Estrategia CIAT 2014–2020
Renovar los paisajes rurales para mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida
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os servicios ambientales son los múltiples servicios que todas las personas recibimos de los paisajes – desde alimentos nutritivos y agua limpia hasta la regulación del clima y la recreación al aire libre. Naciones Unidas puso por primera vez a los servicios ambientales en el centro del debate sobre políticas ambientales en su Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, publicada en 2005. Desde entonces, varios esfuerzos mundiales, como la Iniciativa de la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad, han resaltado el enorme valor de estos servicios en un esfuerzo para fortalecer el argumento para detener su deterioro. El reto ahora es avanzar del debate y las grandes cifras a la acción en el terreno, lo cual en parte es cuestión de evaluar más de lleno el valor económico y
social de los servicios ambientales en relación con las prioridades nacionales. Después de todo, decir que algo es un “servicio” tiende a restarle importancia a su valor real. Debemos entonces mostrar evidencia contundente de que estos servicios se pueden preservar y mejorar eficazmente mediante enfoques que integren innovaciones tecnológicas, institucionales y políticas. La agricultura está especialmente supeditada a los servicios ambientales – incluidos los recursos fitogenéticos, la fertilidad del suelo y el agua dulce – pero también genera servicios clave (como la producción de alimentos), ejerciendo al mismo tiempo mayores impactos negativos sobre los servicios ambientales que cualquier otro uso de la tierra, en especial en los trópicos. Por estas razones, existe una necesidad apremiante de mejorar el manejo de los servicios ambientales y obtener de ellos mayores beneficios para el bienestar humano. En respuesta, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) ha emprendido una nueva iniciativa estratégica llamada Ecosystem Action, que moviliza la investigación en apoyo de importantes iniciativas encaminadas a renovar los paisajes rurales.
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Datos sobre los ecosistemas La degradación de la tierra y los costos ocasionados a nivel mundial han alcanzado niveles inaceptables. La única medida asequible ahora es invertir en la restauración de la tierra, creando así beneficios para millones de hogares rurales en los países en desarrollo y para el resto de nosotros que dependemos de los servicios ambientales que las familias campesinas ayudan a mantener. Consideremos estos importantes datos:
En décadas recientes, la degradación del paisaje se ha acelerado a un ritmo desenfrenado que supera de
2010
2000
30 a 35 veces los índices históricos.
Fuente: Folleto de la UNCCD http://bit.ly/UNCCD_brochure_DLDD
El costo de la
degradación de la tierra ha llegado a
US$490 mil millones por año,
un costo mucho más alto que el de revertirla.
Fuente: UNCCD (2013) http://bit.ly/UNCCD_TST_brief
En 2013,
los gobiernos, las empresas y otros invirtieron casi
US$7 mil millones en programas diseñados para compensar cerca de
7 millones de hogares rurales por manejar la tierra de una forma más sostenible. Fuente: Ecosystem Marketplace (2014) http://bit.ly/1GoAk3B
• 10–15 millones de hogares rurales de escasos
Para 2030,
si las tendencias actuales persisten:
recursos podrían beneficiarse de los mercados para la conservación de la biodiversidad,
• 25–50 millones se beneficiarán de los mercados de carbono, • 80–100 millones de la protección de cuencas hidrográficas, • y 5–8 millones de la restauración de paisajes escénicos. Fuente: Milder et al. (2010) http://bit.ly/1AZGJ0C
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Impactos en proceso: Casos para observar La credibilidad de la iniciativa Ecosystem Action del CIAT se apoya en una trayectoria sólida de logros, gracias a la colaboración con diversos socios en la investigación para el desarrollo. Durante los últimos años, los científicos han demostrado que las perspectivas ecológicas se pueden emplear eficazmente en la agricultura, lo que permite generar beneficios significativos para las personas y el medio ambiente. A continuación, una breve descripción de algunos casos informativos.
