El Barroco

1602 Galileo Galilei descubre las leyes de gravitación y oscilación del péndulo. 1661 Inicia el reinado de Luis XIV y comienza la construcción del palacio de ...
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Lic. Ana Carolina Heredia

El Barroco Aproximaciones a la definición de un concepto de época

Elementos de Historia del Arte – UPSO Salliqueló – Apunte de Cátedra

Elementos de Historia del Arte – Apunte de Cátedra. Lic. Ana Carolina Heredia

El Barroco Aproximaciones a la definición de un concepto de época

Nominación compleja La definición del barroco no es tarea sencilla. Como cualquier otro movimiento artístico o cultural, presenta las complejidades propias de su contexto histórico; pero a su vez resulta complejo desde las visiones peyorativas que la historia y la historiografía del arte tuvieron de este período. La definición científica, así como la delimitación temporal y el análisis de las bases intelectuales del barroco fueron objeto de profundas y largas controversias. La diversidad de formas y características que el barroco adquirió en distintas regiones implicó una importante dificultad para la definición, periodización y caracterización del estilo. El primer problema es el del nombre. En este sentido, el profesor de estética José María Valverde afirma: “Entre todas las etiquetas utilizadas en la historia de la cultura y de las formas, quizá la de „Barroco‟ sea la más ambigua: originalmente indicación de un estilo, ha llegado a ser también el rótulo de una época donde, además, tienen lugar importantes hechos de estilo nada barroco.” (1985: 7) Al igual que otros términos históricos, la primera significación del vocablo barroco tiene una connotación peyorativa. En el siglo XVIII comienza a utilizarse esta palabra proveniente del portugués – que refería a una perla defectuosa o deforme – para explicar un estilo que parecía no tener más reglas que la extravagancia y el exceso. Es claro que esta visión negativa sobre el barroco se explica por el gusto del racionalismo ilustrado que pretendía que las obras de arte fueran claras, sencillas y “clásicas”. De esta manera, barroco significa el polo opuesto a lo clásico. “… en un principio, tanto cuando la palabra fue utilizada por la crítica ilustrada y racionalista contra los excesos y las extravagancias artísticas de los siglos XVII y XVIII, como cuando este arte empezó a ser valorado bajo una nueva luz a principios de siglo, fue empleada siempre por oposición a otro concepto, lo clásico, sinónimo de orden, claridad y mesura.” (Checa y Morán, 1989: 13) (El subrayado es nuestro)

Aún hoy, en el lenguaje coloquial, se sigue utilizando la palabra barroco como expresión de recargada extravagancia y del grotesco, en contrapunto con la idea de sencilla elegancia.

Contexto histórico En términos generales, podemos considerar que la estética barroca abarca los años 1600 a 1750. De todas maneras, es necesario aclarar que las tendencias propiamente barrocas 1

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se definen claramente hacia 1630 (Checa Cremades y Morán Turín, 1989), y se extienden – al menos en el ámbito musical – hasta más allá de mediados de siglo XVIII. Por motivos como este, los autores dedicados al estudio del barroco presentan disidencias respecto a los marcos temporales de estilo. Para comprender contexto en el que se desarrolla este movimiento, se presentan los siguientes acontecimientos:

