemana no para de reinventarse. Muchos viajeros llegan con la ilusión de reconstruir toda esta historia y ser testigos de la transformación de una de las capitales más importantes de Europa. Ya sea a pie en circuitos guiados, en bicicleta o en barco a lo largo del Spree (río que serpentea toda la ciudad y aloja a los edificios más emblemáticos), las propuestas para visitar Berlín son infinitas. Para empezar a recorrerla es fundamental entender que es una ciudad que no tiene un solo centro, sino varios. En los 28 años
que Berlín estuvo dividida por el muro, si Alexanderplatz fue el centro neurálgico del Berlín Comunista, Kurfürstendamm cumplió la misma función para Berlín Occidental. Una vez caído el muro, la famosa avenida Ku’damm —núcleo del capitalismo con su emblemático centro comercial KaDeWe— fue foco de peregrinación de los vecinos del Este. Nadie quería perderse de lo que había estado ocurriendo del otro lado, de lo que hasta ese entonces no habían tenido acceso. Hoy sigue siendo uno de los distritos comerciales por excelencia y aloja todo tipo de tiendas, hoteles, teatros y restaurantes. En la arquitectura berlinesa se refleja la historia de la capital alemana con todas sus
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Después de la Segunda Guerra Mundial, la transformación a nivel social fue impresionante y sigue siendo hasta el día de hoy uno de los grandes desafíos de su política. Si antes solo había unos pocos restaurantes griegos o italianos, hoy son de todas partes del mundo y de los más sofisticados
Reloj mundial de la Alexanderplatz
fracturas y secuelas. Berlín se renueva, pero no olvida. Por eso, no resulta sorprendente toparse a cada paso con algún memorial del Holocausto, museos conmemorativos con un tratamiento abierto de la historia, para que no se repita. Tropezarse cada tanto con una Stolpersteine (palabra alemana que designa una piedra en el camino que puede hacer trastabillar al caminante), ubicadas por las calles. Estas “piedras” recuerdan a las personas que fueron deportadas y asesinadas por el nazismo. Lugares que a simple vista parecieran no tener nada que contar, como puede ser una estación de metro, revelan parte de una historia, cada vez más lejana e inimaginable. Es el caso de las estaciones fantasmas, o el “muro subterráneo”, abandonadas para evitar que las líneas de metro conectaran los distintos puntos de la ciudad que el muro de la vergüenza dividía. También el Palacio de las lágrimas, en la antigua terminal de salidas de Friedrichstrasse, recrea las dolorosas despedidas que se vivieron en esta estación berlinesa, donde los alemanes del Este y del Oeste se tenían que despedir de sus familiares y amigos. Trozos del muro, como en la East Side Gallery, hoy funcionan como museos al aire libre y son una invitación a reflexionar sobre los distintos muros que
aún dividen nuestra sociedad; no solo construidos por limitaciones espaciales, sino que también están impregnados en la mente. Los edificios del bloque comunista son testigos de un pasado no tan lejano y se mezclan con otros de estilo moderno y obras en construcción. Vale la pena subir a la torre de la televisión en Alexanderplatz para dar un vistazo a una ciudad que disfruta de su desprolijidad, que no pide permiso para ser como es. Que sabe que la autenticidad pasa por otro lado y no juega a hacerse la simpática. Pero no son únicamente monumentos, espacios, pedazos de muro; barrios enteros volvieron a abrazarse después de casi 30 años y hoy son centros culturales y urbanos. Uno de los casos más concretos es el de Friedrichshain-Kreuzberg, considerado el distrito más cool de Berlín y probablemente del universo. Un barrio que escapa a las lógicas turísticas, pero donde la cultura tiene forma de calidoscopio. Esta zona de Berlín es sinónimo de las noches más largas: arte callejero, bares, clubes, mercados de pulgas, cines improvisados, tiendas de diseño y mucho roce intercultural. De esta hermandad surgió también una de las discotecas más populares del mundo y capital de la música techno: Berghain, ubicada justo entre Kreuzberg y Friedrichshain.
Detrás del parque asoman la Torre de la Televisión (Fernsehturm) y la cúpula de la Catedral de Berlín.
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Puerta de Brandenburgo.
Una ciudad, distintas propuestas En una ciudad tan intensa como Berlín, muchos lugares cobran sentido cuando son puestos en contexto. Por eso, es recomendable apuntarse a los distintos tours que ofrecen agencias como Sandemans o Vive Ber-
lín. Desde el clásico “Free Walking Tour”, una buena introducción de la ciudad, ya que atraviesa sus principales puntos turísticos, hasta otras propuestas que se adaptan al interés del viajero, como un recorrido por el Berlín del Tercer Reich, Berlín comunista, el Berlín alternativo y la movida del Street
LO S R ECO M E N DA D O S D E B E R L Í N D E Q U I N T E S S E N T I A L LY L I F E S T Y L E :
GASTRONOMÍA LOCAL E INTERNACIONAL: RESTAURANT REMAKE
Espectacular jardín al aire libre y gran selección de vinos. TIZIAN LOUNGE & RESTAURANT
Ubicado en el Grand Hyatt, justo en frente de la Filarmónica, es el lugar perfecto para disfrutar de una comida antes o después del espectáculo. Nombrado en honor al gran maestro del Alto Renacimiento, Tiziano, el chef del restaurante es, por su parte, un maestro de los aceites. BALTHAZAR RESTAURANT
Balthazar ya ha demostrado ser una valiosa adición a la escena gastronómica de la ciudad. Holger Zurbrüggen es el hombre a cargo de la cocina y bajo su supervisión se sirve una selección de platos internacionales. La decoración combina elementos de modernos estilos minimalistas con elegancia tradicional. ZUR LETZTEN INSTANZ RESTAURANT
Es conocido por ser el restaurante más antiguo de Berlín. Su cocina es tradicional y siempre está completo, debido a su atmósfera y su servicio impecable. Pinturas y dibujos alrededor de las paredes dan una idea de los "buenos viejos tiempos’’. KAISERSAAL
El Kaisersaal, en la Potsdamer Platz, es uno de los restaurantes más espectaculares de Berlín. Ofrece cocina clásica francesa y alemana. Un bar pequeño con un personal altamente profesional espera a los huéspedes en el vestíbulo para tomar un aperitivo. Hay una sala de estar situada entre el bar y la escalera al nivel superior. A partir de aquí, se tiene una excelente visión de conjunto sobre los dos amplios salones de la Kaisersaal: el Palmenhof y el Silbersaal.
Art. Incluso se ofrecen visitas a la histórica ciudad de Potsdam, donde las potencias vencedoras se reunieron para decidir el futuro de Alemania y la Europa de posguerra en el famoso tratado homónimo. Las agencias también acompañan al campo de concentración de Sachsenhausen, con el objetivo de analizar el sistema de represión Nazi y la posterior reutilización que hicieron de las instalaciones los ocupantes soviéticos. Este último tour sirve como lección de lo que no puede volver a ocurrir y aporta una mirada esclarecedora del tratamiento histórico y la relación de Alemania con su pasado. Con semejante historia a cuestas, Alemania es hoy el principal receptor de inmigrantes en Europa y Berlín, la segunda ciudad del mundo en absorción de inmigrantes, precedida únicamente por Nueva York. La energía de la diversidad se palpita por las calles de la capital y se celebra anualmente en el carnaval de las culturas en el barrio de Kreuzberg. La interculturalidad es parte de la vida cotidiana de Berlín, donde el concepto de libertad, de “vive y deja vivir”, se respira como en ninguna parte del mundo. Sin lugar a dudas, Berlín es el lugar donde hay que estar…