Una mano a la naturaleza: Restringir las plagas invasivas en Asia Los entomólogos estuvieron entre los primeros pensadores sistémicos en la investigación agrícola moderna, demostrando el enorme impacto que un enfoque ecológico puede tener en la investigación sobre cultivos de primera necesidad. Un logro que vale la pena mencionar en particular involucra el control biológico del piojo harinoso de la yuca, una plaga de insectos que en décadas recientes ha llegado a África proveniente de su zona de origen en América del Sur y últimamente ha aparecido también en el sureste de Asia, con consecuencias devastadoras. La propagación del piojo harinoso de la yuca forma parte de una amenaza creciente a nivel mundial para las economías y los ecosistemas por parte de las especies invasivas. Investigaciones en el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) y el CIAT han demostrado que la forma más segura e infalible de restringir esta plaga es mediante la liberación de una avispa parásita, que
coevolucionó con el piojo harinoso en América del Sur y mantiene a la plaga bajo control de una manera natural. Esta estrategia ha funcionado bien en África, permitiendo ahorrar miles de millones de dólares en insumos alimenticios, y fue aplicada hace algunos años en Tailandia. En respuesta a la reciente aparición del piojo harinoso en Indonesia, científicos de la Universidad Agrícola de Bogor liberaron cerca de 3.000 avispas durante septiembre de 2014, con apoyo del CIAT y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta es la primera fase de un esfuerzo para superar una amenaza mayor para el segundo producto de primera necesidad más importante del país después del arroz. El trabajo sobre el piojo harinoso de la yuca encaja dentro de una iniciativa mayor de control biológico en la región que incluye modificaciones sencillas en los sistemas de cultivo para hacer más abundantes y efectivos los enemigos naturales de las plagas.
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Un ancla del ecosistema para la agricultura de ladera en América Central Algunos enfoques en paisajes resultan de la fusión de saberes tradicionales con nuevas perspectivas de la ciencia. Tal es el caso de Quesungual, un sistema agroforestal desarrollado originalmente a principios de los noventa por la FAO con organizaciones comunitarias y de agricultores en Honduras. Quesungual incluye diferentes clases de árboles distribuidos en la tierra agrícola a una densidad de hasta 1.000 por hectárea. Las raíces actúan como anclas, estabilizando las laderas, minimizando la erosión del suelo y mejorando la absorción de nutrientes de capas más profundas del suelo. La mayoría de los árboles se podan a intervalos regulares y los esquejes verdes se usan como mantillo para proporcionar nutrientes y retener la humedad – dando a los cultivos cierta protección cuando no llueve. Esto
La sanidad del ecosistema tiene sus recompensas en los Andes Una de las razones principales para la lenta adopción de enfoques ecológicos para el manejo de la tierra es que sus beneficios económicos inmediatos a menudo no brindan incentivos lo suficientemente fuertes para que la población rural cambie sus prácticas tradicionales. Este es el caso de la agricultura de conservación en las tierras altas alrededor del lago Fúquene en la región central de Colombia. Si bien ofrece beneficios claros en comparación con la producción agropecuaria tradicional en términos de la calidad del agua, la agricultura de conservación tan solo genera modestas ganancias en la productividad. En respuesta, se creó un fondo rotatorio para brindar crédito a los agricultores dispuestos a ensayar la agricultura de conservación. En un esfuerzo novedoso para abrir estas puertas en Perú, el Ministerio del Ambiente (MINAM) y varios socios están promoviendo mecanismos para la distribución equitativa de los beneficios económicos provenientes de servicios vitales provistos por diversos ecosistemas del país. El esquema se basa en una nueva ley aprobada por el Congreso peruano y la Rama Ejecutiva en junio de 2014, que se está implementando en la actualidad.
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además contribuye a aumentar la materia orgánica en el suelo, lo cual fomenta la actividad biológica y el ciclaje de nutrientes al tiempo que mejora la estructura del suelo. Algunos de los árboles se mantienen tan pequeños que es difícil distinguirlos en los cultivos de maíz y sorgo que los rodean. Otros se dejan crecer lo suficientemente grandes para proveer madera y frutos. Además de capturar el dióxido de carbono, muchos de los árboles en el sistema fijan nitrógeno, mejorando así la fertilidad del suelo. El resultado general es un sistema más confiable y productivo – así llueva o brille el sol. Quesungual, un sistema ya bien establecido en Honduras, se ha difundido y mejorado aún más en El Salvador y Nicaragua como resultado de esfuerzos coordinados por el CIAT. Estudios preliminares sugieren que el sistema podría funcionar igualmente en otras zonas de los trópicos subhúmedos.