1626 Fundación de Nueva Amsterdam, actual Nueva York. 1600

1687 Newton publica su estudio sobre la fuerza de gravitación.

1651 Thomas Hobbes publica Leviatán.

1650

1602 Galileo Galilei descubre las leyes de gravitación y oscilación del péndulo.

1648 Fundación de la Real Academia de Pintura y Escultura de París.

1718 Fahrenheit inventa el termómetro de mercurio.

1700

1661 Inicia el reinado de Luis XIV y comienza la construcción del palacio de Versalles.

1750

1709 Pedro el Grande convierte a Rusia en la primera potencia e imperio del este.

El barroco se inserta en un ambiente de consolidación de los poderes de las monarquías modernas y de confirmación del absolutismo monárquico. Los reinos europeos definen su poder mediante la consecución de atributos estatales como la definición de un territorio unificado, ejércitos y fuerzas armadas bajo el monopolio de los reyes, uniformidad de moneda y establecimiento de efectivos sistemas fiscales que proveen fondos para el Estado, constitución de un cuerpo de funcionarios estable y obediente a la voluntad de los reyes, y el manejo de las relaciones internacionales mediante embajadores y diplomáticos. Los gobernantes pasan a ser considerados soberanos, y todos de los habitantes del reino son súbditos sometidos a su poder. La fundamentación ideológica de este sistema político se basa en las obras de pensadores como Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes y Jacques Benigne Bossuet. El rey construye así una autoridad soberana, sagrada y dinástica: manda sobre todo, su poder se basa la elección y disposición divina, y puede transmitirlo a sus herederos. *** El ámbito científico del siglo XVII y XVIII muestra un importante dinamismo. Aquellas ideas del conocimiento basado en la experimentación surgidas en el siglo XVI se consolidan y profundizan. De esta manera, la naturaleza deja de ser algo mágico y se concibe a la observación como herramienta indispensable para comprenderla en su totalidad. Se

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establecen así los principios del método científico y surge la ciencia moderna. “En realidad, hasta avanzado el siglo XVII, las relaciones del hombre con su entorno no van a alcanzar el grado suficiente de objetivación y racionalización que nos permita hablar de ciencia moderna en el sentido estricto del término…” (Checa Cremades y Morán Turín, 1989: 18) Este fenómeno cultural tiene su correlato en el arte: el desarrollo de un nuevo tema, la pintura de género, y el exhaustivo naturalismo se relacionan con esta nueva forma de concebir a la realidad. La mímesis, entendida como verosimilitud entre la obra y la realidad exterior a ella, se convierte en una máxima para la mayoría de los artistas y escuelas barrocas. *** Para comprender al Barroco es necesario conocer parte del contexto ideológico de su época. Por ello, consideramos fundamental comprender uno de los más influyentes procesos de los siglos XVI y XVII: las guerras de religión. En esta época, Europa se vio atravesada por graves conflictos surgidos del quiebre de la unidad de la cristiandad occidental. Esto significa que la religión de todas las regiones y reinos dejó de ser uniformemente católica a partir de lo que se conoce como Reforma Protestante. Los orígenes de la misma tienen lugar en los estados alemanes, a partir de las ideas y escritos de un monje católico y profesor de teología llamado Martín Lutero. Molesto, como muchos de sus contemporáneos, por la corrupción de la Iglesia, Lutero elaboró una serie de puntos en abierta oposición a la jerarquía y los dogmas de esta poderosa institución. Principalmente, atacó una práctica extremadamente corrupta y generalizada de la época: la venta de indulgencias. Se trataba de la entrega de un documento o “carta” otorgada por el Papado que perdonaba los pecados sin haber hecho penitencia ni tener arrepentimiento, de modo que la persona que la adquiría no tendría que pasar por la instancia del purgatorio para llegar a la vida eterna en el Paraíso. La difusión de la venta de indulgencias se justifica al comprender el gran temor y consternación que generaba en los hombres y mujeres de ese momento la idea del infierno y sus perpetuos tormentos. Aprovechando y fomentando ese miedo, la Iglesia generó con las indulgencias enormes ingresos que solventaron los crecientes gastos que implicaban obras arquitectónicas tan fastuosas como la basílica de San Pedro en Roma. Frente a la fastuosidad y otra serie de irregularidades de la Iglesia, Lutero elaboró un escrito, las 95 Tesis, que cercenaba la autoridad papal, el poder terrenal que había conseguido la Iglesia y el alejamiento de las palabras originales de Cristo. Entre los principales cuestionamientos se encontraron:  La negación de la sacralidad del vasto repertorio de santos. 3

