El abuso a menores, casi sin condenas

los casos de abuso sexual infantil “no es la ignorancia de los instrumentos legales disponibles, sino la voluntad de descartarlos, y eso tiene una raíz ideológica ...
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Información general

Página 14/LA NACION

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Viernes 1º de agosto de 2008

Los ataques sexuales ante la Justicia: hay castigo sólo en el 3 por ciento de los casos denunciados

El abuso a menores, casi sin condenas Para los especialistas se debe a la poca valoración de los peritajes psicológicos y de los testimonios de los niños víctimas (Agencia CyTA-Instituto Leloir).– “En nuestro país se esclarecen alrededor de tres de cada cien casos denunciados de abuso sexual de menores. Es el delito menos sancionado de todos los que integran el Código Penal. Si se tiene en cuenta que como máximo se denuncia el 10 por ciento de los abusos sexuales infantiles que se cometen, tenemos un total de 3 casos con condena cada 1000.” El dato contundente lo aporta el juez Carlos Rozanski, presidente del Tribunal Federal Oral N° 1 de La Plata y autor del libro Abuso sexual infantil: denunciar o silenciar. “El silencio que el abusador impone a la niña o al niño mediante amenazas es reforzado por la actitud de la sociedad, que mira para otro lado”, señala Enrique Stola, médico especialista en psiquiatría y psicología. Y agrega que la mayoría de los casos de abuso sexual infantil ocurren a manos de quienes se supone que deberían brindar protección a los niños. “Se dan en el seno familiar, en escuelas y en iglesias, entre otras instituciones respetables de la sociedad”, afirma. De acuerdo con una definición del Programa de Asistencia al Maltrato Infantil del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, el abuso sexual infantil remite a “involucrar a un niño o adolescente en actividades sexuales que no llega a comprender totalmente, ya que por su condición de tal carece del desarrollo madurativo, emocional y cognitivo para dar su consentimiento acerca de los actos en cuestión”, “La coerción y la asimetría de poder entre el adulto y el niño son

factores determinantes en estos casos”, dice el abogado Juan Pablo Gallego, autor del libro Niñez maltratada y violencia de género, y titular de la cátedra de Protección Integral de Derechos del Niño en la Legislación y Jurisprudencia, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

A la escasa capacitación de los operadores judiciales suele agregarse la poca confianza depositada en el niño como testigo confiable

Alicia Ganduglia

la voluntad de ir más allá y tratar los casos con rigor, aun cuando la principal evidencia sea el relato de la víctima”. Por su parte, Rozanzki opina que en la Argentina “la calidad científica de las intervenciones psiquiátricas y psicológicas, entre otras pruebas, excluyen las anacrónicas exigencias de evidencias físicas para probar el abuso. Sin embargo –advierte–, es necesario que los operadores de la Justicia tomen conciencia al respecto”. Alicia Ganduglia, psicóloga especialista en niños y supervisora de la línea “Te ayudo”, de la Dirección General de la Mujer del gobierno porteño, explica que “a la escasa capacitación de los operadores judiciales en abuso infantil suele agregarse la poca confianza depositada en el niño como testigo confiable y la falta de adecuación del proceso judicial a las características evolutivas del niño”.

Valores patriarcales En los Estados Unidos apenas el 5 por ciento de los casos que llegan a la Justicia presenta evidencias médicas que apoyen el testimonio de los pequeños. No obstante, la doctora Lucy Berliner, directora del Centro Harborview sobre Abuso Sexual y Estrés Traumático, en Seattle, señala que eso no es un obstáculo para el esclarecimiento de muchos casos. Ello es posible porque “cada vez hay más jueces y jurados conscientes y educados sobre las características del abuso sexual infantil, lo que contribuye a que los fiscales tengan

El juez Rozanski opina que la razón más importante por la cual no se resuelven en la Justicia la mayoría de los casos de abuso sexual infantil “no es la ignorancia de los instrumentos legales disponibles, sino la voluntad de descartarlos, y eso tiene una raíz ideológica y de discriminación hacia las víctimas de abusos, en su mayor parte mujeres y niños”. En esa misma línea, Stola considera que en el Poder Judicial argentino “circula una moral perversa (ideología patriarcal y machista) basada en un fundamentalismo judeo-cristiano cuya premisa establece que

el padre siempre es necesario, no importa lo que haya hecho o esté haciendo a sus hijos”. Según el psiquiatra, un caso emblemático fue el de un juez civil cuyo fallo, del 28 de julio de 1999, prolongó una perversidad moral. La sentencia decía: “En sede penal no se ha comprobado el hecho denunciado, y aun de haber existido, estimo que actualmente debe procurarse la revinculación entre hijas y padre”. Al decir de los especialistas, cuando las niñas y los niños que fueron objeto de abusado sexual entran en los tribunales de justicia creen que van a encontrar protección, pero la mayoría de las veces lo que descubren es otra realidad. “El chiquito se cansa de contar, siente que no le creen, en definitiva, vuelve a ser revictimizado”, señala Stola y agrega: “Ese contexto es aprovechado por los abusadores para llevar adelante estrategias legales agresivas que tienen como fin desacreditar a los niños o a los denunciantes”. Algunos abogados recomiendan a sus clientes negociar con el abusador con el argumento de que el proceso legal va a ser muy desgastante. Para Juan Pablo Gallego, “negociar con el imputado a sabiendas de su culpabilidad, significa promover su impunidad. Desde cualquier punto de vista es inaceptable, entre otras cosas, porque forma parte del proceso de recuperación psicológica del pequeño que éste se encuentre con la verdad. Además, la Justicia debe impedir que el menor vuelva a ser víctima de abuso sexual”.