El trabajo de MINAM en el novedoso esquema de retribuciones se originó de un proyecto piloto llevado a cabo en la cuenca del río Cañete, con apoyo del Programa de Investigación de CGIAR sobre Agua, Paisajes y Ecosistemas (WLE) a través del CIAT. Un aporte clave de la investigación fue determinar el valor de los sistemas ambientales, en especial el agua, para una variedad de sectores, incluido el agrícola. La buena noticia es que los usuarios de este recurso reconocen claramente su valor y están dispuestos a contribuir financieramente a su preservación. Buscando formas de implementar el esquema de retribución, MINAM y el CIAT encontraron una opción viable con ayuda del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). El FIDA ha acordado aportar capital de arranque para la creación de un fondo en fideicomiso y además cubrir gastos operacionales. Los usuarios del agua en la parte baja de la cuenca ahora tienen una forma de hacer contribuciones voluntarias. Las comunidades en la parte alta de la cuenca ya están aplicando al fondo para apoyar proyectos centrados en la conservación de paisajes rurales y la restauración de tierras degradadas.
Preservar la fuerza de vida de Kenia Partiendo del modelo que se ha desarrollado en Perú y otros países de América Latina, Kenia pronto experimentará los beneficios mutuos que se dan cuando las sociedades comparten la responsabilidad de mejorar los servicios ambientales. El medio por el cual la sociedad keniana logrará este propósito es el Fondo de Agua Tana–Nairobi, el primero de su clase en África. Puesto en marcha en marzo de 2015, el Fondo fue desarrollado por The Nature Conservancy (TNC) a través de un esfuerzo colaborativo con socios de los sectores público y privado, incluido el CIAT, en la parte alta de la cuenca del río Tana. Esta es una importante zona de captación de agua para la capital de Kenia y suministra energía hidroeléctrica para gran parte del país. Durante las pasadas 3 décadas, ha experimentado cambios rápidos, como consecuencia de una densidad demográfica en aumento y pobreza arraigada. El uso insostenible de la tierra agrícola, las canteras cerca de los ríos y otras actividades han dado pie a altos niveles de escorrentía y erosión del suelo, generando altos costos para los usuarios de los abastecimientos de agua en la parte baja. Mediante un desarrollo bien dirigido de prácticas de manejo sostenible de la tierra, el Fondo de Agua trabajará para reducir la erosión y la sedimentación en las cuencas de la parte alta predominantemente rurales, asegurando así que los residentes urbanos de la parte baja perciban buena calidad de agua potable, así como suministros adecuados de agua para la generación de energía hidroeléctrica. Parte de la función del CIAT en este esfuerzo es monitorear los impactos actuales del Fondo y orientar decisiones acerca de las opciones para lograr un mejor manejo de la tierra.
