La Fe de Abraham Probada Lección 11 Génesis 22:1-19 Texto Áureo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que yo conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único. Génesis 22:12 Introducción: La lección de la lección pasada sobre Lot fue una amonestación seria para todos los creyentes para tener sumo cuidado en cuanto a su andar y no apartarse ni en lo mínimo del camino de justicia: y notamos en el caso de Lot las consecuencias de descuidarse en los detalles pequeños. Ahora volvemos a Abraham y en la lección de hoy veremos hasta dónde puede alcanzar la fe de un santo. Cuando Abraham llegó a la tierra prometida, Dios le dijo: A tu simiente daré esta tierra” (Gn.12:7); más tarde dijo: “haré tu simiente como el polvo de la tierra (Gn. 3:16; véase también Gn. 15:4; 17:15-19). De manera que un hijo fue prometido a Abraham. 25 años pasaron antes de que se cumpliera la promesa. Y era Abraham de cien años, cuando le nació Isaac, su hijo (21:5). Por medio de este hijo las promesas del pacto habían de cumplirse. ¡Qué contento Abraham! ¡Qué alegría en ese hogar! Pero después de las bendiciones vienen las pruebas; el advenimiento de Isaac fue ocasión de la prueba más severa para Abraham. Debemos reconocer el papel importante que las pruebas juegan en la vida del creyente - ¿por qué son enviadas? ¿Qué fin tienen?, etc. También notaremos que el hijo de Abraham (Isaac) tipifica a Cristo, y así Dios les daba a los antiguos indicaciones tocante al salvador que había de venir. 1.-La Prueba.— Génesis 22:1, 2. La palabra “tentó en el v.1 debe ser “probó” (véase V.M.). Dios no tienta al hombre con el fin le hacerle pecar, pero le somete a pruebas para poner de manifiesto la fé que tenga y para desarrollar esa misma fé. Considerar la situación de Abraham: separado de sus familiares y de sus amigos, en una tierra extraña, tiene un hijo, su único, su amado, por medio del cual el pacto había de ser cumplido, y ahora tiene que ofrecerlo en holocausto. ¡Qué prueba tan severa! Bien podía haber dicho — esto no es justo, es más de lo que un humano puede soportar, no lo haré. 2.—La Obediencia de Abraham.—Gén. 22:3-10. Se levantó muy de mañana. No dilató. La prontitud es el alma de la obediencia. Notar los detalles del v. 13 y que según el v. 4, el viaje fue de tres días en todos esos preparativos— enalbardando el asno, cortando leña, etc. Abraham ofrecía a su hijo sobre el altar. En cada paso del viaje hacía lo mismo. Un solo pensamiento estaba en su mente. Había suficiente tiempo para arrepentirse. Pero la fe del patriarca fue grande, no vaciló; con paso firme llegó al lugar señalado y allí edificó el altar, compuso la leña, extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. ¿Cómo podía hacer semejante cosa? ¿Qué poder le sostenía? LA FE. Véase Hebreos 11:17-19. Según esta referencia, Abraham creía que tendría que ofrecer a Isaac, pero que Dios le levantaría de los muertos. Notar también en el v. 5 la palabra “volveremos”. 3.-La Intervención divina.—Génesis 22:11-19. La obediencia de Abraham fue completa, anduvo todo el camino; su fé se dejó ver como oro fino. Entonces Dios intervino y el padre no tuvo que degollar a su hijo, sin embargo, en espíritu lo había hecho. Un sustituto fue provisto por Dios (v. 13). Y el pacto le fue confirmado y esta vez con juramento (vs. 16-18). Dijimos en la introducción que notaríamos dos lecciones principales en este capítulo: las pruebas para los creyentes, y cómo la obra de salvación es representada aquí. Abraham, el padre de los creyentes, fue sometido a diversas pruebas. Y así con los hijos, sus vidas se caracterizan por mucha tribulación. Por medio de la prueba se demuestra públicamente la fe que uno tiene. Notar en el v. 12,