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 No se reconocen más que tres sacramentos: el bautismo, la comunión y la penitencia.  La salvación del alma sólo se obtiene por la fe y la gracia divina, y no por la autoridad del Papa o de ningún documento o perdón por él emitido.  Los sacerdotes no debieran ser los exclusivos intérpretes y transmisores de la palabra de Dios. Por el contrario, cada persona es libre de interpretar las Sagradas Escrituras de acuerdo a su criterio y fe.  Criticaba la hipocresía sexual del clero por mantener la figura del celibato, sosteniendo que el matrimonio es el mejor estado incluso para los sacerdotes. De esta forma, las críticas de Martín Lutero pasaron de ser una reivindicación de una espiritualidad sincera a una forma de cercenar no sólo la autoridad papal sino también la imperial. Seguida por parte del clero, pero sobre todo por un grupo de príncipes, la Reforma Protestante influyó sobre los deseos de distintos sectores que buscaban una mayor autonomía en sus decisiones políticas en territorios alemanes. Al mismo tiempo, otros grupos sociales, como campesinos, artesanos y comerciantes, encontraron en la ideas reformistas la confirmación de la igualdad de las personas frente a Dios, dejando sin efecto el tradicional sometimiento a los poderosos en función de las relaciones feudo-vasalláticas. Frente a esta expansión de la Reforma, el Papado y el emperador Carlos V adoptan una política combativa, excomulgando a Martín Lutero y condenando a sus seguidores. Las guerras por religión no tardaron en propagarse por distintas regiones de Alemania, Holanda, Francia e Inglaterra. En todos estos lugares, y bajo algunas especificidades locales, se produjeron conflictos religiosos que tuvieron consecuencias no sólo espirituales sino políticas, sociales y territoriales. Un ejemplo de ello lo encontramos en el caso de Holanda que, luego de victorias estratégicas frente al Imperio, logró su autonomía política respecto del Sacro Imperio Romano Germánico A causa de la propagación de las ideas reformistas, la Iglesia Católica debió tomar medidas tendientes a reforzar de los dogmas cuestionados por Lutero y sus seguidores. Así se realizó un Concilio de religiosos católicos en la localidad de Trento en el cual se dispuso la creación de instrumentos como la Compañía de Jesús y el Tribunal de la Santa Inquisición destinados a reforzar y vigilar las creencias católicas. En este mismo sentido, se establecieron obligaciones para la formación de los clérigos y se fijaron algunos principios fundamentales del dogma. Este proceso se conoce como Contrarreforma y tuvo como objetivo poner un freno a la expansión de la Reforma. Para ello, desde el Papado se propuso renovar y preparar

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al clero, formar nuevas órdenes religiosas, evangelizar nuevas poblaciones, establecer el valor de todos los sacramentos, afirmar la salvación por las buenas obras y rechazó la libre interpretación de la Biblia. El objetivo era fortalecer las creencias y recuperar los fieles que se habían visto decepcionados por la suntuosidad y corrupción de la Iglesia. Y es en este sentido que el arte barroco se convirtió en uno de los medios privilegiados para adoctrinar y confirmar la fe de las personas que las observaban y que compartían el código cultural para descifrar y comprender esas imágenes y sus signifcados.

Tendencias regionales Una de las particularidades que hacen del barroco un período complejo es la diversidad de estilos que presenta de acuerdo a estilos que pueden agruparse geográficamente. En un intento de clasificación, podemos agrupar estas tendencias de la siguiente manera: Lugar

Estilo

Artistas

Roma

Naturalismo exaltado y religioso

Caravaggio, Bernini

Holanda

Realismo sobrio

Vermeer, Ruisdael, Rembrandt

Flandes

sensualidad marcada

Rubens

Francia

Clasicismo

Poussin

La falta de unidad estilística es precisamente una de las principales características del barroco. Pero con fines operativos, intentaremos definir algunas tendencias generales que aparecen en el arte de este período.

Palacios, jardines y fiestas Las ideas antes explicadas sobre el poder de la realeza tienen implicancias en tipologías artísticas que si bien no son específicas del arte barroco, cobran en este período peculiares significaciones. La nueva forma de concebir al poder de los soberanos afecta a la vida de éstos y de sus cortes. El rey, su familia y los nobles más allegados a su persona viven en un nuevo espacio arquitectónico que enmarca la vida cortesana: el palacio. Este tipo arquitectónico es, en el barroco, la manifestación de la opulencia y del poder absoluto de los reyes europeos. Un ejemplo emblemático de esto se encuentra en el palacio de Versalles. Las dimensiones, la escala y la misma concepción de los palacios barrocos los diferencian de sus equivalentes renacentistas. Según Checa y Morán, “… se abandona la idea del palacio cerrado y replegado