Una agenda de acción de cinco puntos para la investigación Con base en gran parte de experiencias pasadas, el CIAT está emprendiendo nuevos proyectos que constituyen los bloques de construcción de la iniciativa Ecosystem Action. Algunos de ellos aportan una perspectiva ecosistémica para trabajar sobre tecnologías agrícolas específicas – por ejemplo, la introducción de forrajes tropicales en diversos sistemas de cultivo – con el propósito de lograr aumentos en la productividad, al igual que beneficios ambientales. Otros proyectos abordan temas ambientales de una manera más directa e integral pero con énfasis particular en servicios (como polinización, ciclaje de nutrientes y retención de agua) que son críticos para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional, reduciendo al mismo tiempo los impactos ambientales de la intensificación agrícola. Con el apoyo del Gobierno alemán, por ejemplo, el CIAT y diez organizaciones socias han emprendido un esfuerzo importante en la Amazonia colombiana y peruana, a través del cual las comunidades rurales desarrollarán y ensayarán prácticas de uso sostenible de la tierra que mejoren sus medios de vida y los servicios ambientales y fortalezcan las capacidades locales para sobrellevar el cambio climático. Otro proyecto apoyado por Alemania en Malawi y Tanzania está ayudando a restaurar la tierra degradada, creando a su vez nuevas oportunidades de ingresos para las mujeres con base en los servicios ambientales. Una contribución importante de la investigación es argumentar la necesidad de inversión identificando y cuantificando servicios clave. Todos los proyectos del CIAT relacionados con servicios ambientales contribuyen significativamente a los Programas de Investigación globales de CGIAR. Estas contribuciones son el resultado de nuestros esfuerzos colaborativos con más de 70 organizaciones socias para desempeñar las cinco actividades descritas a continuación mediante un enfoque integrado que funciona en distintas disciplinas científicas.
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1. Demostrar cumplimiento Asegurar el compromiso de la población rural y la sociedad en su conjunto para mejorar los servicios ambientales requiere que demostremos cómo los paisajes rurales generan estos servicios. Bajo un proyecto financiado por el Reino Unido, por ejemplo, científicos del CIAT están usando una combinación de métodos cuantitativos y participativos en colaboración con universidades europeas y socios en Colombia, Malawi y Perú para documentar la importante función de los servicios ambientales en el fortalecimiento de la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades rurales.
2. Ponerlo en el mapa Ser capaz de visualizar los servicios ambientales es esencial para poder darles un mejor manejo. Para ello, el CIAT y sus socios están diseñando herramientas y métodos más eficientes para cuantificar y mapear los servicios ambientales en los paisajes rurales. En una nueva iniciativa del Programa WLE de CGIAR que involucra a Kenia, Perú y Tanzania, por ejemplo, estamos desarrollando herramientas novedosas que, por primera vez para la ciencia, integran la modelación de los cultivos con la de los servicios ambientales. Cuando se utilicen en la planeación participativa con pequeños agricultores y otros, estas herramientas contribuirán a mejores decisiones de inversión, generando así ganancias en la productividad, mejores servicios ambientales y mayores beneficios, en especial para las mujeres y los grupos marginados.
3. Valorar los beneficios, medir las amenazas Para ayudar a traducir el compromiso ambiental en acción colectiva, los científicos deben poner sobre la mesa de negociación información cuantitativa sólida sobre el valor socio-económico de los servicios ambientales y sobre los efectos de la agricultura en ellos. Una contribución clave de la investigación en la cuenca del río Cañete de Perú (ver página 4) fue generar esta información, que brinda una base para determinar los incentivos necesarios para proteger los servicios ambientales en los paisajes agrícolas. Nuestra investigación abordará además los impactos del cambio climático en estos servicios.
4. Evaluar prácticas alternativas para el uso de la tierra Si las inversiones en los servicios ambientales realmente generan o no los retornos esperados depende de la efectividad de las diferentes prácticas de uso de la tierra adoptadas por la población rural. El CIAT ha desarrollado una amplia gama de soluciones sostenibles a lo largo de décadas de investigación en el manejo de cultivos, suelo y tierra en los trópicos. En la actualidad, los científicos del Centro están llevando el trabajo un paso adelante evaluando la amplia gama de beneficios que resultan de prácticas sostenibles para aportar mejores recursos de información y dirigir mejor las inversiones en materia de servicios ambientales. En África, este trabajo plantea el reto especial de encontrar incentivos más fuertes para que la población rural de escasos recursos adopte prácticas sostenibles de uso de la tierra.
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5. Apoyar mecanismos financieros innovadores Desarrollar mecanismos financieros innovadores para lograr una distribución más equitativa de los costos y beneficios de los servicios ambientales mejorados es un paso inicial crítico para mejorar su preservación y manejo. Sin embargo, para los investigadores y sus socios para el desarrollo, esto es solo el comienzo de un proceso que busca asegurar la implementación efectiva de estos mecanismos. El CIAT ya brinda este apoyo a través de una labor de investigación con el Ministerio del Ambiente de Perú y ha emprendido este tipo de trabajo en otros países (como Kenia) en donde se están estableciendo nuevos mecanismos financieros.