las palabras, “Yo conozco”. También las pruebas constituyen el ambiente más propicio para el desarrollo de la fe. Tal como los músculos se hacen fuertes por medio del trabajo, así la fe, se hace robusta venciendo las dificultades de la vida. Abraham ya había sido probado varias veces. Dejar su patria y su parentela fue una prueba; apartarse de su sobrino Lot fue otra; esperar 25 años al hijo prometido, fue también una prueba. Y ahora siendo viejo, habiendo cumplido la voluntad divina y habiendo recibido al hijo de la promesa (Isaac), sin duda pensaba que sus pruebas ya se habían terminado y que iba a pasar sus últimos días en paz. Estaba equivocado. Le esperaba la prueba más grande. Las demás pruebas eran una preparación para ésta. Vemos entonces que las pruebas se aumentan en severidad, pero también vemos que la fe del patriarca iba creciendo de manera, que, mediante la gracia de Dios, podía triunfar siempre. Solamente por medio de la disciplina puede desarrollarse el carácter cristiano. La persecución, las pruebas, etc., no deben extrañarnos, más bien asegurarnos del amor e interés que Dios tiene para con nosotros; el hecho que nos aflige, indica claramente que somos sus hijos y que él está llevando a cabo sus benéficos propósitos en nosotros. La historia narrada en este capítulo tipifica la obra redentora de Cristo. Abraham el padre que no rehusó ofrecer su hijo, su único, a quien amaba, representa a Dios el Padre que no perdonó a su propio Hijo, antes le entregó por todos nosotros (Ro. 8:32). Abraham se levantó muy de mañana (v. 3) y apartó a Isaac para el sacrificio. En la eternidad pasada, Dios apartó a su Hijo para morir por los hombres (1 Pedro 1:20; Apoc. 13:8). Isaac era hombre, pero acompañó a su padre de buena voluntad. Cristo siempre hacía la voluntad de su Padre: Me complazco en hacer tu voluntad, Dios mío. He aquí, yo vengo para hacer, o Dios, tu voluntad. Abraham e Isaac eran de una misma mente; dos veces se dice que iban juntos (vs. 6 y 8); Cristo y su Padre eran de una misma voluntad en la obra de la redención. Isaac llevando la leña representa a Cristo llevando la cruz. El fuego que Abraham tomó en su mano tipifica el juicio divino, la energía de la santidad divina que arde contra el pecado, y que se manifestó primeramente en la espada encendida que guardaba el camino del árbol de vida, y será manifestada eternamente en el lago de fuego. Pero aquí representa el juicio que cayó sobre Cristo cuando llevó nuestros pecados en Su Propia Persona en la Cruz del Calvario. Isaac fue restaurado a su padre 3 días después de haber recibido el mandamiento de degollarlo (vs. 2 y 3) porque durante ese tiempo, Isaac era muerto para Abraham (Heb. 11:19—de los muertos es Dios poderoso para levantar de donde también le volvió a recibir por figura); en el N. T. leemos que Cristo fue resucitado al tercer día. Por medio de este incidente fue indicado que el sacrificio sangriento para expiar el pecado había de ser un sacrificio humano. De esta manera el evangelio fue predicado a Abraham (Gálatas 3:8). Y la promesa de Génesis 3:15, la simiente de la mujer ahora es limitada a la simiente de Abraham. No podemos terminar el estudio sin decir una palabra acerca de la obediencia de Abraham. Tres veces el patriarca dijo Heme aquí (vs. 1, 7, 11). Estaba listo y pronto para hacer la voluntad de su Dios. El obedecer es mejor que el sacrificio. Es el camino de la felicidad. Es lo que debe caracterizar la vida del creyente. El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Cuando Dios nos manda por medio de su Palabra, sacrificar alguna cosa (algo que tal vez está estorbando la vida cristiana — amigo, costumbre, negocio, etc.), que obedezcamos como nuestro padre Abraham, no importa lo que pueda costarnos; los beneficios recibidos serán mayores. Preguntas: 1- ¿Cuál la prueba a la que fue sometida Abraham según Génesis 22:1? 2- ¿En qué consiste la naturaleza severa de esta prueba? 3- Diga los detalles del v. 3. 4- ¿La obediencia de Abraham fue pronta? ¿Y completa? 5- Según los v. 6, ¿qué llevó Isaac y que llevó Abraham?
6- ¿Qué puede decir de la cooperación de Isaac? 7- ¿Qué lección se desprende de la palabra “juntos” en los vs. 6 y 8? 8- ¿Cómo contestó Abraham la pregunta de Isaac? 9- ¿Qué dijo el ángel según el v. 12? 10- ¿Al fin qué sacrificio fue ofrecido? (v. 13) 11- ¿Por qué son sometidos a pruebas los creyentes? 12- Diga cuatro puntos en que esta historia representa la obra redentora de Cristo. 13- ¿Qué se enseña en este capítulo acerca del sacrificio para expiar el pecado? 14- ¿Y en cuanto al salvador qué había de venir?
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