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sobre sí mismo, propia del Renacimiento, y se confiere un valor urbanístico al edificio” (1989: 53) Dentro de la ciudad barroca, el palacio ofrecía de forma grandilocuente una suerte de encarnación edilicia de la autoridad absoluta del rey, presentada a la vista de todos. Dentro de estos palacios, los reyes conservan la cercanía y el control sobre la nobleza y parte de la burocracia. Por este motivo, los palacios están repletos de objetos de arte que tienen una clara intencionalidad pedagógica, moralizante, y adoctrinadora. Se encuentran allí vastas obras vinculadas a la mitología clásica, que debían ser comprendidas en clave alegórica. Historias y narraciones mitológicas servían tanto para convencer a quienes transitan los pasillos y salones palaciegos del poder regio, como también para educar al príncipe y gobernante a través de cuadros, esculturas y con soberbios trompe l’oeil. Se trataba de pinturas al fresco realizadas mayormente en los múltiples techos del palacio que fingen la ausencia de material al pintar cielos con escenas mitológicas y legendarias que representaran, generalmente, algún valor moral: “Las artes, tanto plásticas como las representativas, desempeñaban una doble función: servían para impresionar e incluso „ofuscar‟ a los súbditos y al mismo tiempo para „transmitir‟ contenidos ideológicos. Constituían los bastidores del teatro y creaban la ilusión de un mundo perfectamente ordenado. Nada refleja mejor esta situación que la pintura perspectivista de los cielos rasos de las iglesias y de los palacios; el espacio aparente se abre sobre el espacio real y permite contemplar las esferas celestiales.” (Borngäser y Toman, 1997:7)

El sentido de teatralidad Si existe una tendencia general dentro de la diversidad del barroco, ésta es la teatralidad y una vivencia particular del pathos.1 Un historiador holandés, Johan Huizinga, explicó esta idea, sosteniendo que en el barroco “Predominan la magnificencia y la dignidad, el gesto teatral, las reglas rigurosas y un sistema de enseñanza cerrado; el ideal lo constituye el respeto sumiso a la Iglesia y al Estado. Se diviniza la monarquía como forma de Estado; al mismo tiempo los Estados, cada uno por sí, sientan las

El concepto pathos tiene una larga historia. Rastreado desde la antigüedad, en textos de Aristóteles sobre la poesía y el teatro, se entenderá aquí esta idea como la manifestación de los estados emocionales y subjetivos, como la expresión de las pasiones más profundas y desenfrenadas del alma. 1

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bases de un egoísmo nacional ilimitado y de la autonomía. Toda la vida pública se mueve en el marco de las formas de una elocuencia altisonante, que aspira a ser aceptada como seriedad perfecta. Los fastos los desfiles celebran su gran momento con pomposa formalidad. Las nuevas creencias se expresan plásticamente en retumbantes manifestaciones triunfalistas: Rubens, los pintores españoles, Bernini.” (Borngäser y Toman, 1997:9) Este autor explica así cómo el sentido teatral estaba presente en diversas prácticas sociales y manifestaciones cotidianas del siglo XVII. Ya vimos que los palacios eran la manifestación del poder de los reyes, y también fue allí dónde la teatralidad se vivía en cada gesto y en cada rincón. Las fiestas y las recepciones diplomáticas permanentes que tenían lugar en estos de los fastuosos edificios son el escenario perfecto de la representación del lujo, el poder y la nobleza. En este espacio, el movimiento y color de los grandes y decorados trajes de los ricos habitantes de los palacios se exponía en el marco preferencial de la etiqueta y el protocolo de saludos que regían la vida cortesana: “No cabe dudar de lo que en este espacio estimulaba en tan gran medida la fantasía del siglo: el tener que recorrerse en una determinada dirección, concretamente en diagonal, línea tan del gusto del barroco, en la que el espacio se abre en el movimiento. La escalera origina el caso típico del espectador en movimiento, un principio de todo el arte espacial barroco. Pero cuando la llegada y la recepción de huéspedes eran tan importantes, la escalera, lo mismo que el vestíbulo, tenía su significación social como bastidores de teatro que obligadamente deben pensarse animados por las formaciones de los lacayos y por el espectáculo de los saludos ceremoniales”. (Alewin, 1964) Las escaleras, significan el movimiento de entradas, salidas y reverencias extremadamente protocolares y coloridas. La sensualidad, el movimiento, la ondulación y la cortesía hacían de estos espacios un eterno escenario donde todo el elenco de la corte cobraba vida como personajes escritos por un dramaturgo.

Bibliografía BORNGÄSER, Barbara y ROLF Toman, “Introducción”, en: TOMAN, Rolf (1997). El barroco, Könemann Editores. CHECA CREMADES, Fernando y José Miguel MORÁN TURINA (1989). El barroco. Madrid: Istmo. VALVERDE, José María (1985). El barroco. Una visión de conjunto. Barcelona: Montesinos. ALEWIN, Richard (1964). L'Univers du baroque, Genève: Editions Gonthier.

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