Más testimonios complican a Corsi Se trata de tres chicos, de 13 y 15 años La causa donde se investiga una supuesta red de pedófilos, que estaría integrada por el reconocido psicólogo Eduardo Corsi, avanza. Ayer declararon tres menores que dijeron haber tenido una relación estrecha y de afecto con los cuatro detenidos, pero negaron haber mantenido relaciones sexuales. Los menores que declararon son dos hermanos de 13 y 15 años, y un amigo de ellos, también de 15. Cada uno declaró en la Cámara Gesell durante una hora y, según fuentes de la causa, se los notó angustiados y por momentos tuvieron contradicciones. Además de Corsi, en la causa están detenidos Marcelo Rocca Clement, Augusto Correa y Agustín López Vidal. A Rocca Clement, que es profesor de música, los menores lo definieron como una figura paterna, pero como “un padre piola, que no reta, que te lleva a pasear”, dijeron fuentes con acceso al expediente. Después de las declaraciones de los tres menores, voceros de la causa explicaron que respecto de ellos, a los detenidos no les podrían imputar ningún delito. Los sospechosos están acusados

de haber abusado sexualmente de un menor de 14 años, que días atrás reconoció a los detenidos, explicaron voceros del caso. La Justicia les imputó el delito de violación agravada por haber sido cometido por dos o más personas y corrupción de menores.

Fútbol, inglés y francés En su declaración, los menores contaron que, salvo Corsi, con todos los sospechosos jugaban al fútbol. Con Correa aprendía inglés, y con el psicólogo, francés. Los investigadores sospechan que la supuesta banda de pedófilos actuaba con todos los menores de igual manera, pero que no “abusaban sexualmente de todos”. La causa está a cargo de la jueza de instrucción porteña María Fontbona de Pombo y es investigada por el fiscal Martín Niklison. La magistrada rechazó el pedido de excarcelación presentado por el abogado Fabián Lértora, defensor de López Vidal, al considerar que la única seguridad de que el imputado sea sometido a juicio es su detención. En las próximas horas el sospechoso será trasladado al penal de Ezeiza.

Incertidumbre de los familiares de las víctimas

Dos detenidos por el crimen de la pareja en Cardales Los hijos del matrimonio no aparecen Por Jesús Cornejo De la Corresponsalía La Plata LA PLATA.– Dos personas fueron detenidas ayer acusadas de asesinar a Marcelo Mansilla, de 41 años, y a su esposa, Sandra Rabago, de 37, cuyos cadáveres fueron hallados el martes pasado a un costado de la ruta Panamericana, en el kilómetro 60, a la altura de Los Cardales. Anoche, personal de la policía criminalística realizaba sin éxito excavaciones en un terreno de Los Polvorines, donde se presumía que podían estar los cuerpos de los dos hijos de la pareja, de 8 y 11, que desaparecieron junto con sus padres el jueves de la semana pasada. Miriam Rabago, hermana de la mujer asesinada, dijo a LA NACION que uno de los detenidos era un condenado por homicidio y recordó que su hermana, hace varios años, “había declarado en un juicio por un crimen”.

Un vocero policial dijo que uno de los hombres detenidos, cuya identidad sería Angel Fernández, de 43 años, había sido condenado a 25 años de prisión por un homicidio y varias violaciones, pero que recuperó la libertad luego de estar 15 años preso. Al momento de la detención portaba una pulsera magnética del Servicio Penitenciario Bonaerense. El otro apresado sería Cristian Fernández, de unos 25 años, quien sería hijo del primero. Ayer, en tanto, se realizaron allanamientos en varias viviendas de Los Polvorines, partido de Malvinas Argentinas, en una de las cuales la policía secuestró televisores, dos computadoras y un equipo de música que habían sido robados de la casa de Mansilla. Justamente en los fondos de una de esas fincas, donde funcionaría un criadero de chanchos, anoche la policía realizaba infructuosas excavaciones ante la posibilidad de que allí estuvieran en-

MARCELO GOMEZ

Familiares de las víctimas reclamaban que aparecieran los hijos de la pareja asesinada: Milagros, de 8 años, y Agustín, de 11

terrados los hijos del matrimonio. Durante las últimas horas, los investigadores esperaban obtener datos que indicaran dónde podrían estar los hijos de la pareja asesinada: Milagros, de 8 años, y su hermano Agustín, de 11. La policía también analizaba unas 30 llamadas anóni-

mas que podrían aportar pistas sobre el paradero de los dos chicos. A la búsqueda de los menores se sumó Missing Children y la Red Solidaria. Esta tarde se reunirán en el estadio de River Plate para difundir información y fotos de los chicos. Mansilla y su mujer vivían en el

Barrio Frino, en José C. Paz. El jueves pasado la pareja y sus dos hijos desaparecieron cuando regresaban de una comida, en su Volkswagen Polo. Los familiares denunciaron la desaparición el viernes, tras haber registrado su casa y haber llamado a sus teléfonos celulares. Ese día, por

la noche, un grupo de delincuentes saqueó la casa de la famiia desaparecida. La puerta no había sido violada y la llave de entrada fue encontrada en el jardín. Con la colaboración de Paula Soler