Actuando en conjunto La iniciativa Ecosystem Action del CIAT es un componente central de la nueva estrategia del Centro para construir un futuro eco-eficiente en la agricultura tropical. Nuestra meta es ayudar a intensificar la producción de alimentos de manera sostenible y mejorar los medios de vida rurales, reduciendo a su vez la huella ambiental de la agricultura mediante un uso prudente, tanto a nivel económico como ecológico, de los recursos. Las tecnologías mejoradas de producción son necesarias pero no suficientes para lograr este propósito. Estas deben ser parte de un enfoque integrado que también genere las innovaciones institucionales y políticas requeridas para establecer sistemas de producción sostenibles. Este es el tipo de enfoque que el CIAT busca a través de la iniciativa Ecosystem Action, con una visión de un nuevo rol para los agricultores y otras personas de zonas rurales como guardianes y proveedores de servicios ambientales vitales a cambio de una compensación justa por parte de los sectores de la sociedad que se benefician de estos servicios. Al tiempo que trabaja en proyectos colaborativos en países seleccionados, Ecosystem Action participará en distintas iniciativas mundiales que han surgido recientemente. Una es la Plataforma Intergubernamental
de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), que se estableció al reconocer las funestas consecuencias de la degradación de los ecosistemas y la pérdida de biodiversidad. Este nuevo órgano tiene el potencial de atraer importante atención científica y política sobre la degradación de los ecosistemas, justo como el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) lo hizo con otra amenaza emergente para los medios de vida humanos. Con este fin, el IPBES reunirá evidencia científica para apoyar decisiones sobre políticas para el manejo y restauración de los ecosistemas – una tarea para la cual los científicos del CIAT están bien preparados para contribuir. El Centro también buscará colaborar en un nuevo estudio sobre agricultura y alimentación emprendido por la Iniciativa de la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad, que esclarecerá los intrincados nexos entre la agricultura, especialmente la producción a pequeña escala y los servicios ambientales. A través de estos esfuerzos, científicos del CIAT y sus socios lograrán un conocimiento amplio del estado del arte de la prestación de servicios ambientales – conocimiento que luego puedan aplicar a importantes iniciativas para restaurar la productividad en las tierras degradadas y detener el descenso de los servicios ambientales a nivel nacional y mundial.
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Acerca del CIAT El Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) – miembro del Consorcio CGIAR – desarrolla tecnologías, herramientas y nuevos conocimientos que contribuyen a que los agricultores, en especial los de escasos recursos, logren una agricultura eco-eficiente – es decir, competitiva y rentable así como sostenible y resiliente. La agricultura eco-eficiente reduce el hambre y la pobreza, mejora la nutrición humana y brinda soluciones ante la degradación ambiental y el cambio climático en los trópicos. Con su sede principal cerca de Cali, Colombia, el CIAT realiza investigación orientada al desarrollo en las regiones tropicales de América Latina, África y Asia. www.ciat.cgiar.org CGIAR es una alianza mundial de investigación para un futuro sin hambre. Su labor científica la llevan a cabo los 15 centros de investigación que integran el Consorcio CGIAR, en colaboración con cientos de organizaciones socias. www.cgiar.org
Centro Internacional de Agricultura Tropical Desde 1967 / Ciencia para cultivar el cambio
Iniciativas estratégicas del CIAT Ecosystem Action es una de tres iniciativas mundiales creadas bajo la nueva estrategia del CIAT para el período 2014–2020. El objetivo de estos esfuerzos colaborativos vanguardistas es abrir nuevos caminos para mejorar el impacto de la investigación de CGIAR en el desarrollo.
Contactos: Marcela Quintero, Líder, Servicios Ambientales, Área de Investigación en Análisis de Políticas
[email protected] André Zandstra, Jefe, Relaciones con Socios y Donantes
[email protected]
Abril 2015 8